43.- Cerradura Indiscreta
Alice y Frank se sonrojaron hasta el cuello al ver a Severus Snape entrar a la cocina, ambos recordaban como habían pedido a gritos un body shot en el pocionista unas horas antes de caer rendidos en un sillón, la mayoría de los invitados ya se habían retirado, solo quedaban ellos y Mirlo quien por cierto soltaba ricitas tontas con la cara pegada a la mesa.
La bruja parecía haber perdido todo el glamur que la acompaño la noche anterior, su cabello normalmente lacio estaba hecho un desastre pero sus oscuros ojos color chocolate brillaron divertidos al ver entrar al pocionista, aun así no se sintió con fuerza para levantar la cabeza solo se quedo ahí soltando ricitas.
Severus ni siquiera los notó, hasta que escucho a Mirlo, pero estaba con resaca así que se limito a ir al refrigerador y sacar su bebida favorita para la cruda y solo hasta que se bebió la mitad de la lata se dio cuenta que todos miraban fijamente su vientre.
- No le voy a dar a nadie un body shot en mi ombligo.
- Y yo que me quede solo por eso.
- Mirlo...- Sirius apareció casi como invocado en la entrada de la cocina y le dedico una mirada amedrentadora a la azabache mientras caminaba hasta el pocionista- Bellus, no deberías andar por ahí tentando a los invitados.
El pocionista le mando una mirada confundida al merodeador mientras este le abrochaba la camisa como a un niño pequeño para ocultar ese coqueto ombligo.
- Solo es un lunar, no es como que los esté invitando a hacer travesuras Black.
- Pues yo siento que ese lunarcito quería un besito.
Alice y Frank se pusieron rojos hasta las orejas y no solo por la declaración de Mirlo, ninguno de los dos se esperaba ver a Sirius Black prácticamente vistiendo al ex Slytherin como si fuera cosa de todos los días.
- ¿Quién quiere un besito?
James entro seguido de Lily justo cuando Sirius ya había terminado de cerrar la camisa del pálido mago y se disponía a sentarse a la mesa.
- El lunar de Severus- la respuesta de Mirlo fue automática- ¿Cómo es que nunca supimos de esa belleza en tu pancita?
Lily prácticamente se derrumbo en un asiento ignorando a la pelinegra mientras James se sentaba junto a ella intentando no sonrojarse demasiado pensando en ese jodido y sexy lunar.
- No es como que yo ande por ahí enseñándole el ombligo a todo el mundo.
- Que pena, de haberlo visto antes te quito la virginidad en esas clases de pociones que nos dabas.
- ¿Que te hace creer que yo era virgen en sexto?
Esa pregunta le dio un golpe de energía a la bruja y de inmediato se enderezo mirando al pocionista con los ojos iluminados, mientras Alice y en Frank quedaban boquiabiertos, nada que ver con el par de merodeadores que de repente se derrumbaron pegando las caras a la mesa con mucha desgana, Lily solo bostezo.
- ¿Perdiste la virginidad en quinto curso?
Severus solo negó ante la pregunta de Alice antes de sentarse junto a Sirius, el par de animagos intercambio una atónita mirada sin despegarse de la mesa y Frank soltó la siguiente pregunta con asombro.
- ¿En cuarto?
- Fue en tercero.
Lily soltó un resoplido después de su apática declaración y dejo pálidos a todos los presentes, aunque solo James y Sirius sintieron un desagradable vacio en el estomago ¿Por qué Lily sabia eso?
- ¿¡Tercero!? - Remus Lupin acaba de aparecer en la entrada de la cocina y al parecer había tomado un baño pues su cabello seguía húmedo- ¿¡Perdiste la virginidad antes que Sirius!?... Espera... ¿Lily tu como sabes eso?
James y Sirius se negaron a levantar las cabezas de la mesa, ¿por qué carajos Moony no podía dejar pasar esos detalles y por qué todos parecían tan interesados en la respuesta mientras que Lily y Severus parecían tan indiferentes con el tema?
- Podría darte una cátedra de la vida sexual de Severus. Apuesto que a alguien aquí le serviría el curso.
- Yo me apunto.
- ¡Mirlo!- Bueno al menos el descaro de la bruja había servido para que Sirius levantara la cara.
- ¿¡Que!? No es justo que solo Evans se lo haya tirado.
- ¡Yo no me lo tire!
- Lily y yo nunca hemos tenido sexo, pero sabemos todo el uno del otro y eso incluye nuestras primeras veces... y todas las demás.
Por un momento James había respirado con alivio y al segundo siguiente volvió a desmoronarse en la mesa, no es como que pensara reclamarle nada a su pelirroja, sabía perfectamente que no tenía ningún derecho a hacerlo ni aunque fueran pareja, además él tampoco era virgen.
Sirius se enderezo con el seño fruncido al recordar algo un tanto perturbador, el cretino de Rosier había intentado aprovecharse de su Bellus en tercero, acaso ese imbécil lo había conseguido... y porque su Bellus no le había dicho... vale, no era lo mismo confesar que alguien había intentado aprovecharse de ti que confesar que en realidad había logrado hacerlo.
A Sirius le dieron nauseas solo de pensar en eso y en un rincón un poco más egoísta se sintió herido, él creía que ya había logrado cierto grado de confianza con su numen, pero al parecer se había equivocado.
Mirlo capto un fugaz destello de algo confuso, irritado y herido en la mirada del ojigris y antes de que el animago se hundiera en oscuros pensamientos la bruja tomo la palabra.
- Un momento...- Mirlo miro a Severus casi con seriedad y el pocionista le regreso una mirada expectante- ¿Lo hiciste a los trece?
El ligero sonrojo del pocionista era casi como un bálsamo para Sirius y aunque sintió un doloroso pinchazo en el pecho, la evasiva mirada de su numen solo podía significar que había sido voluntario, y por supuesto Sirius lo prefería así.
- Bueno, nadie aquí salió virgen del colegio...
Frank y Alice se sonrojaron, todos sus amigos cercanos sabían que habían tenido su primera vez juntos antes de la graduación, entonces Remus levanto la mano con cara inocente pero Lily lo tomo de la muñeca y lo obligo a bajarla.
- Lo de Nerine cuenta- Ahora si hasta Severus se quedo boquiabierto pues al parecer ninguno de los presentes sabía ese detalle del licántropo y a Remus no le quedo más que bajar la mano lentamente con un notorio sonrojo en aumento.
Después de casi veinte minutos de interrogatorio la primera vez de Remus con la tierna Nerine quedo al descubierto, veinte minutos en los que Regulus Barty y Peter se habían unido a la comitiva en la cocina, habían tenido que ampliar la mesa e invocar sillas, y Severus se había puesto a cocinar encantando de no ser el centro de atención en esa conversación.
- Y yo aquí pensando que Nerine moriría virgen.
- ¡Barty!
- No finjan que no lo creyeron también, ella siempre se las daba de ser muy santurrona.
Regulus se había sobresaltado con el grito de la pelirroja pero no tardo en defender el punto de su amigo, Alice y Lily estaban por saltar en defensa de su amiga ausente y Severus decidió interrumpirlos justo en ese instante.
- La comida esta lista.
- Perfecto, llevo toda la mañana con un sabor extraño en la boca.
- No me extraña con todo lo que te tragaste anoche, Siri.
- ¿A qué te refieres?
Sirius parecía sinceramente confundido y todos voltearon a ver a Mirlo como buscando una explicación a su comentario fuera de lugar, todos excepto Remus, que parecía encontrar su huevo frito increíblemente fascinante.
Las mejillas de la bruja se sonrojaron rápidamente segura de que acababa de meter la pata, ¡Por Merlín! Sirius no lo recordaba y por la cara del pocionista era seguro que él tampoco.
- Este... bueno... es que anoche...
***flashback***
Mirlo había estado por salir al balcón al ver que estaba nevando y alcanzo a ver el dulce beso que compartieron los pelinegros. Aun siendo un fracaso en el amor la bruja se consideraba una romántica incurable y ver a los que alguna vez se juraron enemigos naturales besarse de esa manera casi la hace soltar un chillido de emoción.
La bruja apenas y alcanzo a escuchar las cursilerías de Black y no dudo en seguirlos hasta la biblioteca de forma discreta... discreta para una bruja adolecente ebria, así que podría decirse que era una fortuna que las luces aun no regresaran a la normalidad y que la música siguiera alta.
Cuando los vio encerrarse en la biblioteca ella intento entrar pero no pudo abrir la puerta, no estaba segura si era por su estado etílico o por algún hechizo de Sirius, pero eso no le impediría echarles una ojeada al par de magos, así que se puso de rodillas y susurro un hechizo a la perilla de la puerta, de inmediato el ojo de la cerradura se ensancho y ella se dedico a mirar.
Sirius hizo girar a su Bellus con gracia para él en medio de la pequeña sala de lectura y lo abrazo por la espalda mientras se mecían al ritmo de una melodía que nada tena que ver con la música de la fiesta. La sonrisa de Mirlo se ensancho, podía ver a Sirius susurrando al oído del pocionista mientras este se sonrojaba y sonreía cálidamente.
Permanecieron así por un momento antes de que el pocionista se girara, hubo un intercambio de besos tan lentos y gentiles que hicieron suspirar a la bruja y el par de mago se recostó en el sillón mientras Sirius se deshacía de su chaqueta y se colaba sobre su numen.
Mirlo contuvo el aliento mientras los magos se acariciaban y besaban con la única iluminación de una luna menguante a través de la ventana, vio las manos del pocionista colarse entre los desordenados rizos de Sirius y este desabrocho la camisa de su Bellus exponiendo la pálida piel de su torso.
Mirlo apoyo las manos en la puerta para mantener el equilibrio mientras Sirius abandonaba los labios de Severus para descender por su cuello y su pecho sin prisa, el menor se arqueo de placer al sentir la lengua de Sirius en uno de sus pezones y aunque Mirlo no lo escuchaba estaba segura de que estaba gimiendo.
Sirius siguió bajando y se detuvo unos minutos en el ombligo del menor, su lengua se deleito en aquel hermoso lunar que le hacía arder en deseo y el destello de una hebilla hizo jadear a la bruja al otro lado de la puerta, Sirius había desabrochado el pantalón del pocionista.
El animago beso cada nuevo fragmento de piel que se desvelaba ante sus ojos y su lengua recorrió lentamente una línea en la cadera de su Bellus, era el final de una vieja cicatriz que subía por un costado de su cintura y se perdía en algún punto hacia su espalda, Sirius lamio suavemente intentando borrar el dolor que seguramente ya no estaba ahí, pero aun así deslizo su lengua hacia arriba lentamente hasta el costado de su Bellus y descendió nuevamente cubriendo la fina línea con besos húmedos y calientes.
Severus intentaba contener sus gemidos mordiendo su labio inferior, el animago entre sus piernas deslizaba sus prendas hacia abajo, cubriendo su piel de besos húmedos y caricias gentiles, no quería mirar o tocar, sabía que ese húmedo placer en su bajo vientre solo podía ser la lengua del merodeador y su manos se aferraron al cojín bajo se cabeza mientras se dejaba arrastrar por el placer.
El corazón de Sirius golpeaba con fuerza en su pecho mientras liberaba la excitada hombría de su amante y los nervios estrujaron su estomago, nunca había hecho algo así con un hombre, pero él estaba decidido y su atrevida mano le tomo la delantera a sus pensamientos y acaricio lentamente aquel trozo de carne, estaba caliente y duro y aun así era increíblemente suave.
La respiración del pocionista se volvió superficial bajo el tacto del merodeador, los húmedos besos en su vientre bajaban más y más, eran cada vez más lentos, cada vez más largos, y esa cálida mano lo torturaba lentamente, subiendo y bajando sin prisa sobre su erección.
Severus estuvo a punto de suplicar que siguiera cuando los labios del merodeador dejaron su vientre, pero antes de que pudiera formular su petición se arqueo de placer con un audible jadeo, una cálida humedad, suave y lenta, la lengua de Sirius Black le robo el aliento mientras recorría su miembro desde la base hasta la punta.
Sirius tenia los sentidos a flor de piel, el aroma de su numen le recordaba a la leña del hogar y al bosque prohibido y su sabor no era comparable con nada que hubiese probado antes, no era dulce a amargo pero embriagaba sus sentidos y erizaba su piel, nunca había estado tan excitado y ansioso podía escuchar el retumbar de su propio corazón cada vez más fuerte, pero el gemido de su amante borró cualquier duda que pudiese tener.
El animago humedeció sus labios con la lengua y depositó el beso más suave y ligero que haya dado en su vida en la punta de miembro de su amado y Severus jadeo desesperado.
Una débil suplica escapó de los labios del pocionista y el animago no lo resistió mas, quería escuchar la erótica voz de su Bellus y tan pronto como tomo su miembro en la boca casi hasta la mitad una sinfonía de gemidos inundo la biblioteca.
Mirlo no estaba segura de cuánto tiempo la cabeza de Sirius subió y bajo entre las piernas del pocionista, ni supo en qué momento Sirius libero su propia erección y empezó a complacerse a sí mismo al mismo ritmo en que chupaba el duro miembro de Severus.
Lo que si fue bastante obvio para la bruja fue la forma en que Severus se aferro al cabello de su amante mientras el placer tensaba su cuerpo, y solo hasta que el cuerpo del pálido mago se relajo Sirius se retiro de su sitio, Mirlo no estaba segura de si Sirius se había corrido pero podría jurar que lo vio tragar.
Después de eso el animago acomodo su ropa y la de pálido mago. Mirlo aparto la mirada de la cerradura después de ver al animago recostarse junto al pocionista y caer en los brazos de Morfeo. El hechizo en la cerradura desapareció y Mirlo se dejo caer en el suelo mirando el techo con las mejillas ardiendo, solo había una palabra para describir lo que acababa de ver.
- Wou...
***fin del flashback***
Todos miraban a Mirlo en espera de su respuesta, la bruja se había quedado en blanco por un momento mientras sus mejillas adquirían el color de las cerezas.
- Yo... bueno, yo... mi botana ¡Si, eso es! Traje unas botanas nuevas y te las tragaste todas, no pensé que te desagradaran.
Sirius miro a su amiga con duda y le dedico una mirada suspicaz, estaba bastante seguro de que la bruja había llegado con las manos vacías, pero aun le dolía la cabeza por la cruda... y porque su Bellus había perdido la virginidad antes que él con alguien más, mentiría si dijera que eso no importaba, porque lo hacía pero no había nada que hacer o decir al respecto, solo podía consolarse con la idea de que no había sido en contra de su voluntad.
- No me desagrada el sabor, solo es... diferente supongo, no me molestaría probarlas de nuevo.
Mirlo abrió la boca anonadada y Remus quería estrellar su sonrojada cara contra la mesa sin importar que su inocente desayuno estuviera en medio.
***
- No les parece que Mirlo estaba rara.
- No es su culpa Reg, seguramente se le achicharro el cerebro cuando vio los encantos ocultos de Severus.
Remus escupió su bebida y empezó a toser ruidosamente por el comentario de la rubia serpiente, hace ya media hora que Frank y Alice se despidieron llevándose a Mirlo con ellos y Lily había salido con James hace apenas cinco minutos.
- Hablando de los encantos de Severus, ¿Qué te pareció el body shot de nuestro amiguito Lupin?
Remus trago duro al ver la sonrisa casi diabólica que le dedico el menor de los Black, pero gracias a Merlín no se encontraba solo, Peter y Barty estaban presentes así que por lo menos no sería asesinado. Entonces la cantarina risa de Barty se dejo oír y eso solo puso más nervioso al licántropo.
- No seas malo con él lobito Reg- Remus no se creyó para nada la dulce sonrisa de Barty... y tenia razón- después de todo va tener que rendirle cuentas a tu hermano tan pronto como este deje de manosear a Severus en la cocina.
- ¡No lo estoy manoseando! ¡Y podemos escuchar todo lo que dicen desde aquí Crouch!
Sirius terminaba de limpiar la cocina con un par de movimientos de varita mientras Severus cortaba algunas raíces para sus pociones.
- En lugar de estar negando lo que todos sabemos mejor dinos si vas a torturara a Lupin, no quiero que mi ratoncito bello termine en medio de tu ataque de celos.
Severus encajo su cuchillo de plata en la tabla de picar con suficiente fuerza para que todos en el comedor se sobresaltaran, Sirius se había congelado en la entrada de la cocina pues a punto estuvo de ir y enfrentar cara a cara al rubio.
El pálido mago camino con paso elegante hasta estar a la altura del animago, se veía tan fresco y descansado que nadie podría decir que traía resaca, entonces el pocionista le dedico una mirada dura a los presentes.
- Primero, aquí nadie esta manoseando a nadie. Segundo, nadie va a torturar a Remus porque él no ha hecho nada malo, y tercero, nadie tiene que rendirle cuentas a nadie, especialmente si ese alguien soy yo.
Severus regreso a la cocina y Sirius le dedico una dura mirada al rubio, ese lengua larga había hecho que su Bellus se enojara con él y él ni siquiera pensaba pedirle cuentas... aunque si había estado algo molesto con Remus.
El animago regreso a la cocina y tomo asiento frente al pocionista mientras este trabajaba.
- Sabes que no pensaba hacer nada de eso ¿verdad?- Severus le dedico una mirada suspicaz al heredero de los Black - Bueno... tal vez el manoseo estaba entre mis planes, pero lo demás no.
Severus ignoro el sonrojo de sus mejillas y conjuro un mufilato para evitar que los demás siguieran espiando su conversación, entonces miro al animago con aprensión.
- Entonces porque la cara de "quiero respuestas pero no quiero preguntar" quieres una explicación de lo que dijo Lily ¿verdad?
- Mentiría si dijera que no, no porque me muera de ganas por saber quien fue tu primera vez, créeme que en realidad no quiero saberlo... lo que sí quiero saber es si Rosier tiene algo que ver...
- ¿Rosier?
El pocionista lo miro con una ceja alzada sin entender y Sirius desvió la mirada con el ceño fruncido y los puños apretados pero se obligo a respirar profundo y encarar al pocionista, Severus abrió los ojos impresionado, Sirius no estaba molesto como había creído cuando todos abandonaron la cocina... el animago estaba preocupado.
- Por lo que hizo... o lo que intento hacer...
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