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Enterrar a Neysa en el cementerio fue muy duro para toda la familia, especialmente para los niños. La gatita no había sufrido dolor, su corazón dejó de latir mientras dormía. Y aunque para Yoongi, Jimin y Junggi, esa forma indolora de partir sirvió como consuelo, Yeji y Jjin no pudieron sentir lo mismo que ellos.
El clan Min le organizó un funeral en el cementerio donde la despidieron con flores y palabras de afecto. Después de una ceremonia cálida, ambas parejas consolaron a sus hijos y les hablaron sobre la muerte, el dolor de la pérdida y la manera más sana de afrontar el luto.
La muerte de Neysa marcó a todos, pero especialmente a Yeji. A raíz de perder a quien llamaba cariñosamente su hermanita pequeña, la muchacha decidió convertirse en veterinaria para cuidar de todos los animales de la isla.
Al igual que había ocurrido con Mellie, la ausencia de Neysa se notó mucho con el paso de los meses. Yoongi, viendo la tristeza de sus hijos, sugirió adoptar a otro gatito, pero ninguno de los tres quiso dar ese paso, al menos de momento.
A mediados de marzo, después de que Yoongi cumpliera cuarenta y dos años, Junggi se encontraba en el laboratorio repasando unas notas, cuando una compañera entró y le avisó de que sus padres estaban en la sala de espera.
Todo el mobiliario del edificio era blanco, excepto por las sillas y algunos aparatos negros. Incluso la sala de espera se dividía entre blanco y negro, creando un diseño un poco frío y monótono.
Yoongi y Jimin habían estado allí muchas veces, pero esa era la primera vez que se encontraban con flores disecadas sobre la mesa. El menor quiso tocar la cúpula de cristal que las protegía, sin embargo, apartó la mano cuando oyó el chirrido de una puerta.
—¿Qué hacéis aquí? ¿Ha pasado algo?
—Te has vuelto a saltar la comida— le regañó Jimin en cuanto lo vio —Entiendo que sientas pasión por tu trabajo, pero si te enfermas por no comer como es debido, no podrás trabajar en tus proyectos. ¿Te das cuenta del sinsentido?
—Lo siento, papá. Se me ha pasado la hora...
—Ese es el cuento de todos los días— Jimin dejó la fiambrera justo al lado de la cúpula de cristal y tomó asiento —Cómete todo lo que te ha preparado appa, ¿de acuerdo?
—No dejaré ni un grano de arroz.
Esa respuesta agradó a Jimin.
—¿Cómo vas?— Yoongi se sentó al lado de su marido —¿Ya has terminado?
—Sí, de hecho, me gustaría empezar con el desarrollo clínico cuanto antes— Junggi se sentó sobre la mesa para tenerlos de frente —Necesito evaluar la vacuna en humanos y para eso es imprescindible disponer de un pequeño grupo de adultos. Cuanto antes cuente con voluntarios, antes podré seguir trabajando.
—Se lo transmitiré hoy mismo a la población.
—Te lo agradezco, papá.
—Me sigue pareciendo increíble que nuestro hijo de diecisiete años esté desarrollando una vacuna tan compleja— Yoongi lo expresó con tanto orgullo que Junggi apartó la mirada —Eres una persona excepcional, hijo mío.
—Solo quiero ayudar— sonrió tímidamente —Aunque no hay mucho más que pueda hacer.
—¿Qué quieres decir?— preguntó Jimin.
—Estuve pensando mucho en la razón por la cual el virus se llama E7-12. Leí todo tipo de libros de ciencias, de virología y de medicina, pero no encontré nada al respecto, hasta que hace un tiempo, la señora Han se sentó a mi lado en el parque y comenzamos a hablar de su fe. Entonces me di cuenta de que estaba buscando en el lugar equivocado. El nombre que le pusieron se basa en los capítulos de El Éxodo, el segundo libro de la Biblia.
—Mi padre no era creyente, pero solía usar la fe en su propio beneficio— comentó Jimin sin inmutarse por el origen del nombre —A veces me recriminaba mi orientación sexual en nombre de Dios y otras veces, se cagaba en Dios y en los que creían en él.
—Tu padre era una persona muy hipócrita. Podía asegurar que la tierra era plana, aun siendo científico— añadió Yoongi, a lo que su marido asintió con la cabeza —Para él, conseguir un propósito era más importante que tener ética.
Junggi estaba al tanto de la clase de persona que había sido Park Jongsuk. Cuando sus padres le explicaron su inmunidad, Jimin también le habló sobre su pasado, aunque omitió algunos detalles, como el intento de violación que sufrió por orden de su padre. No quería que su hijo lo supiera con trece años, aunque no descartaba contárselo cuando fuera adulto.
—Se pueden sacar varias interpretaciones del nombre— continuó Junggi —Sin embargo, creo que el señor Park dejó una pista en los números. Para él, el virus representaba algo similar a las plagas de Egipto, no obstante, opino que el 7-12 también equivale a las horas que el virus original podía sobrevivir sin un huésped.
—¿De siete a doce horas?— preguntó Yoongi.
—Setecientas doce horas— Junggi notó que sus padres parecían contrariados —He sacado mucha información de los cuerpos que me han traído los tíos. Como sabéis, las características varían según las condiciones de cada infectado, y aunque su patrón es bastante similar, los viridis y los equis son más resistentes, fuertes y peligrosos que los demás. Además, pueden comunicarse a través de impulsos, una habilidad de la que los ordinarios carecen. Según los informes de la científica Go Yoonha, la diferencia entre infectados se debe a una mutación posterior aleatoria, ¿correcto? Pues no. En realidad se debe al contacto del virus con la enfermedad que padecía la persona antes de convertirse en su huésped.
—Hijo, espera un segundo— Jimin no estaba seguro de si lo había entendido —¿Estás diciendo que los viridis y los equis no han evolucionado y que están aquí desde el principio?
—Eso mismo. Para que nos entendamos, la mayoría de enfermedades no alteran la composición del virus, pero hay algunas que lo hacen mucho más potente.
—¿Y por qué no hemos visto antes a los viridis o a los equis?— se cuestionó Yoongi —Si llevan aquí desde el principio, entonces tendríamos que haberlos visto en Busan.
—No necesariamente— Junggi hizo una breve pausa para pensar en cómo darles una explicación sencilla —Veamos. Conocéis el ciclo de la vida de una mariposa, ¿verdad? Huevo, oruga, crisálida y mariposa adulta, ¿correcto? Bueno, pues los infectados comunes, los que no sufren ninguna alteración, pasan de ser un huevo a una mariposa adulta. Es un cambio inmediato. De persona infectada, lo que representaría el huevo, ha infectado ordinario, que sería la mariposa adulta. ¿Me seguís? Con los demás el proceso es diferente. Se van desarrollando con más lentitud, por eso pasan por un ciclo de cuatro estadios, como las mariposas. Persona infectada fase uno, infectado fase dos, chrysalis fase tres y equis/viridis fase cuatro. Lo he llamado crisálida en latín porque al igual que los insectos que se encierran en un capullo, los infectados que pasan por ese ciclo permanecen inmóviles y no se alimentan.
—Espera, ese tipo de infectados no se mueven, ¿cierto?— Yoongi se levantó de la silla sin darse cuenta —Durante la invasión, me encontré con el señor Gam, estaba infectado, pero no me hizo caso.
—El señor Gam se habría convertido en un viridis o en un equis, o quizá en una especie diferente que todavía no conocemos. Lo que te puedo asegurar, appa, es que en ese momento había entrado en chrysalis, por eso no se movía. Estos infectados no atacan en esa fase, están iniciando el proceso de metamorfosis y cuando lo inician, se detienen por completo.
—Nos hemos encontrado con algunos infectados de esas características y nunca he entendido su comportamiento— Jimin golpeó el muslo de su hijo suavemente —Que bien que te tengamos a ti para que nos lo expliques.
Junggi sonrió con una gran inocencia. Compartir sus descubrimientos con sus padres le apasionaba, sobre todo porque ya fuera algo grande o pequeño, siempre lo recibían con los brazos abiertos y nunca lo desanimaban.
—Los viridis y los equis se originaron así, pero solo los que pasan por esas cuatro fases tienen capacidades especiales. Ellos son los Alpha, los que mandan sobre los demás. Y aunque los que se convierten a través de ellos adquieren capacidades que no tienen los infectados ordinarios, siguen estando uno o dos escalones por debajo de los Alpha.
—Suena a infectados con jerarquía e inteligencia— Yoongi se volvió a sentar —¿Debemos tomar más medidas contra ellos?
—Aunque los viridis tienen muchas capacidades, no pueden armar un ejército, cruzar el mar y atacar una isla como lo haríamos nosotros. Son infectados muy peligrosos, especialmente en su hábitat, pero su comprensión se basa en la caza, no en el dominio de otras especies. A diferencia de los equis, que buscan una pareja como compañero, la mayoría de los viridis se rodean de pequeños grupos para poder sustentarse de otros, y eso seguirán haciendo hasta que la falta de alimentos los lleve a la extinción.
—¿De cuánto tiempo estamos hablando?— quiso saber Jimin.
—Según mis cálculos, los infectados ordinarios y los equis vivirán entre treinta y cincuenta años. Los viridis, en cambio, también se alimentan de infectados, por lo que podrían llegar hasta los doscientos sin dificultad.
A Jimin se le escapó una risa nerviosa.
—¿No hay forma de acelerar el proceso?
—También estoy trabajando en eso— le respondió a Yoongi —La alta concentración de sales minerales que contiene el agua de mar tiene efectos sobre ellos, por eso tengo a tres clases de infectados sumergidos en agua salada desde hace cinco meses. De momento, el cadáver del infectado ordinario se está descomponiendo más rápido de lo esperado, lo que es buena señal.
—¿Por eso no se infectan los peces?
—Solo los de agua salada no se infectan, papá. La sal y las bajas temperaturas del mar actúan como una especie de capa protectora que impide que el virus avance. En humanos, sin embargo, la sal no tiene ningún efecto. Cosas de la genética.
—¿Y la cura la descartas por completo?— preguntó Yoongi.
—No se puede curar un cuerpo en un estado de descomposición tan avanzado. Aunque se elimine el virus del organismo, los órganos no podrían volver a funcionar. Lo que quiero hacer es crear una cura para las personas que no estén vacunadas. No sabemos si hay supervivientes en la península, sería importante contar con un remedio que corte el contagio sin tener que amputar alguna extremidad.
—Sería un gran avance para nuestra sociedad— Jimin se quedó pensativo, mirando las flores disecadas —Aunque hubiera una posibilidad de revertir el proceso y traer a todos de vuelta, no disponemos de los medios necesarios para producir una cura a gran escala. Antes del virus había unos siete mil cuatrocientos millones de personas aproximadamente, así que imagínate el número de infectados que habrá por todo el mundo.
—Lo único que podemos hacer es proteger a los habitantes de Inyeon, asegurarnos de que cada generación entienda su papel y aguardar a que llegue el día de su extinción. Tener la vacuna marcará la diferencia, sobre todo para el equipo de expedición.
Junggi estaba de acuerdo con Yoongi. Después de varios fracasos, esta vez creía que iba a dar resultado. Tenía fe en que las pruebas con personas fueran a salir igual de satisfactorias que las que había realizado con animales.
Y esa era justo la parte que menos le gustaba de su trabajo, la de tener que usar a los ratones que criaba en el laboratorio con fines científicos. A los que habían muerto durante los ensayos, les había hecho un cementerio en el bosque y a veces, les llevaba flores como disculpa por quitarles la vida.
—¿Qué enfermedad crea a viridis y equis?
—Enfermedades cerebrales, como las neurodegenerativas— le respondió a Jimin —El virus se nutre de un cerebro enfermo y de un desequilibrio neurofisiológico, es lo que he podido determinar de los cadáveres que he estudiado. Necesito más cuerpos para establecer si afecta de la misma forma a traumatismos craneoencefálicos, enfermedades neoplásicas como tumores cerebrales o alteraciones genéticas. Puede que tenga efecto en una persona con epilepsia, pero no lo tenga en una persona con síndrome de Down. Tengo que ir paso a paso porque la forma en la que este virus afecta al cerebro, es muy particular. Incluso la manera en la que desarrollé la inmunidad en el vientre de mi madre es bastante insólita. Sigue habiendo muchas incógnitas y pasaré el resto de mi vida estudiando el virus, pero sé que algún día daré con todas las respuestas.
A Yoongi le impresionaba mucho lo lejos que había llegado Junggi en apenas cuatro años de investigación. Había recopilado información estudiando la sangre de los infectados, analizando sus cadáveres y haciéndole preguntas muy precisas al equipo de expedición para comprender mejor su conducta y determinar ciertos comportamientos. Y aunque había averiguado muchas cosas, seguía teniendo mucha hambre de conocimiento.
Junggi no descartaba la posibilidad de acompañar a sus tíos en un futuro para poder estudiar a los infectados desde la península.
—Quisiera hacer más...
—Es mucho más de lo que hubiéramos imaginado tu padre y yo— Yoongi le apretó el muslo al notar que su ánimo había decaído —Gracias a ti vamos a estar más seguros y ese es motivo de alegría.
—Gracias, appa.
Jimin se levantó del asiento y sacó un sobre del bolsillo del abrigo.
—Tu madre me pidió que te diera esta carta cuando fueras mayor de edad. Somos conscientes de que todavía falta un año para que lo seas, pero appa y yo creemos que ahora es el momento adecuado para que la leas.
Junggi cogió la carta con sentimientos encontrados y se alejó hacia la única ventana que había en la sala de espera. Lo poco que sabía de su madre, se lo había contado su padre. Según Jimin, Kim Aera era una persona gentil, amable e inteligente, que siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás, a pesar de sus limitaciones.
—¿Quieres que te dejemos a solas?
Junggi agradeció las buenas intenciones de Yoongi, pero no quería estar solo. Jimin se percató de que su hijo echó un breve vistazo a las flores disecadas antes de comenzar a leer la carta.
Mi dulce terrón de azúcar, al que amo más de lo que la luna ama al sol. Ha pasado mucho tiempo, ¿verdad? ¿Cómo te encuentras? ¿Estás comiendo bien? Siento no haber estado contigo durante estos años, me hubiera encantado cuidarte, quererte y guiarte como una buena madre, pero la vida no ha querido que sea yo quien permanezca a tu lado. Espero que puedas perdonarme por mi ausencia. Quiero que sepas, que gracias a ti, he conocido el amor en su forma más pura. Has sido mi luz durante nueve meses, me has llenado de dicha y de buena ventura como ninguna otra persona hubiera podido hacer jamás.
Mi angelito, ¿eres feliz? Sé que tu padre hará todo lo posible para que lo seas. Es un hombre de corazón noble al que respeto por su inmensa bondad. ¿Cómo serás ahora, amor mío? ¿Te pareces más a él o te pareces más a mí? Espero que físicamente seas tan apuesto como tu padre, y que, si es posible, compartas mi amor por los animales. ¿Es demasiado descarado pedir que tengas algo de mí?
Quiero creer, que en algún momento de tu vida, te habrás preguntado cómo era tu madre. No tengo muchas cualidades, tesoro, mi estado de salud no me ha permitido alcanzar mis sueños de juventud. Pero, te puedo asegurar, con total honestidad, que soy una apasionada de la poesía, de la repostería y de los animales, aunque mi mayor placer, desde pequeña, es cantar.
Mientras crecías en mi vientre, te he cantado todas las canciones que he amado desde niña. La mayoría irán cayendo en el olvido, sin embargo, hay una, My wish de Rascal Flatts, cuya letra resume todo lo que deseo para ti desde el fondo de mi corazón.
Espero que los días sean tranquilos y los momentos pasen despacio
Y que cada camino te lleve a donde quieras ir
Y si te enfrentas con una opción y tienes que elegir
Espero que elijas la que signifique más para ti
Y si una puerta se abre por cada puerta que se cierra
Espero que sigas caminando hasta que encuentres una ventana
Si hace frío allá afuera
Muéstrale al mundo lo cálido de tu sonrisa
Más que cualquier cosa, más que cualquier cosa
Mi deseo, para ti
Es que esta vida se convierta en todo lo que tú quieras
Que tus sueños sean grandes y tus preocupaciones pequeñas
Que no necesites cargar más de lo que puedes llevar
Y mientras estás allá afuera obteniendo lo que quieres
Espero que sepas que alguien te ama, y quiere las mismas cosas que tú
Sí, ese es mi deseo
Espero que nunca mires atrás, pero nunca olvides
A los que te aman, en el lugar que dejaste
Espero que siempre perdones, y que nunca te arrepientas
Y que ayudes a alguien cada oportunidad que tengas
Oh, encontrarás la gracia de dios, en cada error
Y siempre da más de lo que tengas
Mi deseo, para ti
Es que esta vida se convierta en todo lo que tú quieras
Que tus sueños sean grandes y tus preocupaciones pequeñas
Que no necesites cargar más de lo que puedes llevar
Y mientras estás allá afuera obteniendo lo que quieres
Espero que sepas que alguien te ama, y quiere las mismas cosas que tú
Sí, ese es mi deseo
Mientras escribo estas palabras y canturreo nuestra canción, he vuelto a sentir cómo te mueves dentro de mí. Falta muy poco para que nos veamos, mi dulce amor. No creo que sea capaz de describir las ganas que tengo de sostenerte entre mis brazos. Son mucho más profundas e inmensas de lo que podría llegar a ser el océano.
He imaginado en incontables ocasiones cómo hubiera sido tu vida si el mundo no habría cambiado. He sentido en mis sueños la sensación de llevarte de la mano a la guardería, de acompañarte a comer tu tarta favorita después de clase, y de aplaudirte con orgullo en tu ceremonia de graduación.
Me habría gustado verte convertido en un médico exitoso, en un abogado justo o en un artista talentoso. Te sueño vestido de uniforme, ayudando a las personas o colmándolas de alegría en un gran escenario.
Mi corazón se hubiera llenado de dicha al verte formar una familia con tu gran amor. A veces, la imagino como una muchacha de piel oscura y mirada afable, una auxiliar de enfermería, una astrónoma brillante o una maestra de vocación. Otras veces, lo imagino como un joven apuesto de ojos claros y sonrisa embaucadora, un ingeniero aeronáutico, un periodista de investigación o un inspector de policía.
¿Cómo será esa persona especial, que te haga sentir mariposas en el estómago y te acelere el pulso con una simple sonrisa?
Las fiestas de Seollal y Chuseok hubieran sido tan cálidas a tu lado, pero sobre todo, me hubiera gustado colmarte de regalos durante el día más importante del año, tu cumpleaños.
Por desgracia, todos esos escenarios tan bellos solo están en mi mente.
Sé que tu futuro será incierto y que las circunstancias no siempre favorecerán a tus deseos, pero nunca dejes de soñar, de imaginar y de creer en lo imposible. Yo no pude cumplir mi sueño de ser cantante, pero contra todo pronóstico, he podido cumplir mi sueño de ser madre.
Lo siento tanto, cariño. Separarme de ti ha sido lo más duro que he tenido que hacer en mis veinticinco años. Solo recuerda que tu madre te ama. Aunque no esté a tu lado, siempre estaré velando por ti. En cada día de tu vida, en los momentos de luz y de oscuridad, te protegeré desde la distancia para que tu felicidad perdure hasta que tú y yo, nos podamos volver a abrazar.
Quiere mucho a tu padre y quiérete más a ti mismo. Eres mi mayor orgullo, mi esperanza y mi legado. Te estoy muy agradecida por haberme elegido a mí como tu madre. Eres mi razón de existir, mi dicha, mi sol, mi luna y mis estrellas. Te quiero, te quiero, te quiero.
No lo olvides, amor mío. Te deseo que seas muy feliz, que sigas tus sueños y que vueles alto y fuerte como un vencejo.
Con amor, mamá.
Yoongi y Jimin no habían leído la carta y tampoco le pidieron a Junggi que la leyera para ellos. Era un asunto privado, algo entre Kim Aera y su hijo, y la pareja respetaba la privacidad de ambos.
Junggi metió la carta en el sobre y se la guardó en el bolsillo de la bata. Aunque sus labios se separaron, queriendo decir algo, se quedó llorando en silencio, incapaz de compartir con ellos lo que le había hecho sentir su madre.
Yoongi se adelantó a Jimin y lo abrazó por la espalda.
—¿Estás bien?
—Me quería mucho— murmuró entre lágrimas —Sé que me lo habéis dicho, pero... Me quería mucho más de lo que imaginé...
—Por supuesto que tu madre te quería— Yoongi lo besó en la sien y el muchacho soltó una sollozo tan profundo que agitó el corazón de Jimin —Para ella, tú eras lo más importante.
Junggi se apartó de su padre y en cuanto se giró hacia él y vio su cálida mirada, lo abrazó buscando consuelo. Yoongi no había conocido a Aera, pero la respetaba profundamente. Sin su sacrificio, Junggi no existiría y por eso, por darle la vida a su hijo, le tenía un gran aprecio.
Jimin sabía que para Junggi era diferente oírlo de su boca que leerlo de su propia madre. La carta le había dado la certeza de que era amado desde mucho antes de venir al mundo. Yoongi lo buscó con la mirada mientras consolaba al muchacho, y Jimin se acercó para unirse al abrazo.
—¿Estás bien, pollito?
Junggi asintió a la pregunta de Jimin y se soltó de ellos.
—Quiero que sepáis que estoy muy agradecido de que seáis mis padres... Appa, nunca te lo he dicho antes, pero... Gracias por criarme. Sé que no tenías ninguna obligación y que a veces no he sido fácil, pero... No te cambiaría por nada ni por nadie en el mundo.
El nudo que sintió Jimin en la garganta no fue nada en comparación al caos emocional que se apoderó de Yoongi. No había esperado esas palabras de él y menos en un momento como ese. Encima las había pronunciado con tanto sentimiento que Yoongi no pudo guardar la compostura.
—No tienes nada que agradecerme, hijo... Te quiero mucho...
—Appa...
Para Jimin fue precioso presenciar como su marido lo estrechaba entre sus brazos mientras su hijo se aferraba a él. Emocionado se volvió a unir al abrazo, dando gracias por la preciosa relación que habían construido a lo largo de los años.
El muchacho solo podía pensar en lo afortunado que era al tenerlos como padres. La vida había sido benévola con él, porque, aunque le había quitado a su madre, Aera lo amaba con todo el corazón. Y además de su cariño, contaba con el de Yoongi, que era igual de fuerte.
Junggi estaba muy agradecido con Jimin por haber elegido tan bien. No le importaba que sus padres biológicos no se hubieran amado, ni siquiera se imaginaba una vida con Jimin y Aera de pareja. Para él, sus padres eran Yoongi y Jimin, ellos eran su ejemplo a seguir. Y aunque quería a su madre y deseaba tenerla a su lado, desde su punto de vista, Jimin debía estar con Yoongi.
El chico quería mucho a toda su familia, sobre todo a Taeju. Pensar en su novio le hizo sentir culpable. ¿Cómo le iba a decir a esos padres maravillosos que estaba enamorado de su primo? Tenía tanto miedo de decepcionarlos que no encontraba la forma de iniciar esa conversación.
Tras compartir un momento único, del que ninguno de los tres se olvidaría nunca, Yoongi y Jimin lo reconfortaron hasta que Junggi dejó de llorar.
—Tenemos que irnos a trabajar. ¿Estás bien?
—Lo estoy, papá. No te preocupes, me comeré todo lo que me ha hecho appa y no me saltaré la cena.
—Ese es mi chico.
La pareja se despidió de su primogénito y salió del edificio. Yoongi seguía emocionado, incluso después de cruzar por un parque se le seguían cayendo las lágrimas.
—Os parecéis mucho.
—Por supuesto, es mi hijo.
Jimin sonrió por cómo lo dijo. Le parecía adorable lo orgulloso que se mostraba su esposo siempre de Junggi, Yeji y Jjin.
—Gracias, Jiminie.
—¿Por qué?
—Por no permitir que ese día me fuera de tu casa... Gracias por no rendirte conmigo y por dejarme ser su padre. No sé qué habría sido de mí sin vosotros...
Jimin lo besó en plena calle. Después de tantos años, ya nadie se quedaba mirando cuando alguien intercambiaba afecto en público. Se había normalizado hasta tal punto, que para los más jóvenes era lo natural.
—Buenas.
La pareja se separó y le devolvió el saludo a Taeju.
—¿Vas a ver a Junggi?— preguntó Yoongi.
—Sí.
Jimin se percató de que llevaba una flor disecada en la mano.
—¿Y eso?
—Es para decorar el laboratorio. El ambiente allí es demasiado rígido, si Jun no fuera tan tiquismiquis, le llevaría todos los días un ramo de flores— soltó con una sonrisa tan grande, que se lamentó inmediatamente de su poca sutileza —En fin, me tengo que ir, ya que en breve empiezan mis clases.
Jimin se quedó mirando al muchacho mientras se alejaba de ellos. Solo cuando Yoongi lo llamó dos veces, apartó la vista de Taeju y continuó su camino.
Junggi estaba comiendo en la sala de espera cuando su novio irrumpió en el laboratorio.
—¿Estás solo?
—Hay dos personas dentro.
Esa respuesta no le agradó porque quería darle un beso.
—Te has vuelto a olvidar, ¿verdad?— dijo señalando la comida —Pasas tanto tiempo aquí metido que a veces pienso que te vas a olvidar hasta de mí— Taeju colocó la flor dentro de la cúpula de cristal —Esto te recordará que tienes un novio que te echa de menos.
—Siempre pienso en ti, por eso me esfuerzo tanto.
Taeju apreciaba su esfuerzo, pero le preocupaba que cayera enfermo. Junggi pasaba muchas horas en el laboratorio y aunque creía, erróneamente, que lo hacía por la población, en realidad se exigía tanto por Taeju.
Su novio había pasado la prueba de admisión y si superaba el entrenamiento de Yoongi, algo que estaba convencido que lograría, podría ser parte del equipo de expedición en el plazo de un año.
A Junggi también le preocupaba la seguridad de sus tíos, dado que eran los que más se exponían, pero a diferencia de Taeju, que estaba muy verde, Taehyung y Jungkook tenían mucha más experiencia. Por esa razón necesitaba crear la vacuna antes de que se embarcara en su primera aventura, porque le aterraba que le pudiera ocurrir algo grave.
—Por cierto, me chirría que todavía no haya podido leer el final de Naruto— Taeju se sentó al lado de Junggi —Aunque tengo una teoría. ¿Quieres oírla? ¡Claro que quieres! Escucha. Creo que al final Naruto salva a Sasuke y los dos se quedan juntos.
A Junggi se le escapó una carcajada.
—¡¿Por qué te ríes, maldito?!— se ofendió —¡Se ve a leguas que son más que amigos!
—¡¿De verdad crees que el protagonista de un shonen, un manga que va principalmente dirigido a un público masculino adolescente, y que proviene de un país muy conservador, acabaría en una relación homosexual?!
—Si no terminan juntos no quiero saber nada— Taeju se encogió de hombros —Es más, me alegro de que el mundo haya terminado, así no tengo que leer semejante truño de final.
—Eres tan adorable cuando te enfadas— Junggi dejó la fiambrera sobre la mesa —Ven, siéntate sobre mi regazo. Mis compañeros están ocupados y necesito mimar a mi precioso novio.
A Taeju se le pasó el mosqueo cuando lo llamó precioso.
—Pero que conste que solo lo hago porque yo quiero hacerlo, no porque tú me lo digas.
—Por supuesto, Tai, por supuesto.
Taeju se sentó sobre su regazo y Junggi lo abrazó con la vista sobre la puerta. Aunque sabía que sus compañeros estaban ocupados, no podía bajar la guardia. Así era su vida cada vez que estaban en público, tenían que andarse con mucho cuidado.
—Jun, quiero salir contigo como salen todos los demás...
—Yo también quiero— Junggi apoyó la cabeza sobre su pecho —No quiero seguir así hasta que seamos mayores de edad. Tenemos que decírselo a nuestros padres.
Taeju tenía algo en mente, pero no quería compartirlo con Junggi porque no lo aprobaría.
—Tengo clases de pesca— comentó el menor tras varios minutos en silencio —No quiero ir. Ya sé pescar, ¿por qué tengo que ir?
—Porque solo la práctica hace al maestro.
—¿Y cuándo vamos a empezar a practicar tú y yo?— murmuró mirando hacia la ventana —Han pasado nueve meses y no lo hemos hecho ni una sola vez. ¿Es que no tienes ganas?
—Claro que tengo ganas, pero la última vez que lo intentamos casi nos pilla mi padre. No quiero hacerlo corriendo y deprisa. Debe ser un momento especial.
Taeju suspiró frustrado. Aunque le fastidiaba, Junggi tenía razón. Lo habían intentado el pasado diciembre, creyendo que estarían a solas en casa, pero Yoongi regresó antes de lo previsto y cuando abrió la puerta de la habitación, Junggi estaba debajo de la manta, besando su vientre.
Justo cuando Yoongi iba a entrar, Jimin lo llamó y se quedó en el umbral de la puerta, con la vista en el pasillo, lo que le dio margen a Junggi a tumbarse al lado de Taeju, y a Taeju a guardar el lubricante bajo la cama. Aquel momento los marcó tanto que no se volvieron a tocar en semanas.
—Tengo que ir a clase.
—¿Nos vemos luego?
—Por supuesto— Taeju lo besó en la mejilla —Termínate la comida o se lo contaré a tu padre para que te castigue.
—Traidor.
Cuando Junggi se quedó a solas, fijó la vista sobre las flores. Había nueve, una por cada mes de relación, y aunque eran muy bellas y diferentes, estaban encerradas bajo una cúpula de cristal, igual que su relación.
Mientras el chico terminaba de comer, Taeju decidió tomar el único camino que le quedaba. Si quería estar con Junggi, debía renunciar a su familia. Su novio no podía, era hijo biológico de Jimin, pero a él lo habían adoptado. Si quería seguir con Junggi, debía volver al orfanato, dejar de ser parte del clan Min y de esa manera, no habría consecuencias.
Ese día, Taeju decidió hablar con Taehyung y Jungkook después de cenar.
—Me encantan las clases en el hospital— compartió Sohee muy feliz —La doctora Lee es muy amable y se toma su tiempo en resolver nuestras dudas. Todavía no sé si quiero ser doctora o profesora, pero me lo estoy pasando genial.
—Cuando pases unos días conmigo en el trabajo, lo tendrás muy claro— Taehyung le dio un último sorbo a la sopa de algas y se sirvió un cazo más —Te voy a manipular para que te olvides de la medicina y sigas mis pasos.
Sohee se rió.
—Doctora o profesora, las dos son buenas opciones— la animó Jungkook —Estoy convencido de que te vas a convertir en una gran profesional, Suki.
Cuando Sohee era pequeña, Taehyung le dejó un libro de ilustraciones y en una de las páginas, aparecía una lonicera, la flor que representaba el día de nacimiento de su hija. Al lado de la ilustración ponía honeysuckle, lonicera en inglés, y como Sohee no sabía leer en inglés, lo pronunció como Suki. Desde ese día, Taehyung y Jungkook la solían llamar así.
—Un agente de policía y una profesora, el clan Min está que se sale— le comentó Taehyung a su marido —Parece que el futuro de nuestros hijos será muy brillante.
—Tae, te has olvidado la parte de doctora.
—No, ha sido intencionado.
Taeju se levantó abruptamente de la mesa y salió corriendo. Ese comportamiento tan inusual no pasó desapercibido para sus padres. Taehyung decidió ocuparse mientras Jungkook se quedaba cenando con Sohee.
—¿Qué ocurre, Tabi?— preguntó desde la puerta —¿He dicho algo que te ha molestado?
—No...
—¿Y por qué tienes cara de querer llorar?— Taehyung se sentó sobre la cama —¿Qué sucede? Ya sabes que entre nosotros hay confianza.
Taeju lo sabía. Sus padres eran muy abiertos, especialmente Taehyung, que no se avergonzaba de nada. Y aun así, ¿cómo iba a decirle que debía volver al orfanato? No quería hacerle eso.
—Appa, estoy enamorado...
Taehyung se mordió el labio tratando de mantenerse serio. No podía ponerse a sonreír como un idiota cuando su hijo parecía estar atravesando por las cinco fases del duelo.
—¿Es tu primer amor?
—Sí...
—¿Y esa persona te corresponde?
—Sí...
—¿Entonces por qué tienes esa cara? ¿No deberías estar feliz?
Taeju quería decírselo, lo tenía en la punta de la lengua, pero en el último segundo se rajó.
—Los padres de los demás no se muestran tan unidos, incluso diría que no parecen tan enamorados como lo estáis tú y papá— Taeju no levantó la mirada del suelo, seguía demasiado nervioso —Siempre tenéis citas, os reís mucho, os respetáis y estáis ahí el uno para el otro. Quiero algo así. No me imagino el amor de otra manera.
A Taehyung le hizo muy feliz que Taeju aspirara a tener una relación como la suya. No quería que su hijo estuviera con una persona por compromiso, le deseaba un amor apasionado, pero sano y duradero.
—¿Y crees que esa persona te dará lo que buscas?
—Lo sé desde antes de nuestro primer beso.
Taehyung se quedó sentado, aunque por dentro estaba saltando. Su niño había tenido su primer beso y se moría de ganas por conocer todos los detalles. Por desgracia, no era el momento más adecuado para hacerle preguntas.
—Antes no me sentía así, pero ahora... Desde que estamos juntos me siento más vivo que nunca.
—Esas son palabras mayores— Taehyung pasó el brazo por sus hombros y Taeju se tensó —¿Cuánto tiempo lleváis siendo pareja?
—Nueve meses.
—¿En serio?— a Taehyung le sorprendió que llevaran tanto tiempo juntos —¿Y por qué no me has presentado a tu pareja?
Taeju se calló.
—Mi vida, el amor no es motivo de vergüenza. Sabes la clase de familia que somos, ¿verdad? No tienes que tener miedo, puedes hablar conmigo en confianza.
Taeju lo sabía. Sus padres no eran como los del pueblo, especialmente Taehyung, que no tenía pudor en hablar de sexo. Aunque se impartían clases sobre educación sexual, Sohee y él también habían recibido alguna charla en casa.
El problema era otro. Taehyung era muy curioso y si lo hacía sospechar, no iba a dejarlo tranquilo hasta que supiera la identidad de su novio. Por eso, Taeju solo veía una salida para desviar la atención hacia otro lado.
—Quiero tener mi primera vez con él. Y me gustaría saber algo más sobre el tema...
La mayoría, por no decir todos los adolescentes de la isla, le ocultaban a sus padres si tenían relaciones sexuales, mientras que Taeju estaba siendo sincero, a pesar de la vergüenza que estaba pasando. Y por eso, Taehyung se sintió muy afortunado de que su hijo confiara en él.
Lo que más deseaba Taehyung como padre, era tener una relación cercana con sus hijos. Quería que no tuvieran miedo, pena o vergüenza de acudir a él o a Jungkook. Especialmente durante la adolescencia, que era la etapa más difícil, quería ser de apoyo para Taeju y Sohee.
—En eso puedo ayudarte— Taehyung lo besó en la cabeza, queriendo transmitirle seguridad —Gracias por confiar en mí.
Taeju lo miró por primera vez en toda la conversación. Aunque trataba de desviar la atención de Junggi, le daba mucha vergüenza hablar con él de sexo.
—¿No te parece mal que quiera hacerlo?
—Yo a tu edad también quería hacerlo, es un deseo que compartimos muchas personas. Lo importante es que estés seguro y lo hagas porque quieres hacerlo. No tengas prisa, no dejes que nadie te presione y haz que esa experiencia se convierta en un recuerdo especial.
—Gracias, appa.
Taehyung lo abrazó y Taeju se sintió más tranquilo.
—¿Entonces te gustan los chicos o...?
—Solo los chicos.
A Taehyung no le importaba la orientación sexual de sus hijos, le preocupaba más con qué clase de personas se iban a juntar. No obstante, conocer de su boca que era gay como Jungkook, lo puso muy contento.
—Resolveré todas las dudas que tengas y si no te apetece hablarlo conmigo, tengo un libro que te ayudará a prepararte para tu primera vez. Pero antes de dártelo, debes presentarme a tu novio. Quiero saber quién te ha robado el corazón.
Taeju se sintió mal por no contarle toda la verdad. Su padre era un hombre muy bueno, siempre lo apoyaba sin pedir nada a cambio y no le parecía justo ocultarle su relación a alguien tan importante como él.
—Appa... Yo...
Taehyung sabía que Taeju lo quería compartir con él, pero todavía no parecía estar listo. Por eso lo volvió a abrazar y su hijo se aferró a él, agradecido de que no lo presionara.
—¿Va todo bien?— preguntó Jungkook desde la puerta.
—Por supuesto, ya íbamos a bajar— Taehyung se levantó de la cama y miró a Taeju —Ve a terminar de cenar.
El chico le hizo caso y salió primero. Taehyung cerró la puerta del cuarto, pero se quedó en el pasillo con Jungkook, mientras el muchacho bajaba por las escaleras.
—¿Qué le pasa?
—Cosas del corazón— Taehyung se pasó la mano por el cabello y recordó que tenía que cortárselo —Nuestro Tabi tiene novio.
—¿No es muy joven para eso?
—Va a cumplir diecisiete el mes que viene, tienes que aceptar que el cachorro ya creció.
—Me niego.
—No seas terco.
Jungkook se rió y su sonrisa contagió a Taehyung.
—¿Te ha dicho con quién está saliendo?
—No ha querido desvelar su identidad.
—Pero ya tienes a alguien en mente, ¿me equivoco?
Taehyung lo tenía, de hecho, intuía desde hace tiempo quién era el novio de su hijo.
—Evidentemente, amor, pero como comprenderás, no voy a romper la confianza que nuestro hijo ha depositado en mí. Hoy ha dado el primer paso y estoy convencido de que pronto nos lo dirá.
—Eres la voz de la razón— Jungkook lo besó en la frente —Y ahora dime, ¿quién crees que es su novio?
Taehyung se quedó callado. Dudando. ¿Debía contárselo a su marido? No había razón para ocultárselo, ¿no? El mayor decidió susurrárselo al oído y cuando se apartó, notó que Jungkook no se inmutó en lo más mínimo.
—¡Me cago en tu puto padre adoptivo!— se escandalizó —¡Lo sabías! ¡Lo sabías y no me lo has dicho!
—No podía romper la confianza que nuestro hijo ha depositado en mí.
—No me toques los cojones. Dime ahora mismo cómo te has enterado o te juro que aquí comienza nuestra primera crisis matrimonial.
—Este año vas a cumplir cuarenta, ¿tú nunca piensas madurar?
—No soy una fruta y ahora desembucha. Tic tac tic tac tic tac.
—Eres un pesado de la hostia— Jungkook se apoyó sobre la pared —Los vi besándose en el bosque, aunque no me sorprendió porque son muy evidentes.
—¿Has presenciado su primer beso?
—Ese no era su primer beso, créeme.
—¡Qué alivio!— Taehyung se llevó la mano al pecho —Si llegas a presenciar el primer beso de mi bebé, no te lo habría perdonado en la vida.
Jungkook puso los ojos en blanco. A veces se cuestionaba quién era más dramático, su marido o su hermano, pero ni siquiera Yoongi tenía una respuesta a eso.
—La verdad es que Tabi disimula peor que tú, y ya es decir— Taehyung se apoyó sobre la pared, justo a su lado —Junggi es mucho más sutil, pero nuestro hijo no sabe actuar.
—Tendrías que haberle visto en el bosque, es malísimo ocultando su relación.
Los dos se rieron.
—Tae, ¿crees que nuestros hermanos también lo saben?
—Ni mi hermano es tan corto como para no darse cuenta.
—¿Y qué hacemos ahora?
—Vamos a darle un poco de margen para que se sincere con nosotros. Hoy ya lo ha intentado, seguro que la próxima vez le sale mejor.
Taeju se asomó desde el piso de abajo y los vio conversando sobre algo. No podía oírlos porque estaban hablando muy bajito, pero viéndolos desde allí se sintió muy mal por haber pensado en abandonarlos.
Taeju no quería irse de su hogar, no quería romperles el corazón. Tenía a los mejores padres del mundo, amaba a su familia y ser parte del clan Min era un sueño hecho realidad. Debía armarse de valor y sincerarse con ellos. No podía seguir evadiendo el problema y por eso, esa noche, se puso un ultimátum.
Gracias a los esfuerzos de Junggi, la vacuna parece estar cada vez más cerca. ¿Algo que os haya sorprendido del virus o que no hayáis entendido? 🤔
¿Qué os ha parecido la carta de Aera? Algunas personas seguro que os preguntáis qué hubiera ocurrido si siguiera con vida. Como entre Jimin y Aera no había sentimientos románticos, no habría habido ningún conflicto en el tema sentimental. Los dos habrían mantenido una relación amistosa por el bien del niño, y con la vuelta de Yoongi, Junggi habría contado con dos papás y una mamá. Cualquier pregunta que tengáis sobre el tema la responderé aquí. 💜
A Taehyung no se le escapa nada, era prácticamente imposible que no estuviera al tanto. Incluso Jungkook sabía que se cocía algo antes de verlos en el bosque. ¿Yoongi y Jimin también lo sabrán? 👀
¿Quién va a ir a ver el concierto de Busan al cine? Espero que lo disfrutéis. Yo ya no me aguanto las ganas de ver Run BTS en la gran pantalla. Nos vemos en 9/10 días. Que paséis una buena semana. 😘
Aquí os dejo la canción My Wish de Rascal Flatts.
https://youtu.be/dhbNqIZZCWY
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