Oscar Peltzer un chico cualquiera en su primer día de campamento descubrió que había un mundo más allá de su imaginación, brujas, monstruos, elfos e incluso amigables yetis.

Con el tiempo él y sus nuevos amigos del campamento descubrieron que eran diferentes, todos tienen una parte mágica, todos tenían una diferencia muy marcada, su mejor amigo Max era un vampiro y podía volar y hacer cosas increíbles, pero el solo era un gusano resplandor, tal vez como los gusanos su único poder era arrastrarse era en parte injusto.

Con el tiempo y según su amigo y terapeuta el tiburón su mayor poder era dar esa motivación a los demás, unos lentes que él tenía le dejaban ver como su magia se impregna en los demás y de alguna forma los motivaba.

Para Oscar fue increíble.

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Oscar se levantó un día apenas en ese primer día de campamento y entonces lo notó, antes pensó que era solo su imaginación o un error, la ropa le quedaba aún más pequeña, cuanto había pasado, porque se sentía tan diferente a como recordaba, tal vez solo era su imaginación.

A la mitad del campamento descubrió algo muy interesante ser un gusano resplandor no solo era compartir su magia, era viajar con ella y ser parte de la magia de otros o eso creía.

Oscar duraba horas mirando con los lentes del tiburón como se comportaba su magia, le recordaba esos documentales de seres marinos, como una anemona cuyos tentáculos se ondeaban con la corriente del mar, era algo hipnótico, Oscar decidió experimentar.

Al estar cerca de Max su magia era más activa, se mezclaba con la de su amigo como si de una enredadera se tratara, pero no la lastimaba era como si su magia hiciera que la de otros se emocionara de alguna forma.

Paso lo mismo con Lucy, con la de Oliver era muy curioso y tenía duda que pasaria con la agresiva de Alexa, ella seria mas enojona y malosa?

Le costó un ojo morado, para su fortuna Max la supo manejar.

Otro aspecto interesante fue en las noches los sueños eran cada vez más lúcidos, era una aventura constante en mundos que no conocía, era un poco confuso a veces era como despertar después de vivir toda una vida o una simple acción, los sueños eran algo de cuidado.

Por alguna razón la consejera Betsy no le prestaba mucha atención como a los demás, será que a sus ojos él no tenía utilidad alguna? bueno mejor para él y así tendría mas tiempo.

En una noche en un sueño la conoció, era una chica que lloraba todas las noches, él cree que la debió ver más de una vez puede que de alguna manera ya la conozca pero no estaba seguro, el mundo de los sueños era complicado.

— Hola? — Oscar saludo como de costumbre.

— ¿Tu de nuevo? — La chica de cabello azul preguntó desapareciendo en el acto.

No la volvió a ver.

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No recuerda cuánto habrá pasado pero para Oscar era más fácil viajar entre sueños, y nuevamente miró a la chica que tanta curiosidad le había generado, en esta ocasión y como en otras veces discutía con un rostro familiar — ¿Es Betsy? — Oscar no estaba seguro pero era muy frecuente verlas discutir en sueños.

Oscar decidió buscarla y preguntar por ella pero nada incluso su amigo Max se burlaba de él y su amiga imaginaria.

Un día tras una fuerte discusión con Betsy en unos de sus sueños Oscar se animó hablar con ella, será que estaba desgastada por tanto discutir pero por primera vez se dio la oportunidad de hablar con el, que decir era solo una chica mas.

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Oscar tenía un mejor amigo y este era Max el poderoso vampiro, que podría decir Oscar, lo envidiaba más cuando le presumía o se jactaba de tener incluso una novia y el si acaso solo amigos era molesto a veces.

El joven gusano resplandor cada noche tiene esa reunión con su amiga, que hasta la fecha desconocía de quien se tratara, en los sueños algunos incluso toman formas diferentes.

Una de esas noches él se percató de algo era algo que sentía, podía sentir algo diferentes pero no de él de su amiga, Oscar se lo comentó de inmediato pero conforme lo describe la chica solo desapareció dejando confundido a Oscar.

Oscar decidió volver a experimentar y al usar las gafas desde hace mucho descubrió que los tentáculos de su magia eran enormes y se extendieron por todas partes era un hermoso espectáculo, sobre todo con aquellos con los que más interactuaba.

Armado de valor y un casco de fútbol americano decidió acercarse a Alexa la temible, estaba siempre irritable, si acaso ignoraba a Oliver, pero oye él le caía bien a todo mundo.

Cuando se acerco noto como su magia actuaba violentamente tratando de acercarse a Alexa pero esta lo impedía, el lo reconocio esa sensación, era miedo Alexa no tenia ira ella tenia miedo y preocupación pero era demasiada podía ver como su magia trataba de interactuar con la de Alexa pero esta no se dejaba era como si se resistiera.

— Acaso intenta calmarla — Oscar saco esta conclusión de solo observar como esta interactuaba

Oscar hizo su jugada, lo mejor que se le ocurrió, un abrazo tenía que intentarlo.

Fue un desastre, esta vez se llebo mas que un ojo morado, en un área que prefirió nunca comentar a nadie, sobre todo a Max.

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Con el tiempo se dio cuenta no solo podía compartir su magia, ayudaba a otros a que la misma magia de otros creciera e iba un poco más allá podía sentir las emociones, alegría, miedo, preocupación, amor y tal vez fue suerte pero descubrió lo mas importante de todos, su magia también potenciaba y calmaba algunas emociones.

Era terrible a ojos de cualquiera, era manipular, ya era testigo de como temían a Max por lo que era, muchos solo fingian pero estaba asustados por eso decidió conservar el secreto.

En el campamento había mucha duda y miedo en todos, si podría ayudar usando su manipulación acaso no era bueno?.

Oscar decidió ir a lo grande fue por Alexa, usando una armadura improvisada Oscar se acercó y trató de entablar una conversación, este esperaba recibir daño pero ella respondió favorablemente, al menos a vista de todos alexa ese dia dejo de estar furiosa.

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Cuando por fin Oscar se reunió con su amiga en el sueño esté entusiasmado le platico sobre su hazaña fue tal su emoción de que no se habia percatado, esa emoción que de ella emanaba la había visto antes, solo la vio en Max y en ella, tragando un poco de saliva se dio cuenta de inmediato de que era esa emoción... podría ... ser amor?

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Habrá pasado mucho tiempo, no estaba seguro pero un día Mildred le contó la verdad, cada detalle, cada error, cada mala decisión.

Normalmente se sentía terrible pero en esta ocasión fue como si no no tuviera ese peso de antes.

— Maldición que te dije con meterte con mis emociones — Mildred le dio un golpe en el hombro a Oscar, este solo se rio.

Ahora solo sentía pena, y una pizca de alegría, tal vez en años que no lo sentía.

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El plan fue simple, someter la conciencia de Betsy, trabajo que dos entes mágicos del calibre de Oscar y Mildred podrían fácilmente lograr.

Una vez en control era simplemente liberar su cuerpo, les costó tiempo pero eso era lo de menos, el rescate después de un mes fue un éxito.

Una vez liberado el cuerpo de Mildred solo quedaba una incógnita.

— Qué hacer? — Oscar pensó y pensó durante días, en las noches solo se reunía con Mildred.

En un momento ella decidió confesar todo, liberarlos de los bucles y esperar lo mejor no quería seguir de esa manera ya tenía suficiente culpa encima.

Oscar se negó rotundamente, tenía que haber otra forma.

Mildred insistió, sus amigos, su familia qué pasaría con todos ya habían perdido mucho tiempo atrapados, aunque les borrara algunos recuerdos el hechizo del bucle solo les haría retener sus emociones.

Oscar estaba decidido que habría otra forma y empezaron con Betsy, ya estaba sometida era un objetivo simple Mildred eliminó cuidadosamente esos recuerdos que la ligaban en todas las acciones que había cometido y aprovechándose de cierta debilidad que tenía con su hermana Oscar solo ayudó a fomentar ese sentimiento, pero no con su magia el amor era imposible de replicar si no con pequeños empujones de confianza y alejando el miedo y la duda.

Oscar y Mildred estaban felices su experimento había funcionado, solo faltaria el resto de los campistas y los ciudadanos y cada ser mágico atrapado.

— Estás seguro? esto podría tomarnos años? — Mildred comentó entre los brazos de Oscar.

— Creo que nunca había estado tan seguro de algo — Oscar selló su promesa con un beso.

Oscar no sabía o no se había percatado aún que meterse con la magia y emociones ajenas tenía un coste incluyendo su amor por Mildred, de algo simple a algo obsesivo, tal vez ambos estaban cegados y no se dieron cuenta del peligro.

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Max había descubierto una forma de escapar del lugar y quería llevarse a Oscar con él, él no lo pensó dos veces y decidió quedarse, ya no había otra cosa más en que pensar más que en su amor.

Por eso tomó la decisión más difícil de su vida, alejarse de Max y presentar a Mildred ante los demás, que la conocieran que fuera una más del campamento, su nombre sería una coincidencia para Susie, solo era una campista atrapada en este bucle.

Manipular los recuerdos de Susie fue sencillo, manipular sus emociones era ya algo natural para Oscar todo para que su futuro estuviera libre de cualquier miedo o duda e incluso problema.

Una nueva vida juntos, definitivamente ambos estaban embriagados por su amor, uno que incrementan y los cegaba de todo lo demás.

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El gran día llegó, la cúpula mágica se rompió, los del pueblo acudieron al saber esta gran mayoría, fue algo grandioso había júbilo, alegría y lágrimas por todas partes.

Oscar se aseguró de maximizar las emociones de todos, sería algo inolvidable.

Mildred estaba aferrada a Oscar, aún tenía dudas pero fueron disipadas por la magia de Oscar eso la hizo feliz, realmente feliz.

Cuando las ceremonias básicas finalizaron, después de festejar a lo grande el retorno de todos ocurrió la tragedia y Oscar se dio cuenta de inmediato, eran enormes llamaradas emocionales surgiendo por todas partes e incluso trato de aminorarlas miedo, desesperación, pánico, impotencia, odio, auto desprecio era una avalancha emocional que surge por todos lados.

Una emoción que incluso a él mismo lo empezaba a invadir, pero era algo que no pudiera controlar y logró en parte aminoro poco a poco esta crisis.

Mildred era consciente del desgaste que tenía Oscar y sabía que no podía continuar era peligroso, Oscar decidió obedecerle confiaba en su criterio.

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La desgracia se cernía en todos, el descubrir que los familiares habían muerto, personas desaparecidas e incluso seres mágicos que no sobrevivieron al mismo hechizo del bucle mágico, e dolor y la pena inundaba todo el ambiente Oscar lo sabia aun asi decidio no hacer nada tenía que evitarlo.

Con algo de miedo trató de comunicarse a casa, para su sorpresa su madre había contestado, era un milagro que no duro nada.

— Muy gracioso deja de estar molestando — Su madre colgó.

Tras varios intentos nadie mas contesto, hasta que después de una hora contesto un pequeño — Hola minomble es Oscar quien es —

— Estará Andy en casa? — Oscar preguntó.

— Mi papá se fue al cielo hace mucho, no te puede contestar desde tan lejos — El pequeño contestó en un tono natural.

— Dame ese telefono — Sue comento molesta — Haz algo de provecho y deja tus estúpidas bromas a quien le importe — EL teléfono se colgó de golpe.

Algo pasó mal, algo no estaba bien.

Oscar comenzó a sentir que su corazón se agitaba y poco a poco se le dificulta respirar, era un ataque de ansiedad, uno que mezcló el miedo, la desesperación de los presentes iniciando una reacción en cadena, una que Oscar no podía controlar y en cuestión de segundos ese mismo sentimiento se extendió como polvorín entre todos los presentes.

Todos estaban bajo el ataque emocional de un poderoso ser mágico, un gusano resplandor hundido en la miseria emocional propagando como una enredadera a cada uno de los habitantes de este lugar, algunos cayendo inconscientes ante la carga emocional era algo que nadie podía detener, ni las brujas, ni los monstruos, nadie estaba asalvo.

Como si fuera un instinto, un último atisbo en su vida una parte de sí busco a lo único que sabría que podría confiar, un ancla segura en este remolino emocional, su amiga Erizo.

Lamentablemente fue lo peor que le pudo ocurrir, se dio cuenta a ojos de su amiga todo lo que había pasado en el exterior, todos los que sufrieron y todo lo que perdieron.

Antes de poder reaccionar Oscar estaba en una cueva y miró como poco a poco el mismo cristal cubría sus cuerpos.

Mildred tomo la decicion mas dificil de su vida, tenía que salvar a todos, nadie mas podia, no dejaría que las manos de Oscar se mancharan por sus malas decisiones, en un colosal esfuerzo se cristalizó juntos a Oscar para que este se controlara.

Antes de que su rostro quedara atrapado atrajo a su pequeño eructo fantasma le dio unas últimas instrucciones, el debía compartirlas en el momento que el vea que fuera seguro.

El fantasma obedeció pero cuando el cristal sello a esta pareja un impulso mágico de enormes proporciones empujaron al mismo a una distancia inconcebible, no sabia donde estaba no sabía a dónde ir él estaba demasiado lejos y débil como para dar su mensaje.

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De vez en cuando alguien en esta isla ha soñado con este par, son una leyenda en la comunidad, un foco de esperanza tal vez un día vuelvan y Erizo con su pequeño amigo fantasma están más que seguros que encontraran la forma de liberarlos.

—----------- Fin—-----------