122
Taehyung estaba descolocado por el insólito paisaje que tenía enfrente. ¿De dónde había salido un desierto? No recordaba que en Inyeon hubiera un sitio como ese. Tampoco recordaba lo último que había hecho. Aunque tenía la sensación de que se dirigía a algún lugar, no era capaz de hacer memoria.
El mar no le llamó mucho la atención, el desierto, sin embargo, era diferente. Nunca había visto uno, no más allá de los libros de ilustraciones y las películas de aventuras.
Taehyung caminó por la arena como si estuviera en trance. Mientras profundizaba en el desierto, se percató de que esa arena era distinta a la de la playa. ¿En qué? No tenía ni idea. A simple vista se parecían, pero en el tacto eran diferentes.
—Namjoon hyung lo sabría— le salió sin pensar, y el sonido de su voz le sonó extraño. ¿Siempre había tenido una voz tan clara? ¿Por qué no la reconocía?
Taehyung sintió un pequeño escalofrío. El desierto no transmitía la misma paz que el mar, era mucho más amenazante, y aun así, no pudo dejar de seguir caminando.
—No es por ahí, Min Taehyung.
Taehyung se detuvo de sopetón. La voz de Seokjin sonó tan clara como no lo había hecho en años. Mientras se daba la vuelta, apareció una imagen en su mente. Iba caminando por el bosque con su alumno Daejung, y los dos se estaban riendo de algo. A pesar de la repentina lluvia, se lo estaban pasando en grande. Y entonces...
Oscuridad.
Cuando Taehyung vio la expresión de Seokjin, comprendió lo que ocurría. No era un sueño. No recordaba todo lo que había ocurrido, pero no era un sueño. Su mente seguía algo borrosa y no le encontraba sentido a nada, especialmente a lo que sentía, y, sin embargo, estaba seguro de que había llegado a El Umbral.
—¿Te vas a quedar ahí parado?
Ver la sonrisa de la persona a la que más había añorado en el mundo, apartó la inquietud de su corazón y le hizo reaccionar. Taehyung echó a correr con todas sus fuerzas. Y aunque se tropezó y cayó sobre la arena, ese pequeño incidente no impidió que se alzara rápidamente y continuara hasta alcanzarlo.
Seokjin se preparó para aguantar el peso de su amigo porque si de algo estaba seguro, era de que Taehyung se iba a lanzar sobre él.
—¡Hyung!
Afortunadamente, Seokjin pudo sostenerlo y disfrutar del primer contacto físico que tenían ambos en décadas. La alegría de volver a verse fue tan pura, que sus cuerpos temblaron en cuanto se rozaron ligeramente.
—¡Te he echado de menos, Taehyung!
—¡Yo más, hyung!
—¿Cuánto?
—Mucho más de lo que hay granos de arena en la tierra.
Seokjin se rió, lo besó en la frente y lo achuchó con fuerza.
—¡Llevo tanto tiempo queriendo abrazarte! ¿Esto es real?— Taehyung tocó sus mejillas —¡Tu piel está caliente, debe ser real!
—¡Es real, mi niño! ¡Todo lo que ves es real!
Seokjin lo trasladó a su orbit mientras se abrazaban cálidamente. No quería que Taehyung estuviera cerca del desierto. No sucedía siempre, pero a veces, el desierto solía atraer a las personas que morían súbitamente, quizá porque eran las más vulnerables al haber fallecido repentinamente. Fuera como fuese, era un lugar del que debían mantenerse alejados.
—Hyung— Taehyung se separó, lo miró con una gran sonrisa y Seokjin exhaló un suspiro al ver su rostro de veintiún años. Había muerto casi a la misma edad que Yoongi, y aunque Taehyung era un hombre muy atractivo, que había envejecido bien, verlo tan joven, con esa expresión tan pícara e inocente, lo llevó inevitablemente a las lágrimas.
—¡Hyung, no llores, que soy yo!— Taehyung comenzó a besarle la mejilla, el pómulo, la nariz y la frente, arrancándole una pequeña risita —Tienes que estar feliz de verme.
—Lo estoy, pero...
—He muerto, ¿verdad? No lo recuerdo muy bien... Me siento como si hubiera bebido demasiado, pero sé que no he probado ni una gota de alcohol— Taehyung se quedó mirando su rostro pensativo —Ya no recordaba tu voz, hyung. Lo siento, lo he intentado, pero con los años la he olvidado...
—Mi querido niño— Seokjin le acarició la mejilla —Lo siento tanto...
Taehyung lo abrazó con sentimientos encontrados. Se sentía en paz, pero también estaba algo contrariado, como si no pudiera asimilar lo que estaba pasando. ¿Era así como se sentía la gente? ¿Era así como se había sentido su hermano?
—¿Cómo he muerto?
—Regresabas a la escuela con uno de tus alumnos y una rama grande te golpeó en la cabeza.
—¿En serio?— soltó sorprendido —Vaya... No sé qué decir...
—No me extraña. Has sobrevivido a una paliza, a dos caídas de dos tejados diferentes, al veneno de una serpiente y a ser quemado vivo— le recordó Yoongi de mala manera —¿No te da vergüenza presentarte aquí después de palmarla por un palo?
—Ya apareció la mosca cojonera— Taehyung le enseñó los dientes —A ti te mató la enfermedad más común del mundo. Al menos mi muerte ha sido original, no como la tuya.
—Antes había gente que moría como tú, pero a la gran mayoría les caía un árbol encima. Tú la has palmado por un palo, que tiene delito.
—¿Puedo reportarlo a las autoridades celestiales?— le preguntó Taehyung a Seokjin —Me está haciendo bullying. ¿Hay alguna manera de lanzarlo al infierno?
—Hace unos minutos estaba llorando y gritando que era injusto. No le hagas caso, es su forma de asimilar tu muerte.
Taehyung miró a Yoongi y su hermano apartó la vista. Lentamente, se fue acercando y tras rodearlo, sin quitarle los ojos de encima, y mientras el mayor seguía evitando el contacto visual, notó que tenía los ojos hinchados.
—¿Estás molesto porque he muerto?
—¡Pues claro que lo estoy! ¿Cómo no iba a estarlo? Yo me estoy perdiendo muchas cosas, no quiero que a ti te pase lo mismo.
Taehyung lo abrazó y Yoongi lo apretó con fuerza. No entendía por qué la muerte se lo había llevado. Le parecía tan injusto que le hubiera arrancado la vida así, sin poder despedirse de sus hijos, ni de su marido.
Yoongi había tenido la oportunidad de decir adiós, pero Taehyung no sabía que iba a morir ese día. Su hermano solo había ido a buscar a su alumno. Lo único que pretendía era calmarlo, ponerlo a salvo y volver a casa con su familia.
Y aunque su alumno había reaccionado bien, dado que fue a buscar ayuda en cuanto Taehyung se desplomó, su esfuerzo por salvar a su maestro fue en vano. El golpe que recibió resultó tan fuerte que lo mató en el acto.
—Hyung, no estés triste. Sabes tan bien como yo que tendría que haber muerto hace años. Es gracias a Jin hyung que he podido tener una vida más larga.
—Pero es injusto...
—Daejungie está bien, ¿verdad?— Taehyung se sintió aliviado cuando su hermano se lo confirmó —Habría sido una tragedia si hubiera muerto mi alumno. Daejungie tiene toda la vida por delante, es mejor que haya sido yo.
A Seokjin le sorprendió la templanza con la que se lo había tomado. No era sencillo aceptar la muerte y menos cuando ocurría de repente, pero Taehyung había estado tantas veces a punto de morir, que no creía que tuviera derecho de quejarse. No cuando había gozado de tantas oportunidades.
—Por cierto, ¿por qué estás tan joven?— Taehyung tiró de la mejilla de Yoongi —Ya no tienes cicatriz, pareces un bebé. ¿Qué ha pasado contigo? ¿Te has caído en algún pozo mágico o le has lamido las pelotas al diablo? Es lo segundo, ¿verdad?
—Tú también estás joven y no has lamido pelotas, al menos no las del diablo.
—¿Yo también?— Taehyung se tocó el rostro —¿Qué me ha pasado? Soy El curioso caso de Benjamin Button.
Yoongi le explicó a qué se debía mientras Seokjin abrazaba a Taehyung por la espalda. No podía apartar las manos de él, y el menor no quería que las apartara. Se sentían como si hubieran retrocedido en el tiempo, como cuando solo eran ellos tres, viviendo en Daegu, tratando de sobrevivir cada día.
Seokjin siempre había sido muy cariñoso con Taehyung. Yoongi solía escapar al contacto físico, pero su hermano era todo lo contrario. Nunca dejaba de buscar sus mimos, sus abrazos y sus besos.
—Mira quién viene por ahí.
A Taehyung le intrigó el comentario de Seokjin y cuando fue a darse la vuelta, oyó un ladrido muy familiar. Detrás de él vio una mansión enorme y por el camino corría una pequeña shiba inu como el viento hacia él.
—¡Mellie!
Seokjin se rió en cuanto Taehyung salió disparado hacia la perrita. Estaba tan emocionado, tan centrado en ella, que ni siquiera notó que Hoseok y Namjoon estaban en la puerta de la mansión, viendo como ocurría el esperado reencuentro.
—¡Mi niña, pero qué pequeña estás!— Taehyung se lanzó al suelo para tomarla entre sus brazos y Mellie lo atropelló con tantos besos que apenas lo dejó ver —¡Sí, papá ya ha llegado, sí, sí, ya estoy aquí! ¡Yo también te he echado de menos, mi princesita!
Mellie ladró, sollozó, saltó sobre su pecho y no lo dejó de perseguir ni un segundo. Taehyung estaba tan contento de verla que no podía dejar de llamarla por su nombre, y aunque su sonrisa prevaleció, no pudo contener las lágrimas de la emoción.
—Yoongi, sé que estás disgustado, pero no puedes hacer nada— le dijo Seokjin sin apartar la vista de Taehyung —La vida nunca fue justa y lo sabes.
—Mi hermano merecía más...
—Los dos merecíais más.
Mientras Taehyung jugaba con Mellie, alzó la cabeza y vio a Hoseok y a Namjoon de refilón. Sorprendido, pero emocionado, se levantó abruptamente del suelo y comenzó a correr hacia ellos con la perrita persiguiéndole. Hoseok se encontró con él a medio camino y tras fundirse en un profundo abrazo, se pusieron a saltar en círculo.
—¡Taehyung, Taehyung, Taehyung!— Hoseok quería que se sintiera bienvenido y por eso lo recibió con gran entusiasmo —¡Qué bien te veo, pillín!
—Bien hecho, Taehyung— Namjoon lo abrazó por la espalda mientras seguía entre los brazos de Hoseok —Has vivido muy bien, amigo mío.
Al menor se le saltaron las lágrimas. Aunque estaba feliz de verlos, era una sensación amarga la que provenía de su corazón. ¿Se habría sentido mejor si hubiera muerto a los ochenta? Probablemente. Pero no podía quejarse, por difícil que fuera asimilar su muerte, él había tenido la suerte de vivir más años que sus amigos.
A pesar del caos emocional que estaba sintiendo, los abrazó, los besó, les prometió que los había añorado y les agradeció por una bienvenida tan cálida.
—¿Cómo está Jungkook?— preguntó Seokjin a una buena distancia de los demás —¿Sabes algo de él y de sus hijos?
—Cuando vi cómo mi hermano moría... Solo hallé fuerzas para avisarte...
—Entiendo.
—Ahora mismo tampoco me atrevo a mirar— aseguró, contemplando la sonrisa de Taehyung —Se lo han arrebatado de repente, hyung. Es muy cruel perder a un ser querido así...
Seokjin apretó el hombro de Yoongi en silencio. Ver a un hermano morir a través de una pantalla de televisión, y sin poder hacer absolutamente nada, tampoco era fácil de asimilar. Y aunque toda la atención estaba justamente sobre Taehyung, iba a asegurarse de que a Yoongi tampoco le faltara nada.
Hoseok llevó a Taehyung de la mano hasta el salón de la casa y allí, sobre el sofá, se encontraron a Neysa esperando por él. El menor la acarició suavemente y la gatita comenzó a ronronear y a restregarse contra su brazo.
—Estás igual de chiquita que cuando MinMin te adoptó.
Neysa maulló y Mellie se subió al sofá para que Taehyung la siguiera acariciando. El muchacho se río porque su perrita, aunque permitía que Neysa se llevara los mimos de su papá, también necesitaba que la mimaran a ella.
En lugar de Seokjin, Namjoon se ausentó para preparar té. Mientras buscaba algo para picar, escuchó como los demás le explicaban qué era El Umbral y lo que se podía hacer en la orbit de Seokjin.
Taehyung pegó un grito cuando el mayor le cambió la ropa a un atuendo más casual. Tras mirarse en un espejo del pasillo, y ver el pantalón vaquero y la camiseta beige que Seokjin había elegido para él, regresó corriendo y trató de imitar a su amigo.
—¡Cámbiate, vamos! ¡Conviértete en lencería de mujer!
—¡¿A quién apuntas con ese dedo de orco?!— le espetó Yoongi —Si sigues poniéndole tanto esfuerzo te vas a cagar.
La inocencia y el entusiasmo del muchacho por cambiar la ropa de Yoongi provocaron algunas risas, pero también que la tensión disminuyera. Cuando Namjoon regresó con la bandeja, Taehyung parecía más relajado. Se había acomodado sobre el sofá y tenía a Mellie acostada sobre su regazo, pero de un segundo a otro, su expresión serena cambió.
—¿Puedo ver a mi familia?— Taehyung lo preguntó con el corazón en un puño —¿Es posible que la vea hoy?
—Te aconsejo que lo hagas después del funeral— respondió Yoongi, sentado a su izquierda.
—Verlos ahora solo te causará daño— agregó Seokjin desde su derecha —Es mejor que hables con Jungkook a través de un sueño.
—¿También puedo hablar con mis hijos?
—Solo puedes hablar con una persona— Hoseok le dejó un bollo de crema sobre el plato —Si prefieres hablar con Taeju o Sohee en lugar de Jungkook...
—No, no... Ellos no saben de la existencia de este lugar— Taehyung se quedó mirando la forma rectangular del hojaldre —Además, ¿qué clase de padre sería si elijo a uno de mis hijos sobre el otro? Los quiero por igual, no me parece justo hacer eso.
Yoongi estaba de acuerdo. Por eso hablar con sus hijos nunca fue una opción para él.
—Hablaré con mi esposo cuando me aconsejéis— Taehyung le dio un bocado al bollo —Vosotros lleváis mucho más tiempo aquí y me fío de vuestro criterio. Aunque tengo muchas ganas de verlo, no quiero precipitarme.
—Es una decisión inteligente— Namjoon señaló a Yoongi —Tu hermano hizo algo parecido.
Taehyung le dio otro bocado mientras miraba a su hermano. ¿Cómo le habría ido a Yoongi en los últimos años? ¿Cómo se habría sentido en todo ese tiempo?
—¿Me ayudáis a preparar la cena?
Hoseok y Namjoon captaron la indirecta de Seokjin de dejarlos a solas. Por suerte o por desgracia tenían todo el tiempo del mundo para ponerse al día con Taehyung, pero en ese momento, el menor necesitaba a su hermano.
Mellie buscó las caricias de Taehyung, golpeando suavemente el hocico contra su mano, y Neysa se acurrucó sobre el regazo de Yoongi, su lugar preferido para dormir. El silencio fue bastante más notorio cuando sus amigos los dejaron a solas.
—El salón es más grande que la casa de Jin hyung en Daegu.
—Lo siento, Tae— Yoongi le alzó el rostro y ambos se miraron a los ojos —Lo siento mucho.
Taehyung pudo sentir su dolor tan claro como sintió su abrazo. Yoongi no quería que estuviera allí porque deseaba que su hermano pudiera envejecer con Jungkook. Quería verlo rodeado de sus nietos, disfrutando de una vejez tranquila y feliz. Pero el sueño que tenía para Taehyung se había desvanecido de la misma forma que se había desvanecido el suyo.
—Si no hubiera sido una rama, hubiera sido una teja o una farola o un rayo. No te sientas mal por mí, hyung. Hay cosas que no podemos controlar.
—Lo sé, pero no es justo...
Taehyung cogió la mano de Yoongi y la apretó con firmeza.
—Hyung, en las últimas semanas, he tenido varios encuentros con la muerte. Ningún accidente de los que he tenido ha sido grave, pero hace unos días casi me electrocuto en la bañera— la mirada de su hermano le indicó que no lo sabía —Cuando la muerte te acecha, todo lo que a primera vista parece inofensivo se convierte en un objeto peligroso. Sabía que si me adentraba en el bosque cabía la posibilidad de que me sucediera algo, pero no podía abandonar a mi alumno. No se puede huir de la muerte. Sí, me alcanzó de forma inesperada, pero también ha sido generosa. Podría haber sido una muerte mucho más dolorosa.
Yoongi sabía que tenía razón, pero incluso así, se sentía mal por su muerte.
—¿Sabía JK que estabas en peligro?
—Ya sabes cómo es, si se lo hubiera dicho, no me habría permitido moverme de la cama— Taehyung sonrió dolido —Además, Kook se habría culpado si llego a morir... "No lo protegí, debí hacer esto o aquello, es culpa mía"... No quería hacerle sufrir así.
Yoongi coincidía con Taehyung. Jungkook habría pasado cada segundo de su vida al lado de su esposo, neutralizando cualquier amenaza, por pequeña que fuera. Y nadie en su familia, excepto Jimin o el propio Taehyung, habría entendido su extraño comportamiento. Para Jungkook, cuidar de su esposo se habría convertido en una condena, una obsesión. Y quizá, el dolor por no haber protegido al hombre al que amaba, lo habría empujado a cometer un acto irreparable.
—Te he echado de menos, hyung. Me has hecho mucha falta...
Seokjin observó desde el pasillo como los dos rompían en llanto. Era duro aceptar la muerte, especialmente cuando dejabas una familia atrás, pero era más fácil asumirla cuando te esperaba un hermano como Min Yoongi al otro lado.
Durante la cena, Taehyung hizo muchas preguntas sobre El Umbral y entre todos trataron de saciar su curiosidad. Por desgracia, seguía habiendo muchas preguntas sin respuestas, y aunque Hoseok compartió sus teorías más descabelladas con él, que encima Taehyung tomó como verdades absolutas, Namjoon se vio en la obligación de imponer orden para diversión de Seokjin y Yoongi.
La conversación con sus amigos se alargó más de la cuenta y Taehyung se fue a dormir al cuarto de Yoongi en plena madrugada. Cuando se encontró en una cama nueva, en un sitio diferente y con la luz apagada, le entró miedo y buscó refugio en su hermano. Yoongi trató de consolarlo, pero el menor acabó llorando a lágrima viva.
Las primeras horas en la orbit de Seokjin fueron como una especie de fantasía, como si estuviera soñando despierto, y el tiempo que había pasado con sus amigos le sirvió de anestesia; pero, después de acostarse en la cama sin Jungkook, la realidad le cayó encima.
Había muerto. Eso significaba que iba a perderse el crecimiento de Taeju como papá, que no iba a poder estar al lado de su nieta Jiae, que no iba a poder mimarla, consentirla y ayudarla en su educación. Eso significaba que no iba a estar al lado de Sohee cuando tuviera hijos, no podría bailar con ella cuando se casara, ni darle consejo, apoyo y amor.
Se habían terminado los debates con Junggi, las salidas a caballo con Yeji, y las comidas con Jjin. Se habían terminado las charlas que tenía con Hanbin, las copas que tomaba con Sana, los paseos que daba con Minho, y sobre todo, se había terminado el tiempo que pasaba con Jimin.
Pero lo que mayor dolor le causaba era haber dejado a Jungkook. Su marido, su compañero, su amante, la persona con la que había decidido envejecer. Taehyung no podía ni imaginar en qué estado debía encontrarse, y aunque quería verlo, abrazarlo y consolarlo, le daba mucho miedo enfrentarse a él.
Yoongi lo arropó, igual que hizo Seokjin con él. Y Taehyung se quedó dormido entre sus brazos, agradecido por el cariño de su hermano, y sintiendo, debido a su presencia, el corazón menos pesado.
A la mañana siguiente, Taehyung decidió seguir los consejos de sus hyungs y esperar a que pasara el funeral para contactar con Jungkook. Aunque deseaba ver a su familia, sabía que no era el momento adecuado y que debía tener paciencia.
Temía volverse loco si los veía rotos de dolor, por eso decidió distraerse. Como era muy temprano y encima era el primero en despertar, se dispuso a dar un paseo con Mellie y después explorar la casa. Quería evadirse, pensar en algo agradable y por eso buscó una sala que pudiera servir de distracción.
La mansión de los Kim tenía varias salas de juegos. Era una casa enorme y a pesar de su tamaño, no era un lugar frío. Cada habitación transmitía un encanto propio, y Taehyung pudo ver por la decoración, cuál había sido obra de Seokjin, Hoseok o Namjoon.
En la tercera planta, Taehyung dio con lo que parecía ser una filmoteca. Había películas de todo tipo, coreanas y extranjeras, muy antiguas, y las últimas que vieron la luz antes de la pandemia.
Buscando con qué película matar el tiempo, llegó hasta un armario plateado. El estilo le recordó al de una caja fuerte y por eso lo abrió, porque se sintió muy intrigado. El formato de las películas le resultó algo extraño, pero al abrir una de las cintas, vio que dentro había una tarjeta de memoria microSD.
Taehyung sabía que a Seokjin le gustaba hacer fotografías y grabar vídeos. Lo había hecho durante sus años en Daegu y por eso no era raro que tuviese un armario lleno de cintas.
El muchacho leyó los títulos en voz baja y decidió coger una cinta en la que ponía El columpio. Taehyung creía que se trataba de una grabación graciosa en un parque de atracciones o quizá en un parque infantil donde estuvieron haciendo el tonto. Sus amigos eran de espíritu aventurero y seguro que habían hecho muchas travesuras durante su larga estancia.
Taehyung regresó al dormitorio de su hermano para usar el portátil. Yoongi seguía durmiendo, y Neysa, que estaba acurrucada sobre el pecho del mayor, no quería saber nada.
Tras tomar asiento y ponerse unos auriculares de diadema, Taehyung puso el vídeo en marcha y se acomodó sobre el respaldo de la silla. Lo primero que vio en pantalla fue el rostro de Seokjin. Parecía estar comprobando si estaba grabando, y después caminó por el pasillo de un sitio que desconocía.
Mellie comenzó a golpear su pierna con la patita y Taehyung se inclinó para acariciarla, pero en lugar de calmarse e irse a otro lado, la perrita siguió buscando su atención.
—Mellie, cariño, papá está viendo un vídeo. Jugamos un poquito más tarde, ¿sí?
La perrita ladró como si se opusiera al rechazo, y como Taehyung sabía que no iba a ceder, alzó la mirada hacia el portátil, decidido a parar el vídeo y seguir más tarde. En ese momento vio a Hoseok sobre un columpio sexual y a Namjoon besándolo, mientras Seokjin los grababa.
Taehyung se bloqueó. Se quedó tan sorprendido que le costó procesar lo que estaba viendo. Cuando Seokjin dejó la cámara sobre un mueble y se unió a ellos, pegó un grito que despertó a Yoongi de sopetón.
—¡¿Pero qué cojones?!— Taehyung cerró el portátil violentamente y se levantó bruscamente, espantando a Mellie —¡¿Pero qué me estás contando?! ¡¿Pero qué diablos?!
—¿Por qué gritas?
Neysa lo miró con la misma cara de molestia que Yoongi.
—Creo que este sitio me está volviendo loco— Taehyung señaló el portátil —Acabo de poner una grabación y... Hyung, hyung, no te lo vas a creer, pero... Joder, esto es muy fuerte, hyung.
Yoongi se sentó sobre la cama y Taehyung tomó asiento a su lado.
—Era un vídeo sexual de mis hyungs— susurró mirando hacia la puerta —¡Y estaban los tres! ¿A ti te ha pasado algo así? Quizá la orbit de Jin hyung juegue con mi mente.
—No tiene nada que ver con la orbit de Jin— carraspeó incómodo —Es que los tres son novios.
—¿Cómo?
—Pues que los tres llevan saliendo desde hace muchos años.
—¿Cómo?
—¿Estás sordo o muerto?
—¡Pero cómo te atreves a ocultarme algo así!— Taehyung se levantó indignado —¡Esto es escandaloso! ¿Qué te he hecho para que me mientas? Eh, hyung. ¿Qué te he hecho?
—Tae, llevas menos de veinticuatro horas aquí. Te lo íbamos a contar, pero su relación no era lo más importante.
—¿Para quién? ¿Para ti?— lo interrumpió ofendido —¡Porque para mí esa información es de vital importancia! ¡Qué bárbaro, hyung! ¡Qué terrible, horroroso, abominable, indecente, alarmante, trágico, detestable, deshonroso, infame, indigno y deplorable de tu parte, de verdad! ¡Me siento ultrajado!
—Tenía que morirse el pesado este— murmuró Yoongi inaudible —No podía vivir hasta los cien, no... Tenía que joder mi dulce paz...
—¿Qué has dicho?
—Que voy a desayunar.
—¡¿Cómo puedes comer con esa boca sucia y llena de mentiras?!
Yoongi bajó por las escaleras intentando aislarse de las quejas de su hermano. Taehyung se había tomado el asunto muy personal y lo seguía de cerca, reprochándole su falta de consideración. Mellie y Neysa también se acoplaron, pero se desentendieron de ellos cuando se encontraron en la cocina con el desayuno servido.
—Buenos días, hermanos Min— los saludó Seokjin junto al fregadero —Ahora mismo iba a preparar el desayuno. ¿Algún deseo?
—¿Cómo has podido, hyung? ¿Cómo?— Taehyung se cruzó el pecho con ambas manos y lo miró a punto de llorar —Pensé que era tu niño, tu Taehyungcito. ¿Cómo has podido ocultarme tu relación? Eso no se hace, hyung. No se hace a un ser de luz como yo.
—Taehyung, cariño, no ha sido a propósito. Quería dejarte descansar, ¿entiendes? Te lo iba a contar hoy, te lo prometo.
Taehyung cerró los ojos y respiró con cierta agitación, como si estuviera encajando la falta de respeto.
—¿Te has escapado de un circo?— Yoongi lo miró asqueado y avergonzado del espectáculo que estaba dando —Solo haces ese teatrillo barato para que te cuente lo que quieres saber, ¿verdad?
—Cállate el hocico, nadie te preguntó— se quejó en voz baja y después se dirigió a Seokjin —Entonces estáis juntos, ¿sí? Y... ¿Te puedo hacer una pregunta? Es que tengo curiosidad.
—Dando vergüenza ajena en tres, dos, uno...
Taehyung le dio un codazo a Yoongi, y Yoongi se lo devolvió con más fuerza.
—Dime.
—¿Mantenéis relaciones solo entre los tres o también entre dos? ¿Cuántas veces lo hacéis a la semana? ¿Todos los vídeos del armario son de sexo? ¿A Namjoon hyung le va la versatilidad o es tan aburrido como parece?
—¿No iba a ser solo una pregunta? ¿Y por qué todas tus preguntas están relacionadas con el sexo?— lo juzgó Yoongi inmediatamente —¿A ti qué te pasa?
—Si llevan años juntos, es evidente que el amor, la comunicación y la confianza funcionan— Taehyung se encogió de hombros —Vuelve al convento con las monjas a hornear galletas y deja que los mayores hablemos de temas de mayores.
—Te estás ganando que te meta la cabeza en el váter.
—Estoy muerto, ya no puedo morir.
—Pero puedes sufrir.
—Chicos, que haya paz— Seokjin le sirvió un café a Yoongi y un chocolate caliente a Taehyung —Que volváis a ser veinteañeros no significa que os tengáis que comportar como adolescentes.
Yoongi y Taehyung se relajaron, pero únicamente porque se lo había pedido Seokjin.
—Respondiendo a tus preguntas— Seokjin se sentó enfrente de ellos —Las relaciones que tenemos son de dos o de tres, según las ganas que tengamos y cómo se den las cosas. Cuántas veces lo hacemos depende de varios factores, pero tenemos una vida sexual muy activa. Los vídeos de esa parte del armario son efectivamente todos vídeos sexuales. Namu no es nada aburrido, créeme.
Yoongi solo estaba al tanto de algunas cosas. Aunque no se metía en la relación de su mejor amigo, en una ocasión escuchó gemidos desde el pasillo y cuando bajó al salón, vio a Seokjin tocando la guitarra. En ese momento le pareció tan raro que no estuviera con Hoseok y Namjoon, que no pudo evitar la curiosidad.
—Tenemos una relación fuerte y transparente. Me parece importante que de vez en cuando intimen ellos dos juntos, o yo con ellos por separado. Hay cosas que solo me gustan a mí y a mi luna, otras que comparto únicamente con mi sol, y otras que solo les complacen a ellos. Además, no siempre nos apetece a los tres, ¿entiendes?
—No sabía que en las relaciones poliamorosas se hacía eso. Creía que siempre erais los tres.
—Las relaciones poliamorosas son como las monógamas. Cada pareja vive la relación de forma diferente. No hay un método universal, simplemente haces y deshaces según lo que te vaya mejor a ti. A nosotros nos gusta compartir el amor de esta manera y solo tenemos una regla. Si alguien se siente inseguro, desplazado o celoso, debe compartirlo. La comunicación es la clave para que podamos tener una relación sana y duradera.
Yoongi no sabía mucho sobre las relaciones poliamorosas y a veces hacía preguntas bastante ingenuas, pero Seokjin nunca se mostraba molesto o cansado. Siempre resolvía sus dudas con amabilidad, sobre todo porque su mejor amigo las hacía con respeto.
—Nunca te imaginé en una relación así— murmuró Taehyung —Pero que salgas con dos personas es lo más justo.
—¿Lo más justo?
—Hyung, tú siempre has cuidado de los demás. Sobre todo de mí y del gremlin que está ahí sentado— dijo en un tono picajoso para molestar a su hermano —Que ahora te cuiden por partida doble es lo más justo.
Seokjin se sintió tan conmovido por la aceptación de Taehyung que quiso abrazarlo, pero Namjoon entró en la cocina y su entrada lo evitó.
—Hobi te necesita.
Taehyung le echó una mirada afilada a Namjoon antes de que él y Seokjin salieran por la puerta.
—¿Y esa mirada?— se burló Yoongi —Te mueres de envidia, ¿verdad?
—Joder, sí— Taehyung se bebió el chocolate bruscamente, como si fuera alcohol y estuviera ahogando las penas —¡¿Sabes eso que dicen, de qué alguien podría estar escribiendo tu vida entera?! Pues la persona que esté escribiendo la vida de Namjoon hyung debe amarlo profundamente. Imagínate estar con Jin hyung y Hobi hyung a la vez, y grabar vídeos sexuales todos los días. ¡Me cago en mi puta existencia, eso sí que es triunfar!
—No ha dicho que lo hagan todos los días.
—¿Qué le pasa a la tipa que escribe mi vida? ¿La obligaron a bailar una coreografía que no se sabía delante de un grupo de la iglesia? ¿Un chico le lanzó arañas al pelo cuando iba a visitar a la abuela de su amiga? ¿Se cayó por las escaleras del instituto delante de media clase? ¿Quién le hizo tanto daño?
—Te casaste con JK y tuviste dos hijos maravillosos.
—Pero yo no tengo un armario lleno de vídeos sexuales y no dispongo de un columpio sexual. ¡Oh, qué injusticia más grande!— Taehyung se apoyó dramáticamente sobre la mesa —He tenido que ingeniármelas como un cavernícola para complacer a mi marido durante años, y estos tres chasquean los dedos y tienen a su alcance todos los juguetes habidos y por haber. Me quiero colgar con un fideo.
—¿Quieres que te pase la pasta?
—No lo voy a superar jamás...
—Míralo por el lado positivo. Cuando llegue JK, podréis hacer vuestros propios vídeos caseros.
—¡Oh, tienes razón! — la expresión de Taehyung cambió inmediatamente —No eres tan inepto como pareces.
—Tú, en cambio, eres más simple que un guisante. No sé si me das pena o vergüenza.
—¡Cállate, Scar!
—¿Scar? Vaya, por fin atinas— Yoongi se terminó el expreso de un trago —Yo también estoy rodeado de idiotas.
Seokjin y Namjoon salieron de la vivienda para encontrarse con Hoseok en el huerto. Mientras caminaban hacia su novio, el menor no pudo ignorar el detalle que había notado en la cocina.
—Taehyung me ha mirado mal.
—Es que ha descubierto lo nuestro— respondió Seokjin entre risas —No te preocupes, se le pasará.
—¿Y por qué la toma solo conmigo?
—Hace muchos años estuvo interesado en mí y también tuvo cierto interés en nuestro hermoso pelirrojo— comentó recordando la época en la casa de la montaña —Digamos que tú, amor, te has llevado el premio doble.
—Oh...
Seokjin notó que sonreía de oreja a oreja.
—¿Por qué sonríes?
—Porque soy el más afortunado.
Taehyung los vio besándose tiernamente desde la ventana.
—Pareces una alcahueta— Yoongi acarició a Mellie detrás de las orejas —¿No tienes nada mejor que hacer que estar pegado a la ventana?
—¿Crees que lo habrán hecho en el huerto? Sí, ¿verdad? Claro que lo han hecho.
—¿Vas a pasarte todo el día hablando de sexo?
—¿Nunca los has pillado?— se giró hacia él —Llevas cuatro años viviendo con ellos. Seguro que los has pillado.
—Algunas personas no estamos obsesionadas con la vida sexual de nuestros amigos.
—Eso es un sí.
—Voy a hacer ejercicio— Yoongi pasó a su lado y lo golpeó en la cabeza —Deja de cotillear y ven conmigo.
—¡Ay, pero qué soso eres!— Taehyung se rascó la cabeza —La muerte te ha hecho más aburrido de lo que ya eras.
Yoongi se alejó y Taehyung se quedó mirando por la ventana. Tenía muchas preguntas acerca de la relación de Seokjin, Hoseok y Namjoon, y también tenía mucho tiempo. Mientras se quedaba con ellos iba a averiguar todos sus sucios secretos, y cuando Jungkook regresara a su lado, se los iba a desvelar uno por uno.
—¡Alcahuetae!
—¡Que no soy una alcahueta!— gritó Taehyung desde la cocina —¡Solo soy un apasionado de la información!
Yoongi lo siguió molestando y gracias a su esfuerzo, Taehyung consiguió evadirse de lo que estaba ocurriendo en Inyeon. Pero cuando cayó la noche y las voces de la mansión se apagaron, Taehyung volvió a centrar su atención en la familia que había dejado atrás.
Yoongi se quedó a su lado, lo consoló, lo apoyó y también lo guio cuando se reencontró con Jungkook. Taehyung despertó de la experiencia con el corazón roto. Antes de que las lágrimas inundaran su rostro, su hermano ya lo estaba abrazando nuevamente.
—Lo has hecho muy bien, Tae— le susurró al oído —Estoy orgulloso de ti.
—Quiero volver con él... Hyung, no quiero estar sin él, quiero volver con él...
—Te prometo que volverás con él. Solo necesitas tener un poco de paciencia.
—No puedo...
—Eres fuerte, Tae— Yoongi lo besó en la frente —Claro que puedes.
—No me dejes, hyung...
—Nunca.
Esa noche, Taehyung se quedó con Yoongi, y Jungkook, tras leer la carta que le había dejado su esposo, buscó la compañía de Jimin. Aunque los cuatro estaban separados, sus corazones seguían conectados, y sin importar el tiempo que pasara, se iban a volver a encontrar.
Después de tanto tiempo, Seokjin y Taehyung se han vuelto a encontrar. ¿Qué os ha parecido? ¿Y el reencuentro de Yoongi y Taehyung? Son como el perro y el gato. Espero que este capítulo os haya sacado alguna sonrisa. 🥺
El motivo por el que he tardado casi un mes en actualizar, es que he tenido un colapso. Toda mi vida he lidiado con misofonía, pero desde que me he mudado, y debido a los vecinos horribles que me han tocado, el problema se ha descontrolado. Ahora mismo estoy bajo tratamiento médico y psicológico, pero no os preocupéis, me pondré bien. Solo os pido un poco más de paciencia. Lo sé, si no es una cosa es otra, pero por desgracia, esto escapa a mi control. No dejaré la historia, aunque tenga que ir a la biblioteca a terminarla, le daré un final. Sobre todo por todas las personas que seguís aquí conmigo y deseáis conocer el resto de la historia. Lo siento. Y gracias. 💜
Por fin hemos podido escuchar dos temas de Layover. ¿Qué os han parecido Rainy Days y Love me again? A mí me han gustado las dos. La voz de Taehyung es hermosa. Dadle mucho amor. 🥰
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