Parte única.
Recuerdo aquellos tiempos donde éramos doce chicos en busca de sus sueños, debutando en el mundo de la música y de la fama. Tiempos llenos de promesas, de metas por alcanzar todos juntos.
Todos juntos...
Algunas historias suelen repetirse, la motivación muere y los sueños dejan de tener sentido por diversos factores.
Fuimos felices estando todos arriba del escenario, dándolo todo para a esas personas alrededor del mundo que nos apoyaban de manera incondicional sin importar qué, que nos dieron la vida como grupo, que nos llevaron a la cima en su momento para brillar como si fuésemos cada uno una estrella.
Incluso a estas alturas del partido el insomnio me gana algunas noches y termino pensando en qué pasó realmente para que Yifan, el detonante de todo, haya tomado la decisión de irse, de separarse, de terminar el sueño ideal en el que vivíamos.
Recuerdo acongojado el llanto de Tao el día en el que Yifan se marchó, cómo Yixing y Luhan fueron a abrazarle y terminaron los tres rompiendo en llanto mientras se aferraban entre ellos en un intento de abrazo consolador.
Todos terminamos llorando también ante tal atormentada imagen y al final de la noche nos abrazamos entre los once, claramente en vano intentando de juntar las piezas de nuestros corazones rotos o simplemente brindarnos el calor que de pronto comenzó a desvanecerse de nuestras vidas.
Puedo sentir aún los temblorosos brazos de Lu estrechar mi espalda, desahogándose con la cabeza escondida en mi pecho mientras me sentía tan impotente al no poder hacer nada más que ser su amigo, su amante y su mayor consuelo.
Nadie lo dijo, pero ese día todos nos rompimos y EXO dejó de ser lo que en un comienzo era.
Días grises y deprimentes siguieron, Baekhyun fue el que más se acercó a Tao y le brindó su hombro para que pudiese llorar todo lo que quisiera, cosa que sucedió y nos quebró el corazón un poco más.
Luhan decía en cámaras que se aguantaba las lágrimas porque era un hombre cuando en realidad se encerraba por horas en el baño y así saciar su pena en soledad.
Fueron tiempos horriblemente difíciles, pero aquello no se comparaba con todo lo que vendría meses después.
Luhan enfermó y joder, más preocupado no me podía sentir.
Pálido y débil llegaba hasta su cama para apenas hacer el esfuerzo de taparse con las cobijas, acto que yo estaba más que encantado de hacer a la vez que me metía a su lado y lo abrazaba por la espalda, hundiendo mi nariz en su cabello para deleitarme una noche más con ese peculiar y lindo aroma que desprendía.
-Tengo olor a vómito, Hunnie -decía a susurros y con voz ronca-, aléjate.
-Quiero despertar y verte entre mis brazos.
-Por favor...
-No, Luhan -lo presionaba más a mi cuerpo y escuchaba los adorables ronroneos involuntarios que sólo yo le podía causar-, no me alejaré
Y no hacía falta insistir tanto, porque apenas sonaba tajante él se encogía y se acurrucaba contra mí, soltándome balbuceos en chino y de los cuales lo único que podía entender era "Wǒ ài nǐ".
Pese a que él no lo estaba pasando muy bien, fueron mis noches preferidas debido a su dependencia a mí, de cómo buscaba refugio en mi calor y me abrazaba para no volver a soltarme, como si temiera que yo me fuera en cualquier momento.
-No quiero separarme de ti -lloraba-, por ningún motivo dejes que nos separen, Hun.
Era mi hyung y verle tan vulnerable y roto me destruía. La sonrisa que siempre solía regalarle a todos ya no hacía acto de presencia y, por más que intentáramos, nada daba resultado.
El paso del tiempo no fue para mejor, aunque él mejorara -o aparentara hacerlo- lo sentía distante, bastante ido en los ensayos para los conciertos y demasiado silencioso.
Y todas mis sospechas se hacían realidad cuando le preguntaba qué le sucedía y él solamente decía que estaba un poco agotado, evitando que siguiera preguntando con un beso ferviente y desbordante de lujuria.
Todas esas veces que hacíamos el amor, él se daba la vuelta y no me quedaba más remedio que abrazar su espalda. Y eso que antes era él quien buscaba mi mirada y me regalaba un último beso antes de apoyarse en mi pecho y quedarse dormido.
Hasta el día de hoy también me pregunto cómo no anticipé lo que sucedería una vez que el manager anunció que Luhan no podría ir a algunos conciertos por un deterioro de su salud.
Debí haber visto las imperceptibles señales que Lu mandaba, tal y como era su mirada melancólica y las noches en las que se develaba hablando con algún miembro del grupo. No obstante, me cegué y confíe en ese amor que cada día me seguía entregando sin cambio alguno, igual de genuino y emocionante que en un comienzo.
Fue una noche, durante los últimos conciertos, cuando llegó de la mano con Yixing y nos pidió reunirnos. No cruzó mirada ni conmigo ni con nadie y aquello sólo me impacientaba, incluso dejando atrás los celos que me dieron al verle tan cerca de Yixing.
-Debo decirles algo -murmuró lo suficientemente algo para que todos escucháramos-, pero antes de hacerlo quiero pedirles perdón.
Gruesas lágrimas bajaron por sus mejillas y todos nos alarmamos.
-Lulu, si es sobre tu homosexualidad ya lo sabemos -intentó bromear Jongdae. Creo que fui uno de los pocos que pudo apreciar el deje de desesperación en su mirada-. Últimamente tú y Sehun no han sido tan precavidos a la hora de follar.
Una risa floja salió, sin embargo, no nos tranquilizó. No, imposible con lo que reflejaban sus cristalinos ojos cuando levantó la cabeza y nos miró a cada uno con detenimiento.
Si tan sólo hubiese sabido que nos estaba inmortalizando en lo más profundo de su ser....
-Me iré del grupo.
Cuatro cortas palabras que nos destruyeron una vez más, cuatro palabras punzantes como lanzas directas al corazón, cuatro palabras que detuvieron mi mundo por completo.
Podría haber pensado que se retiraba temporalmente hasta que su salud estuviera mejor o que no asistiría a ninguno de los conciertos restantes, todo menos lo que en realidad dijo. Todo menos que se iría, que dejaría de ser parte de EXO, que nos dejaría atrás junto a todas las promesas de mantenernos unidos para fortalecernos y sobrellevar la partida de Yifan.
Un mundo de posibilidades y de opciones que dejaban de existir con una despedida anunciada.
Fue tal estado de shock en el que me sumergí que evité verle la cara por muchos días hasta los dos últimos conciertos en China, sus dos últimos conciertos.
Me cambié de habitación y con el corazón frío ignoré sus débiles llamados a mi puerta, rogando entre lágrimas que habláramos o que al menos estuviésemos juntos sin decir nada, pero con la compañía del otro.
Si no hubiese sido tan inmaduro quizás habría podido disfrutar de nuestros últimos momentos juntos, perderme en su suave piel y en esos orbes avellanados, memorizar nuevamente cada lunar y cada marca que llevaba consigo.
Hacerlo mío por última vez.
Pero no, aquello jamás pasó.
Con arrepentimiento recuerdo sus ojitos llorosos su último día sobre el escenario de Beijing, a Yixing abrazarle y no soltarlo hasta el final, su mirada de tristeza cada vez que nos cruzábamos y como las fans aclamaban su nombre con emoción.
Todos esos recuerdos me torturan cada noche, recuerdos que me marcaron y que claramente jamás podré olvidar.
Sin embargo, el que siempre recordaré abrumado es el último "Wǒ ài nǐ" que me dedicó antes de abrir la puerta y salir en un viaje sin retorno, llevándose sus cosas y mi corazón.
Esa noche entré a la habitación que solíamos ocupar, el silencio sepulcral encerrado entre las cuatro paredes siendo roto por el eco de mis pisadas mientras observaba sin ánimos la cama estirada y, curiosamente, un pequeño sobre a mi nombre escrito con su inusual caligrafía.
Esa primera y última carta que recibí de él la he leído tantas veces que hasta puedo recitar oraciones de memoria.
"Hay una frase bastante peculiar rondando por allí y dice:
"Al mirar las estrellas, en realidad estás mirando hacia el pasado. Muchas de las estrellas que vemos por la noche ya han muerto. Al igual que tus sueños".
Bien, mi pequeño Hun, quizás vivimos en la ignorancia y nos quedemos con esta expresión. Pero, ¿sabes? Es errónea.
No todas las estrellas que ves están muertas.
Y eso es porque con sólo verte puedo afirmarlo.
¿Nunca has sentido curiosidad por el resplandor de las estrellas? Yo sí, muchas veces. Te he visto brillar a ti y a los chicos por tanto tiempo que es algo fascinante. Yifan y yo también brillamos, pero nuestra luz se irá apagando mucho más rápido que la de ustedes, claro está.
Ridículamente puedo usar esto como analogía para nosotros los caídos, pues estamos dejando nuestro esplendor y todos creerán que hemos muerto como estrellas ante semejantes creencias o mal manejo de información, como quieras llamarle. Pero no hemos muerto ni moriremos en mucho tiempo.
Hemos dejado nuestro esplendor en EXO como una huella y anhelo que nos recuerden gratamente y no con tristeza, pues, cuando el tiempo lo diga, aquel resplandor se atenuara hasta desvanecerse y surgirá en donde sea que estemos, brillando a nuestra manera.
Sabes que las despedidas no son lo mío y por ello he decidido escribir esta estupidez de estrellas en vez de palabras que te harán llorar más que esto.
En fin, te amo tanto, mi pequeño Hun, y ojalá algún día perdones a este pobre viejo chino.
Quizás algún día también nos reencontremos y si ese no es el caso... sólo te deseo la mejor de las suertes.
Wǒ ài nǐ, Wú Shì Xūn.
Siempre tuyo, LuHan. "
Motivados por nuestras fans pudimos superar nuestra segunda pérdida, teniendo un momento efímero donde las cosas volvían un poco a su orden natural, a lo que siempre tuvo que ser. No había muchas sonrisas, sí, he de admitirlo, pero nos sentíamos más unidos que nunca ante las ganas de seguir con lo que nos propusimos en un comienzo de nuestra carrera.
Un nuevo disco, la segunda parte de EXOPLANET y otra noticia que finalmente nos hizo caer en cuenta de una inminente verdad: EXO ya no era lo mismo.
Tao la había estado pasando muy mal y, de alguna manera, me alivió que se fuera porque, desde que Luhan y Yifan lo hicieron, él ya no era el mismo.
Recordando la carta de Lu, puedo decir que el resplandor de Tao estuvo a punto de apagarse estando en el grupo.
Y aquel fue el último hasta entonces.
Tuvo que pasar eso para replantearnos el camino que estábamos siguiendo. Hubieron noches largas en las que hablábamos y llorábamos recordando viejos tiempos, haciendo un borrón y cuenta nueva para escribir un nuevo camino con nuevas promesas y nuevas metas.
EXO renació y pudimos volver a la cima gracias al amor de las fans y el apoyo mutuo entre nosotros.
En los conciertos, hay veces en las que vemos letreros con los nombres "Kris", "Luhan" y "Tao", y en vez de melancolía, sonreímos sin más; recordando lo bueno de aquellas tres personas que estuvieron con nosotros desde un comienzo, pero que en el camino decidieron seguir otros rumbos.
Como decía la carta de Luhan, el resplandor de ellos seguía aún y creo durará por muchos años, pero cada vez se atenúa más y más, mas sin extinguirse del todo.
Los chicos consiguieron otro resplandor en el país vecino, un resplandor diferente al que aún quedaba aquí, y todos nos sentíamos felices por ellos porque el rumbo que escogieron fue largo y doloroso, pero aun así llegaron a donde están situados ahora.
No volví a hablar con Lu porque simplemente hay cosas que toman su tiempo y mis heridas aún están cicatrizando.
Eso no significa que no esté al pendiente de lo que hace. Tengo muchas de sus canciones en mi móvil, aunque no entienda ninguna sola palabra de lo que canta, pero aquello no es relevante cuando se trata de mi pequeño ciervo, del viejo chino que aún tiene entre sus manos el corazón que me arrebató el día que partió a su propio destino.
Confío en las palabras escritas en su carta y que algún día nos podamos reencontrar.
Y si no, me aseguraré yo mismo de que así sea porque, al igual que el resplandor de las estrellas, la esencia de nuestro amor no murió y no creo que lo haga en un largo tiempo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro