Juntos
Día 8 - Invierno
Stiles no es alguien que pueda mantenerse callado, se ha diagnosticado así mismo de incontinencia verbal aguda y no existe cura alguna. Aunque prácticamente no es nada grave y solo puede llegar a ser increíblemente irritable que esté hablando por horas y horas pero podría ser peor. El problema es que no sabe manejar los silencios, aquellas vacaciones de sonido o ruido alguno que hacen que tu mera existencia se vuelva totalmente incómoda y que te empieces ahogar en el pensamiento de lo tan mala que es la situación. Otra opción sería acerca divagar sobre los pensamiento de la persona junto a ti, los cuales podrían ser: lo terrible que es la situación con tu compañía (Claramente, siempre pensando en negativo).
Si, Stiles no puede con los silencios. Por eso, en ese momento se encuentra tarareando levemente una canción que encontró en la estación de radio, que de suerte, no parecía disgustarle a su compañero de viaje. Aun así, su canto era leve, casi un murmullo pero no quería que Derek le terminara arrancando la garganta por su mala afinación. Aunque ya no se llevaran tan mal como antes, no hay que tentar la suerte.
Se encontraban de viaje a un pueblo a las fueras de Beacon Hills, donde una nueva manada decidió mudarse y habían contactado con Deaton por ayuda. Por lo visto, se trataba de un viejo alfa conocido del veterinario, el cual rescataba y cuidaba a chicos huérfano, los cuales siempre eran alguna criatura sobrenatural, con poder protegerlos de los cazadores y darles un hogar. En otras palabras, omegas.
Pero a pesar de ser un hombre lobo de sangre, el hombre ya se encontraba muy viejo, demasiado débil a pesar de su naturaleza y por lo escucho en la conversación del druida con Derek, incluso se había enfermado de un resfriado. Era un hombre con muchos años en los hombros y Deaton le explico que suele ocurrir que un hombre lobo se enferme en su vejez, ya cumplido más de cien años, su lobo ya no puede protegerle de las enfermedades. Stiles se conmovió con la situación, más cuando el mayor siguió relatando. Si alguien dice que soltó alguna lágrima, es falso.
Entonces el Jeep se fue deteniendo lentamente - No, no, no, no ahora bebe - Rogó Stiles mientras trataba de que el auto continuará aunque sabía que era inútil, simplemente se fue reduciendo la velocidad junto a unos chasquidos hasta detenerse por completo.
Dejó caer su cabeza contra el volante, soltando un gruñido. Intentó encenderlo pero ni siquiera hubo inicio de intento, Roscoe murió. Se dio cuenta cuando el calefactor del jeep, que de suerte funcionaba, dejó de andar. La suerte no estaba de su lado y en el coche se empezó a sentir la ausencia del calor.
-¿Donde está la caja de herramientas?- Preguntó el moreno, sabiendo que sería mejor que él fuera revisar. Además no quiere molestar a Stiles en su lamento sobre el coche, de los cuales eran pensamiento acerca de velarlo y enterrarlo. Rodo los ojos cansados. El castaño solo le señaló hacia atrás, en suelo de los asiento de pasajero, se encontraba la caja metálica media oxidada.
-Se gentil...- Murmuró Stiles cuando Derek abrió la cajuela del Jeep, su cara todavía contra el volante, exagerando su tristeza con largos suspiros. El mayor volvió rodar los ojos.
No debe ser tan malo. Pensó antes de ver el desastre que era coche del menor, ya había arreglado el Jeep de Stiles una vez pero se dio cuenta que estaba muy equivocado. No había lugar donde no se haya intentado "arreglar" con la cinta multiuso. Era un mundo gris de desgracia y mediocridad. Sabe que el castaño es inteligente pero en cuanto al cuidado de auto, deja mucho que desear.
-¿Cuándo fue la última vez que lo llevaste a un mecánico?- Preguntó en voz alta, queriendo saber cuál sería la raíz del problema pero todo cubierto de cinta solo hacia más difícil la tarea. Abrió la caja de herramientas, sin saber ya si sorprenderse al encontrar solo una llave inglesa y la jodida cinta multiusos, casi vacía.
Escucha como Stiles se lo piensa, después de varios "Mmm", termina con un suspiro y le responde -No lo recuerdo - Y el tono de voz es amargo. Sabe que es lo se refiere, no recuerda un momento en que hayan podido preocuparse por ellos mismo y sus cosas, sin criatura o cazadores que pongan en juego la seguridad de alguno. Aunque últimamente las cosas estaban muy tranquilas, por eso estaban viajando en el Jeep, porque llevo su camaro a mantenimiento.
Un olor a quemado le llegó de repente a su sensible nariz, concentrado en sacar el palacio de mugre que había ahí. ¿Acaso eso es una rata muerta? No se dio cuenta que el motor había comenzado a prenderse fuego. Excelente...
-¿Stiles, donde tienes el extintor? - Por ley, cada conductor debe tener siempre un matafuego portátil en el coche. Pero sabía ya qué respuesta esperarse cuando escucho como el castaño se tomaba su tiempo para pensar.
-No tengo...- Fue un susurro pero él lo escuchó fuerte y claro. Cerró los ojos, tomando aire y tratando de controlarse, fue hacia al lado de la ruta, donde habían parado. Como era pleno invierno, el suelo a los costado de la calle se encontraba cubierto de nieve. Stiles levantó su rostro para ver como juntaba nieve y luego cerraba el cofre.
-¿Que tan mal está, doctor?- Trato de bromear el menor, el ceño fruncido de Derek era muy pronunciado y sabía que tal vez en parte era su culpa.
-Murió.
-Joder Derek, podrías tener más de tacto- Continuo Stiles tratando de animar el ambiente y que no se le pegue la amargura de Derek pero este lo fulmino con la mirada.
-Hice todo lo que estaba en mis manos- Bromeó para no golpear al menor, rondado nuevamente los ojos cuando este le sonrió ampliamente.
Se quedaron en silencio. Ninguno de los tenían señal en sus celulares. Así que prácticamente estaban varados en el medio de la nada, sin forma de comunicación. Derek varias veces salió del coche, tratado de ver si podía agarrar algo de señal, ignorando las quejas del menor que el poco calor que quedaba, se escapaba cada vez que abría y cerraba la puerta. No podía irse muy lejos porque sentía el nerviosismo del menor cuando se alejaba unos varios metros. Estaban a medio camino y no había ningún otro lugar cerca para poder ir caminando.
-¿No tienes frío?- Preguntó Stiles abrazándose a sí mismo cuando el moreno volvió entrar al auto. Ya había pasado más de una hora que estaban ahí y estaba jodidamente aburrido pero peor era que se estaba cagado de frío, había confiado que llegarían sin problemas, por lo que solo se puso su usual camiseta estampada y una camisa a cuadros arriba.
-Soy un hombre lobo- Respondió escuetamente como es usual, encontrándose con mirada molesta de Stiles. Arqueo la cejas a modo de pregunta silenciosa.
-Pinche hombre lobos y sus pinches super beneficios -Se quejó hundiéndose en el asiento. Claramente había olvidado que los chuchos tienen una temperatura corporal mayor que los humanos. Por eso Derek andaba afuera sin problema alguno. Solo esperaba que no queden atrapado en una tormenta de nieve, porque la temperatura ya había bajo bastante desde que salieron de Beacon y se podía ver que comenzaría a nevar nuevamente.
-Ten- Fue un tono más suave de lo que Stiles estaba acostumbrado escuchar pero aun así, Derek mantenía su expresión seria mientras le tendía su chaqueta de cuero. Iba negarse pero sentía su mente ya regañarle por no aceptar el gesto y ademas porque siente que si no se abriga con algo más, su sangre se congelara y se convertiría en piedra. Gran imaginación Stiles, se apremio en sus pensamientos.
- Gracias - Murmuro todavía sorprendido por el gesto pero verdaderamente agradecido.
Se sintió pequeño cuando sus brazos pasaron en las mangas, viendo que eran más largas que estos. En seguida pudo sentir el calor corporal del lobo impregnado en la tela y el perfume de Derek cosquilleándole la nariz. Era un aroma a pino, muy amargo y fuerte para su gusto pero esta vez, no le desagrado. Se abrazó a sí mismo nuevamente cuando la brisa fría golpeó su rostro, viendo que el moreno volvió a salir del coche.
Nunca pensó que podría ver al lobo-gruñon-Hale en situación de levantar lo más altos que pueden sus brazos, el celular en mano, para ver si podía tener señal. Para él era extraño aunque era algo puramente corriente y hasta le parecía hasta ridículo tuviera ese pensamiento. Pero era así, nunca tuvieron la oportunidad de encontrarse en alguna situación cotidiana en las que sus vidas o la de los habitantes de Beacon no peligraran. Por eso mismo se le hacía extraño ver a un hombre-lobo, con una camiseta mangas cortas, como si nada en el jodido clima que hacia afuera, tratando de conseguir recepción, mientras un poco de nieve se iba acumulando en su cabello.
-Ya dejalo Derek- Dijo sabiendo que podría escucharlo, confirmándolo cuando este giro su vista hacia el coche -. Esta no es una ruta muy transitada, es posible que las antenas se hayan roto por falta de mantenimiento- Supuso ante la falta de señal de sus celulares -. Ya pensaremos en algo...
Pero aun así, el Hale no volvió al auto, gruñendo con enfado que todavía no pudiera agarrar señal alguna. Miro hacia a Stiles, que a pesar de llevar su chaqueta, temblaba imperceptiblemente, le oía suspirar con amargura. Levantó la mirada, el cielo totalmente gris, pronto anochecería y eso no era nada bueno, la temperatura seguiría bajando.
El corazón del castaño casi se escapa de su pecho cuando un fuerte aullido resonó por todo el lugar, los cristales vibrando ante la intensidad de aquel sonido, sintió su piel erizarse y la sangre helarse. No entendía qué estaba pasando hasta que vio como el moreno aullaba con más fuerza, cerrando los ojos involuntariamente.
Está pidiendo ayuda.
No se dio cuenta que estaba temblando con más fuerza y que seguía con los ojos cerrados, hasta que golpearon el cristal a su lado. Vio a Derek respirando agitado, diciéndole que se dirigía hacia los asientos de los pasajeros, quiso preguntar pero este frunció el ceño y volvió a señalar el lugar con la cabeza. Solo decidió obedecer, no preguntar lo que paso en los últimos minutos, tampoco quería saber porque el último aullido le sonó tan lastimero. Esta vez solo decidió imitar el silencio típico del Hale y pasarse al asiento trasero, obviamente sin salir del auto porque tenía la certeza de que apenas abriera la puerta, se congelaría en un instante. Exagera, lo sabe, pero aun así no va salir.
-¿Tienes todavía frio?- Dijo entrando Derek cuando el castaño se acomodo con la espalda contra la puerta.
-Al menos que esté temblando por estar en modo vibrador, no, no tengo frío - No le iban a quitar su sarcasmo a pesar que pesar que se le congelen las neuronas una por una. El lobo solo rodo los ojos -. Podría estar peor... gracias por preguntar- Su mirada se dirigió hacia las manos del mayor, la cuales estaba cerradas en un puño, las venas marcándose. Impotencia era lo que veía a pesar que su rostro se mantuviera estoico.
Stiles nuevamente iba a hablar cuando la mano de Derek lo tomó del cuello de la camisa y tiró de él. En ningún momento grito como niña por el repentino movimiento, no señor, solo le grito al lobo y empezó a patalear por puro reflejo. Claro que de ninguna forma golpeo al moreno y sabía de sobra que le terminaría doliendo más a él que al lobo.
-¿Qué demonios Derek?
-Cállate Stiles - Y se calló. Quizás por como gruño aquellas palabras o porque simplemente sabía que el mayor nunca haría nada para lastimarlo y que no tenía que ser paranoico. Aunque tampoco esperaba que aquel jalón fuera para acomodarlo entre sus piernas y hacer que su espalda se recueste en su firme pecho. Ese si era momento para ponerse paranoico.
-¿De-Derek?- Le llamo sin atreverse a girarse, su cuerpo totalmente tenso, seguramente el moreno estaría igual. Era muy fácil pensar porque lo había hecho, su cabeza no podía hilar esa acción con el Hale, más cuando la cálida respiración de este golpeaba en su nuca, provocándole escalofríos.
-Seguías temblando...- Un tono plano, como si le costara explicarse -, pero si te molesta...- No pudo decir las palabras pero Stiles apreciaba el intento, aunque estuviera resultado incómodo, negó con la cabeza y dejó su cuerpo relajarse. Enseguida el calor corporal del lobo lo inundó y no pudo evitar pensar Es como una jodida estufa. Pero un bufido de Derek le hizo darse cuenta que lo había pensado en voz alta.
-No me mates... -Pidió como voz ahogada.
-Lo tomare como un cumplido- Y tenía la sensación de estar perdiéndose algo, porque las palabras sonaron suave. Quizás era la sonrisa del moreno que se ensanchó cuando al menor se le escapó un suspiro satisfecho, las mejillas que había estado pálidas por el frío, se sonrojaban por la calidez y no era porque Derek le estuviera abrazando. Nope.
Sus brazos lo rodeaban sutilmente, suave sin presionarlo contra su cuerpo, sin moverse pero se sentía relajado. El sutil miedo que captó en Stiles le había preocupado, cada vez era más fuerte al pasar los minutos y no quería lidiar con adolescente con hipotermia o con un ataque de pánico, pero entre sus brazos, sintió como se relajaba. Se quedaron así, quietos, no había necesidad de hablar y el silencio no resultaba incómodo, hasta su celular comenzó a sonar.
-¡TE ESTÁN LLAMANDO!- Dijo emocionado Stiles, gruño ante la obviedad pero el también lo estaba en su interior, eufórico ante tan irritante timbre, buscando rápidamente su celular - ¡TIENES SEÑAL! ¡ATIENDE!
-¿Que ocurrió?- Fue una voz grave apenas contestó, preocupada pero calmada. Era el alfa al que iban a visitar. Se escuchaba con un poco de interferencia pero al menos la conexión era estable.
-El coche se nos murió, quedamos varados, sin señal - Explico mientras alejaba el rostro de Stiles que quiera escuchar con quien hablaba.
-Ya estamos yendo- Y cortó la llamada. Miro al menor que no saber si sonreír o estar asustado por tan escueta y corta conversación -. Vienen por nosotros- No dijo nada más pero pareció ser suficiente para Stiles, quien sonrió oreja a oreja y se dejó caer sin cuidado alguno sobre el cuerpo del lobo. Gruño molesto pero solo logró hacer reír al adolescente.
-Gracias a Odín - Dijo contento, el alivio inundando su aroma-. Y gracias Derek.
No respondió. Solo cerró los ojos, tranquilo con la seguridad de que vendrían a por ellos y que estaría a salvo de la gélida noche. Escucho como la respiración del menor se relajaba al igual que sus latidos, sabiendo que se quedó dormido, haciendo la nota mental de reparar el Jeep en alguna oportunidad.
Y tal vez, compartir más momentos juntos como cuando llegaron a la calidez del hogar del alfa, quedándose sentados frente a la chimenea, con un vaso cada uno de chocolatata caliente, abrazados.
~o~
Nunca van a ser suficientes los fics así ¿Para que comprar calefacción si puedes estar abrazado a tu calentito hombre lobo novio gruñón? Esta es otra idea que disfrute mucho y me gustaría poder desarrollar mas sobre el otro alfa. En fin, espero que les haya gustado ~
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