El poder tiene su costo.

Recuerdas esos días en la escuela donde el más bravucón de la escuela daba sus paseos por la misma y por miedo todo mundo se hacía a un lado, bien en estos momentos Oscar se sentía de una manera similar y todo gracias a una pequeña amiga que ahora lo acompañaba.

Cuando llegó al restaurante al ver la cara del encargado y los comensales no tenía precio, este se puso pálido y no pudo negarle el servicio a Oscar, bien esto sería divertido e inclusive satisfactorio hasta que noto que la gente estaba escapando de ese lugar, incluso el mismo encargado a pesar de todo Oscar no dejo disfrutar de su comida el dia de hoy se sentía intocable.

— oye Mildred te gustaría conocer la empresa donde trabajo? — Oscar quería saber que tanto alcance tenía su nueva amistad.

— Siempre y cuando me invites un helado — Mildred estaba relativamente feliz.

Por algún motivo a Oscar le gustaba la idea, era agradable no tener que lidiar con los prejuicios del lugar y solo pasar el día tranquilo, eso al menos por el momento calmo la sed de venganza de Oscar.

El paseo en el muelle resaltaba la belleza del lugar y la serenidad del mar era relajante.

Mildred le daba una guia turistica del lugar, desde las primeras casas construidas en el pueblo, las anécdotas que pasaría a ser un relato para los habitantes del lugar hasta la misteriosa isla que no estaba demasiado lejos de la costa pero que por las corrientes se pedía a los turistas no acercarse demasiado, aun así era una vista hermosa.

pero se repetía una constante, la gente estaba aterrada, solo se alejaba de ella incluso el heladero cerraba el local al ver a Mildred.

Oscar no pudo evitar sentir algo de empatía, a la pobre chica así que lo mejor que podía hacer era comportarse de manera natural, hacerle sentir bienvenida a pesar de ese recién adquirido miedo a la vida misma, tiene que ser algo tan terrible que tiene literalmente a toda las personas aterradas.

— Bueno basta de tanta guia turistica y cuéntame algo sobre ti — Mildred cambió su postura para escuchar con mayor atención — A este pequeño pueblo sólo llega gente rara y uno que otro turista perdido—

— Bueno, vengo de la capital, en la misma empresa de paquetería pero recientemente me ascendieron, y parece que todo se ha ido al caño — Oscar comenzó a sonar pesimista.

— Parece un día difícil — Mildred recalcó.

— Bueno mi auto ahora es una pila de auto partes, creo que hice llorar a una joven llamada Oddjobs y parece que todo mundo me odia, suspendieron las actividades de la sucursal y parece que hay algo turbio en ella.

— Lo se esa empreza solo es una fachada — Mildred lo comento con demasiada naturalidad.

— Lo suponía — Oscar comentó algo resignado.

— Vas a escapar? — Mildred lo dijo en tono burlesco.

— No puedo, mi hermanito y mi madre dependen de mí — Oscar le comento algo angustiado.

— Eso es tan tierno — a Mildred le pareció conmovedor.

Oscar soltó una risa falsa — Y bueno ahora todos me detestan o me tienen miedo, este lugar es una locura —

—Te acostumbras, además que siempre hay cosas peores— Mildred comento algo apática.

— ¿Peores? — Oscar comenzó a imaginarse que en este pueblo no solo la mafia controlaba la región si no que aqui terminaban desapareciendo algunos cabos sueltos.

— Si mi hermana, a ella la amo y no la cambiaría por nada pero a veces es demasiado sofocante, odio que me trate como a una niña indefensa — Mildred se percató que Oscar la miraba con algo de escrutinio — Si no soy tan alta y eso que ya soy mayor y eso no debería de molestarme, no tanto como mi molesta hermana —

— Lo se mi hermanito es molesto pero tampoco lo cambiaría por nada — Oscar pensó un poco — sabes hace poco tuve que dejar a mi familia, a mi hermanito por venir a este lugar y te dara risa pero aunque lo extrañe siento un alivio tenerlo un poco lejos, es adorable pero es demasiado cariñoso —

— En serio?Tal vez podría ser un buen momento para tomarnos un tiempo.

— Nada mal, solo me dices si puedes encontrar alguna casa libre que te quiera rentar — Oscar comentó en forma burlona.

— Cierto mi hermana, pero dudo que se la puedan negar a esta carita adorable — Mildred estaba realmente segura de ello.

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La plática se extendió por horas, literalmente ambos amaban y a la vez odiaban a sus respectivos hermanos, Oscar quería enseñarle las fotos que tenia de él pero al revisar su teléfono ninguna de estas se veía bien — bueno ahi quedo mi celular, tendré que comprar otro —

— ni te molestes, en esta área se descomponen con mucha facilidad, algunos dicen que es por la montaña y que está llena de hierro y causa ondas electro, si eso que descompone los aparatos además tampoco hay señal sería un gasto que se hiria directo a la basura — Mildred le mostró la peor realidad de ese lugar.

— Eso explica por qué nadie dura en esta región — Oscar pensó un poco — Ojala fuera mi caso pero parece que tendré que resignarme, todo por el bien de mi cheque mensual—

— No se ve que seas muy avaro y codicioso, realmente te importa el dinero — Mildred queria saber.

— la verdad me tiene sin cuidado, pero debo pagar los estudios de mi hermanito, mi visión es que él logre terminar la universidad y salga sin deudas, tengo mucho que ahorrar— Oscar mencionó ese gesto como una gran meta.

— ok si logro encontrar una casa te rentare uno de los cuartos, así compartimos el gasto de la renta — Mildred se ofreció.

— Excelente y si yo encuentro una casa te rentare el sillón para que tengas donde dormir — Oscar comentó de broma.

Ambos se estrecharon la mano afirmando su trato.

— Y la visita a tu trabajo — Mildred retomo el tema — No estabas pensando usarme como a un can solo para infundir temor verdad?

— Si algo por el estilo — a Oscar no le gustaba mentir.

— Vamos de todas formas quiero ver su reacción — Mildred se empezo a reir — Sobre Oddjobs la conosco, esa mujer llora por todo, mira pasemos por una de las pastelerías del muelle y con eso volvera a sonreir como si fuera el mejor dia de su vida, claro y una disculpa —

Oscar en parte estaba contento este día no se podría poner mejor, ambos terminaron riendo por la situación, hasta que claro Mildred se detuvo de golpe y cuando Oscar volteo a ver ese cambio de situación frente a ellos estaba Susie

Su aspecto era un poco deplorable, una gasa en su cachete tapando un golpe quien además estaba con un ojo morado se veía de malas, realmente molesta.

— Wow realmente no mentías — Oscar se sorprendió un poco.

Mildred se colocó detrás de Oscar y le saco la lengua — A si es, no pienso volver al taller—

Susie había perdido la paciencia — Mildred basta de juegos, regresaras conmigo ahora! —

Mildred comenzaba a bajar la cabeza — Sabes que ya no soporto ese encierro ni tampoco estar cerca de ti —

Eso conmocionó un poco a Susie quien se levantó molesta — sabes perfectamente que no tengo otra opción, eres mi hermana menor y debo protegerte—

— protegerme? Eso no es más que un encierro, todo este lugar es mi encierro — Mildred se quejó aún más.

De su ropa de mecánica saco una especie de rama — Sabes perfectamente lo que va a pasar, ademas nadie tendrá el suficiente valor para dar la cara por ti, no después de lo que hiciste —

Mildred estaba enojada pero sabia a la perfección lo que podría suceder así que sin mas aceptó las palabras de su hermana — yo, ok regresare contigo —

Oscar estaba un poco confuso y bueno sabía que no era de su incumbencia pero tratar asi a su pequeña hermana.

— oye espera un momento — Oscar decidió intervenir, no quería pero se le hacía tan... él quería ayudar — Mildred a hablado por horas lo maravillosa hermana que eres, no logro comprender por qué la tratas de esa manera tan cruel —

— Tu lo dijiste es algo que no te importa, ahora largo — Susie amenazó a Oscar.

— Es tu hermana escuchala un momento, tal vez la presionas demaciado, oye yo tengo tambien un hermanito y daria todo por el y si habeces no lo tolero pero es parte de tener una familia — Oscar penso un poco — Joder que cursi —

— Si tu supieras lo que ha hecho esta niña, tendrias miedo de andar solo por las calles — Susie señaló a su hermana — este pequeño hobbit es una gran amenaza y no puede estar sola.

— Que!! vas a empezar con eso maldita tabla — Mildred arremetió con furia.

Susie y Mildred simplemente explotaron y comenzaron una arremetida de apodos cada vez más y más personales e incluso algunos subidos de tono que Oscar decidió y fingió no haber escuchado.

Oscar seguía teniendo una mentalidad demasiado sana para lo que estaba escuchando.

Después de unos minutos más de insultos Oscar decidió ir por un café para este par, ellas tenían mucho que discutir, en algún momento Oscar recordó con gusto algo parecido que una vez pasó con su hermano.

Además de unas rebanadas de pastel, este par no dejaba de insultarse, ambas tenían mucho estrés y problemas de por medio.

Después de una hora ambas llegaron a una especie de tregua lo que calmó un poco el asunto, Oscar estaba alegre, parece que después de todo si hizo su buena acción del día.

Ellas regresaron al taller y Susie le agradeció el ya no era un objetivo, aunque apenas entendía a qué se refería.

Antes que anocheciera Oscar decidió comprar algunos aperitivos y lo gracioso la gente se comportaba normal, es increible lo rapido que corren los rumores en esta comunidad.

Oscar regresó a la posada y habló con la dueña, parece que seguirá rentando su habitación por más tiempo.

Tenía sueño y mañana la junta dictará sentencia en público, con suerte solos era un peón mas y tendrá que callar y solo ver — Todo sea por conservar mi salario — Oscar se quejo.

Sin más Oscar se dirigió a su cama para descansar, pero al levantar la sábana, reconoció esa espalda y volvió a taparla, tomó su almohada y se fue a dormir al sillon había mucho trabajo mañana y no quería pensar en nada.