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Capítulo diez

THEO

Podía definirme a mí mismo como alguien ingenuo, una persona que no esperaba que ciertas cosas sucedieran en su vida y que se sorprendía cuando tenían lugar incluso cuando todo parecía indicar que pasarían. No estaba preparado para abandonar la universidad y aun así sucedió. No estaba en mis planes conocer a la hermana de Jamie y que ella me agradara, nuevamente sucedió. Y no estaba listo para pasar mi noche de martes por la noche en una fiesta y, vaya sorpresa, eso tuvo lugar.

Esa tarde estaba a punto de apagar mi computadora, recoger mis pertenencias y marcharme a casa antes de que alguien tuviera la magnífica idea de invitarme al happy hour y yo cayera en el error de no saber decir que no y terminara aceptando. Mi plan para esa noche era sencillo: ducharme y descansar. Estaba al día con la universidad y el trabajo por lo que realmente no había necesidad de quedarme encerrado; sin embargo, deseaba pasar una noche tranquila, quizás hablando con mis amigos. Eso fue hasta que un correo electrónico envío mis planes por el desagüe.

De: Mackenzie Dankworth <[email protected]>

Para: mí <[email protected]>

Asunto: Invitación

Hola, Theo. ¿Estás ocupado? Espero que no.

Tengo una invitación para hacerte, ¿puedo ir a tu oficina?

No planeaba responder con otro correo porque Mackenzie estaba a pocos metros de mi escritorio, literalmente su mesa de trabajo se encontraba a unos tres metros de mí.

ꟷ¡Kenzie! ꟷexclamé mientras apagaba el ordenadorꟷ. Sé que estás escuchándome, entra.

Al menos en eso no me equivoqué, la colorada apareció rápidamente en mi campo de visión al abrir la puerta de mi oficina y me dedicó una sonrisa tranquila. Esperó hasta que le hice una señal con la mano para ingresar dejando abierto a sus espaldas y tomó asiento en una de las sillas frente a mí.

ꟷ¿Tengo que asustarme?

ꟷ¿Qué? Claro que no. ꟷFrunció la nariz provocando que una expresión adorable se instalara en su rostroꟷ. ¿Por qué crees eso?

ꟷMe enviaste un correo ꟷrespondí con obviedadꟷ. Tienes mi número y estabas a pocos metros de distancia, aun así me enviaste un correo.

ꟷOh. ꟷSonrió y tiró hacia atrás su cabello despejando su hombroꟷ. Estamos en horario laboral, me pareció más profesional.

Sonreí con diversión y apoyé mi espalda sobre el respaldar de la silla giratoria.

ꟷDispara.

ꟷNo tengo un arma.

ꟷSabes a lo que me refiero.

Rió por lo bajo y abandonó su postura de fingida tranquilidad para acercarse a mi escritorio. Apoyó sus manos sobre la mesa y tamborileó sus dedos contra la misma mientras una sonrisa que anunciaba problemas se instalaba en su rostro.

Ella era peculiar. Kenzie podía parecer una persona tranquila y centrada por un momento y al segundo siguiente adquiría sin esfuerzo esa expresión de locura divertida que me agradaba. A simple vista lucía como una chica normal, quizás un poco seria con su uniforme de trabajo que consistía en un traje femenino color gris con una camisa blanca y tacones bajos negros; no obstante, una mirada más profunda era suficiente para entender que debajo de ese caparazón de normalidad existía un fuego intenso. Y no era solo el color de su cabello que parecía una hoguera, su sonrisa traviesa o sus ojos que eran como un hielo ardiente sino todo de ella. Mackenzie llamaba la atención sin siquiera intentarlo y apartar la mirada resultaba casi imposible. Era magnética con la porción justa de misterio que podría atraer a cualquier mortal. Y yo me negaba a ser alguien que cayera por ella.

ꟷTengo una invitación, como habrás podido leer.

ꟷ¿Qué clase de invitación?

ꟷUna muy buena, una muy divertida.

ꟷNecesito más información ꟷrepuseꟷ. Divertido puede ser jugar al ajedrez y también viajar a Dubai por una noche.

ꟷ¿Jugar al ajedrez? ¿En serio?

Su voz y su mirada demostraban un poco de desilusión como si no esperara esa respuesta de mi parte. A decir verdad no sabía jugar muy bien al ajedrez, pero había visto una serie en Netflix unos años atrás y mi visión sobre el juego había cambiado.

ꟷDime qué es lo que necesitas antes de que cambie de parecer y me vaya a dormir.

ꟷ¡No! No puedes irte a dormir.

Fruncí el ceño y ella notó su error. Se aclaró la garganta y volvió a sonreír con tranquilidad. Mis clases de negociación me habían brindado la teoría y preparación suficiente para saber que estaba a punto de decirme su oferta, una oferta que quizás no era muy buena pero que ella quería que yo aceptara a toda costa para salvarle el pellejo. Y debía admitir que sentí curiosidad.

ꟷKenzie...

ꟷMe invitaron a una fiesta ꟷdijo finalmenteꟷ. Hoy a la mañana cuando fui hasta tu universidad para llevarte esos papeles me crucé con unos chicos de nuestra edad y comenzamos a hablar. Me invitaron a esta fiesta que parece será muy divertida y a la que me apetece ir en realidad.

ꟷ¿Pero...?

Soltó un corto suspiro antes de continuar.

ꟷPero se hará en uno de los salones de la universidad y para entrar necesito una identificación que no tengo.

ꟷUna identificación que yo sí tengo ꟷcorregí.

ꟷExacto.

ꟷ¿Esta es tu forma de pedirme que te lleve a una fiesta a la que no fui invitado?

ꟷClaro que fuiste invitado.

Ladeé mi cabeza hacia un lado y le dediqué una mirada de duda.

ꟷYo te estoy invitando ꟷaclaróꟷ. Y sé que puedes llevar un acompañante, es decir, me puedes llevar a mí.

ꟷ¿Por qué irías a una fiesta con personas que no conoces un martes por la noche? Mañana debes trabajar.

ꟷEn primer lugar, la parte de dormir poco la tengo cubierta, tengo años de experiencia en el tema. Y en segundo lugar, sí conocería a alguien.

ꟷ¿A quién? ꟷpregunté como un idiota.

ꟷA ti ꟷrepuso con obviedadꟷ. ¿Qué dices?

Aparté la mirada y negué con la cabeza. No podría negarme si la veía a los ojos, yo era débil y ella tenía un increíble poder que la ayudaba a salirse con la suya con personas de su edad.

ꟷEstoy cansado, Kenzie.

ꟷVamos, Theo. ꟷEntrelazó sus manos en un gesto de ruego y esbozó un puchero con sus labiosꟷ. Puedes acompañarme y luego irte, me ayudarías a entrar y luego podrías volver a tu aburrida habitación a descansar.

Intenté no observarla por mucho tiempo, su expresión facial era bastante difícil de ignorar. Todos mis años de amistad con Genesis no me estaban sirviendo para acallar mis impulsos. Y cada parte de mí me decía que aceptara porque en mi inconsciente ver a una persona rogar era sinónimo de sufrimiento y yo no quería que nadie sufriera cuando podía evitarlo.

ꟷSi te acompaño y luego me voy, te quedarás sola. Dijiste que no conocías a nadie.

ꟷPuedo hacerme amigos con facilidad, descuida.

ꟷNo lo sé, Kenzie. No suena como un buen plan, podría ser peligroso. Y estoy seguro que en tu cartera no tienes más de cinco libras y necesitarás tomar un taxi para volver.

ꟷNo te preocupes, de verdad.

Demasiado tarde, ya me había preocupado. Además había crecido con una regla de oro que compartía con mis mejores amigos: bajo ninguna circunstancia se debía dejar sola a una chica en un lugar que sonaba o lucía peligroso. A mi parecer dejarla sola en una fiesta donde no conocía a nadie y con alcohol circulando sin control era bastante peligroso.

ꟷBien.

ꟷ¿Aceptas? ꟷchilló.

ꟷPero iré contigo ꟷme apresuré a agregarꟷ. Y nos quedaremos hasta la medianoche como muy tarde.

Asintió con la cabeza mientras sonreía con felicidad. ¿En qué momento había dejado de lucir como una adulta segura de sí misma para pasar a lucir como una niña adorable? Era bastante preocupante que pudiera cambiar con tanta facilidad, lo era para mí, quizás no para el resto del mundo. Tenía debilidad por las chicas que podían ser seguras de sí mismas y a la vez adorables y me repetí a mí mismo que no podía permitirme fijarme en ella. ¡Era la hermana de mi amigo y mi compañera de piso! Además estaba bastante seguro que me rechazaría y eso volvería todo más incómodo.

ꟷ¿A qué hora es la fiesta?

ꟷEn una hora ꟷrespondió con felicidadꟷ Tenemos tiempo suficiente de volver al departamento y cambiarnos.

Si tan solo hubiera sabido lo que venía a continuación me habría quedado en casa. O quizás no. Muy probablemente no.



Mackenzie me había prometido estar lista en pocos minutos y, sin embargo, estaba incumpliendo su palabra. Llevaba esperándola en el living por al menos veinte minutos y comenzaba a preocuparme, además que Jamie me dedicara miradas divertidas no ayudaba mucho. Quizás él creía que algo sucedía entre su hermana y yo y no quería que pensara en eso por nada en el mundo. Sabía que él no era de los que se volvían territoriales o sobreprotectores, pero yo siempre había creído que no era adecuado mezclar la amistad con la atracción cuando la familia estaba en el medio. Y planeaba cumplir con eso.

ꟷCreí que ella era de las que no demoraban ꟷcomenté mientras miraba sin mirar la película de terror que se reproducía en la televisión.

ꟷBueno, no puedo decir mucho al respecto, pero estas semanas pareció tener el tema de su aspecto bajo control. ꟷHizo una mueca y pude sentir su incomodidad como si fuera propiaꟷ. ¿Deberíamos preguntarle?

ꟷNo lo sé.

El silencio fue la confirmación de que él tampoco lo sabía. Si bien James apreciaba a su hermana, la realidad era que la conocía casi tanto como yo y eso no era mucho.

Contuve la respiración cuando una monja de aspecto demoníaco apareció en la pantalla y sequé el sudor de mis manos contra la tela de mis pantalones. Bien, eso era suficiente. No podía seguir mirando esa película o tendría pesadillas por la noche. Era muy sensible a esa clase de películas; de hecho, no era complicado para mí tener malos sueños. Si comía mucho por la noche, pesadillas. Si tenía un mal día, pesadillas. Si veía o escuchaba una historia de terror, pesadillas y más pesadillas.

ꟷIré a hablar con ella ꟷdeclaré y me puse de pie de un salto.

Escuché la risa ahogada de mi amigo mientras me alejaba y me hice un recordatorio mental de cobrarme la mala pasada luego. Él sabía lo que esa clase de películas me hacía y aun así de vez en cuando las ponía. Entendía que era su casa y le gustaban, pero podía verlas en su habitación.

Llegué rápidamente a la puerta del baño y golpeé con mis nudillos dos veces mientras pegaba la oreja. Escuché un lío en el interior y supuse que la había asustado y quizás causado que tirara su maquillaje.

ꟷ¿Estás bien, Kenzie? Llevas mucho tiempo ahí.

ꟷSí, ya casi salgo. ꟷSu voz llegó a mí amortiguada por la pesada puerta.

ꟷ¿Necesitas ayuda?

Me sorprendí cuando abrió de un tirón y se quedó de pie frente a mí. Bajé la mirada para estudiarla y así saber qué era lo que le estaba llevando tanto tiempo, no pude encontrar nada porque ante mis ojos ella lucía increíble. Llevaba un vestido corto de color verde esmeralda de seda que lograba resaltar el increíble color de su cabello, el cual había rizado para formar ondas despreocupadas que enmarcaban su rostro. Supuse que llevaba tacones porque estaba más alta y su maquillaje era sencillo pero bastante increíble. Nunca entendería la habilidad de las chicas para delinear con tanta precisión sus ojos, parecía casi sobrenatural. Y Kenzie no solo había delineado sus ojos de negro sino que también tenía una delgada línea verde que resultaba imposible de ignorar.

ꟷ¿Sabes tapar pecas?

No pude evitar fruncir el ceño.

ꟷ¿Qué?

ꟷO tienes alguna base en crema que puedas prestarme.

Hice un sonido de negación y ella bufó.

ꟷLa creencia de que los pelirrojos tenemos mala suerte parece ser cierta ꟷsoltó con los ojos brillososꟷ. Estaba maquillándome y sin querer arrojé mi bolso de cosméticos al suelo, mi base explotó y manchó todo. Y me quedé sin tapar mis horribles pecas.

Ladeé la cabeza y ella imitó mi acción con curiosidad.

ꟷ¿Por qué inclinas tu cabeza así? ¿Tienes el cuello duro? Puedo darte un masaje, soy buena en eso.

ꟷNo, estaba estudiándote con detenimiento.

ꟷVaya, gracias por la sinceridad. ꟷSuspiró nuevamenteꟷ. Creo que ya no quiero ir a la fiesta.

ꟷ¿Por tu maquillaje?

Ella asintió.

ꟷPero nunca estás muy maquillada.

ꟷLas fiestas son distintas, Theo, me gusta verme bien. Tengo veintitrés años y necesito atención, si sabes a lo que me refiero.

ꟷMmm... no realmente.

Articuló con sus labios la palabra "sexo" y me di un golpe mental por no haberlo previsto. Tenía sentido y a la vez no.

ꟷTe sonrojaste ꟷseñaló.

Sí, podía sentir mis mejillas calientes.

ꟷCreo que no necesitas tapar tus pecas para conseguir eso, los chicos no solemos quejarnos por unos pequeños puntos en la piel. Además estará oscuro y nadie lo notará.

ꟷNo me importa lo que los chicos se fijen, quiero sentirme bien conmigo. Al demonio los hombres y sus hormonas, quiero gustarme a mí.

Ese era un giro interesante de los acontecimientos que no sabía cómo encarar sin hacerla sentir incómoda.

ꟷ¿Sabías que todo en nuestro planeta y en el universo está hecho de estrellas? ꟷpregunté recargando mi peso contra el marco de la puerta, eso podía llevarme tiempo y quería estar cómodo.

ꟷ¿Y eso qué tiene que ver con el horrible aspecto de mi piel?

ꟷ¿Lo sabías o no?

Ella asintió con la cabeza.

ꟷPiensa en tus pecas como una manifestación de eso, son la expresión de ese polvo de estrellas que viajó miles de años luz y que terminó por formarte. ¿La gente se queja de las estrellas? No, la gente las admira y las venera. Les ponen nombres, las estudian como la maravilla que son y las utilizan para guiarse. Tienes en tu rostro y cuerpo una galaxia entera de estrellas brillando y guiando a generaciones de hombres a tierra firme. No deberías odiar algo tan maravilloso como eso. Y si sirve de algo, por tonto que suene, creo que son hermosas. Tú lo eres, Kenzie y el día en que lo notes no tendrás razones para odiarte.

Sus profundos ojos transparentes se abrieron con sorpresa y lo mismo sucedió con su boca. Me miró con perplejidad y en silencio, lograr que ella guardara silencio parecía un imposible y aun así allí estaba sin emitir palabra.

ꟷ¿Kenzie?

ꟷTú, Theo Johnson, me romperás el corazón.

No supe qué contestar a eso y ella no pareció querer decir nada más. Volvió sobre sus pasos al baño y tomó su teléfono móvil que estaba sobre la tapa cerrada del inodoro. Acomodó todos sus productos de belleza en el armario bajo el lavabo y apagó la luz.

ꟷEs hora de irnos ꟷanunció.

ꟷ¿A dónde?

ꟷA la fiesta, por supuesto.

Sin dudarlo enrolló su pequeña y fría mano alrededor de mi muñeca y tiró de mí con dirección a la puerta. Ignoré la sensación que se instaló en mi estómago y la seguí sin chistar.

ꟷVolveremos antes de la medianoche ꟷle avisó a su hermano.

ꟷDiviértanse y no beban mucho alcohol ꟷnos gritó Jamie mientras salíamos.

No supe qué me inquietó más si la horrorosa película que seguía reproduciéndose en la televisión o el cosquilleo intenso en mi piel justo donde se encontraba la mano de Mackenzie.

¡Hola, gente muy bella! ¿Cómo están? Aquí en Argentina ya es viernes así que cumplo con mi deber (algo que amo) de publicar y me voy a dormir.

Theo y Kenzie irán a una fiesta. ¿Qué creen que debemos esperar? ¿Kenzie se embriagará? ¿Theo será un fuckboy? Ay, que emoción.

Muchísimas gracias por todo su amor y cariño, mañana intentaré contestar todos sus comentarios. Gracias a todas las que recomiendan la historia y las que me apoyan en otras redes sociales. Las amo.

Ahora sí, me retiro. Les deseo un hermoso fin de semana y nos leemos el lunes.

MUAK!

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