33
Namjoon no podía dejar de caminar de un lado a otro. Seokjin había salido a comprobar si Seungho seguía atrapado en el búnker y al menor le comían los nervios.
El joven resopló por enésima vez. La posibilidad de que el alma del novio de Eunha estuviera retenida en el cuerpo de un infectado le revolvía las tripas. Namjoon apenas había pasado unos minutos en ese estado y recordarlo le ponía los pelos de punta.
—¿Por qué tarda tanto?— musitó y comenzó a recorrer la casa por tercera vez consecutiva. Namjoon volvió a pasar al lado de la habitación de su compañero sintiendo la misma curiosidad que las dos veces anteriores.
El menor miró hacia ambos costados del pasillo, como si estuviese a punto de cometer un delito. Sin detenerse a considerar si estaba bien o mal, entró en el dormitorio a echar un vistazo.
La habitación se veía limpia lo que tampoco le extrañó demasiado. Seokjin era una persona pulcra, de las que siempre tenían todo recogido y ordenado. La cristalera que había destrozado tras su ataque de ira volvía a estar intacta.
El joven se dirigió al armario empotrado y lo abrió sin titubear.
—Vaya— murmuró sorprendido; delante de él se alzó un pequeño pasillo que lo llevó hacia un vestidor. La habitación era amplia y estaba llena de calzado y ropa de alta costura. El chico dio una vuelta por el cuarto, ojeando camisas, pantalones, zapatos, relojes y toda clase de accesorios.
«Seguro que al principio fue genial tener todo esto pero ahora...»
Namjoon pensó en la soledad de Seokjin; si a él le hubiera sucedido algo similar andaría vestido como un pordiosero, sin afeitarse ni asearse. El mejor amigo de Yoongi sin embargo seguía mostrando un aspecto cuidado e impoluto.
Namjoon torció el gesto pensativo. Irse a su propia orbit quizá le permitía seguir en contacto con Hoseok, pero también podría suponer la muerte de Seokjin. No física ya que ambos estaban muertos, pero sí mental, dado que la soledad acabaría con su cordura y probablemente también con la de Namjoon.
Por muy atrayente que fuese la idea de hablar con Hoseok todos los días, nadie sabía si sus conversaciones serían permanentes. ¿Y si se iba a su orbit y a los diez días cesaba la comunicación entre ellos? ¿Y si no podía regresar a la orbit de Seokjin? El riesgo era elevado para ambos y el desconocimiento la razón principal por la que Namjoon no había tomado una decisión todavía.
«Hay demasiadas incógnitas y también demasiado peligro»
El primo de Jimin regresó al dormitorio sumergido en sus pensamientos. Mientras se paseaba por la habitación detectó un cuaderno blanco encima de la mesita de noche. En el centro se veía una flor de cinco pétalos y debajo del dibujo ponía en letra cursiva Vergissmeinnicht.
Namjoon no pudo contener su curiosidad y lo abrió sin pensárselo dos veces.
Estoy cansado del silencio. Cuando me levanto, solo hay silencio. Cuando me acuesto, solo hay silencio. Pensé que en el bosque podría oír el cántico de los pájaros, pero no hay animales por ninguna parte. ¿Debería mudarme a otro lugar? ¿Pero a dónde? Estoy cansado del silencio. Estoy muy cansado...
El chico pasó varias hojas y siguió leyendo.
Siento que ya no soy parte de su vida, que ya no importo. Siento que él ha encontrado la felicidad y que yo estoy cayendo en el olvido. ¿Por qué me siento así? Debería estar feliz cuando le veo, pero a veces no puedo. ¿Por qué me duele tanto verle sonreír?
Al leer la siguiente página se quedó helado.
Hoy he pensado otra vez en suicidarme. ¿Me castigarían si lo hiciera? No importa, no puede haber nada peor que esto. Quiero que deje de doler tanto. Quiero que pare. No puedo más. Por favor, haz que pare...
Namjoon oyó un portazo. El joven dejó el cuaderno sobre la mesita de noche y salió del dormitorio a toda prisa. Sin apartar la mirada del pasillo tomó el mando de la televisión y la encendió con el corazón acelerado.
—Buenas— saludó Seokjin al entrar —Ya estoy aquí.
—Hola— dijo desde el sofá, tratando de disimular su agitación —Qué rápido has vuelto, ¿no?
—¿Estás viendo eso?
—Claro— Namjoon desvió la vista hacia la pantalla y se encontró a Yoongi y Jimin haciendo el amor —¡Oh no, no, no, no!— el menor se sintió tan avergonzado que se le resbaló el mando de las manos.
Seokjin observó con cara de circunstancias cómo trataba de alcanzarlo bajo el sofá. Los gemidos fueron aumentando con los segundos, incomodando a ambos.
—Mira, no te juzgo, de verdad que no— dijo el mayor en cuanto Namjoon apagó la televisión —Pero Jimin es tu primo, ¿no? Verle así no es un poco... ¿Incestuoso?
—¡No estaba mirándoles!— gritó rojo como un tomate —¡Estaba viendo a Hobi! ¡He cambiado de canal sin darme cuenta!
—Vale, vale, no grites— Seokjin se tapó un oido —Suena sospechoso pero venga, voy a creerte— se rió por lo extraño de la situación —Te aconsejo que tengas más cuidado. Cuando te quedaste dormido también se pusieron a follar pero como los conozco apagué la televisión, ya sabes, para ahorrarnos el psicólogo.
Namjoon sintió tanta vergüenza que deseó desaparecer de su vista. Encima no podía sacarse la imagen de Yoongi y Jimin haciendo la flor de loto de la cabeza.
—Hablando de todo un poco— Seokjin metió las manos en los bolsillos —No he podido encontrarle. Hay tanta tierra, tantos escombros y tantos infectados, que debo profundizar mucho más— resopló algo cansado —Me he quedado sin energía pero lo seguiré intentando.
—¿Puedo acompañarte la próxima vez?
—No hasta que estés completamente recuperado.
Namjoon torció el gesto pero asintió de todos modos.
—¿Tienes hambre?— Seokjin se dirigió a la cocina —Yo estoy famélico.
—¿Por qué no chasqueas los dedos?— el menor se dejó caer en el sofá —Así no tienes que molestarte en cocinar.
—Para mí cocinar no es una molestia— le sonrió genuinamente —Para mí es un placer.
Namjoon observó cómo se ponía un delantal con el diseño de una alpaca. En cierta forma le costaba creer que alguien tan positivo como Seokjin se hubiese sentido tan desolado como para contemplar el suicidio; pero su hermano Minjun también había sido un chico muy alegre que, por desgracia, lo había llevado a cabo.
Namjoon se levantó del sofá y acudió a su lado. Aunque deseaba con todo el corazón hablar con Hoseok, no podía abandonar a Seokjin. Si había riesgo de suicidio, por menor que fuera la probabilidad, debía permanecer a su lado.
«Lo siento, mi amor. No pude salvar a Minjun... No dejaré que a él le suceda lo mismo»
—¿Y este milagro?— Seokjin se sorprendió al verle tomar los tomates —¿Vas a ayudarme?
Namjoon asintió con la cabeza y comenzó a lavarlos.
—Muchas gracias— a Seokjin le alegró ese gesto. Aunque el inicio no había sido el deseado, poco a poco comenzaba a caer la barrera que había entre ellos.
«Ojalá podamos ser amigos. No pido más. Solo quiero ser su amigo»
Jungkook contempló a Taehyung desde la distancia. La conversación sobre Ji Changwook había creado muchas dudas en el menor, pero sobre todo había implantado la necesidad de saber cuáles eran las verdaderas intenciones del director con su novio. Por mucho que confiara en Taehyung y lo hacía, no podía decir lo mismo de un completo extraño.
Jungkook frunció el ceño al observar cómo su chico se detenía delante del colegio con una expresión inusual; o eso creía el maknae, que lo vigilaba desde detrás de un edificio.
El castaño se dispuso a subir por las escaleras. Jungkook aguardó unos segundos antes de salir de su escondite pero justo cuando pretendía avanzar hacia su pareja, alguien lo empujó contra la fachada.
—Ni se te ocurra— le advirtió Yoongi —¿Te has vuelto loco?
—Hyung— Jungkook se sorprendió al verle —N-No... Yo, solo... Solo quería...
—¿Hablar con ese tipo? ¿Saber cómo es? ¿Y luego qué? ¿Decirle que no se acerque a tu novio?— el joven leyó las intenciones del menor —Mira, sé cómo te sientes pero si haces eso, Tae creerá que no confías en él y entonces tendréis problemas de los gordos.
—¿Y qué quieres que haga?— apretó el puño frustrado —Tae me contó que ese hombre sigue enamorado de él. ¿Cómo sé que no intentará algo? ¿Cómo sé que no tratará de romper nuestra relación?
—Pero Tae está enamorado de ti y eso es lo único que debe importarte— la mirada del maknae, dubitativa pero peleona, hizo resoplar a Yoongi. El mayor se apartó y se apoyó contra la fachada.
Jungkook guardó silencio mientras observaba a varias personas pasear por la calle.
—Sé que sientes el impulso de proteger a Tae, créeme, a mí me pasa igual— comentó con sosiego —Después de todo lo que hemos vivido es natural desconfiar de cualquiera, Jungkook. Pero ese hombre no es tu padre y tampoco es un infectado o un asesino. Es solo un tipo que está enamorado de mi hermano y tienes que entender que Tae es muy capaz de solucionarlo por sí mismo.
El menor desvió la vista hacia el edificio de enfrente.
—Además, me tienes a mí— Yoongi se puso delante de él, obligándole a retomar el contacto visual —Trabajo con ellos. Pase lo que pase siempre voy a estar a su lado.
—Debes pensar que soy inmaduro...
—No seas tan duro contigo mismo— su mirada se suavizó —Antes solo teníamos que preocuparnos por sobrevivir y ahora que las cosas están mucho más tranquilas, es difícil dejar de ser tan sobreprotectores.
—Me siento como un estúpido— Jungkook bajó la vista avergonzado —Ni siquiera puedo echarle en cara que esté enamorado de Tae... En realidad comprendo mejor que nadie por qué le quiere— hizo un mohín —Pero Tae es mi mundo y no quiero renunciar a él, hyung. Me da miedo perderle...
—Por eso mismo vas a ir a trabajar y cuando llegues a casa le dirás cómo te sientes y lo mucho que le amas.
—Gracias por detenerme— le miró abochornado —Tengo que dejar de ser tan impulsivo.
—Todos tenemos cosas que corregir o mejorar. No eres el único y no estás solo. La familia está para apoyarse, protegerse y ayudarse. Si necesitas un consejo, una opinión o cualquier otra cosa, siempre puedes contar conmigo, Jungkook.
—Te quiero, hyung— el menor se sintió tan conmovido que no pudo ocultar sus sentimientos —Eres muy especial para mí y te admiro mucho— se sonrojó un poco —Gracias por ayudarme. Algún día te compensaré por todo lo que haces por mí.
—¿Qué dices?— a Yoongi le dio vergüenza pero también sintió una inmensa felicidad —Todavía tenemos una cita pendiente, ¿recuerdas? Íbamos a comer Ramen y a hablar de fotografía. Compénsamelo con eso.
Hoseok se detuvo al escuchar unas voces familiares. El joven los encontró conversando al lado de una peluquería. Jungkook estaba apoyado contra la fachada y Yoongi tenía las manos sobre los hombros del menor.
—No quiero ser novelero pero parecéis la típica pareja a punto de cometer su primera infidelidad.
Ambos se giraron hacia él y le miraron con cara de póker.
—Hoseok, lo tuyo con los culebrones es alarmante.
—Concuerdo— apoyó Jungkook —No es sano.
—Discrepo— se encogió de hombros —Que sepáis que si vais a pecar cochinamente me pondré del lado de las víctimas.
—Gracias por tu sinceridad— el mayor tomó el maletín del suelo y pasó al lado del pelirrojo —Tengo que ir a trabajar y vosotros deberíais hacer lo mismo. Moved el culo y sed responsables.
—A veces hablas como mi padre, hyung— a Hoseok le causó gracia —En fin, luego nos vemos.
Jungkook se despidió de ellos moviendo la mano. Tras dar unos pasos en la dirección contraría se giró y posó la vista sobre la escuela. Yoongi estaba a punto de entrar en el edificio cuando un hombre le saludó en la entrada.
El desconocido era alto, de cabello negro y parecía estar en sus treinta. Vestía un traje elegante, a pesar del calor que hacía. Su sonrisa deslumbrante le llamó especialmente la atención.
«Es muy guapo»
Esa última observación no le molestó hasta que la mirada de Yoongi se cruzó con la suya y entonces comprendió que ese hombre atractivo no era otro que Ji Changwook.
Los profesores se reunieron después de que los alumnos regresaran a casa para discutir varios asuntos, entre ellos las próximas materias que querían incluir en sus clases. Con la incorporación de los Min también deseaban aumentar las horas de estudio para aquellos estudiantes con dificultades en el aprendizaje.
Yoongi se fijó en Changwook; su manera de mirar y hablar con Taehyung era completamente distinta a la de ayer. Durante el reencuentro notó los sentimientos que tenía por su hermano pero ahora no se percibía ni rastro de ellos. La forma en la que ambos conversaban era puramente profesional.
Yoongi desvió la vista hacia las demás docentes. La profesora de su derecha respondía al nombre de Kim Goeun. Era educada, risueña, amable y los había recibido con gran simpatía.
La otra mujer, que estaba sentada al lado de Changwook y rondaba los cincuenta, era todo lo contrario. Siempre se expresaba en un tono autoritario, independientemente del tema a tratar y su comportamiento era bastante rudo. A los Min no les cayó especialmente bien y tampoco parecía gozar de mucha popularidad entre los alumnos.
La reunión se prolongó más tiempo de lo esperado. Dos horas y media después terminaron con la mayor parte de temas zanjados.
—Oye, hyung— Taehyung se acercó a su hermano —Tengo algo que hacer. Adelántate.
Yoongi sabía que tenía una conversación pendiente con Changwook. Aún así titubeó un instante.
—De acuerdo— respondió a regañadientes —Te espero en casa con Jungkook, tu novio. Ese chico fuerte, valiente e íntegro que tanto te ama.
El castaño se cruzó de brazos mientras veía cómo salía de la sala juzgándole fuertemente con la mirada.
«¿Pero tú de qué vas?»
Taehyung guardó sus cosas refunfuñando por la actitud de su hermano. El chico esperó a que las docentes se fueran y cuando por fin se quedaron a solas, tomó asiento en una de las sillas de la sala de profesores.
El hombre no se percató y continuó ordenando los libros de la estantería.
—Hyung— Taehyung juntó las manos tratando de encontrar las palabras adecuadas —Mira, yo... Quería...
—No tienes que decir nada, no has hecho nada malo. He sido yo el que se ha precipitado— se giró hacia él —¿Te he causado algún problema con tu novio? Si es así iré a pedirle disculpas.
—No, hyung, no es necesario.
—Nos acabamos de encontrar y ya te he vuelto a meter en un lío— el hombre tomó asiento en la otra punta de la mesa —Lo lamento, Taehyung.
—Entre Jungkook y yo está todo bien— sonrió con la intención de mitigar su malestar —No te preocupes, no podías saberlo.
—Jungkook, eh— se apoyó contra el respaldo de la silla —¿Es bueno contigo? ¿Te trata bien?
—Es maravilloso. Tengo mucha suerte de tenerle a mi lado.
—Me alegro mucho por ti— Changwook contempló su brillante sonrisa —Te mereces lo mejor.
El castaño notó la sinceridad en sus palabras pero también advirtió una leve tristeza, a pesar del gran esfuerzo que estaba haciendo por ocultarla.
—Lo de ayer no volverá a pasar— el director se levantó de la silla —Te vuelvo a pedir disculpas, a ti y a Jungkook.
—Hyung, yo también quiero pedirte disculpas por no habértelo dicho antes y por no haber reaccionado mejor. ¿Crees que a pesar de todo podemos ser amigos?
—No, lo siento.
Taehyung bajó la mirada entristecido por su respuesta, aunque en realidad comprendía por qué no quería su amistad.
—Lo haces por mí, ¿verdad? Intentas protegerme.
—Tengo que preparar unos exámenes— Changwook tomó su maletín y varios libros de la mesa —Gracias por tu trabajo, profesor Min.
El menor se quedó en silencio mientras le veía abandonar la sala.
—Profesor Min— Taehyung volvió a tomar asiento con el corazón en un puño —Ya veo...
Jungkook miró por décima vez hacia el reloj que colgaba de la pared de la comisaría. Eran las siete de la tarde y todavía seguía allí metido, sin ganas de volver a casa. El aspecto de Ji Changwook le había supuesto un golpe duro a su moral.
Taehyung era increíblemente atractivo, así que esperaba que el profesor tuviese buen porte, pero lo que había visto era pasarse. Ese hombre no parecía un docente común y corriente, tenía el aspecto de un actor de renombre.
«Los profes de mi universidad eran horribles... A cada cual más calvo, viejo y feo»
Jungkook resopló frustrado. Llevaba todo el día dándole vueltas a su relación con Taehyung, sintiendo celos de aquel desconocido y mucha inseguridad. ¿Cómo había sido su relación con él? ¿Qué le había atraído? ¿Era su físico? ¿Su personalidad? ¿Su experiencia? ¿Su profesión? ¿Las cosas que tenían en común?
«Comparado con él solo soy un chico inexperto...»
El maknae apoyó la frente contra el escritorio. La puerta de la comisaría se abrió mientras él seguía sumergido en sus pensamientos. Cuando alzó la vista y detectó a Taehyung en mitad de la sala, estuvo a punto de caer de la silla.
—Vaya, no esperaba esa reacción— se sorprendió el mayor —¿Te alegras o te asustas de verme?
—¿Qué haces aquí?— carraspeó incómodo, tratando de ocultar su sobresalto —Estoy trabajando.
—¿Calentando el sillón?— Taehyung arqueó una ceja escéptico —¿A eso le llamas trabajar?
—No hay mucho que hacer— se defendió inmediatamente —Pero estoy aquí por si alguien me necesita.
—¿No deberías estar en casa?— Taehyung vio un puñado de libros tirados en el suelo y los recogió. El joven se fijó en que eran sobre leyes, normas y reglamentos —Te estaba esperando. Se supone que estás de turno de mañana— los dejó encima del escritorio —¿No quedaste en eso con tu compañera?
—Se ha enfermado y he tenido que quedarme unas horas más— mintió. Chanmi estaba dando una vuelta por el pueblo mientras él se escondía en la comisaría. En realidad solo había decidido quedarse para evitar a Taehyung. Jungkook no quería montarle un numerito y después de ver a Changwook sabía que lo haría.
—¿Qué sucede?— el castaño dejó la mochila que traía en el suelo —Estás muy raro. ¿Ha pasado algo?
—No. Nada.
—Jungkook, no soy ciego. Si pasa algo debes decírmelo. ¿No hemos quedado en eso? No ocultes tus sentimientos, por favor.
El maknae apretó el puño. Había algo que llevaba carcomiéndole desde ayer más que ninguna otra cosa, pero tenía más miedo de oír la respuesta que de hacer la pregunta.
—Venga, escúpelo— insistió Taehyung —Dime en qué estás pensando.
—¿Le amabas? A tu profesor— susurró tras reunir todo el valor que pudo —¿Le amabas como me amas a mí?
El mayor no se sorprendió del todo, aunque sí sintió dolor al ver tanto temor reflejado en su mirada.
—Le quería pero no como te amo a ti— Taehyung dio varios pasos hacia él sin perder el contacto visual con su chico —Era un amor distinto al que siento por ti.
—Es atractivo... Es muy atractivo— Jungkook bajó la vista —Le he visto hoy saludando a Yoongi hyung— se trabó por culpa de los nervios —No pretendía... Yo... Me siento muy inseguro, Tae. Estoy celoso de él... Estoy tan celoso y tengo tanto miedo de perderte... Sentirse así es una mierda...
Taehyung rodeó su cintura y lo apretó suavemente contra su cuerpo. Jungkook agradeció ese gesto desde el fondo de su corazón. Estaba muy inquieto y no sabía cómo lidiar con tantas emociones negativas.
—Gracias por decírmelo— dijo el mayor con voz melosa —¿Es por esto que no has vuelto a casa?
—Lo siento... No quería comportarme como un idiota... No quería decir algo que te hiciera sentir mal... No quería hacer lo mismo que hice ayer...
—Tranquilo— Taehyung le acarició la espalda tratando de mitigar su ansiedad —Changwook hyung me ha vuelto a pedir disculpas y también me ha dicho que está dispuesto a pedírtelas a ti. No quiere crear problemas entre nosotros, mi amor. Ha sido un error que ya está aclarado. No tienes que seguir preocupándote por esto.
Jungkook cerró los ojos y se agarró más fuerte de su espalda.
—Y tampoco tienes que sentirte inseguro hacia él. Lo que hubo entre nosotros quedó en el pasado— se apartó un poco para mirarle a los ojos —¿Acaso no ves lo enamorado que estoy de ti? Me rechazaste tres veces. Tres veces— repitió indignado —Estás loco si piensas que voy a dejarte ahora que eres mío.
Las palabras de su novio denotaron tal sinceridad, que el maknae no pudo contener su sonrisa. Taehyung le besó dulcemente en el pómulo, agrandando su expresión.
—Para mí eres el hombre más atractivo del mundo.
—Tae, yo...
—Dime— le apretó la mejilla —¿Crees que cuando hablé de casarnos estaba de broma?
—N-No— Jungkook se sonrojó inevitablemente —Claro que no. Yo... Es solo que, bueno...
—Vas a ser mi marido, Park Jungkook. Conseguiremos una casa enorme al lado de nuestros hermanos y criaremos a Mellie como la reina que es— Taehyung tiró un poco de su mejilla —¿Me has entendido? Seremos una familia muy pero que muy feliz.
—Te he entendido— el menor no pudo resistirse y le besó en los labios —Te amo.
Taehyung continuó el beso haciéndolo mucho más largo e íntimo. El joven tenía algo más en mente pero todavía era muy pronto para compartirlo con él. Si la situación en la isla seguía favorable para todos, entonces se lo propondría. Si Jimin conseguía su propósito, entonces daría el paso que tanto deseaba dar con él.
Hola. Amo la amistad del Yoonkook. La amo mucho. Adiós. 🐈🐇
Poco a poco se va descubriendo más sobre Seokjin. ¿Qué pensáis de lo que ha escrito en su cuaderno? ¿Creéis que Namjoon ha tomado la decisión correcta al quedarse en su orbit? 🤔
¿Ha hecho Changwook bien o mal en rechazar la amistad de Taehyung? 🧐
Parece que Taehyung ha logrado aplacar las inseguridades de Jungkook. La vida en Inyeon está trayendo otros desafíos para la pareja, pero ambos están superando los obstáculos, creciendo y fortaleciendo su relación. ❤
¿Cómo estáis? ¿Os ha gustado Stay Gold? Yo la amo. 🥺 A mí las canciones japonesas de Bangtan siempre me gustan mucho. 🥺 Espero que estéis teniendo un buen finde y que os encontréis bien de salud. Cuidaros mucho del COVID-19. Os quiero mucho. Besos~ 💜💜💜
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