Tras la muerte de su madre Ana debe mudarse a la casa de su padre donde conoce a su hermano, él cual solo había visto seis veces desde que nació. Pero la historia no va por ahí. Luego de todo lo que sufrió tras él accidente en él que murió su madre, dejó de creer en aquella frase que siempre le dio fuerzas para seguir adeante; «No hay mal que por bien no venga». Pero algo ocurre en su vida que hace que cambie de opinión respecto a eso, y, en vez de pensar en aquello llega a la conclusión de que «El sufrimiento es parte de la vida, es lo que nos enseña a vivir y nos hace más fuertes».Ya que su vida transcurrió Entre Lágrimas y Alegrías, decide que jamás es tarde para ser feliz, y que detrás de cada lágrima siempre habrá una gran sonrisa.

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EditorialReign