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34

Taehyung examinó a Jungkook de arriba a abajo. Era la primera vez que lo veía en uniforme de policía y no podía dejar de adorarlo. El menor estaba explicándole lo que hacía durante el día y las dudas que le atosigaban respecto a su nuevo trabajo.

—No hay mucho que hacer como puedes ver— Jungkook se apoyó contra el escritorio —Me gusta este oficio pero no sé si soy necesario.

—Puede que ahora mismo la cosa esté tranquila pero los humanos tienden a cagarla constantemente. Y sí, puede que aquí no haya blanqueo de capitales o tráfico de drogas, ¿pero qué hay de la violencia doméstica, el maltrato infantil o la violencia sexual?

—Tienes razón— musitó pensativo —Por fuera todo parece perfecto.

—Acabamos de llegar del infierno y por eso todo nos parece idílico pero piénsalo por un segundo. En Inyeon hay más de quinientas personas. Algún delincuente habrá entre ellos, ¿no?

—Ahora que lo dices... Algunos se han alegrado al verme paseando por el pueblo.

—Ahí lo tienes— Taehyung le señaló con ambas manos —Les das seguridad.

—¿Entonces sí soy necesario?

—Por supuesto que lo eres— afirmó sin duda alguna —Además, no te atrevas a privarme de verte en ese uniforme tan sexy— se mordió el labio inferior —Tu culito luce muy sabroso.

Jungkook no pudo contener la risa. Lejos de avergonzarse por su comentario caminó por la comisaría como si se tratase de una pasarela de moda. Taehyung comenzó a silbar, lo que terminó con ambos rompiendo a carcajadas.

—En media hora cierro esto— apuntó el menor alegre —¿Quieres esperar conmigo?

—Podríamos jugar a algo— propuso mostrando una sonrisa pícara —A policías y ladrones, por ejemplo.

—¿Quieres que te arreste?— Jungkook alzó la cabeza con cierta actitud chulesca —No tardaré ni dos minutos en meterte en una celda.

—Ese es un buen chiste— Taehyung dio unos pasos hacia atrás —Menudo fanfarrón estás hecho.

—Y sin embargo eres tú el que está escapando de mí.

—Porque soy el ladrón, lumbreras— se señaló a sí mismo —Mi trabajo es huir de ti.

Jungkook hizo un amago y Taehyung salió corriendo. La forma tan torpe en la que se movió hizo sonreír al menor como un niño pequeño. El maknae no tardó en ir detrás y como la comisaría era pequeña, se topó rápidamente con su novio atrapado en el pasillo de las celdas.

—Menuda mierda de sitio— bufó contra la pared —Esto no es justo.

—¿Qué esperabas? ¿El Palacio de Versalles?— se burló descaradamente —Anda, ven aquí.

Taehyung puso cara de no haber roto un plato en su vida. Esa expresión tan adorable hizo titubear a Jungkook durante unos segundos, oportunidad que aprovechó el castaño para empujarlo a un lado. El maknae se sobresaltó por la acción pero no dejó que escapase. Jungkook lo agarró del brazo y lo empotró contra la pared.

—¡Ay, serás bestia!— se quejó a gritos —¡Esto es brutalidad policial!

—Eres un maleante, puedo hacer lo que quiera contigo.

Taehyung dejó de resistirse al sentir la tensión que estaba surgiendo entre ellos.

—¿Y qué es lo que vas a hacer conmigo, agente?— preguntó en un tono sugerente —Dímelo, por favor.

Jungkook amó cómo pronunció cada palabra. El maknae apretó los dientes tratando de mantener la compostura. Luego lo arrastró hacia una de las cuatro celdas de las que disponía la comisaría. El sitio era pequeño y solo contaba con una cama de metal que se le antojaba bastante incómoda.

Jungkook lo empujó contra la pared del fondo y le separó las piernas.

—¿Qué estás haciendo?— reclamó agitado —No puedes hacer esto.

—Por supuesto que puedo— el joven inició un chequeo corporal —Tengo que comprobar que no llevas ningún arma.

—Tengo un arma dentro del pantalón— apuntó Taehyung descaradamente —¿Quieres sacarla?

Jungkook presionó la cintura de su pareja antes de deslizar las manos por sus muslos. El maknae intentó no caer en la trampa; le encantaba lo desvergonzado que era su chico pero en ese momento deseaba prolongar el juego un poco más.

—Así no se le habla a la autoridad.

—Vaya, me ha tocado un agente duro— soltó con recochineo —¿Qué vas a hacer conmigo? ¿Me vas a encerrar?

—No te vendría mal pasar una o dos noches en una celda— Jungkook le dio la vuelta — No tienes modales.

—¿No tengo?— Taehyung esbozó una media sonrisa coqueta —¿Y tú sí tienes modales? Quizá deberías enseñarme a comportarme.

El menor sintió cómo su novio depositaba las manos sobre su torso. Jungkook trató de controlar su respiración y no dejarse notar la excitación que estaba creando en él. Taehyung fue deslizándolas suavemente por su pecho sin apartar la mirada de la suya. Ambos mantuvieron una expresión sosegada, hasta que el mayor se acercó peligrosamente a su entrepierna y Jungkook ya no pudo contenerse y se apartó bruscamente de él.

—No puedes...— el maknae no llegó a completar la frase. Taehyung se abalanzó sobre él y le hizo chocar contra los barrotes —¿Qué coño haces?— preguntó, pero la respuesta quedó en el aire.

El mayor estaba tratando de reducirlo por la fuerza. Taehyung sabía que el maknae disponía de más fuerza física que él y por ese motivo debía adelantarse y sorprenderlo con la guardia baja. El castaño le puso la zancadilla y lo sometió contra el suelo. Por desgracia para él, Jungkook no se dejó vencer tan fácilmente y lo arrastró contra la baldosa.

—Estás jugando sucio— le reprimió el menor, que se encontraba parcialmente sobre su cuerpo —¿No te da vergüenza?

—¿Sabes lo que es jugar sucio?— preguntó en un tono tan sensual que creó un intenso cosquilleo en su novio —¿Quieres saberlo, agente?

Jungkook no contentó. No pudo. Su voz profunda deshizo toda su voluntad por completo. El menor observó cómo su pareja se humedecía los labios con la lengua y luego ladeaba la cabeza con sutileza.

«Joder. A la mierda todo»

Jungkook no aguantó las ganas y le besó posesivamente. Taehyung se dejó hacer, otorgándole todo el control sobre ellos. El maknae notó un ligero sabor a menta en su boca, sensación que le estimuló todavía más a profundizar y apoderarse de su lengua.

—¿Siempre besas a delincuentes?

Cuando Jungkook abrió los ojos se encontró con el rostro de su novio ligeramente sonrojado. El suyo estaba igual, probablemente por las ganas con las que se habían besado.

—Solo a los que me parecen guapos.

—Ajá— Taehyung se levantó del suelo para sorpresa del menor —Creo que el que debería pasar una o dos noches en una celda eres tú.

Jungkook quiso levantarse pero algo lo detuvo bruscamente.

—¿Pero qué...?— sus ojos se agrandaron excesivamente al comprobar que estaba esposado al barrote de la celda con su mano derecha —¿Cuándo coño...?

—Estabas demasiado pendiente de no empalmarte— le sonrió con cierto aire de superioridad —Deberías haber cuidado mejor de tus esposas.

—Vale... Tú ganas— concedió a regañadientes —Ahora suéltame.

—¿Por qué?— se sentó en cuclillas —Esto todavía no ha terminado.

Jungkook notó un brillo muy intenso en su mirada. Taehyung estaba planeando algo, de eso estaba seguro.

—Cuando te estaba esperando en casa se me ocurrió una cosa— se levantó y caminó hacia el escritorio de Jungkook, donde había dejado su mochila —Pensé que podríamos picar algo a la intemperie y hablar de nuestras cosas.

—¿Y ahora ya no quieres?— Jungkook trató de soltarse sin fortuna —¿Has cambiado de planes?— el menor vio cómo se acercaba con dos tuppers.

Taehyung se sentó enfrente de él y abrió el de la tapadera azul. Había arándanos, ciruelas, frambuesas y melocotones en el interior del recipiente.

—MinMin dice que la cosecha ha sido buena. Quería comer fresas pero parece que no tendrán hasta el año que viene.

—Tienen buena pinta— Jungkook notó cómo le rugía el estómago —¿Me das un poco?

—¿Por qué debería?— Taehyung le dio un mordisco a un cacho de melocotón —Eres mi prisionero.

—¿Y qué vas a hacer conmigo?— arqueó una ceja —¿Dejarme morir de hambre?

—Quizá— saboreó la fruta ante sus narices —O podría darte algo si te portas bien.

—¿Qué quieres que haga?— Jungkook le miró con cierto recelo.

Taehyung trató de mostrarse serio pero no pudo aguantar la risa al ver su cara. El chico tomó un trocito de melocotón y se lo metió en la boca. Jungkook masticó sin dejar de juzgarle con la mirada, pero solo hasta que el sabor dulce de la fruta cambió su expresión.

—Está rico, eh— aseguró Taehyung entre risas —Ahora debes darme algo a cambio.

—¿Qué quieres?

El castaño deslizó los dedos por su nuca, bailando suavemente sobre su piel. Su forma de mirarle le transmitió inmediatamente lo que quería.

—Podría entrar alguien, Tae.

—Nadie lo hará— le besó la comisura de los labios —Cierras en unos minutos.

Jungkook quería oponerse, quería decirle que era una mala idea, que no deberían tener relaciones sexuales en un lugar público y menos en su trabajo, pero no pudo; no pudo porque él también quería, porque deseaba a Taehyung tanto que apenas lograba controlar sus impulsos.

—Suéltame— pidió contra su boca —Venga, suéltame.

—Has visto porno, ¿no?

—¿A qué viene esa pregunta ahora?— Jungkook arrugó la nariz —¿Eso importa?

—En las pelis porno siempre es el policía el que se folla al ladrón— le alzó la barbilla —¿Por qué no puede el ladrón follarse al policía?

—Porque va contra la ley— argumentó entre beso y beso —Por eso no puede.

—¿Sabes qué?— lo empujó suavemente contra el suelo —Al ladrón se la suda la ley.

Jungkook quiso levantarse pero seguía atado al barrote, lo que le impidió hacerlo. El mayor ignoró sus protestas e intensificó el beso, rodeando su lengua apasionadamente y acelerando el pulso de ambos y las ganas por intimar más.

Taehyung le quitó la corbata y le abrió la camisa con ímpetu. A Jungkook le incomodaban las esposas pero la sensación de placer que provocaban en él era mucho más poderosa.

—¿Vas a follarme con saliva? No me importa si duele un poco. Puedo acostumbrarme.

Taehyung sonrió y le besó en la mejilla. Luego abrió el tupper de color verde. Ahí se encontraba el lubricante casero que le había prometido Yoongi.

—Mi hermano ha hecho lubricante— se lo mostró con cierta satisfacción —Dice que no se puede ingerir pero según él es bueno.

—Yoongi hyung es increíble— Jungkook olisqueó el producto; tenía la sensación de conocer el olor pero no sabía de qué —¿Ya lo ha probado?

—Claro que sí— suspiró dramáticamente —Tu hermano se folló al mío sobre la mesa de la cocina. ¿Te lo puedes creer? Sobre la mesa de nuestra cocina.

—¿Qué dices?— se escandalizó —¿En la mesa donde comemos? ¿En esa mesa?

—Son unos degenerados— criticó Taehyung —No sé ni cómo estamos emparentados con esos simios.

Ambos se echaron a reír por el dramatismo de sus palabras. Luego se volvieron a mirar larga y tendidamente, saboreando su compañía.

—Soy policía— apuntó Jungkook volviendo al juego de antes —Me resistiré.

—No lo harás— Taehyung pasó la mano por su entrepierna, haciéndole estremecerse con el contacto —Recuerda que te van los delincuentes guapos.

✦✦✦


El viento comenzó a silbar en el exterior. La pareja se dejó llevar por la pasión sin percatarse de nada salvo su mutua necesidad. Taehyung le abrió el pantalón mientras presionaba su lengua y lo hacía gemir suavemente, excitado por el control que ejercía sobre él.

A pesar de su afirmación, Jungkook no puso resistencia cuando su novio le exigió ponerse en cuatro. El menor agarró los barrotes con ambas manos y fijó la vista sobre la puerta de la comisaría, nervioso por si alguien los descubría.

—Si nos ven me muero— el menor sintió los dedos de Taehyung penetrando lentamente en su interior, lo que provocó que se mordiera el labio —¿Por qué me obligas a esto?

—Porque eres un policía corrupto al que le van las pollas— le tiró un poco del cabello —No te hagas el santo, estás deseando que te la meta tanto o más que yo.

Jungkook no pudo contradecirle. Le asustaba que los descubrieran pero las ganas que tenía de hacerlo, aunque fuera en un lugar público, podía más que su sentido común. El menor deseaba a Taehyung con locura y esa necesidad hacia él apenas le dejaba pensar con claridad.

Jungkook apretó los barrotes con más fuerza cuando notó su falo presionar contra su entrada.

—Se siente bien— murmuró mientras se dejaba llevar por los movimientos lentos pero intensos de su amante —Yoongi hyung es un genio.

—¿Podrías no mencionar a mi hermano cuando estoy dentro de ti?— frunció el ceño —O se me va a desinflar y tendrás que hacértelo con tu porra.

—Mira que eres sensible. Quizá debería follarme yo mismo.

Taehyung lo agarró del pelo lo justo para girarle el rostro y mirarle fijamente a los ojos. Jungkook mantuvo la mirada inexpresiva hasta que las embestidas tomaron más fuerza. El castaño contempló cómo arrugaba la frente y su boca se separaba agitado por lo que le estaba haciendo.

—¿Decías?— Taehyung le rozó los labios con el pulgar —¿Quieres que pare para que puedas seguir tú solo?— Jungkook guardó silencio, incapaz de disimular el enorme placer que generaba en él —Eso pensaba— se jactó.

Las ráfagas de viento se volvieron más violentas. Jungkook no se percató de ello ni tampoco Taehyung; el mayor estaba contemplando ensimismado el cuerpo semidesnudo de su novio, que seguía de rodillas, atado al barrote y a su completa disposición.

Jungkook sintió cómo hundía los dedos en sus caderas mientras lo tomaba con más dureza. El menor no pudo retener los gemidos que inundaron la comisaría, dibujando una expresión de satisfacción en el rostro de Taehyung.

Las embestidas eran tan íntimas que le estaban nublando la razón; a veces eran largas, duras y rápidas, otras cortas, suaves y lentas. Taehyung hacía y deshacía cómo quería, sin preguntarle qué deseaba, siguiendo así el juego con el que había comenzado todo.

—Ah... Suéltame— imploró —Tae, suéltame...

—¿Por qué?— le dio un azote en el trasero —¿No te gusta esta posición?

—Joder... Sabes que sí— jadeó —Es solo que... Ah...

Taehyung esperó pero Jungkook no terminó la frase. Se había vuelto a perder en sí mismo debido a las sensaciones que dominaban su cuerpo. El mayor salió de él y le dio un húmedo beso en la boca.

—¿Qué pasa?— preguntó Jungkook dubitativo —No lo dejes ahora.

—Te amo— respondió contemplando su rostro sonrojado; el menor parecía tan inocente que le dio mucha ternura —Eres precioso, cachorrito.

Sus bocas se volvieron a unir en un profundo vaivén mientras el mayor se sentaba en el suelo y lo acomodaba sobre su regazo. Jungkook agarró el tupper sin apartarse de su boca y metió la mano dentro del recipiente.

Taehyung echó la cabeza hacia atrás, golpeándose levemente contra los barrotes cuando su novio comenzó a masturbarle.

—Joder— el mayor le miró con los ojos entrecerrados —¿No vas a montarme?

—Primero tengo que empapar bien tu polla con el lubricante de Yoongi hyung.

—Hijo de puta— Taehyung quiso gruñirle pero le salió un gemido —Te odio. Deja de nombrarle.

Jungkook no logró contenerse y soltó una malévola risita que Taehyung juzgó fuertemente con la mirada. Esa expresión no perduró mucho porque la sacudida que sintió en la parte del glande le dejó sin resistencia.

El maknae retiró la mano y se posiciono sobre él para introducir su miembro. Los barrotes le ayudaron a mantener el equilibrio y a tomar impulso, iniciando una cadena de movimientos muy profundos e intensos.

Taehyung no logró despegar la vista de su rostro mientras Jungkook ejercía todo el control. No había ni rastro del chico tímido e inexperto que amó en la casa de la montaña hacía apenas unos meses. Aquel muchacho cohibido había florecido en todos los aspectos y Taehyung no podía estar más enamorado de él.

El menor se inclinó buscando sus besos y Taehyung respondió inmediatamente a su anhelo, masturbándole a su vez mientras se besaban en un completo desenfreno.

—Ah... Tae...— gimió Jungkook —Ah... Sí...

—¿Me amas?

—Te amo...

Taehyung sabía que lo hacía, lo sabía mejor que nadie. Lo podía sentir en cada parte de su cuerpo. La conexión entre ellos iba más allá de lo convencional y ambos eran conscientes de ello.

El castaño se desabrochó la camisa para que su novio pudiera correrse sobre su torso. Jungkook eyaculó envuelto en un profundo flujo de contracciones y sacudidas, que cesaron tras apoyarse sobre el pecho del mayor. Taehyung llegó al clímax en el interior de su chico, al que abrazó con tanta fuerza que le dejó varias marcas en la piel.

Los espasmos y la agitación pasaron lentamente. Jungkook se quedó descansando sobre Taehyung, sin moverse ni un centímetro de su lado. El castaño lo envolvió entre sus brazos, completamente entregado al momento.

✦✦✦


—¿Estás bien, Kookie?— le besó la cabeza.

—Sí— Jungkook se alzó y le miró a los ojos —Gracias, mi amor.

—¿Por qué?— preguntó genuinamente.

—Por elegirme.

Taehyung no pudo resistirse a sus palabras y menos aún a su mirada. El castaño le besó suavemente en los labios, haciéndole sentir mariposas en el estómago.

—Vámonos a casa, cariño— le acarició la mejilla —Quiero tener una noche romántica contigo.

Los ojos de Jungkook comenzaron a brillar de felicidad. A él también le apetecía mucho pasar una noche romántica con el amor de su vida. Quizá podrían ver las estrellas o hacer algo tierno en el exterior. En realidad le daba igual; lo único que quería era estar a su lado.

La pareja se levantó entre besos y comenzó a vestirse entre caricias. Les era imposible dejar de tocarse, a pesar de haber hecho el amor hacía apenas unos minutos. La comisaría se llenó de risas y coqueteos mientras recogían sus cosas.

—El lubricante es buenísimo— comentó el menor jovial —¿Crees que tu hermano nos dará la receta?

—A mí me mandó a freír espárragos cuando se la pedí— Taehyung torció la boca —Prueba tú. Eres su ojito derecho.

—¿Perdona?— Jungkook se echó a reír por el comentario —¿A qué viene ese tonito?

—Solo digo que antes os llevabais como el perro y el gato y ahora sois uña y carne— se encogió de hombros —Deberías preguntárselo tú. Seguro que a ti te da la receta.

—¿Tienes celos de tu hermano?

—¿Yo?— Taehyung se llevó ambas manos al pecho —¿De ese? ¡Jamás!

Jungkook cogió la mochila del suelo sin dejar de reírse. Le parecía muy gracioso cuando se ponía tan dramático.

—Oye, Tae— el menor no se dio la vuelta —¿Te molesta que no tenga experiencia?

Taehyung advirtió que estaba haciendo como que recogía algo para no tener que mirarle a los ojos. El mayor se acercó lentamente y lo tomó del brazo.

—¿Por qué dices eso?— lo giró suavemente hacia él —¿Te he dado esa sensación?

—No... No, es que...— Jungkook trató de reunir valor para decírselo —Es que solo he estado contigo y... Bueno...

—¿Quieres probar con alguien más?— le miró detenidamente —Como digas mi hermano te reviento.

—No. ¿Qué? No— el menor se rió avergonzado —No lo decía por eso... Es solo que... Tengo miedo de no satisfacerte...

—¿Eres tonto?— Taehyung puso los brazos en jarra —¿Pero no ves lo que provocas en mí? Estoy loco por ti, mamonazo. Deja de sentirte inseguro, yo amo todo de ti.

—Lo siento— Jungkook se puso como un tomate. Ser regañado de esa forma le hizo sentir como un bobo —Es que quiero ser la mejor versión de mí mismo, Tae.

—Ya la eres, amor— sonrió con cariño —Por eso te elegí y por eso jamás te dejaré.

Chanmi entró en la comisaría justo cuando el maknae estaba a punto de besarle. Al oír la puerta se alejó inmediatamente de su chico. Taehyung sonrió por la expresión cohibida que puso.

—Siento llegar tarde— dijo la muchacha fuera de aliento —Me puse a hablar con una amiga y perdí la noción del tiempo— la joven se tensó al ver a Taehyung apoyado contra el escritorio —Quiero decir que la estaba ayudando— carraspeó —Tenía un problema que yo, como policía responsable, he solucionado.

—Tranquila, por mí como si os echáis un bingo— respondió el castaño al notar su nerviosismo —No estoy aquí para controlaros.

—Ah, bueno— Chanmi se llevó la mano al pecho mucho más aliviada —Qué susto.

—Soy Min Taehyung— se presentó amigable —Tú debes de ser Kim Chanmi, ¿no?

—Sí, esa soy yo— le hizo una reverencia —Mucho gusto.

—Se ha hecho tarde— Jungkook tomó la mochila de su chico y se la colgó al hombro —Deberíamos irnos a casa.

—Ya me encargo yo de cerrar— se ofreció Chanmi inmediatamente.

Taehyung quiso tomarle de la mano pero justo en el último instante se echó atrás. El maknae lo notó y también vio la expresión de desagrado que puso.

—Por cierto— Jungkook agarró la mano de su pareja con fuerza —Tae es mi novio.

Taehyung se quedó tan sorprendido que no pudo despegar la vista de él.

—¿Oh, en serio?— Chanmi les miró sonriente —¿Cuánto tiempo lleváis juntos?

La actitud afable de la muchacha deshizo toda la ansiedad que estaba sintiendo. Jungkook se dejó contagiar por su sonrisa y contestó más relajado.

—Poco tiempo, aunque siento como si lleváramos años juntos.

—Eso es genial. Hacéis una bonita pareja.

La mirada de Jungkook se iluminó considerablemente. Taehyung le apretó el brazo con afecto y luego se despidieron de la muchacha. La pareja salió de la comisaría con una enorme sonrisa sobre sus rostros.

—¡No me lo puedo creer!— Taehyung lo empujó de la emoción —¡Lo has dicho!

—¡Lo he dicho!— Jungkook alzó ambos puños —¡Lo he dicho de verdad!

Los dos se abrazaron emocionados en mitad de la calle y comenzaron a dar saltitos. Algunas personas los miraron desconcertados y otras con cierta curiosidad, especialmente por las carcajadas que estaban soltando.

—Vámonos de aquí— Taehyung lo agarró de la muñeca y echó a correr —Estoy tan orgulloso de ti— afirmó pletórico —Siento que voy a estallar de lo orgulloso que estoy de ti.

Jungkook no podía dejar de sonreír mientras le seguía por la calle. Haberlo presentado como su novio le había hecho sentir libre y esa sensación era tan inmensa, que no podía expresarse con palabras. 

Las cosas entre Taehyung y Jungkook van mejor que bien, ¿no? Parece que han logrado superar este pequeño bache y ahora están más unidos que nunca. Menos mal. 🥺💕

Estamos a muy poquito de alcanzar los 500K leídos y quería aprovechar la ocasión para daros las gracias por todo el apoyo que le habéis dado y seguís dando a esta historia. 🥺 Gracias también por vuestra comprensión debido a mi situación. Tengo que decir que no me ha llegado ni un comentario negativo por el retraso de las actualizaciones, solo me habéis brindado apoyo y cariño desde el primer día y estoy muy agradecida por ello. Espero que podamos seguir disfrutando de este viaje hasta el final. ¡Muchísimas gracias por todo! I purple you. 💜

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