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Capítulo 9 🗝️: Vehemencia

Era un amor para siempre. No estuvieron juntos toda una vida, pero al cerrar los ojos sintieron que vivieron juntos todas las vidas.

Ulises Sánchez.

Al día siguiente.

Rose.

Finalizó de realizarme un maquillaje algo básico, rímel, labial carmesí, rubor, me ojeo frente al espejo para saber cómo quedé, en mi itinerario de hoy primero estaré en las empresas familiares después según las horas correspondientes de trabajo, estaré en la agencia, estiró mi mano para tomar los tacones blancos, luego me los colocó.

Y el sonido de vehículos de última tecnología, hace que me coloque alerta camino hacia el balcón que tiene mi habitación y «¡¿Esos autos que hacen aquí?!», Maldición Ian, rápidamente recojo la cartera, también las llaves del Audi que llevo conduciendo desde ayer.

Me encuentro a mi hermana menor en el pasillo del segundo piso, tiene unos vaqueros, un corset y blazer.

— Hermanita, ¿Compraste carros? —me pregunta feliz al verme.

—No, no he comprado autos.

Ambas bajamos las escaleras, Agnes tiene que ir a la agencia ya que realiza sus prácticas estudiantiles con la CIE, después nos topamos con Selene saliendo de la cocina.

— Vaya, vaya hermana que buen regalo de bienvenida a la casa. —menciona entusiasmada Selene.

Ambas me siguen, salimos por la puerta principal y siguen llegando carros hacia el garaje privado, que tiene la casa ¡¿Ian acaso te enloqueciste?!, Me coloco las gafas oscuras y Jayden se acerca a nosotras al vernos.

—Buen día señora Evans, señorita Williams y señorita Williams. —nos saluda formalmente.

—Pero que buen día Jayden. —le responde Agnes divertida, mientras observa los autos lujosos y clásicos.

—Jayden ¿Que es todo esto? —le pregunto señalando los vehículos y las motocicletas, comienzo a contar y hay más de lo que recordaba e incluso mi Mazda acaba de llegar.

—Señora Evans, es la colección de vehículos. —me explica. — que usted tiene junto al señor Evans.

—¡Dios mío! — interviene Selene. — está colección puede valer billones de dólares.

—La colección debía estar en el pent-house, no aquí. —le contestó ignorando los comentarios que continúan haciendo mis hermanas.

—El señor Evans solicitó su traslado a esta casa, señora Evans. —me responde Jayden.

Y camina hacia el garaje, lo sigo mis hermanos igual, están acomodando cada vehículo y motocicleta, en su lugar correspondiente dónde en las paredes están las insignias de las importantes marcas de cada uno, BMW, Audi, Mercedes, Mazda, Tesla.

Bueno Ian si están buscando sacarme de mis casillas, es algo que estás logrando, pero no te daré la libertad de saberlo tan fácilmente porque aquí ganaré yo, no tú cómo siempre sucede.

—Jayden ¿Dónde están la caja fuerte de las llaves? —preguntó divertida.

Me señala una cajonera que está al otro lado del garaje, camino hacia él, guardó las llaves que tengo en mis manos en la cartera, al abrir uno el primer cajón, encuentro las distintas llaves de cada vehículo, con su debido logo. Siempre he tenido cierta afición por los autos y escojo el BMW azul que era uno de mis favoritos, busco el vehículo después le quitó el seguro y me adentro en él, lo enciendo y cierta adrenalina se acaba de activar en todo mi cuerpo por el sonido del motor.

Recuerdo que si se llega a utilizar cualquier automotor será notificado en mi móvil como en el de Ian, se me acaba de ocurrir una maravillosa idea, cierro la puerta a mis espaldas salgo del estacionamiento y me detengo en donde estaba hace algunos minutos con mis hermanas.

—Agnes, Selene. —Amplió mi sonrisa. — escojan uno, solo los usarán por hoy, cero rasguños ¿De acuerdo?

Sus caritas se iluminan al escuchar mis palabras y corren hacia los autos, me arcesioro por los espejos retrovisores cuáles fueron los autos que escogieron, Agnes escogió un Mercedes mientras Selene un Bugatti, bueno ambas tienen gustos costosos pobre el hombre que lleguen a tener en su vida.

Soy la primera en salir de mi casa, ambas me siguen el paso y me enteró que Jayden reforzó la seguridad para mí, porque regresaré a la sociedad a recuperar todo lo que me pertenece y mi escolta personal no quiere que vuelva a suceder lo de hace unos cuantos años atrás, cuando mi nombre estaba comenzando a tener fuerza en la CIE. Ahora anhelo que mis padres no se encuentren porque no quiero tener otro enfrentamiento con ellos, ni que vayan a atacar a mis hermanas.

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Aparco el vehículo en el estacionamiento privado de las empresas familiares, tomó el bolso y las llaves del auto en mis manos, cierro la puerta de piloto, me quitó los lentes los llevó junto a las llaves Agnes y Selene, caminan junto a mí. Nos dirigimos hacia el ascensor que conlleva a las otras plantas de la edificación.

Mi hermana menor presiona el botón hacia el piso seis, mi móvil dentro del bolso empieza vibrar lo saco y verificó una llamada entrante de Chase, probablemente sean las niñas deslizó la opción de contestar.

—Mami ¿Porque no podemos estar en Nueva York? —me reclama Hazel al instante que contestó.

—Hola cariño. —le respondo.

—Hola mami, mami te extrañamos mucho. —menciona mi hija mayor. —quiero que estés con nosotras.

—Cariño, dentro de dos días, nos veremos. —explico. — Haremos muchas cosas juntas las tres ¿Sí? —escuchó un suspiró. —¿Y qué tal el tío Ryan y Chase?

—Son los mejores tíos Mami. —dice orgullosamente y sabía que ambas, no quedaron en malas manos.

Noto que Selene y Agnes se dan cuenta que estoy hablando con ellas, Agnes me hace señas para que lo coloque en altavoz y puedan escuchar las voces de ambas, entonces lo hago.

—Mami mi hermana quiere hablar contigo. —vuelve a hablar Hazel.

Y mis hermanas se sorprenden al escuchar su voz, se llevan las manos a la boca y Agnes trata de contener las lágrimas.

—Hola mami. —me saluda Grace.

Agnes y Selene vuelven a sorprenderse, está vez mi hermana menor no contiene más y llora de la emoción por haber escuchado las voces de mis hijas, Selene la abraza.

—Hola cariño ¿Cómo estás?

—Muy bien mami. —dice mi arcoíris emocionada. —Mami te extrañamos mucho, mami me tienes que prometer que nos harás muchas galletas cuando lleguemos a Nueva York ¿Me prometes?

—Si cariño les haré muchas, pero muchas galletas, las amo. —digo alegre al haber hablado con ellas. —Más tarde las llamo ¿Sí?

—Bueno mami, también te amamos, adiós. —contesta y después finalizó la llamada.

Guardo de nuevo el móvil en el bolso y la sonrisa que tengo no desaparece, tan fácilmente porque acabo de hablar con ellas y sé que todo estará bien.

—Son preciosas, quiero conocerlas. —menciona Selene. — Y por lo que veo has sido una maravillosa madre con ellas, estoy orgullosa de ti hermana.

Un silencio tranquilo se forma en elevador, no es para nada incómodo, unos minutos después se abren las puertas del ascensor, permito que mis hermanas salgan primero, ellas caminan delante de mí, mientras yo lo hago detrás de ellas. Comienzo a sentir varias miradas, encima de nosotras y era de saber que siempre que estamos en un lugar público, solemos llamar la atención y en especial en nuestras empresas.

Camino con cierta elegancia, luego de que Grace y Hazel nacieran ciertas cosas cambiaron, como mi vestimenta, la forma de comportarme, me convertí en algo selectiva a que pocas personas dejó ingresar en mi vida. De una u otra manera me genera una tranquilidad inmencionable, porque ahora no quiero que la vida me pague con migajas cada lágrima, cada gota de sangre que llegue a derramar, valgo mucho como para volverme a sentir insuficiente.

Eso jamás volverá a suceder, mi hermana menor abre la puerta de cristal de la sala de juntas, el lugar continúa como lo recordaba. Las empresas Williams con sus edificaciones modernas donde los trabajadores pueden contar con una buena tecnología. Sin contar que tiene varios departamentos.

—Bueno, bueno, pequeña gigante pensaba que nunca ibas a regresar. —una voz masculina a mis espaldas me saca de mis pensamientos, se genera de inmediato una sonrisa en mi rostro, suelto el bolso al suelo y salgo a correr para abrazarlo.

Me recibe con los brazos abiertos, extrañaba volver a sentir aquella familiaridad, pero ya no somos ningunos adolescentes. Brian Clarke, ha cambiado ciertas características físicas, él es mayor que yo por dos años. Me levanta y giramos por un instante, ambos nos reímos por nuestro comportamiento, me deja en el suelo y me acomodo mi cabello, lo detallo. Y tiene ese porte que pronto se sabía que iba a pasar, actualmente es uno de los abogados más importantes en Nueva York y siendo destacado en el mejor conciliador.

—No estás nada mal, Clarke. —lo molesto.

Y sus ojos avellanas me detallan de abajo hacia arriba, yo también lo hago con él, porque está bastante cambiado, tiene una pequeña barba. Además, un esmoquin de alta costura, su cabello está organizado, quien se iba a imaginar que uno de los chicos populares de la escuela, iba a sentar cabeza y se irá por el camino de las leyes.

—Williams estas...—hace una pausa Brian tratando de encontrar las palabras correctas. —hermosa, aunque siempre lo has sido.

Me sonrojo.

— ¿Qué haces aquí? — le pregunto y camina hacia la puerta de la sala de juntas, para después abrirla.

— ¿Te olvidas que soy tu abogado? — me molesta y levantó el suelo del bolso, luego camino a donde se encuentra. —No permitiré que te quiten tu lugar en esta empresa tan fácilmente Ros.

Ambos ingresamos a la sala de juntas, no me sorprende que mi padre también está aquí, pero si hay alguien que me toma por sorpresa que se encuentre en este lugar es: Jacob Evans. El abuelo paterno de Ian, bisabuelo de las mellizas, el hombre que me llegó a enseñar varias tácticas para que las aplicara en la CIE, una persona que estimo mucho y me admira, no tengo ni la más mínima idea si todavía lo sigue haciendo por lo que le hice a su nieto, pero sus ojos azules me lo afirman, por la forma en me observa.

Me ubico en una de las sillas que encabeza la mesa, pensaba que me encontraría con Ian porque si tengo que fingir una relación con él, él debería estar en este lugar. Pero dejó a un lado aquel pensamiento, Brian se acomoda en mi lado derecho, el intercambia miradas con Agnes y es claro que el ambiente iba a hacer incómodo por varios motivos, cruzo mis manos posándolas encima de la mesa y aclaro mi garganta.

—Buenos días. —digo y mi voz es seria. —iniciaremos la reunión.

— Buenos días, señora Evans. — contestaron todos al unísono.

— Buenos días, señora Williams. — menciona mi padre, tratando de intimidarme, pero continuó actuando con naturalidad para no darle gusto.

— Ella es una Evans. —le contradice Jacob a Gabriel y este rueda los ojos, mi padre nunca ha llegado a tener una buena relación con él.

Selene es quien toma la dirección para dejar varios temas en claro, la escucho y asiento a todo lo que ella dice, apoyándola en sus comentarios, luego lo hace Agnes. Porque ambas tienen ese derecho de dar a conocer sus puntos de vista, probablemente Gabriel tenga el impulso de abandonar el lugar o se esté lamentando de haber dejado sus empresas, al mando de sus tres hijas. Al notar que las tres unidas somos imparables y más cuando se trata de direccionar una empresa, ese es el campo de Selene, Agnes aprendió por medio de mi hermana.

Mientras tanto solo escucho y me quedo callada, gracias a la escuela de leyes me enseñaron sobre ello, sin contar los consejos dados por mi padre, puede que ahora esté cometiendo muchos errores, pero en su momento fue bueno a la hora de explicar, en lo que es bueno. Agnes termina de hablar y doy mi punto de vista, argumentando con una sutil mentira porque estuve tanto tiempo desaparecida, porque mi padre se quería pegar de ello para quitar mi lugar, pero estoy segura de que no tendré el tiempo suficiente para estar presente como se debe al ser una socia.

—Me gustaría que mi hermana. — hago una pausa tomando aire. — Selene Williams Jones, tomase mi lugar en las empresas.

Los murmullos comenzaron a escucharse alrededor de la sala de juntas, Jacob, Brian y Gabriel no hablan, mi comentario tomó desprevenida a mi hermana y ella niega con la cabeza.

—No puedo permitir tal cosa. —menciona en voz alta mi padre y se levanta de la silla, hago lo mismo mirándolo directamente a los ojos.

— Rose no...—murmura por lo bajo Selene.

—Señora Evans ¿Porque su hermana? —me cuestiona uno de los inversionistas.

—¿Verdad? —lo apoya Gabriel.

—No desconfío en las habilidades de mi hermana, fue una de las mejores en su clase estudiando dos carreras al mismo tiempo. —digo con orgullo y por un instante desvío mi mirada a ella, dándome cuenta como sus ojos verdosos se cristalizan. — Mientras yo administraba las empresas que comparto con mi esposo, ella lo hacía con esta y sé que mi lugar aquí no es tan necesario.

—Continuaré como inversionista y eso será todo. —determinó.

Selene se limpia las lágrimas mientras sonríe y Agnes no para de sonreír ni mucho menos Brian. Todos se levantan de sus sillas, aplaudiéndole a mi hermana y me uno a hacerlo, ella merece que sus méritos también sean celebrados. Cada uno de los inversionistas se acerca a ella para felicitarla, ella agradece por ello, en cambio mi padre abandona la sala, Jacob es el último en felicitarla de igual forma Selene le agradece, pero ahora uno de los miembros más importantes de la familia que también pertenezco se me acerca.

—Creo que tenemos una conversación pendiente, Rose Evans. —me dice Jacob con cierta firmeza en su voz, no soy capaz de mentirle a él.

—Sé que me he equivocado con muchas cosas. —le aceptó, porque como lo dijo María le ocasione bastante daño a Ian. —Pero por favor dame tiempo para explicar mis razones y cuando la sepas me entenderás.

Me regala una sonrisa sutil, cruza sus brazos frente a su pecho y suspira.

—Tranquila niña, no te juzgaré, seré paciente y espero no llegar a un límite. —me explica. —porque amabas mucho a mi nieto, no sé si continúas haciéndolo y sé que eres el tipo de persona que cumple con sus promesas.

—Gracias por entenderlo. —digo aliviada.

—Ahora espero que le hagas honor a esos dos apellidos que tienes, linda. —menciona orgulloso. —Eres una leyenda en la Central de Investigaciones Especiales, debes demostrar de qué estás hecha, porque a la Rose que yo entrené nada la detiene.

Corta el poco espacio que hay entre nosotros y deposita un beso corto, en mi frente.

—Es un placer tenerla de vuelta sargento Evans. —dice antes de marcharse.

Mis hermanas se quedan en las empresas, luego Brian me comenta que mañana irá al club con los chicos como en los viejos tiempos, además para celebrar mi regreso como se debe, mencioné que lo pensaría porque al día siguiente debía madrugar temprano para estar pendiente de la llegada de las niñas. Jayden y los otros escoltas se quedan con Selene y Agnes por su seguridad, porque no debían preocuparse por mí, estaré en la agencia.

Por varias horas, sin embargo, él no se quedó tranquilo y envió dos hombres del esquema de seguridad para protegerme, cuando llegó al estacionamiento revisó mi móvil por unos cuantos minutos para contestar los mensajes de Chase, me había enviado fotografías de las niñas.

Por el fondo de la fotografía y el lugar, al verlas en sus vestidos de baño, mis ojos se abren como platos porque están en Blue and green, es una isla privada que fue nuestro regalo de bodas por parte de los padres de Ian y los míos. Detalló aún más las fotografías también está Ryan, cambio de fotografía y hay una donde se encuentra una mujer que por sus características probablemente sea contemporánea conmigo.

En la fotografía ella está con Ryan sonriendo y las niñas están en la mitad de ellos, le pido a Chase que me explique quién es ella, por cierto, es una pelirroja y bonita. Después de enviarle el mensaje, ingresó al auto y comienzo a andar en el vehículo dirigiéndome hacia la base.

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Adele Davis

Más tarde habrá una reunión algo importante, estuve en el Pentágono con varios de mis superiores porque habrá una división, se realizarán cuatro grupos cada uno tendrá integrantes con los distintos cargos que existen actualmente, luego será repartido sus respectivas misiones, se mostrará las habilidades de cada agente. También sirve como una preparación para las olimpiadas que se aproximan entre varias sedes de la Central de Investigaciones Especiales.

Una de mis tres especializaciones es veterinaria, me gusta practicar equitación a veces enseño en la academia, así mismo como ayudo a entrenar a los caninos que tenemos en la CIE. Pero he fracasado especialmente con uno, creo que es evidente que no tengo una buena relación con el pastor alemán de mi novio, algo que no entenderé nunca, siempre he sido muy buena con los animales.

Ahora me dirijo a uno de los vestidores, aprovechó que estoy sola y cierro con llave la puerta del baño para ducharme porque estoy sudorosa antes de la reunión entre unos cuantos minutos, me gusta tener una vida física activa, puede que eso se lo agradezca a mis dos mejores amigos. Al recordar ello, estoy ansiosa porque fueron trasladados así que probablemente los veré todos los días.

A Víctor Robinson les pareció que son buenos elementos, entonces solicitó su traslado y claramente no se fueron negados, porque me colocaron como referencia en ambas hojas de vida, he tratado durante estos años llevar un historial intachable en la CIE, puede que no sea considerada un agente muy importante, pero poco a poco me he dado a conocer por mis méritos.

Porque no quiero que me conozcan por ser hija de un exteniente coronel, mi padre trabajó de la mano con el padre de Ian. Sin importar que ambos tienen una relación estrecha, nunca había llegado a conocer algún miembro de la familia Evans, solo ahora lo he llegado a hacer y entiendo porque son de admirar aquí en la agencia.

Terminó de ducharme, después seco enrollo una de las toallas alrededor en mi cuerpo mientras con otra me seco el cabello, luego busco en mi maletín el atuendo que utilizaré hoy, unos vaqueros, con un body de encaje, también un blazer y unas plataformas. Suelo no sentirme cómoda con las de puntilla, aunque en ocasiones especiales hago uso de ellas, guardo mi uniforme de entrenamiento en el maletín.

Me aplicó algo de rubor, igual rímel y un labial nude, cuelgo mi placa alrededor de mi cuello. Cada una de mis pertenencias las guardo en el maletín, uno de los bolsillos del blazer dejo mi iPhone. Le quitó el seguro al baño, ahora salgo y me dirijo hacia mi oficina. En el pasillo me encuentro a Megan Nash, es una mujer preciosa algo que hay que aceptar es que en nuestra agencia ninguna mujer es fea físicamente.

—Buen día mi sargento. —la saludó formalmente.

—Buenos días, Davis. —me regresa el saludo y al lado de ella, camina el pastor alemán ojalá fuera así conmigo.

Trato de acercarme para acariciarlo, pero inmediatamente este me ladra, entonces ruedo los ojos.

— Sabes por casualidad... ¿Dónde se encuentra mi mayor Evans? —me pregunta Megan.

—Probablemente se encuentren en su oficina. — trató de restarle importancia a su comentario, para que no sea tan notorio que estoy saliendo con él.

—De acuerdo, es que Max debe regresar a su casa, lo tenía porque a Meli le encanta estar con él. —me explica.

Algo que he llegado a notar es que todos los agentes que llevan cierto tiempo en esta sede ya tienen hijos Lea y Víctor tienen a Asher, Sophie con su esposo a Mathew, Megan y Richard a Melissa la única excepción es Ian, me parece extraño nunca le he tocado el tema para ni hacerlo sentir incómodo.

Y esa segunda generación actualmente se encuentran estudiando en la academia, solo más adelante se sabrá si querrán seguir los pasos de sus padres.

—Si quiere puedo llevarlo hacia su oficina. —me ofrezco, pero en el fondo me arrepiento de ello.

—¿Segura? —vuelve a cuestionar al ver al canino a la defensiva.

—Sí segura. —digo tranquilamente.

Le coloca el collar a Max después me lo entrega y me despido de ella, ella se marcha hacia el camino donde había llegado y siento un alivio al ver que Max se está comportando, poco a poco me iré ganando a este pastor alemán. No solo porque su dueño es mi novio, si no por el simple hecho que pertenece a la guardia canina de la agencia, entonces en cualquier momento él participara en alguna misión importante y me tocara trabajar con él.

Caminamos con total tranquilidad, llegamos a elevador ambos ingresamos, quiero acariciarlo, pero hay que ganármelo poco a poco, presionó el piso donde se encuentra Ian. Él se sienta cuando el ascensor comienza a ascender, miro la pantalla digital para saber en qué piso estamos, las compuertas se abren. Pero la tranquilidad termina, cuando Max olfatea algo y al parecer se la hace familiar, con bastante fuerza me jala de su correa.

Y busco la manera de no caerme por los zapatos que tengo puestos, Max es muy fuerte, su cola se mueve rápidamente cuando ve a alguien que se encuentra de espalda, aumenta su fuerza de no sé dónde me rindo y suelto la correa, el corre rápidamente hacia una mujer que tiene una impresionante figura, trae un short formal que moldea su cintura y una blusa de tiras, además un blazer corto.

¡Dios santo esta mujer es preciosa!, su cabellera larga le cae por la espalda, sus ojos están cubiertos por unos lentes oscuros de marca. Max se detiene y la olfatea, su cola sigue moviéndose de alegría.

—¡Max! —grita ella emocionada, se arrodilla y lo acaricia, el pastor alemán trata de derribarla, pero ella trata de tener fuerza para que eso no sea posible, ella le dice unas cuantas palabras en alemán que no comprendo, me imagino que deben ser mimos.

Aumentó mis pasos para acercarme a ellos.

—Lo siento, Max es algo rebelde. —me excuso y mi voz suena agitada.

—No, no mi bebé es todo un amor. —me responde ella mientras lo acaricia y su voz me parece un tanto conocida.

—Es la mascota de mi mayor Evans. —le aclaro.

Ella deja de estar arrodillada y se levanta, después se quita las gafas y ¡Dios! Esta mujer me está dejando sin palabras, sus ojos verdosos son hermosos.

—Disculpa, ¿Nos conocemos? —me pregunta con una frialdad y tiene un toque de acento británico.

—Soy la sargento Adele Davis. —me presento y ella se tensa, me detallada de abajo hacia arriba me siento algo intimidada.

—Soy la sargento Rose Evans. —Ahora ella se presenta.

Y todo a mi alrededor se detiene por unos cuantos segundos, tengo enfrente a la esposa ¿De mi novio? Suena extraño, pero es la realidad, Ian me aseguró que se iba a divorciar de ella en cuanto apareciera, ella se aclara su garganta tratando de desaparecer el silencio incómodo que se acaba de formar.

—Según lo que tengo entendido Max es mío también. —dice y me regala una sonrisa de lado.

—Pero... —trato de hablar y...

Ambas escuchamos una puerta abrirse y no nos habíamos dado cuenta de que estábamos cerca de la oficina de Ian, miramos hacia la oficina de Evans y es él quien sale de ella sosteniendo una Tablet en la mano, pero al sentir nuestras miradas encima de él deja de hacer lo que está haciendo. Levantó su vista y...

—¿Todo en orden? —me pregunta, pero observó a Rose y él entiende porque no le respondo.

Ian mira perplejo a Rose y el ambiente pasa de ser incómodo a haber una tensión que trato de entender, porque se genera. Sí, Ian está perplejo observándola, ella igual, pero en los ojos verdosos de Rose transmiten una vehemencia, me siento incómoda como si estorbará en este preciso momento, me imagino que ambos tienen muchas cosas que aclarar además de hablar.

—Ian...—dice Rose.

—Rose...—le contesta él.

Las vibes de Rose ahora:

Continuará...

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