20.- Taciturno Lobito.
Por mucho que James Potter se sintiera indignado y hasta cierto punto traicionado, por su licántropo favorito y que Sirius Black estuviera pasando por su primer bache amoroso ninguno de los dos había olvidado que ese era el día más importante del mes, o mejor dicho la noche, hoy habría luna llena y los animagos sabían que su pequeño lobo estaría inquieto e irritable. Así que tan pronto como termino la clase Peter se llevo a Remus al departamento para que descansara y ellos fueron por unas compras de emergencia para esperar a que llegara la noche.
Los animagos esperaban encontrarse con Remus encerrado en su habitación, refunfuñando por el calor, la luz o el aire mismo, ya que normalmente el día de la transformación el pequeño licántropo se sentía "incomodo en su propia piel" según sus propias palabras, así que grande fue su sorpresa cuando llegaron al penthouse y vieron a Remus sentado en la sala completamente relajado mientras el pocionista a su lado, le quitaba de las manos una humeante copa de cobre.
- Aun queda más poción, deberás tomar una copa cada tres horas hasta que salga la luna, con eso debe bastar para que mantengas el control, también debe disminuir las molestias que genera la transformación, aunque no te puedo asegurar que será un paseo entre rosas.- el pocionista dejo de lado la copa y aparto el cabello de la frente de Remus para mirar sus ojos, había estado estudiando el tema, incluso había pedido referencias al investigador de criaturas mágicas que le compraba pociones, así que ahora tenía una idea un poco más clara de cómo darle la poción al licántropo y en que señales fijarse para saber si algo no andaba bien.
Sirius contemplaba la escena con una extraña mescla de ternura y celos inundado su pecho, su Bellus era tan gentil con Remus a pesar de que el licántropo lo había atacado a él y a Barty el mes pasado que no podía evitar querer ir ahí y besarlo. Por su parte James se había prometido a si mismo intentar entender a Remus, así que en lugar de saltar a conclusiones y mirar la escena como un intento de envenenamiento se obligo a prestar atención en los detalles.
Severus aun no se daba cuenta de la callada presencia de los animagos mientras colocaba su mano sobre la frente del licántropo para tomarle la temperatura, según el investigador, Lupin tendría fiebres pasajeras a lo largo del día que lo pondrían irritable y a medida que se acercara el momento de la transformación se sentiría más y más cansado y huraño.
El pocionista también reviso los ojos de Remus ya que al parecer el suave color dorado se iría intensificando progresivamente y sus pupilas se dilatarían hasta casi triplicar su tamaño, pero todo parecía en orden, solo le faltaba checar su pulso y habría terminado, pero ya que no lograba sentirlo claramente en la muñeca lo busco en el cuello, cosa que hacia hervir de celos a cierto animago.
Pasados un minuto o quizá un poco más James se aclaro la garganta llamando la atención de los dos chicos en la sala, Remus se sobresalto un poco, había visto a Sirius y aunque el animago mantenía una expresión tranquila el licántropo sabía que era un hervidero de celos por dentro. Severus por su parte solo alzo una ceja con curiosidad y miro las bolsas llenas de chocolates que traían el par de merodeadores.
James Potter respiro hondo dándose valor y se acerco al pocionista para entregarle una de las bolsas con chocolates, el pocionista la tomo con duda y miro al miope animago pidiendo una explicación. Entonces lo impensable sucedió, James desvió la mirada sonrojado y amablemente le pidió que le diera unos cuantos chocolates a Remus ya que le gustaban y le hacían sentir mejor.
Remus y Sirius se habían quedado boquiabiertos y el pocionista estaba alucinado ¿Acaso James Potter le había pedido algo amablemente? El despeinado mago huyo hacia la cocina al notar las miradas desencajadas de los presentes, pero no había podido evitarlo, había pensado que le tomaría una eternidad encontrarle algo positivo al pocionista y se había equivocado estrepitosamente, no le había tomado ni cinco minutos entender porque Remus estaba enamorado del pálido mago.
Snape había sido muy gentil con el licántropo mientras lo revisaba, no se mostro descortés en ningún momento, ni lo trato como a un animal que quisiera estudiar, y lo que más lo impresionaba es que no parecía asustado o preocupado por estar tan cerca del de ojos dorados, y eso para James era importante, ya que aquellos que conocían el secreto de Remus, no solo se alejaban de él, sino que lo vigilaban como si en cualquier momento se fuera a volver loco y atacar a alguien.
***
Remus estaba enfurruñado en la sala, Severus le había dado solo cuatro ranas de chocolate y se había largado escaleras arriba para apurar a Peter y a Barty, ya que el par de idiotas había subido por mantas y almohadas y aun no regresaban, en cuanto el pocionista se perdió de vista Sirius le dio otra rana de chocolate a Remus y se sentó junto a él.
- Creo que Snape sería un buen medimago.- Remus subió las piernas al sillón y abrazo un cojín haciéndose bolita.
Sirius se dejaba caer contra el respaldo del mueble y sonrió de lado mirando hacia las escaleras, el podía asegurar de primera mano que el ex Slytherin tenía un gran talento y en poco tiempo podría volverse el mejor sanador del país si se lo propusiera, pero en su opinión el papel de medimago no le quedaba, y no es que creyera eso porque fuera un celoso redomado y le hirviera la sangre cuando lo veía cerca de otros, para nada, creía eso por un motivo mucho más simple.
- Realmente no me lo imagino aguantando los lloriqueos de nadie.
- Supongo que tienes razón.- Remus miro a su amigo con una mezcla de pena y curiosidad, por lo que escucho ayer el pocionista sabia de los sentimientos de Sirius y que aun estuviera en el departamento era buena señal, pero sabía que las cosas no estaban tan bien como parecían.
Al notar la mirada de su amigo, el primogénito de los Black sonrió con tristeza y respondió a su muda pregunta.
- Quiere irse... cree que estando aquí me lastimara, ¿no es un encanto?
- Padfoot...
- Le suplique que se quedara hasta que Mel dijera que estaba bien.
- Y acepto, esa es una buena señal, aun tienes oportunidad de acercarte a él.- Remus no solía ser muy entusiasta antes de su transformación pero ver a uno de sus mejores amigos tan abatido le pesaba mucho más que el cansancio y el dolor que generaba en su cuerpo la proximidad de la luna llena.
Justo en ese momento James regresaba de la cocina y Barty y Peter bajaban cargados de mantas y almohadas seguidos de un bastante cabreado pocionista, por la cara enfurruñada del rubio y el notorio sonrojo del pequeño animago era evidente que los había atrapado en una situación comprometedora.
- ¿Alguno de ustedes sabes si mi hermano vendrá hoy antes de que anochezca?- Sirius había cambiado su expresión tan rápido que Remus arqueo las cejas impresionado.
- Estuvo aquí hace casi una hora, no pudo quedarse mucho tiempo ya que tus padres lo llevaran a un evento.- Barty empezó a acomodar las almohadas en el piso junto a los sillones haciendo una especie de nido mientras respondía la pregunta del merodeador.
- Dijo que intentaría venir mañana pero no prometía nada, tal parece que tus padres lo tendrán muy ocupado antes de que regrese al colegio.- Severus le paso una manta al licántropo y se unió a su rubio amigo.- ¿Barty tu también iras a ese evento verdad?
- Si, será otra reunión donde todos compiten para ver quién es más estirado, tengo planeado algo para dejar a Rosier en vergüenza.
- Dale mis cordiales saludos.- el par de serpientes intercambio unas sonrisas vengativas que desconcertaron a los merodeadores, y siendo sinceros los cuatro agradecieron no estar en el pellejo de Rosier.
- Sera todo un placer.- Barty miro hacia su obra maestra sin percatarse del escalofrió que su cantarina y venenosa voz le provoco a los leones.- Es una pena que no pueda quedarme ¡Siempre quise hacer un fuerte de almohadas en la sala!
La expresión alegre e infantil en el rostro del joven Slytherin dejo alucinados a los presentes, a excepción de Severus, quien simplemente sonrió con resignación y negó con la cabeza.
- Ya será en otra ocasión Barty. Ahora vamos, ayúdame a preparar algo de comer, no quiero que Lupin me hinque el diente por dejarlo con hambre.
Barty soltó una risilla divertido y se adelanto unos pasos hacia la cocina mientras Remus y Sirius intercambiaron una mirada alarmados, pero fue James quien con los ojos abiertos como platos de la impresión les gano la palabra.
- ¿¡Qué!? ¿Piensas quedarte?- las palabras del miope animago hicieron que el par de serpientes se detuviera a medio camino y lo miraran extrañados.
- Tengo que vigilar el proceso de transformación.- el pocionista alzo una ceja con obviedad mientras se cruzaba de brazos.- así sabré si hay forma de mejorar la poción.
- ¡No puedes quedarte!- Remus se puso de pie sobresaltado y miro al pálido mago como si se hubiera vuelto loco.- Si la poción falla y te ataco, yo...
La réplica del licántropo quedo a medias debido a las exageradas y mudas señales de Bartemius tras el pocionista que gritaban a las claras un "¡Cállate idiota!", lo cual desconcertó momentáneamente a los cuatro merodeadores, al menos hasta que escucharon la gélida voz del pocionista.
- Si mi poción falla dices...- en cualquier otro momento Barty se habría reído de las reacciones de los merodeadores, pero por nada del mundo pensaba llamar la atención del pocionista, lo cual no era muy fácil al ver como el licántropo se sentaba y se encogía en su lugar pegándose todo lo que podía al pelinegro a su lado, Black se pusieron derechito y serio mientras Potter retrocedía un poco disimuladamente y Peter se escondió tras el sofá.- Si mi poción falla te meteré en una burbuja y te ahogare en poción del sueño para que no fastidies, o acaso creías que las almohadas eran para su pijamada de zoológico.
***
- Huele delicioso.- Sirius estaba apoyado en el dintel de la puerta de la cocina mirando a su Bellus preparar un delicioso pastel de carne, pero el pocionista se negó a mirarlo, evidentemente seguía ofendido por las palabras del licántropo.- Sabes que Remus no lo dijo porque dude de tu talento, ¿verdad?
Severus frunció el seño mientras metía el pastel de carne al horno, entonces se giro y se cruzo de brazos mientras le mandaba una mirada dura al animago, pero Sirius no se dejo amedrentar esta vez, claramente su Bellus ya no estaba tan molesto pero aun tenía el orgullo tocado.
- A Remy le da miedo lastimar a la gente.- Sirius se acerco hasta la mesada y se apoyo en ella sin apartar la mirada de los hermosos ojos ónix del pocionista.- no importa que hayas dejado claro que puedes dominarlo sin problemas, se ve a sí mismo como un monstruo y aunque tú no le tengas miedo, a él si le asusta salirse de control y atacarte.
- ¿Tú también crees que debería irme?
- Considerando que eres el único que ha podido contener a Moony sin lastimarlo, prefiero que te quedes y me ayudes.
El pocionista se sonrojo ligeramente y parpadeo impresionado un par de veces, Black acababa de atraparlo con la guardia baja con esa respuesta, por suerte para él, Barty entro en el momento correcto y al ver el sonrojo de Severus los miro con una ceja alzada, de modo que el pocionista no tuvo que responder a las palabras de Black.
- ¿Interrumpo?
- No.- el rubio miro al merodeador sin creerle, el solo había salido de la cocina unos minutos y Black se había colado, incluso Peter intento distraerlo seguramente a petición del pelinegro, pero el había decidido regresar ya que Severus aun estaba molesto cuando lo dejo solo.
- ¿Te quedaras a nuestra fiesta privada Crouch?
- No, el evento al que vamos Reg y yo empezara temprano y seguramente terminara tarde.
- Ya veo.- el animago tomo una manzana del frutero y salió de la cocina despidiéndose del rubio.- nos vemos Crouch, y salúdame a Regy.
Bartemius le lanzo una mirada llena de curiosidad a su pálido amigo y este lo evadió descaradamente, naturalmente eso solo despertó aun más la curiosidad del rubio, de modo que dedico unos sólidos veinte minutos a sacarle toda la sopa al pocionista y en honor a la verdad Barty se sintió algo decepcionado de enterarse que no hubo besuqueos ni toqueteos indecentes en su breve ausencia.
- La próxima vez les daré más tiempo.
- Idiota.
***
Ya todo estaba preparado para el gran momento, Sirius y James había arrojado hechizos selladores en todos los accesos al departamento y Peter había ayudado al pocionista a poner cómodo a su gentil amigo Remus minutos atrás, así que justo en ese momento los tres animagos se desnudaban y transformaban en la cocina como solían hacer cada luna llena.
Remus estaba cómodamente sentado en medio del nido de mantas y almohadas, lucia bastante pálido y cansado, de hecho parecía realmente enfermo a ojos del pocionista, aunque para el resto de los merodeadores su licántropo amigo nunca había lucido mejor antes de una transformación.
- Es la última copa, Lupin.
El pocionista se arrodillo a su lado ofreciéndole la humeante copa de cobre y tan pronto como el de ojos dorados la tomo Severus despejo la frente echándole el cabello para atrás, Remus le dedico una mirada llena de cansancio y sonrió con debilidad, no podía entender cómo es que el pálido mago que revisaba sus ojos podía ser tan gentil con él, aunque lo hubiera perdonado por todo lo sucedido en el colegio apenas el mes pasado estuvo a punto de atacarlo, incluso Barty que había tenido que irse hace un par de horas había sido bastante amable con él.
- Aun estas a tiempo de irte.
Remus desvió la mirada, tenía miedo de lastimar a Severus y no solo porque las posibilidades de que Sirius le arrancara la cabeza si lo hacía fueran muy altas, sino porque él no quería que el pocionista le tuviera miedo, sabía que ese pensamiento era ilógico, Severus era valiente y lo había demostrado pero eran muy pocas las personas que se quedaban a su lado cuando conocían su secreto y aunque no podía decir que Snape fuera su amigo se sentía bien que no lo mirase con miedo.
Severus miro confundido al licántropo por un momento al reconocer el miedo en sus ojos, pero no le costó mucho entender que el merodeador tenía miedo de sí mismo y de lo que podía hacerle si se salía de control, el ex Slytherin era muy consciente de lo peligroso que era quedarse pero no se iría, al menos no hasta asegurarse de que la poción que le había dado no le traería efectos secundarios negativos, de modo que tomo al licántropo de la barbilla y con gentileza lo obligo a mirarlo a los ojos.
- Remus John Lupin, yo no te tengo miedo.
Los ojos de Remus se abrieron hasta quedar casi redondos y su labio inferior tembló ligeramente mientras el pocionista retiraba su mano lentamente al ver como esos orbes dorados se llenaban de lágrimas, no sabía cuánto tiempo llevaba el licántropo esperando escuchar esas palabras y aunque nunca creyó necesario decirlo en voz alta, pues creía que era obvio, en ese momento se sintió extrañamente bien por haberlas pronunciado.
En un innecesario gesto de consideración Severus desvió la mirada pretendiendo no haber visto las lágrimas que se acumularon en los ojos del merodeador, pero se arrepintió al ver a los tres animales que los contemplaban desde el comedor, pero no tuvo tiempo de interpretar las expresiones de los merodeadores ya que un sonoro quejido llamo su atención.
Severus se levanto y retrocedió un par de pasos dándole espacio al licántropo, la transformación había comenzado bastante temprano, y en opinión del pocionista lucia bastante dolorosa, Sirius se acerco al pocionista y lo tomo de la manga con el hocico obligándolo a retroceder un poco más, el sabia que el dolor de la transformación hacia que su amigo soltara golpes involuntarios en cualquier dirección y si algo salía mal necesitaría a su Bellus ileso y listo para reaccionar.
Severus tomo su varita de la mesita donde la había dejado, Remus había sido muy insistente en que la tuviera a mano, por cualquier contingencia, por un momento el pocionista se preocupo, los dolorosos gruñidos de Lupin y los espasmos que agitaban su cuerpo le hicieron pensar que había cometido un error al hacer la poción.
Sirius nunca había estado tan alerta, estaba firmemente plantado entre su Bellus y el licántropo con sus orejas y su cola completamente erguidas, parecía listo para saltar sobre su amigo en cualquier momento, entonces los espasmos se detuvieron¸ el licántropo agito la cabeza para poder enfocarse en lo que tenía a su alrededor.
Remus se sentía extrañamente lucido pero en cuando miro al pocionista a unos pasos de donde estaba se encogió sobre sí mismo y lloro como un cachorrito asustado mientras retrocedía, eso extraño a los merodeadores, Sirius ladro intentando llamar la atención de su amigo y Potter hizo ademan de acercarse, pero Severus les gano la partida y se acerco con seguridad al licántropo.
Remus se encogió aun mas haciéndose bolita entre las mantas y escondiendo la cabeza entre sus patas, pero el pocionista se arrodillo frente a él y le acaricio la cabeza. Los tres animagos se tensaron y los lloriqueos del hombre lobo pararon mientras Severus lo obligaba a levantar la cabeza. Solo un vistazo a los ojos dorados del merodeador le bastó al pálido chico para guardar su varita en la manga izquierda de su túnica.
Remus miro esa acción casi con pánico e intento retroceder pero el pocionista tomo sus patas delanteras y lo obligo a ponerse en pie en un solo movimiento. En su forma humana Lupin era un par de centímetros mas alto que el pocionista, pero transformado era casi tan alto como Lucius de modo que Severus tuvo que alzar los brazos para que el licántropo se parara por completo en sus patas traseras.
El pálido mago analizo con la mirada la alargada anatomía del hombre lobo, y por primera vez después de años de dolorosas transformaciones y largas andanzas nocturnas con sus amigos Remus John Lupin se dio cuenta de que estaba desnudo y como si fuera telepatía ese pensamiento cruzo la mente de todos los merodeadores.
James alzo la cabeza de forma brusca y estaba seguro que si estuviera en su forma humana estaría más rojo que un tomate, porque justo ahora el pocionista estaba repasando la anatomía del licántropo con la mirada sin pena ni gloria, vale que su amigo estaba más cerca de parecer un perro que un humano, pero todos los presentes sabían que se trataba de un hombre, el pobre Peter tuvo que agarrarse como pudo a la cabeza del ciervo ya que el sorpresivo movimiento casi lo tira y Sirius no pudo evitar gruñir por lo bajo.
- Silencio Black.- Severus no podía ser mas ajeno a la vergüenza que sentía el pobre licántropo o a los celos que inundaban al heredero de los Black mientras obligaba a Lupin a apoyar las patas en sus hombros para revisarle las costillas.- luces bastante flaco Lupin, aunque no se si se supone que debas lucir así.- Severus frunció el seño con mirada dubitativa y murmuro algo de consultar el tema con un tal Scamander.
Remus tenía las orejas pegadas a la cabeza mientras los dedos del pocionista contaban sus costillas, y aunque moría de ganas por salir corriendo el seño fruncido del pálido chico lo tenían congelado en su lugar. Cuando Severus termino con sus costillas el licántropo pensó que era libre, pero se equivoco ya que el pálido chico lo sujeto con cuidado de la cabeza y empezó a revisar sus orejas, sus ojos, su nariz, incluso reviso sus colmillos.
Sirius se retorcía de la envida al ver los finos dedos del pocionista revisando a su amigo, verlo tan concentrado en Remus lo hacía sentir celoso, así que se acerco por detrás del pálido chico y se alzo en sus patas traseras mientras apoyaba las delanteras en los hombros de su Bellus junto a las patas de Remus.
- ¡Black estate quieto!
El merodeador ignoro la protesta y apoyo su peluda cabeza en el hombro del ex Slytherin, Severus tuvo que liberar al licántropo para intentar quitarse al enorme perro negro de encima pero tan pronto como lo hizo Remus lo jalo de la túnica haciéndolo perder el equilibrio, de modo que el ojinegro termino hecho un lio entre las mantas, cojines y perros.
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