N/A: Drabble escrito para el evento "Be my crack" del CDLF de Facebook, sobre crack ships.

Fandom: Haikyuu!!
Pareja: BokuKen (Bokuto Koutaro / Kozume Kenma)
Prompt: A se aparece en la puerta de la casa de B solo con una sandía en las manos. Algo que tendrá que explicar.
Advertencias: insinuación de posible relación sexual.

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—¿Bokuto?

—Hola, Ken-ken, ¿puedo pasar?

—Eh, claro.

Kenma se apartó de la puerta y dejó que Koutaro entrara. El chico hizo una leve inclinación y caminó hacia el interior, mientras el sorprendido anfitrión cerraba y le señalaba la cocina sin dirigirle directamente la mirada.

—Muchas gracias, Kenma. Me salvas la vida —afirmó. Después hizo amago de sentarse en una de las banquetas altas, pero se detuvo antes de hacerlo—. Esto... ¿tienes algo de ropa que pueda valerme?

El menor suspiró. Sabía que lo adecuado en esa situación sería preguntarle a Bokuto por qué se había presentado en su puerta desnudo y cargando en sus manos una sandía, que mantenía muy bien posicionada para tapar sus partes púdicas.

Pero no lo hizo. La explicación seguro que le daría dolor de cabeza.

—Ehm, creo que hay cosas de Kuroo por aquí. Seguramente te valdrán.

—¡Eso sería genial, Kenma! —se animó el as del Fukurodani, dispuesto a acompañar al dueño de la casa hasta el lugar donde estaba esa ropa—. ¿Dónde dejo la sandía?

—Mejor espera aquí —atajó el chico antes de que las cosas se complicasen aún más—. Yo vengo enseguida. —Sin abandonar aún la estancia, se giró y le dedicó una mirada rápida, no desprovista de curiosidad—. Puedes dejarla sobre la mesa —informó volviendo a darse la vuelta y saliendo por fin.

Subió las escaleras con rapidez, y abrió su armario. Kuroo tenía la costumbre de dejar ropa en su casa, ya que se pasaba más tiempo ahí que en la propia.

Sin embargo, aquel día no se había presentado. Y eso era raro.

«Mejor que no esté aquí».

Aquel pensamiento inconsciente le sobresaltó un poco. Sobre todo, porque lo siguiente que abordó su mente fue la imagen de Bokuto desnudo en su cocina.

Recordó en un instante ese pequeño vistazo que le había echado antes de salir y cómo le había dado tiempo a apreciar sus marcados músculos: los anchos pectorales, los fuertes brazos, tensionados por el peso de la fruta, las piernas firmes, con esos desarrollados cuádriceps y los oblicuos, de los que había podido ver el nacimiento, pero no el final.

Era una buena imagen. Suficiente para imaginar lo que quedaba y componerla completa.

—¿No encuentras nada? —La voz del mayor le sobresaltó, dejando caer las prendas que tenía en sus manos. Por suerte, se recompuso con rapidez.

—Sí, aquí están —Se agachó para recogerlas y se dio la vuelta con los brazos extendidos y la ropa en las manos. Al hacerlo, la imagen mental que había tenido que componer segundos antes a falta de la última pieza, fue sustituida de golpe por la real.

Bokuto, completamente desnudo, estaba ante él.

Sin embargo, y pese a que lo primero que llamó la atención fue aquello que antes se encontraba tapado por la sandía, lo que hizo dar un vuelco a su estómago fue la sonrisa traviesa que el de pelo bicolor portaba.

Lejos de amedrentarse, sonrió de vuelta. Dio un par de pasos hacia él y dejó caer la ropa que aún sostenía. Estaba claro que, por ahora no la iba a necesitar.