Capítulo sesenta y uno
THEO
Mackenzie no estaba por ningún lado y mi nerviosismo no hacía más que ir en aumento. Mi novia estaba desaparecida o eso era lo que yo creía, no ayudaba en nada que el portero del edificio no supiera decirnos con quién se había marchado ya que era nuevo y poco conocía a las personas que visitaban las instalaciones. Un hombre apuesto y elegante. Esa fue toda la descripción que James y yo recibimos cuando fuimos a buscar información.
Podía tratarse de su padre o quizás algún mafioso la había secuestrado y no lo sabríamos hasta que el hombre pudiera recordar cómo era el proceso para ver las grabaciones de las cámaras de seguridad de la puerta.
Estaba a nada de perder los estribos y, aun así, sabía que llamar a la policía era exagerado. Si alguien sabía cuidar de sí misma, esa era mi novia y comprendía que su integridad física estaba a salvo; sin embargo, su fuerza psicológica no era tan potente y si su padre se había pasado por la oficina para hablar con ella, era muy probable que Kenz estuviera pasándola mal en ese momento.
ꟷIré al departamento a ver si la encuentro allí ꟷanuncié.
ꟷLlévate el vehículo y dile al chofer que esté atento a cualquier cabellera roja, lo cual es un gran número en este país, pero no importa.
ꟷAvísame si sabes algo.
ꟷTú igual ꟷme rogó.
Salí con prisa del edificio y abordé el vehículo que esperaba por nosotros antes de pedirle al chofer que estuviera alerta. En el recorrido no hice más que mirar las calles buscando un rostro conocido y, por supuesto, no encontré a Kenzie entre las personas que caminaban por la ciudad. Al llegar, me tomó pocos minutos subir hasta nuestro departamento y abrir la puerta. Estaba nervioso y asustado y esos sentimientos no hicieron más que intensificarse al percatarme de los ruidos inusuales en el interior de la vivienda.
ꟷ¿Kenz? ꟷpregunté tras cerrar la puerta a mis espaldas.
No obtuve ni una palabra, aunque noté rápidamente que su abrigo y su bolso se encontraban en el perchero de la entrada. No esperé ni un segundo para hacerle saber a Jamie que su hermana estaba en casa, luego observé la sala buscando algo que pudiera explicarme los sonidos que llegaban hasta mis oídos. En el suelo, justo en el centro de la amplia habitación de concepto abierto, descansaba un sobre manila con algunos papeles escapando de su interior.
ꟷ¿Kenzie?
Al no recibir respuesta, me incliné para alcanzar el sobre y ojeé su contenido con desconfianza. El corazón se me detuvo de golpe al ver un pasaje con fecha para el día siguiente y con destino a París, pero eso no era la único que había allí, también encontré el pago de la matrícula de una universidad en Francia.
Demonios.
Aferrando con fuerza los papeles, caminé por el pasillo hacia el origen del alboroto. La puerta del dormitorio de Mackenzie estaba abierta de par en par y observé desde lejos el desorden de prendas regadas sobre su cama. ¿Ella estaba haciendo las maletas? ¿Se iban a marchar a París sin más? Con cada paso que daba me convencía más y más de lo que iba a encontrar. Imaginé a Kenzie sonriendo y guardando todo con felicidad ya que había conseguido lo que deseaba: que su padre pagara sus estudios en medicina animal; no obstante, al llegar al marco de la puerta, el panorama que encontré fue completamente distinto.
El cuarto era un desorden inmenso de prendas, las sábanas habían sido arrancadas de la cama y los adornos que mi novia tanto cuidaba estaban rotos en el suelo. Y Mackenzie estaba de espaldas a mí, con sus manos escarbando en el último cajón de su cómoda y tirando todo su contenido de manera desordenada en el interior de una maleta.
ꟷ¿Mackenzie?
Su cuerpo se tensó al oírme y giró con lentitud hacia mí. Mi ya errático corazón se descontroló al notar la expresión en su rostro: desesperanza. Sus ojos estaban tan rojos como su cabello; su piel, manchada de lágrimas y sus labios se habían agrietado.
ꟷ¿Estás bien?
Pregunta tonta, pero necesitaba escucharlo de sus labios.
ꟷNo.
ꟷ¿Qué ha sucedido?
Di un paso hacia ella y Kenzie rápidamente movió sus manos en negación. Se puso de pie con movimientos lentos y temblorosos y por un segundo pensé que quizás estaba ebria. No lo estaba y eso me asustaba más.
ꟷMe voy.
ꟷ¿A París?
ꟷAntes muerta ꟷgruñó y barrió las lágrimas de sus mejillas.
ꟷKenzie, estás preocupándome. No entiendo qué sucede.
ꟷNo hay mucho que entender, me marcho. Fin.
ꟷ¿A dónde? ꟷFruncí el ceñoꟷ. Vives aquí y trabajas aquí.
ꟷYa no más.
Di un paso adelante y ella retrocedió como un animal asustado. Comprendí que era mejor mantenerme lejos, darle su espacio porque si bien no sabía lo que pasaba en su interior, era obvio que no me quería a su lado.
ꟷ¿A dónde irás? ꟷsolté intentando no imprimir mi voz con urgenciaꟷ. Aquí es donde perteneces.
ꟷ¿No lo entiendes, Theo? ¡Yo no pertenezco a ningún lado! No pertenecí nunca a Inglaterra y tampoco a Francia, y estoy bastante segura que no estaré cómoda en ningún lugar de este continente.
ꟷ¿Y dónde exactamente planeas ir? ¿A Oceanía?
Escuché el tono burlón en mis palabras y quise golpearme por idiota. Ella lloraba y me contaba lo mal que se sentía y yo me burlaba.
ꟷNo, se necesita visas para eso y no tengo tiempo.
ꟷ¿Entonces? ꟷTomé asiento sobre la desordenada cama, mis piernas habían comenzado a temblar como gelatinaꟷ. Por favor, dime tus planes para poder entenderte.
ꟷIré a Latinoamérica, sé que hay países con universidades públicas y con mis ahorros podré vivir tranquilamente hasta que me asiente y pueda buscar un trabajo.
Me mordí la lengua para no señalar lo absurdo de ese plan.
ꟷNo hablas español.
ꟷEl francés y el español no son muy diferentes, aprenderé.
ꟷ¿Crees que puedas explicarme por qué quieres irte a la otra punta del globo? No entiendo a qué viene esta urgencia, estábamos bien. ꟷEsperé un segundo antes de continuar, me dolía hablarꟷ. ¿Hice algo mal?
ꟷNo, no hiciste nada mal.
ꟷEs tu padre ꟷaventuréꟷ. Tu padre fue quien pasó por ti y te trajo aquí, ¿verdad?
Asintió con la cabeza y sorbió por la nariz antes de secarse los ojos con la manga de la camisa. Quería consolarla, abrazarla y hacerle saber que no tenía que huir, que lo que fuera que su padre hubiese dicho no era verdad y que ella era increíble. Odiaba tanto a Charles Dankworth por el daño que le había hecho que estaba pensando seriamente en darle un golpe y yo nunca había golpeado a nadie, ni odiado con tanta intensidad.
ꟷVen aquí, Kenz. Habla conmigo.
Miró el lugar junto a mí en su cama y negó con un movimiento de cabeza, en lugar de acercarse, recostó su espalda contra la pared y volvió a limpiar su rostro.
ꟷ¿Qué ha dicho tu padre para que no quieras ir a París a estudiar? Conseguiste lo que querías, pagará tus estudios en una buena universidad.
ꟷ¿Lo que quería? ꟷChasqueó la lenguaꟷ. Quería estudiar aquí para estar cerca de ti, Jamie, mi abuela, Nat y Jaden. Quería tener la confianza de mi padre y no su pesado ego sobre mis hombros. Quería sentir que tenía libertad, que podía decidir y que nadie me iba a arrebatar lo que había conseguido si obtenía una mala nota en clases. ¿Y sabes qué es lo que tengo? Tengo a mi padre respirándome tras la oreja, controlando cada uno de mis pasos y asegurándome en silencio que si no soy la hija que él quiere que sea, me cortará el chorro de dinero y adiós a mis estudios. ¿Crees que esa es la vida que quiero? ¿Crees que quiero tener cincuenta años y mirar hacia atrás y darme cuenta que no comencé a respirar sino hasta que mi padre murió?
ꟷ¿Y la mejor solución es irte a un país desconocido donde hablan una lengua que no manejas? Kenzie, por favor. Acepta la oferta de tu padre, no puede ser tan malo. Estarás cerca de tu madre y tu hermana, podrás viajar a Londres en pocas horas y estudiarás lo que tanto quieres.
ꟷ¿No puede ser tan malo? ꟷrepitió con indignaciónꟷ. ¿Cuándo fue la última vez que tus padres llamaron a tu universidad para saber las notas en tus clases, te enviaron correos electrónicos larguísimos diciéndote lo que tenías que mejorar porque no contaban con el tiempo suficiente o no eras tan importante para recibir una llamada? ¿Cuándo fue la última vez que tus padres te obligaron a viajar a su casa para las vacaciones a pesar de que ellos no iban a estar allí, pero sí tendrían a alguien para que esté con sus ojos en ti? ¿Cuándo fue la última vez que sentiste que no podías respirar porque la presión paternal sobre tus hombros era tanta que habías comenzado a desconocerte?
ꟷNunca ꟷadmití.
ꟷExacto, así que por favor no intentes decirme qué hacer ni lo que es mejor para mí. No puedo soportar las expectativas de nadie más y mucho menos sus órdenes disfrazadas de sugerencias.
ꟷNo te estoy dando una orden.
ꟷPero estás pensando que perdí la cabeza.
No podía discutirle eso y ambos lo sabíamos.
ꟷ¿Y qué hay de nosotros? ꟷpregunté con un poco de enojo, la situación comenzaba a sobrepasarmeꟷ. Si te vas, ¿qué sucederá con nuestra relación?
ꟷTendremos una relación a distancia.
No pude evitar reír por lo bajo sin una pizca de gracia.
ꟷSe ve que tienes todo planeado, pero dime, Kenz, ¿cómo haremos exactamente? Creo que los dos sabemos que la economía de Latinoamérica no es la mejor y dudo que puedas permitirte estudiar, trabajar y viajar a Londres para verme.
ꟷLo resolveremos.
ꟷ¿Y la diferencia horaria?
ꟷSi puedes mantener una amistad con personas que viven en Estados Unidos, podremos hacerlo funcionar.
No quería ser malo con ella; sin embargo, cada palabra que salía de sus labios sonaba desesperada. Una relación a distancia no era sencilla y yo lo había experimentado en carne propia. Los horarios se complicaban, los mensajes se malentendían y las citas virtuales no eran geniales sino todo lo contrario.
ꟷY supongamos que yo te visito o te pago el billete de avión, ¿cómo sé que no te sentirás asfixiada? ¿Cómo sé que vendrás porque quieres y no porque te sientas comprometida o que te estoy presionando?
ꟷ¿Eso piensas de mí? ꟷArqueó una cejaꟷ. ¿Piensas que no puedo aceptar el dinero de nadie porque querré huir?
ꟷNo, estoy intentando comprenderte.
ꟷ¡No! Estás juzgándome. Estás armando en tu cabeza nuestro futuro, viendo cómo serán nuestros encuentros o la falta de ellos y también adivinando cuánto pasará hasta que alguno de los dos decida que ha tenido suficiente.
Mordí el interior de mis mejillas para no responder. Sí, estaba haciendo eso exactamente porque me sentía asustado. Yo sabía que algo como eso podría pasar, me había convencido que no tenía que sentir nada por Mackenzie porque tarde o temprano se iría y, aun así, me permití dejarme llevar y de pronto todo se estaba viniendo abajo. No quería tener otra relación a distancia y sabía que estaba siendo egoísta, pero todas mis relaciones eran a distancia y estaba agotado de la virtualidad y sentir la soledad todo el tiempo. Jamie era el único amigo que estaba a un paso de mí, con quien podía contar todo el tiempo y, si bien sabía que si levantaba el teléfono y les decía a mis amigos que me sentía mal, ellos irían a mi encuentro, no era lo mismo. Y un noviazgo a distancia era mucho más complicado. Me negaba a pasar por lo mismo que con Sophie, incluso cuando Kenzie no se parecía en nada a mi primera novia.
ꟷSi realmente crees que no podré con la presión, que sentiré el mismo desprecio que le tengo a mi padre hacia ti por recibir dinero, entonces no me conoces ni un poco. ¿Cuál es el sentido de esto si en tu cabeza ya tiene un final?
ꟷYo no he dicho que lo nuestro va a terminar.
ꟷ¡Pero lo piensas! ¡Te conozco! ꟷexclamó con la voz roncaꟷ. Yo no soy Sophie y tú no eres mi padre, pero quizás sea mejor que lo dejemos aquí así no tienes que sentir que me estás presionando.
Me puse de pie con rapidez y caminé hacia ella, no tenía a dónde ir y sabía que no era bueno acorralarla; no obstante, quería poder abrazarla y hacerle saber que no estaba sola. ¿Estaba enojado y un poco desilusionado porque hubiera tomado una decisión apresurada sin siquiera decírmelo? Por supuesto, aunque eso no significaba que quería romper con ella.
Posé mis manos sobre sus hombros y la obligué a mirarme cuando bajó la cabeza. Sus ojos transparentes estaban repletos de dolor y las lágrimas no dejaban de escapar de ellos.
ꟷNo quiero terminar contigo, Kenz ꟷmurmuréꟷ. Estoy seguro de nuestra relación y te amo. Te amo y no deseo que estés en otro continente, quiero que estés conmigo.
Esa no era la confesión que tenía en mente. Cuando había pensado cómo le iba a decir que la amaba, no era en un momento desesperado.
ꟷ¿Prefieres una novia que está junto a ti y sea infeliz o prefieres una novia que está lejos, pero siendo feliz?
ꟷPrefiero tener una novia que sea feliz junto a mí y que no salga corriendo ante el primer inconveniente.
Noté muy tarde que mis palabras la habían lastimado y se sacudió de mi agarre fácilmente.
ꟷ¿El primer inconveniente? ¿Has escuchado algo de lo que te dicho durante todos estos meses? ¡¿No ves que si me quedo mi vida siempre será igual?!
ꟷ¡Puedes hablar con tus padres, hacerlos cambiar de opinión!
ꟷAsí no funciona el mundo real.
ꟷNo, así es como tú no quieres que funcione el mundo real. Es más sencillo para ti culpar siempre a tus padres de tus problemas y quedarte en silencio mientras te presionan, luego explotar y querer correr. Lo hiciste hace dos años, lo hiciste cuando nos conocimos y lo estás volviendo hacer.
ꟷQuizás todo lo que sepa hacer es correr. Quizás creí que mi novio, el chico que acaba de decirme que me ama, iba a entenderme, en cambio, está juzgándome como lo hizo mi padre.
ꟷYo no soy como tu padre.
ꟷDemuéstralo.
Ese había sido un golpe bajo y ella lo sabía. Acababa de compararme con la persona que más daño le hacía en su vida y todo para conseguir lo que quería. Yo no iba a continuar esa discusión, no iba a decir cosas que no pensaba o sentía por el calor del momento.
Iba a dejarla correr y también iba a ir por ella cuando notara que sus planes eran un desastre y que nunca debería haberse ido.
Bueeeno... esto se puso tenso. ¿Ustedes cómo están? ¿Me extrañaron?
Este capítulo me duele porque entiendo a ambos y no me gusta que peleen, pero así es la vida, gente. ¿Ustedes opinan como yo o tienen un bando?
Si les sirve de consuelo, el capítulo siguiente tiene una visita. ¡Y la semana que viene tiene capítulos hermosos! Oh, bueno, eso recuerdo yo. ¿Alguna idea?
Muchísimas gracias por todo su apoyo y cariño. ¡Las adoro! Y también les deseo una hermosa semana.
MUAK!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro