26
Tras la cena decidieron irse a descansar. Hoseok y Eunha pensaron en compartir uno de los dormitorios pero los Park llegaron a la conclusión, de que en aquellas circunstancias y pesando tanto la ausencia de Namjoon, el grupo debía arropar especialmente a ellos dos.
Por eso Eunha compartió cama con Taehyung y Jungkook mientras Hoseok se acostó entre Yoongi y Jimin. Mellie se acurrucó al lado de la chica tras inspeccionar la casa detenidamente.
El silencio durante la noche fue atronador. La sensación de que en cualquier momento podría aparecer un infectado por la puerta o se oiría el chocar de los pájaros contra las ventanas, mantuvo a Yoongi y a Jimin en gran tensión.
Eunha logró conciliar el sueño gracias al cariño de sus amigos, que la arroparon como a su propia hermana. La muchacha incluso sonrió tras escuchar algunos chistes. Jungkook sintió nostalgia al oír el del pollito de boca de Taehyung.
Para Hoseok la noche transcurrió diferente. El pelirrojo no conseguía detener sus pensamientos más oscuros. Su mente le torturaba reviviendo una y otra vez la transformación de Namjoon. Su rostro grisáceo y podrido, sus ojos sin vida, su mirada repleta de hambre. El chico intentó reprimir las lágrimas con todas sus fuerzas, pero por mucho que se esforzaba y lo hacía, el dolor siempre terminaba superándole.
Namjoon no se apartó del televisor en ningún momento. Ni siquiera cuando Seokjin le dio motivos para ir a descansar despegó la mirada del monitor. El menor no quería separarse de su novio y Seokjin lo entendía. Por eso no insistió tras su negativa, porque la obsesión de Namjoon por estar con Hoseok a cada segundo, también había sido su obsesión con los Min. Y aunque el tipo de amor que ambos sentían era distinto, dejar a un ser querido atrás y ser testigo de su agonía, ese dolor lo comprendía mejor que nadie.
Por la mañana, Yoongi fue el último en despertar. El chico se quedó tumbado durante un rato, maravillado por los cánticos de los pájaros que venían desde el exterior.
—Buenos días, dormilón— Jimin entró en el dormitorio y se aproximó a la cama —¿Has podido descansar?
—Más o menos— alzó las manos, pidiendo que se acercara un poco más —¿Y tú?
—Más o menos— Jimin apartó la mosquitera y se sentó sobre el colchón —¿Tienes hambre?— se inclinó para darle un beso —Beomgyu ha traído el desayuno y Yeonjun las armas que dejamos ayer en el ayuntamiento.
—Esos críos me caen muy bien— Yoongi deslizó la mano por su cuello, contemplando su rostro impoluto —¿Dónde está Hoseok?
—Abajo, con Eunha— le quitó una pestaña de la mejilla —Ambos se están esforzando mucho— hizo una breve pausa —Si te soy sincero, no sé cómo Hoseok hyung puede estar tan entero. Me sorprende su fortaleza. Yo no sería capaz...
—No he tenido tiempo de decírtelo— se apoyó sobre el cojín —Namjoon está con Jin en El Umbral y Hoseok lo sabe.
—¿Qué? ¿Mi primo está allí?— Jimin se levantó de sopetón —¿Cómo? Pero... ¿Cómo es que están juntos?
—No tengo los detalles— Yoongi lo agarró del brazo y su novio volvió a tomar asiento a su lado —Solo sé que Hoseok soñó con Namjoon, ya sabes, como el sueño que yo tuve con Jin y tú con tu amiga Yongsun— le besó la mano para calmar su agitación —Esa es la razón por la que Hoseok sigue en pie, porque sabe que Namjoon está con él.
Jimin necesitó unos segundos para encajar la noticia.
—Debemos decírselo a Eunha.
—No sé si es buena idea— Yoongi le dejó tumbarse a su lado —Si le decimos que existe un lugar como El Umbral y que nuestros seres queridos se han comunicado con nosotros, ¿no crees que se sentirá herida? Su novio no ha dado señales...
—Pero Seungho hyung salvó su vida— argumentó inmediatamente —Eunha no va a pensar que no la ama. Si no se ha comunicado con ella será por otra razón. Él la quería, te lo aseguro.
—No estoy diciendo lo contrario. Solo estoy diciendo que esa información podría hacerle más mal que bien— la mirada del menor le hizo dudar —Hablaré con Hoseok para ver qué opina.
Jimin se abrazó a él; ambos se quedaron acurrucados durante varios minutos.
—Ojalá pudiera hablar con Namjoon hyung— expresó entristecido —Aunque solo fuese un par de minutos. Le echo tanto de menos, Yoon...
—Lo sé, Jiminie— el mayor depositó un cálido beso sobre su frente —Mi único consuelo es que está con Jin. Que tenga su compañía me tranquiliza.
—A mí también— le miró a los ojos —Sé que estás triste porque Seokjin hyung ya no se comunica contigo, pero él te quiere muchísimo y siempre te va a querer.
Yoongi se deslizó por las sábanas y apretó el rostro contra el pecho de su novio. Jimin lo envolvió entre sus brazos, tratando de aliviar su pena.
—Sé que algún día los volveremos a ver.
—Y ese día tendrán mucho que contarnos— Jimin sonrió tratando de contener las lágrimas —Ya me imagino las quejas de Namjoon hyung por los chistes de Seokjin hyung.
—Ese loco nunca deja de contar chistes— sonrió añorando sus bromas —Namjoon va a acabar harto de él.
Los dos se rieron pero la risa del rubio sonó diferente. Yoongi alzó la mirada y vio que le caían las lágrimas. El mayor lo abrazó inmediatamente por la espalda, gesto que Jimin agradeció desde el fondo de su corazón.
—Jungkook y TaeTae han ido a sacar a Mellie— comentó tratando de calmarse —¿Les preparamos una ensalada de frutas?
—No— gruñó —Deja que el cavernícola de mi hermano alimente a su hombre— Yoongi acomodó la barbilla sobre su hombro —Quiero quedarme en la cama contigo.
—Mi gatito arisco— le acarició entre risas —Te amo.
Jimin se giró y le volvió a besar con mucha delicadeza. Cuando el mayor abrió los ojos, el rubio notó cierto pesar en su mirada.
—Ayer tenías razón. Necesitaba descansar— Yoongi le besó en la mejilla —Pero también necesito hablar contigo de lo que pasó.
Ambos se sentaron, apoyando la espalda contra el respaldo.
—Sé que lo que sucedió en el búnker nos sigue afectando— Jimin le cogió la mano —En estos últimos días hemos pasado por mucho y no hemos tenido la oportunidad de sanar esas heridas, pero debemos hacerlo, Yoongi. Debemos hablar más, necesitamos mejorar nuestra comunicación.
—Lo sé— el mayor pensó en las palabras de Taehyung —Yo...
El rubio aguardó al notar sus dudas.
—Tranquilo— le apretó la mano.
—Me da mucho miedo perderte— compartió al fin —Me da mucho miedo no ser lo suficientemente bueno para ti. Me da mucho miedo que algún día te vayas de mi lado.
Jimin sintió cómo se le encogía el corazón. Las palabras de su novio dolían pero el sufrimiento que transmitía su mirada era incluso peor.
—Cuando vi cómo te miraba esa mujer... Su mirada me hizo recordar de dónde vengo— Yoongi soltó la mano de su chico —Me hizo pensar en Hyungsik hyung— se mordió el labio inferior —Y no puedo dejar de cuestionarme si realmente te merezco.
—Tu pasado con ese hombre no te define.
—Sí lo hace...
—¿Entonces me define a mí el padre que tengo?
—No— negó tajante —Eso es diferente.
—¿En qué?
—Me acosté con un pedófilo, Jimin. Durante años— apretó el puño —Incluso le defendí cuando mi mejor amigo trataba de protegerme de él.
—No veías lo que él veía— el menor alzó la mano pero su novio se apartó —Yoongi...
Un incómodo silencio se alzó entre ellos. El mayor comenzó a sentirse inquieto por la expresión de su pareja. Parecía indescifrable.
—¿En qué estás pensando?
—Cuando creíamos que habías muerto, no pude levantarme de la cama durante días— desveló con el pulso acelerado —Pero eso no fue lo peor... Estuve a punto de suicidarme, Yoon. Estuve a punto de dejar que me mordiera un infectado.
El mayor apretó el cojín con fuerza; se había quedado helado por su repentina confesión.
—Abandoné a mi hermano y abandoné al tuyo— reconoció dolido —Porque creía que mi debilidad te había matado.
—Por Dios— Yoongi lo abrazó sobrecogido —No fue culpa tuya.
—Lo sé. Nadie me preparó para enfrentar las adversidades de aquel día y mucho menos para ver morir a mi novio. Igual que a ti nadie te preparó para hacerte cargo de tu hermano menor tras perder a tus padres— Jimin apoyó la frente contra la suya —¿Hemos cometido errores? Por supuesto, pero nunca los hemos cometido con mala fe. ¿Lo entiendes, Yoon?— hizo una breve pausa —Te amo. Te amo con tus errores, con tus inseguridades y con tus miedos, de la misma forma que tú me amas a mí con los míos. No importa de dónde vengamos, solo importa hacia dónde vamos juntos.
Yoongi no pudo contener las lágrimas.
—Cielo, ¿por qué iba a dejarte?— preguntó con voz melosa —¿Es que no ves que quiero envejecer contigo? Tú y yo nos merecemos estar juntos. Nos lo merecemos.
—Sí— susurró en un principio, pero luego lo volvió a decir con más fuerza —Sí, nos merecemos estar juntos.
—Mi corazón es y será siempre tuyo— sonrió afable —Confía en nosotros— le tiró de la nariz suavemente —Y si tienes dudas, habla conmigo. Así las podré patear muy lejos de ti.
Yoongi rió entre lágrimas. Imaginar que Jimin había estado a punto de suicidarse le desgarró el alma. El mayor no pudo contenerse por más tiempo y rompió en llanto.
—Todo está bien, bobo— lo tumbó entre sus brazos y comenzó a mecerlo suavemente —¿Por qué lloras? No llores o me harás llorar a mí.
—Q-Quiero estar contigo... Q-Quiero estar contigo toda mi vida...
—Más te vale— le alzó la barbilla —No pienso dejar que te vayas de mi lado. Necesito hacerte el amor durante los próximos setenta años.
—Jiminie— Yoongi sonrió genuinamente —Eso lo veo bastante complicado.
—¿Cómo puedes dudar de mí?— se ofendió.
—No dudo de ti, dudo de tu capacidad sin tener viagra a mano.
—No necesito viagra— le mordisqueó el lóbulo —Tengo una varita mágica.
Yoongi comenzó a reírse para alegría de Jimin. El menor lo achuchó armando un tremendo escándalo. Mientras veía las muecas que ponía, sus ojos llorosos y su hermosa sonrisa, se juró a sí mismo protegerlo de todo y de todos.
—¿Te apetece un poco de mi magia?— preguntó en un tono coqueto.
—No hay nada que me apetezca más— le susurró al oído.
Justo cuando iban a besarse escucharon varias voces del piso de abajo. Ambos se miraron extrañados dado que provenían de gente desconocida.
—La magia tendrá que esperar— resopló Yoongi frustrado.
—Vístete— el rubio le besó y se levantó de la cama —Iré a ver de quién se trata.
Yoongi maldijo para sí mismo mientras Jimin salía del cuarto. En la entrada de la casa se encontró a sus amigos hablando con dos mujeres de entre veinticinco y treinta años de edad.
—Buenos días— saludó una joven de tez blanca en cuanto lo vio bajando por las escaleras —Mi nombre es Lee Jieun. Soy la doctora de la isla.
—Yo soy Go Yoonha— la mujer de pelo oscuro les hizo una reverencia —Soy científica.
—Han venido a hacernos algunas preguntas— le comentó Hoseok a Jimin —El Señor de anoche las ha enviado.
—Sentimos venir tan temprano— se disculpó Jieun —Mi turno en el hospital comienza en breve.
—No se preocupe, es comprensible— Eunha señaló hacia el salón —Acompáñenme, por favor.
Las jóvenes siguieron a la muchacha y tomaron asiento donde les indicó. Hoseok y Jimin intercambiaron una intensa mirada mientras Yoongi bajaba por las escaleras malhumorado. El mayor se había puesto la ropa deportiva del día anterior a toda prisa. Su novio le puso al tanto antes de unirse a los demás.
—En primer lugar me gustaría daros la bienvenida. Seguro que estáis muy sorprendidos por cómo funcionamos aquí— Yoonha se mostró afable —Nuestra comunidad trabaja en conjunto. Para que todo fluya necesitamos la cooperación de cada habitante.
—Usted es científica, ¿no?— Jimin se sentó en el sofá de la izquierda —¿Ha trabajado con Park Jongsuk?
Hoseok miró a Yoongi de reojo. Cada vez que Jimin mencionaba a su padre tenía la sensación de que iba a romper algo.
—Trabajé para Do Hyunki durante los dos últimos años— respondió con sosiego —Sé que el equipo del Señor Do estaba intentando crear una cura para el cáncer, pero lamentablemente no fui parte del proyecto.
Jimin guardó silencio sin apartar la vista de ella.
—¿Y cómo llegaron Ustedes a Inyeon?— Yoongi se acomodó al lado de su novio —¿Son parte de las familias fundadoras?
—Nosotras no pero el marido de Yoonha unnie sí lo es— contestó Jieun —Aunque hasta hace poco desconocía de la existencia de esta isla.
—Mi suegro nos contó que era parte de un grupo de empresarios, amantes de las energías renovables, que se unieron para crear la primera isla autosuficiente de Corea del Sur— explicó con cierto orgullo.
—Por eso la llamaron Inyeon, «destino»— añadió su amiga —Era un proyecto ambicioso que quería demostrar que se puede vivir de una manera mucho más respetuosa con el medio ambiente.
Los jóvenes guardaron silencio, convencidos de que aquellas mujeres no tenían ni idea de nada.
—¿Sabe algo acerca del virus?— se interesó Eunha —¿Está trabajando en una cura?
—Me faltan medios y también conocimiento— el rostro de Yoonha se ensombreció —Estoy trabajando duro y lo intento pero... Es difícil.
—Unnie, eres una gran científica— la animó la doctora —No puedes rendirte.
—No me rindo, Jieun— aseguró —Pero no sé en qué quedará todo esto...
—¿Y en qué consiste su investigación exactamente?— Jimin la miró fijamente a los ojos.
—Estudio a los infectados— respondió sin dudar —He diseccionado varios cadáveres y ahora estoy analizando minuciosamente el de una mujer de mediana edad.
—¿Tenéis infectados en la isla?— Yoongi se levantó del sofá —¡Eso es una temeridad!
—Vivos no— aseguró la doctora —El Señor Song nos trae ejemplares desde la península, pero siempre están muertos.
—Estamos tratando de averiguar qué les mantiene vivos y durante cuánto tiempo— Yoonha entrelazó las manos —Es importante que comprendamos su biología.
—¿Sabéis lo que es un Serendipia?
Las jóvenes se miraron extrañadas al oír la pregunta de Jimin. Esa reacción alivió la preocupación de Yoongi. El chico no estaba dispuesto a dejar que lo usaran como un conejillo de indias.
—¿Aquí también tenéis un sistema clasista?— Hoseok cambió de tema al percibir la inquietud en sus amigos —¿Hay lugares que estén restringidos?
—¿Cómo?— la joven de piel blanca y cabello negro ladeó la cabeza —No. Aquí cada uno aporta como puede. Si tenéis conocimientos de medicina podéis ayudarme en el hospital. Si sabéis cosechar tenemos muchos terrenos que necesitan ser trabajados. Y si no sabéis hacer nada podéis decidir qué queréis aprender.
—En Inyeon ningún sitio está restringido. Todos cuidamos de todos.
—Vaya— murmuró Eunha —Esto es muy distinto...
Las miradas que intercambiaron los cuatro confundieron a las mujeres.
—Hay una cosa que no entiendo— Yoongi miró a Jieun —No he visto ninguna clase de vigilancia en toda la isla. ¿Sois conscientes de que las personas no son el único peligro? Los animales también se infectan.
—Ningún ave llegará hasta aquí, si eso es lo que temes— respondió la científica —Los pájaros que se infectan no pueden volar largas distancias. Sus alas son frágiles y no aguantarían las corrientes de aire que se forman en alta mar.
—No es una suposición, es un estudio que hemos realizado con varios cadáveres que nos proporcionó el Señor Song— Jieun se apartó el cabello de la cara —También hemos descubierto algo muy interesante. Los peces del mar no se infectan.
—¿Cómo es posible?— Hoseok no salía de su asombro —Todos los animales se infectan.
—Menos los del mar— le corrigió Yoonha —No sé si ocurre lo mismo con los peces de agua dulce, pero los de agua salada son inmunes al virus. Lo que desconocemos todavía es por qué.
—Entonces la clave podría estar ahí, ¿no?— el corazón de Jimin se agitó por la noticia. Yoongi compartió la misma emoción que él y lo agarró de la mano —Los peces podrían ser nuestra salvación.
—Todavía es muy temprano para saberlo pero tenemos esperanza— sonrió Jieun.
Todos se miraron sin saber qué decir.
—Vosotros también sois un ejemplo de esperanza— aseguró la científica —Llegar hasta aquí es prácticamente imposible. La bruma del mar esconde la isla la mayor parte del tiempo. Ni siquiera con las coordenadas exactas existe la certeza de encontrar Inyeon. Parece que vuestro destino era llegar a la isla.
Hoseok desvió la vista hacia Yoongi y Jimin; los tres sintieron un fuerte vuelco en el corazón.
—Tenemos que irnos— Jieun se levantó del sofá —Deberíais descansar unos días. Os enviaré a alguien para que os enseñe el pueblo.
Jimin se quedó en el salón mientras los demás acompañaban a las mujeres a la salida. Desde allí pudo oír la amabilidad en sus voces y también el agradecimiento de Eunha al despedirlas. Yoongi regresó y encontró a su novio mirando por la ventana, perdido entre sus pensamientos.
—¿Podemos fiarnos?— Jimin hizo la pregunta que todos se hacían —¿Realmente podemos fiarnos de esta gente?
—Hasta ahora no nos han dado motivos para desconfiar— Eunha se apoyó contra un mueble —Nos han tratado bien, están respondiendo a nuestras preguntas y no hay leyes absurdas como en el búnker.
—De momento solo nos han mostrado la superficie— Yoongi se dejó caer sobre el sofá —No creo que sea malo que sigamos observando con precaución.
—Todavía es pronto para fiarse— Hoseok bajó la mirada hacia el anillo de su dedo anular —Pero si os soy sincero... Las sensaciones que tengo son buenas.
Mellie corrió por enésima vez a por el palo que había lanzado Taehyung. El chico no podía contener la risa cada vez que se lo traía. La perrita comenzaba a ladrar enérgicamente, exigiéndole que lo volviera a lanzar.
—Es la primera vez que la veo tan entusiasmada— comentó Jungkook.
—Es la primera vez que puede salir a divertirse— Taehyung alzó el objeto de deseo y lo volvió a lanzar —¡Corre pequeña!
—Beomgyu dijo que la playa queda cerca— el maknae observó cómo Mellie iba detrás del palo —Todavía no se oye el mar.
—No te preocupes, tenemos tiempo— le tomó de la mano —Hablando de Beomgyu. ¿Quién crees que le gusta? ¿Yeonjun o Soobin?
—¿De qué hablas?— Jungkook arqueó una ceja —¿Hay tema entre ellos?
—El muchacho se niega a llamarlos hermanos, ¿no?— cotilleó animado —Por eso estoy convencido de que le gusta alguno.
—¿Y en quién has pensado?
—Apuesto por Soobin— soltó emocionado —Los dos tienen la misma edad, seguramente se conocieron estudiando y se hicieron amigos, hasta que un día surgió el amor— sonrió —Suena romántico, ¿no crees?
—Tienes razón, parecen buenos amigos— respondió pensativo —Por eso veo más probable que se haya enamorado del hermano de su mejor amigo. Me quedo con Yeonjun.
—Cariño— Taehyung le dio un pico —Me encanta cuando me sigues el rollo.
La pareja continuó por el camino que les había indicado Beomgyu. Mellie olfateó los árboles que le parecían interesantes y se paró a observar las plantas que más llamaban su atención. Sus «papás» mantenían la vista sobre ella, dejándola ir a su ritmo pero atentos a cada paso que daba.
—¿Crees que ha merecido la pena?— preguntó Taehyung de repente —Todas las muertes, todos los sacrificios... ¿Crees que ha merecido la pena venir aquí?
Jungkook contempló el cielo. Esa pregunta también se la había hecho varias veces. El maknae se tomó unos segundos antes de responder.
—Sinceramente— comenzó a decir en un tono pausado —Creo que nuestros amigos están felices de vernos a salvo.
—Ya...
Jungkook notó que algo le rondaba la mente. El menor le dejó organizar sus pensamientos.
—¿Sabes? Trato de mostrarme alegre para apoyar a todos, pero a veces me cuesta actuar tan despreocupado— confesó dolido —Cada vez que veo a Hobi hyung o a Eunha... Siento que no es justo que ellos estén pasando por esto...
—Sientes que no es justo que ellos hayan perdido a sus parejas mientras nosotros seguimos juntos, ¿no?— Jungkook vio cómo su expresión se tornaba aún más triste —Daría cualquier cosa por traerlos de vuelta, pero por desgracia no es posible. Lo único que podemos hacer es apoyarles incondicionalmente.
—Lo sé...
—Pero hay algo más que debemos hacer— lo agarró de la cintura y le giró el rostro —Debemos llorar por ellos. No te guardes la pena que llevas dentro, Tae.
—Tienes razón— se abrazó a él —Gracias.
Jungkook lo mantuvo a su lado hasta que oyó los ladridos de Mellie.
—¿Dónde está?— Taehyung desvió la vista hacia los árboles —¿Mellie?
—Habrá ido a explorar— Jungkook se colocó detrás de él y apretó sus hombros —Venga, llévame con ella.
—¿Qué?— dijo confuso —¿Llevarte?
—¿No querías cargarme a caballito?— preguntó conociendo la respuesta —Si no quieres...
—¡Sube y calla!— Taehyung se inclinó rápidamente; el castaño no podía creer que Jungkook estuviera dispuesto a dejarse cargar por él —¡Monta, monta! ¡Venga! ¡Vamos!
Su entusiasmo le hizo sonreír. El maknae no le dejó esperando y se acomodó rápidamente sobre su espalda. Taehyung lo cargó con cierta dificultad, porque su cuerpo todavía estaba débil.
—¿Puedes?— se preocupó inmediatamente —Quizá es demasiado pronto...
—¡Pronto mis cojones!— bufó —Llevo esperando esto desde que estaba en el vientre de mi madre. Como te bajes te muerdo.
Jungkook se echó a reír. Taehyung comenzó a seguir los ladridos de Mellie, encantado por estar cargando a su novio.
—Tu espalda es muy cómoda— le besó el cuello —Creo que podría acostumbrarme a hacer esto más a menudo.
—Sigue así cachorrito y te vas a pasar la mañana gimiendo en la playa.
—Quizá— le susurró al oído —Quizá es lo que estoy buscando.
Taehyung se mordió el labio inferior. Sus palabras le habían provocado una sacudida en la entrepierna. El joven exhaló un suspiro, lo que hizo reír al menor.
—Te gusta provocarme, ¿eh?— se humedeció los labios —Luego no te quejes.
—¿Qué piensas hacer?— el maknae sintió curiosidad —No tenemos lubricante, así que...
—Así que nada. No necesito lubricante para hacerte gemir— el castaño le apretó la nalga; Jungkook dio un respingo —No tienes escapatoria, lobito.
El tono de su voz excitó a Jungkook. Justo cuando pretendía besarle el cuello, Taehyung se detuvo súbitamente. El mar estaba justo ante ellos; la playa vacía y cubierta por una arena paradisíaca, fascinó a ambos.
—Es un lugar precioso.
Taehyung estaba de acuerdo con su novio. El chico continuó caminando hasta que Jungkook se bajó abruptamente de él.
—¡Eh, no te bajes!— gruñó malhumorado, pero su descontento desapareció en cuanto el menor se apoderó de sus labios.
—Vamos a buscar a Mellie y luego quiero que me hagas gemir.
Taehyung se perdió en la mirada tímida pero juguetona de su pareja. El castaño no pudo resistirse más tiempo y lo besó húmedamente, sujetándole fuertemente de la nuca. Jungkook jadeó contra su boca, indefenso ante la pasión que lo invadía.
El ladrido de la perrita los volvió a separar.
—Qué oportuna— resopló Taehyung entre risas —Se nota que es tu hija.
La expresión que vio en el rostro de Jungkook cortó sus ganas de bromear. El menor había palidecido de golpe y sus ojos se mantenían tan abiertos, que esa expresión implantó una gran inquietud en Taehyung. El hermano de Yoongi se giró lentamente, preocupado por lo que podría hallarse a su espalda.
Un joven de cabello negro se situaba a unos metros. El chico vestía un pantalón corto y una camiseta gris oscura. Mellie se encontraba entre sus brazos, moviendo la colita alegremente.
—¿Quién es ese?
—Sungjae hyung— respondió Jungkook con un nudo en la garganta —Es Sungjae hyung...
¿Qué pensáis de la doctora y de la científica? ¿Cómo os han caído? 👀 Parece que los peces del mar son inmunes al virus. ¿Creéis que esto será clave para encontrar una cura? 🐠
Inyeon es una caja de sorpresas. ✨ Yook Sungjae está en la isla. ¿Cómo os habéis quedado? Tenía muchas ganas de revelar esto. ¿Cómo reaccionará Sungjae al encontrarse con Jungkook? ¿Y el maknae? ¿Qué le dirá después de todo lo que han pasado? En el próximo capítulo más. 👀
¿Cómo estáis? ¿Cómo lleváis la cuarentena? Espero que os encontréis bien y que vuestro único problema sea el aburrimiento. 🥺 Disfrutad mucho de la BANGBANGCON y no perdáis nunca la sonrisa. ✨ Nos vemos~ Os quiero. 💜
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