24
Enfrente de ellos se alzaba un pueblo oculto por la vegetación de la isla. Las casas individuales lucían todas iguales y parecían estar hechas de madera. Las placas solares con las que estaban equipadas llamaron inmediatamente la atención de Jimin. Yoongi se fijó en los tanques de agua que tenían a un lateral; el chico dio por sentado que servían para almacenar la lluvia.
Taehyung señaló hacia los ventanales. Eran enormes y tenían las cortinas abiertas, por lo que se podía observar el interior de las viviendas. Hoseok se sorprendió al ver a la gente hablando, comiendo y riendo sin aparente preocupación.
—Tenemos que caminar un poco más— explicó Beomgyu —El concejo se encuentra al otro lado.
Jungkook comenzó a seguir al muchacho sin apartar la vista de aquellas personas. La calma que transmitían le parecía muy extraña. Eunha la sintió incluso inapropiada. ¿Cómo podían mostrarse tan despreocupados? ¿Acaso desconocían lo que sucedía fuera de la isla?
A los pocos pasos se toparon con una pareja de ancianos. El hombre se detuvo en seco, agarrando a su mujer por el brazo. Yoongi se tensó inmediatamente, consciente de que podrían tomarse su presencia como una amenaza.
—Beomgyu, ¿y esas personas?— preguntó el anciano interesado.
—Vienen de la península— respondió educadamente.
—¿De la península?— la mujer se llevó la mano a la boca —Deberíais daros una ducha, estáis muy sucios— se percató —¡Oh, santo cielo! Primero necesitáis comer. Os veo en los huesos.
Los jóvenes se sorprendieron por la preocupación de la anciana. Taehyung y Jungkook incluso intercambiaron una mirada de incredulidad.
—Voy a llevarlos con el concejo, Señora Sobong.
—Entonces iré preparando algo nutritivo— aseguró la mujer —Vamos cariño, tengo que ponerme a cocinar ahora mismo.
—Señora, no se moleste— intervino Eunha —Nosotros...
—Hija, si mi esposa dice que va a hacer algo, no hay fuerza terrestre capaz de detenerla— apuntó el hombre entre risas —Créeme, lo sé muy bien.
La muchacha no supo qué decir. Eunha se sintió conmovida por cómo aquella mujer, que no los conocía de nada, se había ofrecido a hacerles algo de comer. Pero también le daba pena molestarla, dada su avanzada edad.
Yoongi y Jimin apenas salían de su asombro. En el búnker trataron de impedirles la entrada y aquí sin embargo les estaban recibiendo con los brazos abiertos.
—No nos envenenarán, ¿no?— le susurró Jungkook a Yoongi —No me parece normal que sean tan amables.
—Mantén los ojos bien abiertos— respondió en voz baja —Yo tampoco me fío ni un pelo.
Beomgyu se despidió de la pareja, asegurándoles que iría a recoger la comida en breve. Luego prosiguieron el camino, pasando por un parque en el que varios niños jugaban al pilla pilla. Los menores ni siquiera se percataron de la presencia del grupo, estaban tan inmersos en su juego que no prestaron la menor atención.
Hoseok y Taehyung se detuvieron un instante, asombrados por aquella imagen.
Cuando llegaron al centro del pueblo, la gente comenzó a mirarles. Algunos incluso les señalaban. Eunha se sintió algo intimidada por la cantidad de personas que los observaban. La muchacha apretó a Mellie contra su pecho, tratando de protegerla de las miradas.
Lo que más desconcertó a Yoongi sin embargo fue que ninguno de los presentes los confrontara. Solo permanecían alejados, mirándoles con rostros de sorpresa y curiosidad.
—Este sitio es súper extraño— murmuró el maknae —¿No crees, hyung?
Jimin no respondió. Su mente se encontraba en otra parte y su vista deambulaba por los distintos establecimientos. Jungkook notó que su hermano estaba algo callado pero no le dio demasiada importancia.
Las calles eran anchas y el suelo de piedra. Los árboles también formaban parte de aquella idílica estampa. Hoseok y Taehyung intercambiaron una mirada al toparse con una guardería. También les sorprendió ver un hospital, una biblioteca e incluso una cafetería.
—No me jodas— farfulló Yoongi —Esto tiene que ser una puta broma.
Beomgyu se detuvo delante de un edificio de dos plantas. La construcción también estaba hecha a base de madera y como todos los demás inmuebles, disponía de placas solares y un tanque de agua.
—Este es el ayuntamiento— explicó el chico entusiasmado —Creo que todavía están reunidos.
—¿Reunidos?— repitió Jungkook.
—Esperad un momento— Beomgyu abrió la puerta y entró dentro.
El maknae se giró hacia los demás y detectó a varias jóvenes cuchicheando a cierta distancia de ellos. Las chicas vestían ropa casual y estaban bien aseadas. Nadie se veía desnutrido, ni siquiera las demás personas que paseaban por la calle parecían haber pasado hambre.
—Este sitio es...
—Como el búnker pero mejorado— respondió Jimin por su hermano —Lo habéis notado, ¿no? Todos los edificios son autosuficientes— se mordió el labio —¿Sabéis lo que cuesta montar todo esto?
—Una puñetera fortuna— Yoongi echó un vistazo a su alrededor —¿No os parece extraño que no haya ni un guardia?
—Parece que la gente de aquí vive como si no existieran los infectados— Eunha se fijó en las muchachas —Qué extraño.
—¿Pero por qué no se asustan?— Taehyung se cruzó de brazos —Parece que hemos salido de la matanza de Texas, ¿no? Y todos están tan tranquilos.
—Puede ser por el tal Song— apuntó Hoseok —Beomgyu dijo que ese tipo hace viajes a la península. Probablemente piensen que nos ha rescatado.
La puerta se abrió y Beomgyu les hizo una señal con la mano. El grupo intercambió varias miradas de incertidumbre antes de entrar en el ayuntamiento. Lo primero que vieron fue una sala acogedora, con una escalera de madera al fondo y una alfombra roja tallada a mano. Múltiples cuadros decoraban el interior, dándole un aspecto elegante pero sosegado.
Una mujer cerca de los treinta les acompañó hasta una pequeña mesa.
—Dejad las armas que lleváis— pidió con amabilidad —Y seguidme.
Taehyung se quedó mirando la ropa de la extraña, sorprendido por el vestido ceñido que lucía. Jungkook lo empujó para que depositara el machete sobre la superficie.
—Espabila baboso— le regañó el menor entre dientes.
—¿Qué dices?— se escandalizó —¿Qué me has llamado?
Hoseok notó cómo se echaban pestes con la mirada, lo que le llevó a sonreír inconscientemente. El pelirrojo dejó el hacha sobre la mesa.
«Espero que nos estés viendo, Joonie»
A Yoongi no le hacía gracia entrar desarmado, aún así acató la petición de la joven. La habitación de la izquierda era pequeña. Solo había una mesa de madera en el centro, rodeada de once sillas negras y varias estanterías llenas de libros. Tres hombres y una mujer les esperaban allí sentados.
—Bienvenidos— un hombre de unos sesenta años se levantó de la silla —¿De qué familia sois?
—¿Cómo?— Taehyung ladeó la cabeza.
—Beomgyu nos ha dicho que habéis llegado por vuestra cuenta y solo las familias fundadoras conocen esta isla— explicó con una mirada afable —¿A cuál de ellas pertenecéis?
—A la de Park Jongsuk— contestó Jimin con cara de póker.
La pequeña sala se llenó de asombro.
—Esa sí que es una agradable sorpresa— el hombre señaló las sillas —Por favor, tomad asiento.
El rubio se sentó al lado de una mujer de cabello largo. Yoongi tomó asiento junto a su novio, seguido por Hoseok. Jungkook se sentó enfrente de Jimin y al lado de un veinteañero. Taehyung se acomodó junto al maknae y Eunha con Mellie a la izquierda del castaño.
—Me llamo Gam Kyungjae— dijo con una sonrisa encantadora —Él es Jang Myungsoo— señaló hacia un cuarentón de expresión seria —Ella se llama Hong Dahye— desvió la mirada hacia una mujer de treinta y cinco años de edad —Y este de aquí es Choi Wooshik— presentó al más joven de los cuatro.
Todos hicieron una pequeña reverencia.
—¿Por qué sois tantos en el concejo?— preguntó Hoseok con curiosidad.
—Nuestros padres o abuelos pusieron el dinero para crear este sitio, por eso el concejo se compone de un miembro de cada familia— explicó Myungsoo hastiado.
—Aunque solo las cinco familias que más dinero han invertido en este proyecto tienen mesa en el concejo— añadió Dahye mirando a Jimin —Dijiste que sois familia del Señor Park, ¿verdad?
—Es mi padre— afirmó a regañadientes.
Dahye se pasó el pulgar por los labios carnosos mientras esbozaba una sutil sonrisa. Ese gesto no pasó inadvertido para los Min, que la miraron con desagrado.
—Qué alegría teneros aquí— Kyungjae se levantó del asiento y sacó una carpeta de la estantería —¿Cómo está Jongsuk? Hace tiempo que perdimos el contacto con el búnker...
—Está muerto— le cortó el rubio.
—Lo siento mucho, hijo— respondió conmocionado —¿Qué pasó?
—Hubo un fallo en el sistema— intervino Yoongi al notar la incomodidad de su novio —El búnker estalló. No pudimos hacer nada.
—Me apena oír eso— Kyungjae se sentó en el asiento del fondo —Era un gran científico. Mi hermano menor solía trabajar con él, a veces quedabamos para cenar— rememoró —Ah, que buenos tiempo aquellos.
Jungkook miró a Jimin de reojo; o el tal Kyungjae no conocía la verdadera cara de Park Jongsuk, cosa que tampoco era de extrañar, o estaba al corriente de todo y sabía muy bien cómo disimular.
—¿Sabéis algo de mi tío?— preguntó Wooshik preocupado —Se llama Do Hyunki.
Jimin y Jungkook le miraron sobrecogidos. Los demás también se sorprendieron por sus palabras.
—¿Acaso eres el primo de Sooyoung?— soltó el maknae impactado.
Wooshik asintió con la cabeza. Jungkook no pudo disimular la fuerte impresión que le causó.
—¿No os conocéis?— Hoseok frunció el ceño extrañado.
—He pasado casi toda mi vida en el extranjero— aclaró Wooshik —Sé que mi prima iba a casarse con el hijo menor de Park Jongsuk, pero nosotros nunca hemos coincidido— su vista se desvió hacia Jungkook, al que miró detenidamente —¿Sabes dónde está Sooyoung?
—Lo siento mucho...
Los ojos del maknae le transmitieron la mala noticia. Wooshik apretó los puños sin saber cómo reaccionar. El joven sabía que su tío se encontraba en el búnker. Aunque no había podido hablar con él, le habían asegurado que se encontraba allí. De Sooyoung sin embargo nunca tuvo noticias.
—¿Murió en el búnker?
La pregunta revolvió el estómago de Jungkook. Jimin notó la profunda tristeza que cubrió el rostro de su hermano, pero también el de Taehyung. Los tres se quedaron callados, dudosos de si debían contarle la verdad.
—Sí, murió en el búnker— mintió Yoongi —Siento tu pérdida.
Wooshik alzó la vista hacia él. El novio de Jimin advirtió un cambio de expresión en su rostro. Incluso la mirada del desconocido se había vuelto extraña. El joven no supo si se debía a Sooyoung, o si le estaba mirando de mala manera a él.
—No habrá sido fácil llegar hasta aquí— Kyungjae se sintió mal por ellos —Pero ahora estáis a salvo. Nuestra isla, Inyeon, está libre de todo peligro.
—Señor Gam, ¿cómo es posible?— se interesó Taehyung —He visto que tienen una cafetería en el pueblo y sinceramente, no logro comprenderlo.
—En realidad no funciona como una cafetería convencional. Solo es un punto de encuentro donde la gente puede ir a socializar— respondió con amabilidad —No obstante, Inyeon dispone de turbinas eólicas, una planta de biogás y paneles solares. Toda la energía la obtenemos de fuentes renovables.
—También tenemos granjas y una gran cantidad de cultivos— le comentó Dahye a Jimin —La isla está diseñada para albergar a 3000 personas y solo somos 500.
—Ahora somos 506— corrigió Myungsoo malhumorado.
Dahye le dedicó una mirada asesina. Hoseok desvió la vista hacia Taehyung, que también había notado la tensión entre ellos.
—¿Estáis investigando el virus?— preguntó Jimin sin tapujos —¿Tenéis algún Serendipia en la isla? ¿Escondéis infectados en cubículos?
—Jimin— Yoongi le apretó el brazo.
—No— le cortó inmediatamente —Prefiero saber la verdad. No quiero sorpresas.
Myungsoo, Dahye y Wooshik se miraron un tanto extrañados. Kyungjae les pidió que salieran de la sala para poder hablar con el grupo en privado. Los tres abandonaron la habitación sin poner objeción, pero Yoongi vio una vez más cómo Wooshik le dedicaba una extraña mirada.
«¿Y a este qué coño le pasa conmigo?»
—Veo que estáis al tanto de todo— asumió Kyungjae mucho más serio.
—Sabemos quién creó el virus y por qué— Jimin se cruzó de brazos.
El hombre resopló disgustado.
—Mi hermano era parte del proyecto que dirigía tu padre— le miró a los ojos —Me dijo que estaban intentando crear una cura para el cáncer. Para el cáncer, ¿sabes? Me sentía tan orgulloso de él, por dedicar su vida a una investigación tan importante— su expresión se tornó sombría —Pero cuando llegó el día cero y el caos se desató, mi hermano me confesó la verdad.
—Él ayudó a mi padre y a Do Hyunki a crear el virus, ¿no es así?
—Así es— asintió a las palabras de Jimin —Me juró que lo habían engañado, que él no quería hacer daño a nadie y que nos reuniríamos en esta isla, donde me lo explicaría todo— el hombre hizo una breve pausa —Pero mi hermano nunca llegó y lo único que sé a ciencia cierta, es que fue cómplice de este desastre.
La ira de Jimin se desvaneció al notar que padecía un dolor muy similar al suyo.
—El Señor Gwak, que falleció hace unos días de un infarto al corazón, fue el que formó el concejo para dirigir Inyeon— el hombre abrió la carpeta y mostró una hoja de papel con varios nombres escritos en tinta negra —También me puso al corriente de que mi hermano había dado una gran cantidad de dinero para crear este lugar.
Jimin y Jungkook no se sorprendieron al ver el nombre de Park Jongsuk como el mayor contribuyente de todos.
—Si algo salía mal, Inyeon iba a ser el hogar de las familias de los contribuyentes— explicó Kyungjae —Pero como todo sucedió tan rápido... La gran mayoría no logró llegar hasta aquí.
—Supongo que los demás no saben nada de esto— dedujo Jungkook.
—No— negó con la mano —Solo lo sabemos el Señor Gwak y yo, y él... Bueno, él ya no está entre nosotros— cerró la carpeta entristecido —Los habitantes de Inyeon han sufrido la pérdida de familiares y amigos. ¿De qué serviría contarles para qué se creó este lugar? Es mejor que vivan sus vidas de la mejor forma posible.
Hoseok desvió la mirada hacia Mellie. En realidad comprendía esa forma de pensar.
—En el búnker estaban tratando de crear una cura— comentó Taehyung.
—Aquí tenemos a una científica que está intentando buscar una solución, pero sus avances no son muy alentadores.
—¿Por qué?— se preocupó Eunha.
—Es mejor que habléis con ella.
—¿Y los Serendipia?— insistió Jimin —¿Tenéis alguno?
—El Señor Gwak comentó algo acerca de los Serendipia pero la verdad es que no hemos visto a ninguno y francamente, no creo que existan.
—Yo tampoco— Yoongi se encogió de hombros —Suena a cuento chino.
—Eso mismo pienso yo— el hombre los miró de uno en uno —Por favor, mantened esto en secreto. Hemos tardado mucho tiempo en lograr una convivencia tranquila y algunos todavía no se han acostumbrado a esta situación.
—No se preocupe, nosotros no queremos crear problemas— aseguró Jungkook —Lo único que queremos es vivir en paz.
—Inyeon es el lugar indicado para eso— sonrió tras levantarse de la silla —Mañana podemos seguir hablando, ahora creo que lo más adecuado es dejaros ir a descansar. Le diré a alguien que os lleve a vuestra casa.
—¿A nuestra casa?— murmuró Eunha.
Kyungjae se disculpó con ellos y salió al pasillo. Los demás aguardaron en silencio hasta que el hombre abandonó la sala.
—¿Qué os parece?— Hoseok se apoyó contra la mesa —¿Podemos confiar en él?
—Creo que ha dicho la verdad— opinó Yoongi —Me ha parecido bastante sincero.
—Acabamos de llegar y no sabemos nada de esta gente— Jungkook cogió a Mellie en brazos —Puede que parezca de fiar pero habrá que andarse con mucho cuidado.
—En el búnker aprendimos la lección— Jimin miró hacia la puerta —Es mejor ser desconfiados.
—Oye, hyung— Taehyung tocó el hombro de su hermano —¿Conoces al primo de Sooyoung? He visto que te ha mirado mal.
—¿En serio?— se sorprendió el rubio —¿Y eso?
—No lo sé— negó extrañado —Quizá ha notado que le he mentido sobre Sooyoung.
La puerta se abrió súbitamente. Beomgyu entró acompañado de dos chicos. Los tres cargaban varios tuppers de colores.
—Hemos ido a por la comida que os ha preparado la Señora Sobong— sonrió ampliamente —Por cierto, estos dos son mis...— carraspeó —Son Choi Soobin y Choi Yeonjun hyung.
—Gracias por proteger a Beomgyu de esos cerdos— Yeonjun les hizo una reverencia —La próxima vez los ahogaré en el mar— bramó furioso.
—Yeonjun hyung, no digas esas cosas— se asustó Soobin —La violencia no es la solución.
A Yoongi y Jimin les dieron cierta ternura.
Beomgyu detectó a Mellie entre los brazos de Jungkook y se acercó a la perrita. El maknae dejó que la acariciara.
—Es muy bonita— murmuró el menor —Mi abuela también tenía una Shiba Inu aunque ya era muy viejita.
—Oye, Beomgyu. ¿Esos dos son tus qué?— cotilleó Taehyung.
El chico bajó la mirada dubitativo.
—¿En serio?— Yeonjun torció la boca —Como digas amigos me enfado.
Un largo e incómodo silencio se hizo en la habitación.
—Yeonjun hyung y yo somos hermanos— explicó Soobin —Durante el día cero, Beomgyu se había pasado por nuestra casa para echar unas partidas. Los tres estábamos jugando cuando todo comenzó. Mis padres nos trajeron a Inyeon, pero los padres de Beomgyu no lograron salir de Daegu...
—Por eso lo hemos acogido— añadió Yeonjun —Beomgyu es parte de nuestra familia. Aunque el muy tonto se niega a llamarnos hermanos.
—Eso no es verdad— hizo un puchero —Es que todavía se me hace raro— Beomgyu se sonrojó por la atención que estaba recibiendo —Déjame, hyung.
—Déjalo, hyung— le apoyó Soobin.
—Sois un par de tontos— masculló Yeonjun.
Jungkook no pudo evitar mirar a Jimin. El rubio le sonrió suavemente, lo que hizo sonreír también al maknae.
—¿Qué edades tenéis?— quiso saber Yoongi.
—Yo tengo diecisiete— contestó Yeonjun —Y ellos quince.
—Tener un hermano es algo precioso— aseguró Taehyung —Debéis cuidar los unos de los otros.
Los tres asintieron inmediatamente. Yoongi sonrió pero adoptó una expresión seria cuando le miró su hermano.
Hoseok abrazó a Eunha y le dio un beso en la sien. Ambos eran hijos únicos pero su relación no era muy diferente de la que tendrían dos hermanos.
Los Choi se ofrecieron a acompañarles a su nueva casa, que se encontraba a las afueras del pueblo, en la zona norte de Inyeon. Yeonjun les explicó que el agua de las duchas solo fluía durante unos minutos, por lo que tendrían que acostumbrarse a tomar duchas rápidas. También había medidas para ahorrar en electricidad, entre otras cosas.
El grupo se detuvo delante de un chalet de dos plantas. El diseño no era similar al de las viviendas que habían visto en la entrada del pueblo. Aunque sí disponían de las mismas placas solares y del mismo tanque de agua, la casa lucía mucho más grande. Lo mismo sucedía con las que se encontraban por la zona.
—Hay un montón de casas vacías— Beomgyu le dio la llave a Jungkook con amabilidad —Si queréis podéis hablar con el Señor Gam para que os asignen otra más.
Hoseok sintió cómo la tristeza volvía a apoderarse de su corazón. Aquel lugar estaba diseñado para 3000 personas y solo eran 500. Namjoon y él podrían haber tenido una casa junto a la de sus amigos; Namjoon y él podrían haber tenido una vida juntos.
—Si necesitáis algo podéis contar con nosotros— se ofreció Soobin.
—Vivimos unas calles más abajo— señaló Yeonjun enérgicamente —Solo tenéis que preguntar por los Choi.
El grupo agradeció la amabilidad de los adolescentes. Yeonjun, Soobin y Beomgyu les entregaron los tupper y se despidieron formalmente. No querían agobiarles con su presencia. Además entendían que necesitaban un poco de privacidad.
Una vez solos, los jóvenes se quedaron en silencio. La sensación que albergaban era de lo más extraña. Ninguno parecía dispuesto a dar el paso, sobre todo Jimin y Jungkook, que parecían los más reacios a entrar en la vivienda.
Taehyung le quitó las llaves a su novio y se dirigió hacia la puerta. Su actitud impetuosa animó a Yoongi y Eunha a seguirle. Después de meter la llave en la cerradura y abrir la puerta, se giró hacia los demás y les sonrió pícaramente.
—¿Entramos o qué?
¿Qué os parece Inyeon? ¿Os esperabais una isla como esta? ¿Cuál es vuestra primera impresión? 🤔
Vaya, el primo de Sooyoung se encuentra en la isla. ¿Creéis que Wooshik ha notado la mentira de Yoongi o hay algo más detrás de sus miradas? 👀
Como dijo Jungkook en uno de los anteriores capítulos; ya no hay vuelta atrás. ¿Qué clase de cosas les esperarán a todos en su nuevo hogar? Bueno, ya lo iréis descubriendo. ✨
Espero que estéis bien. Sé que la cuarentena está siendo difícil para muchísimas personas, pero no perdáis el ánimo, ¿vale? Cuidad mucho de vuestra salud. Ojalá esta situación pase cuanto antes. 💜🥺
Hasta la próxima. Os quiero~ 🌹🌹
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