38.- Nervios Prenupciales.
Después de una desordenada cena en la sala, Sirius se aclaro la garganta ruidosamente llamando la atención de todos, el merodeador considero que era el momento oportuno para hablar de un asunto delicado aprovechando que la pelirroja había tocado el tema de la boda, entonces le mando una mirada tan seria al pocionista que hasta James dejo su postre de lado.
- Severus- Lily y el pocionista se enderezaron en sus asientos, ambos sabían que el merodeador usaba con más frecuencia el nombre del pálido chico, pero curiosamente nunca lo usaba cuando este estaba presente- ya que tenemos las bases cubiertas para la boda, en cuanto a presentación y conducta- Severus alzo una ceja a medio camino de la molestia y la intriga mientras y la pelirroja abría los ojos progresivamente, contenía el aire para no reír, casi parecía que Black estaba aleccionando a su hijo pequeño- creo que es tiempo de prepararnos para lo importante... con respecto a mi familia y sus... mm... ¿hábitos?... es decir... ellos...
Sirius respiro profundo antes de intentar continuar, lucia realmente incomodo y no parecía saber cómo terminar esa frase, como contraste Severus rodó los ojos y relajo los hombros, por un momento el merodeador lo había puesta nervioso.
- Si vas a advertirme de Bessel, Deneb o Anseris, ahórratelo, ya lo sé.
El animago parpadeo un par de veces e intercambio una mirada atónita con el licántropo antes de devolver toda su atención al pocionista.
- ¿Los conoces?
- No.
- ¿Entonces como...?
- Regulus.
Sirius se hecho para atrás en el sillón y dejo salir un suspiro, evidentemente aliviado de no tener que sacar los trapitos sucios al sol, pero justo cuando se sentía liberado de su vergonzosa tarea se enderezo de nuevo y le dedico una mirada confundida a su numen.
El animago frunció el ceño confundido, sabía que en su familia había un par de nombres que barajar en cuanto a magos "morales cuestionables" pero en la abreviada lista que Severus había recitado uno de ellos no cuadraba.
- ¿Deneb?
***
No todo era tan horrible como creyó que seria, su madre no había elegido tentáculo venenosas para la recepción, aunque estaba casi seguro de haber visto un botón de graneo colmilludo entre los rosales, por su puesto su Bellus le dijo que estaba alucinando.
Lo primero que Sirius y Severus hicieron al llegar fue dejar que los elfos colocaran sus obsequios uno junto al otro en la mesa de regalos, el pocionista había conseguido un pequeño "tornado de fuego" en una hermosa vasija de vidrio que parecía dividida a lo largo por la mitad, era de casi medio metro de alto y la llama resplandeciente en su interior llegaba un poco más arriba del borde del recipiente, de verdad parecía un remolino de fuego en miniatura, todos los que lo veían sentían una gran curiosidad al respecto y algunos murmuraban intrigados sobre qué clase de magia podía hacer algo así.
Sirius alcanzo a escuchar algunos de esos murmullos y una sonrisa casi sínica se insinuó en sus labios mientras le dirigía una mirada cómplice al pocionista, Severus intento contener su propia sonrisa sin mucho éxito y desvió la mirada.
Hace apenas dos días el pocionista había estado terriblemente mortificado al no encontrar un regalo adecuado para los padres del merodeador, aunque este mismo ni siquiera había pensado en llevarles algo, pero al ver los nervios del pocionista y los numerosos fracasos de todos para calmarlo (si hasta James lo intento... por Lily claro está y por Remus ya que el pobre se contagiaba fácilmente de todo ese estrés) decidió tomar medidas drásticas.
***flashback***
Roy estaba botado de la risa en el suelo de la sala con una cerveza en la mano, y nadie lo culparía, como no estarlo cuando veías al joven más serio que las sombras lloriqueando por el infortunio de su vida.
- ¡Oh, cruel destino! ¡Sabes que los regalos no son lo mío! ¡O las bodas! ¡O las fiestas! ¡O los playboys!
- ¡Pero si siempre te tocan los más guapos!- Lily lo señalo con un dedo acusador- ¡Una vez hasta te bailo el Choto!
- Estoy aquí fresita.- el moreno le dedico una coqueta sonrisa a la pelirroja mientras le ofrecía otra cerveza a Peter.
- Pero no estás bailando.- el mohín de la pelirroja le saco una tremenda carcajada al par de gamberros, pero Severus reclamo la atención robada.
- ¡Oigan! Estoy a medio drama aquí, necesito un regalo grandioso, pero solo se me ocurren cosas ridículas.- el pucherito del pocionista fue un golpe bajo para los merodeadores, si hasta Lily quería ir ahí y pellizcarle los cachetes.
- ¡No digas eso Sevy, tus regalos siempre son los mejores!- Lily, aun más ebria que Severus, abrazo consoladoramente al pocionista con una lagrimilla de compasión corriendo por su mejilla.
- ¡Eso es aun peor!- Severus se aparto y se dejo caer en el sillón de dos plazas, justo encima de las piernas de Remus mientras el bote de cerveza que acababa de terminarse rodaba dramáticamente junto a los otros siete tirados bajo la mesa de café- ¡Me ponen la vara muy alta! ¡Mi regalo debe ser perfecto y único y mágico y, y, y... ¿Qué más?- Severus le mando una mirada de auxilio al merodeador de ojos grises y este no pudo más que sonreír complacido antes de acercarse.
- Peligroso, les gusta lo peligroso.
Sirius intentaba colarse en el sillón junto a su Bellus y Remus intentaba escapar de ahí, pero al final fue Severus quien decidió usar al par de leones de almohadas apoyando la cabeza en el animago y las piernas en el licántropo.
- Con razón te hicieron a ti, pero también les gustan las cosas bonitas, por eso hicieron a Regy. - Sirius sonrió divertido, su Bellus no tenía filtros cuando estaba ebrio.
- Bonito como Regulus, Bonito como Regulus, Ohmmmm.... -Lily se puso en una posición de yoga meditativo intentando pensar en algo bonito como Regulus Black, entonces sus ojos se abrieron iluminados por una gran idea- ¡Ya se! Regálales una estrella.
Severus lo medito la ridícula idea de su alcoholizada amiga casi con seriedad, pero al final desechó la idea.
- Ya tienen muchas en su familia.
- Dales un cocodrilo.- todos voltearon ver a Peter con cara de "wath?" mientras se hacia un breve silencio... que James se encargo de cortar casi de inmediato.
- Peter, los Slytherin tienen una serpiente en su emblema no un cocodrilo.
Peter hizo una pequeña "o" con su boca y golpeo la palma de su mano con el puño mientras soltaba un "cierto" de realización, pero Severus regreso al tema y desecho esa idea también.
- No hay serpientes bonitas.
- Claro las hay.
Sirius apoyo el codo en el reposabrazos para poder recargar su mejilla en su puño mientras picaba la sonrojada mejilla del pocionista. Severus hizo otro tierno pucherito y estaba por replicar cuando Remus los sobresalto con una gran idea.
-¡Fuegos artificiales!
- Pero eso es algo muy muggle, no les gustara.
- ¿Muy qué?
Sirius trago grueso, el Choto y él eran los que más aguantaban el alcohol pero al resto se les estaba aflojando la lengua demasiado y Lily acababa de regarla, la pelirroja se sonrojo y estaba por decir algo cuando Severus le robo la palabra soltando un exasperado "No es mágico". Sebastián cruzo los brazos y frunció el ceño sin captar el mensaje.
- Todos creen que esas chorradas son "mágicas" y cursis y...
- ¡Fuego!- todos los presentes pegaron un brinco en sus asientos con el grito de Roy- Es todo lo que cantas gatito: pijo, farolero y filoso- los magos miraron confundidos al pecoso mientras enumeraba con los dedos pero este solo les regalo una enorme sonrisa- sin fuego estiras la pata pero si te apendejas te la jala y te achicharra.- Severus lo pensó, y antes de rechazar la idea lo pensó un poco más.
- No se... no quiero llegar con una antorcha en la mano, sería raro.
- Nel gatito, si faroleas, faroleas full, tírales un tornado, el Mechas te puede calentar uno en fa.
***fin del flashback***
Y fue así como un tornado de fuego, en una vasija de cristal hecha por un vándalo muggle quinceañero amante de la pirotecnia, término fascinando a un montón de magos puristas de la sangre en uno de los eventos más sonados del mundo mágico.
Sirius disfrutaba inmensamente la ironía, lo que no disfrutaba era que llevaban apenas unos veinte minutos en la boda y no habían podido acerarse a los novios aun ya que se habían quedado estancados en una avalancha de saludos y presentaciones con las tías y primas del merodeador, quienes al parecer estaban muy interesadas en conocer a su bello acompañante pues estaba claro para el animago que ese era el único motivo por el que cualquiera de ellas se acercaría a hablarle.
- No digas tonterías- Severus no pudo evitar regañar al merodeador cuando este le compartió ese último pensamiento- por supuesto que se acercan a saludarte a ti, solo les da curiosidad que llegaras con un hombre en lugar de aparecer con alguna de esas hermosas chicas que te frecuentaban en el colegio.
Severus tomo el pequeño canapé en forma de cisne con crema que un elfo le ofreció y a Sirius le pareció que el gesto era tan elegante que el pocionista encajaba en su familia aun mejor de lo que lo hacía él mismo, excepto por el detalle de que él no aguantaba a la mayoría de los presentes.
- Primero que nada, no son tonterías mi familia me odia casi tanto como yo a ellos, incluso ese elfo me ignoro como si fuera invisible- Sirius se robo un par de copas de otro elfo que pasaba por su lado sin mirarlo y le ofreció una al pocionista- segundo, nada de lo que yo haga les importa un pepino y eso lo demostró Anseris con su agradable saludo- Severus tenía que admitir que esa prima rusa de Sirius había sido bastante descortés al pasar de largo al animago e intentar entablar conversación con el... hasta que noto la presencia del merodeador y lo llamo "Silos" y esbozo una sonrisa mas falsa que oro de Leprechaun- y por último, aquí lo más hermoso eres tú.
Los ojos de Severus se abrieron mucho por un momento y un ligero sonrojo cubrió sus mejillas antes de que frunciera el seño y desviara la mirada.
- Creo que deberías pedirle sus anteojos a Potter, ya estas mas ciego que el.
Sirius estaba por refutar sus palabras pero una de las viudas casa maridos de la familia se les acercara para saludar, apenas dos semanas atrás sus amigos y el mismo se habían quedado embobados mirando al pocionista en aquella túnica color champagne, gracias a Merlín que no la estaba usando ahora, pero sin duda la túnica verde oscuro hacia resplandecer su hermosa piel blanca y por Godric Gryffindor como se arrepentía de haber alentado al pocionista a usar su varita para recogerse el cabello, se veía tan jodidamente tentador.
El merodeador le mando una acerada mirada a su tía por haberse acercado tanto a su Bellus, era una caza maridos y se le estaba insinuando a alguien que bien podría ser su hijo, por suerte Severus era jodidamente hábil para desviar las conversaciones a temas interesantes sin parecer deliberadamente grosero, aunque la situación ya estaba irritando bastante al animago, entonces una idea paso fugazmente por su cabeza y antes de pararse a analizarla su mano ya estaba acariciando la cintura del pocionista como si estuviese marcando una línea que más les valía a los presentes no intentar atravesar.
- Tía, querida, disculpa que te interrumpa pero con tanta gente a quien saludar no hemos tenido oportunidad de ir a felicitar a mis padres, si nos permites.
Sirius tomo una de las manos de Severus y deslizo la mano desde la cintura hasta la espalda baja del menor con tanta suavidad que el pocionista no pudo más que ruborizarse y seguirle mansamente cuando un leve empujón del merodeador lo guio atreves del salón.
- Ahora enserio van a creer que vienes conmigo, Black.
- Vengo contigo, Severus. Solo que no te avise.
El pocionista estaba tentado a decirle que solo habían llegado juntos aunque no de "esa" forma pero la deslumbrante sonrisa del merodeador no se lo permitió, la verdad es que si el ex Gryffindor lo hubiese invitado él muy seguramente habría aceptado ¡Solo para no llegar solo, claro está! No porque sea su amor platónico desde primer año o porque tenga una sonrisa jodidamente encantador y siempre luzca atractivo, justo como ahora con ese traje clásico color vino que se amolda a su gloriosa estructura como si hubiese sido diseñado únicamente para él, el cual seguramente sería el caso.
***
El par de mago alcanzo a los novios justo a tiempo para el primer baile, la pista se lleno rápidamente, Sirius y su madre bailaron de una forma un poco mecánica en opinión del pocionista, claro que el no tuvo mucho tiempo para apreciar lo tenso que estaba el merodeador bailando con la hermosa bruja ya que estaba muy ocupado sonrojándose hasta el cuello mientras le seguía el paso a Orión Black y trataba de ignorar las miradas extrañadas de todos los presentes.
- Sabes que no estoy saliendo con tu hijo verdad- el sonrojo de Severus no podía ser mayor, el no se había esperado que el padre del animago lo jalara a la pista de baile como si se tratara de la novia de su hijo, porque tenía claro que así es como el patriarca de los Black lo estaba tratando.
- Por ahora- el pálido mago abrió mucho los ojos y la coqueta sonrisa de Orión Black se ensancho más, no se esperaba que admitiera que lo veía como la pareja de su hijo tan descaradamente.
- Das por hecho que pasara.
- Solo si ese pequeño idiota no lo arruina- la sonrisa de Orión se volvió más suave mientras veía por el rabillo del ojo a su esposa y su primogénito bailar, a decir verdad lucían algo tensos- pero se está esforzando de verdad, algo que no le he visto hacer muy seguido.
- Lo dices como si nunca se esforzara en lo que hace, el sobresale en todo lo que se propone y consigue todo lo que quiere.
- Sobresale porque es talentoso y ese talento lo lleva en la sangre y consigue todo lo que quiere porque es un Black.
Severus frunció el seño molesto y se pregunto si alguna vez el padre de Sirius se molesto en mirar a su hijo más allá de ser el heredero de los Black.
- Te equivocas... - Severus capto una fugaz mirada llena de reticencia del animago que bailaba con su madre- él no se conforma con su talento natural, se esfuerza en todo lo que hace, se marca metas más difíciles para lograr lo que nadie más puede y si, el siempre consigue lo que quiere, no por ser un Black sino pese a ser un Black, porque lo que él siempre ha querido es ser algo más que el heredero de un legado ancestral... él quiere ser Sirius, el más osado de los Black.
Cuando la melodía termino ambas parejas se acercaron y antes de que cualquiera tuviese la brillante idea de zafarse del siguiente baile Walburga tomo la mano de Severus y lo arrastro de vuelta a la pista. Sirius y su madre no tenían ni la más remota idea de que había pasado pero estaba claro que el pocionista se había molestado con el padre del animago en algún momento, Sirius estaba por cuestionar a su padre cuando este lo jalo a la pista de baile nuevamente.
- ¿¡Qué carajo, Papá!?- Sirius no podía estar más avergonzado, hace un momento estaba que se moría de celos al ver como su padre arrastraba al pocionista a la pista, se preocupo un poco en el instante en que vio a su pálido numen fruncir el ceño pero con su madre cuestionándole sobre su futuro no tenía muchas oportunidades de enterarse de lo que sucedía.
- Hijo, no sé que estés haciendo pero lo estás haciendo jodidamente bien, no la vayas a joder.
Sirius siguió el paso que marcaba su padre y lo miro sin enterarse de nada mientras a unos pasos de distancia podía escuchar a su madre decirle al pocionista donde estaban los geranios colmilludos ¡Sabia que su madre había colado esas barbaridades a la boda!
***
Bendito Regulus que estaba atascado en el colegio estudiando para sus EXTASIS, el pocionista había pensado que era libre cuando terminado el baile con los padres de Sirius, con lo que no contaba es que un alegre mago de unos quince o dieciséis años se le acercaría y lo arrastraría a la pista sin darle la menor oportunidad de negarse.
Deneb era exactamente como Regulus lo había descrito, muy alto, alegre, atractivo, con un ligero acento francés y una encantadora e ingenua sonrisa que escondía a la perfección el degenerado que llevaba dentro. Regulus había sido muy honesto al contarle, medio ebrio en la sala común, como Deneb había intentado seducirlo y le había pedido de la forma muy cándida unírsele en un trió... nunca llego a saber con quién, pero Severus ya se hacia una idea, una idea que estaba mirándolo desde una mesa junto a la pista y no necesitaba su legeremancia para saber para saber lo que se le pasaba por la cabeza, después de todo estaba seguro que ese era Bessel.
Severus dejo su breve análisis de la situación cuando la mano de Deneb pasó lentamente de su cintura a su cadera mientras el adolecente le regalaba una preciosa sonrisa, el pálido joven solo pudo preguntarse dónde demonios se había metido el chucho pulgoso mientras intentaba no entrar en pánico.
Y ablando de chuchos pulgosos, Sirius estaba bailando a medias con su prima Andrómeda, posiblemente ella y su tío Marcus eran los únicos que le agradaban al animago, pero justo en ese momento no se sentía como para prestarle atención a su querida prima, no mientras su primo segundo Deneb estaba de mano larga con su casi novio.
Andrómeda trato de sacarle algo de información a su primo, porque verle llegar con su jurado enemigo del colegio era algo que simplemente no podía ignorar, ninguna de las hermanas Black lo paso por alto y justo en ese momento, Narcisa y Bellatrix estaban por hacer su jugada.
Para profundo alivio de Severus, y mortificación de Sirius, las hermanas Black llegaron a su rescate, tan pronto como Narcisa interrumpió la pieza para saludarlo, él la tomo de la cintura y se alejo del "inocente" francesito, quien por cierto termino atrapado en las garras de Bellatrix Black.
- Así que... ¿Sirius?- Narcisa le dedico una mirada picara, un gesto poco habitual en ella, que hizo sonrojar al pálido mago.
- No me hagas querer volver con tu primo, Cisy.- la sonrisa de la rubia se ensancho y en sus ojos bailaba una chispa de alegría.
- ¿Con Sirius o Deneb?
- Cisy...
- No me culpes por ser curiosa, Deneb ya te hecho el ojo y Sirius te sigue los pasos desde hace siglos, me sorprende que solo hasta ahora tuviera el valor de aceptarlo y hacer algo ¡menudo Gryffindor! Además, Severus, nos escribimos frecuentemente pero en ningún momento mencionaste que tu y Sirius estuviesen saliendo, así que habla ¿Desde cuándo?
Severus abrió mucho los ojos, alucinado, ahora resulta que todos sabían que Sirius traía algo con él desde Merlín sabrá cuando, menos él.
- ¿¡Sabias que Black... -el pocionista se interrumpió a mitad de frase, no era momento para ponerse histérico- eh... yo... es decir... nosotros... no estamos saliendo Cisy, solo llegamos al mismo tiempo...
- Llegaron juntos Severus, hay una diferencia- Narcisa casi canta esas seis palabras mientras su sonrisa se marcaba mas, Severus no pudo más que agradecer resignadamente estar hablando con Narcisa y no con Bellatrix, al menos ella no lo estaba amenazando con un Crucio para que soltara la sopa.
Severus suspiro y le regreso una sonrisa un tanto más discreta a su rubia amiga mientras los nervios que había sentido al inicio del baile se disipaban lentamente, y la pequeña conversación que tuvo la noche anterior con el licántropo por fin tuvo sentido en su cabeza.
***flashback***
Severus removía el guidado de carne y patatas que había decidido preparar para la cena, generalmente preparar una poción o cocinar algo tenía un efecto calmante en él, puede que muchos se sintieran frustrados cuando estaban frente a un caldero, pero el no, siempre que se paraba frente a uno podía despejar su mente de pensamientos caóticos e innecesarios y enfocarse en un trabajo que requería toda su atención. Quizá fue por eso que se sobresalto tanto al escuchar a alguien abrir el refrigerador.
- Lo siento- Remus siempre parecía avergonzado por algo, su condición de licántropo, el comportamiento de sus amigos, el sobresalto que le causaba a la gente por ser muy sigiloso y aparecer de la nada sin que lo noten, hacer mucho ruido para que lo noten y no sobresaltar a nadie pero terminar interrumpiendo algo- solo vine por un chocolate.
- Regrésalo, arruinaras tu apetito y hoy no voy a dejar que te saltes la cena.
El licántropo dejo escapar una callada risilla y Severus no pudo evitar sonrojarse, sabía que ambos estaban pensando en lo mismo, Remus estaba habituado a tomar el papel de "la mama" del grupo pero en ocasiones Severus se comportaba de esa manera también.
- ¿Quieres que te ayude?
Severus lo pensó un poco antes de pedirle que preparara algo para tomar, normalmente lo rechazaría pero el licántropo tenía un aura relajada a su alrededor, siempre era así, el pocionista ya lo había notado, si alguno de sus amigos estaba estresado o molesto por algo el licántropo aparecía con su aura relajante y los calmaba con su mera presencia y un par de palabras.
- No tienes que preocuparte por nada...- Remus parecía inmensamente concentrado en la jara de agua que había puesto en la mesada- no estarás solo...- Severus suspiro y relajo los hombros, era obvio que Lupin se daría cuenta de lo estresado que estaría por la boda aun cuando ya había conseguido el regalo- él no te dejaría solo con ellos...
- Los padres de Black no son tan malos como él dice.
- Lo sé, pero no me refería a ellos...- Severus mordió su labio inferior sin atreverse a mirar al merodeador, sabía que no se refería a ellos, ambos sabían que aun pese a ser un mestizo los padres de Sirius lo estarían respaldando, pero al joven pocionista aun le preocupaba el resto de la familia Black- sabes, tienes más gente de tu lado de la que crees Severus.
***fin del flashback***
Un suave carraspeo llamo la atención del pocionista y la rubia bruja, Sirius y Andrómeda estaban parados tras la pareja, obviamente listos para cambiar de pareja y antes de que cualquiera intercambiara siquiera un saludo el merodeador lo tomo de la mano regalándole una encantadora y sincera sonrisa antes de guiarlo al centro de la pista para bailar una pieza lenta, las hermanas Black intercambiaron una mirada cómplice antes de encogerse de hombros y bailar juntas en espera de que Bellatrix se les uniera.
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