5
Reescrito.
Yoongi se hallaba sentado en el sofá de la sala esperando a Hoseok para poder irse al hospital. Había desayunado y se había duchado perfectamente, esa se había convertido en su rutina diaria desde el incidente del pequeño. Habían pasado cuatro días desde que había matado a doce personas de un tiro, y luego de eso había dedicado toda su atención a Jimin, quien, por cierto, aún no daba señales de querer despertar.
Si bien el doctor dijo que "el despertar" no sería inmediato, comenzaba estresarse, ya que ese "despertar" ni siquiera parecía haber comenzado aún.
La imagen de Hoseok entrando a la sala con las llaves del auto captó su atención y enseguida se puso de pie para salir de la mansión.
—Taehyung me llamó, al parecer Jimin está reaccionando un poco más fuerte a los estímulos. —El pelirrojo habló subiéndose al auto.
Yoongi suspiró con alivio y se subió al lado de copiloto.
Después de todo, él tenía fe en que su pequeño despertaría. Sabía que lo haría.
Jungkook estaba sentado en la silla a un lado de Jimin acariciando su mano mientras miraba fijamente su rostro. La ansiedad lo invadía como todos esos días después del accidente qué los había llevado a estar en esa situación. Físicamente Jimin no parecía sentirse mejor, estaba más pálido de lo normal, había oscuras ojeras debajo de sus ojos a pesar de que estuviese dormido y cada vez parecía un poco más lejano a todos, lo que comenzaba a asustarles.
Sentía una presión en su pecho, quería hablar, pero a pesar de que Jimin probablemente no lo escucharía, o luego no lo recordaría, estaba nervioso. Suspiró pesadamente acariciando su cabello, qué en ese momento carecía de brillo, acarició sus mejillas y cerró los ojos ante los pensamientos que lo abrumaban.
—Hola, Jiminnie —Su voz salió en suspiro cansino—. No sé si vayas a recordar esto, o si al menos estés escuchando —hizo una pausa para tomar aire—... P-Pero hace un par de días, he escuchado a Namjoon hablando con alguien... Ese alguien era mi padre, o eso creo... La cosa es... Qué somos hermanos. O eso parece —suspiró frustrado y pasó sus manos por su rostro—. No creas que la idea me molesta, al contrario... Estoy totalmente bien con eso, me alegra mucho, pero tengo muchas dudas acerca de cómo es eso posible. Y estoy un poco avergonzado, porque si eso es así, quiere decir que nosotros hemos tenido incesto... ¡Oh por Dios! —exclamó. Sus mejillas de enrojecieron y dejó escapar una risita—. Aparte, tú me gustabas mucho y... No sé, esto jamás hubiese pasado por mi cabeza. Lo primero que quiero que hagas cuando despiertes, es que nos hagamos una prueba de sangre, esto debemos confirmarlo sí o sí.
Sus manos envolvieron la de Jimin acariciándole con suavidad, pudo sentir su mano moverse un poco más fuerte y sonrió, si esto no era un motivo para despertar, entonces no sabía que era. La puerta de la habitación se abrió dejando ver a Yoongi, haciendo qué se levantara enseguida y saliera de la habitación sin siquiera mirarlo, sintiéndose levemente intimidado.
Taehyung esperaba afuera por él y apenas lo vio tomó su mano y besó sus labios antes de jalarle por el pasillo que daba al cafetín del hospital. —Vamos a desayunar, no has comido nada.
Jungkook asintió suavemente ante las palabras de Taehyung con una sonrisa. Era increíble lo mucho que había mejorado su relación, se sentía amado por primera vez en su vida, y comprobó que Taehyung era su enfermedad, pero también era la cura.
El pelinegro observó a Jimin durante unos segundos y luego se sentó en la cama con cuidado de no aplastarlo, lo miró con pesar, sintiéndose ya agotado de esa rutina.
—Estoy cansado de esta mierda, Jimin... —El pelinegro cerró sus ojos—. No he dormido nada, parezco una jodida alma en pena, no he dejado de pensar y si no estás a mi lado se me hace imposible conciliar el sueño, estás matándome lentamente mocoso, y si no despiertas pronto no sé qué será de mi —Yoongi cayó durante unos segundos—. Si el primer día extrañaba tu risa, ahora siento que me volveré loco por no escucharla, necesito ver tus ojos, mocoso, esos ojos qué me devolvieron la vida y me atraparon por completo.
Probablemente era la primera vez en su vida que estaba siendo tan abierto con sus sentimientos, él normalmente era de los que sólo decían lo necesario, respondía si le preguntaban y ya está, jamás se imaginó que alguien lo haría hablar sin cesar pero ahí estaba, mirando al techo tratando de tragar el nudo en su garganta mientras suplicaba silenciosamente por una respuesta.
—Despierta, Jimin. De verdad lo necesito, me estoy ahogando, la oscuridad está consumiéndome de nuevo, tu ausencia me está desgarrando el alma... —Yoongi limpio las lágrimas que habían salido de su mejilla sorprendiéndose a sí mismo—. Ahora estoy llorando —su voz sonó más gruesa y pastosa debido a las lágrimas—. Supongo qué es debido a la frustración, de verdad me siento solo y, había olvidado como se sentía eso... Te necesito de nuevo, vivo. Porque aquí, pareciera incluso que no lo estás... No se cuanto más debo esperar, pero lo que más me frustra es que no ha habido ni siquiera un cambio desde el primer día —rio bajito—. Sí tu estuvieras despierto, no hablaría tanto, tú ni siquiera me dejas hablar.
Miró al suelo fijamente, sintiendo esa conocida presión en su pecho, se sentía angustiado, su paciencia estaba llegando al límite y sentía que estaba a un paso de perder el control. Jimin era su motor, lo necesitaba para poder seguir, eran uno solo, dependían del otro si querían avanzar... El corazón de Yoongi estaba desgarrado, sentía ese frío interior en todo su cuerpo haciéndolo temblar, sentía la oscuridad envolverlo, sentía esa sensación de perder lo que consideraba suyo.
—Debes despertar, Jimin... Porque luego caeré yo y entonces ¿quién nos levantará?
Las palabras del pelinegro se vieron interrumpidos por una cabellera rubia que asomó tras la puerta, Yoongi se sorprendió al ver a Seokjin ingresar dentro de la habitación y de repente se sintió nervioso.
—Hyung. —Yoongi se sorprendió a sí mismo siendo formal y tuvo que morder su lengua para no decir algo más.
—Hola, Yoongi. ¿Podrías dejarme a solas con Jimin? —El rubio se sentó en la silla junto a la cama y Yoongi asintió suavemente saliendo de la habitación.
El mayor suspiró apenas Yoongi salió y miró a Jimin examinándolo lentamente, sorprendiéndose ante lo mucho que había cambiado desde la última vez que lo había visto, y ahora más estando enfermo.
—Hola, bebé. No sabes lo mucho qué te extrañado... Y para mi sorpresa, cuando le dije a Namjoon que quería hablar contigo y me dijo que estabas en el hospital desde hace una semana, me hizo sentir culpable. Lamento haber sido tan orgulloso, Jimin. Lamento haber fallado con mi promesa y no haber estado para ti cuando lo necesitaste —Las lágrimas de Seokjin rodaron incesantes por su rostro—. No sabes lo mucho que me duele verte en este estado, y lo único que quiero es que despiertes para poder abrazarte y decirte lo mucho que te quiero y lo mucho que te extrañé. No importa si quieres estar con Yoongi, yo te apoyaré. Te apoyaré en todo lo que quieras, Jiminnie, lamento haberte dejado de lado.
El mayor acarició las mejillas de Jimin y besó su frente con cuidado, no notando la forma en que los parpados de Jimin se movían y sus puños se apretaban, respirando incluso aún más agitado cómo si estuviese teniendo una pesadilla.
Por otro lado, el pelinegro estaba en la sala de espera hablando con Hoseok y observando al doctor que atendía a Jimin revisar algunos papeles. Cada persona en el hospital ya era conocida para ellos, ya que tanto tiempo allí los había llevado a familiarizarse con todos. Taehyung y Jungkook se hicieron presentes en la sala tomados de la mano y riendo, Yoongi sonrió, al menos alguien tenía motivos para sonreír.
— ¡Doctor! ¡Doctor! ¡El joven Park está despertando! —La voz de una de las enfermeras captó su atención y enseguida todos se pusieron de pie.
El médico abrió los ojos con sorpresa y enseguida siguió a la enfermera hacia la habitación de Jimin, los chicos hicieron lo mismo, dejando que solo Yoongi y Jungkook entrarán a la habitación.
Seokjin sostenía la mano de Jimin mientras este respiraba agitadamente y luchaba por abrir los párpados removiéndose un poco. El doctor lo observó cuidadosamente y midió su presión observando los aparatos a los cuales estaba conectado. La mano de Jimin apretaba fuertemente la de Seokjin, que acariciaba su mejilla con cuidado.
Yoongi se quedó sin habla observando la escena ansioso, Jimin se relajó poco a poco, sus párpados temblaban debido al esfuerzo que hacía por abrirlos.
—Hazlo con calma Jimin, no te fuerces. —La voz del doctor habló suave en dirección a Jimin, quien dejó de removerse y luego de varios segundos que parecieron eternos, abrió los ojos lentamente.
Yoongi lucho por no correr hacia Jimin, y observó como este parpadeaba varias veces.
— ¿Puedes mover las manos? —preguntó el médico y Jimin abrió y cerró las manos lentamente en respuesta. El pelirosa se veía aturdido, trató de hablar, pero ninguna palabra salió de su boca.
—¿Quieres agua? —preguntó nuevamente el doctor y Jimin asintió lentamente relamiendo sus labios. El médico pasó un vaso con agua y Seokjin lo ayudó a beberlo. Jimin cerró los ojos luego de beber el agua y tomó varias bocanadas de aire.
Todos lo observaban impacientes, esperando a que volviera a abrir los ojos.
—H-Hyung... —La voz de Jimin salió en un susurro apenas audible mientras miraba a Seokjin, el mayor le sonrió y acarició su mano.
Hoseok y Taehyung entraron en la habitación y Jimin al instante frunció el ceño. Yoongi se acercó junto a Jungkook y Jimin miró a su hyung con una mueca de confusión.
— ¿Q-Qué hace Jeon Jungkook aquí? —Los ojos de Jungkook se abrieron con sorpresa— ¿Y quienes son ellos?
Jimin señaló a Yoongi, Hoseok y Taehyung haciendo que estos palidecieran al instante.
— ¿No los recuerdas, Jimin? —cuestionó el médico acercándose a Jimin.
— ¿Debería? —El ceño del menor se mantenía fruncido y Yoongi tenía la boca abierta aún debido a la sorpresa.
Jimin miró a Yoongi y sintió como un escalofrío recorría su espalda, de repente quiso salir corriendo sintiéndose inseguro. Yoongi trató de tomar su mano pero el menor la apartó.
—N-No me toque —Todos miraron al menor sorprendidos. —Usted me da miedo.
Y Yoongi sintió como su alma caía a sus pies.
¿Qué tan jodido estaba del 1 al 10?
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