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29

Namjoon abrió los ojos lentamente. El chico se sentía cansado, amodorrado y algo desorientado. Poco a poco fue despejándose hasta tomar asiento sobre la cama. La habitación estaba vacía y en el exterior brillaba el sol con mucha intensidad.

Namjoon se levantó con cuidado. Pronto notó que sus piernas estaban débiles y que los huesos le dolían con cada paso. El primo de Jungkook salió del dormitorio con cierta dificultad. El camino hasta la cocina le tomó más tiempo de lo esperado.

—¡Oh, por fin despiertas!— Seokjin se sorprendió al verle —¿Estás bien?

—¿Por fin despierto?— dijo confuso —¿Cuánto tiempo llevo durmiendo?

—Siete días— el mayor dejó la cuchara dentro del cuenco de cereales —Pensé que tardarías menos, la verdad.

Namjoon se quedó de piedra.

—¿He estado durmiendo una semana?

—¿Qué te dije?— Seokjin se levantó de la silla y puso los brazos en jarra —Te dije que no podías ir tú solo. Todavía no te has adaptado a esto, Namjoon. Tu cuerpo no puede lidiar con la presión.

—Hobi estaba sufriendo mucho— murmuró tras entender lo que había pasado —No podía seguir mirando...

—Eso lo comprendo— aseguró en un tono más sosegado —Pero deberías haberme pedido ayuda. 

—¿Cómo están los demás?

Seokjin suspiró al verle cambiar de tema. El mayor sabía que Namjoon estaba mentalmente agotado y físicamente muy dolorido, por eso no insistió y lo dejó pasar.

—Están mejor— le tranquilizó —Siéntate. Te prepararé algo para desayunar.

—¿Puedo verles?

Seokjin asintió y observó cómo se dirigía hacia el salón. Cada paso que daba parecía costarle mucho esfuerzo.

—¿Te ayudo?

—No, ya puedo yo— Namjoon tomó asiento entre varios cojines —Pero gracias.

—Por cierto— Seokjin comenzó a lavar unos pimientos —¿Te gusta el sofrito de verduras?

El joven se giró hacia el salón al no recibir una respuesta. Namjoon se había quedado dormido con el mando entre las manos.

—Tonto— bufó acercándose a él —Espero que hayas aprendido la lección— le amenazó con el pimiento.

El rostro cansado de Namjoon le hizo suspirar. Seokjin dejó la verdura sobre la encimera y regresó al salón con una manta. Tras poner el mando encima de la mesita lo arropó y le acomodó la cabeza con cuidado.

—Tienes que pensar más en ti— susurró —Ellos no son los únicos que están sufriendo.

Seokjin desvió la mirada al oír la voz de Jimin. El rubio estaba bajando por las escaleras en ese preciso instante.

Jimin se encontró a su novio lavando fruta en la cocina. El rubio se acercó sigilosamente y lo abrazó por la espalda.

—¡Buu!— Yoongi dio un respingo a causa del susto —¿Estás preparando el desayuno?— preguntó con voz melosa.

—Sí, aunque casi te quedas sin desayuno, sin cocinero y sin novio— resopló con el corazón agitado —No te he oído bajar.

—Es el resultado de vivir con un gatito— aseguró mimoso —Aprendo mucho de ti. Miau.

Yoongi sonrió por su comentario pero aún más por el maullido.

—¿Dónde están los demás?

—Hoseok y Eunha ya han salido hacia el hospital— el chico metió la fruta en un bol —Tae y Jungkook han quedado con Sungjae para desayunar en su casa.

—Y Mellie sigue en la cama, ¿no?— el rubio vio cómo asentía —Seguro que baja en cuanto nos pongamos a desayunar.

—¿Estás nervioso?— Yoongi se secó las manos —Hoy es tu primer día de trabajo.

—Hoy es el primer día de todos— Jimin escondió las manos en los bolsillos del pantalón —¿Cómo no estarlo?— su alegría se desvaneció —La voy a cagar fijo.

—No la vas a cagar— el mayor lo agarró de la cintura —Lo vas a hacer muy bien.

—Este trabajo no es para mí, Yoon... Es algo que le iría bien a Namjoon hyung...

—Namjoon está muy orgulloso de ti— aseguró convencido —Y yo también lo estoy— le dio un beso en el cuello, haciéndole sonreír —Confía en ti mismo.

—Dame más mimos— clamó con cierto teatrillo —O no podré hacerlo.

Yoongi fue besando desde la comisura de los labios hacia su pómulo izquierdo. Jimin se dejó hacer mientras ponía la vista sobre la encimera de la cocina. El rubio extendió el brazo con la intención de sumergir los dedos en el interior de un cuenco, pero su novio se lo impidió.

—Nene, eso no es comestible— le apretó la muñeca —No seas travieso.

—¿No? ¿Entonces qué es?— curioseó —¿Lo has hecho tú?

—Es un lubricante casero. Se puede usar pero no ingerir.

La expresión de Jimin llevó a Yoongi a soltar una carcajada.

—¿Sabes hacer lubricante?— preguntó como si no fuese obvio —¡Joder, eres un puto genio!

—Es lo que tiene ser yo— Yoongi se encogió de hombros —Estoy acostumbrado a buscar alternativas.

—¿Y es seguro?— Jimin acercó la nariz para olerlo —Es decir, no nos dará una reacción alérgica o nos saldrá un tercer testículo, ¿no?

—Si nos da una reacción alérgica tenemos a Hoseok y si nos sale un tercer testículo tendremos más donde chupar.

—Me encanta tu filosofía de vida— Jimin le tomó del brazo —Venga, vamos a probarlo.

—¿Ahora?— parpadeó incrédulo —Lo había hecho para esta noche.

—¿Bromeas? No hay nadie en casa, tenemos vía libre.

—Pero... ¿Y el trabajo?— el mayor miró el reloj de la pared —No nos dará tiempo a desayunar.

—Min Yoongi. ¿Qué es más importante?— Jimin puso los brazos en jarra —¿Comer o follar?

Yoongi parpadeó cuatro veces antes de comenzar a quitarse el pantalón. El rubio se rió al ver cómo se desvestía en un abrir y cerrar de ojos.

—Si llego tarde te echaré la culpa, Park Jimin.

—Échame la culpa de lo que quieras.

✦✦✦ 

Jimin metió las manos por debajo de su camisa. Yoongi sintió sus gruesos labios presionar contra su nuca, haciéndole sentir un delicioso cosquilleo.

—Te dije que te follaría en la isla— las manos del menor fueron desabrochando los botones paulatinamente mientras se apretaba contra su trasero —Lo recuerdas, ¿o no?

—¿Cómo podría olvidarlo?— respondió con voz profunda —¿Vas a follarme?

Una pícara sonrisa se dibujó sobre el rostro de Jimin. El rubio le soltó y retrocedió varios pasos antes de tomar asiento sobre una silla.

—Desnúdate— alzó la vista seductivamente hacia él.

La mirada del menor cargaba tal sensualidad que le dificultó la respiración por un instante. Jimin vestía una camisa azul de manga larga y un pantalón negro de vestir. Su cabello peinado hacia atrás brillaba en tonos dorados.

El mayor depositó su camisa blanca en el suelo y se llevó las manos a la ropa interior. Cuando deslizó la tela unos centímetros, Jimin chasqueó los dedos súbitamente.

—Ven aquí.

Yoongi siguió sus indicaciones con el pulso acelerado. Jimin contempló cada parte de su cuerpo; la piel blanca de su novio le recordó a los días de invierno que tanto añoraba.

—Siéntate.

El mayor se sentó sobre su regazo, notando inmediatamente un bulto contra su trasero. Esa sensación y la de sus manos siendo atadas por algo áspero, le provocó una enorme excitación.

Jimin apretó la palma de la mano contra su boca. Yoongi dedujo que quería que la lamiera.

—Buen minino— susurró el rubio contra su oreja.

Yoongi dejó escapar un leve suspiro cuando su novio metió la mano dentro de su ropa interior. El primer contacto con su miembro le hizo estremecerse del gusto, sensación que fue aumentando con los movimientos circulares que hacía sobre su erección.

El chico cerró los ojos, dejándose llevar por las caricias de su pareja. Jimin rozó su lóbulo izquierdo con los labios y luego comenzó a succionarlo mientras ejercía más presión sobre su pene.

Yoongi gimió sin poder contenerse. La idea de que alguien pudiera entrar por la puerta y encontrarlos en esa situación, le daba aún más morbo del que ya de por sí sentía.

Su corazón dio un vuelco con la repentina aparición de Mellie. La perrita se quedó mirando unos pocos segundos antes de proseguir a beber de su cuenco.

—La has despertado con tus gemidos— susurró juguetón —Que desconsiderado eres, hyung.

Yoongi se giró buscando su boca pero Jimin no le concedió el beso que ansiaba. El menor bajó la mano hacia sus testículos y los apretó con delicadeza, arrancándole otro jadeo.

—No sabes lo mucho que me pone tenerte así— el rubio lo tomó de la mandíbula y le lamió la comisura de los labios —Pero ahora necesito que te levantes.

Sus miradas se cruzaron fugazmente antes de que Yoongi se alzara y retrocediera unos pasos. Jimin se levantó con más calma, a pesar del visible bulto en su entrepierna. El rubio lo agarró de la cintura y le besó apasionadamente.

El fuego entre ellos era tan vívido que ninguno reparó en las risas de unos niños que provenían del exterior, ni en la perrita, que seguía paseándose libremente por la cocina.

Jimin lo condujo hacia la mesa movido por el deseo. Yoongi trató de resistirse, a pesar de tener las manos atadas a la espalda no quería ponérselo tan fácil. Esa pequeña oposición por su parte se convirtió en un forcejeo que terminó con la cara del mayor contra la mesa.

—¿No te iba lo romántico?— Jimin no le dejó moverse —¿Acaso te apetece probar algo más duro?

—¿Y qué si quiero probar algo más duro?— respondió desafiante —Me gusta hacértelo. ¿Por qué no iba a gustarme que tú me lo hicieras a mí?

—¿Quieres que te folle duro?— se apretó contra su trasero —Si quieres que lo haga, lo haré.

Yoongi deseaba que su novio lo hiciera pero no quería rogar por ello.

—Fóllame.

—¿Sabes lo que amo de ti?— el menor se apartó un poco para abrirse el pantalón —Que nunca me niegas nada.

—Contigo estoy abierto a todo— se humedeció los labios impaciente —El Kamasutra no se completa si eres quisquilloso.

—En eso llevas razón— Jimin le quitó la ropa interior y tomó el recipiente con el lubricante —Que aburrido sería practicar solo el misionero, ¿no?

Yoongi sonrió. La idea de que su vida íntima se limitara a hacer el amor de la misma manera le horrorizaba. Por fortuna no tenía que preocuparse por eso. No teniendo tanta afinidad con su novio.

El mayor sintió los dedos de Jimin introduciéndose lentamente en su recto. Yoongi exhaló un suspiro, relajando el cuerpo y dejándose guiar por él. Jimin contempló sus manos atadas mientras dilataba su pequeña entrada. El cuerpo de Yoongi estaba completamente expuesto y esa imagen tan dócil de él le cortó la respiración.

El mayor no tardó en sentir el miembro de su novio abriéndose paso por su interior. Tampoco demoró en recibir la primera estocada.

—¿Cómo lo sientes?— preguntó Jimin, refiriéndose al lubricante.

—Se siente delicioso— respondió algo agitado.

Jimin se inclinó para besarle la espalda.

—Entonces no me contendré— aseguró contra su piel, antes de soltarle las manos —Agarrarte bien a la mesa.

El mayor siguió su consejo con el corazón a punto de estallar. Su excitación fue aumentando conforme Jimin iba deslizando las manos por sus muslos, hasta agarrarlo fuertemente de las caderas. Las primeras embestidas fueron intensas pero suaves, justo como solían gustarle a Yoongi.

El rubio comenzó a entrar y salir de él con mayor intensidad. Un gemido efusivo escapó de los labios de Yoongi; su cuerpo se acopló rápidamente al paso que marcaba.

—Ah... Jimin...

El rubio lo obligó a alzar el cuerpo pero sin dejar de penetrarlo con profundidad. El mayor jadeó al sentir un suave mordisco sobre su hombro. Al girar la cabeza hacia su novio detectó una mirada sensual, llena de deseo.

—Bésame— imploró.

Jimin buscó su boca sediento, como si estuviese en pleno desierto. Sus lenguas se amaron por poco tiempo debido a la fuerza de las embestidas. Yoongi apartó el rostro incapaz de controlar su propio cuerpo. Las sensaciones eran desmedidas pero también maravillosas. Jimin llenaba cada rincón de su piel como ningún otro hombre lo había hecho nunca.

El rubio sintió el sudor corriendo por su frente. La mañana en Inyeon era calurosa pero no tanto como el acto de placer que tenía lugar entre ellos.

Jimin volvió a poseer la boca de su novio antes de empujarlo una vez más contra la mesa. El rostro de Yoongi chocó ligeramente contra la madera, haciéndole saborear el control que el menor ejercía sobre él.

—Más rápido, más rápido— jadeó sin miedo a perder la razón —Jimin... Ah...

Los gemidos tomaron tal intensidad que el rubio apenas podía apartar la mirada de Yoongi. Su forma de entregarse, de confiar en él y de disfrutar del sexo le fascinó, pero también reforzó el hecho de que Jimin era tan adicto a él como Yoongi lo era de Jimin.

El mayor rogó y maldijo, incluso suplicó que parase, pero cuando Jimin se detuvo le gruñó por hacerlo. Aquello dibujó una sonrisa en el rostro del menor, al que le deslumbraba su entrega.

—Oh, sí... Me voy a correr— soltó con un ronco gemido.

Jimin se detuvo abruptamente para disgusto de Yoongi. El mayor no llegó a protestar porque su novio lo tumbó inmediatamente sobre la mesa.

—¿Qué vas a hacer?— preguntó fuera de aliento. El fuego que vio en su mirada aumentó su excitación —¿No irás a...?

—Por supuesto que sí— Jimin se desvistió del todo para tener más movilidad —Y no hay nadie que me detenga.

—Joder— exhaló mientras veía cómo se subía a la mesa —Nos la vamos a cargar.

Jimin volvió a empapar su entrada con lubricante y aplicó el resto sobre su pene. Luego se arrodilló, tomó su pierna izquierda y la levantó, apoyándola sobre su hombro.

—Tranquilo— sonrió pícaramente —Los ricos solo compramos cosas de calidad.

—Eso dirás tú pero yo no me fío de los ricos.

—Y sin embargo aquí estás, dejándote follar por uno— espetó con cierta arrogancia —Menudo hipócrita eres.

—¿Vas a seguir dándome un sermón o vas a follarme ya?— apremió impaciente.

—Eres tan arisco— se mordió el labio inferior —Ojalá tuviera un plug anal con cola de gato para metértelo.

—Tú y tus extraños fetiches.

El rubio sujetó con una mano la espinilla de la pierna levantada y su novio alzó el trasero para facilitarle el acceso. La sonrisa de Yoongi desapareció en cuanto Jimin volvió a penetrarlo. Las primeras estocadas fueron suaves porque todavía se estaban adaptando a la posición, pero pronto volvió a profundizar con más fuerza.

El menor comenzó a masturbar el falo de su pareja cuando se hizo evidente que necesitaba su atención. Por unos minutos solo se oyó el sonido del reloj y los gemidos del mayor, acompañados de la respiración de Jimin.

Yoongi no apartó la mirada del rostro de su amante mientras este lo hacía suyo. El rubio tenía un carácter que lo enloquecía, que lo seducía hasta límites insospechados. Solo con él era capaz de desnudarse en cuerpo y alma; solo con él era capaz de sentir tal nivel de placer y pasión.

El clímax alcanzó a ambos con furor, empujando a Yoongi a eyacular exhausto sobre su piel. Jimin se corrió tras una profunda embestida sobre la mesa. Aunque hubiera preferido hacerlo dentro de él, debían ir a trabajar y no había tiempo para meterse en la ducha.

Los dos tardaron unos segundos en recobrar la respiración.

✦✦✦ 

—¿Estás bien?— Jimin lo ayudó a ponerse en pie.

—Estoy bien— jadeó fuera de aliento.

El rubio tomó un rollo de papel de la encimera y le limpió el semen.

—Aunque nunca he tenido esta sensación...

—¿Cuál?— se preocupó inmediatamente —¿Te he hecho daño?

—No— Yoongi le besó suavemente —Es solo que...

Jimin dejó el papel a un lado y aguardó unos segundos, pero su novio no continuó.

—¿Qué pasa?— ese silencio creó algo de tensión en él —Puedes decírmelo.

—Estoy enamorado de tu pene mágico— susurró en un tono profundo y sensual.

La mirada descarada de Yoongi le provocó tal bochorno, que Jimin agarró el trapo con el que le había atado las manos y le sacudió el trasero.

—¡Oye, no me pegues!— pidió entre risas —Solo soy un apasionado admirador de tu varita mágica.

—Me has preocupado, estúpido— gruñó haciendo un puchero.

Yoongi lo abrazó en son de paz. Jimin le echó una mirada asesina pero su falsa indignación no aguantó ni medio minuto. Antes de poder reprocharle nada ya estaba saboreando la boca de su chico.

—Contigo se siente muy distinto...

Jimin notó que su mirada se había vuelto seria.

—Hyungsik hyung no me hacía sentir como me haces sentir tú. Y no lo digo solo porque estemos enamorados. Tú no buscas tu propio placer, priorizas el mío. Sé que eso se debe a que me amas pero... Me haces sentir como una persona, me haces sentir valorado— Yoongi contempló su rostro —No sabía que merecía sentirme así hasta que te conocí. No sabía que merecía ser feliz hasta que entraste en mi vida.

—Ven aquí— el rubio lo estrechó entre sus brazos —Eres el hombre más maravilloso del mundo, por supuesto que mereces ser feliz— Jimin sintió un profundo desprecio hacia Hyungsik por hacerle creer que solo era un trozo de carne —Te amo y siempre te haré sentir querido, valorado y respetado.

Yoongi le besó conmovido por sus palabras. El mayor no quería pensar en su pasado pero lo cierto era que sus recuerdos revivían cada vez que Jimin le hacía el amor. Y eso sucedía porque su pareja le hacía sentir válido. Su novio le hacía sentir como jamás pensó que podría sentirse y eso suponía una contradicción en la imagen que había creado de Hyungsik y en su historia con él. Porque aunque Yoongi era consciente de que no era un buen samaritano, sí había creído que aquella parte de su vida no había dejado huella en él.

—No te preocupes— el rubio apoyó la frente contra la suya —Juntos superaremos todas esas inseguridades.

—Lo sé— sonrió genuinamente —Contigo puedo superarlo todo.

Un ruido alertó a la pareja. Los chicos se miraron desconcertados dado que la casa estaba completamente vacía. Jimin fue hacia el salón donde se encontraba Mellie. La perrita saltó del sofá y corrió hacia las escaleras.

Yoongi y Jimin comenzaron a vestirse apresuradamente, conscientes de que alguien podría haberse colado en la vivienda. El mayor agarró un cuchillo Santoku y se asomó al pasillo.

—¡No me jodas!— bajó el arma —¿Qué coño haces aquí?

—Vivo aquí— contestó Taehyung bajando los escalones —¿Ya habéis terminado de follar?

Los dos se sonrojaron inevitablemente.

—¿D-Desde cuándo estás en casa?— preguntó el rubio avergonzado.

—Desde hace un rato— alzó la corbata —Me he dejado esto.

—¿Has oído algo?— Yoongi se tensó por si había escuchado la conversación.

—A ti— torció la boca —Y no me culpes, se te oía desde mi puñetera habitación.

Yoongi se sintió más aliviado que avergonzado.

—Espero que limpiéis la mesa. No quiero encontrarme vuestros espermatozoides.

—Nunca te cansas de hacer el payaso, ¿verdad?— Yoongi se cruzó de brazos —Venga, lárgate de una vez. Vas a llegar tarde al trabajo.

—¿Yo?— se llevó la mano al pecho, escandalizado por la acusación —Vais a llegar tarde vosotros por follar como animales.

—Deberíais ir juntos— propuso Jimin, ignorando la parte de los animales —Yo limpio esto— le dijo a su chico en voz baja —Ve con él.

Taehyung se puso la corbata caoba y se apoyó contra la pared, esperando a que su hermano se dignase en darle una respuesta. El menor observó cómo se arreglaba la ropa y se pasaba la mano por el cabello mientras su novio subía al segundo piso.

Los Min no intercambiaron palabra ni cuando el rubio regresó con una corbata azul marina. Jimin se la puso a su chico con mucho cariño.

—Ya está— sonrió —Estás guapísimo.

—Gracias, nene— el mayor le besó profundamente enamorado —En unas horas nos vemos. Ten un buen día.

Jimin asintió jovial, luego miró a su mejor amigo.

—Suerte, TaeTae.

Taehyung iba a responderle pero Yoongi se metió en medio.

—Vámonos— gruñó impaciente —No tenemos todo el día.

—¿Qué coño rebuznas?— Taehyung se quedó atónito ante el descaro de su hermano —¡Te llevo esperando media hora, borrico!

Los Min se dirigieron hacia el centro del pueblo sin hablarse. A Yoongi le gustó esa calma pero su dicha no duró demasiado. Al pasar por un parque infantil se rompió el silencio.

—¿Quién es el tal Hyungsik?

El corazón del mayor dio un vuelco al oír ese nombre. Yoongi meditó cómo reaccionar; si se ponía a la defensiva o se cerraba en banda podría ser sospechoso.

—Nadie importante— el joven trató de contener los nervios —Solo un chico al que conocí hace unos años.

—¿Te hizo daño?

—¿Por qué andas escuchando mis conversaciones con Jimin?— resopló indignado —En serio, estábamos en un momento íntimo. ¿No tienes vergüenza?

—Sabes de sobra que no la tengo— se encogió de hombros —Además, no lo hice con mala intención.

—Este mocoso— gruñó como un anciano —Mira, todos hemos tenido una mala experiencia, ¿no? Hyungsik hyung fue la mía— explicó de la manera más natural que pudo —No le des vueltas, es parte del pasado.

Taehyung se quedó en silencio, mostrando una expresión pensativa. Esa actitud preocupó a Yoongi.

—Luego haré más lubricante— comentó para distraerle —Si te interesa, claro.

—¿Eh? ¿Lo has hecho tú?— se sorprendió —¿Cómo?

—Con ingredientes naturales— se detuvo un instante —Pero no pienso decírtelos.

—¡Venga ya!— Taehyung chasqueó la lengua, fulminándole con la mirada —Qué egoísta por tu parte.

Yoongi se rió, tratando de mostrarse como siempre. El menor cruzó los brazos disgustado pero el enfado se le pasó en cuanto pensó en Jungkook.

—¿Entonces harás lubricante para mí?— recalcó en un tono amable —¿Lo tendrás para esta noche?— su hermano asintió con la cabeza —Genial.

Yoongi sonrió. Había logrado desviar la conversación y hacerle olvidar a Hyungsik.

—Hyung, ¿qué prefieres?— soltó de repente —¿Ser pasivo o activo?

—¿Y ahora por qué demonios me preguntas eso?

—Te veo muy suelto hablando de sexo así que tengo que aprovechar— se rió entre dientes —Pero si no quieres puedes contarme tu mala experiencia con ese tipo.

Yoongi se maldijo a sí mismo por creer que Taehyung dejaría el tema tan fácilmente.

—Las dos— respondió a regañadientes —Es bueno explorar con tu pareja para tener mejor sexo.

—Pienso igual— apoyó el menor —Yo tampoco podría limitarme. Deja, deja— negó con la mano —Menos mal que Kookie está abierto a todo.

—Eso debe ser cosa de familia— respondió pensando en Jimin.

Los dos se echaron a reír justo antes de llegar a la escuela. El edificio tenía dos plantas y era bastante grande. Estaba equipado con placas solares y tanques de agua, como todos los demás. A Yoongi le entró cierta preocupación mientras contemplaba la fachada.

—Tranquilo, hyung— Taehyung le dio un golpecito en el hombro al ver cómo los nervios se apoderaban de él —Me has criado tú solo y he salido la mar de bien— se señaló a sí mismo —Esto es pan comido para ti.

—Eso espero...

Los Min entraron en el edificio y se dirigieron hacia el despacho del director. Taehyung también estaba nervioso aunque mucho menos que su hermano. El castaño sentía una tremenda emoción por volver a ejercer la profesión para la que tanto se había preparado.

Por los pasillos se toparon con varios niños y adolescentes de distintas edades. Yoongi no pudo contener la sonrisa que le dibujó la expresión que vio en su hermano. Taehyung estaba pletórico y no podía ocultarlo.

—Tae, es aquí— señaló una puerta en la que ponía «despacho del director».

Tras llamar entraron a la habitación.

—Buenos días— saludó Yoongi —Somos los Min. Nos envía el Señor Gam.

Un hombre vestido de traje se giró hacia ellos mostrando una agradable sonrisa. Su rostro alegre cambió bruscamente a una expresión de puro desconcierto. Yoongi apartó la mirada de él al sentir cómo su hermano se agarraba de su brazo. Taehyung tenía la misma expresión de sorpresa mientras miraba al que una vez fue su profesor y amante, Ji Changwook.

A Yoongi casi le hace sudar más la pregunta de Taehyung que el ejercicio con Jimin. Hasta ahora ha sido capaz de ocultarle su pasado, ¿pero será capaz de ocultárselo para siempre? 🤔

Apareció Ji Changwook. Lxs que habéis leído Sui Géneris lo estabais esperando, ¿verdad? ¿Cómo reaccionará Taehyung? La relación que tuvieron no terminó como hubieran querido... ¿Quedarán sentimientos entre ellos? 👀

Os comenté que tenía cita con mi cirujano pero por desgracia me la han cancelado. No podré pedir otra hasta que acabe el estado de alarma y entre eso y la gente que estará como yo, a saber cuándo podré ir al hospital. Solo quería deciros que lo estoy llevando lo mejor posible. Gracias por vuestro apoyo y por preocuparos. 🌹

Últimamente no dejo de borrar spoilers y muchos provienen de personas que están releyendo Evanescente. Por favor, no desveléis la trama. Es altamente frustrante y sinceramente me quita las ganas de escribir. Si os gusta mi trabajo, respetadlo. Es lo único que pido. Gracias. 💜

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