Parte 27 Sorpresa
No hay peor espera que aquella que no queremos soportar.
Oscar no lo podía creer, él estaba ahí parado, frente a la casa de su vieja amiga, este tocó la puerta y esperó pacientemente.
Toco la puerta y esperó un rato más.
— Tal vez salieron — Comentó Mildred.
— Estás segura que esta es la casa — Oscar le comento.
Cuando la puerta se abrió y esta mostró solo una niña, que no recordaba haber visto antes.
— Hola? — Oscar comentó con recelo — Disculpa aquí vive una mujer que se llama Erizo? —
Jim, estaba emocionada había practicado este momento durante algún tiempo — Bueno, mi mamá es un erizo y yo soy un erizo—
— Si veras ella se llama Erizo y es un Erizo — Oscar trató de explicar.
— Haaa! No mi mamá es solo un Erizo pero no se llama Erizo — Jimjim ya había practicado esas líneas.
— Perdon, esta tu mama — Oscar comentó sonriendo.
— Y quien lo busca y qué quieres — La chica comentó amenazante.
— Bueno mi nombre es Oscar y somos amigos de la infancia — Oscar mencionó seguro.
— Espera, ¿tú eres Oscar? — O si la chica sabía fingir — Pasa, vamos — Esta jalo a Oscar de la mano.
Mildred se quedó mirando la escena, la niña claramente no era normal, solo tenía la duda de por que la había mantenido escondida tanto tiempo.. pienso un poco — cierto por mi — Mildred comenzó a recordar esos buenos días que no podía estar demasiado centrada, aun le da escalofríos lo que llegó a realizar en esos ataques creativos.
Oscar se sentó en la sala de espera mientras la chica le servia un poco de soda.
— Solo hay refresco, mi mama aun no me deja tomar café — Jimjim aclaró.
La chica se sento ansiosa de empezar su interrogatorio, mientras Oscar miraba alrededor buscando algún indicio que su amiga realmente viviera en esa casa.
— Y sabes cuando volverá — Oscar pregunto curioso.
— Bueno ella está un poco ocupada — Jimjim mentía — Así que cómo se conocieron ustedes dos —
— Bueno desde niños, éramos vecinos y amigos hasta que paso algo y no la volví a ver — Oscar comentó tratando de tener cuidado — Y bueno me entere que ella vivia aqui y pues aqui estoy —
— Estás seguro de eso? digo tienes alguna prueba cualquiera podría decir eso— La chica comento en un tono de curiosidad.
Oscar no podía negarse así que saco unas vieja fotografía — Aqui estamo viajando en canoa en unas vacaciones familiares, en esta es cuando estábamos en la escuela y esta fue antes de salir a ese campamento —
Jimjim estaba llorando de emoción — No puede ser, es cierto, es cierto — Lo dijo con voz chillona y totalmente emocionada.
— Pasa algo? tal vez, amm algo te molesta? — Oscar comentó preocupado —
Jimjim se limpio las lagrimas de felicidad — esperame, te tengo una sorpresa —
A los pocos minutos la chica llegó con un viejo álbum, Oscar lo reconoció de inmediato y casi por instinto la emoción lo invadió.
La chica le empezó a mostrar las fotos, una por una era un mar de recuerdos para Oscar ese mismo álbum que ciertos niños habían destruido, pero ahora estaba remendado y conservaba tan hermosos recuerdos.
Las fotos continuaban, unas nuevas no las reconoció,era de su campamento, ella se había divertido demasiado, canotaje, tiro con arco, partidos de basquet cada foto rememoraba algún evento único en su vida, las fotos continuaban y en una hizo que a Oscar se le erizara la piel.
Ahí estaba Erizo en un consultorio, ella estaba abrazando a una amiga.
En la siguiente foto se veía a Erizo sonriente sin su gorro pero con un estómago algo grande.
Oscar salto unas cuantas imágenes y miró otra foto de Erizo cargando a un bebe.
— Mira soy yo de pequeña mi mamá dijo que fui un regalo de Oscar — Jimjim
Una foto tras otra era de la vida de Erizo con la pequeña hasta fechas mas recientes.
Oscar estaba temblando, pero ahora no era de emoción era de miedo, de culpa.
— Quiero hablar con tu mamá, volveré más tarde, ten es mi numero trabajó como ... cuando la veas quiero hablar con ella— Oscar apenas pudo reaccionar y salió del lugar tan rápido que la pequeña no tuvo tiempo de decir nada importante.
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— Y cómo te fue— Mildred comentó.
Oscar solo encendió el auto y manejo callado hasta el muelle.
— Bueno no creo que te fuera tan mal o si — Mildred trató de hablar pero Oscar estaba devastado, las lágrimas corrían de su cara y este se mordía el labio para no gritar en el auto.
Mildred no comprendía que pasaba pero por ahora solo podría estar lista no vaya a ser que Oscar cometiera alguna tontería.
a unos minutos Oscar llegó al muelle que estaba relativamente solo, este comenzó a caminar por la playa sin un rumbo fijo.
Pero antes que pudiera llegar más lejos Mildred se había enfadado y decidió lanzarse sobre el chico haciendo que callera en la arena.
— Oscar con un carajo que paso — Mildred pregunto quien ahora estaba sentada a espadas de Oscar ya estaba harta de tanto drama.
— Yo... yo.. No tengo perdón, soy una basura — Oscar apenas podía hablar pues las lágrimas no dejaban de fluir, este golpeaba la arena con coraje.
— Eso lo se idiota — Mildred comento molesta sugetando y evitando que Oscar se moviera — Dime de una vez que hiciste —
— yo le jodí la vida a Erizo, todo fue mi culpa, por eso ella nunca quiso volver — Oscar se quejó entre llanto.
— Cálmate de una vez — Mildred lo pateo un poco para que este se tranquilizara, mientras este se sentaba en la arena —
— Esa niña y Erizo — Oscar se calmó un poco — yo soy el padre, yo la embarace por eso nunca quiso volver, sus padres no lo hubieran permitido, todo fue mi culpa —
— Despacio, más despacio — Mildred le exige — Estás seguro que es tu niña? saca las cuentas, que edad tiene la niña, cuánto lleva desaparecida.
Oscar se quedó callado razonando un poco — Pero las fotos —
— ¿Oscar a algunas personas no se nos nota la edad, que edad crees que tengo? — Mildred le comento — Piensa un poco, ella está aquí por protección a testigos, no coincide nada — Mildred tenía que mentir.
— Mildred quiero que me golpees — Oscar pidió — pero...
Mildred le soltó tremendo puñetazo estando Oscar aún distraído.
— Gracias — Oscar se quejó.
— De nada, para eso son los amigos — Mildred comentó sacudiendo la mano.
— Fueron buenos amigos, ella pudo conocer a otra persona en todo este tiempo — Mildred comentó — La niña, tal vez su pareja no la conoces —
— No pense bien las cosas — Oscar estaba ahora más aliviado — Gracias por evitar que hiciera alguna tontería —
— No hay de que bebe lloron, oye me debes un tequila — Mildred comentó riendo un poco o dos por hacerte entrar en razón —
— Compre un whisky en el camino, creo que es un buen momento para olvidar las viejas penas — Oscar mencionó.
La noche llegó pronto y solo había dejado un par de amigos compartiendo un par de botellas, después de haber sido corridos del lugar por un guardia, este par compro mas y mas bebidas, no sabían pero ambos trataban de dejar atrás esas penas aunque fuera por un momento.
Oscar y Mildred llegaron a su casa y se sentaron en el jardín, compartiendo un momento entre amigos, anécdotas, algunas graciosas otras extrañas y difíciles de entender.
Mildred se estaba divirtiendo, no siempre la dejaban salir de casa, así que a sabiendas de su mala fama lanzó un hechizo de tolerancia, uno de resistencia y otro mas que aumentará su vitalidad y así evitar alguna resaca el día siguiente, asi que ambos podrían seguir en su plática sin ninguna preocupación.
Las horas pasaban y las anécdotas no dejaban de contarse, Oscar narrando sus primeros días de trabajo, y Mildred hablando de lo exagerada y sobreprotectora de su hermana.
Oscar comentó algunas cosas tristes, sobre la pérdida de su padre y Mildred aun con un poco de recelo habló sobre sus padres.
Ambos requerian sacarlo de alguna manera.
Al poco tiempo las chatarrillas y accidentes no se dejaron de contar, Oscar no habia notado pero realmente estaba bebiendo demasiado, pero él se sentía bien, no estaba ni un poco afectado, tal vez lo que compró era sin alcohol y solo era el efecto placebo, no se podía culpar whisky en una gasolinera y las bebidas ya sabia como eran con Mildred y alguien la debió reconocer por ahora le daba igual,
Oscar se disculpó un poco, salió por otras bebidas más, él estaba seguro que si eran normales, y tenía que hacer una visita al baño.
A los pocos minutos regreso y este noto a alguien cerca, — Hey hola? — Oscar se asomo un poco y la reconoció — Hey si eres la panadera — Oscar la abrazo.
— Hee? Lucy cuánto tenemos de no vernos — Esta le hizo señas para que los acompañara —
Por su parte Lucy estaba sorprendida, cómo es que la descubrieron, pero no importaba tal vez sus emociones le jugaron a mal.
— Pasa, pasa uno más nos caería bien más compañía — Oscar le ofreció una bebida.
Lucy aun aturdida de que la descubrieran aceptó la bebida y los acompaño. Unos minutos más tarde a Lucy ya le había golpeado fuerte el alcohol y se puso un poquito más agresiva de lo normal, incluso ella estaba enojada por estar ya mareada, llevaba un día sin probar alimentos pues no quería que nadie la viera, ella estaba oculta pues en realidad quería evitar a todo mundo.
— Y como va tu local — Oscar comento — Estaban deliciosas tus recetas, fue una lastima lo del incendio.
— Si, en unas semanas estará listo — Lucy comentó desanimada.
— A de ser aburrido no tener nada que hacer — Oscar comentó.
— Para nada es tiempo libre y hay que aprovecharlo — Mildred Objeto —
— Si en poco tiempo podre volver pero no se si quiera trabajar por ahora — Lucy confeso ya más mareada.
— Pero si están deliciosos los panes que preparas — Oscar comentó.
— Espera, no es otra cosa — Mildred se le quedo viendo — Deja adivinar otra vez peleaste con Max —
— Max no lo conozco — Oscar Menciono— Pero dime que te hizo, nosotros te vamos a defender.
Mildred se rio un poco a pesar del mal momento parecía que el hechizo ya estaba fallando, pero le dio igual.
— Podrías?, él es muy fuerte, es.... apuesto que te tumba los dientes — Mildred lo reto.
— Para nada yo puedo y si no puedo entre los dos — Oscar mencionó ya bajo los efectos del alcohol.
— Si vamos a golpearlo — Mildred gritó elevando la botella.
— Si es un idiota, vamos a darle su merecido — Lucy tambien grito.
Mildred sirvió otra ronda para todos brindar.
— Donde deje las llaves ,vamos ahora mismo — Oscar grito.
— No idiota tas... ebrio.. yo los llevo — Mildres sacó su varita pero se le cayó antes de decir o hacer algo.
Lucy estaba riendo y Oscar trató de ayudar a Mildred a encontrar si ramita.
— Y como es ese tal Max, quiero verlo y golpearlo por molestarte — Oscar comento un poco mientras se detenía algo mareado.
— Hey— Mildred levantó la cara — yo recuerdo que ustedes eran la parejita de esas inseparables en la comunidad,,digo si lo golpearia es demasiado empalagoso.
— Empalagoso — Oscar preguntó.
— Si trata de hablar como si estuviera en una novela, a esta niña le lleva ramos y croe en un cumpleaños hasta un mariachi, osea se veia muy gracioso — Mildred comentó.
— A mi me gustaría que me llevaran mariachis — Oscar comento riendo.
— Ayúdame a buscar mi varita — Mildred se quejo.
— Si el siempre ha sido muy amable y cariñoso — Lucy comentó entre feliz y molesta.
— si el señor perfecto debe morir — Oscar comentó levantando la varita de Mildred.
— Mildred le quito su varita — y miró a Lucy — Donde esta ese bastardo
— A de estar en su casa, el maldito cuidando de los gatos o estará ejercitando, siempre le hace frente a mi odio que use esos shorcitos — Lucy comentaba con la cara roja.
Oscar sirvió otra ronda — Por la venganza —
Todos tomaron el trago y Mildred lanzó el hechizo que los apareció enfrente de la puerta de la casa.
Oscar se sintió confundido pero recordo a que venia — Si vamo a golpear gente —
Lucy y Mildred corearon el grito de batalla.
Cuando golpearon la puerta Max había abierto la Puerta, este solo tenía puesto una bata que mostraba su marcada musculatura.
Oscar y compañía se juntaron para tratar de hablar en secreto
— No jodas ya lo viste — Oscar se quejó — Tiene músculos sobre músculos.
— Si es demasiado sexy para golpearlo — Mildred arremetió.
— pero se lo merece — Lucy se quejó.
Oscar se asomó y vio a un Máx confundido y regreso la mirada a la reunión.
— Y que hizo, tiene una cara de buena gente — Oscar comentó.
— Bueno él quería que hablara con mis papas — Lucy comentó molesta — Es personal y él no debe meterse.
Oscar record lo que le habia pasado y comento — Lucy, hace unas horas estuve apunto de cometer una tonteria por algo que hice hace mucho tiempo y mi amiga, mi mejor amiga que amiga mi hermana aqui presente ella me hizo a entender que soy un idiota—
— Si es un idiota — Mildred reafirmo.
— Ella no me dejo solo con mi problema y lo hizo porque se preocupa por mi — Óscar medio balbuceaba porque estaba realmente mareado.
Oscar se levantó y se acercó a Max, quien estaba aturdido, no solo estaba triste por lo que había pasado si no además Lucy y estos dos hablaban incoherencias — Max, yo y ... si ellas venimos a — Oscar pensó — Que le pidas perdón a Lucy, ella es la mejor panderera y la mujer más amable y debes disculparte.
Max no lo dudo este su puso de rodillas — Lucy perdóname, yo solo quiero verte feliz —
Lucy se acerco y lo cacheteo una vez mientras los demás vitoreaban — Si dale otro — Mildre abaciono.
— Me lo merezco — Max comentó derrotado — No debi engañarte y traer a tus padres—
— ¿Qué? nooo, no es por ellos que estoy enojada— Luc pensó un poco — Odio que me mientan, mis padres me mentían todo el tiempo y que tu te rebajaras estaba tan molesta y decepcionada.
— ¿Enserio? Lucy yo puedo cambiar — Max se levantó y como las manos de Lucy, te prometo no volver a mentirte —
— lo prometes — Lucy comentó con una voz suave.
Oscar y Mildred estaban tratando de entender qué pasaba, ellos querían ver una pelea pero algo no cuadraba.
— Espero que esten diciendo — Mildred le comentó a Oscar.
— No se algo de ... — Oscar entendió cuando miro la escena.
Max y Lucy después de llegar a realizar las paces ambos estaban abrazados. acompañando el momento con un beso y luego otro, antes que algo más pasara Lucy cerró la puerta con fuerza dejando a Oscar y Mildred aturdidos.
—que paso — Mildred aun aturdida no comprendía.
— Parece que se reconciliaron — Oscar recalco — yo quería pelear con Max.
— Mientes le tenias miedo — Mildred retaba a Oscar.
— claro claro, no mas que tu — Oscar regreso el reto.
— Ejem — Max se asomó por la ventana— Sería fabuloso si pudieran darnos un poco de privacidad.
Oscar y Mildred solo salieron riendo de ahí.
Por fortuna Mildred aún llevaba la última botella de whisky así que la compartieron de regreso a casa, ya era tarde y bien querían descansar.
— Son una pareja extraña — Oscar mencionó.
— Tal vez pero son ... bueno amigos — Mildred record, siempre fueron inseparables eran empalagosos— Nosotros somos amigos y no estamos.. así tan... —
— Tal vez no hace falta — Oscar recordó lo que pasó hace poco y abrazó a su amiga — gracias por salvarme—
— No hay de que pequeño bebe llorón — Mildred le susurro.
Ambos se apoyaron para llegar a casa, como un par de viejos amigos disfrutando esa noche tan fría.
Cuando al fin llegaron a su casa y la puerta se cerró tras de ellos, algo, que ambos desconocían o ya habían olvidado, había vuelto a surgir.
Era ese sentimiento de felicidad, de tener a ese alguien con quien compartir.
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La noche continuaba y las bebidas no cesaban, el motivo era desconocido solo se estaban dejando llevar por el momento, desde risas, hasta accidentes, desde canciones hasta recuerdos gratos.
Ninguno de los dos supo en qué momento todo había escalado, lo que empezó con un abrazo, término como un beso apasionado, ninguno supo en qué momento ya no querían saber del exterior solo estaban ellos dos solos y no querían parar.
En momentos dudaban y se miraban por lapsos, pero ellos mismos se empujaban a seguir, a que ese beso amable fuera más salvaje y agresivo en cómo se aferraban entre ellos como si no hubiera un mañana.
En una última señal de resistencia y poca conciencia, Oscar se detuvo y preguntó directo a Mildred — ¿Estás segura de continuar ? —
Mildred tranquila y sonriendo ante la inocencia de su amigo le susurro — No estoy segura, pero me quiero arriesgar —
Oscar solo escucho como su corazón sonaba acelerado y tras unos segundo dejó toda duda atrás y se dejó llevar por el momento
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Lamentablemente lo que Mildred no tomó en cuenta es que parte del ser mágico de Oscar se estaba manifestando, las emociones, la culpa, el dolor, el odio, la pasión cada emoción se magnificaba así como cada hechizo que tenía encima.
La mañana siguiente Mildred solo pudo expresar unas palabras y no eran exactamente de felicidad.
https://youtu.be/GrfVQuvlVEo
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