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31.- Solo una noche... o quizá tres.

Severus no espero a que Mel le diera el alta cuando le pidió al merodeador que lo llevara a casa, el medimago no tuvo tiempo ni de protestar cuando el par de jóvenes magos salió de la habitación para desaparecerse en el vestíbulo de San Mungo, pero al tiempo que aparecían en la sala del su departamento los padres de Sirius y Mel aparecían también.

- ¡Severus, no puedes dejar el hospital sin que te den de alta primero, ni siquiera he terminado de revisarte y aunque estuvieras bien necesitaras descanso!

- Lo sé Mel, pero si me quedaba los aurores y reporteros que seguramente estarán llegando ahora mismo a San Mungo no dejarían de atosigarme a preguntas.

La mirada cansada pero serena del pocionista casi hacia que los presentes olvidaran que Sirius Black lo tenía firmemente abrazado y que el propio Severus apoyaba su mejilla en el pecho del merodeador, por un momento la actitud posesiva y sobre protectora de Sirius le dio a Mel la sensación de que el animago no lo dejaría acercarse de nuevo a Severus para revisarlo, pero no podría haberse equivocado mas.

- Mel, puedes terminar de hacerle el chequeo a Severus.

El pocionista estuvo a punto de protestar pero al levantar la mirada y ver a Sirius... la preocupación pintada en esos hermosos y atormentados ojos grises y la tensión en sus hombros simplemente no pudo hacerlo, gracias a Merlín que el resto de los chicos no estaba, porque sin duda los inundarían con preguntas que no querían responder, especialmente Lily y Remus, ya que aunque a Sirius se le había hecho una eternidad el tiempo que Severus estuvo secuestrado para el resto del mundo fue menos de una hora, sus amigos seguramente seguirían en el café muggle donde Sirius dijo que los alcanzaría antes de escabullirse tras su Bellus sin siquiera imaginarse lo que había pasado.

Para fastidio de Mel y bochorno de Severus ninguno de los Black acepto dejarlo solo con él para la revisión, Walburga hizo un débil intento por echar a su marido y a su hijo de esa sutil forma que tanto la caracteriza y puede resumirse en un simple "Salgan" y por supuesto que solo había una respuesta ante la orden tan directa de la matriarca de los Black, una respuesta breve y concisa que Orión y su hijo parecían haber practicado miles de veces hasta poder decirla a una sola voz "No."

Severus se negó rotundamente a quitarse la camisa con los padres de Sirius presentes, una cosa era que Mel como medimago viera sus heridas o que él se las hubiese mostrado al merodeador en un momento de enojo, pero de ahí a que los señores Black las vieran era un cuento muy diferente, en su opinión uno no andaba por el mundo mostrando las marcas de su vida así como así.

Desgraciadamente eso complicaba el trabajo de Mel ya que tenía que acercarse más para poder revisar las heridas bajo la camisa abierta del pocionista, y como era de esperarse los gruñidos de Sirius no tardaron en hacer acto de presencia.

Después del vigésimo cuarto gruñido el exasperado medimago se giro para mirar al merodeador entonces noto el ceño fruncido de Orión Black y no pudo más que rodar los ojos con fastidio, solo entonces Walburga se dio cuenta de la expresión de su marido y lo único que pudo hacer para intervenir fue resoplar y rumiar por los pocos vestigios de su paciencia.

- Algunas cosas nunca cambian.

- De tal palo tal astilla, no sé como los aguantas Wala.

- Nervios de acero Melka.

Sirius miro pasmado al medimago ¿qué era eso de Wala? ¿Y porque su madre lo llamo Melka? El pobre merodeador se sintió como si su mente se hubiese fracturado, eran demasiadas cosas en muy poco tiempo, por su parte Severus se le había quedado mirando a Orión Black, quien evadía su mirada y había empezaba a sonrojarse bastante, como por acto reflejo se cerró la camisa mientras los colores se le subían a las mejillas y se giro alarmado hacia el medimago.

- ¿Qué es eso que de tal palo tal astilla?

Ante la pregunta del pálido mago Mel no pudo más que sonreí de lado recordando viejos tiempos mientras que Sirius volteaba a ver a su padre con el único fin de mandarle una mirada poco cariñosa.

- Veras Severus, todo creen que Sirius se parece a Wala, ya sabe; carácter fuerte, sobrada seguridad, un habilidad letal para los duelos de magia y una lengua aun más peligrosa, pero la verdad es que Sirius es una bestia impulsiva, posesiva y caprichosa igual que su padre.- Sirius no tuvo tiempo ni de ofenderse cuando el impacto de otra noticia lo golpeo tan duro como la vez que se estrello contra las gradas en una práctica de Quidditch.

- Lo que Redadas Melka quiere decir es que él y mi marido tuvieron más de una pelea por tu madre en el colegio, incluso alguna vez llegaron a pelearse como meros muggles por querer invitarla a salir, la de idioteces que hacían por llamar su atención.

La sonrisa marca Black que les regalo Walburga a su yerno y la evasiva mirada de Orión y Melkart no ayudaron en nada para aminorar el impacto de esa declaración, vale Severus y Sirius sabían de los sentimientos de Mel por Eileen pero... lo de Orión Black era toda una sorpresa, una muy grande y pesada que amenazaba con alastrarles la cabeza.

- Bueno... éramos jóvenes... y... bueno, si...- Orión Black parecía estarle hablando a la escalera más que a cualquier otro y estaba claro que por nada del mundo pensaba hacer contacto visual con ellos.

- Tu madre... era muy linda... te lo he dicho antes...- el pobre medimago estaba tan sonrojado que Severus tuvo ganas de reírse, siempre que hablaba de su madre se veía muy seguro aunque algo nostálgico pero esta era la primera vez que lo veía nervioso con ese tema.

- ¿Te peleaste a puños por mi madre? - Severus se cubrió los labios con el dorso de su mano para cubrir su sonrisa, claramente más divertido que impresionado.- ¿Quién gano?

- Yo por su puesto.

La madre de Sirius cruzo los brazos y alzo el mentón mientras sonreía con soberbia, Melkart y Orión no sabían dónde meter la cara, Sirius abrió la boca impresionado antes de largar la carcajada más alegre y burlona que había soltado en mucho tiempo y Severus claramente iba por el mismo camino.

- No iba a dejar que este par de idiotas atosigara a mi mejor amiga de esa manera.

Por un momento que ninguno de los presentes noto la sonrisa de Walburga decreció, siempre se pregunto que habría pasado si hubiese permitido que uno de esos dos idiotas cortejara a su dulce amiga de la infancia y no podía evitar torturarse y sentirse culpable al respecto... quizás Eileen seguiría viva si no hubiese sido tan sobreprotectora en el pasado... Eileen había tenido una educación muy diferente de la suya pese a que ambas crecieron bajo la doctrina de la supremacía de la sangre sus crianzas habían sido muy diferentes, Eileen tenía el porte orgulloso de cualquier heredero de una familia sangre pura, pero era sumisa y maleable en cambio Walburga era autoritaria y determinada.

Walburga intento sacudirse la culpa de encima, había protegido a su mejor amiga lo mejor que pudo y la buco sin éxito por años, ahora Eileen se había ido pero le había dejado un tesoro invaluable y velaría por él pero no cometería los mismo errores, no protegería a Severus del mundo como intento hacerlo con su madre, no, ella le enseñaría a protegerse del mundo, porque si bien estaba claro que Severus podía hacerlo bastante bien, nunca estaba de mas saber que tienes a alguien que está dispuesto a respaldarte.

La matriarca de los Black vio a su primogénito sentarse junto al pocionista y echarle el cabello hacia atrás para revisar un rasguño en su mejilla y aunque no lo demostró un cálido sentimiento que se mezclaba con su orgullo se apodero de su pecho, Severus Prince ya tenía el mejor respaldo del mundo.

***

Lily había aparecido azotando la puerta y estaba bastante histérica, no se contuvo de gritarle a los dos que eran unos irresponsables por haber abandonado el hospital sin avisar a nadie, pues al parecer ella y los merodeadores se habían pasado por ahí tan pronto como escucharon la noticia, la exaltada leona solo paro cuando noto la presencia de Mel y los padres de Black en el lugar.

Esa sí que había sido una prueba de fuego... para los padres de Sirius, ellos habían estado investigando a Severus desde que lo conocieron en el andén y ya estaban enterados de que su mejor amiga era una sangre su... una hija de muggles y que dichos muggles le habían ayudado a correr con los gastos del entierro de Eileen y lo habían apoyado todo el tiempo.

Fue un primer encuentro muy intenso y el ambiente parecía bastante cortado, todos tenían cara de haber tomado leche agria y los padres de Sirius se veían tensos al menos a ojos de los leones, pero el animago de ojos grises sabía que sus padres en realidad estaban bastante nerviosos... lo que resultaba aun más impactante.

Después de un breve interrogatorio por parte de la leona Sirius y Mel decidieron que era hora de correrlos a todos, le había costado lo suyo al merodeador convencer a sus padres de que se fueran a casa, al final solo pudo valerse del hecho de que el pocionista necesitaba descansar para convencerlos sin terminar peleándose con ellos, la verdad es que había sido la tarde más civilizada que pasaba con ellos en mucho tiempo y la abrupta llegada de sus amigos había tenido mucho que ver, con ellos ahí no habían tenido tiempo de sumergirse en sus problemas familiares.

***

Hacía mucho tiempo que los merodeadores no sabían nada de la serpiente más engreída que había pisado Hogwarts y aunque era de conocimiento público que Lucius Malfoy y el pocionista eran íntimos amigos y que seguían en contacto algunos de ellos mantenían la esperanza de no volver a escuchar su voz nunca más... por desgracia para ellos su voz era lo único que se escuchaba en el departamento en ese momento.

Ya habían pasado un par de días después del ataque contra Elora y el día anterior se realizo una ceremonia oficial donde otorgaban a Severus la Orden de Merlín Primera Clase, incluso el director de los aurores le había ofrecido un puesto como novato, especialmente después de las declaraciones oficiales que hizo Elora Crouch de lo sucedido durante su secuestro exprés.

Bartemius Padre prácticamente obligo a Severus y a su hijo a asistir ya que el pocionista estaba reluctante pero después de la ceremonia Barty prácticamente se le colgó al cuello a su pálido amigo casi por quince minutos y le agradeció una incontable cantidad de veces por salvar a su madre, hasta ese momento no había tenido la oportunidad de hacerlo ya que cierta familia de magos sangre pura y un medimago hiperbólico habían equiparado la atención del agobiado pocionista además de que poco después, la misma noche del ataque para ser exactos, le dieron el alta a su madre y lo obligaron a regresar al colegio. El joven Slytherin no pudo conciliar el sueño esa noche... hasta que llego Peter a consolarlos y mimarlo, el pequeño animago seguramente había sido avisado por Sirius y tan pronto como pudo se coló al castillo.

Severus rechazo amablemente la propuesta del jefe de los aurores y se contuvo de hacer cualquier tipo de declaración esperando mantener un perfil bajo, eso de estar frente a los reflectores no era lo suyo, por desgracia tan pronto como la madre de Barty se había recuperado lo suficiente para hablar con la prensa la bruja se aseguro que todo el mundo conociera su nombre detallando cada una de sus heroicas acciones engrandeciéndolas más de lo necesario; como el dramático momento en el que el pocionista rompió la barrera que los mantenía cautivos en el castillo y justo al mismo tiempo los vampiros rompían las barreras que los mantenían alejados de ellos.

La bruja narro la batalla que se desarrollo después de eso con tanto detalle y dramatismo que todo Londres ardía en deseos de saber más y ella los complació, les hablo de cómo uno de esos vampiros estuvo a punto de morderla y de cómo Severus lo hizo volar al otro lado de la habitación con un simple movimiento de varita mientras derribaba a los otros dos sin siquiera mirarlos y de cómo esos tres vampiros juntos no tuvieron la mas mínima oportunidad contra él pese a que estaba peleando solo.

Incluso una atrevida reportera llamada Rita se acerco al colegio buscando información del pocionista para confirmar o desmentir el talento del pálido mago como duelista, Regulus y Barty no dudaron en afirmar que el pocionista era sumamente hábil y el tal Cascax aseguro haberlo visto en un "incidente" con tres chicos de cursos superiores y ganarles en menos de cinco minutos, y aunque la bruja intento obtener más información de dicho incidente el de ojos verdes solo respondió con evasivas.

Y así es como llegamos al presente, presente en el que la noticia del heroico pocionista que expone su propia vida para proteger a una dama frágil e indefensa, llena la presa mágica; la noticia corre como pólvora por Londres mágico pero Severus aun tiene la esperanza de que dure poco, que llegue otro héroe bajando gatitos de un árbol o algo, pero hasta que ese momento llegue los reflectores están sobre él y él hace todo lo posible por evadirlos y con mucho éxito además, aunque esa tal Rita se estaba volviendo una plaga en su vida.

Pero hay algo que ni el escurridizo pocionista puede eludir, algo incluso más inexorable que Rita Skeeter y está convencido de que nadie podría eludirlo realmente, esa mañana antes incluso de que saliera el sol una águila blanca golpeo su ventana hasta despertarlo.

Si no hubiese estado medio dormido no habría dejado entrar al animal o por lo menos habría puesto un hechizo insonorizador, pero no lo hace y el vociferador que recibe explota, los merodeadores bajan a toda prisa al escuchar los gritos, Sirius Black a la cabeza, la puerta casi sale volando ante la enérgica entrada de animago de hecho reboto contra la pared y casi golpea a Remus al regresarse, pero Severus no lo nota; tiene los ojos cerrados y se cubre los oídos pero es en vano porque la voz de Lucius Malfoy es potente y autoritaria y está impregnada de enfado y recriminación.

- ¿¡En qué carajo estabas pensando!?- los merodeadores pueden sentir más que escuchar el grito de la rubia serpiente- ¿¡Te volviste completamente loco!? -era como un golpe directo en la cabeza - ¡Podrían haberte mordido! -demasiado temprano para sus cabezas adormiladas - ¡¡¡Peor!!! - Remus estaba tentado a mandarle una bombarda al endemoniado papel - ¡Podrían haberte matado! - y esas palabras estrujaron con crueldad el corazón de Sirius.

Severus no sabía que podían durar tanto pero el vociferador siguió con esa letanía por casi quince minutos y ninguno de los merodeadores pudo detenerlo, entonces hizo un cese al fuego y cuando volvió a hablar la voz del príncipe de las serpientes sonaba mucho mas compuesta.

- Felicidades por tu Orden de Merlín, te la mereces Severus... pero no vuelvas a hacer una estupidez como esa de nuevo o harás que se me caiga el cabello de pura preocupación.

Los cinco magos respiraron con alivio al ver ese gritón pedazo de papel hacerse pedazos solito y desmenuzarse sobre la alfombra mientras el pocionista murmuraba algo de estar rodeado de obsesivos hiperbólicos con complejo de divas y cabello de comercial, dos de los magos salieron del lugar para volver a dormir y Remus menciono que era "agradable saber que Lucius Malfoy es más de lo que parecía" y se retiro también.

Sirius y Severus permanecieron tres interminables e incómodos minutos en silencio, Sirius sabia que el pocionista mantenía comunicación con Malfoy vía lechuza desde que este se había ido a París poco después de graduarse, sabía que tenían una relación estrecha, que eran amigos prácticamente desde que se conocieron... pero no sabía que tan intima era esa relación y siendo sinceros dudaba que fuera como su amistad con Prongs... y eso lo hacía sentir jodidamente celoso.

Severus por su parte no podía tener sus pensamientos más lejos, tan pronto como se quedo solo con el merodeador, el vociferador y su egocéntrico amigo quedaron en el olvido, y es que como podía pensar en el sermón que le acababa de dar Lucius cuando tenía a Sirius Black sin camisa justo frente a él.

- ¿Tu y Malfoy son - Sirius no alcanzo a completar su pregunta cuando fue abruptamente interrumpido por una manta arrojada directa a su cara.

- ¡Podrías cubrirte, esta helando aquí!

Apenas el animago se quito la manta de la cara miro más detenidamente a su Bellus, Severus se abrazaba a sí mismo en una clara muestra de estar muriéndose de frio, estaba descalzo y usaba un pijama completo; pantalón y camisa de manga larga, demasiado grande para el de hecho ya que le cubría hasta los dedos.

A Sirius le pareció que su postura le gritaba a todas luces "¡Abrázame!" y esas sonrojadas mejillas no lo ayudaban a mantenerse sereno, entonces miro la manta entre sus manos, la cama y a su Bellus una vez más y con la mirada seria que parecía no abandonarlo desde hacía días soltó una de esas frases que hacían que el de ojos ónix se preguntara en que extraño mundo paralelo había despertado.

- Si es una invitación a que duerma contigo de nuevo, la respuesta es sí.

Ninguno de los dos movió un musculo, pero Severus se sonrojo hasta el cuello con esas palabras, desde el ataque hasta el día anterior el par de magos habían estado durmiendo en la habitación del merodeador, lo que consolidaba la creencia del pocionista de haberse transportado accidentalmente a una dimensión desconocida.

***flashback***

Severus estaba por retirarse a su habitación a descansar cuando sintió la mano de Sirius sujetarlo por la muñeca.

- Vamos arriba... necesitas un baño...

- Lo sé, solo iba por mi ropa.

- Usa una de mis pijamas.

Severus iba a protestar cuando vio al merodeador a los ojos, se veía tan decidido y preocupado, después de que sus padres se retiraran Mel había obligado a los demás a dejarlo descansar y le había ordenado seriamente que fuera a recostarse, Lily había obedecido esa orden a regañadientes y James había decidido acompañarla hasta su casa, Peter y Remus se habían ido San Mungo para intentar averiguar algo de Barty y de su madre, aunque con tanta seguridad en el lugar seguramente no podrían ni acercarse.

- No tardare mucho...

- Quiero que duermas conmigo.

- Black...

- Solo dormir... yo... no quiero perderte de vista... solo hoy... lo prometo.- El agarre de Sirius en su muñeca se aflojo un poco y los largos dedos del merodeador se deslizaron por el interior de su mano hasta sujetarla suavemente.

Severus no pudo sostenerle la mirada al animago, entendía el miedo residual que sentía el merodeador, lo había sentido muchas veces cuando era pequeño y su padre golpeaba a su madre, solía creer que era empatía pero Sebastián le dijo que eso no era lo mismo "no es el mismo miedo, ni el mismo dolor Severus, porque todo eso viene cubierto con desesperación e impotencia, la desesperación de saber que está sufriendo y que no puedes protegerla, que no puedes hacer nada para impedirlo... y eso es aun más doloroso que sentir los golpes en tu propia piel."

No tenía sentido pero así es como funcionaba el corazón del hombre, había sido él quien había sido herido quien había lucho desesperadamente por salvar a la madre de uno de sus mejores amigos, había hecho todo lo posible para que Barty no corriera su misma suerte pero había sido Sirius quien lo vio desaparecer, haba sido Sirius quien por cuarenta y seis minutos se había hundido en el infierno de la desesperación y el miedo de no saber si volvería a verlo con vida... y ahora pese a estar frente a frente ese miedo seguía ahí, podía verlo en esos atormentados ojos grises y podía sentirlo en el ligero temblor de sus manos.

- Solo esta noche...

Pero una noche se volvieron tres y habrían sido cuatro o cinco de no ser porque Regulus se había escapado del colegio y se había quedado hasta muy tarde con ellos la noche anterior. La primera noche había sido extraña y había estado impregnada de miedo y necesidad, el miedo de que Severus desapareciera en cualquier momento y la necesidad de saber que había vuelto, con un par de golpes y completamente agotado pero había vuelto.

Después de bañarse y vestirse con una de los pijamas del merodeador Severus se deslizo en la cama de Sirius, el merodeador había entrado a bañarse después de él y para alivio de Severus se había llevado algo de ropa para vestirse en el baño.

Cuando Sirius salió del baño con solo los pantalones de su pijama y una toalla alrededor del cuello no pudo evitar sonreír, su Bellus estaba hecho bolita en un extremo de su cama con las mantas hasta la nariz dándole la espalda, se acerco lentamente hasta él y antes de subir a la cama tomo la camisa de su pijama, no solía usarla para dormir pero sabía que su Bellus necesitaba que se la pusiera, como una muestra de que lo único que quería era su presencia.

Sirius entro a la cama muy despacio, como si creyera que hacerlo rápido haría correr al pocionista y cuando se metió bajo las mantas alargo el brazo para tocar su hombro, Severus se giro completamente sonrojado y se miraron a los ojos por largos minutos, la mano del animago aun seguía extendida entre ellos muy cerca del pocionista, como si quisiera tocarlo pero sin atreverse a hacerlo de nuevo, así que fue Severus quien extendió su propia mano y tomo la del merodeador antes de caer dormido.

La segundo noche el merodeador dijo "Solo esta noche" y Severus le respondió "Solo esta noche", con la diferencia que el merodeador se había acercado un poco mas y había deslizado su brazo alrededor de la cintura del pocionista y la tercera noche no había sido pedida o planeada mucho menos explicada simplemente había pasado y Sirius le había dado un beso mientras dormía sin atreverse a mas, porque el había sido sincero, no había segundas intenciones en sus palabras cuando le había pedido que durmiera con él la primera noche, Sirius solo necesitaba convencerse de que Severus había vuelto.

***fin del flashback***

Y ahora ahí estaba, entre las mantas mientras el merodeador le abrazaba por la espalda y él se acurrucaba entre sus brazos para dormir un par de horas más...

- No traes camisa...

- Puedo ir por una...

Pese a la queja del pocionista y la solución del animago ninguno de los dos hizo si quiera el intento de moverse o por lo menos de abrir los ojos.

- No... así esta bien...

- De acuerdo.

Severus se giro entre los brazos del merodeador y este lo estrecho aun mas contra su pecho y antes de caer dormido ya había olvidado el porqué había corrido a las tres de la mañana hasta el cuarto de su Bellus con el alma en un hilo.


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