Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

105

Las voces a su alrededor fueron disminuyendo hasta apagarse por completo. Taehyung se olvidó de dónde estaba; solo sentía el sabor de la boca de Jungkook, la dulzura de su lengua y el tacto de su mano sobre su rostro.

—¡Buscaros una habitación!

Taehyung y Jungkook se separaron entre risas. La expresión de Wooshik, que estaba sentado justo enfrente de ellos, era de lo más divertida.

—Cuando acabe la fiesta no saldremos de nuestra habitación.

La respuesta de Jungkook le causó gracia, sobre todo porque era sincera. Wooshik se comió otra pieza de sushi, dándole algo de envidia al maknae. Taehyung lo notó por su expresión y cogió un nigiri para metérselo gentilmente en la boca.

—¿Te gusta?

La mirada del menor lo decía todo y aun así, Taehyung aguardó a una respuesta.

—Está buenísimo.

Taehyung besó su mejilla suavemente y aunque amagó con bajarse de su regazo para que pudiera seguir comiendo, Jungkook no lo dejó. Quería estar con él, sobre todo en un día tan especial como ese y tenerlo encima, era lo que más deseaba.

La pareja se volvió a besar y después, Taehyung echó un breve vistazo a los invitados que habían acudido a la celebración de la boda de los Min. No eran más de veinte personas, pero eran sus amigos más íntimos y apreciaba la presencia de cada uno de ellos.

Mientras Jungkook comía un poco de sashimi y conversaba con Wooshik sobre los viejos tiempos, Taehyung se quedó observando a los niños, que jugaban en el cajón de arena que su hermano había instalado en el jardín.

Junggi parecía estar disfrutando tanto como Sohee y Hoseokie. A pesar de la diferencia de edad, su sobrino nunca se cansaba de jugar con los más pequeños y ellos lo querían como a un hermano.

Taehyung sonrió cuando vio a su pequeña reírse con tanta ternura. Habían pasado casi dos años desde la invasión, un año y diez meses para ser exactos, y Sohee estaba creciendo sin problemas de salud. Era una niña muy alegre y sociable, que a veces, como a cualquier crío de su edad, le daba por tener berrinches, pero en términos generales era bastante tranquila.

Hoseokie también seguía siendo un niño muy risueño, algo más tímido que Sohee, pero igual de sociable que ella. A veces, cuando jugaban en el parque y tenían que volver a casa, se ponían a llorar a mares porque no querían separarse. La amistad que les unía era muy tierna y a Taehyung le aliviaba que, a pesar de las circunstancias, los niños pudieran tener una niñez común y corriente.

Su vista se apartó de ellos cuando notó que Eunha y Sungjae se acercaban. La joven llevaba un vestido de fiesta holgado, en un tono salmón muy bonito. Su marido vestía un traje gris, aunque a diferencia de los demás hombres de la fiesta, él había optado por dejar la chaqueta en casa.

—Te veo bien— comentó Wooshik cuando Eunha tomó asiento a su lado —¿De cuánto estás?

—De seis meses, aunque siento que estoy de veinticinco.

—¿Tanta guerra te está dando?— Taehyung notó que parecía algo reacia a contestar —Aunque se haya hecho una idealización de la maternidad, aquí nadie te va a juzgar por quejarte del embarazo.

Eunha agradeció las palabras de su amigo. La maternidad estaba tan romantizada que parecía un tabú expresar cualquier sentimiento que no fuera júbilo. Si no estabas las veinticuatro horas del día mostrando tu felicidad y osabas quejarte por los dolores o la incertidumbre, algunas personas ya te tachaban de mala madre.

—La maternidad ni es de color de rosa, ni es tan perfecta como nos han hecho creer— Lee Jieun se sentó al lado de Jungkook —Es natural tener dudas, incluso llorar o mostrar arrepentimiento. El cambio que sufren el cuerpo y la mente en ese periodo de tiempo es muy intenso. La gente necesita tener más empatía, pero también necesita tener más conocimientos sobre lo que es un embarazo y dejar de comparar a las personas.

—La doctora tiene toda la razón— Sungjae besó la mejilla de su esposa —Aquí no tienes que medir tus palabras. Recuerda que estás en familia.

La depresión y la ansiedad se daban en muchos casos y Eunha estaba lidiando con la segunda. Quería tener al bebé, lo deseaba con todo su ser, pero el miedo a sufrir otro aborto nunca desaparecía. Encima, el embarazo tampoco estaba siendo nada fácil, por lo que, recibir comprensión por parte de sus amigos, hizo que la angustia se alejara un poco.

Las bromas que comenzaron a hacer Taehyung y Jungkook crearon un ambiente cómodo y disminuyeron el cansancio mental que acarreaba Eunha. Aunque Sungjae intentaba ayudarla en todo, había cosas que escapaban a su control. Aun así, la muchacha apreciaba lo atento que era su marido con ella y el gran apoyo que recibía constantemente de él.

—¿Ya habéis elegido nombre?

—Lo decidimos el día en el que supimos el sexo del bebé— le respondió Eunha a Wooshik —Nuestro pequeño se va a llamar Namjoon.

Taehyung y Jungkook se sonrieron con complicidad. Gracias a su relación con la pareja, el maknae fue el primero en enterarse de la elección del nombre y su marido, por consecuencia, el segundo. Como Sungjae y Eunha eran sus mejores amigos, siempre que ocurría algo, ya fuera bueno o malo, acudían a Jungkook.

—Tae, mira.

Jimin colocó la mano sobre la espalda de su marido y Yoongi encima del hombro de su esposo. El mayor miró a Soobin, que era uno de sus alumnos, e inmediatamente comenzó a tocar Mariage d'Amour, tal y como se lo había pedido.

Yoongi llevaba seis meses dando clases de música, las compaginaba con las clases de supervivencia a las que ahora asistía cada habitante de la isla. Después de la invasión, nadie se quería quedar sin formación por miedo a que algo tan horrible se pudiera volver a repetir.

La pareja comenzó a moverse lentamente sobre la hierba, acaparando la atención de familiares y amigos. Junggi dejó de llenar el cubito de arena para ver ese momento tan esperado. Sus padres vestían trajes blancos y se miraban con tanto amor, que el niño no pudo dejar de sonreír.

El jardín de la casa de Yoongi y Jimin se había decorado para la ocasión, pero de una manera sencilla y nada ostentosa. Debido a las circunstancias, habían tardado casi dos años en celebrar su unión, pero por la felicidad que emanaba de ellos, había merecido la pena esperar tanto.

—Bailas muy bien, Yoon.

—Me ha enseñado el mejor.

—¿Y quién es el mejor?

—El hombre con el que estoy bailando.

Jimin sonrió tan bonito que Yoongi no pudo contenerse y lo besó delante de todos. Su esposo se había tenido que someter a dos operaciones y quince meses de fisioterapia para poder volver a andar; se había dejado la piel en el proceso, especialmente desde que fijaron el nueve de julio como la fecha de su celebración. La meta de Jimin era bailar con él en ese día tan especial y afortunadamente, se estaba cumpliendo gracias a su inagotable tenacidad.

—Todos nos están mirando.

—Porque eres el hombre más guapo de la fiesta— Yoongi le tocó el cabello —Como te dije hace años, no importa de qué color sea tu traje, siempre te vas a llevar todas las miradas.

—La única mirada que deseo es la tuya, mi amor.

El maknae abrazó a Taehyung por la espalda mientras sus hermanos se volvían a besar. Jungkook bien sabía lo mucho que había sufrido Jimin para volver a caminar. El miedo cuando la doctora le transmitió que la primera operación no había sido suficiente, la incertidumbre al sentir que su progreso no iba como quería o la cojera con la que convivió durante meses; Jimin había pasado por tantas dificultades que verlo tan feliz, disfrutando de lo que más amaba junto a la persona a quien le había entregado su corazón, casi lo llevó a las lágrimas.

—Te dije que MinMin lo lograría.

Jungkook besó la mejilla de su marido, quien seguía sentado sobre su regazo. Taehyung nunca había perdido la fe en su mejor amigo. A pesar de las dificultades, siempre supo que lo conseguiría.

—Te amo, Tae.

Hyun Bin tomó asiento al lado del maknae. El fisioterapeuta había pasado tanto tiempo trabajando con Jimin, que ambos se hicieron muy buenos amigos.

—Oye, hyung... ¿Te puedo hacer una pregunta?

Hyun Bin asintió mientras llenaba las copas de Taehyung y Jungkook con licor. Estaban celebrando su boda y quería tener esa cortesía con ellos.

—¿Eres activo o pasivo?

—¿Cómo le preguntas eso?— se escandalizó Jungkook, muerto de vergüenza —Córtate un poco, joder. Me va a dar un jamacuco.

—¿Por qué te alborotas?— Taehyung miró a Hyun Bin —¿Te ha parecido ofensiva mi pregunta?

Hyun Bin negó entre risas.

—¿Ves?

—¡Ni ves ni vas!— insistió abochornado —¡Eso no se pregunta y punto!

Afortunadamente, para la salud del maknae, los demás invitados estaban conversando entre ellos y no parecían haber oído nada.

—¿Por qué quieres saberlo?— Hyun Bin vació la copa de un trago —¿Me estás haciendo una propuesta?

—¡Ni lo sueñes!— soltó Jungkook indignado —¡No somos esa clase de pareja!

Al fisioterapeuta le causó gracia, sobre todo porque Jungkook había abrazado a Taehyung por la cintura mientras marcaba espacio entre ellos. Era evidente que no era la clase de persona que podría compartir a su esposo con otro hombre.

—Hace unos años te liaste con Hobi hyung, ¿recuerdas?— Taehyung acarició los brazos de su chico suavemente —Soy un amigo cotilla y desvergonzado, puedes criticarme por ello, pero es que me mata la curiosidad.

—Lo sé.

—¿Lo sabes?

—Hoseok me dijo que no llamara la atención porque si se enteraba su amigo cotilla, no volveríamos a tener paz.

—Y razón no le faltaba al bueno de Hoseok hyung— Jungkook cogió la copa y se la acercó a los labios —Es que Tae es muy cansino...

—Oye, baboso, no me critiques.

—Hace dos segundos has dicho que se te podía criticar.

—Él puede, tú no.

Hyun Bin se levantó de la silla para disgusto de Taehyung. Cuando creía que se iba a ir sin saciar su curiosidad, se inclinó y le susurró algo al oído que Jungkook no pudo oír.

—¿Qué ha sido eso?— murmuró el maknae en cuanto Hyun Bin se alejó de ellos para hablar con Chanmi —Te lo ha dicho, ¿verdad?

—No.

—¿Entonces para qué ha sido el show del susurro?

—¿Estás celoso?— Taehyung tiró de sus mejillas —¿Está mi pequeñito celoso?

—No...

—Mentirosillo.

—Bueno, un poquito, pero porque es evidente que le gustas— se quejó entre pucheros —Huelo su testosterona hasta aquí.

—Qué bobito eres— Taehyung le arregló el cuello de la chaqueta. Ambos vestían de negro en contraste con los trajes blancos de sus hermanos —¿De verdad no te has dado cuenta?

—¿Darme cuenta de qué?

—No le gusto yo, le gustas tú. ¿Sabes lo que me ha susurrado al oído? "Tienes mucha suerte de estar casado con él." ¿Qué te parece?

—Oh...

—Me saboreo tu cuerpo todas las noches, no me extraña que sea la envidia del pueblo.

Jungkook se sonrojó muy fuerte, lo que le causó mucha ternura a Taehyung. Ya no era el mismo chico tímido que conoció en el coche de Seokjin, pero a veces seguía asomando esa timidez que tanto lo había enamorado.

—Me gusta que los que te desean sepan que eres mío, Min Jungkook.

—Solo quiero ser tuyo.

Taehyung besó a su esposo con la misma intimidad que lo habría hecho en su dormitorio. Desde el desayuno se tenían ganas y con cada minuto que pasaba, el deseo se volvía una necesidad.

—¡Que os busquéis una habitación!

Wooshik, que era el único que se había quedado en la mesa con ellos, los hizo reír otra vez.

—¿Sigues aquí?— bromeó Jungkook —¿Por qué no vas a bailar?

—Prefiero comer.

Varias parejas se habían unido a Yoongi y Jimin en la pista de baile. Entre ellas estaban Sungjae y Eunha, Sana y Momo, y Minho y Sunmi. La última llevaba un año de relación. El amor surgió cuando uno de los caballos de Minho enfermó súbitamente y Sunmi comenzó a tratarlo. La veterinaria hizo todo lo posible, pero desafortunadamente el potro falleció. A pesar del trágico desenlace, el amor por los animales los unió.

Yeonjun estaba junto al columpio que Yoongi había construido para su hijo, haciendo un retrato de la pareja con carbón. El dibujo era uno de sus mayores talentos y quería obsequiarles con una pintura como había hecho previamente con Taehyung y Jungkook.

Su hermano, Soobin, seguía deleitando a la gente con su música. El piano no estaba en el exterior, pero la sala de música daba al jardín, por lo que solo tuvieron que abrir los ventanales y colocar el instrumento junto a la ventana.

Yeonjun y Soobin seguían lidiando con la muerte de sus seres queridos, aunque de distinta manera. El mayor trataba de estar ocupado, mientras que el menor, animado por Yoongi, había optado por ir a terapia. Similar a Jungkook, Yeonjun no tenía la necesidad de hablar con un psicólogo, pero le parecía acertado que su hermano buscara ayuda profesional.

Changwook se unió a la mesa tomando asiento al lado de Wooshik. Su vista se posó sobre la bandeja de sushi, pero por desgracia ya no quedaba de su sabor favorito.

—Lo he guardado para ti— Wooshik le acercó el plato que estaba escondido detrás de una botella —El de erizo de mar es tu favorito, ¿verdad?

—¿Cómo lo sabes? Nunca te lo he dicho.

—Tengo un poder especial.

Changwook lo besó delante de Taehyung y Jungkook, sonrojando el rostro de su novio. Llevaban nueve meses juntos, pero nunca se habían besado en público y a Wooshik le daba vergüenza que sus amigos los vieran, pero la pareja solo respondió con un cálido aplauso.

Después de la invasión, Wooshik había ejercido como gobernador mientras Jimin se recuperaba de sus lesiones. Como Changwook también se había implicado en ayudar a los habitantes de la isla desde el primer día, ambos coincidieron en tantas ocasiones, que de una relación profesional surgió una mucho más personal.

Wooshik se había mudado recientemente a casa de Changwook y esa decisión supuso un gran cambio para él. Convivir con Hoseokie, estar ahí para el pequeño y para su novio, le dio otro propósito en la vida. Desde que los tenía a ambos, Wooshik estaba viviendo el amor en su forma más pura y por primera vez, era feliz de verdad.

Lee Dongwook dejó otra bandeja de sushi en la mesa y Jungkook fue el primero en coger una pieza y metérsela a Taehyung en la boca. Para la fiesta, habían decidido preparar varias clases de sushi porque el pescado era lo único que podían comer sin restricciones. También colocó una bandeja con pescado frito y pescado cocido, dado que algunas personas no podían comer pescado crudo o no les gustaba.

—El sushi tiene muy buena pinta— Seokjin se asombró por la textura —Lee Dongwook hyung tiene suerte de tener una esposa con tanto talento. Esa mujer es una artista.

El mayor se desentendió de la comida cuando notó que Hoseok y Namjoon se habían sentado en el suelo, junto a los niños.

—Tiene buena salud, ¿verdad? Mira cómo salta. Eso no lo hace un niño si no tiene buena salud, ¿verdad?

—No te preocupes tanto, Joonie. Estoy seguro de que Sohee no tendrá el mismo destino que Nahee.

Seokjin se sentó entre ellos y Hoseok se percató de lo serio que estaba.

—Tú tampoco te preocupes. Sohee va a tener una buena vida.

—Ya, pero... No sé... ¿No te da rabia no poder vivir esa vida a su lado?

Hoseok miró a los niños y después lo volvió a mirar a él.

—No, me gusta la que tengo con vosotros.

—Hobi tiene razón. Jungkook y Taehyung son unos padres estupendos y la vida de Sohee es mucho mejor de lo que fue la de Nahee.

—La Inyeon en la que va a crecer es mucho más abierta y respetuosa que la Inyeon en la que vivíamos Joonie y yo. Sohee tiene padres, tíos, amigos e incluso un primo con el que crecer. Está rodeada de un ambiente distinto, menos tóxico, menos clasista y menos patriarcal.

—Nosotros tratamos de crear un sitio como este, pero no pudimos hacerlo en veinte años. Mira cuántas personas abiertamente LGBTQIA+ hay en puestos importantes. ¿Y a cuántas personas les importa? ¿Lo ves? Es increíble lo mucho que ha avanzado la gente.

—Entiendo lo que queréis decir, pero vosotros también la criasteis bien. No os quitéis mérito, no lo tuvisteis fácil y la educasteis de maravilla.

—¡Jjwan, eres adorable!

Namjoon sonrió cuando Hoseok le dio un beso a Seokjin.

—¿No lo echáis de menos? Es decir... ¿No tenéis el deseo de tener hijos?

Los dos negaron a la vez.

—La gente en Inyeon tiene la necesidad de sobrevivir, pero también de vivir una vida lo más plena posible. Tener hijos es la única forma de garantizar que la humanidad no se extinga, pero también les da un propósito y trae cierta normalidad a sus vidas. Nosotros tres no necesitamos eso. Estamos en una etapa completamente diferente y aunque seguimos teniendo necesidades, tener hijos no es una de ellas.

Lo que decía Namjoon tenía mucho sentido para Seokjin. La gente de la isla se había adaptado a las circunstancias y hacían todo lo posible por tener una vida común porque, en un mundo como ese, lo que antes había sido normal, ahora era una anomalía.

—El futuro de la isla está en buenas manos— Hoseok quiso tocar el brazo de Junggi, pero no lo hizo —Estos tres angelitos y el pequeño Namjoon que nacerá en octubre, van a traer mucha felicidad a sus vidas.

—Me sigue conmoviendo que Eunha haya elegido mi nombre.

—Ahora solo falta un pequeño Seokjin— Hoseok abrazó a Namjoon y miró a Seokjin —Apuesto a que el próximo hijo de Taehyung se llamará como tú.

—No lo creo.

—¿Por qué dices eso?— se indignó el mediano —Taehyung te quiere mucho y las probabilidades de que adopte un niño son muy altas.

Seokjin se alzó entre risas y los ayudó a levantarse.

—Jwehope, Namu, hay que irse ya. 

—Hay que ver cómo evades el tema, Jjwan.

Los tres echaron un último vistazo a los invitados que estaban hablando, bailando o comiendo. Cada rostro estaba cubierto con una sonrisa, cada conversación arrancaba alguna risa y cada persona parecía estar viviendo una buena vida.

Seokjin se sintió muy identificado con el amor que sentían Yoongi y Taehyung por sus maridos. Hoseok y Namjoon eran sus compañeros, sus amigos y su familia; su relación era tan estrecha, que después de casi dos años, no podía imaginarse estar sin ellos.

Cada uno de sus novios le aportaba algo único, algo que le hacía sentir completo, pero no era solo el amor de pareja lo que lo hacía sentir así; su amor por sí mismo también había crecido, y Hoseok y Namjoon tenían mucho que ver en eso.

Las conversaciones que mantenían eran como una suave caricia al alma. Seokjin nunca había estado tan seguro de algo, ni siquiera de su amor por la cocina, como lo estaba de su amor por ellos. Y era bastante irónico que estuviera experimentando el amor en su máximo esplendor cuando ya no estaba vivo.

—¿Nos vamos?

Seokjin apretó las manos de sus chicos. Aunque los tres seguían estando pendientes de sus amigos, ya no solían ir a Inyeon como antes. La celebración de los Min había resultado ser una buena oportunidad para verlos de cerca.

Namjoon miró hacia su familia. Jungkook se había puesto a bailar con Jimin mientras Taehyung estaba sacando a Yoongi a bailar. Eran la viva imagen de la felicidad y para él, su mayor orgullo.

La fiesta continuó hasta altas horas de la noche, aunque algunos invitados, como Sungjae y Eunha o Changwook y Wooshik, se fueron mucho más temprano.

Junggi y Sohee iban a pasar la noche en casa del pequeño Hoseokie y parte del día de mañana para que sus padres pudieran disfrutar de tiempo en pareja. Y Changwook había preparado unos cuantos juegos para ellos con el fin de que se divirtieran.

Cuando los Min despidieron al último invitado, se acomodaron en el salón de la vivienda. Taehyung y Jungkook se ofrecieron a recoger con ellos, pero Yoongi prefería hacerlo mañana y pasar un rato más en familia.

Jungkook les pidió que se acercaran con la intención de hacer una fotografía con la polaroid. Taehyung tomó asiento a su izquierda, Jimin a su derecha y Yoongi junto a su marido. El maknae sacó dos instantáneas muy bonitas, una para cada pareja.

—La tenéis que poner en el salón— pidió el maknae —Será bonito tener la misma fotografía.

—La pondremos hoy mismo, hermanito.

Después de quitarse las chaquetas, los cuatro se sintieron más cómodos. Yoongi llenó las copas de los menores con alcohol mientras Jimin se acomodaba en un asiento. Estaba algo cansado, pero había sido un día tan divertido, que el cansancio resultaba muy dulce.

—Lo habéis pasado genial, ¿verdad?— Taehyung se sentó al lado de su cuñado —¿Veis? Os dije que iba a ser una gran fiesta.

Jimin abrazó a su mejor amigo y comenzó a alabarlo, algo que agradó mucho a Taehyung. Yoongi le preparó una infusión fría a su chico y su marido le agradeció el gesto con un beso.

—Todavía es temprano, podríamos hacer algo, como compartir anécdotas del tiempo que estuvimos separados— Taehyung miró a su marido —Seguro que hay cosas de la península que no nos habéis contado.

Jungkook se llevó la copa a los labios. Las había, desde luego, pero le daba cosa compartirlas con ellos. ¿Y si se lo tomaban a mal?

—Dormimos en un sex shop— soltó Yoongi con la mayor naturalidad del mundo —Tenían una gran cantidad de mercancía, ni os lo podéis imaginar. Fue toda una experiencia.

—¡No me jodas!— Taehyung se alzó del asiento —¿Por qué me entero ahora? Y lo que es peor, ¿por qué no habéis traído nada?

—Se perdió todo en el fondo del mar, amor.

—No puedo creer que hayas vivido con mi cachorrito uno de mis sueños de adolescencia— Taehyung se dejó caer dramáticamente sobre Jimin —Cuando digo que la vida es injusta, me refiero a esto, MinMin. Mi hermano siempre experimenta lo que tendría que experimentar yo. Me cae re mal, pégale por mí.

Jimin lo abrazó mientras miraba a Yoongi de mala manera, lo que hizo reír a su esposo.

—Nunca olvidaré el peluche en forma de pene y los cojines de tetas— le comentó Jungkook a su cuñado —Lástima que se hayan quedado allí.

—¿Un peluche en forma de pene?— se interesó Jimin —Seguro que era de esos que vendían por internet con un diseño adorable.

—Odio mi existencia. Debería haber estado yo en tu lugar, hyung.

Yoongi tuvo que contener la risa. La expresión de disgusto de Taehyung era demasiado graciosa.

—Entonces te habrías quedado a vivir allí— Yoongi le llenó otra copa a Jungkook —Además, lo habrías probado todo y habrías atraído a los infectados porque eres un escandaloso.

—¿Yo un escandaloso?

—Sí, tú.

—Clamó el que gemía Jimin, Jimin, Jimin, sobre la mesa de la cocina.

Jimin le tapó la boca con ambas manos. Taehyung había imitado los gemidos de Yoongi y lo único que quería era hacerlo callar. Jungkook, lejos de avergonzarse, se puso a beber para ahogar la risa.

—La envidia es muy mala, hermano. Espero que algún día te cures.

Taehyung hizo un gesto como metiéndose su opinión por el culo. Jungkook no pudo más y rompió a reír por la actitud de su marido. Estaba tan picado que el disgusto le iba a durar años.

—También estuvimos en casa de una caníbal.

—Es verdad, es verdad— apoyó el maknae tras vaciar la copa —Aunque esa visita no fue tan agradable como la del sex shop. Nuestra anfitriona nos puso carne humana para comer y sinceramente, tenía tanta hambre que me la iba a zampar toda. Menos mal que Yoongi hyung lo evitó o ahora necesitaría mucha terapia.

A Taehyung le dio mucho asco, incluso se estremeció, pero Jimin se quedó con la última parte de la historia.

—Eres increíble, amor mío— Jimin le lanzó un beso a Yoongi —Gracias por cuidar de mi hermano.

Yoongi le lanzó otro beso a él.

—Ya, ya, dejad de ser tan empalagosos. ¿Qué pasó con Hannibal Lecter?

Yoongi alzó el dedo corazón y Taehyung le mostró los dientes.

—Tenía un almacén en el sótano, con un montón de tarros donde guardaba partes del cuerpo humano en un extraño jugo. La doña invitaba a la gente que llegaba en busca de ayuda, les daba refugio y después se hacía un caldo con ellos, pero nosotros la descubrimos y no pudo añadirnos al menú.

Yoongi notó por su forma de hablar que se le había subido el licor a la cabeza.

—Lo más fuerte fue cuando nos apuntó con un arma y yo pensé, se acabó, finito, caput, pero Yoongi hyung me besó y la dejó tan loca como a mí— Jungkook notó que se había ido de la lengua y se levantó del asiento —Creo que he bebido demasiado y debería ir a dar un paseo...

—Jeon Park Min Jungkook, el culo en el asiento.

Jungkook se volvió a sentar y Jimin arqueó una ceja al oír el Jeon. Era el apellido del padre biológico de su hermano, pero el maknae nunca lo había usado y eso indicaba que la cosa se había puesto seria.

—¿Has besado a mi marido y me entero el día de mi boda?

—Te casaste hace más de dos años, esto solo es una fiesta y sí, besé a JK para distraerla porque tenía un hijo gay y mira, funcionó. El beso fue una estrategia, nos dio margen para salir de una situación peligrosa y volver a casa con vida.

—Tienes una buena excusa, pero que no se vuelva a repetir.

Jimin se rió a carcajadas. Taehyung se había puesto bien dramático para desistir a la primera explicación.

—En realidad... Nos volvimos a besar en un hostal...

Las risas desaparecieron y el ambiente cambió de inmediato.

—¿Qué quieres decir, Kook?

—Besé a tu hermano y le pedí que nos quedáramos en la península...

—JK se estaba recuperando de la infección— intervino Yoongi al notar que las palabras de Jungkook se podían malinterpretar fácilmente —En ese momento estaba muy vulnerable, pero solo lo hizo por desesperación. Chicos, no fue nada serio. De verdad.

—Hyung tiene razón... Llevo mucho tiempo queriendo deciros lo que pasó, pero me daba miedo que lo pudierais malinterpretar.

—Lo habéis tenido muy difícil en la península... No sé cuantas veces me habría rendido yo en vuestro lugar.

Jungkook se relajó con las palabras de Taehyung. Su marido se levantó para darle un cálido abrazo mientras Jimin le volvía a lanzar un beso a Yoongi.

—Si tenéis remordimientos por haberos besado, yo tengo la solución.

—¿Tú también?— Taehyung se volvió a sentar junto a Jimin —¿Qué tienes en mente?

Jimin cogió el rostro de su mejor amigo y lo besó en los labios. Jungkook frunció el ceño al verlos, Yoongi, en cambio, puso los ojos en blanco.

—MinMin, me has leído el pensamiento, pero recuerda que tienen que ser dos besos, aunque aquí no tengamos caníbales ni pitos de algodón.

Jimin lo volvió a besar delante de ellos. Jungkook le pidió un poco más de alcohol y Yoongi rellenó las dos copas, pero excluyó la de Taehyung.

—¿Qué te has echado en los labios? Sabe muy rico y suave.

—¿Verdad? Es un bálsamo de hierbas— compartió Jimin emocionado —Momo me enseñó a prepararlo. Si quieres te doy la receta.

—¿Es hierbabuena? No estoy seguro... A ver...

—¡Suficiente!— Jungkook lo apartó de su hermano y Taehyung se indignó —No me mires así, fueron dos besos, no tres, así que aparta tu culo de él.

—Uy, Jeon Park Min Jungkook se ha puesto celoso.

—Cállate.

—Me he portado mal, ¿verdad? Castígame por ser un chico malo.

Jungkook lo miró de mala manera, pero su pícara sonrisa le dio a entender que había llegado el momento de irse a casa.

—Vaya, qué tarde es— Jungkook agarró a Taehyung de la mano —Nosotros ya nos vamos. Gracias por todo, ha sido una fiesta magnífica.

El menor tiró de Taehyung y juntos salieron de la vivienda entre risitas.

—Son como dos adolescentes, no tienen remedio— Jimin se sentó encima del regazo de Yoongi —¿Te has enfadado?

—¿Por besar a mi hermano para quitarle la culpa al tuyo? Veo a través de ti, mi vida.

Jimin le besó la mejilla con mucha ternura.

—¿Por qué no me lo habías contado?

—JK no estaba listo. Para mí fue un beso inocente, pero a él le preocupaba cómo os lo podríais llegar a tomar. Confesar que me besó es admitir ante vosotros que se rindió y creo que eso le pesaba.

—Comprendo...

—¿Tú no estás enfadado?

—Un poco... Pero porque quería el pito de algodón— Jimin hizo un puchero —TaeTae tiene razón, la vida no es justa.

Yoongi se rió por el nombre que le habían dado al peluche y después lo besó con mucho amor.

—Cariño, ¿quieres tomar un baño conmigo?

—No hay nada que me apetezca más, Jiminie.

Mientras Yoongi y Jimin subían de la mano por las escaleras, Taehyung y Jungkook irrumpían en el salón de su casa besándose apasionadamente. Ambas parejas conectaron ese nueve de julio de una forma muy especial, jurándose, una vez más, amor eterno.

Espero que este capítulo os haya traído un poco de felicidad. 💜

ARMY, sé que ahora mismo estáis pasando por toda clase de emociones y quiero que sepáis que todas ellas son válidas. Sabíamos que, tarde o temprano, este día iba a llegar. BTS lo ha dicho varias veces, a pesar del ruido de los políticos o de los medios de comunicación, ellos siempre han mantenido que iban a servir a su país. Y ahora lo van a hacer, empezando por nuestro querido Seokjin. A decir verdad, una parte de mí siente alivio porque, al final, han podido decidir ellos mismos cómo hacer las cosas. Independientemente de las presiones externas, de lo que digan unos u otros, o de los políticos avariciosos, los chicos son los dueños de sus vidas. Nadie más. Sé que los vamos a extrañar, son parte de nuestro día a día y es normal añorarlos. No obstante, tenemos una fecha y una promesa; volverán en 2025. Bangtan siempre ha sido un grupo muy sincero. Siempre nos han dicho las cosas como son, así que, POR FAVOR, confiad en ellos. Da igual lo que diga la prensa, el resentido de turno o perico de los palotes, en serio, confiad en ellos. BTS es un grupo excepcional, es uno de esos artistas que solo aparecen una vez en la vida. Cuando regresen, lo harán para seguir con nosotros durante mucho tiempo, ¿entendido? El capítulo 1 ha sido inolvidable. Ahora, démosle mucho amor al capítulo 2 y apoyemos cada trabajo que saquen nuestros chicos. El capítulo 3 solo es cuestión de tiempo y aunque 2025 parece lejano, en realidad está a la vuelta de la esquina. Os mando un abrazo muy grande. Borahae ARMY. 💜💜💜💜💜💜💜

El 28 de octubre sale el single de Seokjin. Va a ser su último trabajo hasta que regrese a casita, así que hagamos que se sienta muy orgulloso y démosle mucho amor. 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro