Cartas de una Loca Suicida
Expresar en palabras lo que pasaba por mi mente nunca fue mi fuerte.
Vivía atormentada por mis pensamientos, encerrada en una red de laberintos sin ninguna escapatoria, un hecho que para muchos era locura, pero para mí, una simple chica de dieciséis años era una tormenta.
Mis padres creían haber cometido algún fallo en su relación, no se explicaban como de su hermoso matrimonio podía nacer una hija defectuosa... loca. Como si de un experimento se tratara, una simple cosa y no la hija que se había desarrollado nueve meses en sus entrañas.
Mi madre me miraba con decepción, solo había podido tener una hija, y era defectuosa.
Analizaba diariamente que pudo salir mal en su matrimonio, en vez de preguntarle ¿Cómo te sientes?, ¿qué tal tu día?, pero nunca fue así, para su madre ella estaba loca, sin pensar en cuanto podría sufrir su pobre hija.
Y ¿es que los locos no sienten?, es que... ¿acaso no merecemos amor? ¿No podemos ser queridos?
La chica vivía preguntándose diariamente que estaba mal en ella, es cierto que habla sola, pero es porque no tiene amigos que la inviten a formar parte de su grupo.
Es cierto que grita a veces, pero es de la impotencia de ver a muchos padres abrazar a sus hijos, mientras ella se acobija sola.
Es cierto que se enoja a veces, pero es de ver como golpean y maltratan a otros, sin ella poder defenderles.
Como también es cierto que llora a veces, y es solo para desahogar las cargas que llenan su corazón constantemente.
Pero... ¿Qué diferencia tiene? Sufre en silencio, mira con dolor, grita de frustración, y a la final está loca...
Loca porque nadie la entiende.
Loca porque a nadie le importa.
Loca por ser una chica que siempre conoce a todos y al final nadie toma un tiempo para conocerla, ¿eso la convierte en una loca?
Sus padres tomaron una decisión sin dudarlo, era tiempo de enviarla a un lugar donde pudieran brindarle un tratamiento especial, un manicomio... ella lo acepto sin inmutarse, siempre se preguntó ¡¿qué les había tomado tanto tiempo llegar a ello?! Pero a la final el momento había llegado, y su destino decretado, ya estaba marcado, lloro en sus pensamientos mientras se alejaban de la casa que por años había habitado.
3 años después
Hoy me desperté con ganas de seguir escribiendo este libro, hace tres años cuando mis padres me abandonaron en este lugar, lo deje entre mis cosas y prometí nunca más volver a tocarlo, pero lo necesito, es mi fuente de desahogo, no sé si debería escribir querido diario, o algo por el estilo, ya que para mí es una frase tonta, solo escribo porque me gusta y este cuaderno amigo, es el único testigo de mi posible locura.
Cuando llegue aquí, mi trato no fue muy diferente al que me daban mis padres, seguía las reglas seguido, mantenía mi espacio privado, tomaba medicamentos diario y poco tiempo se me permitía la salida al patio, mis padres nunca me visitaron, nunca me enviaron cartas, simplemente me abandonaron... era huérfana por así decirlo... aunque no era raro, al final siempre fui el obstáculo que daño su matrimonio.
Comencé a atormentarme con pensamientos tontos y de decepción, me sentía como un estorbo, me estaba volviendo loca y esta vez no era porque mis padres me lo dijeran, ahora era yo y mi autocrítica, me estaba destruyendo sola, mi vida no tenía sentido.
Poco a poco comencé a llenar hojas con pensamientos suicidas quería matarme, quería morir y constantemente escribía las formas en que quería que pasara, pero nunca lo hacía... en tres años acumule un total de 1500 páginas, las cuales releía cada noche... era mi libro, mi historia, las teorías de una loca adolescente, cartas de una suicida.
Una noche mientras leía, un hombre se acercó a mi habitación, era mayor, de pelo canoso y piel arrugada, vestía de tela fina y usaba gorro de lana... pensé que era una nueva alucinación y por fin me estaba volviendo loca, pero algo era diferente... él me sonreía... una sonrisa tan pura que removió cada centímetro de mi ser.
-¡Es tiempo de ir a casa, pequeña!
Me sorprendió la sinceridad de sus palabras, de tal forma que me puse de pie y lo seguí sin mirar atrás, un completo desconocido... Tal vez a la final si estaba loca. Pero de una forma que nadie podía comprender.
Actualidad.
Cerré el libro mientras limpiaba las pocas lágrimas que se escurrieron de mis ojos.
―Mamá, tienes que seguir... ¿Qué paso con la chica?, ¿quién era el hombre? No me puedes dejar así.
Sonreí ante la impaciencia de los dos chicos sentados frente a mí.
―La chica se convirtió en escritora y el hombre fue la única persona capaz de salvarla de su locura.
―Entonces ¿si estaba loca?
―Pregunto Carlos mientras se acariciaba la barbilla como todo un analítico.
―Su locura era inducida
―. Comente reflexionando un poco, mire la cara de duda en mis niños y no pude evitar sonreír con ternura― Muchas veces las personas nos afectan con su forma de hablar hacia nosotros, la forma en que nos ven y que nos juzgan, para sus padres ella estaba loca, y se lo dijeron tantas veces que termino por creérselo, su historia se volvió lo que sus padres decían y no lo que ella esperaba, sus padres decidieron su destino y a ella solo le toco aceptarlo.
―O sea que se volvió loca por las palabras que sus padres le decían... Eso no tiene mucho sentido -dijo Camile, observándome con esos ojos azules tan idénticos a los míos, tome a mi niña de 6 años sobre mis piernas y de dije.
-Mi amor, las palabras tienen poder, debemos ser muy cuidadosos con lo que decimos, porque podemos dañar a muchas personas con ellas. El efecto que tienen las palabras en las personas, es como el de un bosque cuando se incendia, comienza con una pequeña llama que poco a poco se va extendiendo hasta convertirse en una gran destrucción, así son las palabras por muy pequeñas que sean, afectan a las personas de una forma que terminan destruyendo todos los puntos lógicos de su cabeza.
-Es el poder de la mente ―dijo Carlos observándome.
―Lo es, mi niño... el poder de la mente.
―Pero entonces, ¿quién era el hombre que la saco de aquel lugar?
―Era su abuelo... días antes había visitado a sus padres y se entero de lo que le habían hecho a su hija, y fue a buscarla... él le mostró una realidad muy diferente a la que había vivido, le enseño el poder del amor, le enseño a socializar y tener amigos, él fue el rayito de luz que necesitaba para acabar con su locura.
―Es la historia más linda y triste que he escuchado, mami. ¿Qué paso con la chica después?
―Estudio, conoció a un chico de él que se enamoró locamente, tuvo dos hermosos hijos y se convirtió en una escritora.
― ¿Qué fue lo primero que escribió? ―recalco Carlos.
―Su historia ― respondí con melancolía.
―¿Cómo se llamaba?― sonreí al ver la emoción en los ojos de mis niños, a su corta edad ya eran amantes de la lectura, mire a Cristian que entraba a la sala y lo mire con ese amor que siempre me había inundado, ese amor que me enseño aquel hombre antes de rescatarme de aquel lugar, una lagrima corrió por mi mejilla, pero no de tristeza, era una lagrima de felicidad, Cristian se sentó junto a mi... y sonreí al ver mi familia reunida... mi rayito de luz, mi esperanza.
―Cartas de una Loca Suicida ―le dije a mi familia mientras los abrazaba―, esa fue su primera historia.
Reto de la editorial FictionalWorldFamily y AuroraTrujillo
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro