"Un rostro que no refleje la humanidad y un cielo líquido abrirán el camino, pero el precio que se ha de pagar es el olvido." Unos ojos color escarlata leían lo que decía el reverso de una máscara. Dieko Dunas poseía en sus manos la última pieza de su destino robada del Palacio Vecchio.

-Al fin estaremos juntos de nuevo, mi amada Amelith."-

Dieko Dunas se hallaba en sus aposentos leyendo los últimos detalles de lo que estaba a punto de hacer. "Para corromper la muerte, los nueve círculos han de ser recorridos. Detrás de la cara inmóvil hallarás la llave del camino".

Cincuenta años hacian de la búsqueda del grimorio rojo que tenía en sus manos y el mensaje de la máscara le dio sentido. Tenía el líquido azul en el centro de una piedra antigua y tenía el único espejo capaz de reflejar el rostro de un vampiro. Bebió el líquido azul de la piedra antigua y reflejó su rostro, unos minutos y se desvaneció.

Despierta Dieko en un suelo fangoso rodeado de una selva oscura. Luego se escucha un pitido ensordecedor que vino acompañado de tres bestias amenazantes...

-Ya me han recibido en el infierno.-

*Inspirado en La Divina Comedia de Dante Alighieri*