Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

124

Jimin supo por su expresión que Jungkook no sabía dónde estaba. Parecía perdido mientras miraba a su alrededor, especialmente cuando se percató del desierto. Los ojos de su hermano se abrieron tanto que si no hubiera sido una situación alarmante, lo habría sentido hasta cómico.

—Dime que no te has suicidado, Jungkook...

—¿Disculpa, qué?— el maknae frunció el ceño —Hyung, ¿por qué me preguntas algo así?

—¿Qué recuerdas?

—Pues... Nada.

Jimin lo abrazó junto a la orilla del mar. Él sí recordaba la conversación que habían mantenido la noche anterior, por eso se le había cruzado el suicidio por la mente. ¿Cómo si no era posible que su hermano, que estaba completamente sano, estuviera allí con él?

—Escúchame, Jungkook. Esto es El Umbral. Eso quiere decir que...

—¿Inyeon ha caído?

—No creo. Si fuera el caso, alguien más estaría aquí.

—¿Y si es un sueño?— Jungkook miró a su alrededor, el paisaje le parecía bellísimo —Puede que alguno de los dos lo esté soñando.

—He estado aquí antes y no, esto no es un sueño.

A pesar de haberlo sugerido, Jungkook tampoco lo creía. La sensación que percibía era demasiado intensa como para tratarse de una ilusión.

Conmocionado, Jimin volvió a abrazar a su hermano. Su muerte no era una sorpresa, se había hecho a la idea de que cualquier día podría ser el último, pero con Jungkook era diferente. A él le quedaba mucho tiempo por vivir. 

¿Cómo había pasado? Se habían ido a dormir, ¿en qué momento había perdido la vida?

Cuando Jimin se apartó de él para mirarle a los ojos, vio a dos personas de refilón. Estaban junto a la orilla del mar, igual que ellos, a una distancia en la que se les podía ver el rostro. Jungkook se percató de que la mirada de su hermano se fue haciendo más y más grande, así que se dio la vuelta y entonces los vio.

Yoongi vestía una camisa blanca, unas bermudas y unas sandalias marrones a juego del pantalón. Taehyung llevaba un bañador verde, una camisa hawaiana, también en tonos verdes y blancos, y unas sandalias negras. Por su aspecto parecían ir de camino a la playa, lo que les pareció casi tan desconcertante como encontrárselos allí.

Ambos tenían la misma edad que el día en que fallecieron, pero de un momento a otro, el mar cambió por un bosque muy poblado, la mañana por la noche, y el aspecto de los hermanos Min regresó al día en que se conocieron.

Taehyung y Jungkook echaron a correr, bajó una inmensa luna llena, y cuando el menor lo alcanzó, lo alzó del suelo y su esposo se sujetó de su cintura fuertemente con las piernas. Durante unos segundos se miraron a los ojos, compartiendo una gran sonrisa, hasta que a Taehyung le pudo la emoción y lo besó por impulso.

—¡Mi cachorrito!— Taehyung tocó el rostro de su esposo suavemente con las yemas de los dedos y el maknae lo disfrutó, mientras lo sujetaba a pulso. Era difícil resistirse a la dulce mirada de Jungkook, pero más aún cuando le sonreía con tanta inocencia.

—¡Tae, pero qué joven estás!

—¿Has visto? ¡Vuelvo a estar muy follable!

—Follable has estado toda tu vida, pillín.

Yoongi pasó al lado de la pareja y antes de alejarse de ellos, le dio un golpecito en el trasero a Jungkook. El menor sonrió por el contacto, aunque la lengua de Taehyung no le permitió que se distrajera.

Cuando Yoongi se vio enfrente de Jimin, lo primero que hizo fue mirarlo de arriba abajo. Físicamente, volvía a ser el mismo chico de cabello rubio y sonrisa afable del que se había enamorado, pero en su mirada se podía ver la huella de la edad.

—Bienvenido, Jiminie.

Jimin tomó su rostro con ambas manos y lo besó sin apartar la mirada de la suya.

—Por fin estoy en casa, Yoon.

Tras compartir una entrañable sonrisa, Yoongi abrazó a su chico y dio inicio a un beso mucho más largo y apasionado. Para Jimin, sentirlo dentro de su boca después de tanto tiempo, fue como una explosión de emociones.

A su vez, Jungkook dejó a Taehyung en el suelo, pero sin separarse de sus labios. Tampoco lo soltó, llevaba tanto tiempo deseando sentirlo que se adueñó completamente de su espalda.

—Te he echado de menos, mi amor.

—Yo más, Kookoo.

El maknae sonrió con tanta inocencia que a Taehyung le fue imposible mantenerse alejado de su boca. Su rostro de diecinueve años era tan adorable que no podía resistirse. Jungkook lo alzó, lo besó, lo abrazó, y repitió, riendo y gritando felizmente, como si estuvieran en su propio mundo.

Y no eran los únicos que se habían aislado. Aunque Yoongi y Jimin podían oír las voces de sus hermanos, solo tenían ojos el uno para el otro.

—Has vivido bien, amor mío— Yoongi besó su rostro varias veces antes de apretarlo contra su pecho. Jimin tenía lágrimas en los ojos y verlo tan emocionado, agitó su corazón —Estoy muy orgulloso de lo fuerte que has sido y de cómo has pasado estos años sin mí.

—¿De verdad?

—Eres mi ejemplo a seguir.

Para Jimin era importante escucharlo. Había sido muy difícil vivir sin él y se había esforzado mucho en aprovechar cada año de su vida, tal y como deseaba su esposo que hiciera. Aunque no quería llorar, estaba tan sobrepasado por sus emociones que no pudo evitar derrumbarse entre sus brazos.

Yoongi sabía que no eran lágrimas de tristeza, sino de alivio por volver a estar juntos. Jimin había soñado muchas veces con su reencuentro y aunque sabía que tarde o temprano iba a suceder, en ocasiones tenía miedo de que algo llegase a impedírselo. Afortunadamente, volvía a estar entre los brazos de su esposo, sintiendo su calor y su amor por él.

Taehyung y Jungkook se apresuraron hacia ellos y sin intercambiar nada más que unas miradas cómplices, Yoongi abrazó a Jungkook, y Taehyung a Jimin. Las risas no tardaron en surgir mientras el viento revoloteaba por el cabello de los cuatro. Hubo alguna que otra lágrima, pero desaparecieron pronto entre los besos y abrazos.

—¿Por qué somos jóvenes?— preguntó Jungkook mirándose las manos —¿Te vuelves joven cuando mueres?

—No, te vuelves joven cuando entras en el mundo de Jin hyung.

—¿Seokjin hyung tiene un mundo?

A Taehyung le dio otro ataque de ternura y lo volvió a besuquear. Jungkook se rió como un niño pequeño y Jimin comprendió que lo hacía a propósito para provocar esa reacción en Taehyung.

—¿Y por qué es de noche?— volvió a preguntar el maknae —Hace un momento era de día.

—Porque en el mundo de Jin hyung llevamos el horario de Inyeon y en la entrada siempre es de día.

—Ah...

Taehyung se volvió a emocionar por sus muecas inocentes y lo volvió a besuquear para satisfacción de Jungkook.

—¿Sabes qué?— Yoongi pasó la mano por el cabello de su chico y después rozó su oreja con los labios —Vuelves a ser mi rubio.

Jimin se ruborizó. Yoongi lo susurró en un tono tan sensual que incluso notó mariposas en el estómago, como si fuera un adolescente.

—¿Ves eso, Kook? MinMin acaba de llegar y ese cerdo ya quiere meterse en los calzoncillos de tu hermano— criticó Taehyung ni corto ni perezoso —Lo que hay que ver. El romanticismo ha muerto.

—Dice el que tiene un muñeco hinchable con cara de JK en su dormitorio.

—¡Hijo de tu putísima...!— Taehyung se quitó la sandalia y se la lanzó, pero Jimin la bloqueó con los brazos —¡No lo defiendas, es un mentiroso y encima tiene un amante!

—¿Tienes un amante?— Jimin se llevó la mano al pecho —Espero que sea bueno en la cama.

—¿Cómo se llama tu amante, hyung?

—Se llama síndrome del mentiroso patológico y vive en la cabeza de mi hermano.

Jungkook soltó una carcajada que reprimió inmediatamente cuando Taehyung se giró hacia él.

—¿Es verdad lo que dice?— preguntó rápidamente, tratando de desviar la atención de su carcajada —¿Tienes un muñeco que se parece a mí?

—No es un muñeco sexual, es un peluche muy adorable que hice yo solito para dormir con mi amado esposo— respondió haciendo un irresistible puchero —Mi hermano solo quiere dejarme mal porque es un envidioso. Protégeme de él, KooKoo.

Jungkook abrazó a su pareja y Taehyung se sintió invencible entre sus brazos. Yoongi ignoró el teatro de su hermano y le dio la espalda con cierto desaire, lo que molestó a Taehyung, pero como el maknae lo besó en la nuca, lo dejó pasar.

Para Jimin era muy nostálgico presenciar los piques de los hermanos Min. Había añorado verlos discutiendo, sobre todo porque siempre le sacaban una sonrisa.

—También tiene un muñeco hinchable en el armario, que no te engañe su actuación— le susurró Yoongi a Jimin al oído —Mejor no entres en esa habitación. Es un degenerado, no sé en qué momento se torció tanto.

El rubio se rió como si hubiera contado el chiste más gracioso del mundo, sobre todo por el drama que le había metido su marido. Gracias a esa peculiar pelea, el ambiente se había relajado, y Jimin y Jungkook ya no estaban tan tensos.

—¿Cómo hemos muerto?

—Hubo un incendio en casa de Kook— le respondió Taehyung a Jimin —Parece que lo que os mató fue la inhalación de humo.

Jimin y Jungkook se miraron extrañados.

—Nosotros no lo vimos— aclaró Yoongi —Fue Hoba quien nos avisó, aunque él tampoco vio el origen del incendio.

Jungkook notó que la expresión de Jimin cambió de un segundo a otro. Se había dado cuenta de algo, pero el maknae no cayó.

—¿Hyung?

—Me has matado...

—¿Qué?

—¡Me has matado!

Cuando Jungkook vio que su hermano recogía la sandalia de Taehyung del suelo, echó a correr lo más lejos que pudo.

—¡Hyung, yo no te he matado!

—¿Qué te dije desde la escalera, Min Jungkook?— Jimin lo persiguió con la sandalia en la mano —¡Te dije, apaga la vela antes de irte a dormir, y mira lo que ha pasado! ¡No la has apagado y nos has matado!

—¡Te equivocas!

—¡Eres un fratricida!

—¡Técnicamente, el fratricidio consiste en dar muerte deliberadamente a un hermano y yo no te he matado deliberadamente!

—¡¿Te atreves a responderme?!— Jimin le lanzó la sandalia, pero Jungkook la esquivó —¡Ven aquí que te voy a enseñar lo que es un homicidio!

—¡Hyung, me das miedo!— gritó rodeando un árbol —¿Por qué estás tan enfadado? ¿No te ibas a morir de todas formas?

—¡Tenía que ayudar a Jiae en una tarea y el domingo iba a ir con Yumi a la playa! ¡No he podido cumplir mi promesa por tu culpa!

La sandalia volvió a volar por el cielo mientras Yoongi y Taehyung veían la escena a una distancia segura.

—Hyung, a que tú también te has imaginado siempre este momento como muy triste, lacrimógeno y emotivo.

—El caos es lo que mejor nos define, Tae.

Taehyung se quitó la sandalia que le quedaba y la lanzó cerca de Jungkook para que pudiera defenderse. Por desgracia, Jimin la alcanzó antes y el maknae recibió un golpe en el trasero.

—Ay... Lo siento, bebé...

—¿No vas a salvar a tu esposo?

—Él se ha olvidado de apagar la vela, no yo.

—Le tienes miedo a Jimin, ¿verdad?

—¿Y quién no?

Jimin se recostó sobre la hierba después de perseguir a Jungkook durante varios minutos. Su hermano se fue acercando lentamente, como un cachorro inseguro aproximándose a un gato malhumorado. Tras dar una vuelta alrededor de Jimin y ver que este no lo atacaba, se sentó a su lado, pero sin quitarle la vista de encima.

—Hyung, ¿estás mejor?

—Sí...

—¿Quieres pegarme?

—No...

—Lo siento mucho— susurró avergonzado —No quería matarte... Se me olvidó apagarla...

Jimin se incorporó abruptamente y Jungkook pensó en que lo iba a golpear, pero en lugar de recibir una colleja, el rubio lo agarró del cuello y lo miró a los ojos.

—No es culpa tuya.

—¿Ah, no?

—Se te olvidó porque me viste la espalda. Además, habíamos bebido mucho y yo tampoco te volví a preguntar— Jimin resopló un poco frustrado —No es culpa tuya, Jungkookie, es de los dos.

—Lo siento, hyung...

—Yo también.

Taehyung sintió mucha paz cuando los vio darse un sentido abrazo. Había sido una muerte desafortunada, pero no podía decir que lo lamentara porque, aunque una parte de él quería que Jungkook viviera hasta los ochenta, otra deseaba recuperarlo lo antes posible.

—Al menos han vivido más que nosotros.

—Y han vivido bien. Afortunadamente, su muerte no ha sido tan patética como la tuya.

—¡Me mató una rama más grande y ancha que tu existencia, que encima fue impulsada por vientos huracanados! ¿Sabes el miedo que da que una cosa así se te caiga encima? ¡Debería darte vergüenza, reírte de mi trágica muerte cuando eres más diminuto que un palillo!

—Justifícate cuanto quieras, Tae, me seguiré burlando de ti hasta que me dé la gana.

—¡Que te folle un pelícano, cabrón!

—Ya me folla mi marido, tú tranqui.

Los hermanos Min se sentaron al lado de sus respectivas parejas y cuando notaron que estaban algo decaídos, se les pasó el mal rollo que tenían entre ellos.

Jimin y Jungkook habían muerto sin poder despedirse de nadie. Tampoco tenían la oportunidad de hacerlo a través de un sueño, dado que eran demasiadas personas, y encima, ninguna conocía de la existencia de El Umbral.

—Dejar a alguien atrás es difícil, pero igual que hicisteis vosotros, ellos también saldrán adelante.

Jungkook halló consuelo en las palabras de su esposo. Aunque no le dolía haber muerto, sí sentía pena por haber acortado la vida de su hermano. El maknae no quería quedarse solo, no quería ser el último en morir. Recordaba la sensación de angustia y de terror que sintió al enterarse de la enfermedad de su hermano, y también recordaba el deseo de morir junto a Jimin.

Pero, aunque rogó por ello antes de dormirse, el accidente no fue planeado. Jungkook se olvidó de la vela. Y quizá, visto ahora, lo podía hasta considerar un golpe de suerte.

Había sido duro despedirse de Yoongi y cuatro años después, perder súbitamente a Taehyung. En ese tiempo, su hermano se convirtió en su mayor apoyo. Si Jimin también se iba, si él también lo dejaba, ¿qué iba a ser de él?

Jimin, en cambio, lamentaba no haber podido abrazar a sus hijos. Le frustraba haber dejado algunas cosas sin resolver, pero nada le carcomía más que el hecho de que Jungkook había muerto con él. Su hermano estaba sano y merecía pasar más años con su familia. Era exasperante que hubiera muerto por un estúpido accidente como aquel.

—En realidad, los dos tendríais que haber muerto hace cuarenta años— comentó Yoongi, como si hubiera adivinado lo que se le estaba pasando a Jimin por la mente —Jin cambió nuestro futuro y por eso hemos tenido una vida más larga.

—¿Pero eso es posible?— Jungkook lo miró confundido —¿Cómo lo sabes?

—Nos lo dijo Jin hyung. Tú y yo tendríamos que haber muerto en el derrumbe del búnker y ellos en la casa de la montaña, tras un incendio— Taehyung se rascó la cabeza —¿Veis? Al final salimos ganando. Da igual cómo hayamos muerto, si por un triste cáncer, como ese de ahí, o por un trágico accidente, como el mío, tenemos que estar agradecidos por el tiempo que nos han regalado.

Yoongi recordó el día en el que Seokjin le contó la verdad a Taehyung. Había percibido el nerviosismo y la preocupación de su mejor amigo desde que tomó asiento en el sofá. Y después de compartir con Taehyung hasta el último detalle, seguía intranquilo por la reacción del menor.

Pero su hermano dio una respuesta que Seokjin no esperó.

—¿En serio? ¿Todo eso pasó? ¡Vaya, hyung! Sabía que estabas cuidando de nosotros. Yo siempre he dicho que eres un ángel. ¿Ves, Yoongi hyung? No me equivoqué. Jin hyung siempre ha sido nuestro ángel de la guarda. ¿A que es genial?

Tras pronunciar aquellas palabras con una sonrisa tan grande como genuina, Seokjin rompió a llorar de puro alivio. El miedo de que Taehyung pudiera llegar a reprocharle sus acciones se desvaneció después de esa conversación.

—No me puedo imaginar morir en el derrumbe del búnker— Jungkook se estremeció al pensarlo —Éramos tan jóvenes, ¿qué hubiera sido de Tabi y Suki sin nosotros?

—Lo de morir en un incendio no ha cambiado, solo ha cambiado mi compañero— murmuró Jimin para sí mismo.

Taehyung notó que estaban conmocionados, algo natural en sus circunstancias. Yoongi iba a animarlos justo cuando su hermano se levantó enérgicamente del suelo y tiró de los brazos de ambos.

—¡Venga, vamos a casa, que los demás están esperando!

Los cuatro se dirigieron hacia la mansión por un camino iluminado con farolas del siglo diecinueve. Jimin y Jungkook no lo sabían porque no habían estado en la orbit de Seokjin, pero desde la llegada de Taehyung, habían hecho algunos cambios.

Aunque seguían viviendo en la misma zona, a pie de lago y con un bosque profundo y hermoso a su alrededor, habían creado más montañas y vegetación. Además, la mansión moderna, en la que habían estado tantos años, había pasado a una mansión del siglo diecinueve, por petición de Taehyung.

—Este lugar transmite algo muy romántico, ¿verdad?— comentó Jungkook fascinado —Parece sacado de un cuento de hadas.

—A mí me parece que estamos en un cuento de terror— criticó Jimin, sujetándose fuertemente del brazo de Yoongi —Me da la sensación de que en cualquier momento podría aparecer un vampiro y atacarnos.

Taehyung aprovechó que Jimin estaba mirando hacia el lado opuesto y se echó sobre él, mordiéndole en el cuello. Como un zorro, ágil y escurridizo, huyó inmediatamente hacia los brazos de Jungkook.

Jimin se pegó un buen susto, incluso gritó, pero cuando los vio riéndose como dos críos, lo dejó pasar. Hacía mucho tiempo que no veía el lado travieso e inocente de los menores, incluso Yoongi sintió cierta nostalgia.

En lugar de entrar por la puerta de la mansión, dieron la vuelta alrededor de la vivienda y entonces apareció Mellie a toda prisa. La perrita se lanzó inmediatamente sobre Jungkook, le lamió la cara, gimió muy fuerte, le ladró y también le mordió los bajos del pantalón a Jimin.

—¡Mellie, lo sé, lo sé, te he hecho esperar mucho! ¡Lo siento, princesa! ¡Tienes razón, puedes chillarme todo lo que quieras!

Neysa tampoco tardó en aparecer. Jimin se estaba riendo con los saltos de la perrita cuando la gatita comenzó a restregarse contra sus piernas. 

—¡Neysa! ¡Te he extrañado muchísimo!— eufórico, la alzó en brazos, la besó y la achuchó, mientras Jungkook, tirado en el suelo, abrazaba a Mellie entre risas —¿Has cuidado de papá? Sí, ¿verdad? Siempre cuidas de papá. Eres una reina.

Yoongi y Taehyung disfrutaron mucho del reencuentro, e inevitablemente, también revivieron los recuerdos de cuando ellos llegaron a la orbit de Seokjin.

Tras una calurosa bienvenida, el grupo se acercó a la piscina que tenían detrás de la casa. Hoseok estaba descansando en una tumbona y Namjoon salía justo del agua cuando doblaron la esquina.

Jimin y Jungkook corrieron inmediatamente hacia su primo y Namjoon los recibió con un fuerte abrazo. Poco importó que estuviera empapado de pies a cabeza, la necesidad de estrecharlos entre sus brazos fue mucho mayor.

—¡Qué guapos estáis!— Namjoon besó primero a Jungkook en la mejilla y después a Jimin en la frente —¿Me habéis echado de menos?

—¡Muchísimo!— gritaron al unísono, agarrados de su espalda como si fuera un salvavidas.

Hoseok se levantó de la tumbona mientras veía lo emocionados que estaban los tres. Yoongi, por otro lado, se había encargado de retener a Mellie y Neysa en sus brazos para que Namjoon pudiera disfrutar del momento en familia.

—¿Qué ha pasado contigo?— Jungkook le tocó los pectorales descaradamente —¿Cuándo te has puesto así? ¡Estás como un toro!

—Hago mucho ejercicio. Se nota, ¿eh?

Jungkook lo siguió manoseando, fascinado por la cantidad de masa muscular que había ganado. Jimin no le dio tanta importancia a su cuerpo, a él le llamó la atención lo feliz que se veía. Tenía una sonrisa espectacular y una mirada cálida y esplendorosa.

—Os quiero, chicos— Namjoon los volvió a besar —No sabéis lo mucho que os he extrañado.

—Hyung, ¿entrenamos juntos? — Jungkook le apretó el brazo —Yo también quiero ponerme así de fuerte.

—Cuando quieras, primo.

El maknae lo abrazó de pura emoción y mientras Namjoon lo sujetaba, desvió la vista hacia Jimin.

—¿Estás bien?

Jimin asintió, aunque no estaba seguro. Era extraño. Se había ido a dormir pensando en que debía ir a ver a Junggi a la mañana siguiente, y ahora estaba abrazando a su primo, al que había añorado durante décadas.

Namjoon sabía que la muerte no era fácil de asimilar, especialmente cuando ocurría de un día para otro. Por eso debía estar muy pendiente de ellos, para que pudieran asimilarlo de la mejor forma posible.

—Ven aquí, pequeñajo— Namjoon besó a Jimin en la sien y lo achuchó hasta que le sacó una sonrisa —Estoy muy contento de verte.

—Yo también estoy muy feliz, hyung.

Por un breve instante, Jungkook se sintió como si hubiera recuperado a su familia. Aunque Namjoon nunca había dejado de ser parte de su vida, era una sensación muy agradable la de poder contar, una vez más, con él.

—Joonie, ¿me prestas a tus primos?

—¡Hoseok hyung!

—¡Habéis aguantado bien, estoy muy orgulloso de los dos!

Namjoon los soltó para que Hoseok pudiera tener su momento. La locura se desató en cuanto los tres se reunieron, y como era de esperar, Taehyung se acopló inmediatamente al abrazo grupal.

Para Yoongi fue muy entrañable ver como se reunían después de tanto tiempo. En cada abrazo se notaba el anhelo y la añoranza que habían sentido por volverse a ver. Las miradas cariñosas entre Jimin y Taehyung, los abrazos espontáneos entre Hoseok y Jungkook, las risas compartidas entre Hoseok y Jimin, y los momentos que Taehyung aprovechaba para besar a su esposo, Yoongi amó cada segundo de cada interacción.

Mellie aprovechó que Yoongi se había quedado distraído con la felicidad de sus seres queridos, para zafarse de sus brazos y unirse a la celebración. La perrita saltó y ladró alrededor del grupo, hasta que Jungkook la cogió en brazos y la besó.

Namjoon se acercó a Yoongi, y Neysa, se pasó de los hombros de su papá a los de su tío. Los tres preferían ver el reencuentro y guardarlo en sus corazones, en lugar de participar como los demás.

—¿Queréis un té?

Todas las miradas se posaron en Seokjin. El mayor cargaba una bandeja con siete tazas, pero ese detalle no fue lo que llamó la atención de Jimin o Jungkook, sino su diminuto bañador. Era de tipo slip, al contrario de los que vestían Hoseok y Namjoon, que eran de pantalón corto.

El cuerpo de Seokjin era imponente, y se notó especialmente cuando dejó la bandeja sobre una mesa de madera y se acercó a abrazarlos. La reacción de Jimin y Jungkook fue algo tímida, lo que divirtió mucho a Hoseok y Namjoon.

—¿Por qué parecen tan avergonzados?— le preguntó Taehyung a Yoongi —Nunca han visto a un hombre en bañador, ¿o qué? Sí, Jin hyung es atractivo, pero yo en bañador también estoy para mojar churro.

—Esa clase de bañador no deja nada a la imaginación.

—¿Verdad? Kook y MinMin son hombres casados. Jin hyung debería taparse y dejar de lucir semejante paquete. Qué descarado es.

—¿Tú a dónde cojones estás mirando?

Seokjin los miró de arriba abajo. Parecían muy inocentes con sus atuendos blancos y se veían tan jóvenes que le entró mucha nostalgia.

—Estáis igualitos a cuando os dejé entrar en mi casa. Hace décadas de aquello, pero jamás olvidaré la expresión que pusisteis cuando abrí la puerta.

—Tú también sigues igual, hyung— respondió Jimin.

—Aunque ese día estabas vestido— se le escapó a Jungkook —Bueno, pero sin vestir también estás muy bien.

—¿Eso te parece? Gracias por el cumplido, Jungkook.

Taehyung apareció de repente delante de su esposo y cuando Jungkook lo miró a los ojos, lo empujó tan fuerte que cayó al agua. Después fijó la vista sobre Jimin, lo juzgó con la mirada, y regresó al lado de su hermano como si no hubiera pasado nada.

Yoongi se tuvo que tapar la boca con la mano para ocultar la gracia que le había hecho la reacción de su hermano.

—El menos celoso— le comentó Hoseok a Namjoon.

—Y el más estable— respondió Namjoon.

Jungkook salió del agua empapado. El silencio fue sepulcral cuando se dirigió hacia Taehyung. El castaño no se inmutó, ni siquiera movió un músculo de la cara, solo lo miró con la misma seriedad que su marido lo estaba mirando a él.

—Tae.

—Kook.

Jungkook lo alzó en brazos, de la misma forma que lo levantó en la casa de la montaña. Taehyung tuvo la sensación de que iba a besarlo, pero el menor echó a correr y saltó con él hacia la piscina.

Los demás se rieron por la actitud de Jungkook, que en cuanto sacó la cabeza del agua, comenzó a reírse a carcajadas. Taehyung se lo tomó con el mismo humor que su esposo e inició una batalla de agua, a la que el maknae respondió con gusto.

—¡Acaba con él, Jungkook!

—¡Ya lo tienes, Taehyung!

Hoseok se puso a animar a Taehyung y Namjoon le dio todo su apoyo a su primo. Mientras los cuatro se divertían y Mellie ladraba a los pies de Hoseok, Seokjin le volvió a preguntar a Jimin si quería un té y el rubio aceptó. Yoongi vio como su mejor amigo se lo llevaba de la mano y los siguió hasta el sofá triple de tres plazas que había junto a la piscina.

Jimin se encontró con toda clase de comida sobre la mesa y le pareció extraño porque si habían muerto mientras dormían, y allí seguían el horario de Inyeon, debía de ser de madrugada.

—Sobre las once decidimos hacer una fiesta— Seokjin le entregó la taza de té —Nunca es tarde para un aperitivo, ¿verdad? Si quieres comer algo, no te cortes.

Jimin hizo una reverencia y luego tomó un trago para satisfacción de Seokjin.

—Está muy bueno, hyung.

—Lo preparo con las frutas del jardín. Si quieres más, solo avísame.

Los dos se sonrieron y Seokjin se levantó para llevarles una taza de té a sus chicos. Jimin se quedó mirando la espalda del castaño mientras mantenía la taza contra su boca. Yoongi, sentado a su lado, y acariciando la cabecita de Neysa, resopló muy fuerte.

—¿Puedes dejar de mirarlo como si estuviera cubierto de caramelo?

—Seokjin hyung es guapísimo. Sabía que lo era, pero no lo recordaba tan guapo— Jimin bebió otro trago —Es como estar en presencia de un famoso. Me siento fascinado e intimidado.

—¿Y por eso lo miras como si quisieras comértelo?

—¿Estás celoso?

—Solo digo...

Jimin dejó la taza encima de la mesa de madera y se acurrucó sobre su regazo.

—¿No vas a lanzarme al agua como ha hecho TaeTae con Jungkookie?

—No soy tan triste y teatral.

—Claro, lo tuyo es poner cara de asco.

—Exacto.

Jimin se rió. Hacía mucho que Yoongi no se ponía celoso y lo estaba disfrutando.

—Entiendo que Jin te resulte atractivo, pero tiene novios, así que córtate un poco.

—¿Novios?

Yoongi señaló hacia el trío. Jimin giró la cabeza y vio como Hoseok besaba a Seokjin, mientras Namjoon tenía la mano sobre la cintura del mayor. Incluso Jungkook, que seguía jugando con Taehyung en el agua, se percató del momento.

—Jiminie, ¿te ha comido la lengua el gato?— se burló.

La felicidad de Jimin creció aún más cuando Seokjin besó a Namjoon en la boca. A Jungkook, en cambio, le impactó tanto que se olvidó de bloquear el ataque de Taehyung, por lo que volvió a acabar bajo agua.

—Y así es como termina tu triste historia de amor con Jin.

—Si les va el poliamor puede que haya sitio para uno más.

Yoongi lo apretó contra el sofá y Jimin se echó a reír. Le encantaba molestar a su esposo y más cuando se ponía así. Mientras se dejaba besar con cierta posesividad, Taehyung arrastró a Jungkook fuera del agua.

El maknae se sorprendió al percatarse de que su ropa había desaparecido y ahora vestía un bañador azul. Cuando miró a su marido vio que él también llevaba uno verde. ¿En qué momento se había quitado la ropa?

—Lo llamo orgic. Es una combinación de orbit y magic, que recuerda ligeramente a orgía, lo que le da un toque divertido. Mira, cachorrito, fíjate bien en tu hermano.

Jimin estaba recibiendo suaves besos de Yoongi en la mejilla, la frente y la comisura de los labios, cuando de un segundo a otro, su ropa cambió por un bañador ajustado con cola de elefante. El rubio se pegó un susto muy fuerte y en cuanto vio el diseño del bañador, le entró una gran vergüenza.

Taehyung y Jungkook se dieron la vuelta entre risas.

—Orgic, mi querido Kook.

—Eres el mejor, Tae.

Antes de poder echar otro vistazo a su obra maestra, Yoongi se acercó por detrás y los empujó al agua.

—¡Descerebrados!— bramó con las manos sobre las caderas —¡Respetad a Jimin!

Taehyung y Jungkook se rieron a carcajadas y cuando se quedaron bien a gusto, trataron de mojarlo, pero Yoongi creó una ola y los sumergió bajo ella.

—¡Casi nos matas!— se quejó Taehyung en cuanto regresó a la superficie.

—Ya te mató un palo, ¿recuerdas?— respondió desdeñoso, regresando con Jimin —Aunque yo tampoco querría acordarme si hubiera muerto como tú.

Jungkook evitó que Taehyung fuera tras él, y Yoongi, ignorando a su hermano, le cambió el bañador a Jimin por uno convencional, color vino. El rubio lo abrazó y lo besó agradecido por haberlo defendido.

—Estos dos llevan años como el perro y el gato— comentó Namjoon —¿Es que no se cansan?

—Espero que no, es como ver un culebrón en tiempo real.

—Son esa clase de hermanos, no van a cambiar, aunque pasen cien años— Seokjin se encogió de hombros.

Tras ese pequeño incidente, todos se reunieron junto a la mesa para hablar. Algunos, como Hoseok y Jungkook, se pusieron a comer, mientras que otros, como Yoongi y Namjoon, se limitaron a beber alcohol.

Mellie se quedó sentada junto a Jungkook, esperando pillar algo de comida. Neysa, en cambio, se relajó sobre el sofá con las suaves caricias de Jimin.

Para el maknae era fascinante que allí pudieran crear cualquier cosa con orgic, especialmente la comida. Por eso se comió tres clases de ramen diferentes y se hinchó a tteokbokki, jjajangmyeon, gimbap, manduguk y kimchi. Había añorado el sabor de la comida de su juventud y no podía dejar de comer de todo lo que le dejaba Seokjin a su alcance.

Jimin prefirió probar la tarta selva negra que había hecho esa misma mañana y Taehyung decidió comerse su tercer trozo del día. Nunca podía resistirse a la repostería de Seokjin, era demasiado deliciosa para decir que no.

—¿Y ahora qué?— Hoseok hizo la pregunta que todos esperaban —¿Vamos a quedarnos aquí o vamos a irnos de una vez por todas?

—Ahora que estamos todos, habrá que ir pensando en qué puerta cruzar— respondió Seokjin —No tiene sentido que sigamos aquí, a menos que Jimin y Jungkook quieran observar a sus familias.

—Quizá podríamos quedarnos unos días— sugirió Jimin —Solo para ver cómo están, si no es mucha molestia.

—Como somos siete, deberíamos quedarnos siete días— propuso Namjoon, guiñándole un ojo a Jimin —Y después nos iremos juntos, ¿estáis de acuerdo?

El apoyo fue unánime y Jimin agradeció la comprensión del grupo. Jungkook tenía el mismo deseo que su hermano, aunque no lo había expresado porque estaba demasiado centrado en devorar el pollo frito.

—Por cierto, bonitas pulseras.

La sonrisa pícara de Jimin impulsó a Hoseok a levantarse eufórico del asiento y a echarse sobre él. Los dos comenzaron a reírse escandalosamente, atrayendo la atención de todos.

—Jiminie, ¿lo sabías?— Yoongi se sorprendió por el comentario.

—Cuando me encontré con ellos vi que a los tres los unía, lo que para mí parecía una pulsera roja, por eso no me ha sorprendido su relación— Jimin abrazó a Hoseok muy contento —Hyung, esto es justo lo que esperaba. Estoy muy feliz.

A Seokjin y Namjoon los invadió un sentimiento muy cálido por la dulzura de Jimin y lo adorable que se comportaba con Hoseok. Cuando desviaron la mirada hacia Jungkook, para ver qué tenía él que decir, solo se les quedó mirando con el morro manchado de salsa.

—¿Nada que comentar sobre su relación poliamorosa?— le preguntó Taehyung.

—Seokjin hyung— Jungkook hizo una pausa muy larga —¿Puedo comer un poco de tempura?

Hoseok y Namjoon estallaron en carcajadas por el desinterés del menor. Para Seokjin era muy gracioso que Yoongi hubiera reaccionado con confusión, Taehyung con envidia, Jimin con felicidad y Jungkook con indiferencia.

—Kook, no jodas. Es el mayor chisme de la historia de la humanidad, no puedes pasar del tema. Me niego a que pases del tema. Es que no.

—No lo hago, solo priorizo la comida— le susurró a Taehyung al oído —Después me pones al día, sé que tú has recopilado toda la información.

Los dos se sonrieron entre dientes con una expresión facial que Yoongi catalogaba como diabólica.

—Es curioso que hayamos muerto mientras vosotros estabais disfrutando de una noche en la piscina— Jimin miró a su alrededor, el paisaje era muy bonito —Aunque lo más curioso es este lugar. Es difícil creer que existe un sitio así.

—Incluso nosotros nos seguimos sorprendiendo de lo mágico que es.

Seokjin estaba de acuerdo con Namjoon. Su orbit se había convertido en un hogar de verdad, sobre todo desde que estaban juntos. Allí vivían en paz, aunque estuvieran muertos, su existencia tenía sentido y era maravillosa.

—¿Cuánto tiempo lleváis casados?— preguntó Jungkook, mientras devoraba el bol de tempura que le había traído Seokjin.

—No estamos casados— respondió Hoseok.

Jungkook miró a Taehyung, Taehyung a Jimin, y Jimin a Jungkook. Yoongi no necesitó ser parte de aquel trío de miradas penetrantes para saber exactamente lo que estaban tramando. Se les veía en la cara, aunque Seokjin, Hoseok y Namjoon no lo pillaron.

—Es tarde, deberíais ir a descansar mientras nosotros recogemos.

Tras la sugerencia de Seokjin, Taehyung y Jungkook entraron en la mansión y Yoongi se llevó a Jimin hacia el laberinto que tenían a pocos metros de la piscina. Aunque era de tamaño mediano, la estructura, de gran altura, y las paredes que estaban formadas por setos, lucían impresionantes.

—¿Y esto?

—Tae se hinchó a ver películas del siglo diecinueve para abajo y como Jin le cumple todos sus caprichos, ahora tenemos un laberinto.

—La estructura de la mansión tiene un toque estilo Versailles, ¿verdad?

—Sí, solo que es más pequeña, moderna y sin incesto.

Jimin se río. Era emocionante pasear con Yoongi de la mano, bajo una luna llena y por un laberinto cuyo destino era incierto. Aunque podría dar un poco de miedo, se sentía muy relajado teniendo a su esposo con él.

—¿Por qué me has traído aquí?

—Quería estar contigo a solas— Yoongi hizo un pequeño puchero —Desde que has llegado te he tenido que compartir con todos...

—Pero qué tierno eres— Jimin se colgó de su cuello —¿Me has echado de menos?

—No he dejado de pensar en ti, Jiminie.

Jimin pudo sentir cómo su corazón se aceleraba cuando Yoongi lo besó en la boca. Quizá se debía al tiempo que habían pasado separados o a que su cuerpo volvía a ser joven, porque sentía las hormonas disparadas cada vez que se daban un beso.

—¡Oh!— el rubio se separó abruptamente de su pareja y miró hacia el suelo —¡Algo me ha pasado por el pie!

—Tranquilo, seguro que ha sido una ardilla— Yoongi le alzó el rostro —Hoba les suele dejar comida, te las vas a encontrar muy a menudo.

Jimin se había llevado un buen susto, pero la explicación de su marido le conmovió. Hoseok tenía un gran corazón y no era difícil imaginárselo alimentando a los animales. Era algo que le pegaba mucho.

Yoongi cogió la mano de su pareja y lo llevó hasta el centro del laberinto. En la mayoría se podían encontrar fuentes, estatuas, árboles o un espacio vacío, por eso Jimin se sorprendió mucho cuando vio un sofá cama de mimbre. La estructura era negra y parecía una manzana.

—A veces suelo dormir aquí— Yoongi se quitó las sandalias y se acomodó sobre el sofá cama —¿Te apetece pasar la noche conmigo?

Jimin se descalzó a toda prisa y se lanzó sobre él, haciéndole soltar una risita entrañable. Mientras se volvían a besar, Taehyung abrió la puerta que conducía al tejado de la mansión.

—¿Qué te parece?

Jungkook salió al exterior con cara de asombro. Desde abajo no se podía ver que en medio del tejado, había un pequeño espacio dedicado a un jacuzzi de madera y a una cama doble de jardín. Taehyung colocó cuatro velas grandes sobre la superficie del jacuzzi, cada una a un costado, y procedió a encenderlas para crear ambiente.

—Te presento mi lugar secreto— dijo tras encender la primera vela —Suelo tomar baños mientras veo las estrellas. Me relaja mucho. A veces hasta duermo aquí.

Jungkook contempló el paisaje. Se podía ver el lago, el laberinto, el huerto y la piscina, pero como la fachada del tejado los protegía, desde abajo no los podían ver a ellos.

—¿Quieres tomar algo?

El maknae se olvidó de lo que iba a decir cuando vio a Taehyung quitarse el bañador delante de él. Su cuerpo lucía joven y su piel estaba impoluta. No quedaba ni rastro de las quemaduras de su brazo ni del paso de la edad.

—¿Amor?

Jungkook lo abrazó por la espalda y colocó sus manos sobre su pecho. Lo había echado tanto de menos que le costaba un poco asimilar, que no estaba soñando, y que se había vuelto a reunir con él.

—No te vuelvas a ir nunca más.

—Mi vida, ya no me iré— a Taehyung se le puso la carne de gallina —Ahora estaremos juntos para siempre.

—¿Lo prometes?

Taehyung selló la promesa con un beso que calmó la inquietud de Jungkook. El castaño sabía bien lo que eran las primeras horas en la orbit de Seokjin. Las emociones subían y bajaban como en una montaña rusa y por eso quería darle cierta serenidad.

—La temperatura del agua es buena. ¿Nos metemos?

Mientras Jungkook se terminaba de desvestir, Seokjin estaba guardando la comida que había sobrado en la nevera.

—Deberíamos llevarles un té de lavanda— propuso Hoseok, mirando bien el vaso que estaba fregando —La primera noche siempre cuesta, eso les ayudará a dormir.

—Solo lo dices porque quieres cotillear— respondió Namjoon, sin dejar de secar el plato.

—¡Eso no es verdad, Joonie! ¡Solo quiero que se sientan cómodos!

—Y cotillear.

—Haya paz— Seokjin se metió antes de que Hoseok lo salpicara con jabón —El té de lavanda es buena idea, cariño, pero no creo que Jimin y Jungkook necesiten ayuda para dormir.

Namjoon formó un círculo con el pulgar izquierdo y el dedo índice, y luego metió el índice de la mano derecha en el agujero, poniendo muecas obscenas con la boca.

—¡No seas guarro!— Hoseok lo golpeó en el hombro —¡Son tus primos!

—¿Y mis primos no follan?

—¡Pero no lo digas tú, cochino!

Seokjin se rió. Había visto a Yoongi dirigiéndose con Jimin hacia el laberinto y sabía que Taehyung estaba con Jungkook en el espacio secreto del tejado. El menor creía que nadie conocía de su existencia, y en parte era cierto, nadie lo sabía, excepto él.

Mientras los tres, junto a Mellie y Neysa, se acurrucaban en la cama de su dormitorio para ver una película, Jungkook depositó un suave beso sobre la clavícula de Taehyung. Después de quitarse la ropa, se habían metido en el jacuzzi y desde ese instante, el menor no podía dejar de tocar a su esposo.


✦✦✦


El castaño se mordió el labio inferior debido al cosquilleo que estaba sintiendo bajo la piel, y a su vez, Yoongi y Jimin dieron varias vueltas sobre el sofá cama, riéndose en voz alta y tratando de hacerse con el control del uno sobre el otro.

El rubio lo tocó en zonas que encendieron a su marido, pero Yoongi no cayó en la trampa de la distracción y lo tumbó bruscamente sobre el colchón. Las manos del mayor se adueñaron de su torso, bajo la intensa mirada del menor, y los labios de Jungkook se volvieron el objetivo más deseado de Taehyung.

A los suaves susurros se unieron palabras más calientes, más desvergonzadas y excitantes. El castaño gimió contra el cuello de Jungkook antes de que este lo tocara en la entrepierna para aumentar el deseo de su pareja, mientras Jimin, seduciendo a su chico con una mirada casi felina, lo tumbó sobre el sofá cama, y descendió por su cuerpo lamiéndole el torso.

Taehyung lo agarró de la nuca, sediento de su boca, y Jungkook lo alzó de la cintura y lo trasladó hasta la cama, donde lo sentó sobre su regazo. La pareja se acomodó, empapada de pies a cabeza, encima de una cama que iba a ser testigo de su amor por primera vez.

Jimin sonrió tras arrancarle un gemido a Yoongi, quien estaba contemplando la luna llena, mientras sentía la boca de su esposo sobre su falo. El leve sonido del viento tampoco pudo ocultar los dulces gemidos de Jungkook cuando Taehyung lo penetró con los dedos.

La sensación de necesidad, apego y vehemencia, que invadió a los cuatro, fue casi indescriptible. Las palabras de amor no cesaron con los besos y las caricias, y tampoco lo hicieron después de la deseada penetración.

Yoongi, recostado de lado, notó los labios de su marido contra su mejilla mientras este golpeaba la pelvis suavemente contra su trasero. Jungkook, en lo más alto de la mansión, sintió el mismo calor que su cuñado, aunque en una postura diferente.

Taehyung lo amó cara a cara, como más le gustaba a Jungkook, y entre embestida y embestida, lo besó apasionadamente, dejándole en claro que esa noche, el que mandaba era él. Su hermano mordió la mano de Jimin inconscientemente, debido al goce del que lo estaba colmando. Al rubio no le dolió, al contrario, lo excitó incluso más.

Jungkook gimió. Yoongi también. Y la respuesta de Taehyung y de Jimin fue un beso con lengua tras otro, tan apasionados, tan fogosos e íntimos, que los colmó de gran placer.

La localización en la que estaban les permitió dejarse llevar sin contención. Nadie les oía. Nadie les veía. Podían ser ellos mismos, decir lo que quisieran, gemir tan alto como pudieran, y así lo hicieron.

La belleza de Yoongi y Jungkook seguía siendo arrebatadora. Embriagados por sus esposos, por el brillo en sus ojos, el dulce rubor en sus mejillas y la tentación de sus labios entreabiertos, dejando escapar de tanto en tanto la pasión que guardaban, tan profunda y oculta desde hacía años, Jimin y Taehyung no se dejaron frenar. Ambos sucumbieron ante el placer y el deleite, ante la necesidad y la lujuria, como habían deseado profundamente.

Yoongi se agarró del colchón justo cuando Jungkook hundió las manos en la espalda de su marido, sobrepasados por la necesidad de eyacular. Jimin giró su rostro suavemente, besándolo en el momento exacto, y Taehyung, observó complacido cómo llegaba al orgasmo.


✦✦✦


Mientras disminuían las pulsaciones, un pájaro de aspecto similar al que Taehyung había salvado en la cornisa del hospital de Inyeon, se alzó en vuelo desde el tejado de la mansión y se posó sobre uno de los setos del laberinto, enfrente de donde estaba Yoongi.

Las sonrisas y los besos comenzaron a surgir en cuanto la calma regresó a sus cuerpos, y entre mil te amo, y mil caricias, Yoongi se durmió entre los brazos de su querido Jimin, y Jungkook, entre los de su amado Taehyung. 

A lo largo de esta segunda parte hay muchos reencuentros, pero este momento, justo este, era el que tenía en mente cuando le puse el título de Retrouvailles. Los siete vuelven a estar juntos. Después de mucho tiempo se han vuelto a encontrar. ¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Estáis felices de que se hayan vuelto a reunir? 🥺

¿Cómo os va? Ya estamos en octubre, qué locura. El tiempo vuela, ¿verdad? Yo ahí voy, tirando. Hay días en los que me es muy difícil lidiar con la ansiedad, pero bueno, no queda de otra que seguir luchando. Espero que estéis bien. 3D salió hace nada y ya nos espera Golden para seguir disfrutando. Dadle mucho amor a Jungkook, ¿de acuerdo? Y mucho ánimo a los que estéis pasando por dificultades. Ojalá se solucione todo en vuestro favor. Gracias por seguir leyendo. Muchos besos y abrazos. 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro