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Capítulo treinta

THEO

La noche anterior había besado a Mackenzie y de alguna manera había conseguido que el momento posterior no fuera incómodo. El crédito se lo llevaba mayormente Tyler con su plan de una fila de chicos y, más importante aún, convencer a Julian que sería divertido que la hermana de James me besara. Le debía un gran favor a mi amigo y él lo sabía mejor que nadie.

Había sido un beso increíble a pesar del público y aunque me intenté convencer a mí mismo de que era un beso obligado, no había podido evitar sentirme emocionado cuando Kenz finalmente conectó sus labios con los míos. Ella me gustaba, maldición, me enloquecía y tenía un plan para demostrarle que era un buen partido. Y mi plan estaba en marcha.

Haciendo equilibrio con la bandeja en mis manos, golpeé con el pie dos veces la puerta de mi compañera para llamar su atención. Escuché un gruñido proveniente del interior y sonreí al imaginar la situación.

ꟷ¿Vas a desayunar, Kenz? ꟷElevé la voz para hacerme oír.

ꟷSi me levanto de esta cama, vomitaré.

ꟷNo tienes que levantarte, te he traído el desayuno a la cama.

Mmm... pasa.

Con más dificultad de la esperada, abrí la puerta de su dormitorio y reí al notarla boca abajo en la cama. Su cabello era un desastre, sus mantas estaban arrugadas y desordenadas, su pie escapaba por uno de los extremos de la cama y la ropa que había utilizado la noche anterior estaba tirada en una esquina de la habitación.

ꟷ¿Resaca? ꟷadiviné.

ꟷCulpa a tu amigo.

ꟷ¿Dónde quieres que te deje la comida?

Corrió un mechón de cabello de sus ojos y me miró con los ojos entrecerrados.

ꟷSube a la cama conmigo.

ꟷ¿Segura? Siento que un animal podría salir de allí en cualquier momento.

ꟷNo eres gracioso ꟷdijo y sonrió.

Su sonrisa normal era preciosa; sin embargo, su sonrisa adormilada era algo de otro mundo.

ꟷ¿Me has preparado el desayuno?

Asentí y rodeé la cama para ir hacia el lado libre. Me senté en el borde y dejé la bandeja repleta de alimentos allí. Podía decir que me había lucido y sabía que le iba a gustar. Huevos, tostadas, café, frutas y un croissant mixto como el que su abuela le había preparado.

ꟷSi lo piensas bien, esto es como un almuerzo.

ꟷ¿Qué hora es?

ꟷLas doce.

Se acomodó en la cama hasta quedar sentada y frotó sus ojos con el dorso de la mano. Su cabellera roja me recordaba a la de la princesa Mérida, tan abundante y despeinada que parecía imposible que pudiera dominarla, pero lo hacía y también se veía maravillosa.

ꟷ¿Tyler ya se ha marchado?

ꟷAsí es, lo acompañé al aeropuerto luego de traerte de la fiesta.

ꟷNo pude despedirme ꟷcomentó con una mueca.

ꟷEs probable que en unas pocas horas llegue a Nueva York, podemos llamarlo si quieres.

Me dedicó otra sonrisa y me pareció que era momento de entregarle su café. Todavía seguía un poco dormida y, si bien a mí no me molestaba su aspecto ni su voz rasposa, sabía que ella no querría desperdiciar el fin de semana acostada, o eso había dicho la noche anterior.

ꟷEsta es la segunda vez que me haces el desayuno ꟷcomentó.

ꟷY no me has golpeado ꟷbromeé.

ꟷAún.

ꟷ¿Ves algo sin tus gafas?

Negó con la cabeza y le dio un largo sorbo a la taza.

ꟷVeo formas borrosas, a menos que acerque los objetos a mis ojos.

ꟷ¿Qué tan cerca?

Me entregó la taza y tomándome por sorpresa se arrodilló en la cama, gateó hasta estar frente a mí y se detuvo a un palmo de distancia.

ꟷAsí de cerca ꟷsusurróꟷ. Buenos días, por cierto.

Besó la punta de mi nariz y volvió hacia atrás. Aproveché su falta de visión para parpadear asombrado y tomar una bocanada de aire. Ella había estado muy cerca y yo había querido besarla con muchas ganas.

ꟷ¿No te hace mal estar sin anteojos ahora?

Con el croissant a medio morder volvió a asentir con la cabeza.

ꟷ¿Quieres que te los pase?

Se encogió de hombros y para mí eso fue un sí rotundo. Dejé la taza sobre la bandeja y me puse de pie para volver a rodear la cama y buscar dentro de su mesita de luz el estuche donde guardaba sus gafas. Luego volví hacia mi asiento y deslicé los anteojos sobre su rostro para disfrutar el efímero contacto de mis manos contra su piel.

ꟷAhora te veo ꟷcomentó con diversión.

ꟷ¿Luzco bien?

Ladeó su cabeza hacia un lado e hizo una mueca.

ꟷTe ves agotado.

ꟷNo he dormido aún ꟷadmitíꟷ. Tengo sueño.

ꟷVe a dormir.

ꟷEstoy desayunando contigo.

Miró la bandeja con una sola taza y luego elevó sus lindos ojos transparentes hasta posarlos en los míos. Me encantaba eso de ella, le gustaba mirar a la gente a los ojos.

ꟷPero estoy comiendo solo yo.

ꟷEs una manera de decir.

Extendió el último trozo de croissant hacia mí y me animó a tomarlo. Lo saqué de sus dedos sin rozarla y me llevé el resto de la masa dulce a la boca.

ꟷAhora estás desayunando conmigo.

ꟷNo tengo tanta hambre, desayuné con Tyler en el aeropuerto.

ꟷ¿Hace cuántas horas fue eso?

Estudié la hora en mi reloj de pulsera y saqué rápidamente la cuenta.

ꟷCuatro horas.

ꟷTe he visto comer, dude, y estoy segura que tienes hambre. Puedo compartir mis alimentos contigo.

ꟷBien, comeré contigo.

Mi respuesta pareció gustarle y tomó una de las tostadas, le colocó huevos revueltos con jamón arriba y la extendió en mi dirección. No dudé en tomarla y comimos en silencio por unos cortos minutos.

ꟷPuedes recostarte si quieres. Soy desordenada para dormir, pero muy limpia.

ꟷEstoy bien.

Sin embargo, el bostezo que escapó de mis labios e intenté controlar me delató. Me dedicó una mirada de pocos amigos y acomodó la bandeja sobre sus piernas para luego palmear el espacio vacío a su lado.

Dudé un poco en acostarme en su cama, no porque no quisiera sino porque era lo que más quería. Me encantaba la idea de dormir a su lado y quizás abrazarla, pero a la misma vez les temía a los sentimientos que eso podría generar en mí. Sentimientos que estaba seguro no eran correspondidos.

ꟷPor favor ꟷinsistió.

Me puse de pie y me quité mis zapatillas, así como mi sudadera porque no planeaba meterme a la cama abrigado o comenzaría a sudar. Corrí la sábana y el edredón y finalmente me recosté sobre el colchón, junto a ella donde su perfume parecía haber encontrado un refugio.

ꟷ¿Quieres café?

ꟷEstoy bien.

ꟷ¿Puedo quedarme con tu sudadera?

Reí y negué con la cabeza.

ꟷGenesis me la regaló hace unos días, no te la daré nunca.

ꟷQue posesivo.

Me enterneció el puchero que dibujó en sus labios y lo hizo aún más que pronto lo borrara para seguir comiendo.

ꟷTengo algunas sudaderas y camisetas que puedo darte ꟷle hice saberꟷ. Siempre que Tyler viene revisa mis cosas y me roba ropa, no preguntes la razón, y mientras él lo hacía noté que tengo muchas prendas que ya no uso. ¿Las quieres?

ꟷPor supuesto.

Me permití cerrar los ojos para descansar la vista, esperaba no dormirme. Escuché los mordiscos que Kenzie les daba a las tostadas y me alegró saber que el desayuno le había gustado y que el enojo que parecía tener conmigo por cancelar el acuerdo había desaparecido de su sistema.

ꟷ¿Disfrutaste la fiesta de anoche?

Lo que realmente quería preguntar era si había disfrutado el beso.

ꟷNo al principio, aunque luego Tyler se encargó de hacerla entretenida.

ꟷGolpeaste muchos traseros.

ꟷLo hice.

ꟷMe golpeaste con fuerza.

La escuché reír y abrí uno de mis ojos para darle una rápida mirada. Ella sonreía y estaba mirándome fijamente, no se acobardó cuando la descubrí.

ꟷNo sabía que ése era tu trasero.

ꟷMe ofende muchísimo.

ꟷEstaba oscuro, a la luz del día lo habría reconocido.

ꟷ¿Lo has mirado mucho? ꟷpregunté con tono burlón.

ꟷTodos los días, tienes un gran trasero.

No pude evitar el sonrojo que se apoderó de mis mejillas ante el cumplido y ella chilló enternecida al notarlo, lo que no hizo más que aumentar el calor en mi rostro.

ꟷNo quiero levantarme nunca de esta cama ꟷcomentó acariciando las mantasꟷ. Ser adulto apesta.

ꟷTiene su parte divertida.

ꟷ¿Si? ¿Cuál?

ꟷEl sexo.

ꟷBuen punto.

ꟷY a mí me gusta mi trabajo.

ꟷClaro, eres un ñoño.

Pinchó mi mejilla con su dedo y me hizo reír por lo bajo, eso solo la animó a seguir haciéndolo.

ꟷMe lastimarás ꟷla regañé sin dejar de sonreír.

ꟷLo lamento, es que tienes unas mejillas muy lindas.

ꟷ¿Gracias?

ꟷUn placer. ¿Quieres comer algo más?

ꟷEstoy bien.

Tras escuchar mi respuesta, levantó la bandeja y corrió las mantas con sus pies para ponerse de pie. La garganta se me secó de pronto al notar que solo vestía una camiseta que no le llegaba a tapar el trasero y me daba una vista demasiado buena de sus bragas color negro. Intenté apartar la mirada porque me pareció grosero mirarle el trasero; no obstante, no lo logré y ella me atrapó haciéndolo.

ꟷApuesto que no creías que tenía buen trasero.

ꟷYo no dije eso.

Depósito los restos del desayuno sobre la cómoda y volvió rápidamente a la cama. Se acostó y tapó hasta el cuello, entonces giró su cuerpo hacia mí y sonrió.

ꟷLamento haberme comportado un poco tonta luego de que me dijeras que no querías seguir con el acuerdo.

ꟷNo hay problema.

ꟷEntiendo que quieras avanzar con tu vida y eso.

ꟷEs más complicado que eso.

ꟷLa vida es complicada.

Ella tenía mucha razón en eso. La vida no era tan sencilla como uno podría esperar y aun así continuaba siendo maravillosa. Yo no me arrepentía de la vida que me había tocado, apreciaba tanto las victorias como los errores que había cometido.

ꟷ¿Qué haría tu vida más sencilla? ꟷcurioseé.

Se encogió de hombros, aunque su mirada me dijo que sí tenía una respuesta.

ꟷ¿Un millón de libras?

ꟷQuizás.

ꟷ¿Una mejor relación con tu papá?

ꟷEs una buena opción ꟷadmitióꟷ, pero hay algo mejor.

ꟷ¿Qué es?

ꟷDescubrir qué es lo que me apasiona.

Vaya, entendía eso mejor que nadie. Había pasado por algo similar al entrar a la universidad, nada me gustaba y todo me daba igual. Encontrar lo que me apasionaba fue difícil, sobre todo porque me había convencido de que el básquetbol ocupaba ese lugar en mi vida.

ꟷ¿Qué te gusta hacer?

ꟷEmborracharme.

ꟷHay muchas carreras que avalan eso.

Rió ante mi respuesta y negó con la cabeza.

ꟷNo lo sé. No sé qué me gusta, así ha sido toda mi vida. Tomar decisiones a largo plazo no es lo mío.

ꟷ¿Qué querías ser cuando eras niña?

ꟷVeterinaria ꟷcontestó con seguridadꟷ. Veterinaria especializada en equinos.

ꟷ¿Y por qué ya no lo quieres hacer?

ꟷPorque... ꟷSe quedó en silencio y frunció el ceñoꟷ. No lo sé, supongo que se debe al hecho de que mis padres siempre tuvieron otros planes para mí.

ꟷ¿Tus padres viven tu vida o lo haces tú?

ꟷYo.

ꟷ¿Y desde cuándo sigues reglas?

Me dedicó una sonrisa triste y supe que había dado en un punto sensible. Para confirmar aún más mis palabras, giró sobre su eje y se recostó dándome la espalda.

ꟷ¿Kenz?

ꟷ¿Si, Theo?

Su voz sonó un poco ahogada y temí que la hubiera hecho llorar.

ꟷ¿Estás bien?

ꟷSí, creo que comer tanto fue una mala decisión.

Ella mentía y ambos lo sabíamos. Miré su espalda con duda por unos segundos eternos y me debatí internamente qué era correcto hacer. Quería hacerla sentir mejor y no se debía solo al hecho de que yo había ocasionado su cambio de humor. Yo quería que ella fuera feliz siempre porque se lo merecía y sabía, a pesar de que ella nunca lo hubiera mencionado realmente, que su vida no era sencilla.

Con un poco de duda me deslicé hacia ella y envolví su cuerpo pequeño en un abrazo. La atraje hacia mí hasta que su espalda quedó pegada a mi pecho y con cuidado pasé mi brazo bajo su cuerpo para abrazarla por completo. No me sorprendió escuchar un sollozo escapar de sus labios y maldije en silencio por haber sido tan estúpido.

ꟷLo lamento ꟷmurmuré.

ꟷNo, yo lo lamento. No debería estar llorando.

ꟷLlorar es bueno.

ꟷLlorar daña la piel.

ꟷ¿Lo hace?

ꟷNo lo sé.

La apretujé un poco más y ella posó sus manos sobre las mías mientras intentaba calmarse. Le llevó un rato y yo no me alejé ni un segundo.

ꟷ¿Theo? ꟷmurmuró.

ꟷ¿Si?

ꟷMe estás apretando las tetas.

ꟷ¿Cuáles tetas? ꟷbromeé.

Un grito ahogado escapó de sus labios y comenzó a removerse como si buscara separarse de mí. Al notar que no iba a lograrlo, optó por pegarme en las manos sin mucha fuerza.

ꟷEra una broma, no me mates ꟷpedí.

ꟷTe detesto.

ꟷSé que tienes tetas, puedo sentirlas bajo mis brazos.

ꟷ¿Estás diciéndome que no se ven?

Ay, Dios. Mala elección de palabras.

ꟷNo dije eso.

ꟷDéjame ir, mi autoestima necesita estar lejos de ti.

ꟷTú y tu autoestima necesitan de mi abrazo.

Volvió a la tarea de intentar zafarse y al notar que no tenía la fuerza suficiente para quitar mis brazos de su alrededor, comenzó a moverse como un pez fuera del agua.

Abrí los ojos rápidamente cuando noté lo que estaba haciendo sin notarlo y tragué con fuerza.

ꟷKenzie.

ꟷDéjame ir.

ꟷDetente.

ꟷ¿Por qué habría de...? ꟷDetuvo su pregunta a la mitad y el silencio se instaló entre nosotrosꟷ. Oh.

Maldita sea, ¿una erección? ¿De verdad?

ꟷTe dejaré ir. ꟷMi voz salió ahogada y sentí la vergüenza nacer en mí.

ꟷEntendido.

Desenredé mis brazos y lentamente alejé mi entrepierna de su trasero para luego deslizar mi cuerpo fuera de la cama. Eso no había salido de acuerdo al plan.

ꟷNo mires.

ꟷImposible.

ꟷ¡Mackenzie!

ꟷ¡Es tu culpa! Insultaste mis tetitas.

En otro momento habría reído por el diminutivo que había utilizado; no obstante, estaba tan abochornado con la situación que solo quería escapar. Ella seguía dándome la espalda, pero sabía que cuando pasara frente a ella para salir del cuarto sus ojos recaerían en el bulto entre mis piernas. Escaneé la habitación buscando algo con qué taparme y lamenté que no fuera como el resto de las chicas que conocía y que tenían un centenar de cojines en la cama. Recogí mi sudadera y la hice un bollo para luego posarla sobre mi miembro.

ꟷTe detesto ꟷle hice saber mientras caminaba hacia la puerta.

ꟷTu erección opina distinto.

La fulminé con la mirada al pasar y ella se carcajeó con fuerza. Por lo menos había dejado de llorar. No tardé en abrir la puerta y salir al pasillo intentando aclarar mi mente a medida que creaba distancia entre nosotros.

ꟷ¡Piensa en mí mientras solucionas el problemita! ꟷexclamó cuando cerré a mis espaldas.

Y aunque Kenzie había dicho esas palabras en broma, no sabía si yo iba a poder pensar en otra cosa mientras solucionaba el asunto.

¡Hola, hola! ¿Cómo están? ¿Qué tal su fin de semana? Espero que haya sido divertido y que se estén cuidado mucho del COVID.

Bueno, este capítulo es relajado en comparación a los anteriores y a los siguientes. ¿Les ha gustado? ¿Han tenido una parte favorita? Theo tuvo un asuntito que atender y todas aquí sabemos que Kenzie no va a sobrepensar sobre el tema, deberíamos sacudirla hasta que se dé cuenta. 

Pregunta para generar pánico: ¿están listas para el drama?

Muchísimas gracias por leer, votar y comentar. ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LAS CINCO MIL LECTURAS! Me despido con un abrazo virtual y les deseo una hermosa semana.

MUAK!

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