Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

》 3

[La imagen de título es parte de la historia]











Hyunjin ahora parado frente al chico desconocido, que se encontraba sentado frente a la isla de la cocina, se miraban en uno al otro notándose la gran tensión que había no sabiendo que decir.

Felix por su parte estaba admirado de lo linda que era la chica extraña. Intentaba no ser tan obvio en la manera que la miraba mas no podía evitarlo observando a gran detalle como el vestido pegado al cuerpo revelaba su curvada figura, su maquillado rostro intacto y cabellera negra algo desordenada llegando a sus hombros.

Hyun notó la mirada contraria sobre sí, y sonrió divertido, apoyó su espalda contra la puerta y habló, ansiado de ver la reacción del chico por su verdadera persona.

Es muy ruidoso fuera – decía esperando a su respuesta –.

Félix confundido entendió tardíamente la naturaleza de la 'chica', avergonzado evadió su mirada por sus previos pensamientos.



Pasó saliva contestando nervioso a la pregunta – S-si, lo es –.

Hyun calló un poco yendo al refrigerador y sirviéndose más bebida.

¿Gustas un trago? – preguntó sin querer verse descortés obteniendo un asentamiento del chico –. ¿Cuál es tu nombre? – indagaba mientras servía la bebida a lado del contrario –.

Félix – respondía recibiendo su trago –.

Lindo nombre, soy Hyunjin – agregó tomando un sorbo –. Me veo raro ¿no es así? – continuaba iniciando la plática, ahora sentado al lado de este –. Perdí una apuesta con mi hermana y su reto fue vestirme de esta forma – explicaba riendo un poco –.



Félix solo asentía sintiéndose incapaz de volver a mirarle tras sus previos pensamientos, y Hyunjin aprovechaba para mirar al rubio siendo consiente que lo evadía, admiró el perfil de su rostro admitiendo el atractivo del chico.

Enfocado en el menor, deduciendo el dato por su joven apariencia, al intentar tomar de su bebida ignoró la posición del vaso terminando por tirarlo torpemente.

Ambos sacudidos por el ruido dieron un salto. Félix a punto de ayudar fue detenido por el pelinegro que se apresuró a levantar su propio desastre.

Hyunjin mientras recogía los pedazos de vidrio, no fue consiente de su posición ante el chico que era un manojo de nervios. El trasero del mayor estaba tal cual a la vista del rubio quien sin poder apartar la mirada solo decidió observar hasta que por fin, y pasa su salud mental, el mayor se reincorporó.



El pelinegro tras tirar el vaso roto volvió a su asiento sintiendo la tensión que daba el menor al ambiente, desconcertado de su incomodidad siguieron bebiendo en silencio, y tras unos minutos donde trataba de hallar una respuesta, y mirando al rubio observó un detalle creciente en él.



Un bulto se había formado en la entrepierna del menor, y fue ahí donde comprendió su silencio. Ató cabos y entendió que esa reacción es normal, y parte por el alcohol, y su vestuario.

Seguía el ambiente silente, y Hyunjin en vista de querer romper la incomodidad una idea tanto sugerente llegó a su mente, una forma muy atrevida que hizo excitar su cuerpo.

Félix jugaba con su bebida, regañando a su cuerpo por reaccionar de esa forma, se sentía apenado y rogaba por no ser descubierto, fue entonces que notó una cercanía por el pelinegro a el y no pudo si quiera pensar el porqué cuando una mano ajena se posicionó sobre su elección.

¡Agh~! ¿Q-que? – alcanzó a formular cuando fue callado por la otra mano del mayor –.

Deslizó su mano por detrás acariciando la nuca del rubio – Te ayudaré con este problemita, pero haz silencio o podrían ser descubrirnos ¿Si, lindo? – pedía acercándose, rozando su nariz entre la curvatura de su oreja y mejilla –.

Seguía su caricia hasta que por fin obtuvo el si, del ya consumido en el calor, del rubio. Acarició un par de veces más sobre la tela del pantalón dejando que el menor cediera a su toque y minutos después adentró su mano por debajo de los calzoncillos.

Félix tomó una bocanada de aire cuando su semi-erecto miembro fue rodeado por la palma del pelinegro, soltando un chillido por la calidez que lo rodeó. Hyunjin se tomó su tiempo, moviendo solo su pulgar por el prepucio húmedo mientras observaba calmadamente las reacciones del rubio.

El menor se encontraba recostado, ya de frente, contra el hombro del pelinegro, siéndole constantemente recordado de mantenerse en silencio y él, débilmente, lograba apenas asentir a las órdenes mientras aguantaba sus quejidos.

Hyunjin totalmente enamorado de la actitud obediente del menor, y de la apariencia tan complaciente y delicada, decidió iniciar a masturbarlo despacio aprovechando para apegarse al cuerpo tembloroso de el. Por la proximidad alcanzaba a oír los ahora más audibles gemidos entrecortados y suspiros que fácilmente podrían ser reconocidos a distancia, pero gracias a la música alta de fuera nadie sería capaz de escuchar.

Sus quejidos y sacudidas comenzaban a ser más frecuentes, la respiración agitada y cálida rozaba su cuello enviándole un cosquilleo, sabía que estaba por llegar al orgasmo.

Detuvo su movimiento separando también sus cuerpos, y antes de que el rubio pudiese cuestionar la abrupta lejanía fue tomado de la cintura y puesto de pie, acomodó su espalda con la isla de la cocina apoyándose de sus codos quedando expuesto por frente.

Félix enfocó su vista teniendo al mayor frente a él con las manos en sus hombros, lentamente sus cálidas palmas pasaron por pecho, torso hasta llegar a la hebilla de su ya abierto abierto pantalón, su vista conectó con los ojos profundos del mayor que se encontraba arrodillado delante de su goteante miembro.

El mayor acercó su rostro a la pelvis del rubio, pasando sus dientes y dejando suaves besos sintiendo al instante por el contacto de su piel las sacudidas ante sus acciones, bajó sus labios aún conectados a la tersa piel ajena hasta el pene, de gran longitud, deslizando su boca por el tronco llegando a la húmeda punta y sin dejar pasar más tiempo adentró un pedazo de la dureza a su boca.

¡Ahh~! – gimió alto Félix sin poder evitarlo –.

Hyun succionaba a la par de brindar lamidas jugando con el orificio que soltaba más líquido seminal, y que tragaba sin importarle el peculiar sabor, adentrando de en poco la larga longitud dejando rozar el esmalte de sus dientes por el sensible tronco, y sujeto de los muslos sentía cada vibración del rubio oyéndolo respirando hondamente segundo a segundo.

Tal vez era por el alcohol, o por la atracción que sentía por el mayor debido a su apariencia, o incluso pudiese ser por su extrovertida y atrevida personalidad, pero Félix verdaderamente se sentía extasiado.

Al borde del placer de la felación que el hombre hincado le daba con tanta experiencia, sentía que faltaba poco para su liberación y, con torpeza, trataba de avisar.

H-hyunjin ¡Yo-ngh~! ¡Y-yo estoy-ahh~! – intentaba decir en monosílabos interrumpidos por sus propios gemidos –.

Hyunjin al oírlo se centró a ir con más rapidez, chupando y delineando el tronco, succionando y besando la cabeza así como usando sus manos para masturbar el miembro y masajear los testículos dando un extra de placer para la nublada visión del rubio.

Los sonidos ahogados cuando metía más de la mitad del pene, sintiendo la punta tocar su garganta, no hacían más que excitar a Félix, era una locura, sus vellos se erizaron por ese cúmulo de sensaciones que provocaba el acto, y sin poder contenerlo más tuvo su tan preciada liberación dentro de la cavidad bucal del mayor.

Los fluidos desbordaban por las comisuras de los labios del mayor, que tragó lo que pudo para después sacar el flácido miembro de se boca.

Felix, mareado por el reciente orgasmo, llevó su vista a Hyunjin debajo suyo, admirando el sudoroso y sonrojado, además de agotado, aspecto así como sus belfos rojizos y humectados por la saliva y esperma derramada.

El menor en instinto acercó su mano al rostro del mayor, mantenían el contacto visual, pasó su dedo pulgar por su labio inferior pasando saliva al sentir su suavidad. Hyunjin, entendiendo lo íntimo del momento, besó el pulgar lamiéndolo con lentitud para al final succionar sutilmente con provocación.

Felix, sin contener el instinto, agarró por las mejillas al mayor acercándolo a un beso entregado, degustando los labios, tanto así mismo, en su saliva. Le incorporaba vuelta en pie, recorriendo sus curvas extrema ansiedad, el ambiente se volvía flamante, y sus cuerpos anhelaban ir más allá de solo simples toques.

El rubio inundado en el morbo capricho de sentir más del mayor lo sostuvo levantando el cuerpo ajeno a la isla de la cocina, Hyun se sostuvo de sus hombros, pasando las manos por su nuca y jalando su cabello.

Félix se acomodó entre las piernas del mayor, apretando sus muslos sintiendo la suavidad de su piel, pegó su cuerpo al ajeno, la calidez que emanaban sus pieles era sensacionalmente absoluta, necesaria, tan asfixiante que el éxtasis dolía.

Quitó el abrigo del pelinegro haciéndolo a un lado mientras restregaba con su miembro, ligeramente erguido, por el arremangado vestido que mostraba la intimidad erecta del mayor por debajo de las bragas negras. Hyunjin gimió separándose del beso al por fin ser estimulado, sentía como su cuello era salpicado de besos y succiones por el rubio mientras la mano de este quitaba sus bragas liberando su dolorosa erección.

La mano curiosa rodeó su pene, y soltó un chillido complacido por simplemente ser tocado, los movimientos rápidos lo tomaron desprevenido sin poder evitar sacudirse y gemir agudamente. Se escondía en el cuello ajeno, suspirando y dejando que su caliente aliento diera en el oído del rubio, los suaves dedos del menor estrujaban su pene expulsando una gran cantidad retenida de fluido.

Sabía que estaba por acabar, pero no lo quería así, no de esa forma.

F-félix por favor ¡Ngh~! Te necesito dentro ¡Hah~! – pidió entre gemidos que encendieron más al menor –.

Asintió ante el pedido, abandonó la posición de su mano para separarse y encararlo.

Recuéstate – ordenó ayudando al pelinegro –.

El frío mesón hizo contacto con su espalda, totalmente expuesto ante Félix se entregaba Hyunjin, abrió sus piernas dejando que se diera paso a él, el acercamiento no tardó en darse y las manos ajenas tocaban cada rincón posible por descubrir.

Sus piernas habían sido llevadas por sobre los hombros de éste y sentía esos labios en forma de corazón pasearse por encima de las medias – Hyun, eres hermoso – comenzó a decir el menor mirándolo directo –. Desde el segundo que entraste te me hiciste tan 'bonita' – decía dando una suave risa –. No pude evitar sentir una atracción inmediata – confesaba tomando entre sus dedos los fluidos regados por el pene del mayor –. Muero por conocerte mas después de pasar esta noche contigo – expresó al tiempo que llevó dos dedos cubiertos de semen al aro de músculos –. ¿Me dejarás conocerte más Hyunjin? – preguntó adentrando sus dedos en el pelinegro –.

Metía y sacaba con un rápido ritmo sus dedos en su interior, y su pene había sido nuevamente tomado y ser masturbado también, dos sensaciones exquisitas en sensaciones daban descargas que lo hacían temblar, chillar y gemir incontrolablemente a Hyunjin.

¡Ahh~! ¡Ngh-agh~! ¡Uff! ¡Haa~! – no lograba formular nada, ni un solo monosílabo, era solo placer, placer, y más placer que se extendía por todo su cuerpo –. ¡Félix! – gritó cuando un tercer dedo pasó a su interior –.

Sin darle tiempo a acostumbrarse el rubio continuaba el ágil movimiento de su mano, sentía esa cálida entrada como de en poco en poco se destensaba, sus dedos comenzaban a resbalar más fácilmente y sabía que faltaba menos tiempo para hacer lo que Hyunjin le había pedido.

El sonido del chapoteo era morboso, algo sucio que calentaba más el ambiente entre ambos hombres, Félix no se detuvo, deseaba hacer que el mayor tuviera un orgasmo solo por sus dedos, los dobló expandiendo más la entrada y comenzó un ritmo meramente salvaje que hizo desconectar al mayor de la realidad frente a la intensidad.

Hyunjin ya no gemía, gritaba de placer, su pene era bombeado a una rapidez que ni siquiera el podía haberse hecho, y su ano estaba siendo penetrado por una velocidad que provocó un cosquilleo, estaba por correrse, eran solo él y el placer que Félix le estaba concediendo, y cuando menos pensó ya se encontraba expulsando gota por gota su semen.

Su respiración descompasada no lograban devolverle el aliento, pronto en sintió unos labios conectarlo a la tierra, sabían dulces, algo cálido acarició mejilla mientras un lento y suave beso se daba.

Félix acomodó el cuerpo del mayor que fuera fácil para unirse a él, no detuvo el besuqueo, con ayuda de su diestra bombeó su propio pene con el propósito de hacerlo más erecto, aunque no era tan necesario, aquel escenario que el mayor le concedió presenciar cuando llegaba al orgasmo fue lo único que necesitó para volver a excitarse.

Restregó su pene en el aro de músculos, y un gemido por el pelinegro interrumpió su beso por la sensibilidad, ingresando lenta y tortuosamente al interior de Hyunjin olvidando aquel pensamiento de la protección para esos momentos, el gruñó gravemente por la aún notoria estrechez y Hyunjin dio un gemido complacido.

Hyunjin recostó su cabeza en la dura superficie, la sensación de sentirse lleno le había nublado la mente, gemía solo por tener a ese hombre dentro y no podía ocultar su gran gusto. Félix acercó su boca al cuello expuesto succionando y mordiendo tenuemente, dando por último un beso en la barbilla del pelinegro.

¿Puedo moverme? – preguntó ansioso viendo como el mayor levantaba la cabeza encarándolo con una mirada de lujuria pura –.

Agarró con ambas manos el cabello acercándolo lo suficiente para mezclar sus respiraciones sin desconectar sus ojos, y con una voz cargada de gozo le respondió – Rómpeme entero, hazme pedazos Félix – terminó de decir abriendo más las piernas –.

Y el nombrado no dudó ni un segundo tras esas palabras cuando dio la primera embestida creando el sonido del choque rebotar en esas cuatro paredes y ambos gimieron sintiendo el placer del sexo comenzar a bombear en sus venas.

Cada uno de las estocadas era más fuerte que la otra, podía jurarlo Hyunjin con gran seguridad, el ardor en su trasero solo un deleite más para él y su retorcida mente hundida en el deseo.

Félix mantuvo una mano presionada sobre el bajo vientre, sorprendiéndole la finura de la complexión de Hyunjin al ser capaz de sentir su miembro resaltar ligeramente por la piel en un bulto. Entretenía su boca, habiendo bajado los tirantes del vestido, con los pezones erectos de Hyunjin lamiendo y mordiendo mientras oía como gemía complacido.

Hyun enredó sus débiles piernas alrededor de la cintura del menor ayudando a que la presión del pene dentro suyo llegara a ese exquisito punto, y lo logró cuando en una embestida acompasada dio en aquel lugar.

¡AH~! – aulló ciñendo su interior terminando por expulsar el pene del rubio –.

Félix admiraba los espasmos en el cuerpo del pelinegro tras llegar profundo en su interior, observaba su lindo rostro empapado de lágrimas y sudor y sus apretados labios mientras se quejaba por el intenso arremetimiento, habiendo cedido las sacudidas con cuidado lo posicionó boca abajo sosteniendo su cintura tras ver la debilidad en sus piernas que a duras penas lograban sostenerse al tocar el suelo.

Levantó el vestido por su retaguardia mirando con detenimiento el pomposo trasero de su mayor.

Separó los cachetes dejando ver la entrada húmeda alucinado en ver como se contraía deseante de tener algo, salivó en ansia por el libido que surgió y sin preguntar enterró su rostro en la abertura perfumada de colonia.

Hyun dio un largo suspiro cuando sintió la humedad del músculo jugar con su aro de músculos, daba ligeros empujones que no se adentraban más allá que solo provocarle por su excitabilidad, exhaló retorcido cuando una succión se dio tras otra sin darle un segundo de olvidarse del placer.

Se quejó, sentía un vacío que le hacía doler, y no se quedó callado sin decir su sentir – Félix, te quiero dentro, te necesito tanto en mi interior – decía girando su cabeza al costado observándolo –. Por favor, h-hazme desmayarme de placer – dijo con un tono suplicante –.

El rubio sin contenerse, y sin darle una respuesta verbal, se hizo paso en una lenta y tortuosa embestida hasta presionar su pelvis contra el trasero del pálido, sujetó sus brazos despegando su pecho de la isla y arqueando la espalda, y sin moverse de esa posición ni dejar salir un centímetro de su pene empujó agresivo.

Hyunjin solo sentía desfallecerse, llorando sonoramente por esa sensación tan nueva y asfixiante que le hizo pensar en nada, solo sensaciones promiscuas que recorrían cada fibra de su ser. Ingresaba en su interior precisa y hondamente dando en su punto, no podía pedir más, Félix le estaba cumpliendo su pedido.

Ser total y absolutamente destrozado.

Daba en ese lugar en su interior que ni el mismo sabía que existía y de pronto, cuando menos lo esperaba se detuvo saliendo de él.

¡No! ¡No salgas! ¡Féli-....! – fue interrumpido por un beso guiado del llamado, ignorante de los movimientos que estaba haciendo –.

Se sintió ligero prontamente, percatándose de estar ahora en aire siendo cargado por el menor y nuevamente penetrado. Volvían a ser aquellas sofocantes embestidas pero con un ritmo meramente bruto, animal, sonando el choque de sus cuerpos aparatosamente que a ese punto solo podía sonreír de entero gozo.

Enredó sus brazos por sobre los hombros del chico entregándose – ¡Si, si, si~! ¡Haa~! ¡Así! ¡Ungh~! ¡Ahh~! – aullaba complacido besando el rostro del rubio –.

Faltaba poco, y las embestidas eran más lentas pero profundas y sonideras, llegando a provocar mil y un sensaciones al chocar contra su maltratado interior. Félix no estaba ni mejor, dando lo mejor hasta el final.

Oyendo las advertencias del mayor que estaba por correrse, siguió a ese ritmo parsimonioso, preciso y profundo, sacando hasta la punta, y con ayuda de la gravedad, dejar caer el trasero y llenarlo con fuerza violenta hasta su interior ambos, por fin, alcanzando el orgasmo de una manera ahogante.

Pasaron unos segundos, y los dos recuperaban el aliento, su miembro abandonó la cálida cavidad en medio del mareo de emociones. Felix bajó con delicadeza y paciencia a Hyunjin hasta ponerlo con los pies en el suelo, aun tomándolo por las caderas sin despegarlo del todo de él.

Sumidos por el post-orgasmo, y con las escasas fuerzas, miraron su alrededor hecho un desastre, volvieron sus miradas a ellos mismos riendo suavemente de aquel desenlace.









ᴅᴇᴊᴀ ᴜɴᴀ ⭐ ʏ ᴅᴇᴊᴇɴ ᴜɴ 💬

ᴀᴠɪꜱᴇɴᴍᴇ ꜱɪ ᴛᴇɴɢᴏ ᴀʟɢᴜɴᴀ ꜰᴀʟᴛᴀ ᴏʀᴛᴏɢʀᴀꜰɪᴄᴀ

˚꒰αηη꒱˚



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro