⋆07⋆
El día de la boda...
La puerta se abre y aparece una mujer de figura esbelta, Lisa, la prima de Lara.
—¿Qué haces aquí maldita perra? — habla la novia en un tono para nada amigable.
—Ay primita, pero si eres de mi misma raza, he venido a felicitarte por la boda. —dice Lisa, la rubia, en un tono más relajado de lo normal.
—Pero si es que la envidia crece en tí primita. Mírame, en menos de una hora me cansaré con el hombre que tanto deseas, y seré Kim Lara de Jeon. Dime ¿qué se siente perder? —Expresa con arrogancia y victoria, mirando a Lisa de arriba abajo deslizando su mano "distraídamente" por su cuello.
Rápidamente la mirada se Lisa se dirige allí. Un hermoso collar de perlas descansaba en el cuello de la novia. Internamente ardió de rabia, era la preciada joya de la Señora Jeon, la madre del hombre que tanto quería para ella. ¡¿Y se lo digo a la maldita de Lara!?
Aún así no mostró su enojo sabiendo que su amada prima solo quería sacarla de quicio. Toma una respiración y comenta muy tranquila:
—No todo está perdido primita, quién sabe si ocurra algo y no se efectúe la boda. ¿Quién sabe si Jungkook no te vuelve a ver?
—Eres lamentable, deja de crear ideas fantasiosas en tu mente y acepta de una vez por todas que nunca vas a ganar.. que nunca me ganarás —se corrige.
>>—¿Te recomiendo un psicólogo? —esa fue la respuesta de Lara, pagada de ella misma.
—Yo tú no estaría tan segura Lara, aún no te veo diciendo el "si acepto" en el altar y con un papel firmado.
La nombrada sólo puede reír escandalosamente.
—Eres tan graciosa —limpia sus falsas lágrimas —¿Acaso no vez la realidad? ¿Perdiste la cuenta de cuantos novios te he quitado ya? Siempre serás la segundona que vive tras mi sombra, todo hombre que tú quieras, primero lo tengo yo comiendo de mi mano ¿Crees que será la excepción esta vez? Por favor.. ríndete de una vez. —Lara vuelve a reír, era tan divertido las ideas estrafalarias de la rubia.
Lisa ya encolerizada sin poder seguir soportando esos hirientes comentarios pasa su bolso hacia la otra mano y con la que quedó libre agarra el vaso de cristal. Pero en vez de tirarlo y romperlo solo pasa sus dedos alrededor del borde y lo deja en la mesita otra vez con furia. Ya en la puerta de la habitación, vuelve a mirar a Lara y habla:
—Justamente hoy perderás lo que más quieres.
Lara ríe y contesta con maldad:
—No querida, ya lo tengo —mueve su mano diciéndole adiós con una expresión malvadamente inocente mientras murmura —Bye bye...
—¡Muere perra!¡Te odio! —grita muy enojada la rubia desapareciendo del lugar.
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