Cap 12 Golpe de Calor
La luz era un poco fuerte y Jim apenas estaba abriendo los ojos apenas podía recuperarse mientras yacía bajo la sombra de un frondoso árbol.
— Que? donde — Esté miro confundido.
— Al fin despiertas — Un joven murciélago comentó aliviado — Un poco más y tendríamos que llamar a emergencias—
— Yo, ¿qué pasó? — Jim trató de ubicarse — Ya recuerdo, dime que no arruine el partido? —
— Solo aproveche para lanzar un par de canastas, pero creo que debemos dejar este encuentro para otro dia al menos más tarde — El chico le extendió la mano — Por cierto me llamo Max antes de que te desmayes de nuevo —
— Muy gracioso, pero si me llamo Jim — comentó arrogantemente mientras tomaba su mano para levantarse, aunque automáticamente un leve desequilibrio y una leve jaqueca le molesto — Auch creo que es mejor regresar a la posada—
— Nos acabamos de conocer y no dejaré que te vayas sin que el médico te revise — Max comentó mientras lanzaba la pelota logrando encestar una canasta de tres puntos.
— Y así esperabas que ganara — Jim comentó mientras seguía a su amigo a la pequeña clínica que estaba casi cruzando el parque.
Jim aún estaba aturdido y con una jaqueca por el golpe de calor.
Tal y como dijo el médico lo revisó y solo le dio una pastilla para la dolencia y un simple suero.
— Hey al menos no te pusieron algún suero o intravenosa, detesto las agujas — Max se quejo arrugando la cara — Y si ya te sientes mejor podemos dar el recorrido a la empresa como te prometi —
— No se supone que te tendría que ganar el partido de básquet? — Jim trato de recordar esa estúpida apuesta.
— Vamos solo estaba aburrido, además a la abuela le encantan las visitas — Max mencionó.
Ambos tomaron rumbo a las instalaciones del lugar pero en el camino Jim notó que empezaba hacerse tarde, cuando intento buscar su celular para ver la hora no lo encontraba, él no estaba tan seguro haberlo traído.
— Oye viste si deje mi celular en algún lado? — Jim miró confundido.
— tu teléfono? no yo preguntare a los chicos si lo vieron, tal vez lo dejaste caer, tu tranquilo son chicos honestos — Max señaló orgulloso.
— No puede ser Erizo me va a matar— Jim comento ahora con un un poco de panico — tengo muchas fotos de nuestro paseo —
— Ya te lo dije, los chicos lo encontrarán — Max mencionó relajado.
A los pocos minutos que llegaron a ese gran portón donde estaba esa enorme sede de paquetería, se abrió una de las puestas aledañas donde un sujeto algo pequeño los recibió.
— Eres pariente de Barb? — Jim mencionó curioso por su enorme parecido.
Este solo afirmo con un gesto y los guió a lo que sería el área de seguridad del lugar, lleno de pantallas que mostraban todas las instalaciones, donde estaban los trabajadores empaquetando y las grandes bandas que transportaban toda esa mercancía.
— Bienvenido a mi aburrido lugar de trabajo — Max mencionó — Jefe de seguridad en el lugar más tranquilo del universo —
Al poco tiempo otro de esos asistentes de baja estatura llegó con el teléfono y la laptop de Jim.
— Que alivio, la jefa me mataría — Jim comentó aliviado.
— Jefa? — Max estaba curioso.
— Bueno es mi hermana pero así le digo de cariño — Jim encendió el telefono y le mostro una foto.
— Si la escritora, ha llamado mucho la atención — Max se le acercó y le preguntó — ¿Sabrás si está casada? o tiene novio? —
— No pienso decirte nada de eso, no la conoces me mataría — Jim mencionó molesto.
— Vamos solo bromeo — Max mencionó con algo de risa — sigueme te dare el tour oficial —
Así comenzó el recorrido donde Max le presentó a los trabajadores del lugar, cómo funciona la logística y como las flotillas llegan de madrugada y salen a primeras horas de la noche para evitar el tráfico.
Literal lo llevó a lo queseria hasta la cocina del lugar.
— No me lo tomes a mal pero nunca había estado en un recorrido tan extenso — Jim se quejo de lo cansado que estaba.
— Fue idea de la abuela, ella es fan de las novelas de misterio al parecer Alice se encontró con tu hermana y ambas platicaron esta le lleno la cabeza de ideas y quiere que tu hermana los visite, imaginate una historia de terror donde los paquetes terminan poseídos, eso nadie lo ha hecho antes — Max mencionó — Insistió tanto que casi quiere que te lleve a las bodegas más abandonadas.
— No gracias, eso es cosa de mi hermana — Jim mencionó.
— Lo hubieras dicho antes ya me estaba cansando — Max se estiro e invitó a Jim por un refrigerio — La abuela nos está esperando—
Después de unos cuantos minutos llegaron a lo que parecería el área de oficinas, estas eran amplias y muy ventiladas, con un jardín circular que daba vista a cada espacio administrativo, justo en ese lugar un enorme comedor estaba a la vista bajo la sombra de unos árboles, una anciana algo robusta los estaba esperando.
— Se pasaron con este diseño de interiores — Jim miró asombrado y con algo de envidia.
— Así que tu eres Jim hermanito de la escritora, me llamo Ramona aunque los más jóvenes no dejan de decirme abuela — La anciana se levantó un momento para saludar.
— Esto es muy amable — Jim comentó apenado por este recibimiento.
— No todos los días tenemos celebridades en el lugar — Ramona comentó emocionada.
— Es que es cosa de mi hermana — Jim mencionó.
— Si pero estoy segura que tu has de ser de mucha ayuda e influencia — Ramona comentó contenta — sabes podrías decirle o hablarle sobre esa idea de una paquetería embrujada donde los productos son poseídos por fantasmas —
— Este, creo que si se lo podría comentar — Jim mencionó algo nervioso.
— dile a tu hermana que puede visitarnos cuando quiera, puede visitar cada rincón de este lugar, si le sirve para inspirarse mejor — Ramona sacó unos cuantos libros famosos de literatura de terror, algunos con conceptos lovecraftianos o de posesiones — Soy un poco fan de ese género.
La anciana era una clara fanática del género y para Jim no era ni conveniente hablar del tema, sería muy evidenciado que no tenía ni idea del género, algo que debería de alertar a su hermana por si deseaba investigar el lugar.
Para su fortuna uno de los asistentes se acercó a la abuela indicandoles que la estaban esperando para una reunión de trabajo.
— Es una lastima, yo queria acompañar al joven — Ramona comentó decepcionada — Max me podrias hacer el favor de acompañarlo y si requiere otro tour más amplio de las instalaciones recíbelos a él y su hermana, solo imaginate que esa arrogante pasa de la biblioteca deje de alardear de su edificio viejo y embrujado —
— Yo lo tomaré en cuenta — Jim mencionó claramente intimidado por una supuesta rivalidad de dos ancianas.
Tras despedirse dejó a este par solos pero casi de inmediato un repartidor llevo un platillo algo elegante.
— A mi no me mires, yo quería hamburguesa — Max mencionó —
Así que el día fue tranquilo y de lo más normal para Jim, definitivamente este lugar era el menos sospechoso para investigar.
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