104
Hoseok despertó con la sensación de haber dormido mejor que nunca. El silencio que percibió a su alrededor incrementó el bienestar que estaba sintiendo, pero lo que mayor dicha le proporcionó, fue ver a Namjoon en la otra punta de la cama.
Seokjin no estaba entre ellos, algo que no le extrañó del todo. Con cuidado se alzó de la cama, dado que no quería despertar a su novio. Mientras lo miraba, se vistió con la ropa del día anterior y después de besarlo en la mejilla, y susurrarle al oído que lo amaba, se desplazó hasta la salita de estar, donde encontró a Mellie.
—Buenos días, princesita. ¿Sabes dónde está Seokjin hyung?
Mellie no se levantó, estaba acurrucada bajo una manta verde y solo se le veía el hocico.
—Hyung ha ido a preparar el desayuno, ¿verdad?— Hoseok le tocó la nariz y la perrita se escondió del todo —No es muy amigo de invocar la comida, seguro que está haciendo algo delicioso para los cuatro.
Mellie no se movió y Hoseok salió de la casa con una sonrisa. El paisaje que se encontró estaba plagado de barrancos, cañones y tierras áridas de distintas tonalidades rojizas. Ayer habían disfrutado de un cielo cubierto de estrellas, pero el aspecto de día era igual de bello que por la noche.
Hoseok cerró los ojos y extendió los brazos hacia los lados, dejando que el sol cubriera cada parte de su piel. La sensación fue tan agradable que, por un breve instante, vació la mente y se olvidó de todo lo que había a su alrededor.
—¿Te estás comunicando con el sol?
—¿Cómo lo sabes?— Hoseok se dio la vuelta y le sonrió pícaramente —Me está contando que la luna se escandalizó anoche por lo que hicimos.
—¿En serio?— Namjoon le siguió el juego sin dudar —¿Y qué le has dicho?
—Que qué hacía mirando si nadie la invitó.
El menor lo abrazó entre risas y Hoseok se dejó querer. Había añorado tanto el contacto físico con su chico, que cuando sucedía, atesoraba cada segundo.
—¿Sabes dónde está Seokjin hyung?
—Creo que ha vuelto a casa a preparar el desayuno— Hoseok se sujetó de su cintura y ambos comenzaron a dar vueltas como si estuvieran bailando —No imaginé que fuéramos a necesitar una cocina y por eso no la instalé.
A Namjoon le parecía lo más lógico. Seokjin demostraba su amor con la comida y después de lo de anoche, querría servirles algo contundente para que recuperasen las fuerzas.
—¿Has dormido bien?
El menor asintió. Estaba un poco cansado, pero había dormido de maravilla.
—Hobi, sobre anoche...
—Sé que tienes muchas preguntas, pero es mejor esperar hasta que estemos los tres juntos.
Namjoon estaba de acuerdo. Después de lo de anoche, no podían mirar hacia otro lado. Debían hablar sobre su relación, definir qué eran y cómo querían seguir adelante. Afortunadamente, Hoseok parecía estar tan dispuesto como él a afrontar esa conversación.
—Joonie, ¿me das un beso?— pidió mostrando un adorable puchero —Necesito un besito.
—¿Dónde lo necesitas?
—Aquí— se señaló la boca —Justo aquí.
Namjoon rozó sus labios cuando Mellie ladró enérgicamente desde la puerta. La pareja se sobresaltó un poco dado que el ladrido había sonado mucho más fuerte de lo habitual. Al mirar hacia la perrita se dieron cuenta de dos cosas; Mellie había crecido mucho y además tenía un papel bajo la pata derecha.
—Vuelve a ser la Mellie de Inyeon— se sorprendió Hoseok —Joonie, ¿qué está pasando?
El menor se inclinó para quitarle el papel y bajo un inquietante silencio, comenzó a leer lo que estaba escrito.
Namjoon, Hoseok... Gracias por todo.
Namjoon no pudo proseguir tras finalizar el primer párrafo. No había que ser un genio para entender lo que seguía y aunque quería, no halló valor para continuar leyendo. Hoseok lo vio tan afectado que decidió leerla en su lugar, algo que su novio agradeció porque, de lo contrario, no habría sido capaz de terminarla.
Namjoon, Hoseok... Gracias por todo. Guardaré el recuerdo del día en el parque de atracciones y la noche que pasamos juntos como mi mayor tesoro. Espero que algún día nos volvamos a ver... Hasta entonces, os deseo mucha felicidad en vuestra relación. Por favor, cuidad de Mellie en el otro lado. Seguro que a Minjun le encantará pasar tiempo con ella. Gracias por hacerme feliz. Lo he sido mucho más de lo que imagináis.
Kim Seokjin.
Namjoon dejó caer la carta y la suave brisa la desplazó varios metros. La felicidad que había sentido desde que abrió los ojos, se desvaneció con la misma rapidez que se alzó la ansiedad.
—Nos ha echado de su orbit...
—¿Por qué dices eso?
—Es lo que dijo que haría... Creo que ahora mismo estamos en tu orbit, Hobi, porque tú creaste este lugar.
—¿Mi orbit?
Namjoon se tuvo que sentar en el suelo. Tenía la sensación de que le iba a dar un ataque de ansiedad. Hoseok le pidió que cerrara los ojos e intentara controlar la respiración, algo que hizo a duras penas.
—Joonie, aunque nos haya echado de su orbit, eso no significa que no podamos buscarlo.
Namjoon creía que podían buscarlo, aunque no estaba seguro de si daría resultado. La ansiedad lo estaba comiendo vivo, pero, afortunadamente, Hoseok parecía estar mucho más tranquilo que él.
—Tú has estado más tiempo con Seokjin hyung que yo, seguro que puedes sentir su presencia— Hoseok se apartó de Namjoon para darle más espacio —Cierra los ojos y concéntrate en él. Piensa en su rostro, en su cuerpo... Visualiza su cara lo más nítida que puedas.
—No lo siento...
—Inténtalo otra vez.
Namjoon volvió a visualizar a Seokjin, tal y como le había sugerido Hoseok. Lo imaginó en su jardín, trabajando en el huerto como hacía todos los días, pero cuando el mayor alzó la cabeza y lo miró a los ojos, la imagen de él se desvaneció, dejando una oscuridad muy inquietante.
—No lo siento— Namjoon se desmoronó por completo —No logro sentirlo... No puedo... No está...
Hoseok lo abrazó inmediatamente.
—Va a estar solo durante años... Va a estar completamente solo...
—No lo va a estar porque tú y yo lo vamos a encontrar.
—No entiendo nada... ¿Por qué se ha ido? Pensé que estaba feliz, pensé que estaba a gusto... ¿Qué hemos hecho mal? ¿O he sido yo? Dime, Hobi. ¿He hecho algo mal?
—No, mi amor. No has hecho nada mal. Te aseguro que Seokjin hyung estaba feliz, pero al despertarse ha debido sentir miedo.
Namjoon no pudo contener el llanto por más tiempo. Había tratado de evitarle ese destino, pero había fracasado y estaba tan aterrado por lo que podría llegar a pasar, que no sabía qué hacer.
—Lo vamos a encontrar— Hoseok se lo prometió a los ojos y en un tono muy firme —Te juro que lo vamos a encontrar.
Seokjin contempló una y otra vez la misma escena; no podía apartar la mirada de las olas que se rompían al llegar a la orilla. Solo habían pasado un par de horas desde que echó a Hoseok y Namjoon de su orbit y el dolor, la ansiedad, el miedo y la pena, se hacían insoportables.
Seokjin apretó el peluche de cangrejo contra su pecho, sintiendo un inmenso vacío en el corazón. Había tomado esa decisión de forma precipitada, creyendo que después de lo de anoche, todo volvería a lo de antes. No veía posible que un encuentro como ese se pudiera volver a repetir y además, temía que, a la larga, su presencia pudiera crear tensión entre Hoseok y Namjoon.
Encima, tampoco podía permitir que se quedaran por él. No habían hecho nada malo, no era justo que tuvieran que pasar el mismo tiempo que él en El Umbral, cuando podrían estar disfrutando de la compañía de sus seres queridos en el otro lado.
Y a pesar de todo, Seokjin se arrepentía profundamente de haber tomado esa decisión. Quería volver con ellos, necesitaba volver con ellos y no podía. Había tratado de encontrar a Namjoon, pero no lo había sentido ni una sola vez. Era como estar enfrente de una inmensa muralla de hielo, sabía que estaban al otro lado y no podía cruzarla.
¿Por qué se había precipitado? ¿Por qué había sentido tanto miedo de ser rechazado? Cuando se despertó entre ellos, lo primero que sintió fue una inmensa y genuina felicidad. ¿Por qué ese bienestar había cambiado cuando se levantó de la cama?
Seokjin quiso llorar, pero ya no le salían más lágrimas. Había llorado de rabia, de pena y de desesperación hasta quedarse sin fuerzas y ahora, solo podía lamentarse por lo que había hecho.
—Por favor... Quiero volver con ellos...
Seokjin escondió el rostro entre los brazos. El silencio en su orbit era desgarrador. Ya no había peces o pájaros u otros seres vivos. Con la ausencia de Hoseok, su orbit volvía a ser una prisión de oro, aislada y fría.
¿Por qué no se había quedado con ellos si era lo que realmente quería? ¿Por qué había cedido ante un miedo tan irracional? Ahora nunca sabría lo que habría pasado si se hubiera quedado. Ahora jamás tendría una respuesta a las miles de preguntas que lo atormentaban.
En dos horas había aumentado su desesperación hasta tal grado, que no podía ni imaginar cuan grande sería en dos años. ¿Cómo iba a recibir a Yoongi y Taehyung si perdía la cabeza? ¿Por qué no le había hecho caso a Namjoon?
—Por favor... Quiero volver con ellos...
Entre tanto dolor, el sonido del mar era su único consuelo. No podía volver a casa, había demasiados recuerdos allí y además, no soportaba el silencio. Necesitaba escuchar el sonido de los golpes que le daba Namjoon al saco de boxeo, las pisadas fuertes de Hoseok al subir y bajar por las escaleras o los ladridos de Mellie cuando jugaba con la pelota. Necesitaba ver la expresión serena de Namjoon cuando leía un libro, oír la risa alegre de Hoseok cuando veía alguno de sus culebrones favoritos o los ruiditos que hacía Mellie cuando estaba soñando.
—Por favor... Quiero volver con ellos... Por favor...
Seokjin seguía con la cabeza entre los brazos cuando alguien lo abrazó por la espalda. El contacto fue algo brusco, pero bien sabía a quién le pertenecía el cuerpo que lo arropaba.
—¡Maldito idiota! ¿Cómo puedes hacernos esto? ¡Eres un maldito cabeza hueca!
Seokjin se giró con miedo a estar soñando, pero no era un sueño, allí estaba él, con los ojos llorosos y una expresión de puro enfado. Namjoon quiso insultarlo, pero se quedó callado cuando el mayor lo abrazó entre lágrimas.
—Lo siento... Lo siento mucho... Perdóname Namu... Lo siento mucho...
El enfado de Namjoon se disipó completamente. Había tenido tanto miedo de perderlo, que ahora que volvían a estar juntos, solo quería protegerlo.
—No vuelvas a irte, hyung... No lo vuelvas a hacer...
—No lo haré, te juro que no lo haré— Seokjin se sujetó de su espalda con todas sus fuerzas. No podía creer que Namjoon estuviera allí con él —¿Cómo me has...? Yo no he podido... No he podido volver... No te he encontrado...
El alivio que sintió Namjoon al saber que había intentado regresar con ellos fue enorme. No sabía en qué estado mental lo iba a encontrar y si iba a insistir en quedarse allí, pero lo que tenía claro era que no iba a permitir que se quedara solo. Aunque tuviera que arrastrarlo por la fuerza, no podía acceder a que se autoimpusiera un aislamiento tan cruel.
—No te he encontrado yo, ha sido Hobi.
Seokjin siguió la mirada de Namjoon y ahí estaba Hoseok, a varios metros de él, sosteniendo a Mellie entre sus brazos. El pelirrojo lo saludó con la mano, pero el mayor no aguantó el cúmulo de sentimientos y emociones, y se derrumbó otra vez.
—Parece que hyung necesita unos minutos más— le dijo a Mellie, que volvía a ser una cachorrita —Sé que quieres ir con él, pero ten paciencia. Ahora el tío necesita a Joonie.
Hoseok le concedió espacio para que se desahogara entre los brazos de Namjoon y Seokjin logró recuperar la compostura después de varios minutos de intenso llanto. El pelirrojo soltó a Mellie cuando Namjoon se lo indicó y la perrita se lanzó sobre el mayor con una inmensa alegría.
Mellie no dejó de lamerle el rostro hasta que oyó su risa. En ese momento, se apartó de él, ladró con fuerza y se alejó hasta la orilla del mar como si su trabajo hubiera concluido.
—Es preciosa, ¿verdad?— Hoseok se sentó al lado de Seokjin —Me duele decirlo, pero parece que ha decidido que tú eres su tío favorito.
El mayor lo abrazó con tanto ímpetu, que el pelirrojo cayó de espaldas sobre la arena. A Namjoon le aceleró el corazón ver a Seokjin abrazado al torso del mediano mientras Hoseok le acariciaba la cabeza.
—Namjoon me ha dicho que me has encontrado. No sé cómo darte las gracias por lo que has hecho...
—Es por la conexión que tenemos— explicó con la mirada en el cielo —Pasamos veinte años juntos en la línea original, por eso no me ha resultado difícil encontrarte.
Seokjin se alzó confuso y miró a Namjoon en busca de respuestas, pero el menor estaba tan impactado como él.
—Tuve una conversación con la praesidio— Hoseok se volvió a sentar, aunque esta vez lo hizo enfrente de ambos —Ella me lo mostró todo, así que no tenéis que contarme nada.
—Pero Hobi... Pero... ¿Desde cuándo lo sabes?
—Me enteré hace dos días, aunque ya intuía que había algo raro. Desde que conocí a Seokjin hyung en Inyeon, he sentido una extraña atracción hacia él que, desde mi muerte, ha aumentado— Hoseok cogió el peluche y se lo entregó a Seokjin —Si os soy sincero, lo más extraño para mí no fue enterarme de vuestra relación, sino sentir esa inexplicable atracción.
—¿Por eso planeaste la salida?
—En parte— le respondió a Namjoon —Quería comprobar si tú y yo podíamos llevar una relación abierta, ya sabes, aunque el destino haya tenido otros planes para nosotros, en el presente os habéis enamorado vosotros dos y yo no quería destruir ese amor. Lo que no planeé fue lo que ocurrió entre los tres. Iba a dejaros a solas, pero...— Hoseok miró a Seokjin —Supongo que esta atracción que siento por ti no es solo cosa mía.
—Yo también la siento desde que nos conocimos en Inyeon, aunque ayer...
—Ayer fue mucho más fuerte, ¿verdad?
—No soy la clase de hombre que se acuesta con... o al menos no creía que lo fuera— a Seokjin le daba un poco de pudor hablar del tema y comenzó a jugar con el cangrejo para aplacar los nervios —Pero ayer lo quería de verdad... Y no fue por el alcohol o porque me sintiera en deuda contigo, Hoseok. Es que... Me da vergüenza decirlo, pero quería hacerlo con los dos.
—Yo también— Hoseok le apretó el hombro e inclinó la cabeza para mirarle a los ojos —Yo también quería acostarme contigo, hyung.
Seokjin no pudo evitar sonrojarse ante la franqueza de Hoseok.
—Hobi, ¿tienes que ser tan directo? ¿No ves que le da vergüenza?
—Si puedes coger un vuelo directo, ¿para qué vas a coger un vuelo con escala?
Namjoon puso los ojos en blanco y Seokjin sonrió. Hoseok siempre tenía respuesta para todo, en cierta forma le recordaba a alguien muy especial.
—Hyung, ¿te ha asustado que después de lo de ayer te excluyéramos de nuestra relación?
La pregunta de Hoseok también había rondado la mente de Namjoon.
—Me asustó pensar en lo que podría pasar a partir de ahora... Tú y yo no estamos enamorados, Hoseok. Sí, hubo mucha química entre nosotros, pero ¿cómo vamos a hacer para que esto funcione? Ni siquiera sé lo que es esto... Además, no entiendo por qué querrías compartir a Namjoon conmigo...
—¿Por qué no?
Seokjin iba a contestar, pero Namjoon le apretó el brazo y se quedó callado.
—El tiempo que he pasado sin Joonie ha sido el más duro de mi vida. La soledad que he sentido, a pesar de estar rodeado de mis amigos, me ha dejado una herida tan profunda que no se la deseo a nadie— Hoseok notó que a su novio le habían afectado sus palabras y le acarició la mano suavemente —Pero desde que estoy aquí con vosotros, no he vuelto a sentirme solo. Así que dime... ¿Por qué iba a poner a Joonie entre la espada y la pared si lo único que quiero es que sea feliz? ¿Por qué iba a hacerte daño a ti si me has demostrado que eres una bellísima persona? En todo este tiempo podrías haber envenenado el corazón de Joonie y ponerlo en mi contra, pero en lugar de eso, decidiste respetarme a mí y respetar lo que había entre nosotros. ¿Sabes lo impresionado que estoy contigo? De verdad me pregunto, ¿cómo puede existir alguien como tú?
Namjoon notó que Seokjin se había emocionado y lo abrazó por la cintura para hacerle sentir seguro. El mayor no quería llorar, pero la generosidad de Hoseok le había conmovido.
—¿De verdad no me guardas rencor por lo que te hice?
Namjoon también quería conocer sus sentimientos acerca de Nahee, aunque no creía que su novio le guardara rencor a Seokjin.
—Nunca podría odiarte por salvar a mis amigos— Hoseok le alzó el rostro, pero Seokjin tenía miedo de mirarle a la cara —Las personas que amamos tienen una familia gracias a ti. Junggi y Sohee van a crecer en un ambiente maravilloso gracias a ti.
—Lo siento por Nahee...
—Sé que lo sientes, pero si Joonie y yo no te guardamos rencor, ¿por qué te empeñas en castigarte a ti mismo? Tienes que soltar esa carga o no vas a encontrar paz.
—Hazle caso, hyung— le imploró Namjoon al oído —Hobi es mucho más sabio que yo y si él te pide que la sueltes, no te agarres más a ella y suéltala.
El corazón de Seokjin estaba lleno de culpa, pero saber que no le hacían responsable y que ninguno de ellos le guardaba rencor, le hizo creer de verdad, que merecía dejar esa carga.
El mayor ni siquiera se percató de que estaba llorando hasta que sintió las manos de Hoseok secando sus lágrimas. Cuando sus miradas se encontraron, el pelirrojo le sonrió con una expresión tan bonita, que Seokjin tuvo que contener el aliento.
—Mi lugar está aquí contigo y con Joonie, no está en Inyeon y tampoco está en un futuro inexistente. Sohee está bien, así que no tengas pena por Nahee porque yo no la tengo.
—Gracias, Hoseok.
El menor, que había abrazado a Seokjin por la espalda, estaba conmovido, pero también muy orgulloso por cómo estaba llevando Hoseok la conversación. No evadía ningún tema y decía lo que quería, protegiendo en cada momento los sentimientos de Seokjin.
—¿Os puedo contar algo?
—Di lo que quieras, hyung— Namjoon se acomodó en su sitio, formando un triángulo entre ellos —Hobi y yo te escuchamos.
Seokjin desvió la mirada hacia el mar. Antes de decidir qué clase de relación iba a haber entre ellos, necesitaba compartir una parte de su vida. Quizá no era necesario, pero en ese momento sintió el impulso de hablarles de sí mismo.
—Nunca tuve mucho amor dentro de casa, sobre todo desde que mi madre se ausentó por su bipolaridad, y quizá esa falta de amor fue la que me empujó a buscarlo lejos de mi familia— Seokjin volvió a coger el peluche que le había regalado Namjoon —Mi primer amor vivía en el edificio de al lado. Era mi vecino de toda la vida, alguien con quien había jugado en la calle, a pesar de ser tres años mayor que yo. Su sueño era convertirse en actor, quería ser famoso y siempre me contaba sus planes de vivir en Seúl y de ser el protagonista de algún drama.
Namjoon se inquietó un poco. Seokjin había mencionado a su ex en varias ocasiones, pero nunca le había contado nada sobre él y ese secretismo le ponía nervioso.
—Cuando Shinsoo hyung cumplió dieciocho años, dio una pequeña fiesta en su casa y me invitó a dormir. Mientras hablábamos tumbados sobre la cama, comenzó a tocarme y yo consentí. Esa noche tuve mi primera vez y pese a todo lo que pasó después, lo recuerdo como una bonita experiencia.
Hoseok notó que los hombros de Namjoon se relajaron. Era evidente que había temido que a Seokjin le hubiese ocurrido algo similar a lo que le pasó a su hermano.
—Desde ese día comenzamos a salir en secreto. Shinsoo hyung era muy romántico, le gustaba la poesía, el teatro y la música. Me fascinaron sus promesas idealistas y sus planes de futuro, incluso me juró que estaríamos juntos cuando triunfara en la gran pantalla— Seokjin acarició la cabecita de Mellie, que se había acercado a recibir mimos —Como era mi novio, le ayudé a mudarse a Seúl y también lo metí en una audición a través de los contactos de mi padre. Aunque no nos veíamos mucho por la distancia, solíamos quedar en fechas importantes y también hablábamos todos los días. Hasta que un día todo se volvió raro...
Hoseok asumió que el éxito lo había cambiado. Namjoon, en cambio, no se fiaba ni un pelo de él.
—Decidí visitarlo en Seúl, pero me dijo que estaba grabando un anuncio en Incheon, así que me presenté allí por sorpresa. Shinsoo hyung no parecía complacido cuando me vio, aun así, salimos a pasear por la ciudad como hacíamos antes. En realidad no tardé en darme cuenta de los cambios. Estaba más delgado, tenía las ojeras muy marcadas y se mostraba rápidamente irritado.
Namjoon se fijó en que Hoseok había puesto una mirada muy característica. Seguramente ya le habría hecho un diagnóstico de los pies a la cabeza.
—Cuando regresamos a la pensión, comenzamos a discutir por una tontería y entonces me confesó que no había pasado la audición y que trabajaba en clubes de noche desde que se había mudado a Seúl. También me dijo que había sido culpa mía, que no le ayudé lo suficiente, incluso me insinuó que debería haberle comprado el papel para el drama.
—Menudo imbécil.
—El imbécil fui yo, Namjoon... Estaba tan necesitado de amor que acepté la culpa, aunque no la tenía— Seokjin recordó la conversación con malestar —Después me metí en el cuarto de baño, necesitaba recomponerme de la discusión y al tirar algo, que ni siquiera recuerdo que fue, vi un paquete de condones en la basura.
Hoseok y Namjoon intercambiaron una breve mirada.
—Se lo lancé a los pies y le exigí la verdad. Pensé que Shinsoo hyung me mentiría, pero me dijo que iba a esa pensión a follar con hombres de la industria para conseguir contactos y audiciones, y que a pesar de eso, solo le daban papeles de relleno en anuncios regionales. Él sabía que lo estaban usando como un trozo de carne, pero no podía parar... Quería ser famoso a toda costa y no le importaba hasta donde tendría que llegar.
Hoseok sintió lástima por él. Shinsoo parecía ser otra víctima de la industria del entretenimiento, pero también de su propia ambición.
—Puede sonar extraño, pero que me fuera infiel no fue lo que más me afectó. Es que... Shinsoo hyung era un chico muy sano. Siempre lo había sido. En esa habitación, sin embargo, parecía otra persona. Fumaba, bebía y tenía marcas en los brazos... Consumía todo lo que aborrecía.
—¿Se drogaba?
Seokjin asintió a la pregunta de Hoseok.
—Y eso no es todo. Como estaba un poco borracho, se jactó de que solo guardaba los condones para que sus parejas estuvieran tranquilas, pero en realidad no usaba protección— Seokjin apartó la vista de ellos, no se atrevía a mirarlos —Le pregunté inmediatamente si hacía lo mismo conmigo y me dijo que solo cuando me visitó en Daegu. Encima le restó importancia porque, según él, no era para tanto.
Namjoon se tuvo que morder la lengua. Si no dijo nada fue porque Seokjin continuó hablando y no quiso interrumpirle en un momento tan personal.
—Cuando me dijo eso perdí la compostura y la discusión fue a más, hasta que Shinsoo hyung me empujó contra la pared y me golpeé la cabeza. No sé cuantos golpes recibí... Diez o quince... No estoy seguro, me quedé paralizado— Seokjin se tocó el brazo que se lesionó ese día —Cuando cogió la lámpara de la mesilla juró que me iba a matar, pero alguien llamó a la puerta y él se giró... No sé cómo reaccioné, pero lo empujé con fuerza y salí corriendo.
Hoseok y Namjoon lo abrazaron inmediatamente. A Seokjin no le gustaba hablar de su pasado, no quería pensar en los golpes, los insultos y las amenazas, ni en lo asustado que le hizo sentir el hombre al que le había entregado su corazón.
Y aun así, Seokjin creía que debía compartir esa parte de su vida con ellos para que pudieran entender lo feliz que era a su lado. Nunca se había sentido tan querido como lo fue entre sus brazos y quizá ese era el verdadero motivo por el que había huido; a Seokjin le daba más miedo perder el amor, que ser amado.
—¿Llamaste a la policía?
—No, Hoseok... Podría haberle pedido ayuda al chico con el que me choqué al salir de la habitación, pero estaba tan aterrado, que en ese momento no se me ocurrió. Además, apenas podía entender lo que había pasado. Shinsoo hyung nunca había sido violento conmigo, fue algo muy difícil de asimilar.
—Hyung, ¿cómo se llama la pensión?
—Polaris, creo.
—¿Polaris?— Hoseok entendió enseguida por qué Namjoon había preguntado por el nombre de la pensión —¿No crees que...?
—Cuando Hobi y yo fuimos a celebrar mi cumpleaños a Incheon, escuchamos gritos desde el pasillo donde nos alojábamos— explicó con el corazón tan acelerado, que le costaba respirar —Después de llamar a la puerta, un chico se chocó conmigo y luego salió corriendo.
—Joder, Joonie tiene razón— Hoseok se llevó las manos a la cara —Llevabas una gorra, ¿verdad? Ahora te recuerdo... Nos conocemos de allí, por eso me sonabas tanto...
—¿Vosotros me salvasteis la vida?— Seokjin comenzó a sollozar de los nervios —Espera... Es una broma, ¿verdad? Eso no puede ser cierto...
La pareja lo volvió a abrazar y Seokjin se sintió desbordado. No quería llorar, pero las emociones lo habían sobrepasado. No lograba entender hasta qué punto estaban entrelazados sus caminos.
—¿Quieres que volvamos a casa?— Namjoon le besó justo debajo del ojo izquierdo —Podemos hablar de esto cuando estés más tranquilo.
—No, quiero que sepáis todo lo que pasó.
Namjoon aceptó su decisión, aunque tenía sentimientos encontrados.
—Después de volver a Daegu corté lazos con él— Seokjin titubeó. Nunca había pronunciado las siguientes palabras en voz alta, pero debía hacerlo —Un día, cuando estaba trabajando, me encontré mal y fui al hospital... Allí di positivo en VIH...
Hoseok dejó caer la arena que había agarrado con su puño con una gran sensación de malestar en el estómago. Había tenido ese temor desde que escuchó que Shinsoo había practicado sexo sin protección. Namjoon, en cambio, no lo había pensado, por lo que el shock fue mayor.
—Nunca se lo he dicho a nadie, ni siquiera a Yoongi y Taehyung. Siempre me he comportado ante los demás como si no lo tuviera. Me daba tanta vergüenza que lo averiguaran, me sentía tan sucio, que incluso guardaba la medicación en un agujero de la pared, justo debajo de un póster de Judy Garland— Seokjin se sintió algo sofocado al compartir ese secreto con ellos —El estigma internalizado era demasiado profundo. No es que no tuviera confianza con ellos... Es que en ese momento de mi vida todavía no podía afrontarlo.
—No tienes que avergonzarte, lo que pasó no fue culpa tuya— Hoseok le dio un beso en la mejilla —Fuiste muy valiente, hyung. Saliste de una situación muy complicada e intentaste continuar con tu vida, incluso fuiste una persona muy importante para Yoongi hyung y Taehyung.
—Ojalá nos hubiéramos conocido antes, pero ahora que estamos juntos, no te vamos a dejar solo— Namjoon le agarró las manos y las apretó —Hyung, no intentes huir de nosotros porque te vamos a encontrar. Da igual lo lejos que vayas o lo mucho que corras, no puedes librarte de nosotros.
—Joonie tiene razón, aunque haya sonado un poco psicópata.
—Gracias por compartir algo tan personal con nosotros— el menor le besó la mano —A partir de ahora, Hobi y yo cuidaremos de ti.
Seokjin besó a Hoseok en la mejilla y después a Namjoon, una reacción que ninguno de ellos esperó, pero que recibieron con una gran sonrisa.
—¿Sabéis? El nombre de la pensión es muy curioso.
—¿Por qué, Joonie?
—¿Conocéis el cuento de Polaris?— los dos negaron con la cabeza y Namjoon prosiguió —El padre de Polaris decidió que ya era hora de que su hija se desposara y la dejó a ella elegir entre tres pretendientes. Polaris, sin dudarlo ni un momento, afirmó que se casaría con los tres. Su padre, en contra de la decisión, dio un plazo para que trajeran un objeto excepcional que les hiciera merecedor de la mano de su hija. Al cabo de un año regresaron con un espejo, que podía ver en la distancia, unas ramas curativas, que podían revivir a los muertos, y un cofre con el que se podía ir a cualquier lugar del mundo de manera inmediata. Gracias al espejo vieron que Polaris había muerto, a través del cofre se teletrasportaron a su tumba y le aplicaron las ramas para devolverla a la vida. El padre, desconcertado, no sabía quién de los tres debía desposarla, dado que los tres habían sido de importancia para traerla de vuelta. Entonces Polaris lo miró y dijo: ¿Lo ve usted, padre, como me hacían falta los tres?
Seokjin y Hoseok se rieron en completa sintonía.
—Parece que el universo nos ha estado enviando señales desde hace tiempo— Hoseok se quedó pensativo, mirando hacia el mar y después los miró a ellos —Sugiero que le hagamos caso y nos decantemos por una relación poliamorosa en lugar de una relación abierta.
—Yo estoy a favor.
—Joonie, todos sabemos que tú estás a favor.
—Claro, porque os amo— el menor se rió entre dientes —Voy a darme un baño con Mellie.
—¡Joonie...!
Namjoon se alejó a toda prisa. No quería presionar a Seokjin y tenía la sensación de que, si se quedaba con ellos, no le estaba dando el espacio necesario para que pudiera tomar una decisión.
—A veces se me olvida que es el menor...
—Hoseok... ¿Crees que una relación poliamorosa puede funcionar?
—La de mis padres funcionó.
—¿Tus padres...?— esa respuesta le tomó por sorpresa —No sabía que... Oh, vaya...
—Mi madre salía con un chico del pueblo cuando conoció a mi padre. Los tres se hicieron inseparables, siempre estaban juntos, incluso se lo montaron en un granero.
—¿Qué me cuentas?— Seokjin se escandalizó —¿Pero cómo lo sabes?
—Me lo contaron los descarados de mis padres— se encogió de hombros —La cuestión es que los tres se enamoraron y estuvieron juntos durante dos años, hasta que Seojun tuvo un accidente y murió.
—Lo siento...
—Seojun los unió, ¿sabes? Mis padres tenían quince años cuando se conocieron y vivían en un ambiente muy conservador. No creo que en ese momento supieran lo que era una relación poliamorosa, pero surgió de forma natural y se lanzaron a por ello— Hoseok recordó la conversación con sus padres con cierta nostalgia —Mi padre me dijo que mi abuelo lo habría matado si lo hubiera sabido. No sé... Tenían que estar muy seguros para arriesgarse en un sitio tan pequeño.
Seokjin se quedó sin palabras. Ahora entendía mucho mejor por qué Hoseok se lo había tomado con tanta naturalidad.
—Hyung, dejemos que el tiempo lo decida. Mis padres tampoco estaban enamorados y con el tiempo surgió el amor.
—Nunca pensé que esto sería lo mío, pero... Me gusta la idea de estar contigo y con Namjoon.
—Namu. Lo llamas Namu, ¿verdad?— Hoseok le tocó la nuca y Seokjin sintió un leve cosquilleo —Puedes llamarlo Namu.
—Es curioso... A veces me recuerdas a Taehyung.
—Hemos pasado mucho tiempo juntos y ya sabes que todo se pega. No se lo digas, pero a veces conviene ser un poco descarado.
—En toda relación hay un descarado, supongo que en la nuestra lo eres tú.
—Tú también eres bastante descarado, Kim Seokjin— Hoseok le pinchó la mejilla dos veces —Es solo que todavía no me has mostrado tu verdadera cara.
—¿Y en qué te basas para decir eso?
—En que anoche me pediste que me quedara y no precisamente a mirar.
Seokjin le robó un beso entre risas y Hoseok lo miró con una expresión que gritaba, lo sabía.
—Puedo hacer eso, ¿no?— preguntó con una sonrisa traviesa —Ahora que estamos juntos te puedo besar, ¿verdad?
—Y follar, si es lo que te gusta. Soy un versátil dispuesto a disfrutar de la muerte como el que más.
Namjoon vio como Seokjin empujaba a Hoseok entre risas y le dio la sensación de que estaban coqueteando. No podía oír la conversación desde la orilla, pero por la forma en la que se trataban, parecía que iba todo muy bien.
Inquieto se acercó y se arrodilló delante de ellos.
—¿Qué habéis decidido?
—¿No ibas a darte un baño?— Hoseok tiró de su camiseta —¿Por qué sigues vestido? Quiero verte desnudo.
—Es que estoy un poco nervioso...
—Ya no tienes que estar nervioso, Namu.
Los ojos de Namjoon se abrieron ampliamente y poco después, se llenaron de lágrimas por la inmensa liberación que sintió. Las sonrisas de ambos confirmaron lo que tanto había anhelado y que nunca creyó que pudiera volverse realidad.
Namjoon los abrazó mientras Seokjin y Hoseok le aseguraban que no debía preocuparse más, que todo iba a salir bien y que ahora tenían una relación poliamorosa. Lo único que salió de los labios del menor fue gracias, porque estaba tan emocionado que no podía hablar.
De un momento a otro, Namjoon se apartó de ellos, los besó a ambos en la boca y salió corriendo hacia la orilla. Por el camino se fue quitando la ropa, para diversión de Seokjin y Hoseok, que lo animaron desde la arena.
—Está loco— soltó Seokjin cuando Namjoon se lanzó al agua entre gritos —Pero es muy adorable.
—¿Puedo hacerte dos preguntas antes de que nos quitemos la ropa y nos lancemos con él?
—Hazme las que quieras.
—¿Qué pasó con tu ex? ¿Supiste algo más de él?
—Unos días antes de conocer a Jimin y Jungkook recibí una llamada de su madre. Shinsoo hyung había muerto de una sobredosis y quería saber si podía ir a su funeral. La noticia no me sorprendió del todo, pero me afectó porque, a pesar de lo que me hizo, sigo creyendo que el chico con el que jugaba en la calle no era mala persona. Aunque en la pensión me dijo que nunca me había amado, quiero creer que, al menos hasta que se fue a Seúl, sí me quiso.
—Tienes muy buen corazón, hyung.
Seokjin no sabía si era cierto, pero sí notó que Hoseok lo pensaba de verdad.
—¿Y la otra pregunta?
—¿Estabas enamorado de Yoongi hyung?— Hoseok vio que esa pregunta le sorprendió más que la primera —Es lo que cree Taehyung.
—Quiero mucho a Yoongi, pero nunca he estado enamorado de él.
Hoseok supo por su mirada que no estaba mintiendo.
—Ahora me toca a mí— Seokjin comenzó a quitarse la ropa —¿El fisioterapeuta con el que te liaste era pasivo o activo?
—No jodas, ¿tú también?— Hoseok se quitó el pantalón —No se lo dije a Taehyung porque es un pesado, pero como ahora estamos saliendo, te diré la verdad.
—¿Y bien?
—Es activo.
—¡Lo sabía!— Seokjin se emocionó tanto que el mediano se echó a reír —¿Y estuvo bien?
—¿Sinceramente?— Hoseok miró a su alrededor como si fuera información ultrasecreta y se acercó a su oído —Ha sido el mejor polvo que he tenido en la isla.
Namjoon, que estaba nadando con Mellie, se asustó cuando escuchó el grito que pegó Seokjin.
—¿De qué estarán hablando estos dos?— le comentó a la perrita —Algo me dice que no necesitamos saberlo.
La pareja dejó la ropa sobre la arena y caminó lentamente hacia la orilla del mar. En Corea, Seokjin nunca se habría atrevido a nadar desnudo, aunque siempre le había parecido algo muy tentador. En su orbit, sin embargo, podía experimentar todas las cosas que la sociedad coreana no vería con buenos ojos.
—Ve primero, quiero disfrutar un poco más del sol.
Seokjin metió los pies en el agua, pero retrocedió para darle un beso. Los dos se miraron fijamente a los ojos hasta que Hoseok rompió el contacto visual con un beso en la comisura de los labios.
—Joonie te espera.
Seokjin se alejó, pero no sin antes lanzarle un beso con la mano. Hoseok contempló cómo se abría paso a través de las olas, hasta que llegó hasta Namjoon y se lanzó sobre él. La pareja desapareció por un breve instante, pero cuando regresó a la superficie, Namjoon lo alzó y lo besó apasionadamente.
Hoseok sonrió. ¿Qué pensaría Jimin si los pudiera ver?
—¿Pulseras?
—Sí, las tenéis alrededor de las muñecas. Están muy chulas.
—Yo no puedo verlas, Jimin.
—¿Ah, no?— el menor frunció el ceño —No te rías de mí, pero me recuerdan al hilo rojo del destino.
—¿Mellie también la lleva?
—No, solo vosotros tres.
Hoseok miró a Seokjin y Namjoon varias veces, pero él no podía ver las pulseras de las que hablaba su amigo.
—Jimin, ¿pero estás seguro?
—Que sí, hyung.
—¿Y cómo es posible que tú las veas y yo no?
—No sé... Quizá porque estoy entre la vida y la muerte...
En ese momento, Hoseok sintió algo distinto.
—Hyung, ¿estás bien?
—No lo sé, pero...
—¿Pero?
—No te preocupes por mí— Hoseok lo miró con una amplia sonrisa —Te prometo que aquí estaré bien.
—¿Seguro?
—Sí.
—Solo quiero que seas feliz.
—Con Joonie y Seokjin hyung soy feliz.
El hilo rojo del destino los unía, incluso la praesidio se lo había confirmado cuando le mostró su pasado y futuro.
—Llevo más tiempo aquí que el mismo tiempo, y ni una sola vez he interferido por el bien de un humano. Pero, Kim Seokjin, merece ser mi única excepción.
—Espera, ¿no eres humana? ¿Eres una Diosa que controla el más allá o una alienígena que se ha hecho con el control del mundo de los muertos en una batalla de dimensiones épicas?
—No importa lo que soy, importa lo que eres tú.
—¿Por qué?
—Porque tú conectas los hilos.
—Pero... No lo entiendo... Si no has interferido nunca, ¿por qué ahora? ¿Por qué por Seokjin hyung?
—Porque merece ser feliz.
Hoseok sonrió al recordar la expresión de la praesidio. Seokjin había logrado poner de su parte a una deidad-diosa-alienígena y no tenía ni la más mínima idea.
—Hoseok, ¿por qué tardas?
—¡Hobi, ven aquí!
El pelirrojo se metió en el agua justo cuando Mellie salía. La sensación de calma que había sentido desde su muerte se debía a que ellos eran su hogar. Él era la pieza que faltaba, la que los unía a los tres, y después de hablar con la praesidio, su unión cobró mucho más sentido.
Mientras se adentraba en el mar, Hoseok se identificó más que nunca con los sentimientos de sus padres por Seojun. Para él, su felicidad tampoco se limitaba a una persona, y por eso, porque sabía quién era él y qué quería, se abrazó a Seokjin y Namjoon con la certeza de que, con ellos, era con quienes quería pasar toda la eternidad.
Desde que comencé Retrouvailles, he estado dejando pistas muy sutiles sobre la relación de estos tres personajes, especialmente en Mangata. Algunas personas habéis atado cabos y me sigue pareciendo asombroso que no se os haya escapado ni un solo detalle. De verdad, os felicito. Y dicho esto, ¿qué os ha parecido este capítulo? 👀
Por la temática, E/R no abarca tantas clases de relaciones como me gustaría mostrar. Sé que el poliamor no es del agrado de todo el mundo, algunos me lo habéis hecho saber en múltiples ocasiones. A lo largo de estos años, he compartido con vosotros el deseo de no limitarme. Quiero mostrar muchas cosas, buenas y malas, incluso las que me sacan de mi zona de confort. Y eso sigo haciendo después de 5 años. Estoy escribiendo sobre una relación de amor que deseo escribir desde 2019. No tenéis que estar de acuerdo y tampoco os tiene que gustar todo lo que escribo, pero algunas personas necesitáis aprender a no tratar de limitar a los autores por razones que, bien sabéis, solo tienen que ver con vosotros mismos. Si estáis aquí, habéis leído 254 capítulos (269 con los especiales). A estas alturas de la vida, ya deberías saber qué clase de autora soy.
El sábado, 15 de octubre, van a retransmitir el concierto de BTS en Busan, gratis y a través de la aplicación de Weverse. Creo que la mayoría ya lo sabéis, pero igual os dejo un recordatorio por si alguien no está al tanto. Tened una linda semana y disfrutad mucho del concierto. Cuidad de vuestra salud que es lo más importante. 💜
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