-Agárralo fuerte, míralo a los ojos, hipnotízalo, la sangre sabrá mejor cuando se calmen sus latidos.  Eso es lo más difícil Nei, calmar a tu presa.- Decía mi padre mientras me enseñaba a cazar conejos.

Saqué mis colmillos e intenté extraer su sangre con calma, pero un impulso interno me hizo devorarlo en segundos. Era tan embriagante y placentero sentir su sangre en mis labios; quería más.

-Te falta mucho por aprender, eres un inútil ¿Cuándo vas a aprender a comportarte como un verdadero vampiro? Tienes que aprender de tu hermana- Gritaba molesto mi padre al ver como fallaba en las lecciones de caza.

Todo era tu hermana esto, tu hermana lo otro...ya estaba harto de que me comparasen todo el tiempo.  Acaso no entienden que no soy la perfecta Lili.  Tengo 15 y me tratan como a un niño. 

La verdad era que mi hambre se había vuelto insoportable.  Sentía como un hueco caliente dentro de mí que era difícil de llenar; Como si tuviera dos hambres distintas. Madre estaba preocupada, pero mi padre lo único que hacía era regañarme. Un pedazo de mí sentía que no era parte de esa familia.