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07

Taehyung cerró la puerta del cuarto tras comprobar que Jihyo y Sooyoung estaban durmiendo sobre la cama del dormitorio. El joven regresó al salón sintiéndose mentalmente agotado.

A pesar de la advertencia de Yoongi, Taehyung no creyó que alguien moriría y mucho menos tan pronto. El equipo estaba bien coordinado y sabían protegerse los unos a los otros, pero ¿quién iba a imaginar que tendrían que enfrentarse a pájaros infectados?

El castaño se dejó caer sobre un sofá de color gris. Su grupo había encontrado la vivienda con una familia de infectadas dentro. Entre él y Jihyo mataron a la pareja y a una niña de aproximadamente siete años de edad; luego las dejaron en el pasillo del edificio.

Taehyung se quitó el calzado y se acurrucó entre los cojines. Le dolía la espalda y también le agobiaba la temperatura que hacía en el apartamento. Si hubiera estado solo se habría quitado la ropa pero como no lo estaba, decidió soportar el calor.

Su mirada fatigada se desvió hacia el mueble de la televisión. La fotografía de la menor, sonriendo alegremente junto a sus madres, le provocó una gran tristeza.

Taehyung también detectó varias películas de Marvel sobre el mueble. Las figuras de Black Widow y Scarlet Witch le llamaron inmediatamente la atención. El chico cerró los ojos pensando en Jungkook. Quería volver con él, quería abrazarle y besarle, decirle que todo iría bien, que pronto estarían bien.

La voz de su novio evitó que se sumergiera en un profundo sueño.

—¿Tae? ¿Estás ahí? ¿Tae? ¿Me oyes?

Taehyung se levantó abruptamente del sofá y agarró el walkie talkie.

—Estoy aquí— dijo tras apretar el botón —Justo ahora estaba pensando en ti.

El maknae sonrió al oírle decir eso.

—Sé que hemos hablado hace unas horas pero quería escuchar tu voz— Jungkook se encontraba al lado de la ventana —¿Va todo bien por ahí?

—Todo está bien— Taehyung se volvió a acomodar en el sofá —Le hemos dado un calmante a Sooyoung que hemos encontrado en uno de los cajones. Ella y Jihyo están durmiendo y yo casi me quedo frito pensando en ti— se abrazó a un cojín —Quiero verte... Se me hace raro estar sin ti.

—A mí también— respondió con anhelo —No me gusta que estemos separados... Si no estuvieran esos malditos cuervos ahí afuera, ya estaría contigo. Te lo juro.

—Lo sé, cachorrito— Taehyung miró hacia el exterior —No sabes lo que daría por sentir tus manos sobre mi espalda— resopló dolorido —Necesito un masaje.

—¿Dónde te duele?— preguntó preocupado.

—En la cintura y en las cervicales— se quejó —Seguro que un buen polvo lo solucionaría— aseguró mimoso —Hazme el amor, Kook, y sálvame de este horrible dolor.

—¿Por qué no buscas una pomada contra el dolor muscular?— respondió Yoongi en lugar del maknae —No soy médico pero me parece que eso sería más efectivo.

Taehyung estuvo a punto de caerse del sofá; Jungkook por otro lado se sonrojó fuertemente.

—Hyung, estoy hablando con mi novio— bufó indignado —No te metas en conversaciones ajenas, es una falta de educación.

—Le dijo la sartén al cazo— Yoongi puso los ojos en blanco —Escucha, niño. Los walkie talkie están para que nos podamos comunicar en caso de emergencia, no para que te bajes el calentón con tu novio— le regañó —¿Qué vamos a hacer si se agotan las baterías? ¿Eh? ¿Has pensado en eso, genio?

—Venga, no íbamos a tener sexo wakieniano— se quejó —Solo estábamos rebajando la tensión.

—Sí claro— respondió incrédulo; luego miró a Jungkook —No te enrolles, que te conozco— le entregó el aparato.

El maknae esperó a que su amigo desapareciese por la puerta.

—Qué vergüenza— murmuró el menor —Ojalá pudiéramos hablar por teléfono. Así no hay privacidad.

—Me temo que esa época ya pasó— resopló frustrado —Al menos no tenemos que comunicarnos con señales de humo. ¿Te imaginas? Seguro que entendería todo al revés.

—Nuestra vida se ha vuelto tan complicada... Es desesperante.

Taehyung notó el fuerte cambio de humor en su voz.

—Cuando vuelvas conmigo te mostraré lo que nunca se va a complicar— dijo en un tono seductor —Guarda lo que encuentres en el apartamento, ya sabes, para que tengamos en la isla con qué darnos duro— Taehyung hizo un ruido obsceno con la lengua.

Jungkook sonrió para sus adentros. Su novio siempre sabía cómo mejorar su estado de ánimo.

—En unas horas volveré a darte un toque. Busca una pomada y duerme, necesitas recuperarte.

—Soñaré contigo— prometió —Te amo.

—Y yo a ti— respondió Jungkook antes de finalizar la conversación.

Ambos se quedaron en silencio, mirando hacia la nada. Aunque la preocupación había disminuido un poco, estar separados bajo aquellas circunstancias era difícil de sobrellevar.

Jungkook posó la vista sobre la puerta del dormitorio. Eunha y Jackson se encontraban allí, hablando sobre lo ocurrido e intentando darse consuelo.

Yoongi pasó a su lado, concentrado en seguir inspeccionando cada rincón del piso. El temor por si se había dejado algún detalle sin comprobar le mantenía alterado. El mayor del grupo sabía que la vivienda estaba bien sellada y que no entraría ningún infectado. Aun así no lograba descartar la idea. Prefería pecar de cuidadoso antes que tener que vivir otra tragedia.

Yoongi regresó a la cocina y vio a Jimin sentado sobre una silla vieja, observando cómo Mellie engullía su lata de pienso. El sedante había dejado de hacer efecto y ahora la Shiba Inu comenzaba a recuperarse.

El rubio resopló al ver cómo su novio se disponía a abrir la nevera.

—Yoongi, ya la has comprobado cinco veces— comentó algo frustrado —Lo único que vas a encontrar ahí es la misma mierda podrida de hace diez minutos.

—Ya— el chico la cerró sin inmutarse por el desagradable olor —Pero si hay osos, lobos, ciervos y pájaros infectados, también puede haber otro tipo de animales.

—Es probable pero cielo, esos animales no están aquí— Jimin moderó su tono —Hemos encontrado el piso sin gente. La pareja que vivía aquí debió huir con su perro y por cómo está todo de desordenado, se habrán llevado algunas de sus pertenencias. Eso es todo. Nadie más ha entrado aquí.

—¿Y las ratas?— insistió —Puede que haya ratas o cucarachas o...

—No hay nada de eso— Jimin le hizo un gesto con la mano para que se acercase —Ven aquí. Por favor, ven aquí.

Mellie dejó de comer por un segundo para ver cómo el mayor caminaba a regañadientes hacia su novio y Jimin lo obligaba a sentarse sobre su regazo.

—Tienes que relajarte— el rubio lo abrazó por la cintura —Has asegurado toda la planta. Todos estamos a salvo...

—Por ahora— le cortó.

Jimin contempló su ceño fruncido y la preocupación que transmitía su mirada.

—Por ahora estamos bien— recalcó en un tono más suave —Sé que estás de los nervios por lo que ha pasado y también porque TaeTae no está con nosotros, pero tienes que tranquilizarte. Eres el líder de este grupo. Si dejas que el pánico te domine, nos terminará dominando a todos y entonces sí vamos a estar bien jodidos.

La mueca que hizo le transmitió que sus palabras comenzaban a surtir efecto.

—Soy un novio liberal pero no tan liberal como para que jodas a otra gente— soltó dramáticamente —Hay límites, Yoon.

—Pasas demasiado tiempo con Tae— Yoongi le tiró de la mejilla, haciéndole sonreír con ese gesto —Lo siento, cariño— el chico le acarició la comisura de los labios con el pulgar —No dejaré que la situación me sobrepase.

—No lo hará, ¿y sabes por qué? Porque me tienes a mí— el rubio le miró con afecto —No voy a dejar que cargues con todo.

Yoongi se inclinó ligeramente, presionando su boca contra la suya. Jimin subió la mano por la espalda del joven mientras sentía cómo su novio paseaba la lengua por el borde de sus dientes. La puntita se abrió un hueco, trazando su camino a un ritmo muy lento. Los roces que sintió Jimin en su interior se fueron intensificando progresivamente, conforme sus lenguas se enredaban más y más en un intenso y apasionado vaivén.

La pareja se separó en cuanto notaron cómo el calor comenzaba a apoderarse de ellos. Ambos se miraron a los ojos, conscientes de lo mucho que ese beso había alterado sus cuerpos.

—No es el momento más adecuado— carraspeó Yoongi.

—Tu hermano suele decir que ya no existe el momento adecuado— Jimin se humedeció los labios, saboreando el cosquilleo que había dejado su chico sobre ellos —El problema no es el momento, sino el lugar.

—Cierto, este es un apartamento pequeño y siendo realistas, Jungkook no nos dejaría acabar.

Los dos se rieron entre dientes.

—Te amo— le dio un pico antes de que Yoongi se levantase. 

—Yo te amo mucho más— sonrió más calmado —Voy a ver cómo está tu hermano.

—Ahora te alcanzo— Jimin se levantó para llenarle un cuenco de agua a Mellie.

Yoongi volvió al salón mucho más centrado. La conversación con su novio le había quitado un peso de encima.

—Jungkook— el mayor encontró a su amigo al lado del sofá rojo, guardando varias cosas en la mochila —¿Qué haces?

—Ah, eh— el maknae quiso cerrar la cremallera rápidamente pero se quedó pillada —N-Nada.

Yoongi evitó pisar algunos de los juguetes del perro que estaban tirados por el suelo.

—Vaya— se posicionó a su izquierda —¿Para qué necesitas tanto jabón? ¿Quieres llenar el mar de espuma?

—N-No— Jungkook se sonrojó; le daba corte contarle para qué lo quería —Es... Ya sabes...

Yoongi le miró un poco desconcertado. El chico notó sus mejillas sonrojadas y el claro nerviosismo que desprendía.

—¿Estás guardando el jabón para tener sexo?— preguntó sin tapujos.

—No he encontrado otra cosa... Así que...

—Jungkook, no puedes utilizar eso— negó con la mano —A menos que quieras que te arda el culo.

—¿Eh? Pero Tae dijo...— el maknae le miró muy confundido —Él dijo que lo podía usar. No entiendo...

—El jabón te irrita la piel, no es aconsejable— explicó con mucha calma —A mi hermano se le desconecta el cerebro cuando está contigo. Ya me entiendes.

Jungkook se sintió como un idiota. Yoongi notó su terrible incomodidad y le señaló el sofá para que tomase asiento.

—No tienes que avergonzarte, no tuviste ocasión de averiguar todas estas cosas— se sentó sobre la banqueta negra, justo enfrente de él —¿Quieres que te explique lo que puedes utilizar?

—Yo...— el maknae sintió ganas de salir corriendo. Le daba un corte terrible hablar con él de ese tema —Bueno...— Jungkook alzó la mirada avergonzado —¿Puedes explicármelo todo, por favor?

Aquella escena dibujó una sonrisa en el rostro de Jimin. El rubio había presenciado la conversación, al igual que Mellie, que se había tumbado tras llenarse la pancita. 

El primo de Namjoon se acercó en silencio y agarró el walkie talkie disimuladamente. Luego regresó a la cocina para contactar con Taehyung. El castaño casi se cae del sofá al oír su voz.

—¿Qué ocurre?— preguntó con la boca pastosa —¿Ha pasado algo?

—No. Bueno, sí, pero no es grave— susurró contra el aparato —Tu hermano le está dando una clase de sexo a Jungkook.

—¿Cómo?— se levantó de sopetón —¿Está tocando a mi hombre?

—¿Qué? ¿Pero qué paloma te ha cagado en el cerebro?— se alteró, atrayendo las miradas de Yoongi y Jungkook hacia él. Jimin se escondió inmediatamente detrás de la pared de la cocina —Le está dando una clase verbal, estúpido.

—¿Cómo iba a saberlo? Estaba durmiendo y lo primero que me sueltas es que mi hermano le está dando una clase de sexo a mi novio— se quejó ofendido —¿Pues qué esperas que piense? Casi me da un puto infarto, idiota.

—Cualquier cosa menos esa, merluzo. ¿Crees que estaría tan tranquilo si sucediese eso?

—No. Supongo que entrarías en modo John Wick— se dejó caer sobre los cojines —A ver, explícame por qué cojones le está dando una clase a mi cachorrito.

—Por algo que le dijiste— Jimin se sentó en el suelo —Jungkook estaba guardando todo el jabón de la casa, ya sabes, en plan escarbato.

—¿En serio?— a Taehyung le dio la risa —Ay, mi bebé. Es tan adorable.

—¿Se puede saber qué le dijiste?

—Fue en el búnker. Estábamos solos y me entró un calentón de la hostia— se acomodó de costado —Por desgracia no teníamos nada a mano, así que le dije que me follara con saliva o jabón. Ya sé que no es lo más adecuado pero coño, me moría por estar con él.

—¿Sabes? Eso me recuerda a un caso que leí hace tiempo, de un hombre que tuvo que ser intervenido en un hospital porque se metió un tenedor por el pene. Esas cosas pasan cuando dejas que tu polla se imponga sobre tu cerebro.

—Pero qué puto gilipollas que eres— se escandalizó —¿Tengo que recordarte lo que vi en la esquina de tu cajón negro? Eh, kinky-Jimin. ¿Cuántas veces has usado las bolas anales?

—Cállate, desvergonzado— se sonrojó —Bien que sabes lo que es eso— Jimin alzó la vista hacia la puerta y vio a Yoongi mirándole con los brazos cruzados —¡Hostia! Eh... Yo...

—Lo que le dije a los chicos también va por ti— señaló el walkie talkie —Apágalo, por favor. 

—A mí me tratas a palos y a él le hablas todo suavecito— bufó Taehyung —Como se nota quién te tiene dominado, hyung.

Yoongi puso los ojos en blanco y regresó al salón con Jungkook. Jimin se asomó desde el suelo, observando cómo ambos volvían a retomar la conversación.

—Te dejo, sinvergüenza— susurró —No quiero que me vuelva a reñir.

—¿A eso le llamas reñir? Si casi te pide matrimonio— se quejó —Contigo es tan blando. A veces temo que se convierta en un oso de peluche parlanchín.

—Ya lo es— respondió en un tono coqueto —Es mi osito de peluche.

—Esta conversación se ha vuelto ultra mega cursi— soltó exagerando su desagrado —Me vuelvo a retomar el sueño húmedo que estaba teniendo con tu hermano. Cambio y corto.

Jimin concluyó la charla más animado. Era muy fácil hablar con Taehyung y siempre lograba dejar un efecto positivo, casi balsámico sobre él.

El rubio acarició a Mellie mirando hacia el salón. Yoongi seguía conversando con Jungkook pero su hermano ya no parecía al borde de un ataque de nervios. Estaba tranquilo, un poco colorado quizá pero sereno.

—No sabía que hubiera tantas enfermedades de transmisión sexual— Jungkook frunció el ceño —Sabes un montón de cosas.

—Jin me acompañó a hacerme mi primer reconocimiento. En la clínica solían tener revistas sobre todas estas cosas— recordó con cierta melancolía —En fin, no tienes que preocuparte por eso. Vosotros estáis sanos pero es bueno que tengas algo de conocimiento.

—Gracias, hyung— le hizo una pequeña reverencia.

—No seas tan formal— se levantó y le despeinó el cabello —Eres como un hermano para mí, Jungkook— se dejó caer a su lado —Siempre puedes contar conmigo.

El maknae sonrió ampliamente. Llevaba un tiempo queriendo estar más unido a Yoongi pero en realidad ya lo estaba. Jungkook comprendió que no tenía que sentir envidia hacia Jimin y Taehyung; la relación de ellos era como el fuego, la suya con Yoongi se parecía más al agua.

—En otra ocasión me gustaría hacerte algunas preguntas sobre fetiches— Jungkook quiso añadir «tu hermano tiene unos cuantos» pero se calló —¿Te parece bien?

—Me parece bien. Siempre y cuando no seas demasiado gráfico con lo que haces con Tae.

—No, claro que no— negó con la mano enérgicamente —No hay necesidad de eso.

—Nosotros somos decentes, no como otros— Yoongi alzó el puño y Jungkook lo chocó con el suyo.

Mellie se subió encima de la banqueta. La perrita se sentó sobre sus patitas y los miró a ambos con una expresión adorable. Los chicos se rieron por la ternura del animal pero cuando quisieron levantarla, desapareció entre los brazos de Jimin.

—Lo siento pero Mellie es hija del indecente de TaeTae— dijo con cierto retintín —Así que mejor me la llevo para que no os contagie.

—¿Nos has oído?— Yoongi le miró divertido —No deberías estar escuchando conversaciones ajenas. Es de mala educación.

—Es lo que tiene ser un indecente, ¿no?— le contestó el rubio con cara de póker.

—En eso llevas razón— aseguró su novio —Eres un indecente.

Jimin sonrió con ironía; segundos después le mostró el dedo corazón y se fue a la cocina.

—Me vuelve loco cuando se pone así— el mayor resopló algo acalorado.

—¿Eso es un fetiche?— Jungkook arqueó una ceja.

—Es amor— se levantó y le siguió —Jiminie, espera.

El maknae se quedó atrás.

«Tae no es el único con extraños fetiches. Debe ser cosa de familia»

Jungkook se acercó al dormitorio diminuto pero dudó en abrir la puerta. Después de meditarlo, entró y vio a Eunha tumbada sobre la cama.

—¿Estás bien?— se inclinó un poco sobre ella, rozándole la mejilla levemente con la mano. Eunha asintió pero su mirada transmitía lo contrario —¿Dónde está Jackson?

—En el baño— dijo con voz apagada —Quería estar solo.

Jungkook se acostó a su lado y la tomó entre sus brazos. Eunha agradeció ese gesto desde el fondo de su corazón.

—Primero Seungho oppa y ahora...— su voz se quebró —¿A cuántos vamos a perder?

—No puedo darte una respuesta— le besó la cabeza —Pero puedo prometerte que haré todo lo que esté en mi mano para que no perdamos a nadie más.

—Gracias...

—Tienes que ser fuerte— Jungkook entendía su dolor pero no podía permitir que su amiga se hundiera en la desesperación —Aunque te duela, debes soportarlo.

—Lo sé— la muchacha alzó la mirada —¿Te puedo contar algo?— Jungkook asintió —Yo... Nunca había conocido a alguien como Seungho oppa— comentó acurrucada entre sus brazos —Creo que me enamoré de él a primera vista... Y eso que no creo en el amor a primera vista... ¿Tiene sentido?

—Lo tiene— respondió pensando en Taehyung —Tiene todo el sentido, Eunha.

—Él me dijo que le tenía pánico a los infectados, que si tuviera que enfrentarse a una multitud saldría corriendo— sonrió con tristeza —Qué mentiroso, ¿no?— apretó el rostro contra su pecho —No huyó... Me salvó. Dio su vida por mi...

—Porque Seungho hyung te amaba— la abrazó estrechamente —Su amor por ti no conocía límites.

La muchacha sonrió entre lágrimas. Jungkook no la soltó hasta que Jackson regresó del cuarto de baño. Los ojos del joven estaban rojos, lo que explicaba por qué se había ausentado tanto tiempo. El maknae se levantó de la cama, mirando cariñosamente hacia su amiga, que ahora estaba mucho más tranquila.

—¿Sabes algo de los demás?— preguntó Jackson con la voz rota.

—Todos están bien. En cuanto se retiren los pájaros, seguiremos nuestro camino.

El chico de origen chino no contestó, solo se limitó a tumbarse al lado de Eunha. Jungkook los observó durante varios segundos, luego salió del cuarto y caminó pensativo hacia la cocina.

—Esto no puede estar pasando...

—¿Qué sucede ahora?— preguntó al ver lo alterado que estaba Yoongi —¿Qué pasa?

—Seokjin hyung no responde— explicó Jimin inquieto —No sabemos por qué.

—¿Jin? ¿Jin, sigues ahí?— insistió Yoongi —¿Jin? ¿Me oyes?

La ansiedad en la voz del mayor creó una gran angustia en Jungkook.

—¿Jin? Háblame, por favor. ¿Jin?— las lágrimas comenzaron a inundar sus ojos —Jin, ¿dónde estás? Hyung... Te lo suplico... ¡Contesta! 

Algunos se llenan la pancita, otros tratan de dormir (sin fortuna), otros imparten y reciben clases de educación sexual, otros cotillean... Cada uno intenta evadirse como puede. Pero claro, la "falsa calma" no podía durar mucho tiempo. ¿Qué ha sucedido con Seokjin? ¿Por qué no le responde a Yoongi? ¿Habrá pasado algo en El Umbral? 👀

La respuesta la tendréis el lunes que viene. Que tengáis una linda semana. Cuidaros mucho. Besos~ 💜

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