¡¡¡Buenas noches!!!
Siento haber tardado tanto, pero es que he tenido un día de locos. El caso, os dejo otro capítulo.
¿Qué os pareció el problemilla de Rebecca con la gema? ¿Os lo esperabais? ¿No creéis que Steve es un ser de luz que merece ser protegido? Yo lo pienso y creo que Becca también jajajaja
Gracias por vuestros votos y comentarios,
Anna
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—¿Y dices que pasó así, sin más? — Rebecca admiraba la expresión de desconcierto que mostraba Tony Stark al otro lado de la pantalla. Como no sabía a quién recurrir, y no entendía que le había pasado decidió hablar con el científico. Probablemente debía acudir a la Anciana, pero prefería tratar de solucionarlo sin tener que recurrir a la Hechicera.
—Sí, no sé cómo ni por qué — Sabía que tenía que ver con la Gema del Infinito a la que estaba ligada, probablemente habían jugado con ella. La diferencia erradicaba en como lo había sentido antes y en aquel momento.
—¿Nunca te había pasado nada parecido? — la preocupación del neoyorquino era palpable. Aún después de los problemas entre ambos habían llegado, incluso, a apreciarse.
—No, bueno, sí. O sea...— buscó la manera adecuada de expresarse para que el jefe de Stark Industries entendiese su punto de vista — Ha habido otras veces en las que me he llegado a encontrar mal por culpa de la Gema, pero nunca tanto. Nunca había visto a gente, ni había convulsionado o tenido una fiebre tan alta.
—¿Puede ser que nunca hayan perturbado tanto a la piedra? — curioseó entonces el otro.
—No lo sé, puede ser... Aunque según tengo entendido tocar cualquiera de ellas es demasiado peligroso y arriesgado. Se supone que solo ciertas personas pueden portarlas — Steve entró en la habitación en aquel momento con un cuenco de sopa, un vaso de agua y una aspirina. Ella sonrió agradecida, sin dejar de sentirse sobreprotegida por él (quién no solo la cuidaba por aquello, sino por la amenaza de muerte que existía para con la chica).
—¿Ya estás hablando con Stark? — preguntó con curiosidad, ella asintió — Ey, Tony. ¿Llegaste a alguna conclusión? — se sentó junto a ella dándole la bandeja con la comida.
—Puede, aunque no estoy muy seguro de que sea eso, es demasiado fantasioso. Todo esto es demasiado surrealista — iba a seguir hablando, pero la aparición de Sam Wilson lo interrumpió — bueno, si llego a alguna conclusión os lo haré saber. Capi, no te olvides de la crema antiarrugas, que ya estás cerca de la centena — Rebecca soltó una pequeña risa para placer del moreno; Steve rodó los ojos en respuesta antes de bajar la pantalla del portátil.
—Buenos días, Sam — saludó ella, que había recobrado un poco el color de la cara, incluso había bajado la fiebre. El único problema seguía siendo el dolor de cabeza que conseguiría acabar con su cordura.
—Buenos días, venía para avisar de que ya han llegado con la niña. Creo que llegaron tarde — levantó una ceja extrañada para seguir a su novio y al vengador al salón donde estaba la niña (que tenía la edad de Crystal).
Allí se encontraba ella, manchada completamente de sangre. Su mirada estaba perdida, su pelo manchado. Lo único que parecía mantenerla anclada a aquel momento era el abrazo de su hermano Héctor. Quien solo se permitió sonreír a la niña tras estudiar que no hubiese ninguna herida en su piel.
La garganta de la chica se secó al momento. Rebecca no supo cómo reaccionar, al igual que el resto de vengadores. Parecía que el único que no estaba impactado era Héctor, quien avanzó con ella hacia el interior de la mansión. Todos supusieron que se ducharía y hablaría con su hermano para intentar entender como había pasado aquello.
—Cuando llegamos...Sus padres estaban muertos. Ella estaba a su lado — explicó Visión, su voz de androide hacia que en verdad pareciese que no existía el sentimiento para él — creemos que ella llegó después de que todo pasase, porque estaba toda la casa destrozada como si buscasen algo.
—Intentamos hablar con ella, pero no respondía — siguió Natasha — pensamos que su hermano sería capaz de tranquilizarla.
—Está bien, descansad. Esta noche nos reuniremos para analizar la situación. Wanda y Sam, os toca vigilar la situación — todos los integrantes del equipo desaparecieron de la sala poco a poco hasta dejar allí a Steve, Rebecca y María.
—Gracias por participar en la misión, nos ha venido muy bien — agradeció el rubio notando la tensión entre las mujeres. Rebecca comenzaba a perdonar aquellos secretos, pero le resultaba demasiado difícil hacerse a la idea; aquella información que la había trastocado meses era difícil de llevar. María Hill negó con la cabeza sin hablar antes de que Steve volviese a hablar esta vez hacia Rebecca — vete a descansar; necesito ir a la ciudad. Quiero recuperar mis cuadernos de pintura de la casa, porque tiene pinta de que nos quedaremos aquí un tiempo. De paso pasaré a por Crystal.
—Está bien — le dio un beso en la mejilla — tráeme alguna partitura. Será una buena forma de distraerme hasta que averigüemos qué pasa. Podías comprar napolitanas de crema para Crystal, sabes que son sus favoritas — el rubio asintió antes de ver como su novia se alejaba. Según desapareció se hizo con las llaves de uno de los coches antes de ofrecer un sitio en su viaje a María.
♛♛♛
—¿Estás seguro de esto? — preguntó la exagente de SHIELD cuando entraron en la oficina de Stark sin ni siquiera mostrar una identificación.
—Completamente, ya lo hablé con Natasha. De hecho, hemos quedado aquí para ir a buscar juntos — respondió seguro el de Brooklyn.
—Solo era por si no te habías dado cuenta de que es un gran paso
—Llevaba un tiempo planteándomelo, pero el otro día...Me di cuenta de que en verdad lo quiero. Cuando estuve debatiéndome entre la vida y la muerte; vi sus ojos violetas, me llamaban. Eran como un imán que me anclaba aquí. Eso era la última prueba que necesitaba para darme cuenta de que es a la persona que quiero conmigo— aquello guardaba un secreto y es que había dos miradas, por un lado, la de la reina de los espectros y por otro la de su primer amor.
—Bueno, pues esperemos elegir bien el anillo ¿sabes lo que puede llegar a costarte? — Steve asintió desganado. Llevaba mucho tiempo ahorrando para comprarse otra moto, aunque había pospuesto el proyecto al decidir que quería pedirle matrimonio a su novia. En su época, la anterior a la guerra, aquello suponía un paso demasiado grande. Aunque vivir con ella ya era un paso demasiado avanzado. Por una vez, se perdió en el tiempo, dejando que la añoranza se extendiera por su pecho. Además, aún no conseguía pistas del paradero de Bucky, cosa que tampoco ayudaba. Por mucho que Sam tenía esperanzas en la mujer con la que había contactado, ella no parecía conseguir nada útil —Vamos, Tony está esperando— Steve volvió a asentir antes de entrar a la oficina. El multimillonario esperaba mirando por la ventana con calma.
—Buenas tardes, llevo esperándoos 10 minutos, el único que debería llegar tarde soy yo — actuó como la diva que era, sin dejar que ninguno respondiera señaló su ascensor privado — iremos en mi coche. ¿Dónde está Natasha? Creí que también vendría.
—Irá a la tienda directamente. Acaban de llegar de una misión, así que quería ducharse y cambiarse — a Stark le divertía pensar que el supersoldado necesitaba a tanta gente para algo tan simple como comprar un anillo. Por supuesto, también le ayudaría a preparar la boda, en caso de que la morena aceptase.
—Por cierto, ¿ya sabes cómo se lo pedirás?
—Sí, lo tengo muy claro. Pero no os diré nada.
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—Le va a encantar — comentó Natasha mirando la bolsa de Harry Winston que iba en los asientos traseros. Ambos iban a recoger a Crystal antes de volver al complejo.
—Eso espero. La quiero de verdad...
—Pero nunca será Peggy, ¿no? — añadió Natasha, la única que conocía al chico tanto como para saber lo que pensaba.
—No es eso, son distintas. Completamente — no sabía cómo explicar que, aunque Peggy fuese su primer amor (y que en el fondo, siempre tendría aquel amor por parte del chico, pues no sabía cómo podría haber salido), a Rebecca también la quería muchísimo. Iba a explicarle lo que pensaba a Natasha cuando vio la figura de Crystal (su tutoranda) siendo besada por un chico al que no conocía. Detrás estaban Peter (a quien sí conocía) y su amigo Ned — Dime que eso no es Crystal besando a un chico.
—Tranquilo soldado, en el siglo XXI estas cosas pasan. Los adolescentes se besan — a pesar de las palabras de Natasha el rubio no dejó de apretar el volante (notando sus nudillos cada vez más blancos). La espía, notando esto sonrió con calma — yo me encargo de esto o dejarás claro quién es Crystal y eso no puede ser.
Se bajó del coche a la vez que se ponía las gafas de sol. Steve aún no se creía haber visto aquella muestra de afecto por parte de la adolescente, pues la creía demasiado joven para comenzar a salir con gente.
Natasha se acercó a ambos antes de toser sonoramente. Se separaron al momento. Las mejillas de Crystal se tiñeron de rojo al ver a la Viuda Negra frente a ella, con una sonrisa socarrona.
—Entiendo que os lo estéis pasando bien, pero debemos irnos a casa, Crystal — ella asintió antes de girarse hacia Harry bajo la atenta mirada de la rusa.
—Nos vemos mañana — dejó un beso en su mejilla por vergüenza a volver a besar al rubio delante de la chica. Después, anduvo junto a ella los metros que la separaban del coche. —Creía que Happy vendría a por mí.
—No, vinimos Steve y yo. Deberías ver qué cara se le quedó — Natasha se rio y Crystal se puso aún más colorada. Al entrar se sentó en la parte de atrás sin llegar a fijarse en la bolsa que reposaba a su lado. Steve la miró serio por el retrovisor y ella miró hacia la ventana. Esperaba que no le diera una charla.
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