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21

Yoongi abrió los ojos con pesadez, sintiéndose un poco aturdido al ver el lugar donde se encontraba, la blanca habitación que lo envolvía.

Se levantó sin cuidado y salió de la habitación, caminando por los largos pasillos del hospital hasta la sala de espera dónde recordaba haber estado con Hoseok y Taehyung.

Los chicos se levantaron apenas visualizaron a Yoongi y caminaron hacia él.

— ¿Cómo te sientes? —preguntó Hoseok parándose a su lado mientras lo observaba de pies a cabeza.

—Bien. ¿Cómo está Jimin? —habló enseguida, sintiendo como el miedo lo atacaba al recordar lo que había pasado antes de que se desmayara, ahora el silencio y la mirada preocupada de Hoseok no estaban ayudando—. Dime qué está bien, Hoseok... ¡DIME QUÉ NO LE PASÓ NADA, MALDITA SEA!

Se desesperó ante la falta de respuesta de Hoseok y este no pudo evitar observarle con lástima, Yoongi sintió como su garganta se cerraba nuevamente, y creyó que estaba a punto de recibir una mala noticia, sus manos empezaron a sudar y quiso gritar, pero se vio interrumpido cuando Taehyung habló.

—Tiene alrededor de cincuenta heridas abiertas, y otras cien en proceso de sanación, quemadas, presenta un cuadro de deshidratación demasiado grande, más una infección estomacal por todas las porquerías que Jeonghan le hizo comer. —Taehyung se mostró serio, tratando de no preocupar aún más al peliplata.

— ¿Estará bien? —Yoongi habló con temor, aun procesando toda la información, relamiendo sus labios que se habían secado de repente.

—El médico dice que por ahora está estable —respondió esta vez Hoseok, saliendo de su trance.

— ¿Estable? ¿Cómo que estable? ¿Eso qué significa? —El peliplata refunfuñó.

—Su cuerpo está muy débil, Yoongi. No comió absolutamente nada la última semana, al menos no alimentos, apenas bebió agua, perdió demasiada sangre y su cuerpo está tan maltratado que no responde de manera correcta a los tratamientos. Esta vez no estamos seguros de nada —finalizó Hoseok con un suspiro, mirando severamente a su amigo, el cual parecía cada vez más angustiado.

Yoongi se sentó en una de las sillas cuando sus piernas comenzaron a temblar, sintiéndose demasiado abrumado por el torrente de emociones que corría por su cuerpo, cerró sus ojos fuerza y pasó sus manos por su rostro, tratando de calmarse y buscar una solución, o algo que pudiese hacer.

Pero no había nada.

O tal vez sí. Quería creer que sí.

Tomó su celular enseguida, cuando la rabia se disparó en su interior.

¿Yoongi? ¿Cómo está Jimin? — La voz de Seokjin se oyó enseguida y Yoongi suspiró casi aliviado.

—Necesito que vengas a Busan para que cuides de él, yo debo buscar a Edán y Jungkook.

¿A Edán y Jungkook? Pero ¿Dónde están ellos? —Seokjin se oyó confundido.

—Eso es lo que no sé, por favor, ven. — La voz de Yoongi era suplicante, aunque sabía que Seokjin no se negaría.

—Ya mismo le diré a Namjoon.

—Gracias, Hyung.

Luego de eso colgó la llamada. Alzó su vista para ver a Hoseok y este ya se encontraba mirándolo de igual manera.

— ¿Qué planeas hacer? — preguntó el pelinegro sentándose a su lado.

—Tenemos que encontrar a Edán y Jungkook, si los encontramos a ellos, encontraremos a Jeonghan, y esa será la última vez que ese maldito niñato vea la luz del día. —La mirada de Yoongi se ensombreció y Hoseok asintió secamente.

—Tengo algunas ideas de dónde pueden estar, Yong no es muy discreto con sus cadenas de prostitución —habló Hoseok y Taehyung se acercó a los chicos para escuchar mejor.

— ¿Entonces? —Yoongi alzó las cejas.

—Están aquí mismo, en Busan.

Dos días después.

En otro lugar.

La puerta se abrió y Edán se sorprendió al ver cómo arrojaban a Jungkook dentro de la habitación junto con él.

El rizado se alarmó al escuchar el sollozo salir de la boca de Jungkook y enseguida se acercó a él, tomando su cabeza y apoyándola sobre sus piernas. La nariz del pelirrojo sangraba, y tenía un gran moretón en su pómulo izquierdo, Edán suspiró, sintiéndose un poco más tranquilo por ver al chico luego de un par de días sin saber de él.

—Todo estará bien, Kookie... —Edán habló acariciando el cabello de Jungkook mientras esté sollozaba audiblemente.

—Y-Yo no quería volver a esto, Edán... N-No lo soporto, n-no quiero que me toquen. —Edán sintió como su corazón se rompía ante las palabras del mayor e hizo que se sentara para abrazarlo contra su pecho.

—Saldremos de aquí, debes aguantar un poco más, yo estoy aquí. —Edán cerró los ojos, sintiendo la angustia crecer en su pecho.

Examinó a Jungkook, tan maltratado, física y emocionalmente, sintió miedo, miedo de que el pelirrojo no pudiese aguantar mucho más, debía protegerlo, debía proteger a Jungkook, Taehyung era uno de sus mejores amigos y sabía que estaría destrozado si algo le pasase a su novio, así que debía protegerlo cueste lo que cueste.

La puerta se abrió y Edán gritó en el momento en que Jungkook fue arrebatado sus brazos.

— ¡NO! —El hombre que sostenía a Jungkook paró para observar al menor—. No le hagan nada, lo que sea que vayan a hacerle... Háganmelo a mí.

Jungkook abrió los ojos horrorizado y enseguida negó con la cabeza, Edán le sonrió cálidamente, indicándole que todo estaría bien.

A veces hay que sacrificar algunas cosas para salvar otras.

El hombre soltó a Jungkook y miró a Edán. — ¿Estás seguro, niño? No creo que seas capaz de aguantar una de esas golpizas.

Edán se encogió de hombros. —Moriré en el intento entonces.

El rizado se puso de pie y se acercó al hombre, pero este lo frenó cuando varios hombres entraron en la habitación, incluyendo a Yong. Dos hombres tomaron a Jungkook impidiéndole moverse y otros dos tomaron a Edán.

—Este chico es otro miembro de la mafia BS&T, otro marica —habló uno de los hombres que sostenía al rizado y los hombres rieron amargamente.

Un golpe fue directo al estómago de Edán, y este cerró los ojos con fuerza tratando de recuperar el aire, Jungkook protestó y se removió tratando de liberarse del agarre de los hombres, pero era inútil.

Un par de golpes más en las costillas de Edán y luego lo dejaron caer al suelo, pateándolo desde allí, haciendo que el pequeño chico se retorciese de dolor en suelo, jadeando es busca de aire cuando se sintió privado, los tipos reían ante el espectáculo y Jungkook gritó que pararan.

— ¡Basta! ¡Lo van a matar! Están enfermos... ¡¿Cómo pueden disfrutar de esto?! —Las lágrimas resbalaban por los ojos de Jungkook al ver a Edán casi inconsciente— ¡Él no hizo nada!

Los gritos de Jungkook fueron totalmente ignorados, continuaron golpeando a Edán, quien ya no se resistía y estaba a punto de caer inconsciente con la sangre resbalando en ciertas partes de su cuerpo. El rizado sonrió, sabiendo que había impedido que aquello le pasase a Jungkook.

Sus ojos se cerraron y fue en ese momento que los golpes pararon. Uno de los hombres se acercó al chico inconsciente en el suelo moviéndolo con el pie.

— ¿Está muerto? —pregunto uno de ellos.

—No lo sé, tampoco importa mucho. —Dicho esto salieron de la habitación, y los hombres que sostenían a Jungkook lo soltaron saliendo de igual manera de la habitación. Como si no acabasen de golpear a alguien hasta casi matarlo.

Jungkook gateó hasta el cuerpo del chico y sollozo al ver su rostro manchado de sangre, tomó su pulso y se alarmó al ver que este era demasiado pausado. Lo tomó en sus brazos, acurrucándolo contra su cuerpo como si eso pudiese servir de algo.

—Debes resistir, Edán... R-Recuerda, saldremos de aquí. —Jungkook sollozó abrazándolo y este sonrió un poco en un momento de consciencia.

—A-A veces hay que sacrificar algunas cosas para salvar otras...

Hoseok, Yoongi y Taehyung se encontraban dentro de la camioneta estacionada frente a aquel peculiar lugar, el teléfono de Yoongi se encontraba en su mano, esperando a que atendieran la llamada.

Hoseok asintió en dirección al peliplata apenas contestaron.

— ¿Quién habla? —preguntó Yong del otro lado de la línea y Yoongi miró a Hoseok quien rastreaba la ubicación del hombre a través de la llamada.

—Yong, entréganos a los chicos por las buenas o por las malas, tú eliges. —Yoongi escuchó como el hombre contenía la respiración al oír su voz.

No te daré nada, Min.

—Respuesta incorrecta. — Yoongi asintió en dirección a Hoseok, y luego de presionar un botón dos de las camionetas frente al lugar donde se encontraba el escondite de Yong explotaron.

¿Qué fue eso? —preguntó el hombre mientras algunas voces se oían al otro lado la línea.

—Segunda oportunidad, Yong. Dame a los chicos por las buenas o por las malas. —Escuchó al hombre vacilar del otro lado.

Déjate de juegos y vuelve a casa, niño. —Yoongi rio.

—Después no digas que no te lo advertí.

Y colgó.

— ¿Entonces? —inquirió Hoseok mientras veía a Yoongi.

—Vamos a entrar —respondió.

—Somos solo tres, Yoongi. —El pelinegro se mostró preocupado.

—Caballito. ¿Recuerdas la vez que acabe con doce hombres yo solito? Bien, esa vez nada estaba en juego, está vez dos de mis amigos están allá adentro incluyendo al culpable de que mi mocoso esté al borde de la muerte, puedo matar a todos yo solo con mis propias manos. —Los ojos de Yoongi estaban inyectados de sangre en una mirada sombría, y Hoseok asintió.

—A veces olvido que eres el mejor asesino a sangre fría. —Taehyung habló y todos rieron.

Tomaron sus armas, incluyendo algunas sustancias químicas y demás cosas que consideraron serían útiles.

— ¿Qué usarás está vez Yoongi? —cuestionó Hoseok.

—Accesorios grandes para cosas grandes, Caballito, pásame la Minigun. —Hoseok rio y le pasó el arma a Yoongi como si no pesase casi igual que él.

Todos tomaron sus armas y salieron de la camioneta para caminar hacia la gran mansión, se pararon frente a la entrada y Yoongi sacó una mini granada quitando el seguro con su boca antes de arrojarla hasta el frente de la puerta de la mansión.

— ¡Abajo! —ordenó el peliplata y enseguida los tres se tiraron al suelo escuchando como la granada explotaba volando la puerta en pedazos que se esparcieron por todos lados dejado detrás una espesa nube de humo.

Sus sentidos se pusieron alertas enseguida y Yoongi sintió como aquella conocida adrenalina corría por sus venas, sintiendo la sed de sangre crecer en su interior, sintiendo como poco a poco se acercaba el momento de tomar vidas ajenas que no servían para nada y solo ensuciaban el mundo.

No soy Dios, pero si él no limpia el mundo de estos bastardos, lo haré yo.

Entraron al lugar, corriendo al interior de la mansión y comenzando a disparar tan pronto alguien aparecía en su camino, en poco tiempo el lugar se convirtió en un caos, el sonido de los cartuchos vacíos caer al suelo al igual que los cuerpos y las ráfagas junto al sonido las balas explosivas dentro de los cuerpos de aquellas personas.

—Tú busca a Jeonghan, nosotros buscaremos a Jungkook y Edán. —Hoseok habló y Yoongi asintió comenzando a correr escaleras arriba para buscar al pelimorado.

Hoseok corrió junto a Taehyung, abriendo y cerrando puertas, mientras iban disparando a quien se cruzara en su camino.

Yong se apareció frente a Yoongi con una expresión de pánico y este le sonrió antes de disparar en dirección al tipo.

—Tanto nadar para al final morir en la orilla —dijo Yoongi parándose a un lado del cuerpo inerte del hombre en el suelo.

El reflejo de una cabellera morada pasó corriendo por su lado atrayendo su atención y enseguida soltó la Minigun para correr detrás del chico.

Jeonghan giró su vista sobre su hombro observando a Yoongi correr detrás de él antes de comenzar a bajar las escaleras, pero no pudo evitar tropezar haciendo que cayera, su cuerpo rodando por los escalones hasta llegar abajo.

Yoongi sonrió y corrió a su lado, observando a Jeonghan a sus pies, gimiendo debido al dolor en su cuerpo.

—El karma te ha alcanzado, Jeonghan. —Yoongi se burló antes de tomar el cabello de Jeonghan con fuerza arrastrándolo hacia afuera ignorando sus quejidos. Observó como Hoseok y Taehyung llegaban a su lado sudados y jadeando es busca de reponerse.

Taehyung sostenía el cuerpo de Jungkook inconsciente, con sangre manchando su camisa en la zona del pecho. Hoseok sostenía a Edán, quien se encontraba incluso peor que Jungkook, también con la sangre manchando su pecho.

—Los apuñalaron, debemos apurarnos, están perdiendo demasiada sangre. —Hoseok habló y Jeonghan rio ganándose una patada en las costillas por parte de Yoongi.

—No te rías, pues vas a preferir haber muerto cuando caíste por las escaleras cuando sepas todo lo que haré contigo. —El pelimorado sonrió amargamente y chilló cuando Yoongi volvió a jalarlo del cabello hasta el exterior.

Manchando mis manos con sangre ajena de gente que no vale la pena, pero es mejor así ¿no? sin basura que no ensucie el mundo, pues debo purificarlo para mi pequeño.

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