¿Realmente vale la pena?

Años atrás en la mitad de las vacaciones de verano Betsy y sus amigas brujas estaban en una misión de salvar la magia junto a las nuevas generaciones de seres mágicos pero el tiempo no jugaba a su favor y ella se percató casi de inmediato en los primeros días, si tenían suerte solo la chica erizo seria la unica en realmente despertar algún rasgo mágico uno verdaderamente tenue, a pesar de su instrucción minuciosa y dedicación de la chica el proceso llevaría años así que la frustración era algo que compartía con Susie, pero que ella se había reservado para sí misma no quería agregar más presión a su amiga.

Si bien no tenía el poder de Alice o la experiencia y dominio de Susie, Betsy tenia una cualidad única, la dedicación una que aprovecharía para buscar en cada uno de los libros y tesoros de las brujas de antaño alguna respuesta, invadió lugares prohibidos, obtuvo información perdida en el tiempo, pero nada, lo mas interesante que habia encontrado era solo una receta de pay de manzana y acaso una receta para la elaboración de una cerveza algo rústica, todo lo demás ya lo dominaba.

Tal vez ella solo necesitaba más poder y ella aprendió con los años que solo existía un solo lugar donde encontrarlo en todo el planeta.

Sin más que temer Betsy dejo una especie de clon mágico que solo serviría para disimular que estaba leyendo, a Alice no le interesaba y Susie le tenía algo de aberración a la lectura.

Betsy ya conocía el lugar, la cima de la montaña antes de llegar a la punta se elaboró una cueva artificial para ocultar ese gran cristal aunque relativamente todos conocían su ubicación, claro menos los campistas pues se desconoce si podría tener algún efecto sobre ellos.

Betsy comenzó a usar todo tipo de hechizos que le dieran alguna pista sobre su naturaleza, pero nada funcionaba, intento con rituales e invocaciones y nada. Probó el polimorfismo, tal vez alguna especie diferente podría comprender la naturaleza de ese cristal pero nada.

Betsy había estado trabajando en ese cristal por más de 3 días y tres noches seguidos pero no obtuvo respuesta alguna, al cuarto día ella se desplomó dormida.

Durante sus sueños ella platico con alguien. cuando despertó no recordaba nada sus sueños eran borrosos, tal vez eran importantes, tal vez había trabajado demasiado por el motivo que fuera ella decidió regresar a su cabaña, comer algo y pasar toda la tarde en su bañera, tres días de esfuerzo continuo era un asco andante.

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Al final del verano.

Susie había confesado su pesar a su mejor amiga y esta la acompañó durante toda la noche, ella había decidido usar su magia para que un hermoso sueño la acompañara en la noche y voluntariamente absorbió sus pesadillas para que aunque fuera por solo esa noche ella pudiera dormir en paz.

Durante esa pesadilla Betsy tuvo una revelación impresionante se dio cuenta de donde estaba ese poder que ella tanto buscaba, tan cerca y al alcance de su mano.

Ahí estaba nuevamente frente a ese cristal que semanas atrás la había retado y no había logrado nada pero ahora se dio cuenta que no ocupaba al cristal en sí, si no que necesitaba a quien, ya sabía usarlo y sabía perfectamente dónde encontrarlo.

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Presente...

— Carajo, carajo, carajo — Se repetía constantemente Oscar mientras escapaba entre los árboles con una psicópata disparándole con una reliquia de museo.

— ¡No es lo que parece! — Oscar gritaba mientras seguía avanzando lo más rápido que sus posibilidades le permitían, el camino era complicado pero esa mujer no se detenía.

El pobre se quedó atrás de un árbol respirando con dificultad, tenía que respirar por la boca de lo agitado que estaba y sus latidos retumbaban en sus oídos, tenía que tomar un poco de aire, tal vez esa mujer ya lo había perdido de vista.

Este respiro un poco e intentó asomarse hasta que *Bam* un pedazo del árbol había volado en pedazos.

— 10 segundos, corre carajo — Oscar comenzó a contar mientras se adentraba en áreas cada vez más difíciles de avanzar pero aun así esa mujer no se detenía.

Oscar nunca se había imaginado que terminaría en una escena cliché de una película de masacres, — Como es pocible que esa mujer me siga el ritmo—

Oscar aún tenía fe que Mildred detendría a su loca hermana, pero por mas que pasaban los minutos y le faltaba el aire y perdía la esperanza.

— No, no, solo corre, solo corre — Oscar se decía a si mismo.

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Betsy no tenía muy claro que hacer, eran pocos los libros que te decían o siquiera mencionaba algo relacionado, así que después de tanto indagar la via mas rapida era a través de los sueños, el mundo onírico.

Si algo o alguien estaba dentro de ese enorme cristal tal vez podría ayudar a solucionar el problema.

Mientras preparaba el lugar y las pociones que le ayudarían a mejorar su hechizo está comenzaba a dudar si era lo más viable, tal vez el libro aún tendría alguna respuesta, pero después recordó a Susie, eso le partía el alma.

Betsy tomó la botella con ambas manos, miró el líquido pensando una vez más si era la decisión correcta, si realmente encontraría lo que estaba buscando pero nuevamente llegó a la misma conclusión, alguien tenía que tomar las decisiones difíciles.

Betsy sin dudar tomó el contenido de la botella hasta que no quedaba ni una sola gota, ella callo directo sobre una almohada que ya había acomodado.

Cuando Betsy se percató que ella estaba flotando, fuera de su cuerpo — ok aun respiro así que no estoy muerta — sin perder más tiempo ella se acercó al cristal y lo tocó.

— Hay no, espera, esto no tenía que pasar — Betsy estaba siendo absorbida dentro del mismo, ella trató de resistirse pero fue algo en vano primero la mano, luego el brazo hasta que su cara era lo único que estaba fuera y al final nada, Betsy solo cerró los ojos.

Para su sorpresa ella estaba bien, dentro de cristal era muy vivo y colorido, con formas extrañas que se movían de un lugar a otro incluso algunas formas reconocibles como yetis o elfos y algunos monstruos.

Pero al final eran solo siluetas iluminadas en un vacío sin fin, excepto una chica que ya había visto en el sueño de Susie.

— Hola, soy Betsy y te estaba buscando — La bruja se presentó ante la joven.

Ambas se presentaron y hablaron durante horas, bueno no tenían más que hacer estaban atrapadas.

Las horas pasaban y Betsy se comenzó a preocupar su cuerpo, cuánto tiempo podría sobrevivir en esas circunstancias, así que Mildred le dio una sugerencia tal vez si trabajaban juntas podrían salir de ese lugar.

Ambas desconocían cómo salir pero el ambiente, todo lo que les rodeaba les susurraba como ser libres, así que lo intentaron.

Al principio tenían sus dudas pero el cristal estaba empezando a derretirse, poco a poco goteaba a su alrededor, al poco tiempo eran chorros cada vez más y más grandes de líquido.

Betsy notó dos cosas, la primera es que su cuerpo se comenzó a hundir en esa sustancia y la otra el cuerpo físico de Mildred estaba empezando a salir de su cautiverio.

Al poco tiempo el cuerpo de Mildred comenzaba a reaccionar, ella estaba despertando de su letargo, pero a su vez ambas miraban como el cuerpo de Betsy estaba mas y mas undido en la gema líquida, Mildred comenzó a detenerse, no quería proseguir, sabia que si continuaba la amiga de Susie quedaría atrapada y su hermana devastada.

— Espera me conoces— Betsy preguntó curiosa.

— Solo digamos que no eres la única que aprendió a viajar entre sueño— Mildred le comento.

Esto solo motivó a Betsy, prosiguió sin detenerse ella estaba dispuesta a sacrificarse por ese bien mayor, todo sea por Susie.

Cuando este proceso terminó todo el líquido del cristal había cubierto el piso dejando atrapada a Betsy, Mientras Mildred yacía en el suelo poco a poco comenzó a moverse.

Betsy estaba algo triste, ella quedaría atrapada, con suerte solo una temporada, Mildred sabia que paso y conoce los hechizos para que cuando se recuperara ahora ella fuera la rescatada.

Mildred y Betsy se despidieron cada quien tomaría un camino diferente por el momento.

Betsy trató de regresar a su cuerpo pero el cristal no la dejaba avanzar, ella era solo un sueño, un recuerdo casi como uno de esos fantasmas que de vez en cuando eructaba pero más complejo y no era capaz de regresar a su propio cuerpo, cuando se dio cuenta que pasaría se puso a llorar, un sueño sin cuerpo no estaba más que destinado a desaparecer en el olvido.

Mildred tenía que pensar rápido y recordó algo peligroso pero el tiempo no apremiaba.

Sin dudar un segundo en el mundo de la conciencia, Mildred se desprendio de su esfera espiritual que alejaba a los espíritus que la pudieran poseer, Mildred apenas la conocía pero estaba dispuesta a dejarse poseer para que Betsy estuviera a salvo.