Parte 15 Cita medica
Oscar respiro hondo una vez más y tomó valor y abrió la puerta.
— Buenos días, usted debe ser el doctor de la isla — Oscar sonrió con nerviosismo — No me avisaron que vendría —
— Usted es muy divertido joven — Habló la doctora con una voz grave y fingida de viejo — Desde que aceptaste este trabajo tu vida ya no te pertenece — Este se rio muy pero muy fingidamente.
— Pase — Oscar se hizo a un lado para que el médico pasará.
Oscar estaba algo escéptico sobre todo cuando este se instaló por completo en su sala, justo al lado del campamento de Mildred.
Oscar se acercó a su amiga y le preguntó — ¿Por qué actúa así? ¿seguro es doctora? —
— Tu mejor solo ignorala y no te rías mientras más rápido se vaya mejor para los dos— Susurro Mildred a Oscar.
La doctora había tomado asiento y comenzó su cuestionarios, preguntas simples, desde hábitos alimenticios, hasta hábitos de sueño en algunos casos podría escucharse como una platica normal hasta que llegó a lo incómodo.
La doctora cerro uno de los expedientes y de inmediato tomó otro formulario.
— Señor Oscar estas son preguntas estándar que todo empleado debe responder, así que le pido honestidad — Y la doctora no dejaba de fingir su voz.
— Tiene usted pareja sexualmente activa — La doctora anotó
— no— Oscar respondió dudando un poco
— Cuántas parejas ha tenido? — Cuestionó la doctora
— Ninguna — Oscar sintió la mirada burlona de Mildred — He trabajado toda mi vida no he tenido tiempo — Oscar le susurro a su compañera de cuarto.
— Enfermedades venéreas —
— No — Oscar comentó convencido.
— Enfermedades congénitas, familiares o crónicas — La doctora continuó incansable
— No, no recuerdo siquiera haberme enfermado antes — Oscar pensó un poco.
pregunta tras pregunta algunas simples otras más incómodas y personales, incluso Oscar se preguntaba que tenía que ver su color favorito.
La doctora solo archivo todo muy profesionalmente.
Procedió a tomarle la presión, los niveles de azúcar, el ritmo cardiaco, hasta las anginas le reviso al pobre.
Todo parecía un chequeo de rutina como con cualquier otro médico.
hasta que ...
— Quítese la ropa — Ordenó la doctora.
— Que? — Oscar no sabía que decir.
— Es necesario una revisión completa, escuche de alguna parte que sufrió ciertos incidentes en la isla y me preocupa alguna lesión — La doctora comentó muy profesionalmente.
Oscar volteo a ver a Mildred
— Bien yo me retiro — Esta se medio burló.
— No espera, recuerda el trato — Este le comentó lo más discreto posible.
— ok te costara mas caro — Mildred comentó relajadamente.
— Puede apurarse, no es el único paciente que debo revisar el dia de hoy — La doctora comentó.
— Bien — Oscar con algo de pena, se quitó la playera, bueno no es que tuviera pena de estar en calzoncillos con Mildred rondando la casa el problema era la doctora, a pesar de los lentes obscuros se sentia demaciado incomodo, antes de quitarse los pantalones.
— Espere un momento— la doctora comenzó a observar por todos los ángulos al grado de poner nervioso a Oscar
Después de un momento de incomodidad la cosa se puso peor, esta comenzó a palpar toda su espalda, siguiendo líneas imaginarias que recorren lentamente sus dedos y si bien esto era humillante se puso peor cuando comenzó a recorrer su vientre y parte de su pecho era inquietantemente estimulante como usaba ambas manos, oscar no quería quejarse pero por un momento incluso sintió como le hundió las uñas...
— Ejem, Doctora puede continuar — Mildred salió al rescate para fortuna de Oscar.
— Quítese los pantalones — La doctora dijo entusiasta.
— Hey cerebrito suficiente no vez que lo estás espantando — Mildred sonó algo seria.
— Es solo rutinario, pero entiendo — la doctora regresó por su material a preparar unas cosas.
— Gracias — Oscar comentó agradecido, no estaba acostumbrado a tal trato.
— Ya, te recuperarás todos hemos pasado por lo mismo — Mildred comentó arrugando la cara.
Después de unos momento la doctora llegó con varios juegos de jeringas — Solo serán un par de pinchazos —
Oscar no tuvo más que resignarse y colocar el brazo, la doctora sacó un par de muestras de sangre coloco unas cuantas vacunas y guardo todo salio tan rapido que no tuvo ni tiempo de despedirse.
— Eso doctora es rara — Comentó Oscar
— Ni que lo digas,si mi hermana da miedo la doctora es capaz de provocarte pesadillas — Mildred comento algo seria.
— Incomodo pero ya paso — Oscar comentó aliviado — Creo que exageraste un poco con eso de las drogas—
— Si puede ser — Mildred fue a la cocina y tomó un par de cervezas — ¡Para el susto! — Destapo una tomó un gran trago y le ofreció la otra Oscar.
Oscar estaba aliviado y bueno una cerveza no haría daño a nadie, estaba por tomar la cerveza que Mildred le ofrecía cuando esta dejo caer la lata y en cuestión de nada cayó al suelo como si de un tronco se tratase.
Oscar entró en pánico, trato de ayudar a Mildred pero esta no respondía estaba tan noqueada que parecía un muñeco de trapo, este llamó a una ambulancia quienes llegaron en minutos, Oscar les explico que había pasado cuando uno de los enfermeros lo detuvo.
— ¿Dime te visito la doctora de la isla? —
— Si pasa algo? — Oscar estaba dudoso.
— Vámonos — le comento el enfermero a su compañero volteo a ver a Oscar y le dijo amablemente — Mira, solo dejala descansar estará bien en unas horas que la chica te explique, no queremos involucrarnos y un consejo tira toda tu comida y usa guantes —
El conductor de la ambulancia se rió un poco — si recuerdo no hacerlo y termine noqueado tres veces seguidas por unas papas fritas.
Mientras se retiran los de la ambulancia seguían bromeando sobre el tema y sin más lo dejaron solo nuevamente.
—---------------------------
No muy lejos en una parte arbolada cerca de la casa de Oscar.
Erizo le estaba entregando la sangre recién adquirida a un viejo conocido.
— Puedes tomartela ya se analizo el resto — Erizo le comentó a su amigo.
— Siempre tan generosa mi bella dama — Un joven alto le hizo reverencia a Erizo.
— Deja de hacer eso te ves ridiculo — Esta se quejo.
— vamos un poco de caballerosidad nunca a matado a nadie — Max tomó de golpe la sangre.
— Como digas romeo — y qué me puedes decir — Erizo comento seria.
Max saborea la sangre y disfruto cada gota de la misma — Es una muestra llena de poder, desborda de magia, no hay duda el causo el milagro. Pero también está lleno de tristeza y dolor y así dudo que pueda tener su propia epifanía pronto—
— Eso suena interesante — Erizo comentó mientras escribía en sus notas.
— Erizo respeto tu trabajo, pero trata de no ponerle una sonda podrías espantarlo como a ese joven jety — Max recordó el suceso — escapó, causó líos y luego tuvimos que rescatarlo y borrarle esa mala experiencia —
— Si lo que digas chico vampiro — Erizo convocó su escoba y se dispuso a regresar a su isla.
— Erizo espera, dime que al menos lo has pensado — Max habló muy cordialmente.
Erizo simplemente se alejó sin decir nada más.
Mientras se alejaba Max miró con tristeza, pero miró a Oscar como una nueva oportunidad, él no sólo rescataba a seres mágicos en apuros, él también tenía la misión de ayudarlos a sanar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro