#4
Frase de: AnonimusFem
Volví...y esta vez, solo por ti.
Demonios, he dejado tan abandonada esta historia que me siento horrible, y hoy, justo a las 4:03 am se vino la inspiración para continuar esta wea, y como tengo miles de historias en mente, aquí las podré desahogar uwu trataré de actualizar más seguido :'v </3
**********
¿Cuanto tiempo ha pasado? a decir verdad, llevo la cuenta de cada día sin ti a mi lado. Tres años para ser exactos. Nunca hubo ninguna señal de ti, siempre vivía con el pensamiento de lo que estarías haciendo, de en que piensas...o en quien. Y una absurda esperanza de que volverías, como prometiste hace ya bastante tiempo, pero, a pesar de todo, la esperanza es lo último que se pierde ¿no?
A veces me pregunto...¿Me recordaras? por que yo si lo hago, constantemente. Me siento tan sola, un vació que jamas había experimentado. Claro que a todos les afecto en cierto punto tu partida, sin razón alguna y tan inesperada.
Aun recuerdo lo que me dijiste hace apenas los tres años. ''Nunca te olvidare'' aunque aún dudo si puedo creer en eso, si puedo asegurarme que cumplirás esa promesa, pero a pesar de eso yo cumplo la mía.
Te estaré esperando, por siempre.
Sonrió ante los recuerdos y cierro mi libro tranquilamente en el espacio donde estoy sentada en este momento. Veo la ventana y aprecio las gotas de lluvia que caen delicadamente cual gota en pétalo por el cristal, empieza una lluvia tranquila para dejar tapado el sol con sus nubes.
--Es hora...--Digo con una sonrisa cálida asegurándome de poner en el porta libros mi relato favorito.
No faltaban los día en tradición desde que te fuiste cuando voy a aquel árbol de cerezos en donde nos vimos por ultima vez, donde juraste que mientras estos florezcan no te olvidarías de mi. Desde entonces siempre busco un cerezo que cae en estos días y la conservo asta que se marchita, para finalmente convertirla en un porta libros. He de decir que tengo miles, pero eso hace que cada parte de mi casa tenga un pedacito de mis recuerdos contigo.
Sí, hice mi esfuerzo por no cambiar desde que te fuiste, pues aunque parezca egoísta -y admito, lo es un poco-, me alegro que tomaras unos minutos para despedirte de mí como no lo hiciste con los demás.
Quizá lo hiciste para que no te siguiera, o para que no llorará. Pero te entiendo, de verdad que lo hago, pero ante pensamientos negativos llegan los positivos a destruirlos con buenos recuerdos, recuerdos que siguen rondando por mi cabeza una y otra vez.
Tal vez me estoy volviendo loca.
—Buenos días— saludo a la coneja de delantal frente a mí. Siempre me gusta ir a la cafetería de Vainilla a desayunar antes de hacer lo que vengo a hacer.
—Buenos días, Amy— contesta igual de alegre que siempre, quisiera poder hacer lo mismo pero, no estoy segura de cuando fue que mi voz llegó a sonar tan bajo. — ¿Lo mismo de siempre?
Me limité a asentir brevemente, observando como regresaba a atender a otros clientes. Lamí mis labios con el mismo bajo sabor amargo en mi garganta, sabor que siempre intento amortiguar con el dulce néctar que proporciona la tarta especial de vainilla, con una taza de chocolate caliente para contrarrestar el frío de invierno.
Miré mis manos enguantadas, ni siquiera me di cuenta cuando empecé a jugar con mis dedos, o cuando mi pierna empezó a temblar por algo mas que el simple frio, tampoco me di cuenta al instante de como una presencia tomaba lugar frente a mí, y bueno, tampoco me importaba.
—Amy, buenos días — dijo en un tono algo bajo, seguramente al ver que no reaccione a su reciente acción. Miré a la ardilla unos segundos antes de mostrar una pequeña, pero notable sonrisa.
—Lo siento, estaba perdida en mis pensamientos— me disculpé primeramente por mi falta de atención ante su persona.—. Buenos días, Sally.
—Pude darme cuenta— dejó salir una breve y bonita risa de sus labios resecos, algo que hizo que instantáneamente repitiera su acción —. Hace un tiempo que no te veo, deberes de reina y esas cosas, pero me interesa saber de una buena amiga. ¿Cómo te va?
Sally hace apenas un año se convirtió en reina al casarse con un príncipe, que por lo poco que sé tengo entendido que su nombre es Khan. De cierto modo tuve pena por ella al enterarse de la partida de Sonic, ella sentía unos fuertes sentimientos hacia él, casi iguales a los mios -bueno, quizás menos- su partida la dejó destrozada, y pude convivir mejor con ella al estar en la misma dolorosa situación, pero pudo seguir adelante al conocer a lo que ella le llamó el amor de su vida. Me alegro mucho por ella.
—Bastante bien, gracias— contesté por cortesía. Realmente ni yo sabía si estaba bien.
Me miró con las cejas fruncidas y una bonita mueca, de un momento a otro su mano cubría la mía con un apoyo y afecto que constantemente recibía por mis amigos, ¿lastima, acaso?
—Mientes.— declaró segura— tus ojos no tienen el mismo brillo de antes, y me preocupa no poder verlo.
—Nunca convivimos demasiado, ¿por qué te preocupa?
—A pesar de la poca convivencia sigues siendo mi amiga, y siempre estaré para mis amigas— envidio su nobleza— ahora dime...es por él, ¿cierto?
Antes de que pudiera responder una humeante taza se posó frente a mí, junto un postre muy bien adornado. Tragué duro, ahora no estoy segura si tenga apetito.
—¿Tan obvia soy? — reí un poco antes de llevar la caliente taza a mis labios, siendo deleitada por el margo y dulce sabor de su contenido.
—Puede...— me miró algo apenada— antes, incluso yo tenía envidia de tu relación con él, nunca me miró como te miraba a ti, siempre tuvo unos ojos especiales para ti, pero no me rendí a pesar de saber que tal vez no tenía oportunidad.
Una pequeña carcajada salió de mis labios, la ironía de la situación me causaba gracia— eso es exactamente lo que siempre pensé de ti— sonreí ante su sorprendida expresión — pero ¿sabes? Ya no importa, él ya no está, y a pesar de eso sigo con la envidia, pudiste avanzar y conocer a alguien más.
—Tu también podrás — animó con una sonrisa, y fue con una sonrisa con la que negué.
—No. Yo hice una promesa — sonreí un poco más, ella me observaba sin entender, tal vez en busca de una explicación, explicación que yo no daría. — en fin, es algo tarde— me levante del lugar sintiendo un frío abrazador y me aseguré de dejar en la mesa el dinero exacto de lo que consumí, lamentablemente la falta de apetito en ese día no me permitió acabar la tarta entera.—. Gracias por tu compañía, Sally.
Salí del lugar sin siquiera esperar respuesta, me entretuve un poco y tal vez llegue tarde por eso, aunque admito fue agradable conversar con Sally.
Ese día, fui nuevamente al árbol de cerezo que se encontraba en ese mismo lugar donde fue su partida. Era hora de cambiar mi porta libros pero, no estoy segura si será posible, después de todo, en invierno las hojas de los arboles caen.
Tal vez, sólo tal vez deba tomar eso como el fin de mi espera.
¿Sirve de algo esperar? ¿Confiar ciegamente en algo que sabes nunca se cumplirá? No.
Aún así, muy en el fondo tengo una pizca de esperanza, esa diminuta pizca que me ha mantenido en pie los últimos tres años.
Subí con lentitud al lugar, sintiendo como el viento hacía ondas con mi bufanda y ese !ismo helado viento golpeaba mis mejillas, que seguro tomarán un color rojizo al igual que mi nariz. Pero no importa, vengo aquí a cumplir mi promesa.
Noté algo en ese mismo árbol, en el mismo lugar donde me sentaba a leer por unas horas si no es que antes caía dormida por el cansancio.
Un ramo de rosas.
Específicamente... Un ramo de rosas blancas.
Mi corazón dio un brinco y, por primera vez en años la emoción llegó a mi ser. Me senté a la par de que tomaba aquellas bellas flores en mis manos y pasaba mi nariz sobre ellas, siendo deleitada por su inigualable aroma.
Nunca me di cuenta de que alguien estaba ahí. Principalmente, nunca me di cuenta de que tú, estabas ahí.
Sólo cerré mis ojos y me deje caer sobre un suave hombro con aroma peculiar, un aroma que ya no recordaba. Pude sentir como unas frías manos alejaban mechones rebeldes de mi rostro, y de un segundo a otro, como unos helados labios eran estampados con los mios.
El cansancio seguramente no dejó oportunidad de corresponder del todo bien aquel acto, pero a pesar de eso estaba consiente, podría jurar que sentí como sonreía en medio de aquel acto. Cada roce, cada vez más delicado que el anterior, tierno, seguro y frío, pero a la vez cálido. Ocasionalmente unas manos acariciaban mis mofletes sonrojados con tanta delicadeza, como si temiera que mi piel fuera a romperse en cualquier momento.
Sonreí al sentir como se alejaban esos tibios labios de los míos, recuperando en pequeñas exhalaciones el aire perdido.
—Volví, y esta vez, sólo por ti.
Ese susurro me hizo estremecer, sentir una alegría que creía olvidada. Sonreí aún cayendo lentamente en el sueño, sintiendo como rodeaba mi cuerpo con sus brazos y olfateaba mis púas con cierta admiración, mientras sus manos me estrujaban de una manera casi desesperada, pero muy tierna.
Sonreí como no lo había hecho desde hace bastante, y rodee su cuerpo pegándolo aun más al mio, sintiendo felicidad, acariciando suavemente sus púas y sintiendo como proporcionaba tiernos y pequeños besos en mis mejillas con cierto cuidado.
—Cumpliste tu promesa. Te extrañé, Sonic.
Por aquí las frases plox :v(?
Son las 5:10 am y regreso a clases, no dormí nada y seguro voy a babear el asiento pero valió la pena(?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro