En la esquina de aquella calle, se decía que vivía una ermitaña. Ella no salía de casa, la única prueba de que todavía vivía es que cada semana, cuando el muchacho de los recados subía a dejarle la compra de la semana en la puerta y a cambio un sobre con el dinero se deslizaba bajo la puerta.Los niños decían que era una bruja malvada, ya que cuando ellos miraban a la ventana, lo único que vislumbraban eran dibujos negros de monstruos aterradores. Y que si se acercaban ellos se convertirían en cuadros.Las jóvenes del barrio, se imaginaban a una princesa atrapada por un maleficio en aquel edificio. Por las tardes, cuando salían a bordar, decían que la escuchaban cantar. Ellas pensaban que aquella mujer estaba esperando a que su príncipe azul viniese a buscarla y soñaban que cuando aquel príncipe viniera las llevara a ellas en vez de a aquella desconocida.Los hombres estaban anonadados y fascinados por su figura, unos y otros se pavoneaban de haber conocido a la misteriosa dama y que ella era más hermosa de lo que se pudieran imaginar. Cuando uno, especialmente borracho, dijo que el rostro que la señorita se le apareció en sueños, cuando la dibujo, todos los hombres se quedaron embobados y cada vez que pasaban enfrente de aquella casa intentaban vislumbrar a aquella mujer perfecta.Sus esposas, verdes de envidia. Normalmente se dedicaban a hablar mal de ella. Varías teorías circulaban, pero la más famosa entre ellas era que la mujer era adúltera y cuando su marido la descubrió con su amante, ella les mató a ambos, entonces se mudó a esa casa para escapar de la vergüenza.Lo que nadie sospechaba es que en esa casa, no vivía una sino 4 mujeres. De tres generaciones distintas, las últimas gemelas. Pero que al caer la noche, se vestían de negro, y bajaban a las catacumbas que conectaban con su casa. Allí se reunían con muchas otras mujeres y rezaban, a voz en grito, a un Dios en el que solo ellas creían.Esa era mi vida, convivir con mi hija y mis dos nietas. La primera arrepentida de sus actos, la segunda esperando a su príncipe y la última volviendo locos a todos los hombres del barrio.Yo mientras tanto, pintaba mis cuadros, con los que, sin querer asustaba a los niños. Pero cuando te pasas el día encerrada, tienes que hacer algo para entretenerte.

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Hola! Espero que os haya gustado el relato.

¿Si tuvierais que elegir, cual de las cuatro mujeres preferírias ser?

Nessy Sáez.