La voz de Undertaker en un canturreo me llama al entrar a mi ahora despacho, yo que pretendía dormir unos minutos en este cómodo asiento junto al escritorio, donde supuestamente debería estar trabajando en unos aburridos informes.

—Mi hermano llevaba una vida bastante aburrida, bien podía ordenarle a su demonio que hiciera su trabajo y listo, ¿no? —Refunfuño en voz baja, puedo oír sus pasos que se dirigen hacia mi, sin abrir los ojos pienso amargamente como al retomar mi nombre asumí todas las responsabilidades que este conlleva— Si uno ya está condenado a morir al menos debería divertirse lo poco que queda de vida, dudo que alguien disfrute trabajando de esta manera. Es aburrido.

—Si me permite contarle algo sobre su hermanito —Me hablaba el peliblanco que al abrir mis ojos pude notar lo cerca que estaba y la sonrisa que me dedicaba— El tampoco era feliz al hacer estos informes, pero con lo orgulloso que es, no iba a dejar que su mayordomo lo subestimara por eso hacía su propio trabajo, sobre todo porque quería presumir que era su empresa en todo el sentido de la palabra.

Lo escucho hablar mientras se asoma a la ventana, sus palabras me dejan pensando un poco, quizás mi hermano en realidad se divertía haciendo esto, era su empresa, esta que representaba su mayor sueño.

—Cuánto había cambiado mi hermano, antes era tan débil y ahora... Aunque estaba asustado al verme sé que es fuerte, todo lo que ha hecho en estos años me sorprende, ha crecido.

—De estatura no mucho —Me decía Undertaker con una burlona sonrisa— Y eso que su demonio se esmera por hacer que coma bien aún así no ha crecido mucho.

—Ese Sebastian aunque lo odio me intriga mucho, por lo que me han contado Tanaka y tú, al parecer se tomó muy en serio su papel de mayordomo.

—Algo así pero que no te confunda es lo que hace para sazonar bien el almita de tu hermano. Los demonios pueden ser impredecibles, actúan de forma inesperada y hacen lo que sea cuando tienen hambre.

—Aún así me intriga...

—¿Quieres revolver sus entrañas para hallar tu alma que devoró? Así como lo hizo contigo cuando buscaba ese anillo.

—Si tuviera la oportunidad lo hiciera, pero hace más de tres años se la comió, creo que no debe quedar ni un pedacito de mi alma.

Él me queda mirando fijamente ante mis resignadas palabras que tiene un tono de sarcasmo, noto como sus labios esbozan una sonrisa aún más grande, quizás alguna idea perversa ha cruzado su mente. Días han pasado sigo esperando con paciencia que mi hermano aparezca en cualquier momento a enfretarme, divago en nuestro próximo encuentro mientras descanso en la que ahora es mi cama, en la habitación que usaba antes de que yo apareciera, he dejado todo tal y como el lo dejó quizás esperando que el regrese de buena manera para poder ser la familia que éramos. Trato de conciliar el sueño en esta madrugada que me he quedado solo en la mansión, con los ojos cerrados siento como una nefasta presencia se ha colado atrevida por la ventana.

—¿Dónde está mi hermano? —Cuestiono sin mirarlo todavía— Se supone que él debe acabar conmigo. ¿Por qué te envía a ti?

—El joven amo no sabe que estoy aquí.

Me sorprende un poco sus palabras, sentándome en la cama lo miro fijamente, ha logrado captar mi atención con esa simple respuesta, al tenerlo frente a mi, a unos pasos no puedo evitar sentir enojo, su repulsivo ser me produce malestar aunque esté disfrazado de atractivo mayordomo me asquea. La luz tenue de la luna me deja verlo con algo de claridad, su irritante mirada que destella en un brillo carmesí, es similar al color de la sangre que esa noche salpicaba frente a mis ojos al enterrarme dolorosamente esa daga en mi cuerpo, la que arrebató mi vida que de un hilo pendía.

—¿Vas a matarme por tu cuenta entonces? —Le pregunté sin titubear.

—No se puede matar lo que ya está muerto.

—¿Tratas de ofenderme? —Cuestiono esbozando una sonrisa traviesa que corresponde de la misma manera a la suya— Estoy tan muerto como tu sentido del humor al parecer.

—De no ser porque usted vino a entorpecer mis planes diría que es un joven interesante y podría agradarme.

Me habla en un tono socarrón, es desagradable esa falsa sonrisa que parece acostumbrado a dar, pero no le voy a permitir que me saque de quicio.

—De no ser por que te comiste mi alma y pretendes comerte la de mi hermano podría decir que también me agradarías.

Ante mi aclaración él sigue sin borrar esa odiosa sonrisa mientras a paso lento se va acercando, supongo que como yo tengo dudas de él, él las tiene de mi. ¿Cómo puedo estar vivo si se comió mi alma? Parte de mi esencia fue digerida por su demoníaco ser. Ni siquiera yo sabía que hacía de nuevo en este mundo, solo sé que de una abrumadora oscuridad, la muerte, Undertaker extendió su mano y me rescató para hacerme regresar junto a mi hermanito, a quien no tengo cerca ahora y su lugar está este demonio con cara de idiota.

—No quiero que suene a una excusa tonta, pero no fui yo quien te quitó la vida, lo único que hice fue atender al llamado desesperado de su hermano, darle una oportunidad de vivir. Soy un demonio y debo alimentarme, así como ustedes los humanos lo hacen, la única diferencia es que nuestra fuente de alimento no es tan fácil de hallar como la suya y no hay que desaprovechar la oportunidad cuando el destino un delicioso banquete te ha ofrecido.

Escucho atento su excusa y ciertamente no era tan absurda como sonaba, tenía en parte razón pero eso no justificaba el haberse aprovechado de nuestro infortunio. Frente a mi está un demonio y no me inmuta para nada, ¿qué más podía hacerme? Ya se llevó mi esencia, parte importante de mi ser.

—Si con esa palabrería quieres que te perdone pierdes tu tiempo, porque solo te perdonaré cuando me devuelves mi alma y olvides el pacto con mi hermano —Le propuse un poco burlón porque sabía que mi planteamiento era imposible.

—Ninguna de esas peticiones puedo concederle así que puede seguirme odiando...

—¿A qué viniste? No creo que esto sea una visita social que hacen los demonios a los infelices a quienes devoraron sus almas, ¿acaso es una especie de seguimiento? —Hablé burlón.

—Eso no es necesario porque al tomar un alma se supone que el humano debe morir o ya murió, y no hay posibilidad que viva, así que soy un demonio curioso que quiere revelar el misterio de su existencia retorcida, conde. Quiero probarlo...

—¿Probarme? ¿En qué sentido? —Debo admitir que me tomó por sorpresa su insinuación sobre todo la mirada que me dedicó. Una bastante extraña. ¿Qué más quería probar de mi? Si devoró lo que los demonios con desespero buscan en los humanos para saciarse.

—Creo que es tan inocente como su hermano, pensé que tenía idea de estas cosas de adultos, quizás el sepulturero le enseñó. ¿O él está trabajando gratis?

—¡No te acerques! —Le grité enojado al ver como en un rápido movimiento me sometía a la cama, aunque mi advertencia no servía de nada porque estaba sobre mi cuerpo entre mis piernas, que incómodo era esta posición, a la vez extrañamente inquietante. Entendí lo que quería por el sugestivo gesto en su rostro, sonreí sin darme cuenta al oír su insinuación de una rara relación entre Undertaker y yo.

—Ya entendió lo que quiero, ¿verdad? Quiero estar en intimidad con un humano como tú. ¿Qué se sentirá? ¿Podrá sentir algo? Me lo he estado preguntando estos días... —Él se restregaba a mi cuerpo con firmeza haciendo que me sobresaltara un poco— ¿Su cuerpo carente del alma que devoré podrá sentir algo junto a mi cuerpo? Después de todo usted y yo estamos vinculados de forma especial, ¿no?.

Su lengua humedecía la piel de mi cuello con sutiles lamidas, sentía extrañamente como un vacío dentro de mi se llenaba, una satisfactoria calidez se encendía en mi interior, complacido y curioso por esta nueva sensación le permití continuar. ¿Qué estaba haciendo? Este era el demonio que devoró mi alma sin contemplación alguna y ahora tontamente le entregaría mi cuerpo también. Sus caricias y lamidas me aturdían internamente aunque se sintieran agradables no podía expresarlas con gestos de placer, ni un sonrojo o un suspiro.

—¿Quiere que lo bese? Quizás así pueda sentir algo —En tono burlón me dijo mientras seguía con sus caricias.

—¿Te estás burlando de mi frigidez? Tal vez tu encanto no es lo suficientemente persuasivo para revivir las ansias de un ser muerto como yo...

Callándome solo sentí como impetuoso besaba mis labios ante mi desafío, no pude resistirme, que triste ironía era que mi primer beso fuera con el demonio que se supone debía aborrecer. Pronto correspondí de igual manera, que exquisita manera de sentirme vivo, su lengua enredada a la mía en ese lascivo beso me quitaba el aliento, sus manos acariciando mis piernas bajo la pijama aumentaba el calor de mi cuerpo, intuyendo donde se dirigían sus caricias mirándolo pedía que tocara mi entrepierna para aumentar esta sensación agradable.

—Debo irme... —Me susurró sobre los labios cuando nos separamos de ese apasionado beso— Mi joven amo podría darse cuenta que no estoy.

—¿Vas a dejarme así? ¿Me dejas por él?

—Vine a probarlo, lo hice y me retiro, pero si tanto solicita mi presencia mañana regresaré a esta hora...

Susurró sobre mis labios humedecidos, antes de levantarse me besó suavemente, al instante en la ventana por donde había se había colado pretendía desaparecer.

—Deje la ventana semiabierta para saber si quiere mi compañia o no, quizás mañana se arrepienta y ya no me quiera. No quisiera verme en la penosa necesidad de rogarle u obligarle a hacer algo que no desea.

Diciendo aquello con esa sonrisa cínica suya se despedía desapareciendo entre las sombras de esa fría noche, yo en la cama aún aturdido pensaba en lo sucedido, aún percibía la humedad y sabor de sus labios en los míos. Con un dedo acariciaba mis labios rememorando esa grata sensación, caí como idiota ante el encanto retorcido de un demonio y no de cualquier demonio, era quien se suponía debía aborrecer.

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Muchas gracias por leer esta historia que escribí hace unos años y ahora he corregido un poco para resubirla 💖

Esta historia solo tiene tres capítulos que he subido en A-O-3, por las restricciones no creo que suba los dos capítulos restantes.