14
—La fiebre está remitiendo— aseguró Hoseok para tranquilidad de todos.
—Me encuentro mejor— prometió Taehyung.
—Tienes mejor aspecto pero necesitas reposar— le tiró de la mejilla —Tómatelo con calma.
—Siento todo este inconveniente— su expresión se volvió algo más triste —Habéis tenido que poneros en peligro por mi culpa...
—No es culpa tuya— el maknae le apretó la mano —No digas eso nunca más.
—Jungkook tiene razón— Jimin acomodó el brazo sobre los hombros de su hermano —Eres familia, TaeTae. Ayudarte jamás será un inconveniente.
—Es todo lo contrario— apuntó Eunha —Ayudarte es lo natural.
Yoongi sintió una profunda calidez al ver cómo arropaban a su hermano. La sonrisa que se dibujó sobre el rostro de Taehyung también le hizo sonreír a él.
—¿Tienes hambre?— le preguntó Jungkook.
—No— respondió mimoso, tirando un poco de él.
El maknae comprendió que quería que se tumbase a su lado. Jungkook no dudó en cumplir su deseo, a pesar de que la camilla era pequeña e incómoda.
Yoongi dejó a su hermano disfrutando de la compañía de su novio y se alejó unos pasos.
—Jin. ¿Sigues aquí?— susurró —¿Puedes oírme?— el joven no recibió una respuesta —Jin... Necesito hablar contigo... Por favor, hyung.
Jimin se rió al ver cómo Taehyung buscaba la cercanía de Jungkook y su hermano se sonrojaba al percatarse de que todas las miradas estaban sobre ellos.
—Aprovecha, TaeTae— el rubio le guiñó un ojo —Ahora no te puede decir que no.
—Hyung— soltó el maknae en un tono tan aniñado, que les causó gracia a Taehyung y Eunha.
Jimin se giró hacia Yoongi con la intención de comentarle algo gracioso. El mayor estaba al lado de la puerta de la habitación, murmurando para sí mismo.
—¿Qué sucede?— le preguntó al acercarse.
—Jin no me responde...
—Quizá esté distraído, como la última vez— intentó calmarle —Mira...
—No, Jimin— le cortó —Creo que esto no es como la última vez— Yoongi tuvo que esforzarse para no dejarse llevar por sus emociones —Siento que Jin ya no está... Creo que le ha pasado algo por salvar a Tae...
Jimin no supo qué decir. El menor miró hacia Taehyung, que se había acurrucado sobre el pecho de Jungkook y sonreía al ver lo mucho que Mellie disfrutaba de sus caricias.
—Tae me dijo que Jin se despidió de él. Le habló a mi hermano, ¿entiendes?— su voz se quebró ligeramente —Y ya no ha vuelto a aparecer.
El rubio le dio un abrazo muy fuerte. Yoongi cerró los ojos, consciente de que las lágrimas amenazaban con salir.
—Le he vuelto a perder...
—No, estoy seguro de que Seokjin hyung sigue contigo— le besó la mejilla —Aunque no pueda comunicarse, estoy convencido de que sigue a tu lado.
—Estoy muy asustado, Jimin— se sujetó de su espalda —Si desea irse lo acepto, pero me asusta que se lo hayan llevado...
Taehyung desvió la mirada hacia su hermano. El mayor estaba de espaldas pero la expresión de Jimin le indicó, que podrían estar hablando de Seokjin.
Jungkook se alarmó al sentir cómo su chico apretaba el rostro contra su pecho.
—¿Te encuentras mal?
—No— negó con la cabeza —Solo quiero estar así...
El maknae advirtió por el tono de su voz que algo le carcomía por dentro.
Hoseok y Eunha se habían desentendido de sus amigos para guardar todos los medicamentos útiles de los armarios. El pelirrojo sabía que el viaje era impredecible y que podrían necesitar medicinas por el camino.
Un fuerte sonido llamó la atención del grupo. Yoongi y Jimin, que estaban más cerca de la puerta, se asomaron al pasillo y vieron cómo varios hombres irrumpían en la clínica.
—Me habéis hecho venir a una puta pocilga— Bogum pisó el cráneo de un infectado sin inmutarse —Joder, esto os va a costar unas cuantas vidas.
Eunha cogió a Mellie en brazos mientras Jungkook se levantaba de la camilla y tomaba la katana. El maknae iba a salir de la habitación cuando Jimin lo tomó del brazo.
—Ni se te ocurra— le susurró al oído —Van armados.
Yoongi agarró un espejo de un cajón y le hizo una señal a Hoseok para que apagase las linternas. El mayor se arrodilló enfrente de la puerta y sacó el cristal unos pocos centímetros, con la intención de averiguar cuántos eran.
—Joder— maldijo tras cerrarla con mucho cuidado —Hay unos quince tipos en la entrada y algunos llevan armas de fuego.
—¿Qué vamos a hacer?— Eunha encendió la linterna —Aquí estamos atrapados.
Bogum curioseó a su alrededor. Había algunos cadáveres en el suelo y cierto desorden en la sala de espera. El pasillo que se habría a un lado del mostrador llevaba hacia las demás habitaciones.
—No tenéis por donde huir— afirmó divertido —Esta es la única entrada y salida que hay.
Hoseok y Jimin ayudaron a Taehyung a sentarse sobre la camilla. Jungkook apretó la empuñadura de la katana con todas sus fuerzas mientras Yoongi alumbraba y observaba cada rincón del cuarto.
—¡Te propongo una cosa, Min!— Bogum alzó la voz para hacerse oír —¡Si me entregas al chico que estaba contigo en la azotea y a la rata que me disparó, dejaré que te vayas con tus amigos!— se tocó el vendaje de la oreja —Es un trato generoso, ¿no crees?
Algunos de sus hombres contestaron a la pregunta, asegurando que era un trato justo y noble.
Yoongi ignoró sus palabras y señaló a todos menos a Taehyung. Los jóvenes se acercaron para escuchar lo que tenía que decir. El castaño aguardó sobre la camilla entre gran tensión. Aunque podía ver el rostro de su hermano bajo aquella tenue luz, no lograba oír de lo que estaban hablando.
—¿Podéis hacerlo?— preguntó el mayor sin perder la calma.
Todos asintieron sin dudar. Yoongi respiró hondo y buscó la mirada de Jimin. Sus ojos oscuros le transmitieron la confianza que necesitaba hallar. El joven se giró hacia Taehyung y le guiñó el ojo segundos antes de salir al pasillo.
—¡Hyung!— Taehyung se levantó tan rápido que perdió el equilibrio.
—Tae— Jungkook lo agarró por la cintura, evitando la caída —Tranquilo. Tiene un plan.
Bogum se sorprendió gratamente al ver a Yoongi salir de la habitación.
—Explícame una cosa— el mejor amigo de Seokjin se detuvo a pocos centímetros del cuarto —¿Para qué quieres a esas dos personas exactamente?
Varios hombres apuntaron a Yoongi con sus pistolas pero Bogum alzó el brazo, exigiéndoles que bajasen las armas.
—Quiero que el chico de la azotea se una a mi grupo— contestó sin tapujos.
Hoseok cerró la puerta en silencio mientras Jimin ayudaba a Taehyung a esconderse debajo de la camilla.
—Puedo luchar— reclamó el castaño.
—Todavía estás muy débil— apuntó Eunha agitada —Quédate ahí y no te muevas.
—Hazle caso a tu enfermera— Jimin le entregó a Mellie —No seas tozudo, TaeTae.
Jungkook subió la persiana paulatinamente, intentando evitar hacer ruido. Hoseok cruzó los dedos deseando que los demás no lo oyeran.
—¿Y al otro?— Yoongi miró la clase de armas que cargaban y dedujo que se las habían quitado a los cadáveres de los militares —¿Quieres vengarte por cómo te ha dejado la oreja?
—¿No es obvio?— se apretó el cuchillo contra la mejilla —Se merece que le saque los ojos por su atrevimiento.
Namjoon y Jackson seguían al lado de la puerta, escuchando la conversación.
—¿Qué demonios está haciendo?— preguntó el joven de origen chino.
—Ganar tiempo.
Jungkook abrió la ventana y se asomó hacia la calle. No había más que unos pocos infectados tambaleándose por la carretera. El chico saltó hacia el exterior y esperó a que Jimin le alcanzase las katanas. Cuando las obtuvo, eliminó a todos los seres de la zona mientras el rubio acudía a su lado.
Hoseok cerró la ventana, abrió la puerta de la habitación y le hizo una señal a Yoongi con la mano. El mayor estaba en gran tensión pero no mostró ningún signo de nerviosismo ante Bogum.
—¿Entonces has venido por venganza?— se hizo el sorprendido —¿No te estás tomando demasiadas molestias por nosotros?
—Creo que valéis la pena— sonrió de forma siniestra —Además, a mis hombres les gusta mantener la ciudad limpia.
Yoongi se fijó en los tipos que le acompañaban. La mayoría parecían sacados de una película carcelaria y no era por la cantidad de tatuajes y cicatrices que tenían, sino por las miradas que transmitían; eran frías, duras y algunas hasta repulsivas.
—¿No deberíamos hacer algo?— dijo Jackson angustiado
—Confía en Yoongi hyung— Namjoon le apretó el brazo —Debemos tener paciencia.
Taehyung se sintió frustrado por no serles de ayuda. El chico desvió la mirada hacia Eunha, que estaba observando fijamente cómo Hoseok mezclaba algunos líquidos en una botella de cristal.
—¿Qué está haciendo?— preguntó desconcertado.
La muchacha le sonrió de oreja a oreja.
Jimin y Jungkook se acercaron sigilosamente hasta la esquina del edificio. Al asomarse vieron a dos hombres en el exterior, vigilando la zona. El maknae también se percató de que las ruedas del microbús estaban pinchadas.
—Malditos hijos de puta— maldijo irritado.
—Tenemos que hacerlo en silencio— le dijo Jimin al oído —La gente de dentro no puede enterarse de que estamos aquí o pondremos la vida de Yoongi en peligro.
El menor asintió mordiéndose el labio. Ambos aguardaron en tensión hasta que uno de los extraños desapareció detrás del vehículo. El otro individuo se dio la vuelta al oír a un infectado aproximándose. El hombre de piel oscura caminó hacia él mientras silbaba una melodía infantil. Sin ninguna muestra de miedo o preocupación, decapitó al infectado y luego le pisó el cráneo y escupió sobre sus sesos.
Al darse la vuelta se topó con Jungkook de frente. Cuando quiso reaccionar sintió cómo el filo de un cuchillo traspasaba su cuello, llevándole a ahogar un grito debido a su propia sangre. El maknae sacó la hoja y se la volvió a clavar en el pecho, muy cerca del corazón.
Cuando el otro hombre se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, recibió una puñalada por la espalda. Jimin le tapó la boca segundos antes, evitando así que pudiera gritar. El maknae se acercó inmediatamente, siendo testigo de cómo su hermano lo terminaba por rematar.
—¿Hay más?— preguntó el menor ocultándose detrás del microbús.
—No— Jimin se limpió la sangre que le había salpicado en el pantalón —Solo quedan los de dentro— el rubio advirtió que Jungkook llevaba una de las pistolas de los fallecidos —¿Sabes cómo debes disparar?
—Apuntar, apretar y no fallar.
—Básicamente— respondió guardando la katana y tomando la escopeta de su hombro —No disponemos de mucho tiempo. Los infectados van a llegar en cuanto comience el tiroteo.
—Podemos huir en esos coches— Jungkook señaló hacia dos Land Rover, aparcados a un costado de la calle —Seguro que son los vehículos de estos cabrones y alguno de ellos tendrá las llaves.
—Buena idea— Jimin respiró profundamente —¿Estás listo?
En el interior seguía la conversación entre Yoongi y Bogum. El mayor de los Min había comprendido que aquel tipo era la clase de persona a la que le gustaba hablar de más.
—¿Para qué necesitas a Jungkook si estás rodeado de matones?
—Ese chico tiene algo en la mirada, algo de lo que carecen muchas personas— aseguró —Estoy convencido de que sería un asesino de primera clase.
—¿Qué dice ese gilipollas?— Taehyung se molestó por esa afirmación.
Eunha tuvo que meterse debajo de la camilla para calmar su malestar.
—Pero para lograrlo tengo que matar al farsante— continuó Bogum —Ese tipo debe morir.
—¿Farsante?— Yoongi frunció el ceño —¿De quién hablas?
—Del embustero que voló hacia el otro tejado. No sé cómo lo hizo pero es evidente que fue una actuación.
Yoongi frunció el ceño. Bogum había exigido las vidas de Jimin y Jungkook a cambio de dejarles marchar y ahora pretendía añadir a Taehyung a su lista.
«Maldito hijo de puta. Nos quiere matar a todos desde el principio»
—No obstante, su relación con Jungkook es tóxica y necesita ser cortada de raíz.
—¿Tóxica?— el hermano de Taehyung no pudo contenerse —Deberías consultar en el diccionario lo que significa esa palabra. Lo único tóxico aquí eres tú.
—No soy un santo pero tú tampoco lo eres, ¿me equivoco?— sonrió con astucia —¿A cuántas personas has matado? ¿Y tu grupo? Dudo que todavía exista alguien que no se haya manchado las manos de sangre.
—Hay una diferencia enorme entre tu grupo y el mío— apuntó Yoongi inmediatamente —Nosotros no vamos por ahí ejecutando a personas inocentes y mucho menos a niños, ancianos y mujeres— apretó el puño —Nosotros matamos a los que nos quieren hacer daño.
—Y eso os hace mejores, ¿no?— soltó una sonora carcajada, a la que se unieron varios de sus hombres —La gente como vosotros, la que tiene lástima por los débiles, no dura mucho en un mundo como este. Para vivir bien hay que perder los escrúpulos o de lo contrario te consumirá el miedo— se giró hacia un hombre de cabello rizado —¿Tengo razón, Leekpai?
—Por supuesto— Leekpai respondió mostrándose muy orgulloso —Por eso vivimos en Busan mientras que las ratas como vosotros, mueren buscando lugares seguros.
—No sé, tío. Lo vuestro me suena a excusa para poder vivir entre hombres sin parecer unos maricones— Yoongi le sonrió burlón —Aunque de nada os sirve el paripé. Algunos de vosotros tenéis una cara de pasivos de la hostia.
Los hombres de Bogum le miraron enfurecidos, alguno incluso alzaron sus armas.
—Qué huevos tiene— Namjoon negó con la cabeza, impresionado por su forma de provocarles.
Jackson sonrió a pesar de la tensión. El estilo de Yoongi le había agradado.
Eunha en cambio se puso aún más nerviosa. Taehyung también sintió temor aunque conocía a su hermano y sabía que tenía algo en mente.
—Tiene gracia viniendo de alguien que tiene maricones en su grupo— Bogum respondió sin inmutarse.
—Por eso lo digo— Yoongi alzó el brazo y señaló a Leekpai, que estaba parado en el centro, justo al lado de Bogum —Ese de ahí por ejemplo. Ese tiene pinta de pasivo sumiso.
El hombre no tuvo tiempo de recriminarle, Hoseok apareció de repente, lanzando una botella hacia el lugar que había señalado su amigo. El objeto estalló en cuanto cayó al suelo.
Bogum recibió varios impactos del cristal en el brazo izquierdo. El joven alzó la mirada y vio a Leekpai agonizando en el suelo, con múltiples quemaduras en el cuerpo.
—¡Deberías haberte quedado en tu puticlub, Park Bogum!— vociferó Yoongi desde la habitación —¡Ahora vais a morir!
—¡Matadlos!— gritó Bogum enrabietado —¡Matad a esos perros! ¡Matadlos ahora mismo!
Sus hombres se alzaron inmediatamente, hasta los heridos prosiguieron a cumplir su orden. Cuando pretendían acercarse a la habitación, comenzaron a oír disparos.
Jimin y Jungkook irrumpieron en la clínica, ejecutando primero a los hombres que cargaban armas de fuego. El rubio les disparó en la cabeza mientras su hermano apuntaba a espalda y pecho, zonas que le parecían más fácil de acertar. El chico falló algunos disparos pero acertó más de lo que hubiera esperado.
Yoongi, Hoseok, Namjoon y Jackson salieron a ayudarles, sorprendiendo a los tipos que se habían centrado únicamente en los Park.
El lugar se llenó de gritos y el suelo se tiñó de sangre. Un hombre caía entre maldiciones, abriendo paso al siguiente enfrentamiento que terminaba con otra persona degollada sobre el sintasol.
Taehyung aguardó abrazando a Mellie bajo la camilla, consciente de la brutalidad que se estaba viviendo a pocos metros de allí.
Un tipo intentó huir entre la confusión pero Hoseok lo agarró del cuello de la ropa y le empotró la cabeza contra la pared, dejándoselo a Yoongi para matarlo a machetazos. Namjoon y Jungkook tampoco tuvieron ninguna clase de compasión con sus oponentes, a los que ejecutaron sin pestañear. Jackson solo paró de golpear a otro individuo cuando este dejó de moverse y Jimin vació todos los cartuchos de los que disponía sin dudar.
La puerta del cuarto en el que se refugiaban Taehyung y Eunha se abrió abruptamente. Un hombre con un corte en la mejilla y las manos cubiertas de sangre entró jadeante. El desconocido sonrió al ver a la muchacha a pocos metros de él, sujetando un arma.
—Niña, suelta eso o te podrías hacer daño— se jactó —Venga, tira el cuchillo.
Eunha fue retrocediendo lentamente hasta que se golpeó contra la pared. El hombre sonrió al ver cómo se le caía el cuchillo del miedo.
—N-No me haga daño, por favor— pidió asustada.
—Tranquila, pequeña— se acercó amenazante —No te haré daño.
Taehyung aprovechó la distracción de su amiga para salir debajo de la camilla y aproximarse al hombre por la espalda. El castaño agarró el fonendoscopio que tenía a mano mientras sentía el fuerte latido de su corazón.
—¿Tienes miedo?— le preguntó divertido.
—No— respondió Eunha, justo antes de ver cómo su amigo lo ahogaba con el tubo. El hombre se llevó las manos al cuello, tratando de aflojar la presión. Taehyung apretó con todas sus fuerzas pero no fue suficiente. Su estado jugó a favor del desconocido, que lo empotró con ímpetu contra la pared.
El castaño gritó por el impacto. Mellie se revolvió de la rabia, tratando de soltarse de la pata de la camilla, a la que la había atado su «papá».
Eunha agarró el cuchillo del suelo y se lo clavó en el pecho. La joven lo extrajo rápidamente e intentó repetir la acción, pero el extraño reaccionó rápido y la golpeó ferozmente en el rostro. La chica cayó al suelo, provocando todavía más ira en la perrita.
Taehyung trató de agarrar el cuchillo, forcejeando violentamente contra su adversario. El hombre le otorgó un fuerte codazo en las costillas, dejándole durante varios segundos sin aire.
—¡Putos insectos!— jadeó entre gran dolor —¡Os voy a matar!
Taehyung vio como recogía el cuchillo del suelo y le miraba con ansias de sangre. El chico creyó que había llegado su fin pero Mellie apareció de repente, mordiéndole la pierna con saña.
Los gritos no detuvieron a la perrita, ni tampoco a Taehyung, que lo agarró por la espalda para que no pudiera hacerle daño. El hombre se resistió hasta que recibió múltiples cortes en el cuello. Eunha no paró de clavarle las tijeras hasta que dejó de moverse.
Taehyung cayó al suelo junto al desconocido, agotado y dolorido. Mellie restregó la cabecita contra su brazo, tratando de buscar su atención.
—¿Cómo te has soltado?— dijo con la voz entrecortada.
—Fui yo— Eunha se arrodilló a su lado, exhausta —Yo la solté y le quité el bozal.
—Gracias— suspiró agotado —Gracias a las dos.
Otro hombre apareció en la entrada, justo cuando se estaban abrazando. La perrita se interpuso entre ellos y el desconocido, mostrándole sus colmillos.
—¡Ven aquí, Mellie!— gritó Taehyung al ver que cargaba un hacha —¡Ven aquí!
La Shiba Inu no retrocedió, a pesar de la orden. El extraño alzó el arma, dispuesto a matar a la perrita. Jimin le metió un culatazo en el rostro, llevándole a apartarse de la entrada.
—¡Cerrad la puerta con pestillo!— les gritó antes de dar un fuerte portazo.
A Taehyung le habría encantado pero la puerta no disponía de ninguna clase de cierre. Eunha se levantó y buscó algo con lo que bloquear la entrada.
Jimin tiró la escopeta a un lado y sujetó la katana con ambas manos.
—¿Te has quedado sin munición?— el hombre se apartó la sangre de la frente —Eso supondrá tu muerte.
—No necesito munición para acabar contigo— respondió el rubio sin perder la calma.
—Estoy deseando ponerte las manos encima— se relamió los labios.
—Lo siento, no eres mi tipo— Jimin dio varios pasos hacia la puerta de la derecha —Eres demasiado feo.
El hombre jugueteó con el hacha mientras veía como entraba en la habitación.
—Te voy a cazar— prometió —Y luego te voy a abrir en canal.
El desconocido se encontró la habitación a oscuras. La luz que provenía del pasillo no dejaba ver el interior por completo, pero sí logró visualizar una pierna al fondo del cuarto. Con el hacha en alto, se fue acercando paulatinamente hacia su víctima.
La imagen fue cobrando forma conforme iba avanzando. El hombre frunció el ceño al oír unos ruidos extraños pero no le dio importancia hasta que se aproximó tanto, que vio la figura de un infectado.
Sobresaltado por su presencia, retrocedió unos pasos, pero justo en ese instante apareció el rubio por detrás y lo empujó hacia Taemin. El hombre cayó de bruces sobre el infectado.
Jimin se quedó mirando cómo le arrancaba la piel y lo devoraba sin compasión.
Hoseok caminó entre los cadáveres de la entrada con el pulso acelerado. Muchos hombres yacían en el suelo, con innumerables heridas en sus cuerpos. El chico tuvo que respirar hondo; aquella escena le trajo recuerdos muy desagradables.
—¿Estás bien?— se preocupó Namjoon. Hoseok asintió levemente —Vuelve con los demás— le apretó el brazo —Y prepara a Taehyung para el viaje.
El chico volvió a asentir y se dio la vuelta con el estómago revuelto. Crear una sustancia explosiva con los productos que había en la clínica no era un problema para él, pero ver la masacre que habían causado resultaba difícil de encajar.
Hoseok rodeó el cuerpo de un joven para no pisarle. Al desviar la mirada hacia su izquierda encontró a Bogum escondido entre varios cadáveres. El pelirrojo se alarmó y alzó la voz para avisar a sus amigos.
Un disparo cayó de la nada. Otro le siguió a los pocos segundos.
Yoongi y Jungkook se abalanzaron sobre Bogum. El mayor le quitó el arma y el menor lo inmovilizó contra el suelo. Jimin dejó caer la katana al regresar a la entrada y ver cómo la sangre brotaba incontrolable del cuerpo de su amigo.
—¿Por qué?— pronunció Hoseok en un susurro —¿Por qué...?
Hoy no dejaré comentario, ni dejaré preguntas, ni dejaré el emoji de los ojitos. Solo quiero saber lo que tenéis que decir sobre lo que ha ocurrido.
Espero que lxs que ya estáis de vacaciones lo estéis pasando genial. 😘 Lxs demás, como yo, que todavía no tenemos esa suerte, ánimo. 😭 Ya queda menos. 💜💜 Feliz semana~
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