03 = Jugando | Catninja
La noche había caído sobre la ciudad, y mientras la mayoría de los ciudadanos descansaban tranquilamente en sus hogares, en la periferia, en un lugar oculto y discreto, dos figuras inusuales se encontraban reunidas.
La guarida de Ninja Nocturno, normalmente un centro de planes oscuros y tácticas secretas, estaba ahora iluminada solo por el brillo de una pantalla de televisión.
Catboy y aquel villano se sentaban cómodamente en el suelo, cada uno con un control en la mano, dispuestos a enfrentarse en una épica sesión de videojuegos.
— No puedo creer que estés aquí jugando conmigo, gatito —dijo Ninja Nocturno, sonriendo con una mezcla de burla y sorpresa—. Jamás pensé que un héroe como tú quisiera pasar tiempo con un “supervillano” como yo.—
El felino se encogió de hombros mientras seleccionaba su personaje en el menú del juego — Todos necesitamos una noche de descanso, ¿no crees? Además, nadie dijo que los héroes y los villanos no puedan ser… amigos de vez en cuando.—
Ninja Nocturno arqueó una ceja ante la palabra "amigos", pero no hizo ningún comentario. Sabía que, aunque compartieran esta pequeña tregua amistosa, seguían siendo rivales.
De todas formas, le gustaba la idea de tener a alguien tan digno como el héroe para un buen desafío de vez en cuando.
— ¿Listo para perder? —dijo Ninja Nocturno con una sonrisa maliciosa, mientras seleccionaba su propio personaje.
Era un juego de carreras futuristas, y ambos ya habían demostrado ser bastante competitivos en otras ocasiones.
Catboy rodó los ojos divertido. — No seas tan confiado, Ninja Nocturno. Esta vez voy a ganarte sin problemas.—
— Eso me gustaría verlo —respondió mientras comenzaba la cuenta regresiva para la carrera.
La carrera inició, y ambos autos aceleraron a toda velocidad, serpenteando a través de curvas peligrosas y tomando rampas enérgicamente.
Catboy, conocido por su velocidad natural, era un oponente formidable en este tipo de juegos, pero Ninja Nocturno no se quedaba atrás. Sus reflejos rápidos y su habilidad para maniobrar en situaciones complicadas lo hacían una amenaza constante.
A medida que la carrera avanzaba, el gato comenzó a notar algo sospechoso en la forma en que el ninja jugaba.
En cada curva, su auto parecía tomar giros imposibles, y de alguna manera, siempre encontraba una manera de bloquear el camino del oponente justo cuando estaba a punto de adelantarlo.
— Oye, eso no parece normal —dijo Catboy, frunciendo el ceño mientras trataba de concentrarse en la carrera.
— ¿Qué? —respondió Ninja Nocturno con una sonrisa inocente—. ¿Te refieres a que soy demasiado bueno para ti?
— No, me refiero a que estás haciendo trampas otra vez, ¿verdad?—
El culpado soltó una carcajada, claramente disfrutando de la frustración del otro — ¡Vamos, Catboy! Solo porque soy un poco mejor en este juego no significa que esté haciendo trampas.—
— Claro, claro. Y yo soy Luna—respondió con sarcasmo, intentando adelantarlo nuevamente en la carrera, pero sin éxito.
Los dos siguieron jugando, y aunque Catboy lograba mantenerse cerca de Ninja Nocturno, no podía evitar sentir que algo estaba mal.
Finalmente, después de un intenso tramo final, Ninja Nocturno cruzó la línea de meta primero.
— ¡Victoria para mí! —exclamó levantando el control en alto como si hubiera ganado una batalla real.
El moreno dejó caer su control en su regazo y lo miró con sospecha. — Déjame ver ese control —dijo, extendiendo la mano.
Ninja Nocturno, todavía sonriendo, ocultó el control detrás de su espalda. — ¿Por qué? Solo porque gané no significa que estés autorizado a inspeccionarlo—
Catboy no podía evitar reírse ante la actitud de su amigo. Sabía que el villanl tenía fama de hacer trampas en cualquier situación competitiva, pero no podía evitar disfrutar de la diversión del momento.
— Vamos, admítelo. Hiciste algo raro, ¿no? —dijo, inclinándose hacia adelante para intentar arrebatar el control de las manos de Ninja Nocturno.
— ¡Jamás lo admitiré! —gritó el contrario, riendo mientras mantenía el control fuera del alcance de Catboy.
Después de unos momentos de forcejeo amistoso y con risas de por medio, Ninja Nocturno finalmente suspiró y entregó el control, aunque no sin una sonrisa traviesa.
— Está bien, está bien. Tal vez hice una pequeña “modificación” en el control —confesó, encogiéndose de hombros—. Pero, oye, las reglas no decían nada sobre no hacer mejoras, ¿verdad?—
Catboy se quedó mirando el control, riendo ante la descarada confesión de Ninja Nocturno.
— No puedo creerlo. ¡Sabía que algo estaba raro! —exclamó—. Pero de verdad tienes que aprender a ganar sin hacer trampas, Ninja Nocturno—
El villano nocturno se recostó en el suelo, apoyando los brazos detrás de su cabeza con una expresión relajada. — ¿Aprender a ganar sin hacer trampas? —repitió con incredulidad—. Eso suena aburrido—
— ¿Aburrido? —Catboy cruzó los brazos, fingiendo estar ofendido—. ¡Es mucho más satisfactorio ganar de manera justa!—
— Bueno, bueno —dijo el enmascarado levantando las manos en señal de rendición—. Tal vez la próxima vez juegue de manera “justa”. Pero no te acostumbres—
Los dos se miraron y estallaron en carcajadas. Aunque seguían siendo rivales en sus mundos respectivos, en ese momento, estaban compartiendo una de esas raras noches donde las diferencias se desvanecían y simplemente eran dos chicos disfrutando de un buen rato.
— Sabes, Catboy —dijo Ninja Nocturno después de un momento de silencio—, nunca pensé que diría esto, pero está bien pasar el rato contigo de vez en cuando. Aunque seas un héroe y todo eso.—
El ojiazúl sonrió ante el comentario.
— Lo mismo digo. No eres tan mal villano como todos piensan—
El ninja se sentó rápidamente y lo miró con los ojos entrecerrados. — Oye, no te pases. Sigo siendo el mejor villano de la ciudad. Solo que esta noche, me tomo un descanso—
— Claro, claro —respondió Catboy con una sonrisa—. Solo esta noche.—
Con eso, los dos amigos/rivales volvieron a concentrarse en la pantalla, listos para comenzar una nueva partida, esta vez con la promesa de jugar de manera justa. Aunque ambos sabían que probablemente no duraría mucho.
La noche avanzaba lentamente, y mientras el cielo empezaba a aclararse con las primeras luces del amanecer, se dieron cuenta de que habían pasado horas compitiendo y riendo, disfrutando de una paz temporal que pocas veces experimentaban.
Al final de la noche, Ninja Nocturno se levantó, estirándose con un suspiro.
— Bueno, creo que es hora de volver a nuestros roles habituales, ¿no crees? —dijo con una sonrisa—. No puedo dejar que la ciudad se olvide de mí tan fácilmente. Además, mis Ninjalinos ya deberían volver de su excursión con Gecko—
Catboy asintió, aunque con cierta nostalgia por la noche de diversión que estaba por terminar. — Sí, supongo que es hora de volver a ser héroes y villanos. Pero, ¿quién sabe? Tal vez podamos tener otra noche como esta algún día—
Ninja Nocturno lo miró por un momento antes de sonreír. — Tal vez. Solo si prometes que no te quejarás cuando vuelva a hacer trampas—
Ambos rieron mientras salían de la guarida, sabiendo que, aunque sus caminos los llevarían de vuelta al campo de batalla, siempre tendrían la posibilidad de una noche como esa, donde la amistad, aunque temporal, era más fuerte que la rivalidad.
¿Qué ship debe ser el siguiente día? ;3
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