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49

Gam Kyungjae entró en la sala de reuniones del ayuntamiento acompañado por Hong Dahye.

—¿Es cierto lo que ha dicho Soobin?— preguntó el hombre consternado. Wooshik se encontraba en su asiento mientras Jimin estaba apoyado contra la pared —¿Vas a dejar el concejo?

—Tomad asiento, por favor— pidió ignorando la pregunta deliberadamente —Todavía no estamos todos.

Jang Myungsoo apenas tardó unos minutos en unirse a ellos. Jimin tuvo que morderse la carne de la boca cuando vio su expresión altiva. Parecía complacido, mucho más que Dahye, que había sabido disimular mejor.

—Al fin vas a dejarlo— Myungsoo se acomodó en su asiento —Desde la muerte de tus chicos andas bastante perdido. Era cuestión de tiempo que aceptaras que este no es tu lugar.

Jimin estudió los rostros de cada miembro sin darle importancia a sus palabras. Kyungjae parecía inquieto, Dahye se mostraba tranquila y Myungsoo muy satisfecho. El joven tomó asiento junto a Wooshik, consciente de la expectación que había en la sala.

—Os he pedido que vinierais para comunicaros que desde hoy queda disuelto el concejo.

Wooshik tuvo que contenerse al ver el cambio de actitud en Myungsoo. De un segundo a otro se esfumó su frívola sonrisa, lo que le causó cierta gracia.

—No tienes autoridad para tomar esa decisión— se apoyó sobre la mesa —Fuiste el último en llegar. ¿Con qué derecho pretendes disolver el concejo? No voy a permitir que te pases de listo— Myungsoo se giró hacia los demás —Fuisteis demasiado blandos con él y ahora se cree el dueño de la isla.

—Qué ironía viniendo de alguien que ha montado un burdel, secuestrado a chicas, prostituido a menores y matado a las que han intentado huir.

Myungsoo no esperó esa respuesta. Su rostro palideció casi tanto como el de Dahye.

—¿Qué has dicho?— Kyungjae se alzó consternado de su asiento —Eso no puede ser verdad.

—Lo es, Señor Gam— afirmó Jimin sin perder la calma, lo que irritó a Myungsoo de sobremanera —Puedo llevarle hasta el lugar más profundo del bosque, donde las ha tenido retenidas durante meses. Las víctimas también podrán confirmar lo que le estoy diciendo y tengo a un cómplice, Cho Bak, que está dispuesto a contar todo lo que hacían allí por orden de Jang Myungsoo.

Jimin aguardó un instante, esperando a que Jang lo negara firmemente, pero el hombre no se pronunció al respecto. Dahye tampoco abrió la boca. Estaba nerviosa e intentaba evitar el contacto visual a toda costa.

—Son acusaciones muy graves— Kyungjae miró a Myungsoo alarmado —¿No vas a decir nada?

—La prostitución está regulada en muchos países— respondió con la misma arrogancia de minutos atrás —Hay hombres que necesitan desahogarse. ¿Qué problema hay si les concedo ese desahogo? Esas chicas habrían muerto de no ser por mí. Yo las traje aquí. Gracias a mí tienen un plato de comida caliente y una cama donde dormir.

—¡Eres un malnacido!— Wooshik ya no pudo morderse la lengua —¡Las has mantenido en condiciones inhumanas, explotándolas sexualmente y tienes el descaro de hablar de salvación!

—Todo depende del punto en que se mire— dijo en un tono burlón —Tú estás metido en el armario, por eso no lo entiendes.

Jimin advirtió el disgusto en el rostro de su amigo. Wooshik ocultaba su orientación sexual, probablemente por vergüenza y Myungsoo lo había expuesto delante de todos contra su voluntad.

El joven bajó la vista ruborizado y se apartó de ellos tratando de evitar las miradas, especialmente la del Señor Gam.

—Solo alguien tan podrido como tú entiende esa forma de actuar— le respondió Jimin en un tono duro —Has cometido varios delitos muy graves y vas a tener que responder por ellos, Jang.

—No eres la ley, no puedes hacerme nada— se jactó con desdén —Tengo hombres que me respaldan. Hombres que harían cualquier cosa por mí.

—¿Los tienes?— cuestionó inmediatamente, haciéndole dudar —Porque mis hombres están corriendo la voz para que todo el mundo sepa lo que habéis hecho tú, tus compinches y Hong Dahye.

La cara de Myungsoo se ensombreció para satisfacción de Jimin.

—¿Tu también, Dahye?— Kyungjae no daba crédito —¿Cómo has podido participar en algo tan vil?

—Yo... Yo no quería— la joven comenzó a sollozar —Ellos me obligaron, lo juro...

—Deja el teatro, arpía manipuladora— Myungsoo puso los ojos en blanco —Fuiste tú la que propuso secuestrar a chicas de la península.

—¡Porque ibas a secuestrar a tu propia gente! ¡Querías usar a las niñas del orfanato para esto! ¡No tienes escrúpulos!

—No te vi tan ofendida cuando le provocaste un aborto a una chica de diecisiete— soltó con cierta brusquedad —Al contrario, te has beneficiado del círculo tanto como yo, así que no actúes como una mosquita muerta.

—Sois detestables— Kyungjae no podía comprender la maldad que estaba presenciando —Habláis de la gente con un desprecio y una condescendencia que me hace cuestionar si de verdad sois humanos.

—El problema que tienes, viejo, es que estás demasiado senil— Myungsoo pasó de los honoríficos y le habló en un tono despectivo —¿Cómo piensas que hemos mantenido la paz durante tanto tiempo? ¿Crees que se habría logrado sin alcohol y putas? Los hombres se matan trabajando en el campo y ya no existen los mismos entretenimientos de antes.

—Los hombres que trabajan en el campo no han pisado ese lugar ni una sola vez. El burdel está reservado para los que os creéis por encima de la ley— Jimin le fulminó con la mirada —Puedes seguir buscando excusas o admitir que eres un tremendo hijo de puta que ha estado jugando con la vida de niñas inocentes.

—La mayoría vienen de países pobres donde ya ejercían la prostitución. Son escoria de la sociedad, no son inocentes.

—La única escoria sois vosotros dos y vuestro círculo de indeseables— se levantó de la silla —En Inyeon no hay lugar para personas de vuestra calaña.

—¿Qué quieres decir?— Dahye se asustó —¿Qué piensas hacer conmigo?

—Os prepararemos un barco y partiréis a primera hora de la mañana— afirmó para sorpresa de ambos —Todos los que habéis participado en esta atrocidad quedáis desterrados de Inyeon.

—¡No tienes ningún derecho a decidir algo así!— Myungsoo se alzó muy alterado —¡No pienso irme de mi hogar!

—Saldrás de aquí caminando por tus propios medios o a cuestas— Jimin se acercó hasta quedar frente a frente con él. Wooshik tragó saliva; la tensión entre ellos se había disparado —Tú decides si quieres volver a la península o acabar bajo tierra.

Myungsoo se sintió humillado, insultado y abochornado por él, un Park, un miembro de esa familia a la que aborrecía tanto. La mirada de Kyungjae aumentó la rabia que crecía en él, sobre todo por la decepción que vio en sus ojos.

—¡No voy a permitir que me hables así!— enfurecido sacó una pistola del interior de su chaqueta y apuntó a Jimin a la cabeza —¡Como alguien se mueva lo mato!

Kyungjae y Dahye se levantaron abruptamente de sus asientos.

—Tranquilízate— Wooshik quiso intervenir, pero no se atrevió por la inestabilidad que vio en Jang —Podemos hablar de esto.

—¡No hay nada de qué hablar! ¡Park está dando un golpe de estado y no pienso permitirlo!

—¿Y qué vas a hacer? ¿Matarme?— Jimin le miró fijamente a los ojos —¿Y luego qué? ¿Crees que la gente aceptará vivir con un tipo que ha matado a un miembro del concejo a sangre fría?

—¡Si no me obedecen por las buenas, lo harán por las malas!— gritó colérico —¡Los obligaré a todos!

—Mis hombres están por todo el edificio— afirmó sin perder los nervios —Morirás antes de poner un pie en la calle.

—¡Eso habrá que verlo!— Myungsoo retrocedió hacia la puerta, chocando con Wooshik —¡Aparta, inútil!— lo empujó contra la pared —¡Voy a prenderle fuego al edificio! ¡Arderéis en el infierno!

—¡Llévame contigo!— suplicó Dahye desesperada —¡Por favor, no quiero morir!

—¡Cállate, toxicómana! ¡Tu vida me importa una mierda!

Myungsoo abrió la puerta sin dejar de apuntar a Jimin. En el momento en el que giró hacia el pasillo recibió un tremendo puñetazo en la cara. El hombre retrocedió unos pasos, movimiento que aprovechó Wooshik para reducirlo contra el suelo y arrebatarle el arma.

—¿A dónde vas?— Taehyung se apoyó sobre el marco de la puerta —Espero que tu intención fuera ir a comisaría porque la cárcel es el único lugar que vas a pisar.

Jimin no pudo contener su sonrisa. Tenía tantas ganas de golpear a Jang que ver a su mejor amigo haciendo justo lo que deseaba, le generó una inmensa satisfacción personal.

—¿En serio?— Taehyung notó que Dahye hizo un amago, como si quisiera salir corriendo —Si quieres un puñetazo, acércate más. También tengo para ti.

La mujer se volvió a sentar cabizbaja.

—No tenéis a dónde huir, todo el pueblo está al tanto de lo que habéis hecho— Taehyung se cruzó de brazos —Las cucarachas del círculo ya os esperan entre rejas.

—Buen trabajo— Jimin contempló la sonrisa del menor y luego se dirigió a Wooshik —Enciérralos con los demás y mantenlos bien vigilados.

—Entendido— Wooshik ignoró las quejas de Myungsoo y apretó aún más fuerte la rodilla contra su espalda —¿Quieres que vaya a hablar con sus familias?

—¿Familias?— Kyungjae se sintió desconcertado —¿También están metidas en esto?

—No, pero deben elegir antes del amanecer si quieren quedarse en Inyeon o desean irse con ellos— Jimin se giró hacia él —La elección es suya, no mía.

Taehyung se apartó de la puerta para darles paso a los hombres que había reunido Wooshik a petición de Jimin. Dahye no se resistió cuando la llevaron hacia afuera, pero Myungsoo trató de escapar, lo que le ocasionó algún que otro golpe por desobediencia.

—Oye— Jimin detuvo a Wooshik antes de salir al pasillo —No vuelvas a agachar la cabeza, no tienes nada de lo que avergonzarte. El amor es amor. No hay nada de malo en ser como eres.

Wooshik no supo qué contestar. Aunque apreciaba el apoyo se sintió un poco cohibido. Jimin no insistió y regresó a la sala de reuniones. En otro momento, en uno mucho más tranquilo, retomaría el tema por él.

—Sabía que Myungsoo era ambicioso pero nunca imaginé que fuera un monstruo— Kyungjae tomó asiento a duras penas —No logro entender todo esto— se secó el sudor de la frente con un pañuelo de tela que sacó del bolsillo —¿Cómo os habéis enterado?

—Por Ha Geon— Jimin se sentó a su lado —Me lo contó creyendo que me uniría a ellos.

—¿Ese niño?— Kyungjae resopló disgustado —Por Dios...

Jimin y Taehyung intercambiaron una breve mirada. La ambición de Geon y su idea de que Jimin era como su padre habían jugado a su favor. Si no hubiera sido por ese error jamás habrían descubierto lo que sucedía en Inyeon.

—Geon se irá a primera hora con los demás. No voy a permitir que esta clase de gente pueda influir en las futuras generaciones. Debemos librarnos del clasismo, de la xenofobia, del sexismo, la misoginia, la homofobia y todo lo malo que llevamos arraigando desde siglos atrás. Debemos ser mejores, Señor Gam. Debemos proteger a la buena gente de la isla, aunque para ello haya que tomar decisiones difíciles.

—Tienes razón en deshacer el concejo, le hemos fallado a la población de la peor forma posible— Kyungjae le apretó la mano —Esto ya no tiene sentido, hijo. Inyeon no necesita un concejo, necesita un gobernador.

—Estoy de acuerdo— Jimin asintió a sus palabras —Ahora Inyeon le necesita más que nunca.

—No, Inyeon te necesita a ti— respondió sin un ápice de duda —Tienes la capacidad que a mi me falta. Eres joven, íntegro y luchador. Harás más bien del que yo podría hacer.

—Pienso lo mismo— Taehyung sonrió por la cara de sorpresa que puso su amigo —Él tiene el espíritu, la fortaleza y la voluntad necesaria para mantenernos a salvo.

Jimin se sintió presionado, aún así no declinó la propuesta. La mejor manera de protegerlos a todos era gobernando él mismo la isla. Encima contaba con el apoyo de Gam Kyungjae, alguien muy respetado por los habitantes de Inyeon, lo que le proporcionaba un mayor respaldo.

—Por la mañana hablaré con la población— Kyungjae se levantó del asiento —Ahora mismo necesito tomar un poco de aire.

Taehyung lo acompañó hasta el exterior y le pidió a uno de los hombres que vigilaban el ayuntamiento que lo llevara hasta su casa. Gam agradeció ese gesto desde el fondo de su corazón.

—Ha sido un palo para él— comentó al regresar a la sala. Jimin tenía la cabeza apoyada sobre la mesa —Se nota que se preocupa por la gente.

El mayor guardó silencio.

—¿Qué te pasa?

—Necesito una copa...

—Lo único que contendrá tu copa a partir de ahora será agua— Taehyung se sentó a su lado —Gobernador, ¿eh? No pienso llamarte así.

Jimin hizo un puchero, lo que provocó una cálida sonrisa en el rostro de su amigo.

—Hasta que no los hayamos expulsado no podemos cantar victoria. Todavía pueden crear problemas, TaeTae.

—Chanmi y un puñado de hombres se están encargando de la comisaría. Dudo mucho que la gente se ponga en contra de su destierro, lo que han hecho es horrible y nadie lo tolerará.

—Siempre hay algún gilipollas...

—Pues lo lanzamos al barco y a tomar por culo— Taehyung se encogió de hombros —Hobi hyung está en casa con Eunha y Sungjae. Las chicas están a salvo con ellos, así que relájate un poco.

—Tengo que hacer algo por ellas...

—Ya lo has hecho— le apretó el brazo —Ahora podrán tener una vida y es gracias a ti.

Jimin cerró los ojos pensativo. Cabía la posibilidad de que las muchachas quisieran volver con sus familias, aunque no estaba seguro de si era factible, dado que no tenían constancia de su estado actual y tampoco de su ubicación.

—Necesito que me ayudes— murmuró Jimin —Sé que tienes tu trabajo en la escuela...

—Cuenta conmigo para lo que necesites— le cortó casi exaltado —Te ayudaré en lo que haga falta.

Los dos se miraron conscientes de que hacía tiempo que no habían mantenido una conversación así. Jimin sintió la terrible necesidad de darle un abrazo pero no se atrevió. Dolido se levantó de la silla justo cuando Taehyung lo agarró del hombro y lo estrechó entre sus brazos.

—Te he echado de menos, MinMin.

—Lo siento, TaeTae— Jimin rodeó su cintura con el corazón agitado. Taehyung no era el único que lo había añorado —Yo... Últimamente no he sido yo mismo... Lo siento...

—Yo también lo siento. Debí darte apoyo, ser tu soporte y cuidar de ti, pero no lo hice...

—No, yo... No te lo he puesto fácil— se apartó y le miró a los ojos —Ni a ti ni a Hoseok hyung... Y lo siento...

Taehyung contempló su mirada detenidamente. Jimin se había adentrado por un camino autodestructivo del que no lograba escapar, hasta toparse con un sendero inesperado donde encontró a unas muchachas en apuros. Ahora volvía a tener otro brillo en la mirada, una chispa que parecía extinta, pero que afortunadamente había vuelto a resurgir.

—Creo que te vendría bien hablar con Sunmi noona— propuso sin sonar demasiado brusco —Sabe escuchar y dar consejos útiles. De hecho, a Hobi hyung le está ayudando mucho. Creo que a ti también te podría ir bien.

—Sí, debería intentarlo— la respuesta de Jimin dibujó una sonrisa en Taehyung —Hay cosas que están intentando salir a la superficie... Cosas que pensé que no importaban o que incluso había superado, pero me temo que solo las he enterrado...

—También puedes hablar conmigo— le tocó la mejilla. Aunque el menor no sabía a ciencia cierta de qué cosas estaba hablando, en realidad se podía hacer una idea —MinMin, no te alejes de mí, ¿vale? Sigo siendo tu mejor amigo. Ahora y siempre.

Jimin respondió con un abrazo muy sentido, un gesto que alivió el corazón de Taehyung.

—¿Crees que la gente me aceptará como gobernador?— se apoyó contra la mesa —No sé si les parecerá una buena idea...

—Eres un Park, caes bien y tienes el respaldo del Señor Gam, al que respetan mucho. Encima has desenmascarado a una banda criminal— Taehyung se sentó en una silla —Te van a adorar, de eso no me cabe la menor duda. Ahora lo que debes hacer es rodearte de un grupo de trabajo de confianza.

—Tienes razón— Jimin torció el gesto —También necesitamos formar un nuevo equipo de expedición.

—¿Qué te parece si me ocupo yo de eso? No interferiría con mi trabajo en la escuela, tendrías a alguien de confianza y a la vez podría buscarlos en la península.

—¿Todavía tienes esperanza?— el mayor sintió cómo se le encogía el corazón —Después de todo este tiempo... ¿Todavía piensas que están por ahí?

—Necesito creerlo— su sonrisa salió un poco forzada —Necesito tener fe, pero sobre todo necesito hacer algo. Y ahora que serás el gobernador... Si me dejas puedo salir a buscarles.

Jimin se llevó la mano a la boca. Por una parte no quería dejarle ir por el peligro que suponía, pero por otra parte entendía sus sentimientos mejor que nadie. Taehyung también estaba sufriendo, también necesitaba respuestas y sobre todo necesitaba encontrar las respuestas por sí mismo.

—Quiero que te lleves a gente de confianza y que tengas mucho cuidado.

—¿En serio?— Taehyung le abrazó emocionado. Estaba tan contento que no podía dejar de sonreír —No te arrepentirás de esta decisión, te juro que volveré con ellos.

—Eso espero, TaeTae. Eso espero...

Gam Kyungjae convocó una reunión a primera hora de la mañana en el conservatorio de música para explicar lo ocurrido ante la gente de Inyeon.

El hombre había pasado toda la noche hablando con las víctimas, visitando el lugar de los hechos y siendo testigo de cómo varios voluntarios desenterraban los restos de las jóvenes a las que habían asesinado.

Kyungjae había llorado de la impotencia y también de la vergüenza por no haber estado a la altura de las circunstancias. Había pedido perdón en público por su incapacidad, tanto a las víctimas como a la población y también había alabado a Park Jimin por su lealtad, su sentido de la justicia y su integridad.

Las familias de los criminales también sintieron la necesidad de pedir perdón por el daño ocasionado. Nadie se puso de parte de ellos y tampoco aceptaron la posibilidad de volver a la península.

Había rabia en el ambiente, indignación y un profundo malestar. No obstante, Kyungjae trató de hallar palabras de esperanza, sobre todo tras proponer a Park Jimin como gobernador de Inyeon.

La gran mayoría no encontró ninguna objeción e incluso apoyó su propuesta, otros en cambio eran algo más reacios por su corta edad, la que Kyungjae valoró como positiva, dado que a pesar de su juventud había mostrado buenos rasgos de liderazgo, empatía y sentido común.

Jimin no estuvo presente durante la reunión. El joven acompañó a las muchachas al hospital donde la doctora Lee las sometió a una revisión completa. Luego buscó una casa cerca de la suya para que pudieran instalarse mientras decidían si querían quedarse en la isla o regresar a la península.

Antes de las diez de la mañana, Hoseok, Jimin y Taehyung acudieron a comisaría. A las afueras había bastante gente reunida, entonando cánticos que contenían palabras como violadores y asesinos y que exigían la inmediata expulsión de los criminales de Inyeon.

Algunas personas se percataron de la presencia de Jimin y comenzaron a aplaudir efusivamente. El chico se sintió un poco cohibido ante esa reacción, lo que causó una gran sonrisa en sus amigos.

En el interior les estaban esperando Wooshik y Chanmi junto a varios hombres que había enviado el Señor Gam para trasladar a los prisioneros. Myungsoo se levantó del suelo de su celda en cuanto los vio entrar por la puerta.

—¡Eres un mentiroso!— le acusó Bak enfurecido —¡Dijiste que si te ayudaba me dejarías volver con mi familia!

—¿Por qué estoy aquí?— preguntó Geon desconcertado —Yo solo quería ser parte del concejo.

—¡Si nos envías a la península nos estarás condenando a muerte!— sollozó Dahye desesperada —¡Déjanos aquí! ¡No quiero volver allí!

—El pueblo no os quiere— aseguró Jimin sin inmutarse ante la escena —Habéis cometido múltiples delitos, entre ellos el asesinato. Nadie quiere compartir su hogar con vosotros.

—¿Y tú no eres un asesino?— escupió Myungsoo con desprecio —¿A cuántos has matado antes de llegar aquí? ¿Eh, Park? ¿A cuántos?

Jimin se giró hacia un hombre de casi metro noventa. Era musculoso y rondaba los cuarenta años.

—¿Está listo?

—Sí, está preparado.

La indiferencia de Jimin enfureció aún más a Myungsoo. Sus insultos, junto a los de los demás prisioneros, no perpetraron la calma del joven, que lejos de inmutarse continuó dando las instrucciones necesarias a sus hombres.

Hak, el seulense de casi metro noventa, comenzó a darle indicaciones a los demás. Jimin se situó al lado de Taehyung mientras Hoseok veía a Dahye romper en llanto. El mayor no sintió pena por ella. Todos se habían beneficiado del negocio, ya fuera por el alcohol, las drogas o las chicas y cada uno de ellos merecía un castigo ejemplar.

Dahye trató de resistirse pero Chanmi no tuvo compasión con ella. A Geon y a los demás también los sacaron por la fuerza. A pesar de que tenían las manos atadas intentaron defenderse aunque todo esfuerzo fue en vano. En el exterior fueron abucheados por la población, Dahye y Bak incluso recibieron alguna que otra pedrada.

—Espero que puedas dormir por las noches sabiendo que nos has sentenciado a muerte— Myungsoo se detuvo delante de Hoseok, Jimin y Taehyung —Sabes de sobra que ninguno de nosotros está capacitado para sobrevivir en la península. Ese lugar está infestado de monstruos.

—Entonces encajaréis de maravilla— Jimin desvió la mirada hacia Hak —Llévatelo de una vez.

El hombre lo agarró del cuello y lo sacó a rastras. Jimin no se alteró por los insultos que le dedicó a toda su familia. Cualquier palabra que saliera de la boca de Jang Myungsoo carecía de todo valor para él.

El trayecto hacia el embarcadero transcurrió sin problemas. Todos los prisioneros fueron transportados en un carro mientras los hombres de Jimin lo escoltaban a pie.

Taehyung se sintió inquieto durante todo el camino por temor a que alguien intentara salvar a Jang, pero eso jamás sucedió, probablemente porque los pocos amigos que le quedaban sabían que no merecía la pena arriesgar la vida por alguien que ya había sido sentenciado por el pueblo de Inyeon.

Los insultos no cesaron ni siquiera cuando los obligaron a subir a bordo. Jimin y Taehyung no sintieron compasión por ellos. Todos eran responsables de lo que les había sucedido a Yoongi y Jungkook en la península. Si no hubieran secuestrado a las hijas de aquellos desconocidos, Song Joongki y los demás no habrían muerto de aquella forma tan horrible y por ende, Yoongi y Jungkook seguirían con ellos.

Hoseok los tomó a ambos de la mano cuando el barco desapareció en el horizonte. Los jóvenes se habían desplazado hasta otra parte de la playa para presenciarlo con mayor intimidad.

—¿Crees que esto es lo correcto, hyung?— preguntó Taehyung inquieto —¿Y si regresan?

—El embarcadero estará vigilado día y noche— le respondió Hoseok —No podrán pisar la isla sin que nos demos cuenta.

—No me refiero a eso. ¿Y si encuentran refuerzos y vuelven para quitarnos Inyeon?

—Eso no sucederá— contestó Jimin dando varios pasos hacia la orilla del mar —No tienes que preocuparte por nada.

—Puede que existan otros grupos como el de Park Bogum— insistió alarmado —Jang es un lagarto. Seguro que encuentra la forma de convencerlos para luchar.

—No llegarán a la península. El barco está defectuoso y no tiene suficiente combustible— Jimin se giró hacia ellos —No podrán alcanzar tierra.

—¿Pero y si lo logran?— el menor se cruzó de brazos —Cosas más raras se han visto.

—Me he encargado personalmente de envenenar el agua embotellada— aseguró Jimin sin remordimientos. Taehyung se quedó de piedra, al igual que Hoseok. La mirada de su amigo carecía de toda emoción, lo que les puso los pelos de punta —Protegeré Inyeon a como dé lugar. Aunque me quede sin alma. 

A veces no hay mal que por bien no venga. Jimin será el nuevo gobernador de Inyeon. ¿Qué os parece? ¿Creéis que ha hecho bien o ha ido demasiado lejos eliminando al círculo de esa manera? 👀

Taehyung se convertirá en el próximo jefe de expedición. ¿Os lo esperabais? ¿Qué os parece? ¿Podrá encontrar a Yoongi y Jungkook? ¿Qué pensáis? 🤔

Espero que estéis bien, ya queda menos para escuchar BE. 🥺 Que tengáis una linda semana. I purple you~ 💜

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