24
Yoongi se hallaba sentado en el borde de la cama, sus ojos estaban fijos en el chico pelirosa qué acomodaba su corbata frente al espejo, haciendo muecas de fastidio ante la batalla que estaba teniendo con el nudo de la prenda.
El peliplata se levantó, posándose detrás de Jimin y observando sus ojos a través del reflejo en el espejo, el menor le sonrió y Yoongi se tomó el tiempo para examinar su cuerpo, empezando por sus dedos qué luchaban con el nudo de la corbata, sus nudillos aún estaban rojizos, un poco más cicatrizados, pero todavía con pequeñas marcas y finos cortes. La cintura de Jimin lucía más pequeña debido a lo delgado qué estaba al igual que sus muslos que habían perdido algo de volumen, sin embargo, seguía siendo igual de hermoso ante los ojos de Yoongi.
Los fanales del menor brillaban cada vez que se encontraban con Yoongi, examinándolo completamente embelesado, mirándolo con amor, aun sabiendo las miles de cicatrices qué habían debajo de aquel traje, física y emocionalmente. Pero Jimin era incapaz de sentirse incomodo o de contener su sonrisa si Yoongi lo miraba de esa manera, como si no hubiese nada malo y fuera el ser más hermoso del mundo.
Porque para Yoongi, Jimin seguía siendo Jimin, seguía siendo su mocoso, el que había devuelto la luz a su vida con sus brillantes ojos y sus cálidos abrazos, quien había derretido su corazón con su increíble personalidad y aquella sonrisa tierna.
Posó sus manos en los hombros de Jimin y le dio la vuelta para ayudarlo al fin con el nudo de su corbata, el pelirosa dejó sus brazos caer a los costados de su cuerpo observando fijamente el rostro de Yoongi, su ceño fruncido en señal de concentración mientras acomodaba la prenda alrededor de su cuello con dedos hábiles. Finalizó la tarea y tomó las mejillas de Jimin entre sus manos para acercarse y así besar fugazmente sus labios con cariño.
Jimin se dio la vuelta con la intención de observarse a ambos en el espejo, sus trajes eran iguales, a excepción de las corbatas qué eran de colores diferentes, la de Yoongi era de color negro y la suya gris, haciendo que contrastaran a la perfección.
―Todo parece un sueño, sinceramente no creí volver a estar con usted, hyung. ―Jimin tomó el brazo qué Yoongi mantenía sobre su hombro y lo acarició.
―Te dije qué siempre volvería por ti, Jimin. Siempre lo haré, para que vuelvas a mi lado, donde debes estar. ―Sus ojos se examinaban mutuamente con intensidad a través del espejo.
― ¿En qué momento se volvió tan cursi, hyung? ―Jimin se burló y Yoongi soltó una risita negando con la cabeza.
―En el momento en que tu comenzaste a sonreír a pesar de toda la mierda qué nos ha pasado. ―Yoongi acarició la mejilla de Jimin y este se dio la vuelta para verlo de frente.
―Resiliencia, hyung. ―Yoongi ladeó la cabeza con el ceño fruncido en señal de confusión ante las palabras del menor.
― ¿Qué es eso?
―Es la capacidad de un ser humano para adaptarse de manera positiva a situaciones adversas ―explicó Jimin y Yoongi prestó suma atención esperando a que el pelirosa continuara―. Significa que, aunque hemos pasado por muchas cosas, feas y traumáticas, seguimos luchando sin dejar que esos recuerdos se apoderen de nosotros, porque todo lo que pasa, es el precio para estar juntos, el precio de la felicidad, y yo quiero estar con usted, hyung, por eso, soy capaz de soportar todo y olvidar, si eso me garantiza qué estaré siempre a su lado. Porque nada es suficiente, nada es igual a este sentimiento abrazador que me consume cuando estoy con usted, nada es suficiente, si no es usted.
Yoongi no pudo evitar sonreír, sintiendo su estómago revolverse debido a las dulces palabras del menor, Jimin se abrazó a él, escondiendo su rostro en su pecho y aspirando el aroma de Yoongi mezclado con su perfume que tanto le gustaba, esa fragancia embriagadora qué lo había hecho caer desde el principio, el latir suave de su corazón que le había indicado que no estaba del todo muerto, que aún podía llegar a sentir un poco, aún podía salvarlo de toda la oscuridad qué estaba consumiéndolo.
El peliplata suspiró, tratando de detener el nerviosismo qué lo asalto de repente al recordar lo que iba a hacer, sus manos temblaron mientras se separaba un poco de Jimin para rebuscar algo dentro en sus bolsillos, el menor lo observó confundido, escuchando el bullicio en la planta baja indicando que los invitados de la boda ya estaban llegando. Escuchó las risas de los chicos en el pasillo, pero estas se callaron rápidamente cuando pasaron frente a la puerta abierta de la habitación.
Jimin comenzó a temblar en el momento en que Yoongi sacó una pequeña caja de terciopelo negro de su bolsillo, de repente su boca se secó y su corazón latió tan fuerte dentro de su pecho qué sintió que se estallaría, Yoongi sonrió.
―En todos mis años de vida nunca imaginé hacer esto ―Yoongi posó la caja frente a Jimin, abriéndola lentamente―. Al hacer esto estoy seguro de que no voy a arrepentirme, porque te has metido dentro de mí, Park Jimin. Te entregaste a mi totalmente y me salvaste, te quedaste conmigo en el infierno, me devolviste los sentimientos a pesar de que no quería, y ahora estoy seguro de que sin ti ya no vivo, por eso, quiero pasar el resto de mi vida contigo. Jimin.... ¿Te quieres casar conmigo?
Las lágrimas rodaron pesadas por las mejillas del pelirosa y rápidamente las limpió con su mano soltando pequeñas risitas nerviosas mientras luchaba por creer lo que estaba sucediendo. Su mirada iba desde Yoongi hasta el pequeño anillo de oro blanco y diamantes dentro de la cajita, temblaba incontrolablemente sintiendo que se desmayaría por todos los sentimientos que se habían acumulado en su pecho.
Asintió repetidas veces, abriendo y cerrando su boca tratando de decir algo, pero tenía las palabras atoradas en la garganta. Tomó la cajita qué Yoongi le ofrecía y luego lo abrazó por el cuello, susurrando repetidas veces "Sí, sí, sí". Yoongi abrazó a su pequeño con fuerza, sintiéndose plenamente feliz. ¿Dónde había quedado el asesino Min Yoongi?
Pues, ahora había quedado solo como una faceta de su persona.
Jimin se separó un poco y Yoongi aprovechó para sacar el anillo de la caja indicándole a Jimin que extendiera su mano, él obedeció y enseguida le ofrecio su mano izquierda al pelinegro para que este colocara la joya en su dedo anular, una vez listo lo examinó ya en su mano, ladeando su cabeza al notar las palabras grabadas alrededor de este.
― ¿"Qué separados"? ―preguntó Jimin alzando su vista para ver a Yoongi quién levantó su mano enseñando el anillo casi igual al de Jimin en su dedo.
El mayor señaló el mensaje en su propio anillo mientras leía.
―Mejor juntos ―Luego alzó la mano de Jimin―... Qué separados.
Jimin sonrió más grande si es que era posible y se inclinó para besarlo castamente, él correspondió al instante, tomando los labios del contrario entre los suyos para delinearlos con su lengua hasta qué Jimin entreabrió estos para dar paso a su lengua y así comenzó a explorar la cavidad del menor, saboreándolo y besándolo con amor, Jimin mantenía los ojos cerrados mientras se dejaba hacer, soltando pequeños suspiros en medio del beso, sintiendo las conocidas corrientes eléctricas y las miles de sensaciones que recorrían su cuerpo cada vez que Yoongi lo besaba.
Se separaron por falta de aire mientras se miraban a los ojos con intensidad, Yoongi tomó la mano de Jimin entre la suya y la alzó besando sus nudillos.
―Ya debemos salir ―habló Yoongi y Jimin asintió dejándose guiar por él hasta salir de la habitación.
Caminaron por el pasillo manteniendo sus dedos entrelazados y bajaron al salón observando como todos salían hacía el jardín, que era donde se llevaría a cabo la boda. Saludaron a las personas qué se encontraban a su paso y llegaron hasta el lugar parándose junto a Hoseok, Taehyung, Edán y Jungkook. Los ojos del rizado fueron directamente a sus manos y enseguida corrió hasta Jimin tomando su mano izquierda para examinarla, obviamente no pudo evitar gritar de emoción al ver el anillo rodeando el dedo de Jimin.
― ¡¿Están viendo esto?! ¡El abuelo si lo hizo! Voy a llorar, agárrenme qué me desmayo. ―Edán dramatizó echándose aire con su mano y agarrándose al hombro de Jungkook qué se encontraba a su lado.
Los demás aplaudieron y silbaron, haciendo un alboroto mientras molestaban a Yoongi quien solo rodaba los ojos divertido. Luego los chicos se lanzaron sobre Jimin, abrazándolo y llenándolo de felicitaciones, el pelirosa reía, empujándolos a todos para evitar que arrugaran su traje.
La decoración en el jardín era asombrosa, de estilo tradicional en tonos blancos con un poco de dorado y rosas rojas, el arco nupcial se alzaba imponente en el medio del jardín y frente a este se encontraban las sillas decoradas a juego, pero un poco más suave, las mesas de comida y postres estaban esparcidas estratégicamente junto a los camareros que se encargaban de abastecer estas; pero sin duda la mejor parte era la gran fuente de vino en la que se realizaría el brindis. Claramente todo había sido planificado por su hyung.
Jin carraspeó pasando por su lado y enseguida Jimin volteó a verlo, sus ojos se iluminaron al ver a su mayor con un hermoso traje gris y su cabello rubio pulcramente peinado hacia atrás, abrazó a Seokjin y este besó su frente susurrando en su oído que la ceremonia comenzaría.
En pocos minutos todos tomaron sus lugares. Jimin se paró junto a Seokjin observando a todos ya sentados en sus asientos, Namjoon estaba de pie en el altar junto al hombre qué llevaría a cabo la ceremonia y Yoongi, Hoseok, Taehyung, Jungkook y Edán quienes serían los padrinos. Jimin tomó el brazo de Seokjin y caminó con él sobre la alfombra que estaba en medio de los asientos donde se encontraban los invitados, estos se pusieron de pie apenas Seokjin dio un paso y las miradas de todos los siguieron hasta que estuvieron frente a Namjoon. Jimin soltó el brazo de su hyung entregándolo al moreno y luego se dio la vuelta para pararse junto a Yoongi. Jin se paró frente a Namjoon sonriéndole tiernamente, este llevaba un traje de color azul rey y su cabello bien ordenado como era costumbre, apenas estuvo cerca tomó las manos del rubio mirándolo de frente mientras el hombre hablaba, diciendo todas esas cosas típicas de las ceremonias.
Jimin trató de no llorar durante toda la ceremonia, pero cuando ambos dieron el acepto y el hombre dijo qué podían besarse, se fue en llanto, sintiéndose totalmente feliz por su hyung, quien después de tantos años al fin estaba con el amor de su vida.
Era increíble lo mucho que habían cambiado las cosas.
― ¡Como le hagas algo a Seokjin te abriré la garganta con esta navaja! ―Edán apuntó a Namjoon con la navaja qué había sacado de quien sabe dónde y todos los invitados se quedaron sorprendidos a excepción de los chicos quienes comenzaron a reír―. Perdón, me alteré. ¿Dónde está el pastel?
El rizado tomó el brazo de Hoseok y lo jaló en busca del pastel, como si no acabase de amenazar a alguien de muerte. Los invitados se acercaron a felicitar a la pareja de recién casados, incluyendo a Yoongi y Jimin, este último le dio otra clara amenaza a Namjoon de si se atrevía a hacerle algo a su hyung, iba a morir.
Las amigas y amigos de Seokjin insistieron en que hiciera el típico ritual de lanzar las flores hacía atrás para saber quién sería la/él próximo casado y luego de varias insistencias, Seokjin accedió.
Jimin permaneció junto a Yoongi, observando como todos se ponían detrás de Seokjin para esperar el momento, incluyendo a Edán y Jungkook quien no se veía demasiado entusiasmado. El pelirosa sonrió observando como todos se empujaban entre sí cuando Seokjin se dio la vuelta y lanzó el ramo detrás de él sobre su cabeza, Edán chillo cuando Jungkook, quien no hacía ningún esfuerzo, atrapó el ramo.
― ¡Jungkookie va a casarse! ―Edán gritó jalando al pelirrojo hasta donde se encontraban los demás―. Taehyung, ya ve proponiéndole matrimonio a tu novio.
El rizado lanzó a Jungkook a los brazos de Taehyung y este lo sostuvo evitando qué el menor cayera al suelo, las mejillas de Jungkook estaban sonrojadas mientras se reía del gran escándalo que estaba haciendo Edán.
―Tú y yo también vamos a casarnos. ¿No es así, Caballito? ―Edán se guindó al cuello de Hoseok, poniéndose de puntas para poder alcanzarlo un poco más.
Hoseok rio asintiendo lentamente con la cabeza y bromeando con el resto de los chicos quienes también reían animadamente.
Yoongi abrazó a Jimin a su lado, riendo animadamente, todos se encontraban comiendo el pastel de bodas y conversando entre sí. De repente, el sonido de una copa al caer al suelo y romperse los hizo girar la vista, observando como Edán caía al piso, su cuerpo temblando debido a los espasmos involuntarios y la espuma brotando de su boca.
― ¡No toquen el vino! ¡Está envenenado! ―gritó Namjoon desde fuente de vino.
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