Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

41.- Amor y Miedo

Regulus y Barty llevaban apenas dos horas en el departamento y el rubio ya se había instalado directamente en el cuarto de Peter, sin duda la discreción no formaba parte de sus planes navideños. Regulus por su parte se instalo en la habitación de Sirius, no fue complicado agregar otra cama ya que era bastante amplia, aunque el menor de los Black había sugerido quedarse con Severus, cosa que por su puesto Sirius rechazo con una mirada de "ni en tus mas húmedos sueños mocoso" y mando el equipaje de su hermano escaleras arriba con un movimiento de varita.

Severus no pudo más que alzar una ceja ofendido, después de todo creía haber dejado bien claro que no permitiría que algo sucediera entre él y Regulus, pero para hacer más tangible lo ofendido que estaba soltó un comentario acido sobre lo sospechosamente ambiguas que eran las relaciones de los Black, Regulus no entendió el comentario pero a Sirius le cayó como patada de mula, pues sin duda su Bellus estaba haciendo alusión a la relación de Bessel y Deneb y se la estaba aplicando a él y a su hermano.

Sacar a Barty del colegio no había sido tan difícil como habían planeado originalmente, el plan era simple, avisarle a sus padres que se quedaría a estudiar durante las vacaciones de navidad y sacarlo por alguno de los pasajes secretos, el problema era justificar la ausencia del Slytherin en el colegio, ya que al quedarse tendría que participar en algunas clases provisionales, sin mencionar que sería muy extraño si no se presentaba en el comedor en todo el día.

Al final fue a James a quien se le ocurrió la idea más brillante y simple de todas, informar al colegio que había cambiado de opinión y que se iría con sus padres, lo único que necesitaban era una carta firmada por uno de los padres del rubio, cosa de la que se encargo Remus al falsificar la estilizada letra de Elora Crouch aunque fue Lily quien termino firmándola pues la firma no terminaba de salirle lo suficientemente parecida al licántropo.

***flashback***

La carta había estado impecable, al punto de que Barty creyó que en verdad habían involucrado a su madre, al menos hasta que llego a la estación nueve y tres cuartos y vio que los únicos que estaban para recibirlo a él y a Regulus eran los merodiosos, la pelirroja y Severus.

- Y pensar que parecen un par de blancas palomitas.

Barty se aguanto las ganas de abalanzarse sobre su ratoncito mientras salían de la estación, si alguien lo veía comportarse de forma extraña eso llegaría a oídos de su padre y adiós a sus vacaciones de ensueño y hola enlace matrimonial.

- Me siento tan orgulloso de esos dos- la sonrisa petulante de Severus respaldaba sus palabras- casi parecían Slytherins mientras hacían la carta, al estilo de los hermanos Avery.

- ¿Con pergaminos y mil plumas por todos lados?- Regulus les hecho una mirada asombrada al par de leones.

- Si- el pocionista tuvo que contenerse para no levantar la voz- Hasta compraron de la misma tinta que usa la madre de Barty.

Con ese comentario el rubio se alejo un par de pasos del par de leones y se oculto tras su pequeño novio mientras les dedicaba una mirada llena de recelo.

- ¿Cómo saben que tinta usa mi madre?

La pelirroja no disimulo ni un poco la gracia que le hizo ver al rubio esconderse de ellos de esa manera.

- Salió hace poco en Corazón de Bruja "50 tips para ser una bruja influyente" mencionaron a tu madre y a otras tres brujas, en lo personal no le veo como escribir con la misma tinta que ellas haría a alguien influyente.

- Solo es propaganda Evans, desde que se rumoreaba el asenso de mi padre en el Wizengamot, mi madre empezó a recibir todo tipo de obsequios de diversas empresas con el fin de que promocionara sus marcas, desde túnicas hasta escobas, incluso una empresa de vuela plumas se puso en contacto con ella.

***fin del flashback***

- Severus...

El pocionista dio vuelta a la página del libro que leía antes de responderle al rubio, mientras de fondo se veía que dos de los merodeadores se habían puesto a decorar el departamento a punta de sus varitas y el resto iba por el árbol, y como era de esperarse los Slytherin merendaban en la sala sin mover un dedo para ayudarles.

- ¿Que sucede?

- ¿Por qué Potter esta colgando lechuga en el recibidor?

- Oh eso...- Severus volvió a cambiar de página sin interés aparente y sin percatarse de las miradas llenas de curiosidad del par de magos- cree que es muérdago.

Regulus se cerró los ojos e intento contener la risa antes de negar con la cabeza mientras el rostro de Barty se iluminaba con una sonrisa casi angelical.

- ¿Puedo decirle que no lo es?

- No.

- Pero...- la cara de Barty parecía la de un niño al que le acaban de decir que santa no existe, pero Severus ni se inmuto.

- Quiero ver la cara de confusión que pondrán el resto de los Gryffindors que asistirá a la fiesta cuando vean un montón de lechuga sobre sus cabezas en lugar de los ramilletes de muérdago. No podrán usar la dichosa planta como escusa para besar a nadie.

- Eres cruel- el rubio Slytherin le regalo una encantadora sonrisa a Severus- le pediré a mi ratoncito que no le diga nada.

- No te molestes, fue su idea y los demás ya lo saben, excepto Potter claro.

- ¡Wou! Barty que rápido corrompiste Pettigrew- Regulus se llevo una uva a la boca mientras miraba alrededor buscando al rechoncho animago.

- Mi ratoncito precioso- el rubio sonrió alegremente y busco al pequeño animago con la mirada y al verlo colocando unas guirnaldas en la ventana puso sus manos a cada lado de su boca y exclamó en voz alta- ¡Bodoquito mío, voy a mimarte mucho esta noche!

El comentario tan cardado de intenciones hizo que Peter se pusiera colorado hasta las orejas mientras un pedazo de lechuga le cayó en la cara al miope merodeador, por su parte Remus y Sirius, quienes acababan de entrar cargando con un árbol, se dieron de bruces contra el suelo y terminaron sepultados en las frondosas ramas de lo que sería su pino de navidad.

- Crouch, nosotros no necesitamos saber eso- Sirius le mando al rubio una de esas miradas poco cariñosas, que le recordaban a todos que era el primogénito de Walburga Black, mientras intentaba salir de debajo del árbol.

- ¿Desde cuándo eres tan pudoroso Black?

- Desde que te decidiste a pervertir a nuestro tierno e inocente Wormtail.

- Te frustra que yo si puedo pervertir a mi novio y tú no puedes hacerlo con...

- Basta los dos o se quedaran sin cenar.

Severus cerró su libro y se puso de pie con toda la calma del mundo mientras le dedicaba una mirada tan gélida a Barty que logro erizarle la piel y antes de que cualquiera pudiera reaccionar hizo levitar el árbol hasta ponerlo de pie junto a la chimenea.

- Bartemius, Regulus, a ustedes les toca el árbol.

El par de Slytherin miro al pocionista como si este les hubiese dado una bofetada en la cara y en cuanto pudieron reaccionar no tardaron en protestar.

- ¡Vamos, solo estaba bromeando!

- ¡No es justo yo no hice nada!

Sirius se sacudió las pequeñas agujas de pino de la ropa y echo un vistazo a la decoración mientras su hermano pequeño se quejaba e intentaba deslindarse de lo que al parecer el par de adolecentes consideraba un castigo.

- ¡Reg, Crouch ya basta! Apuesto que no han movido un dedo desde que Remus y yo fuimos por el árbol, así que lo justo es que decoren algo.

- Severus tampoco ha hecho nada y a él no lo estas regañando.

Sirius le dirigió una mirada afilada al rubio mimado que Peter se había conseguido de novio y aunque no tenía nada para rebatirle no estaba dispuesto a dar su brazo a torcer, pero no hacía falta, porque si había alguien bueno en zanjar discusiones ese era el pocionista.

- Bueno Bartemius, ya que soy el único aquí que puede cocinar sin intoxicar a nadie gozo de ciertos privilegios, ser libre de no hacer absolutamente nada es uno de ellos.

- ¿¡Privilegios dices!?- Como era de esperarse el miope merodeador salto erizado con la descarada declaración del pocionista, que para colmo de males era verdad.

- Cállate Potter o tirare el pudin de chocolate que hice para la cena.

El miope mago estuvo a punto de protestar cuando cierto licántropo de ojos miel y corazón gentil se paro tras de él y le soltó un suave pero amenazador gruñido muy cerca del oído y aunque el nervioso cervatillo no se giro estaba bastante seguro de que Remus lo estaba fulminando con la mirada.

***

Después de un par de días en el departamento a los jóvenes Slytherin les quedo claro un par de cosas, primero y lo más importante de todo; nadie se mete entre Remus John Lupin y su chocolate, segundo; ninguno de los merodeadores sabía hacer algo que fuera más complicado que un tazón de cereal con leche, aunque Sirius podía darse el lujo de hacer uno que otro sándwich bastante decentes y tercero; Peter y James tenían prohibido entrar a la cocina sin supervisión, y por su puesto esa supervisión no podían ser ni Peter ni James. Cuando Barty les pregunto el motivo de eso durante una cena el par de merodeadores se sonrojo hasta el cuello.

- Confundieron una de mis pociones con un batido de fresa y terminaron flotando por toda la sala ronroneando y tirando arañazos.

- ¿Qué clase de poción hace eso?- El menor de los Black miro confundido al pocionista, mientras Sirius y Remus intentaban no reír.

- Ninguna Reg, este par de tontos le agrego algo a mi poción, lo que es una suerte porque de lo contrario abrían terminado como la bella durmiente por un par de meces.

En ese momento Remus le sirvió una rebanada extra grande de pastel de chocolate a Severus. Ese era otro detalle que no se les había pasado al par de serpientes, la amabilidad de Remus, quizás a nadie debería parecerle extraño algo así viniendo del licántropo, pero dada la historia del pocionista con los merodeadores, Barty y Regulus no podían evitar hacer diferentes teorías al respecto.

Barty sostenía que esa amabilidad era producto de la gratitud que sentía el licántropo por no ser rechazado debido a su condición y por las grandiosas pociones de Severus que lo mantenían tranquilo en luna llena.

Regulus por su parte creía que esa amabilidad nacía de la culpa, porque si bien Remus era un buen chico en general, el también había sido participe de las bromas crueles que le habían hecho al pocionista por años y ahora que Severus se había vuelto una parte central de su vida la culpa le pesaba.

Y James, que no pintaba nada en las teorías del par de serpientes, estaba más que seguro que Remus intentaba ganar puntos con el pocionista, muy exitosamente en su opinión, cosa que no tenía muy feliz a cierto animago de ojos grises.

El único que parecía ver todo el asunto de forma objetiva era Peter... aunque eso en realidad era porque se lo pregunto directamente a Remus, y claro el motivo no podía ser más inocente, Melkart le había pedido al joven licántropo que vigilara la alimentación del pocionista ya que aun estaba bajo de peso.

***

Lily y Severus se la pasaron yendo y viniendo a casa de la pelirroja debido a las pesadas visitas que albergaba la hogareña casa de los Evans, y mientras más se acercaba la fiesta de navidad mas incomodo era para los padres de Lily, especialmente la noche antes de navidad cuando sus consuegros, los Dursley, los invitaron a su viña para año nuevo con el pretexto de anunciar el compromiso al resto de la familia de Vernon.

- Lo siento chicos –la madre de Lily se veía bastante decaída al darles la noticia al par de magos- a Petunia le hace mucha ilusión que vayamos.

- Los Dursley no son precisamente considerados –tal parecía que al que menos le había gustado la noticia era a Pat- ni siquiera se les paso por la cabeza que ya podríamos haber hecho nuestros propios planes.

- A demás de que tendremos que irnos la mañana siguiente de navidad.

- Descuiden, aun podemos pasar la cena juntos y abrir los regalos- aunque Lily adoraba a sus padres, moría de ganas porque los suegros de su hermana se largaran, además de que ahora que sus padres tendrían que irse a dormir temprano iban a poder escaparse a la fiesta sin problema.

***

La mañana de navidad fue especialmente agitada, desde temprano Violet se levanto a hacer la cena de navidad, lo más molesto seria inyectar el pavo y rellenarlo, estaba agregando las últimas especias al relleno que se guisaba a fuego lento cuando Severus entro por la puerta de la cocina.

- Sabia que empezarías desde temprano Vi.

Severus se quito la bufanda verde que Violet le había regalado el año anterior y sin pedir permiso, como si se tratara de su propia casa, el pocionista se puso manos a la obra.

A Violet le había costado mucha paciencia, dulzura y dedicación que el pálido mago tuviese ese grado de confianza con ella, aun recordaba la primera vez que vio al pequeño mago.

***flashback***

Era un nueve de enero especialmente frio y aunque Violet sabía que a sus pequeñas traviesas no les gustaba la sopa decidió hacer una, justo estaba por servirla y llamar a sus hijas cuando Lily entro corriendo y saltando por la puerta de la cocina.

- ¡Mami, mami! ¡Rápido! ¡Dame pastel!

- ¿Pastel? Lily ni siquiera has comido.

- ¡Pero mami! ¡Es importante, es cumpleaños de Severus!

Lily señalo hacia la puerta de la cocina con una sonrisa de oreja a oreja, hasta ese momento Violet creía que el pequeño amigo mágico del que tanto hablaba su hija era en realidad un amigo imaginario, así que grande fue su sorpresa al ver que un pequeño de grandes ojos negros se asomaba tímidamente desde el marco de la puerta.

No era más que huesos y el tono pálido de su piel no podía ser saludable. Violet le dedico la sonrisa más dulce que pudo intentando dejar de lado el escalofrió que sintió al ver los pómulos tan marcados del pequeño mago, ningún niño debería de ser tan delgado.

Violet se sintió muy orgullosa de su actuación esa tarde, fue dulce y paciente con el pequeño, lo convenció de quedarse a comer y de llevarse un par de rebanadas de pastel a su casa, pero no pudo evitar que se le encogiera el corazón al notar que Severus se llenaba con apenas la mitad de lo que su hija pequeña comía.

***fin del flashback***

- Baja de las nubes Vi, o terminaras inyectándote una mano en lugar de inyectar al pavo.

Violet y Severus se dedicaron un par de horas a cocinar entre risas y bromas mientras a Lily y a Petunia les había tocado la difícil tarea de entretener a los invitados y Patrick ponía los regalos bajo el árbol y ya que partirían por la mañana los abrirían antes de la cena.

***

Sirius se arrastro sigilosamente por el patio trasero de los Evans después de completar su misión, estaba por alcanzar los pequeños abetos donde escondió su ropa para escapar del lugar infraganti cuando un silbido a sus espaldas lo congelo en su lugar.

- ¿De verdad creíste que no notaria a un enorme perro negro arrastrándose de barriga por mi jardín?

Patrick Evans no era un hombre particularmente intimidante, de hecho era todo un padre de familia modelo, un buen esposo y un amigo leal, aun con un cigarrillo en su boca y una mirada seria Patrick Evans parecía el hombre más afable del mundo... quizás era por el chaleco con Rodolfo el reno que traía puesto.

Aun así a Sirius le costó encararse con el normalmente amable muggle, el animago regreso a su forma humana y se puso en pie cuando Patrick Evans le arrojo encima un abrigo.

- A decir verdad... esperaba ser cortésmente ignorado...

Patrick miro al merodeador con una ceja alzada, el gesto era tan parecido al de Severus que por un momento a Sirius le dio la impresión de que se parecía más que ese otro muggle que se suponía era su padre.

- ¿Así que tu eres el perro aprovechado que anda tras Severus, verdad?

Sirius trago duro y asintió con toda la seguridad que alguien prácticamente desnudo en la nieve podía mostrar, sin duda Patrick sabia quien era él, Lily seguramente le había hablado de él a lo largo de los años y de lo malo que era con Severus en el colegio y naturalmente nada de eso le hacía gracia al hombre que con tanto esmero intentaba darle algo de seguridad al pocionista.

- Escuche de Lily que salvaste a Severus de Tobías y lo sacaste de la calle de la hilandera.

Sirius tuvo que hacer dos intentos para hablar, definitivamente eso no es lo que esperaba escuchar.

- Bueno yo...

- No te confundas- la brusca interrupción de Patrick hizo que el ojigris cerrara el pico, vale esto se estaba pareciendo más a lo que esperaba- no te estoy agradeciendo por sacarlo de ahí, de hecho estoy algo molesto, yo ya había preparado la habitación de huéspedes para que fuera de Severus, pero como seguramente ya sabes, el es bastante orgulloso además de que no le gusta ser protegido. ¿Cómo lo conseguiste?

- Básicamente lo secuestre...

Sirius quiso morderse la lengua al ver la mirada seria de Patrick, pero al final este solo asintió con la cabeza.

- Supongo que debí hacer eso en lugar de pedirle que viniera.

- ¿Por qué no acepto?

Pat escudriño al animago con la mirada mientras le daba una calada a su cigarrillo antes de responder.

- Asumo que no sabes cómo murió la madre de Severus- Sirius desvió la mirada y negó ligeramente mientras una extraña mezcla de incomodidad, miedo y desazón se alojo en la boca de su estomago- Severus cree que todo lo que sucede en su vida es su responsabilidad y por ello debe de enfrentar las consecuencias solo, permitir que alguien lo proteja y sufra esas consecuencias en sus lugar es algo que no puede permitirse.

- ¿Ella intento proteger a Severus?

- Ella siempre protegía a Severus, por mucho que él le suplicara que dejara de hacerlo.

- Creí que él no estaba con ella cuando...

- No, él no estaba y se culpa por eso, estaba con nosotros cuando sucedió, no había nada que pudiese haber hecho, pero nada de eso importa porque a su ver, de haber estado presente ella seguiría viva.

Ambos hombres permanecieron en silencio por un momento mientras miraban la nieve caer y sin saberlo compartían el mismo tipo de pensamientos, como el admirable valor de Eileen y su miserable y trágica vida y la culpa que pesaba en el corazón de Severus por no haber evitado lo que nadie sabía que pasaría.

Patrick le dio una ultima calada a su cigarrillo y lo tiro al piso para apagarlo con su zapato antes de voltear a ver al merodeador y lo que vio le ablano un poco el corazón, el cumulo de emociones que reflejaban los ojo de Sirius casi amenazaban con ahogarle; se sentía tan perdido por no poder hacer nada por su Bellus y la culpa por todo lo que hizo en el pasado además de la impotencia de no poder hacer nada para borrar todo el dolor que había vivido su pálido ángel de ojos negros lo hacía sentir miserable.

- Creo que nos hemos desviado un poco del tema, te has colado a mi casa porque querías ver a Severus y al final te estás yendo sin haberlo hecho.

- En realidad solo vine a dejarle su regalo, si no estoy presente cuando lo abra las posibilidades de que me lo aviente a la cara serán mínimas.

Patrick dejo escapar una risa dándole la razón al merodeador pero alzo una ceja y lo miro interrogante al notar el cambio en la mirada de menor, como si el torbellino de emociones de hacia un momento hubiese desaparecido para darle paso a una aplastante seguridad.

- Mi plan era entrar y salir sin que me vieran, pero ya que estoy aquí hay algo que quiero pedirle- Sirius se armo con todo el valor que pudo ante la interrogante mirada de Patrick para hacer lo que alguna vez creyó que jamás haría- Quisiera que me conceda su permiso para cortejar a Severus.

Patrick miro al merodeador con los ojos abiertos como platos y a pesar de ser un hombre maduro y seguro de si mismo no pudo evitar sonrojarse ligeramente, incluso le tomo un momento recuperar su aplomo, con esas palabras el joven frente a él había dejado claro que lo considerara como el autentico padre de Severus, y eso le hizo sentir una cálida felicidad que solo era comparable a la que sintió cuando su esposa le dijo que sería padre.

- Vas a necesitar toda la suerte del mundo Sirius Black- Sirius asintió mientras Patrick apoyaba una mano en su hombro y lo guiaba hasta los abetos, el ya sabía que iba a necesitar de un milagro- a mi me tomo cuatro meces lograr que me dirigiera mas de tres palabras y un año entero que confiara en mi plenamente.

Sirius abrió los ojos como platos y lo miro atónito, Patrick seguramente había sido un remanso de bondad y paciencia con Severus desde el principio ¿Cómo es que le había tomado tanto tiempo ganarse su confianza?

- A Severus le daba miedo abrirse a la gente y le daba pánico mostrar cualquier tipo de afecto, por su puesto eso fue culpa de Tobías.

- La madre de Severus lo protegía porque lo amaba y por eso terminaba golpeada por ese...

Sirius entendió en un instante a lo que Patrick Evans se refería, y conociendo un poco la forma de pensar de Severus no era muy difícil imaginar el tipo de conclusión que había sacado de pequeño al tener un padre como aquel, todo era su culpa.

- La lógica de un niño de siete años puede ser aplastante y cruel. En la vida de Severus el miedo y el amor siempre han tenido una estrecha relación, pero ahora es diferente, ahora Severus le tiene miedo al amor... ahora sabe lo que se siente perder a alguien a quien amas y será aun más cauto al dejar entrar a alguien a su vida y a su corazón... Dime...- Patrick miro al animago a los ojos buscando cualquier ápice de duda- ¿Aun quieres mi permiso para cortejar a mi hijo?

- Si- el merodeador sostuvo la mirada del señor Evans sin vacilación, desde el principio había sabido que luchaba una batalla perdida, pero él no se rendiría por eso, no cuando su corazón así se lo exigía- no me importa cuán difícil sea, ni cuánto tiempo me lleve, amo a Severus y hare lo que tenga que hacer para verlo feliz.

- Eso es justo lo que quería escuchar...- Patrick sonrió complacido y estrecho la mano de Sirius- Buena suerte hijo.

Sirius sonrió mientras veía a Patrick regresar a la casa pero antes de que el hombre entrara por la puerta de la cocina y el pudiera desaparecer este volteo a verle por encima del hombro con una última pregunta.

- ¿Qué pensabas hacer si te negaba mi permiso?

Sirius no tenia que pensar su respuesta, de inmediato esa sonrisa ladina tan suya se dibujo en sus labios y si ese gesto de sobrada seguridad no se ganaba la aprobación de su suegro sus palabras si lo harían.

- Cortejarlo sin su permiso. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro