27
El pulso del menor se disparó al ver a Sungjae. Jungkook estaba muy impactado con su presencia, pero también con el cambio físico que halló en él. La última vez que lo vio llevaba el pelo corto y castaño, ahora lo tenía más largo y negro. El maknae también se fijó en la cicatriz de su cuello. Por el aspecto de la marca parecía una herida reciente.
Sungjae dejó a Mellie sobre la arena y la perrita corrió alegremente hacia sus «papás». Taehyung la alzó en brazos sin saber muy bien cómo comportarse. La tensión entre ellos era asfixiante.
El castaño desvió la mirada hacia su novio. Ambos seguían mirándose con sorpresa pero también con cierta cautela, como si aquel reencuentro fuese una mera ilusión.
Jungkook fue el primero en romper el silencio.
—Tenías razón— el maknae dio varios pasos hacia Sungjae antes de arrodillarse delante de él —Mi padre era una mala persona... Mi padre le arruinó la vida a tu familia— Jungkook inclinó el cuerpo todo lo posible —Siento mucho todo el dolor que te hemos causado. Lo siento profundamente.
Taehyung se mordió el labio inferior. El dolor que transmitía la voz de Jungkook le creó un profundo malestar y sin embargo, lo que más temía era la reacción de Sungjae. Jongsuk había sido un desalmado y por ende entendía el odio que albergaba hacia él.
Taehyung se tensó al verlo caminar hacia Jungkook. Sungjae se arrodilló enfrente del maknae y lo envolvió en un cálido abrazo.
—¡Estás vivo!— exclamó con un nudo en la garganta —¡Estás vivo!
El menor se quedó paralizado; Taehyung en cambio exhaló un suspiro, aliviado por su reacción.
—Pero... Hyung...— Jungkook alzó la cabeza confuso —¿Y-Ya no me odias?
—¿Odiarte? Pensé que habías muerto— Sungjae lo agarró de la nuca —Me alegro de que estés aquí. No te haces una idea de cuánto me alegro— el chico lo volvió a abrazar —Qué bien que estés vivo.
El maknae no logró retener las lágrimas. Hacía años que su amigo no le miraba con tanto afecto. Taehyung en cambio se sintió raro al presenciar dicha escena. El joven decidió caminar hacia la orilla para darles un poco de privacidad a ambos.
Sungjae arropó al menor hasta que disminuyó su llanto; luego se acomodaron sobre la arena.
—Esto es tan extraño— comentó Sungjae entre alegría, alivio e incredulidad —Ayer soñé contigo y hoy estás aquí. Parece un milagro.
—El milagro es que tú estés aquí y me hayas recibido así— Jungkook se limpió las lágrimas —La última vez fue... Todo fue muy distinto...
—La última vez estaba muy enfadado— resopló incómodo —Mi casero iba a echarme por impago del alquiler y mi jefe no quería pagarme las horas extra... Cuando te vi allí, acompañado de tus amigos pijos y viviendo una vida de lujo... Sentí mucha rabia.
—Lo siento, hyung— el menor bajo la mirada —Yo... Yo no quería hacerte daño.
—No fue culpa tuya— Sungjae le alzó la barbilla, obligándole a mirarle a los ojos —Tu padre era un manipulador de manual y nosotros solo unos críos— afirmó con cierta amargura —Siento haberlo pagado contigo.
Jungkook no pudo contenerse y le dio un abrazo muy fuerte. Sungjae sonrió genuinamente por el contacto.
Taehyung observó la escena desde la orilla. Verles tan unidos y cariñosos le alegró, pero también le provocó cierta inquietud.
—El fin del mundo me ha hecho pensar en algunas cosas del pasado— Sungjae se tumbó —¿Y sabes cuál es la que más he lamentado?
—No— Jungkook le imitó —¿Cuál?
—Haber sido tan injusto contigo— confesó arrepentido —Lo siento mucho, Jungoo. ¿Puedes perdonarme?
—No hay nada que perdonar— Jungkook no pudo controlar las lágrimas —Ah, mierda— se frotó los ojos —¿Por qué me vuelves a llamar Jungoo?— se tapó la cara —Y encima tan de repente... Deja de hacerme llorar, hyung.
Sungjae le frotó la cabeza como solía hacer cuando eran pequeños. Ese gesto emocionó aún más a Jungkook.
Taehyung fue incapaz de despegar la vista de ellos; hasta que un ladrido de la perrita lo sacó de su trance.
—Shhh. ¿Por qué ladras?— Mellie le miró fijamente a los ojos —Deja de juzgarme. ¿No hay algún cangrejo con el que puedas jugar?— bufó molesto —Venga, vete a hacer cosas de perras.
Mellie se giró y se posicionó para defecar.
—¿En serio te vas a poner a cagar?— se cruzó de brazos —A ver si mejoramos esa actitud, Señorita.
Taehyung se apartó de ella y volvió a fijar la vista sobre su novio.
—¿Cómo llegaste a la isla, hyung?
—Fue por casualidad— Sungjae metió las manos en los bolsillos del pantalón —Estaba trabajando en una fiesta cuando la gente comenzó a correr despavorida, golpeándose los unos a los otros. Una chica con una discapacidad física cayó al suelo y nadie reparó en ella, así que la saqué de allí— se detuvo un instante —Cuando salimos al exterior... Aquello parecía el fin del mundo.
Jungkook recordó su primer encuentro con un infectado. El maknae jamás olvidaría a la joven que vio devorada en un estrecho callejón de Daegu.
—El padre de la chica apareció en un coche— continuó —Me dejó subir con ellos y nos llevó a un embarcadero privado.
—Y así llegaste aquí, ¿no? Qué suerte tuviste, hyung— le apretó el brazo —¿Vives con ellos?
—No— su rostro se tornó triste —La muchacha se infectó antes de subir a bordo. No sé cómo sucedió... Probablemente la alcanzó uno de los infectados que nos encontramos en el embarcadero— hizo una breve pausa —El padre fijó el rumbo y me explicó cosas sobre la isla, pero cuando la chica apareció... Ella lo atacó y yo...
—Lo siento mucho— a Jungkook se le encogió el corazón con solo imaginarlo —Debió de ser horrible.
—Lo fue— respondió afligido —No tuve otra opción que matarlos... Ojalá hubiera podido salvarlos pero...
—Lo hiciste— el menor conocía ese sentimiento. Su mente pensó inmediatamente en Jihoon —Ahora están en un lugar mejor.
Sungjae asintió levemente.
—¿Y esa cicatriz?— al notar su tristeza cambió de tema —¿Cómo te la has hecho?
—Gajes del oficio— se tocó el cuello —Aquí ya no sirvo mesas, me dedico a trabajar la madera. Ahora se me da bien pero mis inicios como carpintero fueron desastrosos.
—Camarero, carpintero... Eres increíble— sonrió orgulloso —Si hubieras podido ser camarógrafo lo habrías bordado.
—Probablemente— contestó amigable —Pero solo si hubieras sido mi fotógrafo.
Ambos intercambiaron una mirada llena de afecto.
—Oye, hyung— Jungkook notó cómo se sonrojaba —Q-Quiero presentarte a alguien. Él es... El chico con el que estaba hace un rato... Él es mi n-novio.
—¿En serio?— sonrió por su tímida reacción —Y yo que os tomaba por buenos amigos.
—No te burles— se sentó y torció el gesto abochornado. Sungjae los había visto besándose y ese detalle le daba bastante corte.
—Venga, no seas vergonzoso— lo empujó un poco —Preséntame a tu chico.
El menor se levantó ruborizado. La simple idea de presentarlos le ponía nervioso, pero también le provocaba mucha emoción. Jungkook miró hacia la orilla pero Taehyung no estaba allí y tampoco lo encontró en la playa ni cerca de los árboles. Su novio se había ido y el maknae desconocía la razón.
Choi Wooshik estaba parado en el exterior de la casa de los Park, mirando a Yoongi con cara de pocos amigos. El mayor de los Min permanecía apoyado contra el marco de la puerta, aguantando su penetrante mirada en silencio.
—Lo siento— se disculpó Jimin al salir de la vivienda —Ya podemos irnos.
Wooshik le sonrió y comenzó a caminar hacia el centro del pueblo.
—Al circo se le ha escapado un payaso— gruñó Yoongi por lo bajo.
—¿Qué pasa?— Jimin ladeó la cabeza —¿Te sigue mirando mal?
—Qué va, le caigo de muerte— resopló frustrado —¿Dónde están Hoseok y Eunha? ¿No quieren ser parte de este maravilloso tour?
—Hoseok hyung está cansado y quiere dormir un poco— comentó pensativo —Y Eunha no quiere dejarle solo.
—Entiendo— Yoongi notó su pesar —No te preocupes, ellos...
—¿Venís?— les interrumpió Wooshik.
Yoongi torció la boca mientras su novio asentía sonriente. La pareja decidió posponer la conversación para iniciar el recorrido por el pueblo. Los primeros minutos fueron un poco tensos pero esa tensión disminuyó en cuanto Wooshik comenzó a hablar de la isla.
—La mayoría de las personas en Inyeon son adultos, pero también tenemos bastantes niños, adolescentes y ancianos— comentó el chico de cabello negro —Como vais a comprobar ahora por vosotros mismos, hay varios establecimientos sin nadie a cargo.
—¿Es por falta de gente?— preguntó Jimin.
—Por eso y porque hay trabajos que no hemos podido cubrir— le respondió amablemente —Algunos empleos ya no tienen importancia y otros, bueno, de otros no tenemos conocimientos.
Los tres pasaron al lado de distintos establecimientos. Algunos les parecieron surrealistas, como un cine y una sala de juegos, pero lo que más les llamó la atención fue una comisaría.
—¿En serio?— Yoongi frunció el ceño —No me cabe en la cabeza que tengáis una comisaría y no dispongáis de fuerzas de seguridad.
—El concejo no lo ha visto como una necesidad— respondió sin mirarle a los ojos —La mayoría de las personas trabajan en la agricultura y ganadería. Otras se ocupan del hospital, de la escuela o del orfanato— se detuvo y miró a Jimin —Cuando hay un altercado interviene Song Joongki, que es el jefe del grupo de expedición y nuestro mejor herrero, pero no tenemos a alguien que se ocupe exclusivamente de dicha tarea.
—La seguridad debería de ser una prioridad— opinó Jimin —Por muy pacífico que sea este lugar, los humanos tienden a crear problemas y en cualquier comunidad puede haber conflictos.
—Pienso lo mismo— asintió Wooshik —Pero el concejo funciona a través de votaciones y algunos no estaban a favor de un orden público. Además, tampoco hubo voluntarios dispuestos a ocuparse de la comisaría.
—¿Y si ahora los hubiera?— preguntó el rubio.
—Bueno, eso podría cambiar las cosas. Hablaré con el concejo para ver qué opinan. Quizá lo tomen en consideración.
Yoongi y Jimin se miraron pensativos. Wooshik les dejó meditarlo y continuó hacia la siguiente calle. Allí pasaron al lado de una alfarería.
—Yoon, mira. Nuestro amigo— Jimin señaló hacia el interior. Soobin se encontraba dentro, con las manos manchadas de barro.
—Soobin lleva meses aprendiendo el oficio y se le da bastante bien— comentó Wooshik —Su hermano Yeonjun trabaja de mozo de cuadras en la caballeriza y Beomgyu es aprendiz de Lee Sunmi, la veterinaria de la isla.
—¿Os movéis con caballos?— se interesó Yoongi.
—Sí, aunque también tenemos carretas y bicicletas.
Soobin les saludó con ambas manos. Yoongi y Jimin le devolvieron el saludo antes de continuar el recorrido.
El grupo pasó al lado de una peluquería y una óptica, pero lo que realmente les sorprendió fue encontrarse con una tienda de música. Yoongi se detuvo a ver los instrumentos que había en el escaparate.
—Esto es...
—Cosa de mi padre— aseguró Jimin —Se supone que mi madre iba a vivir aquí... Él hizo esto por ella.
Yoongi notó el dolor en su mirada. El joven iba a animarlo justo cuando Wooshik se metió entre ellos.
—También tenemos un conservatorio de música— le explicó a Jimin —Aunque solo lo utilizamos para reuniones que implican la presencia de todos los habitantes.
—¿Qué no tenéis?— preguntó Yoongi con ironía.
Wooshik le miró con cierta repulsión y continuó el camino. Yoongi se le quedó mirando extrañado; por mucho que lo pensaba, no entendía por qué lo trataba de esa manera.
En las próximas calles vieron varias tiendas de ropa y una ferretería. A las afueras se encontraba la carpintería donde trabajaba Sungjae y la herrería de Song Joongki. Wooshik también les explicó que en la zona sur tenían un cementerio y que la isla también disponía de un pequeño templo budista.
Antes de terminar la ronda les llevó a ver el economato, que se situaba cerca del ayuntamiento. Una joven de piel bronceada les saludó desde el interior del establecimiento. Los chicos le devolvieron el saludo con educación.
—Esta es vuestra cartilla— Wooshik la sacó del bolsillo del pantalón —Cada semana debéis venir para que os faciliten los alimentos.
—¿Y cuántos nos corresponden?— quiso saber Yoongi.
—Sois seis personas y un perro, ¿no?
—Y una perra— le corrigió el hermano de Taehyung.
—En ese caso os darán alimentos para seis personas y una perra— Wooshik tomó un bolígrafo del mostrador y lo marcó en la cartilla —Debéis traer la cartilla cada vez que vengáis a por víveres.
Yoongi puso los ojos en blanco.
—La variedad de los alimentos depende de la cosecha, de la pesca y de la matanza— se la entregó a Jimin —Pero no os preocupéis, tenemos todo muy controlado y nadie pasa hambre.
—Eso es un alivio— murmuró el rubio.
La chica de cabello negro y piel tostada se acercó a ellos.
—Hola, me llamo Ahn Hyejin— hizo una reverencia —Soy una de las encargadas del economato. Mucho gusto.
Yoongi y Jimin se presentaron con la misma amabilidad que mostró ella.
—Hyejin puede resolver cualquier pregunta que tengáis— señaló algo cansado —Yo ya me retiro. Tengo varias cosas que hacer.
Wooshik se despidió solo de Jimin. Yoongi se hartó de su comportamiento y le siguió al exterior. Hyejin iba a explicarle algunas cosas al rubio pero al notar lo molesto que estaba su novio, se despidió abruptamente de ella y salió detrás de él.
—¿Se puede saber qué te pasa conmigo?— Yoongi lo alcanzó cerca de un parque vacío —¿Por qué me tratas con desprecio? Ni siquiera te conozco.
—¿No me conoces?— alzó la mirada ofendido —¿En serio no te acuerdas de mí?
—¿Qué?— arqueó una ceja —¿Nos hemos visto antes?
—Hace tres años— aseguró sin poder contener su frustración —Nos conocimos en el Midnight Club, ¿recuerdas?
Yoongi se quedó de piedra. El rostro de Wooshik le había parecido familiar, pero lo cierto era que no le había reconocido.
—¿Qué es el Midnight Club?— preguntó Jimin —¿Un bar?
—Es un local gay en Daegu— respondió Wooshik inmediatamente —Nos conocimos allí.
Jimin se giró hacia Yoongi pero el mayor no le miró.
—Como parece que sufres de alguna clase de amnesia, te refrescaré la memoria— expresó en un tono afilado —Fue durante un sábado borrascoso. Mi novio y yo entramos para refugiarnos de la lluvia y como era nuestra primera vez en un local de esas característica, nos sentimos un poco intimidados. Tú estabas sentado en la barra y nos recomendaste el mejor cóctel del local. A raíz de eso comenzamos a conversar. ¿Lo recuerdas?
—Has cambiado mucho desde entonces— Yoongi se tocó la nuca —No te había reconocido...
Jimin advirtió que se había puesto nervioso, lo que causó aún más desconcierto en él.
—Sí, ya no uso gafas ni tengo el pelo claro como puedes ver.
El silencio que surgió entre ambos inquietó al primo de Namjoon.
—¿Por qué lo hiciste?— preguntó Wooshik con cierto resentimiento.
—No creo que este sea el mejor momento para tener esta clase de conversación.
—¡Te follaste a mi novio en el baño del Midnight club!— se alteró —¡Llevaba ocho meses con él y nunca lo habíamos hecho, pero tú pedazo de mierda te lo follaste y me arrebataste lo que era mío!
Jimin no supo cómo reaccionar. El menor miró a Yoongi, cuyo rostro parecía un auténtico poema.
—¡Y no contento con eso, también jodiste mi relación!— continuó exaltado —¡Youngjo me dejó por tu culpa!
Jimin se dio la vuelta, abrumado por la situación. El rubio se sentía tan fuera de lugar que decidió alejarse de ellos.
—¡J-Jimin!— el menor no se detuvo hasta que Yoongi lo agarró del hombro —¡Espera! Puedo explicártelo.
—No, Yoon— negó incómodo —La explicación se la debes a él, no a mí.
A Wooshik le molestó que lo dejara con la palabra en la boca. Enfadado, agarró a Yoongi del brazo y lo separó de Jimin.
—¡Te estoy hablando!
El rubio se sorprendió por su tremenda brusquedad. Por un momento temió que fuera a pegar a su pareja, pero Wooshik solo se limitó a mirarle con cara de asco.
—No fui yo quien se insinuó, fue él quien me dijo que teníais una relación abierta— Yoongi se soltó bruscamente de él —Si follamos fue porque me aseguró que tú estabas de acuerdo.
—¡Eso no es verdad, no teníamos una relación abierta!
—¿Y cómo coño iba a saberlo?— preguntó con semblante tranquilo —Os conocí ese mismo día.
—¡Mentiroso! ¡Vi cómo le mirabas! ¡Te gustó desde el principio y lo manipulaste!— le acusó rabioso —¡Te aprovechaste de mi estado de embriaguez para tirártelo!
—Me parece que Youngjo se aprovechó de tu estado de embriaguez para echar un polvo porque estaba jodidamente necesitado.
Jimin notó cómo Wooshik cerraba el puño; el rubio se metió entre ellos, evitando que pudiera cometer una estupidez.
—Si te fue infiel y luego te dejó, ¿por qué crees que no te mintió?— opinó el rubio —Entiendo cómo te sientes, pero debes entender que a Yoongi también lo engañó. Él no sabía que vosotros...
—¿Y tú por qué cojones te metes en esto?— le cortó en seco —Nadie está hablando contigo, así que cierra la puta boca.
—¡Eh, gilipollas! ¡A él lo respetas!— Yoongi le fulminó con la mirada —¡Como le vuelvas a hablar así te vas a tragar mi puño!
—Vámonos, Yoon— Jimin le tomó del brazo y lo alejó de Wooshik —No merece la pena pelearse con él.
—¡Sé que lo engañaste!— gritó enfurecido —¡Sé que nunca me habría sido infiel!
—¡Te fue infiel porque quiso! ¡Súperalo ya y deja de joder!
—¡Eres un hijo de puta!
Yoongi se giró para contestarle justo cuando Jimin lo agarró de la nuca. El rubio le besó sin reparar en nadie. Wooshik se quedó patidifuso; había dado por sentado que solo eran amigos.
—Yo te creo. Sé cómo eres y te creo— Jimin le miró fijamente a los ojos —Así que deja de pelear con él y vámonos a casa.
La tensión que sentía Yoongi se esfumó por completo. Jimin le dedicó una sonrisa entrañable pero cuando miró a Wooshik, su expresión se volvió gélida.
Hoseok cerró las cortinas y se sentó sobre la cama. El pelirrojo se había quedado en casa con el pretexto de que quería dormir, pero en realidad lo que pretendía era contactar con Namjoon. El joven tomó aire y juntó las manos.
—Joonie, ¿puedes oírme?— preguntó con los ojos cerrados —No sé si puedes hacerlo a cualquier hora del día, o si solo funciona en momentos especiales... En realidad no sé cómo va esto— sonrió nervioso —Solo sé que necesito decirte algunas cosas.
El chico abrió un ojo y lo volvió a cerrar.
—Ah, ¿cómo empiezo?— se mordió el labio inferior —Estoy triste y preocupado pero también estoy aliviado... Tengo una mezcla de emociones que... Ah, esto es difícil— Hoseok se limpió el sudor de la frente —Estoy asustado. No, estoy aterrado. Este sitio parece bueno y eso me aterra... Me aterra vivir sin ti durante los próximos años...
¿Y si me olvidas? ¿Y si cuando muera no estás en El Umbral? ¿Y si no te encuentro al otro lado?— Hoseok hizo una pausa para humedecerse los labios —Recuerdo lo que me dijiste en el sueño que tuvimos pero... Me da miedo que pase el tiempo... No quiero que dejes de quererme. Es egoísta, lo sé... Soy un egoísta...
Hoseok necesitó unos segundos para calmarse pero fue en vano.
—Estoy intentando ser fuerte. Estoy tratando de aceptar lo que ha pasado pero Joonie, sigo teniendo pensamientos suicidas— confesó entre lágrimas —Saber que estás en El Umbral me alivia porque sé que hay un ángel cuidando de mí, pero también me da ganas de irme contigo... ¿Entiendes? Estoy tratando de hacer lo correcto... Estoy tratando de seguir adelante, pero es muy doloroso...
El pelirrojo abrió los ojos con la esperanza de encontrarlo en la habitación, pero el cuarto seguía vacío.
—No sé qué estoy haciendo— balbuceó para sí mismo —Esto no tiene sentido...
Hoseok se escondió debajo de las sábanas, decepcionado y avergonzado por haber creído que lograría hablar con él.
—Te echo de menos...
Hoseok oyó el sonido de la puerta. El joven sabía que se trataba de Eunha y aunque agradecía la preocupación de la muchacha, en ese instante quería estar solo.
Cuando la chica se retiró, su mente deambuló libremente, recordando momentos de su infancia y adolescencia; fiestas de cumpleaños, graduaciones, viajes hechos durante las vacaciones y en cada uno de esos recuerdos estaba Namjoon.
Hoseok se destapó y se sentó sobre la cama.
«¿Cómo voy a soportar estar sin él?»
Un ruido le hizo levantar la mirada.
Había un cuaderno en el suelo, justo al lado de la mesilla. Hoseok se levantó y lo recogió agitado. Los labios del pelirrojo se separaron pero su voz fue incapaz de abandonar su boca. Las lágrimas en cambio no tuvieron problemas en fluir por sus mejillas al detectar un escrito en la hoja.
Regresa conmigo cuando hayas vivido. Sé que puedes hacerlo. Te estaré esperando tan enamorado como el primer día. Nunca lo dudes. Nunca lo olvides.
Te amo.
Hoseok apretó el cuaderno contra su pecho como si se tratase de su mayor tesoro. El joven sonrió entre lágrimas, asintiendo varias veces y sin saber que Namjoon estaba justo a su lado.
Después de mucho tiempo, Jungkook y Sungjae han podido solucionar las cosas y recuperar su amistad. ¿Cómo afectará esto a Taehyung? Parece que hay algo que no le ha gustado... 👀
Acaban de llegar y Yoongi ya se ha ganado un enemigo. Wooshik le culpa de haberse cargado su relación pero Yoongi asegura que no fue así. ¿Qué pensáis? ¿Creéis que el ex de Wooshik los engañó a ambos, que Wooshik dice la verdad y Yoongi lo hizo intencionadamente o estáis con Yoongi? 🤔
La situación que viven Hoseok y Namjoon es bastante compleja. ¿Podrán soportar la distancia que hay entre ellos y controlar sus emociones? ¿Aguantará el amor tantos obstáculos? Lo que está claro es que no les espera un camino de rosas...
Hace unas semanas os dije que pronto volveríamos a la rutina de los lunes. Por desgracia a día de hoy sigo con dolores que no me permiten dedicarle el tiempo que me gustaría a la escritura. En mayo tengo cita con mi cirujano, si el Covid lo permite, y espero que pueda darme una solución. Después de dos meses creo que debería estar mucho mejor de lo que estoy, pero esto es lo que hay... Siento tener que seguir actualizando cada 9 o 10 días. Me gustaría actualizar más seguido pero debo cuidar de mi cuerpo y también de mi salud mental, por eso es mejor que sigamos de esta manera. Espero que lo entendáis. Cuidaros mucho, por favor. Un abrazo. 💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro