Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

36.- El mas osado de los Black

- Sirius por favor, ya es suficiente, para.

El pelinegro ignoro el llamado del ojimiel mientras seguía escribiendo frenéticamente en un largo pergamino.

- Espera Moony esto es importante y necesito que firmes como testigo.

El licántropo miro exasperado a su mejor amigo, el animago se había apoderado de su escritorio hace ya veinte minutos anunciando que se pondría a escribir su testamento.

- Sirius él no va a matarte, ni siquiera recuerda lo sucedido.

- Pero lo hará... - Sirius no se molesto en mirar a su amigo de ojos miel mientras escribía lo que seguramente serian sus últimas palabras- en algún momento, o preguntara, o unirá cabos sueltos y entonces me matara- el joven animago alzo el pergamino y miro a su amigo con aire de quien ya ha aceptado su inminente destino- ¿Qué crees que deba decir mi epitafio? Estaba pensando en algo así como "Aquí yace Sirius el más osado de los Black"

- ¿Qué tal "Aquí yace Sirius el más tonto de los Black"?

- No me ayudas Moony, que te parece este: "Aquí yace Sirius Black fulminado por su primer amor" ó...

- "Aquí yace la primera víctima de Severus Snape y sorprendentemente no es Tobías."

A Sirius se le cayó la pluma y el pergamino y los ojos de Remus se abrieron tanto que la vista se le puso borrosa por un momento mientras un escalofrió recorría la espalda de ambos merodeadores, el pocionista estaba parado apenas un metro detrás del amable licántropo con los brazos cruzados y apoyándose en el marco de la puerta mientras los fulminaba con la mirada, sin duda eligiendo el hechizo que usaría para terminar con el primogénito de los Black.

- Lupin, Pettigrew te está buscando allá abajo.

Sirius giro en el acto y le mando una mirada llena de pánico al licántropo, y si no fuera porque estaba igual de asustado Remus se habría partido de la risa porque esa mirada suplicaba a gritos que no lo abandonara.

- Lupin.

La oscura voz del pocionista no auguraba nada bueno y pese a la suplica en los ojos del animago Remus huyo despavorido de su propia habitación sin mirar atrás.

- Black...

- Bendito karma... mi Bellus...hazlo rápido y sin dolor amor mío.

- ¿De dónde sacas esa sarta de estupideces? – Remus miro a su melodramático amigo hincarse en la alfombra de su habitación y alzar los brazos suplicándole a un imaginario Severus por algo de misericordia y no pudo más que rodar los ojos– Primero que nada yo no te abandonaría y segundo Severus no va a matarte, menos aun en mi habitación, tal vez en la tuya pero no en la mía.

- Gracias Moony, eres un bálsamo para los nervios- Sirius le mando una mirada plana al insensible licántropo que tenia por amigo, que al parecer no se daba cuenta que su maravillosa persona estaba a punto de pasar a mejor vida.

- Lupin, Potter te está buscando abajo, Black tu...

El par de merodeadores dio tal respingo que hasta Severus se sobresalto, el pálido mago alzo una ceja de forma suspicaz mientras el par de merodeadores volteaban a verlo con el pánico pintado en la cara, las reacciones de ese par le decían que justo antes de que entrara sin tocar a la puerta habían estado hablando de él, pero justo en ese momento no tenía mucho tiempo para indagar.

- ¿Lupin...?

Severus iba a agregar algo pero no pudo continuar su frase ya que el licántropo, mas pálido que el papel, paso corriendo como una exhalación a su lado.

- ¡Ya voy Prongs!

El pocionista parpadeo un par de veces y miro sobre su hombro apenas a tiempo de ver al licántropo correr escaleras abajo y cuando regreso su mirada al animago, este tenía la cara desencajada de incredulidad.

- Soy víctima de múltiples venganzas.

- Ganadas a pulso muy seguramente.

- No puedo negar eso.

Severus se sonrojo notablemente y desvió la mirada, tener a Sirius de rodillas frente a él con cara de culpa le recordó que no recordaba lo que había hecho la noche pasada y aunque estaba seguro que ese era un tema a tratar con el merodeador no quería hacerlo, porque aunque no recordaba sabia que hacerlo cambiaria todo pero por suerte iba a tener que postergar esa charla, gracias a Merlín... o mejor dicho a Orión.

- Black podrías pararte, tu padre está abajo y quieren hablar contigo.

El animago prácticamente se desmorono sobre la alfombra mientras se lloriqueaba que todo iba de mal en peor.

- No seas dramático, además también quiere hablar conmigo así que date prisa.

Sirius se apoyo en los codos mientras miraba al pocionista preguntándose para que quería su padre hablar con ellos.

***

Orión Black llevaba cerca de cinco minutos esperando en la biblioteca por su hijo y su futuro yerno, sobra decir que ser impaciente es algo que los Black llevan en la sangre de modo que ya había revisado cada cajón del escritorio de su hijo y se había llevado una grata sorpresa al ver ahí guardada la nota que le había escrito a su primogénito y al igual que no pudo evitar sentirse un poco conmovido tampoco pudo evitar sentir el pinchazo de culpa por los últimos años de peleas constantes y distanciamiento.

Cuando Severus y el merodeador entraron a la biblioteca encontraron al padre de Sirius con la cabeza metida bajo las cortinas que cubrían el retrato del pocionista. El animago se cubrió los ojos con una mano y negó con la cabeza, eso no podía estar pasando, por su parte Severus se sonrojo ligeramente mientras carraspeaba para llamar la atención.

El padre de Sirius se sobresalto un poco pero saco la cabeza de debajo de la cortina y camino hasta el frente del escritorio de caoba con su porte de caballero estoico, ni Sirius ni Severus estaban seguros pero jurarían que acababan de ver el más ligero de los sonrojos en aquel atractivo mago.

Sirius estaba por saludar a su padre como si no acabara de encontrarlo husmeando como un niño pequeño entre sus cosas cuando el mayor desenvaino su varita y les lanzo un hechizo, el hechizo impacto contra la puerta tras ellos ya que el par de jóvenes magos apenas tuvo tiempo de esquivarlos y para cuando desenvainaron sus varitas para enfrentarse al mayor, el patriarca de los Black ya había guardado la suya.

- Disculpen eso, es solo que sus amigos son un tanto curiosos- Orión se apoyo en el escritorio e hizo una inclinación de cabeza señalando hacia la puerta- ni siquiera necesito un hechizo para ver a través de la puerta, se ven las sombras de sus pies desde aquí.

- Menudos aurores van a ser- Severus le mando una mirada plana a la puerta mientras bajaba su varita y suspiraba con pesar, acababa de reconocer la delgada sombra de los tacones de Lily.

- Ya lo dijiste pimpollito mío- Sirius se encogió de hombros y sonrió con chulería al ver el notorio sonrojo del pocionista- seremos aurores no espías, aurores.

- Espero que nunca los manden de encubiertos a ningún lado...- el pocionista podía sentir una vena latiéndole en la sien, no se podía creer que el pelinegro lo llamara pimpollo acaso el idiota de Black creía que no le mandaría un hechizo por impertinente solo porque su padre estaba enfrente.

- Sirius compórtate- eso había sido un golpe directo a la nostalgia para el señor Black, esos dos eran igualitos a Eileen y a él en sus tiempos de escuela- quiero hablar contigo sobre algo.

- ¿De qué se trata?

Sirius cuadro los hombros y miro a su padre con desconfianza, llevaban mucho tiempo sin dirigirse la palabra apropiadamente, excluyendo lo sucedido después del secuestro de su Bellus, y el hecho de que ese hombre tan orgullosos y soberbio viniera expresamente a hablar con él lo ponía tenso.

- Tu madre y yo pensamos celebrar nuestro aniversario en dos semanas y queremos que ustedes dos asistan.

Los dos adolecentes intercambiaron una mirada impresionados para después mirar Orión con la misma pregunta en mente.

- Entiendo que lo quieran a él ahí, pero ¿a mí porque?

Sirius y Severus se miraron con una ceja alzada de la impresión pues habían soltado aquella frase al mismo tiempo y Orión tuvo que esforzarse para no reír así que con una sonrisa adusta miro a su hijo.

- Sirius eres nuestro hijo, por supuesto que queremos que estés presente, además serán nuestras bodas de plata y pensamos invitar a todos los que fueron a nuestra boda y...- en ese momento la sonrisa de Orión se suavizo un poco y su mirada se dirigió al pocionista- Eileen... ella... fue la dama de honor de Walburga, se que a mi esposa le gustaría tenerte presente en su lugar, sin duda a mi me gustaría que asistieras.

Sirius se sentía inusualmente conmovido pero al escuchar el nombre de la madre de su Bellus no pudo evitar mirar al menor de reojo, Severus se había enderezado y mordía discretamente su labio inferior, visiblemente conteniendo sus emociones y en el momento en que asintió en lugar de parecer que estaba aceptando la invitación de su padre parecía estar pidiendo permiso... vale, de ninguna manera lo dejaría solo con su parentela, esa manada de lobos lo despedazaría... o se lo robarían, no, eso sí que no, mejor iba y lo cuidaba.

- ¿Dónde será?

A Severus y a Orión les dio la impresión de que Sirius esperaba que le dijeran que sería en Azkaban y que los dementores servirían los canapés, pero el mayor de los Black no le tomo importancia y puso las invitaciones en el escritorio.

- Quita esa cara hijo, te aseguro que te gustara el lugar, además tendrás buena compañía.

A Severus de repente se le hizo muy interesante el titulo de un libro de runas antiguas que extrañamente había sido puesto de cabeza en el estante y Sirius miro hacia una pared para evadir la mirada de su padre, ya había olvidado que beso a su Bellus frente a sus padres pero la traviesa sonrisa del mayor le dejo claro que él no se le había olvidado.

- Bueno, me retiro, deje a Wala con la florista y será mejor que me apure o pedirá tentáculo venenosas para la recepción.

Cuando el padre de Sirius se retiro Severus le mando una mirada extrañada al merodeador.

- Mi madre tiene un gusto insano por las cosas peligrosas.

- Oh...- el pocionista asintió en entendimiento y después de meditarlo un poco añadió- yo elegiría el geranio colmilludo, es más apropiado para una boda.

-...

- Es broma.

- Oh.

- Black.

- ¿Bellus?

- ¿Lo que paso anoche- Severus regreso la mirada al libro de runas en el estante mientras sus mejillas adquirían un tono rosado- tiene que ver con el hecho de que estabas buscando epitafios con Lupin?

-...

Sirius no se sorprendió mucho de que el pocionista hubiese escuchado tanto de su conversación con Remus pero esperaba tener un poco más de tiempo antes de enfrentarse a esa charla, pero al parecer su Bellus no le daría tiempo de encontrar una explicación de lo sucedido que no lo alterara demasiado.

- Quita esa cara, no voy a cruciarte por algo que fue en esencia mi culpa.

- No es una maldición lo que me preocupa...

Severus lo sabía y Sirius sabia que lo sabía ya se lo había dejado claro antes, lo que a él le preocupaba es que el pocionista se fuera de su lado y terminara en algún lugar peligroso como la calle de la hilandera.

- Yo no... no me iré...- Severus evadió la mirada del ex Gryffindor y le dio la espalda mientras tomaba el libro de Runas y lo acomodo como debería de estar- solo quiero saber que tan avergonzado debería estar...

- No tienes por qué estar avergonzado...

- ¿Que tan malo fue lo que te hice?...

Sirius sonrió con desgana mientras se acercaba por la espalda al afligido pocionista, Severus en verdad no se daba cuenta de lo mucho que le gustaba al merodeador cuando dejaba ver que le preocupaba lastimarlo.

- No me hiciste nada malo...- Sirius apoyo la frente en el hombro de su Bellus y acaricio uno de sus brazos con suavidad- yo solo tuve un sueño maravilloso y tu una borrachera épica...

-... lo siento...

- Yo no...

Sirius beso suavemente la mejilla del pocionista y lo hizo girar lentamente entre sus brazos y mientras lo abrazaba por la cintura aturdiéndolo con esa penetrante mirada que gritaba lo enamorado que estaba le robo un largo beso en los labios.

Severus apoyo la frente en el pecho del animago cuando por fin sus labios lo liberaron, por mucho que su mente le gritara que no debía permitirlo simplemente no podía, porque estar en los brazos del merodeador lo hacía sentir protegido y la suave caricia de sus labios le hacía sentir cálido.

- En verdad... eres muy osado.

***

Sirius le sonrió como tonto a su licántropo favorito mientras agitaba su café con una chucharita distraídamente, hace una hora que su padre se había ido y veinte minutos desde que su Bellus y la pelirroja salieron pues la chica no había llegado a su casa anoche y si llegaba sola sus padres le harían un escándalo y Remus envió a los otros dos por algo de comer, pese a que acababan de desayunar, ya que se moría de ganas por preguntarle a Sirius lo que había pasado después de que su padre se fuera.

- ¿Y eligieron un epitafio?

- El primero, dijo que en verdad soy muy osado.

- ¿Por qué dijo eso?

- Porque lo bese.

- ¿¡Lo besaste frente a tu padre!?

Sirius se sobresalto un poco con el grito de Remus y lo miro extrañado.

- Bueno, hoy no pero lo bese frente a mis padres después del secuestro.

- ¿¡Que!? ¿¡Porque apenas me estoy enterando de esto!? ¡Un momento! ¿¡Lo besaste frente a tu madre!? ¿¡No los crució!? ¡Espera! ¿Por qué siguen vivos? ¡Oh, no me digas! ¿Tu padre vino a decirte que lo aceptaban como yerno y te quieren de regreso?

Remus prácticamente se había trepado sobre la mesa del comedor mientras miraba a su pelinegro amigo con una intensidad poco habitual en él y una sonrisa de oreja a oreja listo para soltar más preguntas, pero sirius lo interrumpió antes de que continuara.

- No... creo que no, solo vino a invitarnos a su boda de plata...

- ¡Boda! ¡Es muy pronto para eso! ¡Ni siquiera le hemos dicho a James!

Sirius le dio un coscorrón a su castaño amigo sacándolo de si pequeño momento de fanboy, no era cosa fácil hacer que Sirius Black se sonrojara pero Remus acababa de conseguirlo.

- ¡Presta atención, la boda es de mis padres!

- Pero si ellos ya están casados.

Remus se sobo la cabeza, justo donde Sirius la había pegado y Sirius se cubrió los ojos exasperado.

- Lo sé Moony, son sus bodas de plata.

Sirius tuvo un momento difícil tratando de calmar al licántropo para que le prestara atención y poder explicarle a que había ido su padre esa mañana.

Por su parte Severus estaba en una pequeña crisis, ya le había dicho a Lily el porqué de la presencia del padre de Sirius en el departamento y estaba jodidamente nervioso, Lily no podía ayudarlo en eso, ella nunca había asistido a un evento mágico de tal envergadura, por suerte la chica no estaba tan bloqueada como su amigo así que le recordó a alguien que si podía ayudarlo, Lucius.

El par de magos corrió a la lechuceria más cercana y pidieron el ave mar rápida que tenían ya que le enviarían un mensaje urgente al heredero de los Malfoy. Lily se sorprendió de lo rápido que fueron atendidos y de cómo incluso el encargado se acerco para ofrecerse a ir personalmente por red flu desde el ministerio de Londres al de Paris para hacer la entrega, eso le recordó a la pelirroja un poco a lo sucedido el día en que Sirius hizo que una empresa de remodelaciones mágicas trabajara en domingo solo para él. Por su parte Severus no estaba tan sorprendido, solo se limito a decirle a aquel flacucho mago que no le importaba como la entregara pero que lo hiciera lo más rápido posible.

Cuando el dúo de magos salió de la lechuceria la pelirroja le mando una mirada interrogante a su pálido amigo.

- ¿Crees que lo haga?

- ¿Ir él mismo y entregar mi carta?

- Si.

- No creo, eso sería muy...

Severus miro sobre su hombro justo a tiempo de ver al delgado mago salir corriendo con su pergamino en la mano, y si la memoria no le fallaba se dirigía hacia una de las entradas del ministerio.

***

Lily y el pocionista se la pasaron casi toda la tarde de paseo y visitaron algunas tiendas en busca de ideas de cómo debía vestiré el pálido mago o que tendría que llevar como presente, tendría que ser algo simbólico ya que él no tenía mucho dinero pero aun no tenía idea de que llevar y Lily estaba igual de perdida que el.

Lily suspiro derrotada, rendirse no estaba entre su hábitos pero que Merlín la embrujara si fuerza en el universo que hiciera hablar a Severus, se la paso toda la tarde intentando que el pálido mago le dijera si Black le había dicho algo de la noche pasada y nada, no obtuvo ni pio del asunto, ni siquiera consiguió información clara del porque el padre de Sirius lo invito a su boda, o bueno si fue clara pero no satisfactoria, ella esperaba que el asunto tuviera que ver con Sirius pero al parecer solo se trataba de la profunda amistad que tuvieron los Black con Eileen.

Para cuando el par de magos regreso al departamento ya pasaban de las tres de la tarde y solo les basto poner un pie en el interior para saber que algo estaba diferente, y no se trataba únicamente de la expresión enfurruñada de un par de merodeadores.

James y Sirius miraban con idénticas expresiones de desconfianza y molestia hacia la chimenea y cuando los recién llegados se acercaron pudieron ver el motivo, un elfo domestico.

- ¿Dobby?


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro