Capítulo cincuenta
THEO
El pollo estaba casi listo cuando la puerta del departamento se abrió y escuché una serie de palabrotas emitidas por una voz femenina. Le siguió el azote de la puerta y el sonido de unos zapateos acompañados de una queja por la nieve. No necesité más que el primer improperio para saber que Mackenzie había llegado y, aun así, me divertí mientras la escuchaba quejarse.
ꟷ¡James Alexander Dankworth! ꟷchillóꟷ. ¿Dónde estás, pequeño traidor?
No contesté y mordí mi labio inferior para no reír.
ꟷ¿Por qué demonios está tan oscuro aquí? ¿Ahora tenemos que ahorrar con la electricidad o hemos vuelto al siglo diecinueve?
Escuché sus pasos suaves en dirección a la cocina y preparé mi mejor sonrisa. Sus ojos no tardaron en encontrarme y una expresión de asombro se instaló en sus facciones.
ꟷHola ꟷsaludó.
ꟷ¿Has dejado de quejarte ya?
ꟷDepende, ¿mi hermano está aquí?
Negué con la cabeza a modo de respuesta.
ꟷ¿Hay alguna razón para que las luces estén apagadas?
ꟷTendremos una cena romántica.
Señalé la mesa que había preparado para los dos con ayuda de Jamie y los consejos nada útiles de Tyler. Había colocado algunas velas para iluminar la habitación y comprado flores bonitas para adornar el lugar.
ꟷOh, vaya. Esto se ve muy lindo ꟷadmitió con una sonrisa y se acercó a la mesaꟷ. Te has esforzado mucho.
ꟷNo tanto.
ꟷNo me mientas.
Limpié mis manos con un trapo y me acerqué a ella rodeando la isla. Tomé el abrigo que cargaba en sus manos y estaba húmedo por la nevada y luego llevé mi mano hasta su cabello para quitar algunas gotas que habían quedado flotando en las hebras rojas.
ꟷ¿Tienes frío?
ꟷUn poco.
ꟷ¿Quieres ducharte? La comida estará lista en unos minutos, pero creo que puedo demorarla.
ꟷ¿Tú has cocinado? ꟷpreguntó casi anonadadaꟷ. ¿Desde cero?
No me sentí ofendido por su pregunta.
ꟷAsí es. ¿De dónde crees que proviene este maravilloso aroma?
ꟷDe la comida de un restaurante que estabas calentando.
Reí al escucharla y ella me dedicó una mirada de disculpa. Podía verse muy adorable cuando adoptaba esa mirada, sus ojos transparentes parecían brillar y sus labios se curvaban en una sonrisa pequeña que me alborotaba el corazón.
ꟷ¿Te darás una ducha entonces?
ꟷNah, sobreviviré.
ꟷ¿Segura? Sería muy incómodo explicarle a tu familia que moriste en nuestra primera cita en Oxford.
ꟷUn abrazo podría funcionar.
No dudé en abrir mis brazos al escucharla y ella sonrió con felicidad antes de refugiarse en mi pecho. Acaricié su espalda y cabello mientras la estrechaba contra mí y me pareció escucharla olfatear mi ropa.
ꟷ¿Qué tal ha ido tu día? ꟷquise saber sin tener intenciones de dejarla ir.
ꟷ¿Sinceramente?
Bajé el mentón para observarla y me enterneció notar que había apoyado su barbilla en mi pecho para poder mirarme desde su altura. No fui capaz de contener el impulso de acomodar un mechón de su cabellera roja tras su oreja y besar su frente como el idiota enamorado que era.
ꟷSiempre puedes ser sincera conmigo, Kenz.
ꟷFue fatal.
ꟷ¿La causa fue tu padre?
ꟷSí ꟷcontestó con desagrado.
ꟷ¿Quieres hablar de eso?
Asintió y me vi obligado a dejarla ir cuando escuché la campanilla del horno sonar.
ꟷToma asiento, traeré la comida.
ꟷ¿Necesitas ayuda?
ꟷClaro que no, Kenzie. Lo tengo cubierto.
ꟷNo te manches ꟷme pidió acomodando mi sweater gris claro y recorriendo la lana con las manos.
ꟷLo intentaré.
Le dediqué una última mirada antes de volver a la cocina -no sin antes dejar su abrigo en una de las banquetas- y terminar de acomodar la comida sobre una fuente. Debía admitir que se veía estupendo y el olor era maravilloso, esperaba que el sabor también fuera increíble. Nuevamente le debía un agradecimiento gigante a Tyler por haberme explicado pacientemente el procedimiento, cualquier otra persona me habría cortado la videollamada al segundo.
ꟷVaya, parece salido de un libro de cocina ꟷadmitió con sorpresaꟷ. Y huele genial.
ꟷGracias.
Serví las presas de pollo, así como las verduras en los platos y luego hice lo mismo con la ensalada. Finalmente, tomé asiento frente a ella y le dediqué una sonrisa animada.
ꟷ¿Ya puedo comenzar a comer? ꟷindagó sin despegar la mirada del plato humeante.
ꟷNo.
Levantó la cabeza rápidamente y frunció el ceño con confusión.
ꟷ¿Tenemos que bendecir los alimentos? Creo que me sé una oración.
ꟷNo. ꟷReíꟷ. Pensaba pedirte un beso ya que no te he visto en todo el día.
ꟷEsa es una gran petición, ¿sabes?
Posó sus manos sobre la mesa y se inclinó hacia delante estirando sus labios. Hice lo mismo que ella y cerré los ojos cuando mi boca hizo contacto con la suya. La besé con tranquilidad, sin apuro, saboreando el momento y disfrutando la suavidad de su piel y el leve aroma floral que emanaba de su ropa.
ꟷYa puedes comer ꟷle indiqué al separarme.
ꟷUno más ꟷpidió.
No necesité más para volver a besarla, con mayor ritmo esa vez, y estiré mi mano para alcanzar su rostro y sostenerla cerca de mí.
ꟷ¿Podemos dejar la comida para más tarde?
ꟷNo.
A pesar de que quería reír por su pregunta y apretar sus cachetes cuando esbozó un puchero al oír mi respuesta, me eché para atrás y serví limonada en nuestras copas.
ꟷ¿Quieres hablar de tu almuerzo con tu padre?
ꟷVaya forma de arruinar el romance ꟷbufó.
ꟷEstoy siendo una cita atenta.
ꟷPodrías ser una cita atenta besándome.
ꟷDesperdiciaríamos la comida y me siento muy orgulloso del resultado.
ꟷError, la comeríamos más tarde.
ꟷPero no tendría el mismo sabor ꟷdiscutíꟷ y se resecaría.
ꟷTouchè.
Le indiqué con el tenedor en mano que comenzara a comer y ella no tardó en seguir mi consejo. Cortó un trozo de muslo, tomó un trozo de zapallo y se llevó ambas cosas a la boca. Kenz abrió sus ojos de par en par mientras masticaba y señaló emocionada el plato frente a ella.
ꟷEsto está increíble.
ꟷ¿Si?
Asintió con entusiasmo y se llevó otro bocado a la boca. Imité su acción y me sentí increíblemente bien al notar que ella no mentía. ¡Había preparado una comida elaborada y había quedado genial!
ꟷTendrás que repetir esto.
ꟷCada diez de enero.
ꟷMejor cada diez de cada mes.
ꟷMe parece un trato justo.
Mientras comíamos nuestros platillos, Kenzie me comentó sobre su jornada con su padre y todo lo que le había hecho sentir. Habló sobre su graduación, lunes de hamburguesas, las dudas que su padre tenía hacia ella y lo mal que la hacía sentir saberse insuficiente. Me encargué de escucharla con atención y hacerle saber que no importaba lo que opinara su padre, ella era más que suficiente; no obstante, sabía que mis palabras no tenían el mismo peso que las de Charles Dankworth y no podía culparla.
ꟷEncontrarás un plan B para estudiar ꟷle aseguréꟷ y te ayudaré en todo lo que necesites.
ꟷ¿Me ayudarías a robar un banco?
ꟷDudo que pueda ser muy útil, pero cuenta conmigo.
Sus labios se curvaron hacia arriba y volvió a inclinarse hacia adelante para pedirme un beso sin emitir palabras. Y no había manera en que me negara a su petición.
ꟷIré por el postre ꟷle informé.
ꟷÉsta debe ser la mejor cita del mundo.
Deposité mi servilleta sobre la mesa y me apresuré hacia el refrigerador para buscar las copas con mouse de chocolate y fresas bañadas. No había tenido tiempo para hacerlo desde cero y había optado por la preparación de la cajita, esperaba que tuviera buen sabor.
ꟷ¿Quieres casarte conmigo? ꟷsoltó al ver las copas.
ꟷ¿Me hablas a mí o al postre? ꟷbromeé.
ꟷA ambos.
ꟷ¿Quieres ir al sofá?
Se puso de pie rápidamente como respuesta y me siguió hasta el sillón. Se acomodó y recibió gustosa el mouse que extendí en su dirección.
ꟷDale las gracias a Tyler de mi parte.
ꟷ¿Por qué?
ꟷPor la comida.
Solté una carcajada baja y ella me señaló con la cuchara.
ꟷ¿De verdad creíste que tu mejor amigo no me haría saber que te había ayudado?
ꟷLo acusaré con Emma.
ꟷ¿Quieres saber qué más me dijo?
ꟷPor supuesto.
No había manera en que no quisiera conocer lo que mi pervertido y bromista amigo le había dicho a Mackenzie. Ella buscó su móvil y sin dudarlo lo extendió en mi dirección.
ꟷPuedes entrar a la conversación, ya sabes la contraseña.
Hice lo que me pidió y rastreé el comienzo de los mensajes para entender el contexto. Ty no le había especificado cuándo yo le cocinaría a Kenz, lo cual era bastante considerado; sin embargo, lo que no era considerado ni educado era el mensaje que le había seguido.
Se merece una mamada como mínimo.
Quizás dos.
Iba a matarlo.
ꟷEs un idiota ꟷdije al terminar de leer.
ꟷNo lo discutiré.
ꟷ¿Te gustó? ꟷseñalé el postre para que entendiera a qué me refería.
ꟷEs asombroso, espero que quede más.
ꟷEn la heladera, ¿quieres que vaya por él?
Negó con la cabeza y saboreó sus labios. El movimiento de su lengua recorriendo la piel rosada de su boca me resultó hipnótico y no pude apartar la vista incluso cuando sonrió con diversión.
ꟷ¿Qué sucede?
Dirigí la mirada a mi copa casi llena y luego hacia el lindo rostro de la muchacha frente a mí. Al demonio, podía comer mouse en otro momento.
Dejé la copa sobre la mesa de café con un sonido sordo y sin demorar más, posé mi mano sobre su cuello y la atraje hacia mí. La escuché jadear por la sorpresa contra mis labios, aun así, no le llevó más de unos segundos recuperarse y apoderarse de mi boca con esa pasión arrolladora que la caracterizaba. Sentí el chocolate en su piel y el sabor se intensificó cuando llevé mi lengua al interior de su boca.
Deslicé mi mano libre hacia su cintura y le di un ligero apretón que la hizo estremecer. La sensación de su cuerpo moviéndose ante mi contacto fue más de lo que mi mente esperó y sentí un calor abrasador recorrer mis venas. Mackenzie no dudó en rodearme con sus brazos y ladear la cabeza permitiéndome intensificar el beso, tampoco se quejó cuando la subí a horcajadas sobre mí y saboreé cada rincón de su boca.
Me separé para tomar aire y escuché su respiración agitada que hizo bailar su pecho irregularmente. Deposité un beso sobre su mejilla y otro sobre la comisura de sus labios, la observé cerrar los ojos y sonreír cuando mis manos encontraron un camino bajo su camiseta y acariciaron la piel de su estómago. Besé su barbilla y luego me dirigí hacia su oreja, no pensaba detenerme a menos que ella me lo pidiera y Kenz no parecía estar lista para pedírmelo. Avancé por su cuello, presioné mis labios sobre cada centímetro de su piel expuesta y ahogué una exhalación cuando movió sus caderas sobre las mías, acomodándose.
ꟷEl voto de castidad ꟷrecordé de pronto.
ꟷQue le den.
ꟷKenzie.
Me tomó por las mejillas y me obligó a mirarla. Sus ojos transparentes contenían un fuego seductor y su cabello rojo la hacía ver como un ángel que me conduciría a mi perdición.
ꟷHicimos ese voto en una situación desesperada.
ꟷY lo romperemos en otra situación desesperada.
ꟷComo debe ser.
ꟷNi siquiera tengo condones ꟷrepuse.
ꟷHay muchas cosas que se pueden hacer sin condones.
Para probar su punto, se puso de pie y anudó su cabello en un moño desprolijo. La observé con sorpresa cuando se arrodilló ante mí y tuve que usar toda mi fuerza de voluntad para saltar al otro lado del sofá.
ꟷNo sabes cuánto deseo esto, Kenz, pero no quiero que suceda así.
ꟷ¿Así cómo?
Se puso de pie y colocó sus manos en jarra. No se veía muy feliz por la distancia y, a decir verdad, compartía el sentimiento.
ꟷEn nuestra primera cita.
ꟷSegunda cita.
Ella estaba en lo cierto y lo sabía.
ꟷPodemos esperar un poco más, al menos hasta que haga la pregunta.
ꟷ¿Qué pregunta? ꟷLa confusión inundó sus palabras.
ꟷLa que contiene la palabra "novia".
Su mirada se ablandó al oírme y tuve que contener la necesidad de estrecharla en mis brazos y besarla. El deseo aún quemaba mis entrañas y recorría mis venas como lava ardiente, si me acercaba a ella enviaría todas mis convicciones a la basura.
ꟷ¿Planeas esperar mucho para hacer la pregunta? ¿Puedo hacerla yo?
ꟷNo, no puedes.
ꟷ¿Por qué?
ꟷPorque tú te confesaste primero, quiero poder contribuir a nuestra relación de algún modo.
ꟷTe doy dos citas más ꟷme avisóꟷ. Una cita por semana, si no haces la pregunta, la haré yo.
ꟷLa haré.
ꟷAhora ve al baño o tápate eso.
Señaló mi entrepierna y no necesité más para entender a qué se refería. Demonios, vaya fuerza de voluntad que había reunido.
ꟷVuelvo en unos minutos.
ꟷNo te apures.
Se dejó caer en el sofá y soltó un largo suspiro. No era la única frustrada y sabía que si mi amigo de allí abajo fuera capaz de hablar me dedicaría un sinfín de maldiciones.
A pesar de que mi cuerpo no estaba del todo de acuerdo con mis palabras, estaba convencido de que no iba a romper el voto tan rápido. Quería que Kenzie se sintiera especial, quería que notara lo mucho que significaba para mí y que me había enamorado de todo su ser, no solo su físico. Dos semanas era un buen plazo para dar el paso y estaba ansioso por la llegada de ese día.
¡Buenos días, habitantes de Rose Valley! ¿Cómo están? ¿Qué tal su fin de semana? Espero que muy, muy bien.
Ay, Theo quiere ser un caballero y Kenzie quería el sin respeto. Es tierno, ¿no? Y también algo que haría solo él.
¿Qué creen que sucederá en los próximos capítulos? ¿Cómo imaginan que será el noviazgo entre estos dos?
Muchísimas gracias por todo su apoyo y amor, intentaré responder hoy todos sus comentarios. ¡Las amo! Les deseo un bello día y una increíble semana.
MUAK!
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