Ian Evans

Terminó de hablar con mis abogados por teléfono, necesito pronto ese divorcio más tarde debo ir a las empresas Evans después de que mi supuesta esposa, si ella llega, así como si nada vamos a ver si es capaz de soportarme, por todo lo que haré poco a poco durante el tiempo que se llegue a quedar en la ciudad.

Mi queridísimo mejor amigo ingresa a la sala, lo fulminó con la mirada de una u otra manera me siento traicionado, así como él me tiene que dar una explicación espero que mi tío también lo haga porque es lo mínimo que merezco.

—Primero que todo no puedes divorciarte de ella. —habla. —segundo puedes estar molesto conmigo, pero si te recuerdo estoy cumpliendo con una promesa que alguna vez nos hicimos...

Hace una pausa y me levanto de la silla que hay detrás de mi escritorio para ubicarme, en uno de los muebles que tiene esta misma.

—Puede que seas mi mejor amigo, pero yo veré qué hago con mi esposa. —le contestó.

—De acuerdo me encantaría ver, cómo todo lo que has construido se va demorando poco a poco. —menciona con cierto sarcasmo.

—¿De qué estás hablando?

— Rose no te aceptará el divorcio. —me contesta con una sonrisa de medio lado. —lo hace por beneficio de ambos, ya que sabemos muy bien que al momento cuando se casaron, la cuenta bancaria de ambos se triplicó.

No lo negaré, pero es verdad, al instante que nos casamos se unieron ambas familias dónde ella ya tenía su propio imperio empresarial, yo el mío ambos quedaron unidos, formándose uno solo y siendo bastante grande. Dejó a Robinson hablando solo cambio de planes, necesito ir al pent-house, ella debe estar en él.

Recojo mis pertenencias personales y mi chaqueta buscó las llaves de Audi R8, al llegar al estacionamiento Jayden no está, solo está el otro guardaespaldas que había ocupado el lugar de Aiden, su nombre es Mike, cosa que parece algo extraño porque ellos dos siempre están a mi disposición.

—Mike ¿Dónde está Jayden? —le preguntó.

—Señor Evans, él se encuentra protegiendo a la señora Evans. —me contesta formalmente.

—¿Cómo?

—Sí señor. —afirma.

—Mike iremos al pent-house y después a la mansión de familia ¿De acuerdo? —le digo y este asiente.

Le quitó el seguro al vehículo, luego caminó hacia él, después me adentro en el auto por el asiento de piloto, cierro la puerta a mis espaldas, ingreso la llave al sitio correspondiente y por último enciendo mi vehículo favorito, bajo las ventanas para estar pendiente de Mike, empieza en marcha.

Aceleró lo que más puedo, el celular lo tengo en uno de los bolsillos de mis vaqueros entonces lo saco, porque no para de vibrar no despegó la vista de las calles, el nombre de Adele no deja en aparecer en la pantalla del dispositivo tecnológico, en un momento lo coloco en modo avión para que no me distraiga, más tarde hablaré con ella y espero que esté comprendiendo las razones por las cuales estoy actuando de esta manera.

Y ello no traiga ningún problema a futuro.

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Rose

—Es un placer tenerla de regreso sargento Evans. —menciona la teniente coronel quién es la directora de la academia.

—Gracias, me gusta estar de regreso. —le contesto mientras continuamos caminando por las instalaciones de la institución.

No tengo el uniforme como hace varios minutos atrás, pero Lea tenía un atuendo listo que era de mi agrado para que me sintiera cómoda mientras llegaba a mi casa y podría encontrar cada una de mis pertenencias personales.

Era unos vaqueros con una blusa de encaje, además un blazer beige, los zapatos son unas plataformas y mi cabello está recogido en una coleta alta, en mis manos tengo mi bolso en el Audi que estoy conduciendo se encuentra la mochila que me había entregado Harvey, fue increíble volver a ver a mis amigos mañana conoceré a Mathew.

Al igual forma me reuniré con Liam y Brian, porque Declan se fue de la ciudad junto a Mia, entonces no tengo ni la más remota idea cuando los vuelva a ver.

—En la Academia de la Central de Investigaciones Especiales. —explica la directora. —Nuestra educación es una de las más avanzadas a nivel internacional, nuestros estudiantes salen preparados para salir a enfrentar la vida real.

Me quedo callada y solo la escucho.

—Y en su último año tendrán como decisión, si desean pertenecer a alguna de nuestras fuerzas o continuar sus estudios en alguna de las mejores universidades que tenemos como aliadas alrededor del mundo.

Pasamos por varios de los salones y están vacíos, porque las clases ya terminaron.

—Son sus dos hijas quienes ingresarán ¿No?—me pregunta.

—Sí mi teniente, ambas estarán en la ACIE. —no dejó la formalidad.

—¿Cómo se llaman?

—Sus nombres son Hazel y Grace Evans Williams.

—Vaya, vaya. —se queda sorprendida al escuchar el primer apellido. —¿Son hijas del Mayor Ian Evans?

Asiento.

—Pero por favor, necesito cierta precaución sobre ello. —vuelvo a hablar y ella asiente.

Continuamos caminando y Jayden me está esperando en el estacionamiento que tiene la Academia, este lugar es demasiado grande, tiene cancha de soccer, basquetbol, tenis, una piscina olímpica, mejor dicho, tiene varios sitios de distintos deportes que pueden llegar a existir.

Sin mencionar los laboratorios, bibliotecas, también establos de caballos para quienes deseen practicar equitación, polígonos para cuando estén en los últimos años, aunque quería ver presencialmente la Academia averigüe por mis propios medios todo sobre ella.

Sus uniformes son negros tiene dos, el de entrenamiento como el de gala para ocasiones especiales, debo comprarlos hablaré con Lea para saber dónde consiguió los de Asher.

—Señora Evans, necesitamos cada uno de los documentos de las niñas, historial clínico, pasaportes, residencias...

—Las niñas tienen nacionalidad norteamericana gracias a que mi esposo y yo somos estadounidenses—la interrumpo—, la cual no es necesario, una residencia para ellas, aunque nacieron en Londres también son estadounidenses.

—Gracias por su aclaración.

Es lo último que menciona para continuar hablándome sobre la Academia, saco mi móvil nuevo del bolso que tengo en mi brazo para enviarle un mensaje a Jayden para que se vaya preparando, porque ya casi terminaré aquí, ahora la teniente coronel está hablando sobre los precios y son bastantes elevados, me quedo sorprendida.

Pero es algo que pueda cubrir gracias a la cuenta de ahorros familiar que habíamos creado Ian y yo, por si en algún momento llegábamos a tener hijos, la misma que crecía mensualmente por medio de nuestros salarios, tiene la cantidad de dinero de ocho dígitos es suficiente para pagar sus estudios, así como sobra.

—De acuerdo mi teniente McKenzie, —dejamos de caminar. —realizaré el pago dentro de unas horas, mis hijas llegan mañana, entonces aspiró que empiecen sus clases el martes a más tardar.

Guardó el móvil en el bolso y sacó las gafas oscuras, me las coloco para que cubran mis ojos.

—Anhelo lo mismo, bienvenida señora Evans. —contesta.

Y respondo con una sonrisa, le doy la espalda luego para dirigirme hacia el estacionamiento, tengo que recorrer varios pasillos para llegar hacia él, también bajar unos pequeños escalones que se encuentran en la entrada, revise en el reloj que se encuentra en mi muñeca para saber la hora y me urge ver a mi familia de nuevo.

Jayden se encuentra a un costado de la camioneta negra BMW, enfrente de él está el Audi.

—¿Todo bien señora Evans? —me pregunta mi escolta cuando llegó al estacionamiento.

—Si, gracias por preguntar Jayden primero iremos hacia la casa de mis padres y luego a la casa del bosque ¿Bueno?

Asiente y busco las llaves del vehículo en mi bolso, cuando el encuentro le quitó el seguro, me llega un mensaje de Chase lo reviso mientras ingresó al auto porque Jayden abrió la puerta de piloto, el vuelo de las mellizas se retrasará para el domingo.

Yo: ¿Por qué?

Chase: De casualidad a los miembros de nuestra familia, les dio la maldita gana de viajar.

Yo: ¿Y un vuelo comercial? Pero en la zona premium.

Chase: ¿Estás bromeando? 😒 Ni en broma permitiré que las mellizas estén en un avión comercial, para eso tenemos los jets privados de nuestra familia.

Yo: Cómo quieras 🙄, pero quiero hablar con mis hijas antes de que se acuesten a dormir, Chase.

Es el último mensaje que envío y lo responde, cierro la puerta al mismo tiempo enciendo el vehículo, tengo entendido que mi hermana menor ya está en la ciudad de nuevo, porque tiene unas pequeñas vacaciones y debo aprovechar que estarán todos reunidos. Recuerdo cierto momento que fue cuando no estaba bien, porque al principio me lamentaba haberme ido, pero estaban mis arcoíris siendo quienes iluminan mi vida.

«—Ustedes dos son mis hijas. —murmuró mientras bajan las lágrimas por mis mejillas. —Son mi vida... y haré todo lo posible para ser la madre que se merecen, las protegeré cómo nunca y les daré todo el amor que puedo brindar, y si en algún momento debo dar mi vida para que sean felices, lo haré sin dudarlo.»

Y cumpliré con mis palabras, porque el amor que siento hacia ellas es indescriptible. Dejó a un lado la nostalgia del recuerdo, me concentro en las calles neoyorquinas, ojeo por los espejos retrovisores si Jayden me está siguiendo el paso.

Me detengo en uno que otro semáforo, recuerdo el camino hacia casa, ¿Por cierto cómo estará Máx? Él y Bella son como mis pequeños cuatro patas, hablaré con el personal del pent-house para que lo traigan y pueda compartir tiempo con las niñas, también con Bella y con el otro pastor alemán que tienen las niñas que ni siquiera se han decidido que nombre colocarle, lo gracioso es que piensan en ponerle algún nombre de los personajes de The Vampire diaries.

Porque cuando dormían llegaron a despertarse mientras veía la serie, entonces les llamo bastante la atención que solo les enseñe unos cuantos capítulos explicándoles que nada de eso es real, solo ficción en dónde saben separar muy bien la realidad de lo ficticio, con el tiempo comenzaron a amar la serie ese es nuestro plan los fines de semana, ver unos cuantos capítulos.

Sigo manejando mermó la velocidad cuando llegamos al barrio donde crecí, ahora busco la casa que durante bastante tiempo fue mi hogar, también llegué a ver cómo mis hermanas crecían, ahora estoy algo nerviosa de cómo pueden llegar a reaccionar hacia mi regreso, me detengo aparcando el vehículo frente a la será de mi casa.

Después apagó el auto y tomo mi bolso, busco en la mochila que me dio Harvey que está en el asiento de copiloto las llaves de la casa de mis padres, las encuentro y las llevo en el auto, luego abandonó el vehículo, con las llaves de este en las manos y en un brazo en bolso.

Cuando salgo Jayden está saliendo del BMW, se acerca a dónde estoy al ver que no soy capaz de caminar hacia la entrada de mi casa.

—Señora Evans ¿Desea que la acompañe? —me pregunta con cautela.

—No, no gracias, Jayden, pero...—hago una pausa y respiro profundo. —¿Me acompañas hacia la entrada?

—Claro que sí.

Me llenó de valor y comienzo a caminar por la cera que conlleva hacia la entrada, los recuerdos vividos en este lugar me invaden, la barbilla se me tensa y siento que el corazón se me va a salir, al momento que estoy frente a la puerta ingreso la llave correspondiente para no tocar el timbre.

Trató de alejar los nervios, Jayden abre la puerta al ver que yo no lo hago entro a la casa, entró a la casa, ninguno se da cuenta de que llegue, pero la escena que estoy viendo en este momento, hace que tenga un shock de emociones, al ver cómo mi padre le está colocando la mano encima hacia mis hermanas y mi madre no está haciendo nada para evitarlo, porque está llorando desconsoladamente, me quedo estática por unos cuantos segundos y una lágrima sale, me la limpio Jayden queda igual que yo.

La imagen que tenía de Gabriel Williams se acaba de derrumbar, la persona que tenía como ejemplo a seguir, ya no lo será más, en este preciso momento, aclaro mi garganta porque ahora la rabia me carcome porque si hubiese estado aquí esto no estaría pasando, nunca permitiré que alguien les coloque una mano encima, así tenga que protegerlas de mis propios padres.

—¿Qué está pasando aquí? —digo con enojo, llamando la atención de todos.

Lo cual obtengo, Agnes y Selene se levantan del suelo llorando mientras corren hacia mí, evitó quebrarme al verlas en ese estado porque debo mostrarles fortaleza como siempre lo he hecho, cuando llegan a dónde estoy, ambas me abrazan y siguen llorando, las abrazo dándoles a entender que están a salvo, ya no son unas niñas son dos jóvenes adultas.

—Selene y Agnes nos vamos. —les digo firmemente cuando se separan. —alisten sus cosas.

Hacen caso a mi comentario y se dirigen hacia las escaleras, para poder llegar a sus habitaciones.

—Tienes el descaro de llegar a mi casa después de tanto tiempo y ahora llevarte a mis hijas. —menciona papá con rabia.

—No es ningún descaro está es mi ¡Casa! —levantó la voz. —¡Soy su hermana mayor y haré lo que sea para protegerlas de ustedes dos!

—Rose, no nos faltes el respeto. —me contesta mamá.

—Tienden a juzgarme cuando ni siquiera. —sigo hablando con rabia. —saben mis motivos por los cuales me largue, ¡Y todo fue para proteger a mis hijas!

—¿Hijas? —Payton queda perpleja.

—Me imagino revolcándote, con quien sabe quién tuviste a esas dos niñas, eres una egoísta no mereces que la vida te recompense, al parecer no has tenido suficiente con todo lo malo que te ha pasado. —me contesta Gabriel.

Hace que con pasos largos me acerqué a él, para luego impactar mi mano en su mejilla, siendo el ruido sonoro por toda la casa, porque me acaba de faltar el respeto y no solo a mí, también a las niñas cosa que nunca permitiré, Gabriel trata de colocarme la mano encima, pero la detengo, lo observó con rabia y asco, no quiero demostrarle debilidad nunca lo haré.

—Rose tu padre tiene razón. —el comentario de mi madre hace que aumente mi rabia hacia ellos.

—¡Nunca me faltes el respeto Gabriel! ¡Nunca! —lo amenazó. —¡Ni mucho menos a mis hijas!

—El cuentito de papá perfecto se acaba de derrumbar. —mencionó. —¡No quiero que vuelvas a colocarle una mano encima a mis hermanas!

—¡No vuelvas a pisar está casa! —me grita. —¡¿Te quedó entendido Rose Williams Jones?!

—Será un placer. —le contestó de mala gana dándole la espalda. —me repugna llevar tu maldito apellido.

Camino hacia donde está Jayden tiene en ambas manos las maletas de Agnes y Selene, mis hermanas están a un lado de él veo que Jayden suelta las mochilas y saca su arma apuntando hacia el hombre que está a mis espaldas, revisó encima de mi hombro y mi propio padre me está apuntando con un arma.

—Señor Williams no se le ocurra, meterse con la señora Evans. —lo amenaza Jayden. — o se las verá conmigo y tendrá a la CIE, rodeándolo en su propia casa.

La amenaza hace que mi padre baje el arma, Jayden saca a mis hermanas de la casa y los sigo, sin mirar hacia atrás, hasta Félix el Golden retriever de mi hermana menor los sigue, cuando estoy en la entrada cierro la puerta a mis espaldas, mis hermanas se limpian las lágrimas e ingresan al vehículo que estoy conduciendo también lo hace el canino, Jayden guarda sus pertenencias el BMW.

Ahora estoy en modo automático, quiero sacarlas de este lugar, conduzco hacia la casa del bosque y en el camino hay un silencio abrupto en el auto, tanto Selene como Agnes están calladas y pérdidas en lo que pasa por las ventanas, Félix está acostado en las piernas de Agnes y ella lo acaricia, no quiero tocar ningún tema hasta por lo menos estar en la casa y poder hablar con ellas como se debe, pero este día está siendo de locos, sabía a lo que probablemente me llegaría a enfrentar laboralmente.

Pero nunca me imaginé que encontraría algo de tal magnitud, en mi propia familia y que mis padres serían capaces de hacerles daño a sus propias hijas.

Maratón de doble actualizacion 2/2