32.- Un Amigo Peligroso
Severus tenía más amigos de los que la mayoría creía y en opinión de Lily todos y cada uno de ellos eran de moral cuestionable, pero todos eran leales hasta la medula y ella sabía de lo que hablaba, mas de una vez los vio bordear la delgada línea entre lo correcto y lo incorrecto por un amigo, también los vio saltarse reglas e incluso directamente quebrantar la ley... pero nunca diría a quienes vio o que les vio hacer... porque ella era igual a todos ellos.
Ella era leal hasta la muerte y jodidamente sobreprotectora, tan leal como para rechazar al chico que le gustaba por atormentar a su mejor amigo y tan sobreprotectora como para esconder al joven pocionista en su habitación a los catorce para protegerlo de su padre y su moral era tan cuestionable como la de todos ellos, aunque nadie lo creyera, porque hacer callar a un chico de doce años al ver a Lucius Malfoy usar maleficios prohibidos contra el cretino que intento abusar de su mejor amigo la hacía más que una cómplice silenciosa de aquella engreída serpiente, especialmente si se tiene en cuenta que el pobre muchacho perdió las memorias de casi dos semanas de su vida.
Pero los merodeadores no sabía nada de esto, aun si ya habían notado la lealtad y el aprecio que todos parecían tenerle al pocionista, ninguno de ellos sabía lo que eran capases de hacer cuando el pálido joven se encontraba en peligro... o cuando creían que se encontraba en peligro, por eso Remus John Lupin no había visto nada malo en dejar entrar a uno de esos amigos de mala talante a ver al ex Slytherin, lo que el licántropo no había anticipado es que su buen amigo Sirius se había quedado a dormir con el pálido mago después del susto que Lucius Malfoy les había dado en la madrugada, tampoco había contado con que el mas fornido, alto y jodidamente temperamental de los amigos del pocionista notaria en un segundo los casi invisibles hematomas que los secuestradores de Elora habían dejado en esa pálida y tersa piel que tenia.
Remus en ese momento deseaba no haber entrado al cuarto del pocionista sin tocar, después de todo, la escena frente a él no era una que quisiera ver, Severus estaba hecho bolita con las mantas hasta la barbilla acurrucado en brazos del animago y este estaba prácticamente enroscado en él. Remus no se preocupo mucho porque James los viera ya que el miope cervatillo había salido con Peter pues al no encontrar a Sirius en su cuarto creyó que el ojigris ya se había ido, y hasta ese momento el también lo creía, así que ahora la situación era un poco bochornosa, al menos para él, y muy seguramente también para el amigo del pocionista, aunque si lo pensaba bien Sebastián Ternera creía que esos dos eran pareja, así que no tenía nada de qué preocuparse realmente... o eso creía.
Si Remus hubiese puesto un poco mas de atención al gamberro italiano todas sus alarmas se habrían encendido, la mirada peligrosamente afilada y fulminante del moreno bien podaría cortar un par de filetes y dejarlos bien cocidos, desgraciadamente el licántropo no se dio cuenta del exacerbado estado de ánimo del moreno hasta que lo vio acercarse a grandes zancadas al par de magos en la cama y alzar de un tirón al animago.
Sirius no tuvo tiempo ni de hilar un pensamiento, había estado tan cómodo y cálido apenas unos segundos atrás y ahora no podía jalar ni un poco de aire a sus pulmones, Sebastián estaba estrangulándolo, joder ni siquiera podía sentir el suelo bajo sus pies ya que el gamberro lo tenía alzado del cuello. Remus se quedo anclado en la entrada de la habitación, se le había congelado la sangre al ver a uno de sus mejores amigos pataleando con desesperación después de que el moreno lo alzara del cuello como si fuese una muñeca de trapo.
- ¡Sebastián! ¡Suéltalo!
El brusco movimiento despertó a Severus y tan pronto como logro escapar del enredo de sabanas y mantas que lo habían atrapado en la cama se lanzo a la espalda del gamberro, casi parecía cómico con lo ridículamente pequeño que lucía junto al moreno y para el licántropo era evidente que el pocionista no lograría hacer nada contra el Choto a no ser que usara la magia pero antes de que Remus lograra sacar su varita del bolsillo de su pantalón este ya había soltado a Sirius.
A Sebastián no le costó mucho quitarse al pocionista de encima y tan pronto como lo arrojo de vuelta a la cama tomo al animago del brazo y lo obligo a pararse de malos modos, Sirius aun estaba afectado por el ataque, tosía y jalaba aire con evidente esfuerzo de modo que no pudo más que dejarse arrastrar por ese violento muggle fuera de la habitación.
Remus no entendía que estaba pasando, el aun recordaba la bochornosa situación en la que ese gamberro y Sirius se conocieron, curiosamente había sido exactamente la misma con la diferencia que Severus estaba vestido esta vez, de modo que no le veía ni pies ni cabeza al violento ataque del moreno pero le preocupaba seriamente que volviera a hacerlo, lo que hacía aun más frustrante el hecho de no poder sacar su varita y dejarlo inconsciente, no porque temiera las represalias del ministerio si se llegaban a enterar sino porque Severus Snape lo apuntaba con la varita de Sirius desde la cama en una muda amenaza, estaba claro que si el atacaba al moreno, el pocionista lo atacaría a él.
***
Tan pronto como Sebastián cerró la puerta tras arrojar a los merodeadores fuera de la habitación Severus escondió la varita bajo la almohada, de modo que cuando el moreno volteo a ver a su pálido amigo solo pudo ver al cabizbajo pocionista sentado al borde de la cama.
- ¿Seguirás negándome que el pijo bonito es tu wiza?
- No... él no es mi novio...
Severus jugo distraídamente con el dobladillo de su manga mientras Sebastián se acercaba hasta quedar parado frente a él, Severus no pudo más que rehuir su penetrante mirada y ante el gesto evasivo del pálido joven al moreno no le quedo más que chasquear la lengua con molestia y soltar el aire casi con frustración.
- Siempre creí que tú serias el primero en salir del hoyo de mierda donde nos toco nacer...
Severus fue atrapado con la guardia baja con ese comentario, sinceramente no se lo esperaba, pero aun así no pudo mirar a su amigo a la cara, no estaba seguro de porque estaba sacando ese tema a colación pero una pequeña y nostálgica sonrisa se insinuó tímidamente en sus labios, aun recordaba el día en que escucho las sirenas de la policía inundando la calle de la hilandera...
***Flashback***
Nadie se había atrevido a salir de su casa, ni siquiera la vieja Nana Jidd, pero Severus lo había visto todo desde la ventana de su habitación, como seguramente lo hacían el resto de sus vecinos.
Un par de policías sacaban a rastras un hombre completamente borracho y sin camisa de una deteriorada casa mientras un joven Sebastián Ternera de quince años estaba de pie junto una mujer de mirada severa y traje elegante, el hombre logro zafarse de los policías e intento abalanzarse sin éxito hacia su hijo y la mujer, pero ninguno de los dos retrocedió un solo paso, entonces otra patrulla había llegado y una mujer bajita de ojos esmeralda y piel morena bajo de ella, corrió hacia Sebastián y lo abrazo como si fuese un niño pequeño sin importarle su pinta de vándalo juvenil.
Los policías ya habían logrado controlar al padre de Sebastián cuando Severus lo vio subir a la otra patrulla y marcharse con aquellas mujeres supo que el joven que le había dado su primer beso ahora era libre de su verdugo y se había sentido sinceramente feliz por eso... aun cuando creyó que jamás lo volvería a ver.
Una vez que las patrullas se fueron hubo un gran revuelo en el vecindario, normalmente la policía no iba a la calle de la hilandera, así que para antes de que el pocionista se fuera a dormir ya estaba enterado de todo lo que había pasado, la mujer de rostro severo era una abogada de la corte de lo familiar y la otra mujer era su tía.
Severus tuvo el gusto de conocer a Delia un par de meces después de ese suceso cuando se topo con Sebastián en un supermercado por pura suerte, resulta que Delia era hermana del padre de Sebastián pero habían perdido el contacto a causa de las adicciones en las que ese hombre se sumergió y por un hecho fortuito se entero de que se había casado y que su mujer lo había abandonado con un niño.
Tan pronto como Delia supo de la existencia de Sebastián contrato a un investigador privado y al enterarse de que su hermano solo había cambiado para peor no dudo en pelear por la custodia de su sobrino.
Para Severus había sido emocionante volver a ver a Sebastián, era la primera vez que veía el rostro del moreno sin golpes e incluso le pareció que su sonrisa era más brillante... aunque para Sebastián el encuentro no fue tan agradable, hizo todo lo posible para que su tía y el pálido mago no notaran lo molesto que estaba, puede que para Delia el mundo de violencia donde creció su sobrino fuera algo completamente desconocido y que algunas cosas le pasaran desapercibidas, pero Sebastián había notado en un instante la ligera cojera de Severus y el pequeño moretón en el cuello que intentaba esconder con un suéter de cuello alto. Esa noche Sebastián el Choto Ternera regreso a la calle de la hilandera y por dos semanas enteras nadie supo nada de Tobías Snape... ni siquiera Severus.
***fin del flashback***
- Pero fuiste tú quien lo logro...
- También creía que tú romperías el ciclo de violencia que nos toco vivir.
- Ninguno de nosotros lo ha superado...
- Eso puedo verlo...- Severus se acaricio la quijada justo donde uno de los moretones más persistentes aun podía notarse si mirabas con atención.
- No fue él...
- Entonces porque siento que me escondes algo cada vez que te pregunto por qué no es tu novio, ambos sabemos que te gusta.
- Sebastián, eso no es...- el moreno se arrodillo frente al pocionista obligándolo a mirarlo a la cara.
- Se que no confías en él, puedo verlo... aunque no sé el porqué, cuando lo conocí estaba casi muerto por haberte protegido, pero esa no es toda la historia ¿verdad?... no confías en él y debe haber un buen motivo para que así sea... ¿alguna vez te ha hecho daño?
-...
Severus no sabía cómo responder a eso, sabía que si le decía todas las cosas horribles que el merodeador y sus amigos le hicieron durante siete años las cosas se pondrían terriblemente violentas y él no quería pelear con los leones o borrar la memoria de uno de los pocos muggles que le agradaban, especialmente al que consideraba su primer amigo.
- ¿Tanto daño te hizo como para que no puedas confiar en él después de lo sucedido en ese callejón?- Para Severus era claro que Sebastián estaba aferrándose a su cordura con uñas y dientes para no salir de ahí y moler a golpes al animago y eso solo podía significar una cosa, algo realmente grande preocupaba al moreno.
- Las cosas eran... muy diferente en el colegio...
- Y aun así lo dejas acercarse...- Sebastián no necesitaba de muchas palabras para entender a que se refería el pocionista con "diferentes" el había crecido en un mundo de violencia, miedo y dolor, para él no había sido difícil identificar el tipo de persona que era Sirius Black después de esa borrachera que tuvieron, podía verlo en sus ojos... era un matón, igual que él, con la diferencia de que se creía moralmente superior a otros y eso definitivamente no le gustaba porque alguien así podía hacerte creer que realmente era bueno, el moreno se obligo a respirar profundo para mantener sus ideas en orden antes de salir de ahí y plantarle cara al ojigris- Severus... no quiero verte cometer los mismos errores que cometió tu madre... mira a donde la llevaron a ella...
Sebastián nunca hablaba de la madre del pocionista, ni para bien, ni para mal, pues había una mezcla de admiración y desprecio cada vez que pensaba en ella y Severus lo sabía, peor aún lo entendía, Sebastián odiaba a la gente débil y sumisa y más aun a aquellos que no tenían el valor de darlo todo por sus seres queridos, y era por eso por lo que los sentimientos del gamberro se torcían cada vez que pensaba en aquella mujer, porque Eileen Prince había sido la criatura más débil y patética que había conocido en su corta vida, pero también era la única persona que conocía que había arriesgado la vida, literalmente, para proteger a su amado hijo.
- ¿Estás obligándote a confiar en él porque te gusta o realmente es digno de una segunda oportunidad?
Severus mordió su labio inferior y recordó el rostro de su madre, sus mejillas pálidas y delgadas, sus parpados oscurecidos por la falta de descanso, los pómulos con cardenales y los pequeños pero dolorosos cortes en sus labios. Eileen había tenido una vida cruel y miserable y su final había sido trágico, pero ella había estado firmemente convencida de que lo merecía, merecía cada golpe que recibía, cada ofensa y cada desprecio, había deshonrado a su familia y roto con siglos de tradiciones por eso se sometió por años a los abusos de su marido, las pocas veces que llego a alzarse contra Tobías habían sido para protegerlo a él y el recuerdo de los cálidos brazos de su madre le trajeron a la mente las tres noches en brazos de Sirius Black, entonces los oscuros ojos ónix del pocionista se clavaron en los brillantes zafiros del gamberro con seguridad.
- El no es Tobías... yo no soy como mi madre y tampoco estoy dándole una segunda oportunidad... esta es la primera y la única que tendrá.
***
Sirius estaba de pie junto a la entrada del edificio muggle donde vivía, no iba a fingir que no escucho la conversación que tuvo el moreno con su Bellus y sinceramente estaba confundido ¿Desde cuándo Severus le estaba dando una oportunidad? ¿Y para que era esa oportunidad? ¿Para disculparse? ¿Para demostrarle que era digno de confianza? ¿Para ser su novio?, esto último lo dudaba ya que Severus le había repetido un par de veces al gamberro que no era su pareja, lo único que lo detuvo de entrar de nuevo a ese cuarto y preguntar fue Remus (gracias a Merlín porque su varita se quedo adentro y el gamberro bien podía terminar de estrangularlo).
Pero justo en ese momento, ese no era el tema que más le preocupaba, tal parece que el moreno había ido a buscar a Severus por un motivo en concreto que poco y nada tenían que ver con recuperar su chaqueta, la cual seguramente seguiría en el baúl de Regulus en Hogwarts, por lo que alcanzo a escuchar antes de que Remus lo sacara a rastras del departamento Sebastián Ternera había invitado a salir a su Bellus o al menos eso es lo que entendió cuando el gamberro le dijo a Severus que los lirios que encargo para él estarían a tiempo para la gran cita.
- No pienso pedirte una disculpa por lo que te hice pijo bonito.- el alto moreno paso de largo al animago sin siquiera mirarlo, aunque no parecía particularmente molesto ¿acaso todos los amigos de su Bellus tenían la irritante habilidad de lucir indiferentes cuando se los está llevando la chingada?
- No la necesito, se porque lo hiciste...- el animago no tenia duda, por la conversación que estuvo espiando, que Sebastián había creído que los golpes casi curados de Severus los había hecho él y aunque ahora el moreno sabía que no había sido así ambos sabían que en el colegio Sirius había sido un abusivo- no pienso volver a lastimarlo.
Sebastián se detuvo a mitad de las escaleras que estaban a la entrada del edificio donde vivía Severus, al pocionista le había costado convencer al gamberro de mantenerse al margen pero lo máximo que había logrado obtener de él era la promesa de no pelear con el ojigris antes de tiempo, promesa que no se sentía muy capaz de cumplir considerando que con esas últimas cinco palabras ese niño pijo de cara bonita acababa de confesar que si le había hecho daño a su pálido amigo en el pasado.
- Eso espero, porque me importa una mierda si tienes la misma aura mística que el gato negro protegiéndote, no habrá lugar en este mundo o en cualquier otro donde puedas esconderte de mí.
***
James pateo el taburete de su habitación con molestia frente al resto de los merodeadores, había reunido a sus amigos por un anuncio importante en el que necesitaría la ayuda de todos, pero antes de que pudiera decir nada Peter noto los moretones en el cuello de Sirius y el licántropo les dijo lo que había sucedido esa mañana, omitiendo el detalle de que hacia el animago tan temprano en el cuarto de Severus. Si bien eso molesto a al miope animago también lo desconcertó.
- Creí que le caías bien a esos muggles.
- Pues tal parece que no.
- No es que le caigas mal Sirius.- Remus rodo los ojos, sabía que si bien su amigo entendía porque el moreno casi lo ahorca no significaba que se lo perdonaba.- el creyó que tu le habías pegado a Severus.
- Ya se Moony y solo por eso no lo hechizare -Sirius se dejo caer en la cama de su mejor amigo y James decidió picarlo un poco.
- Por eso y porque Snape te pondría babosas en la cama.- la cara de asco y miedo que puso el animago hicieron reír al resto, ninguno dudaba que el pocionista era capaz de hacer algo tan infantil si creía que era la mejor forma de fastidiar al león, por supuesto la burla de sus amigos no le hizo gracia al animago así que decidió cambiar de tema.
- Creo que el muggle ese sabe sobre nosotros.
- ¿Nosotros?
- Si, dijo que Severus y yo teníamos un aura mística o algo así, creo que sabe que somos magos y solo se hace el despistado.
James decidió ignorar el hecho de que su mejor amigo había empezado a llamar "Severus" a la antipática serpiente desde hacía algún tiempo de la misma forma en que ignoraba que en ocasiones se le acercaba más de lo necesario o lo molestaba de forma inusual, no lo hacía realmente apropósito simplemente la idea de que su amigo pudiera tener segundas intenciones con el pocionista no le pasaría por la cabeza ni para molestar a Sirius.
- ¿Crees que Snape le haya dicho algo?
Sirius y James se quedaron cayados por un momento, esa sería una infracción muy seria, Remus medito un poco sobre eso Severus podía terminar en Azkaban si rebelaba el secreto mágico, pero sinceramente no lo creía posible.
- No lo creo Peter, pero ya sabes cómo se conocieron, Sebastián presencio una explosión de magia accidental.
- Si pero estaba casi muerto - el pequeño animago lucia nervioso, que pasaría si un muggle los descubre, o peor que pasaría si el ministerio se enteraba de eso.
- Puede que el incidente lo dejara sensible a la magia, o que pueda percibirla, aunque está claro que él cree que Snape tiene dones, después de todo dijo que era un "Ángel"
Sirius frunció el seño celoso y cambio el tema antes de que a su miope amigo se le ocurriera sacar el tema del beso que el moreno le robo a su Bellus cuando eran niños y sugiriera que aun estaba enamorado del pocionista, porque para Sirius estaba claro que Sebastián Ternera había estado enamorado de Severus.
- Bueno dejemos eso de lado ¿Qué querías decirnos Prongs?
- Es Lily...- los tres merodeadores rodaron los ojos con fastidio, para el miope cervatillo todo era Lily- creo que tiene una cita con Snape.
Vale eso si capto la atención de todos, especialmente la del heredero de los Black, y por supuesto no se quedaron con las ganas de preguntarle, tal parece que Lily cancelo una salida con Alice, la novia de Frank, ya que tenía una importante cita con Severus o al menos eso es lo que le había contado Frank al cervatillo a la hora del almuerzo, incluso lo molesto un poco diciéndole que se apurara o esa serpiente le ganaría a su chica.
- No creo... tal vez se trata de otra de sus salidas, Lily siempre sale con él.
La réplica de Remus había salido un poco débil, había visto a Sirius de reojo y por la cara que puso supo que había llegado a la misma conclusión, el Choto nunca dijo que la cita fuera con él, él solo dijo que había conseguido las flores y que eran para una cita, corrección, que eran para una GRAN cita.
Sirius no lo admitiría ni bajo tortura pero la verdad es que el tema de Lily lo ponía inseguro en ocasiones, el pocionista había estado enamorado de ella por años o eso es lo que todos creían y Severus nunca se ha molestado en negarlo, claro tampoco lo ha admitido pero la falta de una declaración solo hace que el tema sea aun más delicado y justo ahora el animago se sentía más inseguro que nunca después de lo sucedido con su Bellus esa mañana.
***flashback***
Sirius toco la puerta abierta de la habitación de Severus para anunciarse y el pocionista no pudo evitar ponerse en pie sobresaltado, pues el pálido chico había estado buscando algunos ingredientes en su cómoda.
- ¡Black!.. Yo... creí que te habías ido con Remus...
Sirius frunció el ceño molesto, había dormido un par de noches seguidas con el y seguía llamándolo por su apellido mientras que el nombre de Moony lo decía cada vez más seguido, sin mencionar el pequeño detalle de que su Bellus había aceptado salir con el gamberro italiano, no es que fuera a reclamarle, no estaba en posición de hacerlo... aun.
- Olvide mi varita.
- Oh... claro...
Severus se giro para sacar la varita de debajo de la almohada y Sirius aprovecho para acercarse e intentar abrazarlo desde atrás, pero antes de que llegara al pálido joven este ya se había girado de nuevo y literalmente le tiro la varita a la cara antes de salir a paso rápido de la habitación asegurando que se les estaba haciendo tarde y si bien eso era cierto a Sirius le quedo claro que todo el avance hecho en esos pocos días se había ido al traste.
***fin del flashback***
Sirius chasqueo la lengua molesto, ese gamberro le había recordado con un par de palabras quien era él y como era de imaginarse el pocionista estaría reacio a dejarlo acercarse de nuevo, pero no tuvo tiempo de despotricar mentalmente contra el moreno cuando la discusión de Remus y James lo trajo al presente de nuevo.
- Te digo que es una cita Remus, Alice le dijo a Frank que Lily no sabía que vestido ponerse y estaba muy nerviosa.
- Creo que estas exagerando.
- ¡Argh! ¡No escuchaste lo que te dije! ¡Lily-seguridad-Evans estaba nerviosa!
- Eso no lo sabes, solo es lo que dijo Alice, ella podría haber malinterpretado las cosas.
James resoplo molesto pensando que su licántropo amigo simplemente estaba en negación y que no quería ver que el chico que le gustaba estaba pretendiendo a su amada pelirroja, pero antes de que siguieran la discusión por ese camino el ojigris los interrumpió.
- Prongs, dijiste que necesitabas nuestra ayuda ¿Qué es lo que quieres que hagamos?
- Arruinar su cita de ser posible.
- ¡Prongs!
- ¡Vamos Remus! ¿Acaso quieres que el amor de nues... de mi vida se vaya con otro y yo quede me quede solo, triste y miserable?
Por un momento el de lentes estuvo a punto de meter la pata diciendo "el amor de nuestras vidas" pero se corrigió enseguida y cubrió su pequeño desliz con una exagerada actuación de lo que sería verse "solo, triste y miserable" y siendo sinceros eso sería bastante patético... e hilarante ya que el animago se agarro a uno de los postes de su cama y se deslizo hasta el suelo con gesto compungido.
Peter intentaba no reírse de su dramático amigo y Remus se paso una mano por la cara con exasperada resignación, sabía que cuando el de ojos almendrados se ponía en ese plan nada podía detenerlo especialmente si Sirius lo apoyaba y por supuesto que Sirius lo apoyarías, siempre lo hacía, pero ahora tenía un verdadero motivo para hacerlo.
- Si arruinamos esa cita, y no es que crea que realmente es una cita, Lily nos va a hacer picadillo.
- Solo hay que seguirlos y ser discretos - Peter obviamente no había entendido el intento de disuasión de su licántropo amigo- ¿Cuándo será la cita?
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